Disclaimer 1: Fanfic sin ánimos de lucro. The Loud House es creación de Chris Savino, The Casagrandes es desarrollo basado en sus personajes a cargo de Michael Rubiner y ambos son propiedad material de Nickelodeon Intl, bajo licencia de Viacom y Jam Filled Entertainment.

Disclaimer 2: Los materiales referidos y/o parodiados son propiedad intelectual y material de sus respectivos creadores.

El encanto del crepúsculo

V

Éxito de la noche a la mañana

En carretera dentro de Michigan

19 de mayo. de 2023

3:10 pm

El Beetle de Lincoln Loud

Para tener ya dieciocho años cumplidos, Lincoln ha pasado ya por bastantes cosas desde que volviera de las últimas vacaciones de primavera.

Para empezar, Stella quiso salir con él poco antes, pero una mala pasada de Rusty le hizo perder incluso su respeto durante un descanso. No habría pasado a mayores, de no ser porque ella sacó de su mochila una revista porno antigua con recortes de la cara de su madre, las abuelas de Liam y Clyde y de la señora Gurdle, y por más que juró y perjuró que esa revista no le pertenecía, la filipina sencillamente le dejó de hablar, para delicia de Rusty.

¿El remedio? Jordan había invitado a varios chicos del grupo a vacacionar en Chulavista, pero como algunos de los padres -incluyendo a los suyos- eran demasiado inocentes y otros fueron persuadidos de lo contrario -caso de los McBride, los Nordberg y los Hunnicutt-, la verdad fue que gracias a Chandler y compañía los expulsaron del hotel donde estaban alojados y ella echó mano de un plan B que consistía tomar a algunos de los invitados, colarse como ilegales a la frontera y tomarse un fin de semana de juerga que se fue un poco de manos por una cierta soplona en cuanto Mollie fue vista salir con Artie y Liam de un baño público en cadena nacional. Expulsada la mayoría de México, por primera vez en mucho tiempo a Lincoln algo le salió bien al tomar a Emma, Chloe, Clyde y Zach, cruzarlos de regreso a fuerza de nado, caminar unos cinco kilómetros a Imperial Beach y negar toda relación con el incidente bajo la excusa, simplemente, de que buscaban ir a México sin tanto papeleo, lo que valió una multa de la que, espera, no se enteren ni los McBride ni los Gurdle.

Por si fuera poco, su hazaña apenas y la hizo del conocimiento de algunos cuantos que creyó de fiar, la propia Jordan incluida. Ello le valió que Las cinco ratas se hicieran de cierta fama en el submundo de la preparatoria y, por lógica, en cierta escala su popularidad subió como la espuma. Tanta fue su suerte que se dio el lujo de rechazar a Cristina misma e invitar a una chica de la promoción anterior, Hannah -una antigua compañera de Lynn en el equipo de soccer, morena de luces y ropa rosa-, para el baile de graduación.

Debido a la excusa con que libró la expulsión de México, no obstante fue la tapadera perfecta para sus amigos, la novia de Clyde y la más intima de esta, asumiendo la responsabilidad ante sus padres y los de los chicos. Aunque el castigo fue algo fuerte, Rita no negó que Lincoln, ante semejante acto de idiotez, actuó con tanta mesura como ella en sus escapadas y le dio dinero (sin conocimiento de su marido o de su padre) para el enganche del auto que ahora maneja, mismo del que le faltan unas cuatro mensualidades para pagarlo.

-¿Cuánto nos falta? -preguntó Liam, ansioso por ver qué tan cierto era que Ronnie Anne quería presentarle a alguien.

-Una media hora, más o menos -respondió Lincoln.

-¿Ya habías estado aquí antes? -dudó Chloe, sentada junto a Liam para evitar cualquier incidente.

-Venía de visita con Lori antes de que se Bobby la terminara por un incidente del que tengo prohibido hablar -dijo Lincoln, deteniéndose un poco para revisar la guantera por el registro-. Si preguntas, no Clyde. No fue infidelidad de nadie.

~x~

Hace seis meses

Sin ganas de discutir, Lincoln estaba cansado de que, siendo el caddie de Lori, esta no le haya aumentado la paga en vacaciones. Peor aún, estaba viendo las posibilidades de buscar serlo de alguien más.

