"Aquello que dejamos atrás".
Primero que nada saludos y mis mejores deseos para todos ustedes y sus seres queridos en este día.
Este se trata de mi primer fic adaptado del inglés al español y también mi primer fic de la serie de Amphibia, espero haber hecho un trabajo decente. Todo el crédito le pertenece al usuario: TheBadWolfDoctor.
Al cual le pedí permiso para pasar su historia a nuestro idioma para que los lectores de habla hispana pudieramos disfrutarla, la verdad hace tiempo que buscaba una historia así y lamentablemente en el fandom de Amphibia hay muy pocas historias en español y la mayoría incompletas, en inglés hay un poco más de abundancia por así decirlo y en cuanto vi está historia supe que era justo lo que buscaba y es el punto de vista de los padres de Anne desde que su hija desapareció, todo lo que han pasado y sufrido. Espero y lo disfruten tanto como yo.
Amphibia es una serie propiedad de Disney y creada por Matt Braly.
La señora Boonchuy había subido la mitad de las escaleras, cuando sintió que su teléfono comenzo a vibrar en el bolsillo de su pierna, tan rápido como un parpadeo, ella ya lo tenía en su mano deseando desesperadamente que ella no tuviera que sentir ese tonto atisbo de esperanza brotar dentro de ella cada vez que el teléfono sonaba.
-"Será ella esta vez"- le decía una pequeña voz en su cabeza.
Una voz, que se veía que estaba determinada a conducirla a la completa locura.
De nuevo no era "ella" por supuesto.
Hay recovecos inmundos más profundos más allá de las partes más profundas del océano hasta ahora explorado, pero incluso ellos palidecían en comparación con el sentimiento de devastación y hundimiento que carcomía el alma de la señor Boonchuy en cuanto sus ojos revisaron la primera línea de aquel mensaje.
-Más correo basura (o spam propiamente dicho).
Dejo escapar un leve suspiro, estaba demasiado cansada como para enojarse por eso. Ella había escuchado una vez que la depresión se le describe como: "Ira sin entusiamo", y la señora Boonchuy ahora lo entendía perfectamente, el que significaban aquellas palabras.
No importa que tan furioso estes en una situación, el subidón de energía siempre termina menguando eventualmente y te deja con nada más que una inútil tristeza agotadora en su lugar.
Ella regresó su teléfono a su bolsillo con resignación y comenzó a subir las escaleras, esquivando una caja de cartón que alguien había dejado en el piso; unos cuantos meses atrás ella bien pudo haberla quitado del lugar o al menos empujado con su pie a otro lado, pero ahora difícilmente veía que valiera la pena molestarse por eso.
Nada parecía valer más la pena. Cada día ella y su esposo se levantaban, se bañaban, iban a trabajar en su restaurante de comida Thai, regresaban luego a casa, hacían algo de limpieza y/o tareas domésticas, veían un rato la televisión y finalmente se iban a dormir. Todo en una rutina diaria y monótona.
Sí, ellos estaban vivos, sin embargo ellos no estaban "viviendo" más.
Vivir había terminado para ellos seis meses atrás cuando su única hija, Anne Boonchuy, había desaparecido bajo misteriosas circunstancias; y como se supone que se haga en este tipo de situaciones, ellos fueron a notificar a la policía, quienes eventualmente lograron reunir pistas de sus últimos movimientos:
Según los que dijieron los testigos estos afirmaron haber visto a una chica que coincidía con su descripción, entrar a una tienda de artículos de segunda mano no muy lejos de su escuela.
Cabe decir también que la dueña de la tienda estaba algo enojada por el hecho de que su hija Anne había robado una especie de caja de música muy valiosa al parecer. Luego de eso ella se había dirigido al parque junto a otras dos chicas.
Después de eso nadie sabía nada más. Anne y sus dos mejores amigas, Sasha Waybright y Marcy Wu, simplemente habían desaparecido de la faz de la Tierra.
La señora Boonchuy hizo una mueca al recordar el interrogatorio de la policía.
Escuchar a un completo extraño tratando de poner a tu única hija en una categoría no muy buena, de alguien que "anda en malos pasos", algo que explicara el porque ella y sus amigas hicieron lo que hicieron, era poco más que desconcertante.
Era verdad que la policía solo estaba haciendo su trabajo, pero no le ayudaba que tomará su interrogatorio como algo personal. Como una acusación de sus errores como madre.
¿Acaso su hija había escapado de casa porque temía las consecuencias de que la habían encontrando robando?
Los oficiales le habían preguntado lo siguiente a la señora Boonchuy y a su esposo:
-¿Anne ha escapado de casa antes, incluoso solo por un par de horas?
-¿Es habitual para ella robar cosas?
-¿Se ha dado cuenta de que le falta dinero o se le ha perdido joyería sin una explicación clara del porque?
-¿Su hija consume o no, regularmente cualquier clase de drogas u alcohol, incluso mariguana?
-¿Se ha visto envuelta en autolesionarse u otros comportamientos peligrosos?
-¿Esta ella involucrada romántica o sexualmente con alguien, ya sea de la escuela o en otro lugar?
-¿Ella ha dicho o hecho algo que parecía ser inocente pero que al mismo tiempo y ahora que lo piensa, ella estaba planeando hacer algo como esto?
