Aún faltaba un cuarto de hora para la tan ansiada señal por la mayoría de los jóvenes en aquella institución, múltiples eran las miradas que se desviaban al reloj ubicado en el centro exacto del muro donde yacía aquella pizarra llena de instrucciones para los ansiosos niños, la maestra por su parte aquel día parecía totalmente dispuesta a exprimir hasta el último minuto de aquel día con nueva información que, a sus propias palabras, sería introducida en el próximo examen, provocando la desesperación de los más estudiosos y la frustración de aquellos más distraídos.
Casi como si lo hubiese practicado, la maestra rompió su postura y con un lento pero sobreactuado movimiento se giró en su posición para mirar a su clase con una extraña expresión mezcla de vergüenza y placer, algo que a varios les termino por causar un escalofrío en sus cuerpos, pudiendo imaginar lo que para varios significaba esa sonrisa que rozaba lo sádico.
- Bien mis queridos alumnos, había olvidado asignarles el bonito trabajo que les prepare con mucho amor...
20 minutos después, entrada de la primaria
- ¿Pudo ser peor no creen? Digo, la maestra pudo haber dejado algo imposible como le gusta hacer.
- Trent, que a ti te agrade estrujarte el cerebro por estas cosas es tu problema pero no nos metas a nosotros en tu extraño gusto por las clases, además el problema no fue el traba...
- ¡Fue la hora! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué tanta maldad?! ¡Solo eran 15 minutos más y tendríamos nuestro hermoso fin de semana!
La furia de la pequeña castaña era evidente, ni siquiera fue necesario que interrumpiese al chico de blancos cabellos para darse a entender pues el solo tono irritado y el volumen de su habla fue capaz de asustar a varios de los niños que se encontraban en las cercanías, algunos de ellos acelerando el paso para no estar cerca de aquella pequeña bolita de odio en que se había convertido Karen.
- Siento que me sangran los oídos.
- Extraño, yo siento un pitido de fondo.
- Creo que necesito cambiar mis gafas, juraría que se trizaron un poco.
- Cállense ya, yo quería mi fin de semana para mí y ahora resulta que debo hacer el trabajo de esa... esa...
- Bueno, podríamos juntarnos para hacer el trabajo ahora, entre los cuatro podríamos terminarlo rápidamente y contaríamos con nuestro fin de semana devuelta.
Los otros tres miembros del grupo al escuchar la idea se quedaron un momento pensativos, observando al peliblanco quien ahora se sentía incomodo por las penetrantes miradas con las que le estaban atacando, aunque el debate interno duro poco pues el rubio del grupo no tardo en apoyarse en su amigo con una clara sonrisa en su rostro.
- Me agrada esa idea Linc, apoyo la moción, solo gastamos unas horas hoy y listo, fin de semana por y para nosotros, aunque no podría ser en mi casa, cosas personales amigos.
- Ciertamente es buena idea, aunque... tampoco podría ser en mi casa, tengo visitas y no habría espacio.
- En mi casa tampoco, una vez invite a un chico a casa y mamá se volvió loca, imaginen si van los tres.
El albino se quedó en silencio en ese momento, entendía perfectamente el curso que estaban tomando las cosas y realmente no le gustaba para nada.
Eran muy pocas las ocasiones donde invitaba a sus amigos a su hogar, después de todo no tenía mucho que ofrecer y no le agradaba la idea de ser un mal anfitrión después de lo bien que le habían atendido en las casas de sus amigos, siempre salvándose al gastar un poco de sus ahorros para contentar a sus amigos pero siempre había sido una persona, ahora serían tres y sabía que no contaba con suficientes recursos para hacer de ello una buena velada.
Su cara se comenzaba a angustiar ligeramente al intentar pensar en una respuesta, pues el mismo había propuesto la idea y rechazarla ahora solo por no querer que sus amigos le visitasen simultáneamente sería algo que no le agradaba en lo absoluto.
Pudo ver como las miradas de sus amigos se posaban lentamente en su dirección mientras sus expresiones se deformaban en muecas risueñas en lo que parecía haber sido un consenso silencioso entre los tres muchachos, o lo hubiese sido si no fuera por la interrupción de alguien externo al grupo.
