Disclaimer: los personajes de Twilight son de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es CaraNo. Yo solo traduzco con su permiso.
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Capítulo 88
Él está sentado allí, sobre el capó de lo que asumo que es su Mustang negro, con una gran sonrisa en su rostro.
Obviamente le devuelvo la sonrisa.
—Carajo, Charlie Swan —dijo, caminando hacia adelante. Me río y tiro mi cigarrillo—. Vaya. Mucho tiempo sin verte, hombre.
Bajándose del capó, toma mi mano extendida y me jala a un abrazo. Sonrío.
—Demasiado tiempo. —Él termina el abrazo, ambas manos en mis brazos—. Qué bueno verte de nuevo, hijo.
—A ti también. —No podría estar más de acuerdo—. Veo que te afeitaste el bigote.
El Charlie que recuerdo de Washington —y Chicago, ya que estamos— tenía un bigote que competía con estrellas porno alemanas, vestía camisesas escocesas, jeans gastados, y botas. El Charlie que veo ahora usa shorts cargo color negro, una camiseta gastada de Megadeth, y... me río.
Sandalias.
—Bueno, esto es Florida. Bella me dijo que el atuendo de leñador no funcionaba aquí. —Se ríe—. Veo que no has cambiado mucho. Aunque... —Frunce el ceño mirando mi cabello—. ¿Tienes canas allí?
Oh, él es el papá de Bella, ¿de acuerdo?
—No es genial, abuelo —mascullo y paso una mano por mi cabello desordenado. No tengo canas. Aún. Solo es cuestión de tiempo cuando Josie es tu hija—. Y mira quién habla —bufo, estudiando sus sienes canosas.
Él se encoje de hombros, las esquinas de sus ojos se arrugan al sonreír.
—Oye, me acerco a los cincuenta.
—Como sea. —Me río por la nariz—. Aquí tienes, toma al cerbero, ¿sí?
Él estalla en carcajadas.
—¡Cerbero! Entonces, ¿lo que me dijo Bella no fue una mentira? ¿Realmente te caíste?
Ah, al diablo mi vida.
Era de suponer que Bella llamaría a Charlie ni bien podía.
—Nah, está mintiendo —miento, tendiendo la correa—. No sé de dónde lo saca. Para ser honestos, me preocupa un poco.
—Sí, eso casi sonó creíble.
Diablos.
—Como sea —repito como el tonto que soy. Pero ni siquiera puedo comenzar a fingir molestia. La sonrisa está allí; se siente bien ver a Charlie de nuevo—. Y bien, ¿qué te trae aquí hoy? ¿Bella te llamó?
Ya sé que Bella ha puesto al día a Charlie, comenzando desde la primera vez que la vi de nuevo hace poco más de cinco semanas. Desde entonces, Bella ha hablado con Charlie, Rose, y Alice sobre lo que ha estado pasando con Josie, y conmigo tan cerca de ella.
—Sí, así es. —Se ríe suavemente, una expresión melancólica en su rostro—. Ella me llamó ayer después que ustedes cenaran en tu nuevo taller. —Asiento—. Y entonces me envió un mensaje cerca de dos minutos antes que comenzara su clase hoy. —Ante eso, lo miro con curiosidad. Ella debió haberle mensajeado después de que me dijera... Inmediatamente después que me dijera que me ama. Dios. Esa mierda no se supera—. Ten —dice, acercando su teléfono—. Ella me envió esto. Me contó sobre el próximo sábado, pero después de leer su mensaje, realmente no podía estar tanto.
Leí el mensaje simple —solo cuatro palabras— pero no podían ser más significativas.
Soy su mamá, papá. ~Bella.
—¿Asumo que le contaste a Jo esta mañana? —supone.
Sonrío y froto la yema de mi pulgar sobre mi labio.
—Sí, ella lo sabe. —Asiento lentamente, aún pensando en ese mensaje. Me río—. Si alguien me hubiera dicho hace un par de meses que esto sucedería...
Quizás algunos dirían que Bella y yo estamos avanzando demasiado rápido, pero no estaría de acuerdo. He amado a Bella por ocho años. Simplemente mi amor ha cambiado y evolucionado, lo que no llevó mucho. La necesidad que tengo por ella no ha cambiado. De hecho, sí. No puedo dejar de pensar en ella, por Dios santo. La he extrañado más de lo que las palabras pueden describir, y ahora que la tengo en mi vida, todo está cayendo. Todos los sentimientos, todos los momentos en que he pensado en ella, todas las veces que la he extrañado...
No quiero desperdiciar más tiempo.
Después de la declaración de Bella hace dos horas, diría que se puede decir con seguridad que ella tampoco quiere desperdiciar más tiempo, lo que me hace amarla incluso más.
—Ella está feliz de nuevo —dice suavemente Charlie, haciéndome levantar la mirada. Él tiene esa expresión melancólica de nuevo—. La vi brevemente el domingo cuando volvió de Daytona... —Él sacude la cabeza con una mirada lejana—. La chica no podía sentarse quieta, déjame decirte. —Ambos nos reímos—. No la he visto de esta manera desde... ni siquiera lo sé.
—La amo —admito. Él me sonríe de costado, asintiendo—. Haré lo mejor para asegurarme que siga feliz.
Él mira hacia el océano, asintiéndome una vez más.
—Sé que lo harás, Edward.
.
.
—De lo contrario, tendré que golpearte en los huevos.
Me río.
—Te lo permitiría —termino.
Es entonces cuando veo a Bella y a Josie caminando hacia nosotros.
—Es hora de ver a tu nieta de nuevo —digo, apretando su hombro con una mano.
