Disclaimer: los personajes de Twilight son de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es CaraNo. Yo solo traduzco con su permiso.
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Capítulo 61
—Necesitas afeitarte, papá —me dice Kate mientras me acerco a su mesa.
—Qué encantador recibimiento —digo secamente, inclinándome para besar su mejilla. Estoy contento de verla aquí. Durante los últimos días, ella ha venido a la cafetería después de la escuela, optando por hacer su tarea aquí—. ¿Cómo estuvo la escuela? —pregunto mientras me siento frente a ella.
Ella responde mientras rebusca en su mochila.
—Lo mismo de siempre. —Y pronto la mesa se encuentra cubierta con cuadernos y libros—. ¿Cómo va el trabajo, Sr. Mesero? —Ella sonríe descaradamente.
Sacudo la cabeza con diversión.
—Oh, va bien —espeto. Ella se ríe un poco, y le guiño un ojo—. ¿Tienes hambre? Hago una buena hamburguesa.
—Sí, por favor y gracias. —Ella me devuelve el guiño.
Como si fuera por una señal, Bree me dice que me necesitan en la cocina de nuevo.
Me pongo de pie.
—Sin pepinillos, ¿cierto?
—Me conoces tan bien —se ríe ella—. ¿Puedo tomar una Coca también? ¿Hielo extra?
—Por supuesto —digo, revolviendo su cabello un poco antes de voltear.
—Gracias. Oh, ¿y papá?
—¿Mmm? —Miro por encima de mi hombro.
Ella vacila, desviando la mirada por un momento, lo que me hace cerrar la distancia entre nosotros de nuevo.
—¿Qué pasa? —pregunto, agachándome a su lado.
Ella suspira.
—Eh, estaba pensando... —Así como tú, Kate se muerde el labio. Pero lo saca de ti—. Puedo hacer pastelillos, ¿sabes? —masculla—. Y pasteles.
Me río... en sorpresa, creo. Eso definitivamente no era lo que esperaba escuchar. No que sepa qué esperaba.
—Lo sé —digo lentamente, sin saber realmente a dónde va con esto—. Tu pastel de arándanos es mi favorito, ¿recuerdas?
Eso lo digo muy en serio. Mi hija patea traseros cuando se trata de hornear.
—Cierto. —Ella baja su barbilla—. Bueno, ¿puedo hacer pasteles para la cafetería?