- Hola chicos, pude escuchar que tenían un plan para recuperar nuestros preciados días de descanso - Pone una burlesca sonrisa en su rostro - Pero no tenían donde llevarlo a cabo, pues les tengo una propuesta que no podrán rechazar ¿Qué tal si nos juntamos en la casa de mi buena amiga aquí presente?
La rápida inserción a la conversación del pequeño grupo más la extraña oferta que aquella chica de cabello castaño y ropajes morados les había hecho les había dejado por unos momentos paralizados, pues tres de los cuatro niños ya tenían sus propios planes en mente, siendo solo el chico de pecas quien sintió un real relajo y felicidad ante esa extraña oferta pese a la ligera incomodidad que le daba, el único problema con aquella oferta era que la acompañante de esta tampoco se esperaba aquel comentario.
- ¡Mollie! ¡¿qué haces?!
- Vamos Jordán ¿No que también te quejabas hace poco de perder el fin de semana? Estos chicos son la solución, además entre seis podremos terminar mucho antes.
- ¿Pero por qué mi casa? Al menos ofrece la tuya...
- Chicas - Ambas amigas se voltearon a ver al chico de gorra blanca - No tienen por qué pelear, además que nosotros ya...
- Estamos encantados de ir con ustedes - El albino encontró una oportunidad de alejar la atención de su hogar y no la iba a desaprovechar.
El ahora inesperado comentario del peliblanco termino aturdiendo a todos, sobre todo a la principal implicada quien al ver el ansia con la que este había hablado asintió muy extrañada, sellando el trato.
Tras ello el ahora grupo de seis se comenzó a encaminar hacía la residencia de la castaña con trenza, intercambiando una serie de comentarios entre los diversos chicos, los cuales variaban desde el suspiro aliviado de Karen por un poco más de presencia femenina en sus conversaciones hasta algunas inocentes bromas entre niños mientras aprovechaban de interactuar un poco más además de las conversaciones de pasillo o saludos esporádicos en el salón, por lo menos hasta que estuvieron a pocas cuadras de distancia de la casa de la niña de trenzas, momento en que esta y el peliblanco se quedaron al final del grupo algo distanciados de los demás.
- Espero que mamá no se enoje por traer a mucha gente de la nada - Su tono de voz había sido algo vacío, como si estuviese hablando consigo misma.
- Tranquila chica Jordán, solo estaremos haciendo un trabajo y después nos iremos, nada va a salir mal.
- Mira... ¿Lincoln verdad? Primero no me llames así, me molesta, y segundo, no sabes cómo es mamá, ella realmente puede ser bastante molesta cuando quiere con todas sus normas y reglas absurdas además de controlar todo lo que puede mi vida, si los viese haría muchas preguntas y supondrá cosas (suspira) ni siquiera sé porque acepte lo que dijo Mollie.
- Oye, no creo que debas hablar así de tu mamá, si ella está al pendiente de ti es porque te debe querer y quiere lo mejor para ti.
- Me confirmas que ni siquiera se te ocurre como es mamá, pero bueno ya están aquí - Termino levantando los brazos mientras rotaba su cabeza hacia ambos lados con una cínica sonrisa en su rostro, como si debiese resignarse a un funesto destino.
Para Lincoln ver aquella cínica sonrisa en el rostro de la chica le irrito levemente, sintiendo como aquella idea salida de la nada solo para salvarse de tener invitados en su casa se volvía cada vez peor siendo su único consuelo que terminarían rápidamente y tendría tiempo para jugar libremente durante el fin de semana.
Con esa sensación y aquella molesta sonrisa en el rostro de su acompañante fue que terminaron llegando a la residencia, era una enorme casa de dos plantas con acabado tradicional, embellecido por un jardín frontal bien cuidado y pequeña vegetación que parecía adaptarse perfectamente a muros, algo que a la vista le agrado bastante al grupo de visitantes mientras las dos chicas quienes veían con parcial gracia la emocionada expresión de quienes no contaban con realizar esa clase de visita aquel día.
