Disclaimer: los personajes de Twilight son de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es CaraNo. Yo solo traduzco con su permiso.


Link del blog: https (dos puntos) / / caranofiction (punto) wordpress (punto) com


Capítulo 30

Ni bien llegamos a la playa en... bueno, Atlantic Beach, Josie está lista para explotar de emoción. Justo a tiempo logro jalar de su brazo antes de que baje del coche. Por supuesto, ella ya ha visto el coche de Jazz, el cual está estacionado a nuestra derecha.

El largo viaje de una hora —y eso es solo de ida, gente— supuestamente vale la pena según Jasper, pero no estoy convencido aún. Él dice que esta playa es la más tranquila y la mejor, y que Alice Brandon es la mejor instructora de natación... Sí, creo que es su enamoramiento el que está hablando. Aún no tengo la historia completa sobre eso, pero él hablará cuando esté listo. Y, mientras tanto, supongo que conduciré dos horas todos los días para "la mejor instructora de natación en el área de Jacksonville".

—¿Recuerdas lo que hablamos?

Ella gruñe.

—¡Sí, lo recuerdo, papá! Ahora, déjame ir.

—Ajá. —Sacudo la cabeza—. Dime.

—¡Está bien! —Ella comienza a contar con sus dedos—. Uno, no alejarse corriendo. Dos, tengo que escuchar a la Srta. Brandon. Tres, no iré al océano, nunca sola, y solo cuando la Srta. Brandon diga que puedo.

Asiento y sonrío.

—Bien. Ahora podemos ir.

Esa niña no pierde el tiempo.

Para cuando he tomado su mochila del maletero, ella y Callie ya se encuentran hablando animadamente sobre su primera lección.

Las niñas se colocaron sus trajes de baño antes de irnos de casa, y aparte de sus shorts y camisetas, están listas para saltar al agua. Jasper también está vestido para la playa: shorts negros y una musculosa blanca, pero... yo, por el otro lado... bueno, desafortunadamente, estoy vestido para trabajar. Jeans, botas, y una camiseta negra de Cullen Auto, lo que significa que hace mucho calor. Por suerte, traje prendas extra para cambiarme después de mis reuniones en Jacksonville.

—Volveré en dos horas —le digo a Jazz, tendiéndole la mochila de Josie—. Allí hay agua, dos toallas, unas frutas, y una Coca Cola. Mantenla en la sombra, ¿sí? —Asiente—. Oh, cierto. Ya le he colocado protector solar, pero metí la botella en caso de que se necesite más.

Otro asentimiento.

—Entendido.

—¡Oye, Josie! —llamo. Sus ojos me miran antes de correr hacia mí—. Me iré. Y te comportarás, ¿sí? Esto es diferente a estar en una piscina.

—Lo sé, papá —dice ella mientras me acuclillo frente a ella—. Te amo.

—También te amo, cariño —mascullo, seguido por un beso esquimal—. No tengo reuniones mañana, así que prometo estar aquí para mirarte.

Ella sonríe.

—Genial. Te veré en dos horas. No llegues tarde.

—No lo haré —me río.