-No actúes como si no quieras pagarme, Lori -reprocha molesto Lincoln-. En serio necesito el dinero.

-No entiendes la situación, hermanito -objetó Lori, estando ya ambos a la puerta de su departamento-. Apenas empezamos a vivir solos y necesitamos cuanto sea posible para la boda.

-¿Y para cuándo es la…?

-Lori -dijo Bobby, abriendo la puerta como si tuviera noticias bastante fuertes-, odio decirte esto pero tenemos que terminar.

-Debe ser una broma -palideció Lori mientras titubea sorprendida.

-No te lo tomes a mal, Bebé -continúa el latino, demolido hasta el llanto-, pero hay tres palabras que me obligan a decirlo con toda franqueza. Gases… de yoga.

-Bobby… Roberto, ¡no puedes…!

-No te molestes. Nie-nie vendrá mañana por mis cosas -añadió Bobby, arrastrando una maleta pesada y su camisa antes de salir por donde ambos hermanos entraron.

Viendo las esperanzas de su hermana derrumbarse por haber pasado solo dos meses de convivencia como pareja independiente, se sintió lo bastante mal como para intentar tenderle la mano. Empero… Lori tiene otra idea en mente.

~x~

-¿Entonces qué fue? -preguntó Liam.

-Nada que a mi me importa -contestó Lincoln-, y mucho menos a ustedes.

-¿Por lo menos puedes decirnos qué pasó?

-Solo vimos una película romántica, comimos helado a reventar y me hizo comprar chocolate. Nada más, fin de la historia.

-Oh…

Si Lincoln les dijera lo que ocurrió después, seguro lo dejarían en la carretera por su cuenta. Para no hacerla larga, Lori llamó a un par de amigas para contarle de sus desgracias. Becky, que no vivía lejos, y una compañera de cuarto, Marisa. Toda una borrachera que terminó con la rubia vomitando en el baño, la latina dormida por la borrachera y Becky y Lincoln discutiendo sobre por qué un oso usaría un conejo como papel higiénico, amaneciendo desnudos y, al menos hasta donde pudo comprobar para su alivio, que el bebé que la pelirroja espera ya estaba ahí dos meses antes de esa noche y no se manifestó hasta apenas hace tres semanas.

-Entonces… solo será el fin de semana -preguntó Chloe, ansiosa por llegar.

-Si, el fin de semana -contestó Lincoln-. Vaya forma de celebrar mis dieciocho años.

-Eso me recuerda… -anunció Liam, sacando de su mochila una botella de Bourbon de Kentucky-…, mi má te manda esto.

-Perfecto -ironizó Clyde-. Puede recordar su cumpleaños, el mío y el de Zach pero no puede recordar que no puedo comer pepinillos desde que casi me ahogo a los trece en tu cumpleaños.

~o~

Desde que Bobby terminó con Lori, a Ronnie Anne las visitas de Lincoln se le hacen más especiales a esta, mas a su familia le parecen algo a tomar con extrema precaución. Por lo mismo, a María Santiago le tiene sin cuidado que el primer y único noviazgo de su hijo haya terminado mal por causa involuntaria de Lori. No así los Casagrande, que ahora ven en Lincoln a un virtual pretendiente al cual hay que tratar bien bajo reservas.

Puede darle gracias a Adelaide que su evento de exploradoras tome el fin de semana. Con el señor Chang haciendo turno nocturno y la señora Chang acompañando a su hija menor y a uno de los monitos tití del zoológico, el hogar de los Chang será, al menos por las próximas cuarenta y ocho horas su cuartel de diversión.

-Malas noticias -alerta Sid, sosteniendo en sus manos un par de sombreros nacho-. Nikki dijo que a su madre le salieron ronchas por nadar en la piscina pública, Laird canceló porque tu papá le pidió prestada su casa para una convención de su fundación y Casey y Sameer rechazaron venir de última hora.

-Podía esperarme eso de Sameer, pero ¿ Casey? -dijo Ronnie Anne, impresionada de mala forma.

-Su papá lo tiene trabajando en el camión al otro lado de la ciudad.

-¿Es en serio?

-De hecho pasó a dejar varios cubanos hace rato -informó Sid-. Dijo que estaría en espíritu.

-Lo que tiene que hacer alguien por su mejor amigo -suspiró Ronnie Anne.