La vista por el interior parecía ser igual de preciosa que el exterior con un acabado tradicional y una buena cantidad de decoraciones varias tanto en el acceso como en la sala de estar, algo que nuevamente le agrado a la vista a los pequeños, excepto por uno.
Lincoln claramente estaba encantado por la belleza de aquel lugar no solo por ser la primera vez que estaba en una casa de esas dimensiones y de gente en buena situación financiera pero no pudo evitar compararlo con una antigua experiencia que creía ya enterrada, sintiendo casi un deja vú observo en frío un par de veces aquel lugar al tiempo que perdía aquella emoción rápidamente, muy por el contrario del resto de sus amigos y para sorpresa de la anfitriona quien vio como aquella cara de bobo emocionado se convertía rápidamente en una expresión seria y fría al punto de notar el sutil espaciamiento que el muchacho estaba aumentando hacia su persona, como si estuviese en un terreno de caza y el fuese la presa.
Tuvo la intención de hablarle mientras acercaba una de sus manos al hombro del chico, pero la rápida acción de otro de sus invitados termino por ganarle la atención del chico.
- Lincoln, seguro que aquí tienen una cocina gigante y mejores cosas que en la escuela así que ayúdame a hacer algunos aperitivos
- Karen, esta no es ni tu casa ni la mía no podemos simplemente...
- Mira muchacho, es simple, hacemos suficiente para que quede algo a los padres de chica Jordán y limpiamos todo.
- No habrá problema, la señora Rosato ama las cosas dulces ¿No es verdad amiga? - Antes de terminar de hablar Mollie ya estaba junto a Jordán, parándose firme frente a su amiga con una sonrisa conveniente.
- ¿Uh... no creo?
- Bien - Aplaude para llamar la atención de los presentes - Jordy ya dio permiso así que chicos vayan a preparar los aperitivos mientras nosotros terminamos de ponernos al día ¿Si tienen dudas le preguntan a ella ok?
El cuarteto estaba algo aturdido por la soltura con que disponía del hogar de su amiga pero a los muchachos realmente le gustaban la repostería de la pequeña Karen y más si tenía la asistencia del joven de pecas quien no hacia ningún esfuerzo para disimular que no le agradaba la idea, algo que sus amigos tomaron por no querer preparar dulces, por más que Jordán no pensase que esa era la verdadera razón de la molestia del muchacho.
Con un Lincoln siendo arrastrado por Karen y unas renovadas conversaciones entre Mollie, Jayden y Trent es que Jordán se vio perdida en su propio hogar, pues era cierto que quería disponer de sus dos días libres y el hecho de saber que sus padres y hermana mayor no estarían hasta la noche le daba libertad pero aquella compañía le resultaba extraña, tenía sus amistades adicionales y no podía considerarse como alguien poco sociable, pero aquello realmente había sido un impulso hecho por su amiga, no había preparación ni tiempo, solo podía improvisar y ahora tenia a dos personas que no conocía mucho usando su cocina mientras otras dos estaban cómodamente sentadas en su sala de estar, por lo que considerando que el par de chicos serían controlados por Mollie su prioridad sería que la cocina no explotase, emprendiendo rumbo a esta.
Al asomarse por la entrada pudo notar como ambos chicos estaban todavía recopilando algunos ingredientes mientras revisaban todo posible lugar que pudiese servir como alacena, estaba dispuesta a entrar para preguntarles que buscaban pero al notar que ambos conversaban su lado chismoso pudo con ella.
- Si no encontramos la harina no podremos hacer nada ¿Además ya viste esa mezcladora? Estoy segura de que ni siquiera necesitaremos sacarle el aire a la masa después de ocuparla.
- Si, lo que digas.
- Lo otro, sé que encontraste el chocolate pero déjame trozarlo a mí, quiero ver si hay moldes y poder hacerle figuritas a algunas galletas, estoy seguro que le encantaran a Jayden.
- Será lo mismo, solo se las comerá sin distinguir, no entiendo tu fanatismo.
- Lincoln, Lincoln, Lincoln, esto te supera totalmente.
- Como sea...
Aquella seca respuesta del peliblanco termino provocando un silencio entre ambos niños que solo era opacado por el impacto de puertas abriéndose o utensilios chocando.
