Disclaimer: los personajes de Twilight son de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es CaraNo. Yo solo traduzco con su permiso.
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Capítulo 69
—Voy a ser honesta aquí —dice ella, deslizándose hacia adelante sobre mi regazo. Diablos, pecho contra pecho. Maldigo debajo de mi aliento y afianzo mi agarre en sus caderas. Dios, esas tetas... Incoherencia—. Una parte de mí está lista para continuar lo que comenzamos cuando nos despertamos.
Sí. Yo también. Una gran parte de mí. Sin doble sentido.
—Pero creo que deberíamos ser inteligentes al respecto e ir un poco despacio —admite, y estoy un poco feliz de ver reticencia en sus rasgos—. Estoy locamente atraída a ti, Edward. —Gruño cuando besa mi mandíbula—. Y eres el segundo mejor hombre que conozco... o el mejor... No, espera. Compartes primer lugar.
Me río con voz ronca y agacho la cabeza para besar su cuello.
—Mientras que lo comparta con Charlie y no con algún imbécil, estoy bien.
—Definitivamente no con algún imbécil. —Ella gime suavemente mientras mordisqueo debajo de su oreja—. Soy una nena de papi, ¿recuerdas?
Lo recuerdo. También conozco a otra nena de papi—una que llegará a casa pronto.
Suspirando, dejo de besarla y la miro. Verdad.
—Te deseo, Bella —admito—. Todo de ti. Pero probablemente tengas razón; deberíamos ir lentos. Solo... no más mentiras, ¿de acuerdo? Ni huyas. Eso es todo. Le diremos a Jo cuando esté lista, y le contaremos de nosotros entonces también.
—Parece que mis sueños se hicieron realidad —responde suavemente, sonriendo—. Menos la parte de ir lento. —Arruga su nariz, así como lo hace Josie. Me hace sonreír—. Eso simplemente creo que es necesario.
Concuerdo.
—Por cierto, ¿sabes qué hora es?
Checo el reloj sobre el televisor.
—Casi las once. Jo llegará a casa en media hora.
—Oh, mierda. Tengo que ir a casa —dice, rápidamente bajándose de mi regazo—. Tengo que trabajar en dos horas.
Veo, aturdido, cómo ella da vueltas, localizando su falda, sostén, y zapatos.
—¿Trabajas un sábado a la una treinta? —pregunto con una ceja levantada.
Y pensé que ella estaba en vacaciones extendidas.
Ella se ríe.
—Sí, anoche antes de que saliéramos... —Ella gruñe mientras se coloca un zapato—. Rose me llamó y me preguntó si podría cubrir el viaje a Daytona hoy. —Se endereza y sopla el cabello de su rostro, lo que es jodidamente adorable—. Mike, quien se suponía que debía hacerlo, pidió el día por enfermedad ayer por la mañana. Así que Rose tomó su primer turno anoche, por eso no pudo ir a la fiesta de cumpleaños de Alice, y... —Frunce el ceño—. ¿Qué estaba diciendo? Oh, cierto. Tomaré su turno hoy. Tenemos cuatro personas conduciendo hacia allí hoy. —Se encoje de hombros—. Una gran compañía se muda a locales nuevos.
Querido Jesús...
Lo siento, pero escuchar a Bella hablar sobre conducir camiones... solo me hace algo.
—Entonces, conducirás hasta Daytona —digo lentamente, obligando a mi polla a que no se despierte—. En un camión.
Ella sonríe, probablemente notando mi verdadera reacción.
—Sí.
Gruño y cierro los ojos, dejándome caer sobre el sofá de nuevo.
Jodidamente. Caliente.
—Llamaré a un taxi. —Se ríe.
—No, espera —digo, sin moverme para levantarme—. Puedo llamar a la niñera de Jo y preguntarle si puede cuidarla un rato más. Puedo llevarte.
Por favor, déjame llevarte. Podemos hablar sobre camiones.
—Ajá. Tomaré un taxi. Es un viaje de dos horas yendo y viniendo. No hay manera que me lleves.
Con eso dicho, la escucho salir de la sala.
La sigo, aún solo vistiendo mis bóxers.
Desafortunadamente, fracaso en convencerla para que me deje llevarla de vuelta a Atlantic Beath, pero me permite pagar el taxi. Y antes de irse, me besa y dice que me llamará.
Lo que hace, diez minutos después de irse.
—¿Es raro que ya te extrañe? —pregunta, y la sonrisa en mi rostro dura todo el fin de semana.