-¿Qué no soy tu mejor amiga? -preguntó Sid, fingiéndose ofendida.

-¿Tú, mi amiga? -sonrió burlona Ronnie Anne- Eso no lo dijo el cambio de sábanas de esta mañana.

-¿Crees que se hayan enterado todos?

-Solo si yo no hablo -terció desde la ventana la ridícula figura de Carl.

Entrando como solo él se da a entender, el robusto -por no decir gordo- latino hizo cuanto pudo para no caerse. Ronnie Anne tuvo un ligero impulso de ayudarle, pero una parte de ella quería que cayera justo sobre la entrada del Mercado. Que cayera y se rompiera un brazo o algo por chismoso.

-Escuché que tienes una pijamada e invitaste a tu novio, "Lincoln" -dijo Carl con tono de mofa-. ¿O debería decir "el tonto cornudo"?

-Dinos qué quieres para callarte y largarte, Carl -cedió Ronnie Anne.

-Esa es la parte divertida, prima. No me voy a ir -dijo resuelto el gordo-. Sé de buena fuente que él traerá algunas chicas, y solo quiero asegurarme de que la mercancía no sea defectuosa. Así que exijo quedarme sin restricciones y hacer lo mismo que ustedes.

-Carl, lamento decepcionarte -externó Sid-, pero esta pijamada es cosa de mayores.

-¡O me dejan entrar o le diré a los abuelos que empezaron de tortilleras! -amenazó Carl, sacando la cabeza por la ventana.

-Es algo más complicado que eso -dijo molesta Ronnie Anne-, y si no tienes nada mejor que hacer, ¿por qué no vas con tus tontos trenes?

-¡Abuela! -gritó Carl- ¡Ronnie Anne empezó a hacer tor…!

-¡Cállate, Carl! -tronó molesta la pareja.

No esperaban que Carl no se apoyara bien sobre el marco, de forma que el niño resbaló por la ventana y salió, cayendo con un ruido sordo.

Apenas preocupada por su primo, Ronnie Anne se asomó y vio a Carl. El pobre tonto había caído relativamente en terreno suave, pues rebotó en la lona de la puerta del local y cayó, como si de un dibujo animado se tratara, sobre una chica de ropa lila y a blanco y negro. Acto seguido, Clyde reaccionó de mala forma al patear un par de veces al niño.

.

La primera noche ya había vencido a la mayoría. Cuelga decir que a Nikki la detuvieron en casa porque su madre resbaló con su patineta al salir del hospital y Laird tampoco vendría para la segunda parte del fin de semana. Con Clyde y Chloe abandonando por emergencia médica -ya que la caída de Carl le rompió algunos huesos a la chica-, parecía que a Liam le tocaría pasarlo genial.

Por desgracia para él, la bebida con que obsequió a Lincoln, dulce ironía, fue lo que le mandó a la cama primero, y lo más que hacían Sid, Ronnie Anne y Lincoln era jugar una mezcla del juego de la botella y Verdad o Reto, usando para tal efecto el casco del Bourbon de Lincoln.

Las reglas eran simples. Delimitando un círculo en tres, si la botella apuntaba a un sector del círculo, así no apunte al jugador, debía contestar una pregunta o efectuar un reto. Si no lo cumplía o se negaba, trago de tequila -mismo que había desaparecido de la habitación de Bobby y este jamás notaría porque había querido deshacerse de ella- y se quitaba una prenda. El primero en quedar en interiores era declarado perdedor y haría lo que el resto quisiera sin chistar. Para hacerlo más interesante, Lincoln se puso un sostén de Carlota a fin de igualar condiciones, y los zapatos y calcetines se contarían por pieza y no en conjunto, y al llegar a una sola prenda sería ya solo verdad.

-Tu turno -dijo Ronnie Anne, en sudadera y falda, en cuanto la boca de la botella apuntó a Sid-. ¿Verdad o reto?

-Elijo ver… verdad -aceptó Sid, por completo descalza y a dos piezas (el pantaloncillo y la camiseta) de perder, ya borracha.

-¿Qué fue lo peor que viste en tu vida? -preguntó Ronnie Anne, expectante.

-Uh… golpe bajo -murmuró Lincoln.