- Estas raro, no estabas así en la mañana.
- Estoy bien por si eso preguntas, no te preocupes.
- Estabas bien si me permites corregirte, no llevamos tanto cocinando juntos como para no reconocer que algo no anda bien ¿Te paso algo con chica Jordán? Al final te quedaste un momento con ella antes de entrar.
- No paso nada, solo es... olvídalo.
- Deberías ir al psicólogo rarito.
- No me digas rarito, solo estoy asimilando este lugar, es gigantesco.
- Ni me lo digas, creo que mi casa cae en su patio y juraría que vi una piscina atrás - Nota como el albino al escuchar el comentario se pone todavía más tenso – Espera ¿Tienes problemas con eso?
- No, para nada, solo... tú sabes... no soy bueno con la gente.
- Ah pequeño albinito, puedes ser tan tierno en ocasiones ¿Acaso te da vergüenza Mollie y chica Jordán? Es simple, te acercas a ellas y las saludas como corresponde, ni creas que no me fije esa frialdad al conversar o que aceptaste porque no querías que fuéramos a tu casa.
- ¿A que te refieres? - Su tono era claramente nervioso - Yo no intentaría hacer eso.
- Sabes, eres más evidente de lo que tú mismo crees así que ni creas que me convencerás con eso - le entrega algunos de los elementos encontrados, los cuales recibe y comienza a batir - ¿Además de los problemas que ya todos sabemos hay más verdad?
- Un poco - Su tono de voz fue bajo, casi rozando la vergüenza - Pero eso no importa, además me la paso bien con ustedes y no necesito más.
- Pasamos tiempo juntos y todo, pero la confianza también es importante ¿Crees que no me molesta ver como de bien te llevas con Jayden mientras que Trent o conmigo siempre esta esa ligera hostilidad? No negaré lo que paso, pero tampoco te mostrare lastima, estoy segura de que eso sería peor para ti y te respeto lo suficiente también para caer en ello, pero si no te abres es difícil sentir que nuestra amistad avanza.
Al decir esto tuvo que detener el movimiento de sus manos, la pequeña castaña podría mostrarse dura la mayor parte del tiempo pero era su forma de ser, todos los que la trataban lo sabían y no les molestaba ya que sabía definir sus propios límites, por lo que cuando comenzó a hablarse con el peliblanco, el chico que había sido casi la paria del salón durante tanto busco ablandarse un poco para no hacerle huir sabiendo que siempre había tenido problemas a la hora de socializar, pero por más que conversaban y pese a sentir aprecio por su amigo pudo notar como el avance de este se estancó en cierto punto, como si no la pudiese aceptar totalmente y hasta cierto punto le entendía, pero le seguía doliendo.
Pues en el fondo se acercó a él para usarle con el fin de acercase al chico rubio, algo que le dolía y quería compensarle ayudándole.
- Si aprecio nuestra amistad, realmente lo hago - A este punto el chico también detuvo su movimiento de manos - Pero es difícil confiar en la gente de la escuela, sobre todo después del horrible intento que fue hacer un amigo por las mías.
La castaña al escuchar esto no pudo evitar poner su atención en su amigo, pues era bien sabido que nunca se le vio intentar acercase a nadie durante los primeros cursos.
- ¿Me puedes contar que pasó?
- Realmente no tengo muchas ganas (suspira) pero no he podido sacarme de la cabeza esa experiencia, supongo que Jay se salva debido a que le conocí fuera de la escuela.
- Tuvo que ser algo muy malo lo que te hicieron.
- Si lo pienso ahora, quizás no fue para tanto pero, tú sabes, problemas en casa, problemas en la escuela, apenas si tener edad para andar solo... no era una buena combinación.
- Sabes... a esa edad no deberías de haber andado solo... o haber tenido que pasar por esas cosas.
- Es lo que me toco - Termino por levantar los brazos en señal de resignación - No es como si pudiera escoger donde nacer.
- Suenas como un anciano, y el cabello no te ayuda para nada, deberías intentar ser más feliz, esperar mejores cosas, no lo sé.
