Disclaimer: los personajes de Twilight son de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es CaraNo. Yo solo traduzco con su permiso.


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Capítulo 76

—Eh... ¿está bien? —mascullo, bajándome de ella. Termino sobre mi espalda, aún confundido, pero cuando ella se sube a horcajadas, entiendo que al menos no nos detendremos. Eso es algo.

—Cielos, eres tan sexy —susurra, observando mi torso con hambre—. Tan musculoso. —Me río incrédulamente bajo su mirada. Esto definitivamente es nuevo para mí—. ¿Qué? —Se agacha y me besa. Besando, mordiendo, ella succiona mi labio inferior dentro de su boca... luego lo suelta—. ¿Qué es tan gracioso?

Nada.

Es más que me ha dejado estúpido y sin palabras.

Ella es tan... vocal. Honesta. Nada tímida. La luz sigue encendida. Y... santo cielo... la miro mientras se quita el top... sin esconderse, sin querer mantas o algo.

—Dios, eres jodidamente hermosa —gruño y me siento. Me lamo los labios, mis manos en sus caderas, y la miro a los ojos, silenciosamente preguntando si esto está bien. Ella simplemente asiente y sonríe seductoramente—. Mierda —susurro. Bajo mi boca hacia su pecho y dejo un camino de besos hasta llegar a su pezón. Con un gemido, envuelvo mis labios alrededor de él, y ella empuña mi cabello, gimiendo de placer.

Con ambas manos, tomo sus exquisitas tetas y las masajeo lentamente, sin que mi boca abandone sus pezones. Si no es uno, es el otro. Y ella gime y menea su caliente coño contra mí. ¿Esto es lo que le gusta? ¿Esto es lo que quiere? Juzgando por sus gemidos mientras me vuelvo más brusco, diría que... sí.

—Oh, mierda —chilla cuando mis dientes rozan su piel. Gimo mientras ella insistentemente mueve su coño sobre mi polla—. Tan bueno, tan bueno...

Dios, ella me vuelve loco.

—Edward —jadea, apartándome ligeramente. Entonces más. Se inclina hacia adelante mientras caigo hacia atrás, besándonos con hambre y pasión, nuestras lenguas se enredan, intercalamos aliento, y nuestras manos se mueven con firmeza. Ella no quiere gentil y con cuidado. La sola idea hace que mis bolas se tensen.

—Diablos —siseo, embistiendo hacia ella. Mis manos están de vuelta en sus caderas, esta vez con mis dedos enterrándose. La presiono hacia mí. Siento lo húmeda que está. Dios—. Bella, necesito correrme —admito entre besos—. Te juro que serás mi muerte, mujer.

Todo su cuerpo se estremece de repente, y me toma un segundo o dos comprender que ella realmente está al borde del clímax. Actúo por instinto, necesitando ver esto, sentirlo, ser responsable de ello. Así que, sin pensarlo, deslizo una mano entre nosotros, hago a un lado sus bragas, y embisto dos dedos profundamente en ella.

Santo cielo.

—Oh... —Ella suelta con un gemido, asintiendo frenéticamente contra mi hombro, y suelto un gruñido fuerte en su cuello. Ella lo quiere. La masturbo fuerte y profundo, todo mientras froto mi pulgar contra su húmedo clítoris. Una parte de mí está ida. Esta sensación... es irreal.

—Vamos, nena —le susurro con voz ronca al oído—. ¿Te gusta esto? —Ella gimotea y asiente, y la siento tensarse—. ¿Te gusta cuando te follo con los dedos?

Ella jadea. Se queda completamente rígida. Se viene.

No puedo dejar de mirarla.


Buen día jajaja