Disclaimer: los personajes de Twilight son de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es CaraNo. Yo solo traduzco con su permiso.


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Capítulo 61

—Bella...

Ella intenta bajarse del sofá, pero la traigo de vuelta.

—No. Lo siento. No debería haber dicho eso. Necesito salir de aquí.

—Como la mierda que lo necesitas —le digo—. Vamos a hablar de esto ahora.

Con ella en el sofá, me siento frente a ella sobre la mesa ratona. Sostengo sus muñecas en mis manos. Sus rodillas atrapadas dentro de las mías.

Mi corazón está martilleando, y no estoy seguro de qué emoción gana. Hay alivio y felicidad... inquietud y precaución.

Hablo a pesar que ella se niega a mirarme a los ojos.

—También quieres a Jo en tu vida —digo suavemente, aún asombrado con la revelación. Pensé que era doloroso para ella estar cerca de Jo porque siempre le recordaría a lo que ella entregó, no porque ella quiera a Jo en su vida ahora. Quizás sean las dos cosas, pero el hecho de que ella quiera a Jo —que realmente vea a Jo como una hija para ella— sí, puedo trabajar con eso.

—Ella es tu hija —masculla con un tono de voz vacío—. No debería haber dicho lo que dije.

—No estoy de acuerdo —digo—. Estoy feliz de que lo hayas hecho. Tienes razón; ella es mi hija, Bella, pero eso no quiere decir que no puedas estar en su vida. De alguna forma, ya lo estás. —Ante eso, ella finalmente levanta la mirada. Le doy una pequeña sonrisa—. Ya le he contado sobre su madre biológica.

¿Qué? —Exhala.

Arqueo una ceja.

—¿Por qué diablos me tomas, mujer? Me conoces. Sabes lo mucho que significabas para mí hace ocho años. Ahora, ¿por qué diablos no le contaría a Jo sobre la chica increíble que dio luz a ella?

»—Ella solo no sabe que eres tú, su instructora de natación —añado—. Pero ella sabe de Bella.

—Oh, Dios —suelta—. ¿Realmente le contaste sobre mí?

Sonrío cuando veo la esperanza en sus ojos.

—Por supuesto que sí. —Me estiro y quito unas lágrimas de sus mejillas—. No digo que vaya a decirle mañana quién eres, porque tenemos mucho de qué hablar. Pero no corras, Bella. En serio. Podemos solucionar esto.

No sé en qué rol Bella quiere estar en la vida de Jo, y no tomaré decisiones basadas en suposiciones o esperanzas. No que sepa qué espero, pero sí sé que Bella es una gran persona. Sería un tonto al no luchar por esto.

Mentiroso. Sabes exactamente lo que quieres.

Suspiro.

No le estoy dando nada a Bella, pero sí la estoy dejando entrar.

—Iremos despacio con esto y veremos a dónde va, ¿está bien? —sugiero. Ella asiente, una ola de lágrimas frescas asomándose. Pero la sonrisa se encuentra allí ahora, haciendo que todo esto sea mejor—. Tenemos mucho que pensar y hablar, pero no te irás a ninguna parte, ¿cierto?

—No —susurra, sonrojándose por alguna extraña razón. Mierda, no creo haber visto nunca a Bella sonrojarse—. No iré a ninguna parte.

—Bien. —Sonrío—. Ahora, estoy jodidamente exhausto, y es demasiado tarde para que vayas a casa.