Disclaimer 1: Fanfic sin ánimos de lucro. The Loud House es creación de Chris Savino, The Casagrandes es desarrollo basado en sus personajes a cargo de Michael Rubiner y ambos son propiedad material de Nickelodeon Intl, bajo licencia de Viacom y Jam Filled Entertainment.
Disclaimer 2: Los materiales referidos y/o parodiados son propiedad intelectual y material de sus respectivos creadores.
Advertencia: relacionada a Vínculos
El encanto del crepúsculo
I
Noche de chicas… y chico
Hershey, Pennsylvania
6 de noviembre de 2021
8:10 pm
Hotel Hershey Lodge
Por lo general resulta gracioso ver a alguien con el tabique desviado. Al menos a la mitad de sus conocidos y más cercanos amigos les ha pasado. Ya sea que Sameer le haya roto la nariz a Casey por defender un comentario fuera de lugar sobre los sándwiches cubanos, Kingston por querer propasarse con Nikki o incluso Carl por meterse solo él sabrá como a los vestidores de las chicas de la secundaria hace dos años, lo cierto es que a quienes más estimaba le preocupan.
-No pregunten -declaró Lincoln con voz un tanto nasal al entrar junto a su madre.
-Le estamparon la puerta contra la cara y le rompieron la nariz -secundó Rita, un tanto incómoda al haber sido testigo presencial.
-¿Es en serio? -preguntó irónica Ronnie Anne, hastiada de ver televisión todo el día.
-Ronalda, hazte un favor y no busques hasta su nueva casa a nadie que se haya ido -respondió Lincoln, sonando un tanto herido.
-Lo dice el chico cuya hermana le hizo ir por culpa de Bobby.
-Lo digo en serio -continúa Lincoln.
-¿Y por qué tienes labial negro en los labios? -preguntó inocente Sid.
-Es… personal -respondió el peliblanco, quien acto seguido fue al baño.
Durante la cena, apenas y hubo conversación. Lincoln se mostró reacio a hablar de la tal Stella, Rita no quería hablar del asunto y Sid juzgó conveniente no forzarlo a hablar todavía. Ronnie Anne, un tanto impaciente, optó por disculparse antes del terminar con el chop suey que pidieron para cenar.
Viéndose al espejo, recuerda un poco de los últimos meses. Entre mudanzas de vecinos, llegadas, su noviazgo con Laird y su propia hospitalización, dio por hecho que las cosas siempre pueden ir peor, en especial cuando uno suplica que vayan mejor de lo que iban. Mención especial le merece la mudanza de los Chang con los Casagrande, pues con un ingreso mermado al cerrar el zoológico pese a las donaciones recibidas y el sueldo solo del papá de Sid, era lógico que tuvieran que prescindir de algunas cosas. Animales y algunas comodidades incluidas, aunque eso no bastó para que el casero les haya subido la renta como a todos. De no ser por su abuela, ahora estarían en la calle, aunque ahora el baño sea algo más disputado.
Siendo honesta consigo misma, terminó por hacerle gracia tener que compartir turbo al baño y cuarto con Sid. No se lo ha dicho a Laird ni a nadie, pero a veces tiene ciertos pensamientos. Por lo que Lincoln le comentó, quizás le proponga a su novio que en caso de terminar espera que lo hagan en buenos términos, lo suficiente como para animarse a salir con su mejor amiga.
Mirando a su cuerpo, nota que su paso por el covid-19 le pasó factura. Había adelgazado. Su cuerpo, aún en desarrollo, se contrajo y aún le cuesta respirar, pero al menos puede decir que está un tanto conforme. Tanto más al haberse vacunado a escondidas de su abuelo, quien veía en la pandemia un arma de doble filo para vender y evitar comprar de más.
Sintiéndose mejor después de pensar un poco, volvió a la habitación donde los Loud compartían. Con el contenedor que a ella le había tocado ya sobre la cama -ya que las habitaciones estaban conectadas-, tal pareciera que Lincoln prefería quedarse viendo una película de David Steele mientras su madre se puso a revisar su teléfono.
Horas más tarde, ya en la cama, no pasó mucho tiempo para que Sid empezara a roncar. Con uno de los brazos colgando, hasta le parecía tierno ese gesto. Le recuerda a varios de los monos del zoológico antes del cierre, y más en concreto a aquellos tamarinos como el que ella tenía en el casillero. Era, a sus ojos, algo absolutamente adorable, y por primera vez en su vida consideró que había más de una opción.
Se siente alerta. Hasta entonces, solo Lincoln y Laird pasaron por su boca, y su actual novio ha sido el único al que le dio entrada libre por su falta de iniciativa. No lo culpa, pues a pesar de que es lindo, Laird es bastante cursi, algo que no le gusta.
Temblorosa, está a nada de hacer contacto boca a boca con Sid cuando escucha que alguien golpea la puerta. Reaccionando, salta a la cama sobre ella y la tira sin querer, despertándole en el proceso.
~o~
En sueños, Lincoln no la pasaba nada bien. El chico se veía a sí mismo en una suerte de camino en el que le era imposible elegir entre dos Stella, vestidas de ropas negras y azules y con la cabellera suelta una y de blanco, negro y naranja la otra con una cola de caballo en el cabello. Se había debatido largamente por la segunda, lo que la terapeuta de Clyde llamaría una proyección onírica de sus anhelos más profundos del momento. Pareciera que cada oportunidad que eligiera para escoger a la chica que esperaba encontrar algo tiraba de él para resignarse a la emo de modos brutales.
