Disclaimer: los personajes de Twilight son de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es CaraNo. Yo solo traduzco con su permiso.


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Capítulo 67

—Creo que es mi turno —responde suavemente, apenas un susurro, y entonces me dice que me siente en el sofá. Y cuando jala del extremo de su camiseta, sé que me va a mostrar su tatuaje.

Una vez sentado, tengo que tragar el deseo cuando ella se para justo frente a mí, tan cerca, entre mis piernas.

Ella enrolla su camiseta negra sin mangas, exponiendo su costado y sus costillas.

Es la rama de un árbol. Flores de cerezos. Pequeñas flores por todas partes rodeadas por números.

Una flor sobresale en tamaño, siendo el doble de grande que el resto, y los números alrededor son simples de descifrar.

La fecha de nacimiento de Jo.

Estirándome, rozo mi pulgar sobre él.

—Siempre la he amado —susurra, y ya lo sé.

Por lo que me inclino y beso la flor. Con mis manos en sus muslos, presiono suaves besos sobre cada número alrededor de la flor en su costado.

Ella exhala temblorosamente.

—Este... —Señala a otra flor, solo hay un número al costado. El número cinco—. Eres tú.

Ladeo mi cabeza, curioso.

—La letra «E» es la quinta letra en el alfabeto.

Ah.

Le sonrío, preguntándome, pensando, esperando, jodidamente deseando que queramos las mismas cosas.

Podríamos lograrlo.

—Tengo uno más aquí —continúa, señalando a un grupo de seis flores—. Son por papá, Rose, Royce, Alice, Sue, esa es la novia de papá, y, eh... —Se ríe un poco, y cuando levanto la mirada hacia ella, veo un pequeño sonrojo cubriendo sus mejillas—. Mi perro.

También suelto una risita.

—¿Tienes un perro?

—Sí. Es una bestia, pero lo amo.

—¿Qué tipo? —pregunto, y mis dedos se deslizan hacia arriba por su muslo, rozando su tatuaje. Es tan hermoso y detallado, comenzando en su muslo, terminando en sus costillas.

—Un Terranova.

Santo cielo. Esos son jodidamente enormes.

Jo ama a los perros, ¿pero su papá? No tanto.

—Eh, ¿es bueno? —pregunto nerviosamente.

Ella se ríe.

—¿Tienes miedo, Cullen? —La fulmino con la mirada en broma—. Aww, no tienes nada que temer. Cash es un gran oso de peluche.

Cash.

No puedo evitar sonreír.

—¿Cash? —Porque recuerdo.

—Sí —dice, sonrojándose de nuevo—. Como sea, de vuelta a los tatuajes. —Sonrío pero no digo nada. Parece que estamos llenos de dedicatorias y tributos—. Eh, tengo dos flores más planeadas, por Tanya y Felix. —Asiento, recordando cómo la rubia del bar ayer defendió a Bella... de su propia hermana—. Siguiendo. —Baja un poco sus bragas, destapando ocho pequeñas flores en su cadera sobre una pequeña rama. La lujuria que acabo de sentir rápidamente es puesta a un lado cuando noto lo que representan las flores—. Una por cada cumpleaños de Jo. —Y puedo ver que una de ellas es reciente. Fue solo hace un par de meses que se lo hizo.

Las beso también. Lenta, suave, casi vagamente, y mis labios permanecen sobre su piel por un segundo o dos...

—Bella —exhalo contra su piel, acariciando la parte trasera de sus muslos con mis manos—. Dime lo que quieres.


¡Ya dile, Bella! Jajaja