Ver a la chica junto a él tomarse del cabello intentando darle alguna frase motivacional era algo que en parte le agradaba, no había mentido con lo que había dicho y generalmente tenía una visión algo conformista, pero verle esforzarse en animarle era algo que le reconfortaba y realmente le motivaba a cerrar esa molestia... por lo menos con ella.
- Vamos "galletita", hay que terminar los dulces o no terminaremos jamás ese trabajo.
- ¿Cómo... ¡Me... dijiste!?
- Uhh...
- ¡Devuélveme mis palabras de aliento cabeza de nieve!
Para Jordán ver como pasaban del sentimentalismo a la brutalidad era algo extraño, en parte le tranquilizaba ya que se dignaron a no sacrificar la masa que ya estaban preparando, pero lo que había escuchado le había dejado pensando, pudo sentir algo de dolor en ambas partes mientras dialogaban y las dudas sobre aquel extraño chico seguían sumándose, era todo un enigma.
Con algo de dudas se retiró de la entrada, pues aquel par se las había arreglado para encontrar todo y sintió que solo estorbaría, ya tendría tiempo de preguntar.
Al volver a la sala de estar pudo notar la amistosa conversación entre los chicos y su mejor amiga, eran temas banales a los que pudo acoplarse rápidamente mientras pequeñas jugarretas surgían, todo iba normal hasta que las bromas comenzaron a subir de tono.
- Aprovechando que ya entramos en confianza y que nos queda poco tiempo a solas, hay algo que quiero preguntarles chicos - Ahora era el turno de Mollie para esbozar una sonrisa maliciosa - ¿Por qué se juntan con Lincoln? Siempre parece tan... vulnerable, sobre todo tu Trent, si hubiese tenido que escoger a Chandler o Lincoln, hubiese escogido al primero.
La pregunta cayo de improvisto a los chicos quienes no se esperaban un comentario de ese estilo de parte de la castaña, sabían que algunos rumores seguían circulando contra la imagen del chico, pero su relación de amistad había desmentido todo aquello, o al menos la mayoría. O al menos eso era lo que pensaban ambos chicos, pues Jordán no pudo evitar darle la razón a su amiga internamente.
- No sé a qué te refieres y realmente no me importa, pero esa no es una buena forma de expresarte de él.
- Cierto, lo único que me lamento fue haberme burlado de él en el pasado, su amistad es algo que realmente aprecio ahora.
- Vamos, no pueden hablar totalmente en serio, estoy segura de que en algún momento debieron pensar que era un poco patético o que no tiene mucho que ofrecer.
- ¿Entonces tú ves en todos tus amigos eso? ¿Cosas buenas para ti? ¿O acaso si quiera te has puesto a conversar alguna vez con él? No lo creo, simplemente escuchaste que era patético y le viste silencioso así que supusiste que era verdad, ni te molestaste en más.
- Eh, yo digo lo que puedo observar y sentir, no tienes que molestarte tanto.
- Estoy en todo el derecho de molestarme, es mi amigo de quien estás hablando.
- Es solo una opinión, no seas tan quejón.
- Puedo y lo haré, hablas de mi mejor amigo y eso no lo permitiré.
A este punto Jayden se había levantado de su asiento mientras miraba fijamente a Mollie, quien había hecho lo mismo, dándose ambos una mirada molesta por aquel intercambio, para Trent no había sido agradable aquellos molestos comentarios pero estaba en contra de la violencia mientras que Jordán por más que le daba un punto a su amiga le sorprendía la devoción del muchacho del gorro pero no estaba dispuesta a que se desencadenase una pelea en su hogar por lo que termino alejando a la chica con el fin de calmarla, algo que intento indicarle con la mirada al chico de lentes con la esperanza que entendiese.
Tras una agradable conversación y algo de liberación de estrés contra la almohada ambas volvieron a la sala de estar, para este punto la situación era un descontrol y se arrepentía de haber traído a los chicos, rogando hacer rápidamente la encomienda para que se marchasen y poder relajarse, al menos agradecía que el dúo repostero ya se hubiese instalado con algunas galletas en la sala.
- Perdonen por la ausencia, cosas de chicas - Termino dándole un guiño a Trent quien asintió.