Agitado, despertó de su sueño bañado en sudor. No recuerda, como siempre, muchos detalles, pero es un hecho que su respiración se volvió pesada.
Tentado de salir, recordó que estaban bajo encierro parcial. No quiere importunar a su madre prendiendo el televisor o algún video en internet, mucho menos buscando dormir con ella. Ya era suficiente con tener que verla en una pijama que le resulta más incómoda luego de años de compartir la cama con su padre. A pesar de que le había pedido dormir con ella y el calor materno era agradable, incluso nostálgico, no se siente muy cómodo por la perspectiva que la gente le daría si se llegan a enterar y salen con rumores absurdos como que tienen relaciones o parecidos. Ya tenía demasiado con ese tipo de acusaciones hace tiempo, y por su tiempo de estadía en Windsor lo tiene más que entendido.
Paseando primero por la pieza, tomó un baño helado. No es que el consejo de Luan para despejarse en temporada de finales fuese de lo más acertado, pero al menos le ayudó a despejarse un poco. Tomando a tientas su ropa interior y el pantalón de la pijama, se vistió y caminó hacia la puerta sobre el piso alfombrado.
Nada más golpear la puerta, escuchó un fuerte golpe contra el piso. Ello solo enturbia sus pensamientos más o menos despejados, llegando incluso a concebir la idea de que Ronnie Anne podría estar siendo infiel a su novio con su mejor amiga.
-¿Puedo entrar? -pidió Lincoln.
-¿Eh? ¿Qué pasa? -respondió Sid, aturdida y somnolienta.
-Soy yo, Lincoln
-Ah, claro, adelante -bostezó Sid, abriendo la puerta.
El chico no pudo llevarse una sorpresa más desconcertante. Aunque vestida, Sid estaba solo en interiores y parecía importarle poco que Lincoln la viera así. Asomándose, notó que Ronnie Anne ni siquiera se cambió la ropa con que estaba vestida en la tarde.
-¿Qué estaban…?
-No lo sé -respondió Sid, aún adormecida-. Cuando desperté yo ya estaba en el suelo. ¿Quieres hablar con Ronnie Anne?
-Con las dos, de hecho, pero si quieres podría dejarlo para mañana -ofreció Lincoln para darle tiempo de descansar.
-¡No! Yo… solo… -titubeó nerviosa Sid-… ok, pero quiero que me hagas un favor muy pequeño.
-¿De qué se trata? -inquirió Lincoln.
-Duerme conmigo.
La primera reacción del peliblanco fue una carcajada que a duras penas puede contener. Sid lo mira incrédula, mientras que él trata de recomponer su postura en medio de arcadas convulsivas producto de la oferta.
-Es en serio, ¡por favor! -suplicó Sid, un poco molesta con la reacción de Lincoln.
-¿De verdad? -preguntó inocente Lincoln, aún con remanentes de la carcajada- Oye, no te ofendas, pero mi mamá podría tomarse eso muy mal.
-Solo será esta noche -insiste Sid.
-¿No te importa que estás en ropa interior?
Haciendo caso del señalamiento de Lincoln, Sid pudo comprobar que lo dicho por él era verdad. Un pequeño y coqueto top blanco con el dibujo de lo que el chico pensó era un mapache rojo y una pantaleta con el mismo dibujo al frente.
Con algo de reluctancia y con los sucesos de la tarde todavía en mente, Lincoln sintió que Sid le arrancaba el brazo de un tirón antes de caer en la cama.
-¿Qué hay de Ronnie Anne? -preguntó intranquilo Lincoln.
-Tiene el sueño pesado -respondió Sid.
-¿Y qué tal si ronco?
-Ronco por las noches y no le importa mucho -respondió sonriente la menor del grupo-. ¿No quieres decirnos qué pasó allá?
Dudoso, Lincoln solo se dejó guiar al centro. Por puro instinto, buscó primero la mano de su antigua bravucona y la jaló sobre su pecho. Replicando dicho movimiento, Sid hace lo propio uniéndose al agarre.
-Creo que no lo vale -contestó Lincoln-. De todos modos, no te gustaría perder a un amigo. No así.
Ignorantes de su estado, Ronnie Anne pudo deducir lo que lo aflige. Fingiéndose dormida, hizo un movimiento no solo para retirar su mano, sino para estrechar a ambos lo mejor que podía. Por un segundo, se sintió más segura de lo que jamás ha estado en su vida.
~o~
Apenas hoy me acabo de enterar, ¿saben?
Hurgando un poco en Twitter al revisar una respuesta a Adriana Olmedo (voz latina de Sam Sharp), encontré una publicación que me llevó a Deviantart. Así fue que me enteré de la primera week a tres bandas.
Había planes para participar en las dos Ronniecoln Week pasadas, pero entre una cosa y otra ya no pude hacerlo. Ahora, la idea es ir directo y sin escalas para que Linc coma bollitos de arroz con cajeta de Celaya (sin albur de mi parte).
Sólo para aclarar, a esto se refería Ronnie Anne cuando cuestionó a Lincoln antes de dejar Hershey (y a Stella). Algo al vapor, pero sencillo. Y debo añadir que esto, como el shot Sin pompa y en circunstancia del último especial (Amarillo al índigo), son canónicos a su universo.
It's showtime!
Sam the Stormbringer
