Disclaimer: los personajes de Twilight son de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es CaraNo. Yo solo traduzco con su permiso.


Link del blog: https (dos puntos) / / caranofiction (punto) wordpress (punto) com


Capítulo 78

No transcurre mucho tiempo antes de que Sophie esté demasiado cansada como para permanecer despierta. La emoción del día le ha pasado factura, así que la tomas de mis brazos, decidiendo que ella puede descansar en nuestro cuarto por ahora.

Me da la oportunidad perfecta para hablar con Kate.

—Ya vuelvo —mascullas antes de pararte del suelo—. Mientras tanto, puedes hablar con Katie, ¿sí?

Y supongo que estamos bastante sincronizados, ¿no?

—Lees mi mente. —Le guiño un ojo.

Cuando somos simplemente Kate y yo en el "cuarto" de las niñas, me siento al borde de su cama.

—Ven aquí, Srta. Cullen. —Doy unas palmadas al lugar junto a mí. Ella sonríe y se sienta a mi lado—. ¿Está todo bien?

Asintiendo lentamente, es obvio que ella está pensando en su respuesta.

—Sí —dice finalmente—. Considerando todo. —Sí, eso siempre está allí. La parte del considerando—. Pero el cuarto es genial como dije... si eso es a lo que te referías.

Suspiro.

—No es genial, cariño. —Paso una mano por mi cabello—. Pero solo es temporal... —De alguna manera. No sabemos cuánto tiempo será así, pero es más de un año. Probablemente dos, así que quizás eso no es lo suficientemente temporal para una adolescente.

Adolescente. Pero no trece. No, ella tiene catorce ahora. Celebramos su cumpleaños la semana pasada, y fue difícil para mí colocar esa décimo cuarta vela en su pastel, tengo que admitir.

—Deja de tirarte abajo, papá. —Ella se ríe a sabiendas, y sonrío con vergüenza. Puede leerme bien—. Simplemente quiero que Soph mejore.

—Ah. —Asiento—. Esa es la razón por la que quiero hablarte también. —Genial, los ojos en blanco de Kate Cullen. Son famosos—. Deja de hacer eso —le digo en serio—. No estoy bromeando, Kate. Por mucho que te exaspere, sigues siendo una niña. —Me pone mala cara. Arqueo una ceja—. Lo eres. Tienes catorce años, y me niego a que mi hija crezca tan rápido.

—Pronto tendré quince —masculla, bajando la mirada.

Grrr.

—En un año —contesto, sabiendo muy bien que ese próximo año vendrá demasiado rápido—. Además, con quince, aún eres una niña. —Mierda, me estoy saliendo de tema—. Mi punto es... No todo se trata de Sophie. —Mi voz se suaviza, y tomo la mano de Kate—. No somos tres adultos y una niña. Somos dos adultos y dos niñas, ¿de acuerdo? Y... ha sido demasiado ahora... con Sophie.

—Papá...

—No he terminado —digo suavemente mientras aprieto su mano—. Ha sido difícil de lidiar... ahora con Sophie; con su tratamiento, las visitas al hospital, acomodándola y... todo. —Suelto el aire—. Todos estamos preocupados. —Ella asiente, bajando la mirada de nuevo—. Pero yo estoy preocupado por ti también, cariño.

—¿Por qué? —pregunta, mirándome.

Lo dice en serio. Realmente no sabe por qué me preocupo.