- No te preocupes, además es tu casa... - Nota la tensión entre Mollie y Jayden - ...eh ¿Esta todo bien?
- Perfecto, de maravilla, ningún problema, ya terminemos con esa cosa antes que algún bebé quiera volver a llorar.
- Si lo que digas (voz baja) arpía.
Desde allí la conversación fue superada por la incomodidad entre las indirectas que ambos se lanzaban, centrándose todo lo posible en poder terminar rápido aquella asignación lo cual era un sentimiento compartido por casi todos, a excepción del muchacho peliblanco quien seguía pensando en su conversación con su amiga.
- Bueno... ya se han insultado bastante entre ustedes y esto no puede seguir así ¿Qué les paso?
- Nada importante "chico estrella" solo un bebe grande que perdió su biberón.
- Lo dice la diva del salón, oh que grandes y elocuentes palabras, me honran sus halagos.
- Es más de lo que te mereces cabeza de calcetín.
- No es que importen tus palabras intento lamentable de gótica.
- Cállate dientón.
- No, cállate tú bruja.
Jordán estaba a punto de levantarse para frenar aquella discusión, pero Lincoln se le termino adelantando al dar un fuerte golpe a la mesa donde tenían apoyados sus cuadernos.
- ¡Ya cálmense de una vez, no estamos aquí para insultarnos! ¡¿Y que diablos fue lo que les paso?!
- Tu amiguito no soporta nada.
- Ella te insulto Lincoln, solo te defendía.
Al escuchar esto el peliblanco se tomó la cien con una de sus manos y miro tanto a su amigo como a la castaña que les había invitado, meditando por unos segundos antes de hablar.
- Jay, te lo agradezco pero no era necesario y tú Mollie, me da igual lo que pienses de mí, desde hace tiempo que no me importa lo que diga pero si solo nos invitaste para hacer eso... realmente no esperaba nada así que no creas que me daña - Mira a Jordán, quien sintió nuevamente aquella fría mirada de cuando entro a su hogar - Si soy honesto acepte porque no me gusta invitar mucha gente a mi pequeño hogar, pero por lo visto fue un error, disculpa por todo este problema - Mira a Karen - ¿No hace falta que hablemos de ello, verdad? Ahora terminemos con esto de una vez.
Al decir esto el muchacho se volvió a sentar y reanudo con su trabajo, algo que fue seguido por el silencio de los presentes el cual solo se rompía para frases simples o intercambios de información, realmente todo intento de conversación murió en ese momento.
Al cabo de unos minutos todos terminaron con su trabajo y de forma totalmente incomoda se despidieron, siendo el último en salir el peliblanco quien se volteó en última instancia para referirse a la anfitriona.
- Escucha, lo de hoy fue incomodo y molesto, espero no hablemos más de esto, pero si quieres decirme algo prefiero que me lo digas a la cara además no te preocupes que no volveré a tu casa a molestar, espero le pases el mensaje a tu amiga.
- ¿Tienes que ser tan irritante? ¿Acaso tanto te molestamos mi casa y yo, o creías que no note tu molestia cuando llegaste?
- ¿Eso viene al caso? Ni siquiera aprecias lo que tienes y me hablas como si tuvieses derecho a juzgarme, te recuerdo que quien hablo mal de otros a espaldas no fui yo.
- ¿Ah? Ni siquiera sabes bien que paso y solo te quedaste con una frase de tu amigo ¿Acaso confías tan ciegamente en él?
- Por supuesto - Dijo con total seguridad - Es mi amigo y que ganaría con mentirme ¿Eh McBride?
- ¿McBride? ¿El tipo de lentes? ¿Qué está pasando?
Ni siquiera se había percatado de ese pequeño desliz mientras hablaba, incluso no se hubiera dado cuenta si no se lo hubiera replicado la chica, quizás era la rabia del momento, la incomodidad o el mal recuerdo que seguía presente en su cabeza.
- Muy bien chico raro, ya te has comportado demasiado extraño y no solo fuiste bastante molesto recién sino que eres... eres... ¡Eres extraño! No logro entenderte, no sé si compadecerme de ti, si tenerte miedo, si alejarme o preguntar por esa extraña mirada fría tuya, incluso peleas conmigo y mi mejor amiga en mi hogar cuando apenas si hablamos... ¡Ni siquiera tienes modales y me confundes con ese extraño niño! ¡Dime que quieres Lincoln!
