Disclaimer: los personajes de Twilight son de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es CaraNo. Yo solo traduzco con su permiso.
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Capítulo 87
Levanto mi mandíbula...
Te amo.
Santo cielo.
Casi parece que el tiempo se ha detenido, aunque realmente no lo ha hecho. Sigo mirándola mientras camina hacia atrás, una Jo ignorante a su lado. Quizás Jo escuchó, pero no reacciona.
Bella sigue sonriendo.
Abro la boca para... ¿qué? ¿Gritar que también la amo?
Como si leyera mi mente, Bella simplemente sacude la cabeza, diciendo silenciosamente que no, antes de voltear hacia la playa.
Sonrío de felicidad, mi vista en las dos chicas que son mis dueñas, y mi sonrisa es gigante cuando Josie toma la mano de Bella.
Y las próximas dos horas pasan lentamente.
Aunque hago muchas cosas, así que no puedo quejarme. Mientras paseo a la bestia —quién ciertamente está tranquilo y dócil— uso mi teléfono para enviar un correo a papá, a algunos clientes, y a Jasper. Le cuento a papá todo lo que ha estado sucediendo en mi vida, dejando que él lidie con mamá. Sé que ella estará más que eufórica, lo que quiere decir que gritará y chillará, y no tengo los tímpanos para eso. No, es mejor que papá lidie con ello. Estoy muy consciente que mamá intentará llamarme y hacer un millón de preguntas, pero creo que dejaré que Josie conteste el teléfono. O incluso quizás Cash. Y... por último pero no menos importante, mediante los correos, Jasper y yo nos ponemos al día. Callie sigue teniendo gripe, pero me entero que cierta Alice ha estado allí un par de veces con "sopa". De acuerdo, quizás algo de sopa haya habido, pero estoy seguro que Jazz y Alice no han tenido dificultades para encontrar cosas para hacer cuando Callie duerme.
A cambio, le digo que Bella y yo estamos juntos y que Jo sabe sobre su mamá.
No hay forma de deshacerse de la molesta y tonta sonrisa de mi rostro.
Una vez que es hora de recoger a Jo, Cash y yo caminamos hacia el estacionamiento, y juro que el chucho mira al océano con anhelo. Perro raro. Seguro, puedo ver que todo ese pelaje es una molestia en la mitad del verano, pero estoy dispuesto a apostar que dicho pelaje lo haría ahogarse ni bien toque el agua.
Probablemente ni siquiera puede nadar.
—Raro —mascullo y enciendo un cigarrillo.
Sin embargo, supongo que el perro es parte de mi vida ahora, ya que Bella sí que la es.
—Dejemos esto en claro, Cujo —le digo—. Soy el hombre de la casa.
Él me ignora.
Grosero.
—Edward, ¿estás teniendo una conversación con el perro de mi hija?
Mi cabeza se levanta instantáneamente.
Charlie.
Amé sus respuestas al capítulo de ayer jajaja, así que gracias, estaba en la plaza con mi sobrina intentando leerlos sin reírme.