-Esa es fácil -respondió Sid con voz pastosa-. ¿Recuerdas que ya no entro al cuarto secreto para nada secreto? -la latina asintió- Fue porque Georgia y el señor Nakamura tuvieron su noche de cosquillitas. ¡Fue tan grotesco! -añadió riendo a causa de la bebida. ¡Gira, Linc!

Sin pensarlo dos veces, el chico tomó la botella y la giró sin cuidado. Hasta entonces, por prudencia eligió solo retos, por lo que solo perdió los calcetines y bebió tres tragos. La botella apuntó de nueva cuenta a la zona de Ronnie Anne.

-¿Verdad o Reto? -desafió el peliblanco.

-Un reto, ¿por qué no? -contestó la latina.

-Ok, entonces te reto a… -dijo Lincoln, pensando un poco su reto-… a que lamas la mugre de los pies de Liam.

-Dame ese maldito tequila -dijo Ronnie Anne, negándose a hacer algo así y bebiendo directo de la botella antes de sacarse la sudadera-. Mi turno… -gira la botella hasta que la misma apunta a Lincoln-. ¿Verdad o Reto?

-Te reto a que me retes -dijo Lincoln, sonriendo confiado.

-Muy bien… lo mismo que me retaste…

-Puedo hacerlo.

-… con los pies de Sid.

-¡¿Estás loca?! -preguntó Lincoln, visiblemente sorprendido.

-No lo puedes cambiar, Patético.

-Bueno, yo…

-Te advierto que tengo un par de callos y no me he lavado los pies -avisó Sid.

-Entonces sírveme un vaso.

-Pantalón fuera, guapote

Desilusionada en su borrachera, Sid admitió que le habría gustado sentir que Ronnie Anne se pusiera celosa de que alguien que no sea ella lama sus pies.

A partir de ese momento, los retos fueron bastante más sugerentes. Entre lamer la axila sudada de Ronnie Anne y abofetearse a sí mismo, Lincoln empezó a preferir beber y perder prendas hasta estar solo con la camisa.

-De esta… no te me escapas -dijo triunfante Sid al ver que su giro apuntó a Lincoln-. ¿Hay alguna chica que…? no sé… -hipó-… ¿te haya invitado a la cama?

-Ay, Chihuahua -maldijo Ronnie Anne por lo bajo.

-¿No puede ser otra cosa? -pidió Lincoln, a lo que la mestiza se negó- Ok… está esta chica, Hannah. La invité al baile de graduación porque a ella el año pasado nadie la invitó, y Lynn se burló de ella a pesar de que nadie, realmente NADIE, quiso llevarla a ella y me arrastró. No quiero darle… muchas esperanzas, pero después de que a Hannah le hicieron vestir una botarga maloliente, creo que ella merece algo lindo.

-Ya dinos, Linc,

-¡Rayos! -maldijo Sid, dando a girar la botella a Lincoln, que apuntó a ella misma.

-¿Verdad o Reto? -animó Lincoln.

-Verdad -respondió Sid.

-De todos los que estamos aquí, ¿con quién quieres que sea… -pregunta Lincoln, más por cosa de verla caer-… tu primera vez?

-¿Chico o chica o ambos?

-Sorpréndenos -animó Lincoln, sonriendo confiado.

-Perdí mi primera virginidad con Ronnie Anne -confesó Sid sin pena.

-¡Eso no se dice! -interrumpe molesta Ronnie Anne.

-Me quedan todavía dos o tres… y los quiero a ambos, chicos -continúa Sid-. Lo quiero todo esta noche.

Palideciendo, Lincoln vio que Sid se iba sobre de Ronnie Anne para compartir un largo trago de tequila de boca a boca. Acto seguido, ambas se le fueron encima.

Pensando en que Sid debía de estar loca, no obstante puso algo de resistencia. Tal y como en el primer Bromaversario que él y Ronnie Anne tuvieron, no negó que ella era alocada como para arriesgarse por ambos. Y vaya que lo es para haberlos atrapado con la guardia baja

~o~

Día 5, atrasado. Pijamada, listo.

Lamento en serio la demora. No prometo que no se repita, pero ya saben cómo es esto.A uno luego se lo come el tiempo y no sale como uno quisiera en tiempo y forma. Mis disculpas de nuevo.

Pd: Lo admito, si. Tan mal me cae Carl que no quise que se fuera impune como otras veces.

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Sam the Stormbringer