Disclaimer: los personajes de Twilight son de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es CaraNo. Yo solo traduzco con su permiso.
Link del blog: https (dos puntos) / / caranofiction (punto) wordpress (punto) com
Capítulo 89
—¿Jugo? —pregunto, posicionando a Ava en mi cadera.
Me encanta hacerle cosquillas. Hace que sus ojos verdes brillen. Pero eso es todo, los ojos verdes. Todo lo demás, lo heredó de ti. Y ella no podría ser más hermosa, lo juro.
—¡Sí! —chilla.
—Está bien —me río, caminando hacia la cocina—. ¿Y supongo que el tío Emmett quiere una cerveza?
Él me escucha, por supuesto.
—No, gracias.
Vaya.
Sí, mis pasos vacilan, y giro lentamente.
—Me escuchaste —suspira pesadamente.
Pero... es día de mudanza. ¿Qué demonios es el día de mudanza sin cerveza?
Seguimos ajustados de dinero, pero finalmente podemos darnos el lujo de mudarnos. Incluso queda un condominio que Emmett sigue rentando en Seattle. También está la casa de tus padres en Forks, el cual también está siendo rentado. Por lo que las facturas se pagan y no hay preocupaciones, pero eso no quiere decir que derrochemos. Chequeos, rehabilitación, lecciones de nado, terapia, el estacionamiento en el hospital, y las comidas sanas no son gratis.
Como sea. El dinero no crece en los árboles, pero como dije, es hora de mudarse. Bueno, Emmett y Rose se mudan a un departamento en la misma calle. Yo me quedo aquí con mi familia, y estamos realmente bien con eso. No importa que tú y yo tendremos que pasar a la sala. Kate tendrá su propio cuarto —el que era de Rose y Em— y Sophie compartirá con Ava. Funcionará bien hasta que las pequeñas sean demasiado grandes como para compartir.
—Amigo —digo.
Él pone los ojos en blanco.
—Rosie dice que no tengo permitido beber alcohol mientras que ella esté embarazada porque no es justo que ella no pueda hacerlo.
Síp. Suena como mi hermana.
—Puedo tomar la cerveza de Emmett —dice Kate casualmente. Ella se sienta en el suelo de la sala, envolviendo viejos periódicos alrededor de portarretratos y chucherías, y podría matarla ahora mismo. Matarla. Honestamente, no sé por qué está tan ansiosa por crecer. Cuando ella cumplió quince en noviembre del año pasado, pensé que tendría un jodido infarto. ¿Por qué no puede permanecer con cinco? Como Sophie. Legalmente, puede que ella tenga siete, pero... Nah, tiene cinco.
No hay manera de que responda al comentario completamente estúpido de Kate, así que llevo mi trasero hacia la cocina de nuevo.
Una cerveza para mí.
Un jugo para Ava.
Y tú, mi hermosa Bella, te encuentras sentada a la mesa de la cocina con Sophie, luciendo muy divertida. Estoy seguro que escuchaste a Kate.
—No quiero escuchar ni una palabra, esposa —advierto. Ava planta un beso baboso en mi mejilla por la caja de jugo, así que mi humor cambia un poco, pero sigo firme en mi propia casa. Carajo, solo soy yo ahora. Mis cuatro chicas y yo. Increíble.
Conociendo a mi hermana, Emmett estará muy ocupado también. Oh, sí, tendrán una niña también. Así que... dos hombres y... seis chicas.
¿Maravilloso, eh?
