Disclaimer: los personajes de Twilight son de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es CaraNo. Yo solo traduzco con su permiso.


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Capítulo 56

—Nos mudamos a Atlantic Beach cuando tenía dieciséis —comienza a decir. Ella está mirando nuestras manos unidas también—. Comencé la escuela, hice amigos, elegí ser normal. Lo ansiaba después de todo lo que pasó en Washington. —Ella pausa, toma un sorbo de su Coca, y exhala—. Papá notó mis mentiras, por supuesto. No creía mi actitud. —Hay una pequeña sonrisa en sus labios, una que asumo que está reservada para un recuerdo—. Él me regañó a su manera honesta, diciendo que no podría sentirme tan despreocupada después de lo que había vivido. —Así que ella estaba fingiendo ser feliz—. No pasó mucho tiempo antes de tener una crisis nerviosa. —Se ríe sin alegría, suavemente, aún con una mirada lejana en su rostro—. Comencé a ir a terapia...

Aprieto su mano instintivamente.

Ella inhala profundo.

—Fue tan difícil, sabía que había tomado la decisión correcta... Pero aún así me sentía tan mal e indecisa. Había mucha culpa... sigue habiéndola —masculla—. Siempre he sentido que Josie es dueña de mi corazón, pero... —Se ahoga, y dejo mi Coca Cola sobre la mesa antes de acercarme a ella. Con nuestras manos aún unidas, envuelvo mi brazo libre alrededor de ella.

Toma unos pocos minutos, pero eventualmente se calma, y mientras tanto, siento que mi corazón está atascado en mi maldita garganta.

—Una parte de mí me dice que ella es todo para mí —admite con lágrimas en los ojos—. Pero otra se opone y dice que si la amara... no la hubiera entregado.

—Bella, no puedes pensar así —mascullo, rogando.

Ella sacude la cabeza, enderezándose en su lugar.

—Lo sé. —Ella inhala profundo—. Eso es lo que dijo mi terapeuta. Pero no aliviaba la culpa. Nada ayudaba. Había, hay, dos partes de mí, constantemente discutiendo sobre lo que está bien y lo que está mal. Mientras que una consuela y dice que lo que hice fue un acto noble, la otra dice que es lo contrario... que la entregué para salvarme a mí misma.

No digo nada, porque apenas sé qué pensar. No puedo imaginar por lo que ha pasado, pero sí sé que ella no es una persona egoísta. Eso es gracioso, santo cielo. Aunque dudo que importe si le digo eso. Ella aún sentirá sus propios sentimientos, no los míos.

—Como sea... —Ella suspira—. Fui a terapia por unos años, y mejoré, al menos un poco, y gran parte de la culpa se fue. Aún hay un poco, que nunca cambiará, pero... —Se encoge de hombros—. Aprendí a lidiar con ello.

Silencio.

Dejo que se asiente lo que ella ha dicho.

—Me consideré muy feliz por un tiempo —dice ella suavemente—. Especialmente cuando comencé a trabajar. Me sentí mejor, más adulta. Me mudé a mi propio departamento, pagaba mis propias cuentas, cuidaba de mí misma. —Y me encuentro estudiando esa pequeña marca en su dedo anular. No la he visto antes, pero ahora sí. Ella no puede haber estado divorciada por mucho tiempo—. Rose, una amiga que se suponía que vendría esta noche, me hizo sentir mejor, porque ella es una persona realmente positiva. —Ella sonríe suavemente. La observo. Ella mira nuestras manos—. Puede que ella sea mi jefa, pero más que todo es una de mis mejores amigas. Y ella fue la primera persona a la que le conté todo. Alice es la segunda y última. —Asiento para mí mismo, habiéndome preguntado eso—. El hermano de Rose sabe un poco... Él sabe que entregué a mi bebé en adopción, pero no los detalles. También es mi jefe —añade como explicación—. No fui a la universidad... no realmente, de todas maneras. Asistí a unas clases, pero no era para mí, y es entonces que Rose me ofreció ayuda. Licencia y todo... —Entonces está perdida en pensamiento de nuevo.

—Fue mediante el trabajo que conocí a Embry —masculla, frunciendo el ceño un poco. ¿Mediante el trabajo? ¿Y licencia para qué? Eso me da curiosidad de saber cuál es su trabajo. Pero me niego a interrumpirla. Diablos, se siente que al fin puedo respirar. No hay manera de que vaya a detenerla—. Tenía veintidós, y papá acababa de conocer a su novia. —Sonrío ante eso—. Y también quería eso. Estaba cansada de alejar a todos los chicos... —Ella me mira, aunque brevemente—. Tenía problemas para dejar entrar a las personas a mi vida. Mi terapeuta me dijo que era porque no quería perder a otra persona cercana... No lo sé...

Ella exhala.

—Cuando Embry me invitó a salir, dije que sí. —Suelta una risa sin humor—. Gran error de mierda.