- ¡No lo sé maldición, solo quiero ser feliz sin sentirme miserable!
Este nuevo exabrupto en el muchacho asusto a la muchacha, pues el chico lucia seriamente afectado, respirando erráticamente mientras sus brazos tiritaban, ya ni siquiera le estaba viendo sino que su mirada se había clavado en el piso, como si no le importara estar frente a alguien apenas conocido.
- Sabía que este estúpido intento saldría mal, siempre las cosas salen mal cuando se trata de la mayoría de la gente de ese salón.
- O..Oye ¿Así es como nos ves a todos? ¿Cómo molestias?
- ¿Y acaso no me han demostrado lo mismo desde hace tanto? Si no era desinterés eran burlas ¿Crees que soy tan estúpido para no conocer los rumores o que soy tan sordo para no escucharles? - Le apunta con un dedo - Déjame decirte "princesita", no me siento feliz en casa, muchas veces no tengo ni siquiera los recursos y si no fuera por el Sr. Dawkins probablemente habría reprobado la mitad de los trabajos que requerían recursos porque tengo a un adulto que apenas si me saluda y ninguna adulta a la que le importe en lo más mínimo, pero no me ves dándoles lastima o pidiendo su compasión, menos cuando logre encontrar gente con la que me siento bien y puedo llamar realmente amigos (ríe burlescamente), incluso hable de esto con Karen cuando llegamos aquí, creo que tiene razón en parte, pero no con todos, eso es definitivo.
Ya más aliviado se da media vuelta para comenzar a alejarse de aquella casa mientras Jordán le veía con lastima.
- Karen tenía razón, ver lastima es horrible, supongo que debo disculparme con ella mañana... y Jordán, tus padres te quieren, eso se nota, no hables mal de ellos con extraños.
- ¿Entonces eso era lo que te molesto cuando llegaste? ¿Lo que dije de mamá o que me confundieras con McBride?
- Al comienzo, solo lo primero.
Con eso dicho Lincoln comenzó a caminar para alejarse de ese lugar, uno donde realmente no tenia deseos de volver y que empezaba a odiar, pues no era su única experiencia y no deseaba tener una tercera que sumar a sus malestares, además que si corría ahora podría alcanzar fácilmente a sus amigos, por lo que deseando alejarse estaba por acelerar hasta que fue detenido debido a sentir como tomaban uno de sus brazos.
- ¿Qué quieres ahora?
- Solo quería pedirte perdón por lo que paso, hablare con Mollie, no es mala persona solo se deja llevar por los rumores.
- Ya lo dije, no me interesan esas cosas…
- Te pedía perdón por lo que dije de mamá.
- ¿Ah?
- No creo que sirva de mucho hablar de lo demás, pero creo que tienes razón en eso, no debí decir eso de mamá ni menos a ti, sin ofender... esta vez.
- Vaya... eso no me lo esperaba...
- Dudo que te vuelva a dar la razón, así que mejor recuerda esta disculpa.
- ¿Volver a dar? Hablas como si quisieras volver a discutir.
- ¿No puedo? Estamos en el mismo salón y podríamos conversar un poco más, creo que tienes más cosas que contar y si tus amigos te defendieron de esa forma es por algo.
- Bueno, que quieres que diga... ellos son los mejores.
- Pues... ¿Podría intentarlo?
- ¿Prometes mantener a tu amiga calmada?
- ¿Prometes no volver a hacer una escena frente a mí?
- No conseguirás nada haciendo bromas casuales frente a mí, ni menos ahora.
- Bien... ¿Amigos? - Le tiende la mano.
- Intento de amigo - Le tiende la mano de vuelta.
- Eso ya es algo.
Y con ello aprieta la mano del chico que tenía en frente, uno que le parecía realmente extraño y seguía teniendo sus dudas, pero que demostró ser más que los rumores en lo poco que conversaron.
Uno que tal vez valía la pena conocer.