-¿Le han encontrado algo inusual en su Historial de búsqueda de Internet, ya sean: Cultos, Pandillas o algo por el estilo?
Y finalmente:
-¿Usted o su marido la han golpeado, incluso si sentían que era justificado?
La insinuación de que Anne se había escapado por algo que ellos hicieron rompió el corazón de la señora Boonchuy; aunque la policía tampoco descartaba del todo que podría tratarse de un secuestro, les dijeron que no había evidencia suficiente para confirmarlo.
¿Acaso era el secuestro preferible a que su hija se haya simplemente desaparecido por su propia voluntad?
Porque... Porque de ser así esto no sería su culpa.
Porque de serlo no tendría que pasar cada momento, de cada día pensando:
-¿Qué fue lo que hice mal?, ¿Qué hice para que te fueras para siempre?
Era una cosa horrible, ya que cuando tenía suficiente tiempo libre la señora Boonchuy pensaba lo peor e incluso llegaba al punto de que las más mundanas acciones le ponían un peso criminal sobre sus hombros.
-¿Hija mía acaso te sentías presionada porque te insistimos en que mejoraras tus calificaciones?- empezó a reflexionar la mamá de Anne.
-Nosotros sabíamos que tú podías hacerlo mucho mejor. Sabíamos que eras muchos más lista de lo que tú misma te dabas crédito algunas veces.
-¿Fue por todas esas veces en que te pedíamos ayuda extra en el restaurante familiar, cuando estabamos muy ocupados con los clientes?
-¿Acaso no te dimos tiempo suficiente para disfrutar tu infancia?
-¿Fue por lo que dijimos sobre Sasha?, nosotros no tratamos de escojer a tus amistades, pero algo sobre su actitud no nos daba buena espina y no íbamos a pretender lo contrario.
Una terrible noche, ella incluso llego a pensar:
-Al menos si mi hija estuviera muerta, sería algo.
-Al menos no tendríamos que pasar el resto de nuestras vidas, preguntandonos que fue lo que le pasó.
Su terapeuta, el Doctor Wong, le había dicho que era perfectamente normal sentirse de ese modo, pero eso no aminoraba la culpa en su consciencia ni una pizca.
Ella no creía que Anne estuviera muerta ni por un momento; la ciencia y la razón bien podían joderse, una madre tiene ese instinto, simplemente era algo que se sabía, ¿acaso ella era la excepción?
Pero incluso con esa férrea convicción, o lo que fuera, su corazón se "detuvo" por un momento, mientras veía las noticias una noche pues informaban que habían encontrado un cuerpo. Gracias a Dios no se trataba de Anne, pero si que se llevó un gran susto.
Por alguna razón, lo que le había dicho la policía acerca de la pequeña posibilidad de que se tratara de un secuestro, volvió a hacer eco en su mente:
-"Nueve de cada diez veces cuando una adolescente se pierte sin razón aparente, encontramos que hay un chico que ella conocía y que estaba envuelto o involucrado en algo turbio".
La mamá de Anne no conocía a todos sus compañeros de clase muy bien que digamos, pero ella tuvo la oportunidad de conocerlos mejor en los meses siguientes desde la desaparición de su hija y ninguno de ellos entraba en el perfil o categoría de ser un potencial abductor. De hecho todos estaban consternados por su desaparición también.
Ellos comentaron mucho sobre lo amigable y sociable que Anne era, y de como ella hacía siempre su mejor esfuerzo para hacer sentir a todos incluidos.
La señor Boonchuy paso por el cuarto de Anne y se detuvo al notar que la puerta estaba entreabierta. Había sido Domino quien la había abierto ¿con sus patas de nuevo?.
Quien haya dicho que los gatos tenían poca empatía, no conocían a esta gata. Ella seguido se podía encontrar enroscandose en frente de la puerta de su dueña, o en esas raras ocasiones en las que se podía meter a hurtadillas, terminaba por descansar en la cama de Anne, como si esperara que la muchacha apareciera en cualquier momento.
Sin siquiera darse cuenta la señora Boonchuy pronto se encontró a si misma en el cuarto de Anne; ella intentaba dejarlo tal y como estaba, cuando podía le daba una rápida pasada con la aspiradora y limpiaba todo cada cierta cantidad de días, pero había algo diferente esta vez que ella no podía inmediatamente deducir que era exactamente.
Sus ojos entonces se posaron en el odiosamente grande peluche de rana que Anne había ganado en la feria local unos cuantos años atrás.
La señora Boonchuy le había alegado y rogado a su hija en muchas ocasiones que tirara aque peluche, pues este se había continuamente deshilachado con el uso, pero ahora...
Camino un poco para llegar a aquello, casi tropezandose con otra condenada caja en su camino, y entonces lo tomo entre sus manos.
Sintiendose un poco tonta por aquello, lo acerco a su nariz y lo olfateo. Olía igual que Anne.
Ella intento retener las lágrimas pero falló. Pensó que se disiparían eventualmente junto con la ira.
Se sentó en la cama, abrazando a aquel peluche de rana y llevanlo a la altura de su pecho.
-¿Donde estás, thirak luuk saao?- termino diciendo en su lengua natal el señor Boonchuy.
Ellos podían trabajar laboriosamente día a día, de forma casi mecánica y automática. Su única verdadera distracción era su restaurante, al cual le había ido muy bien en ventas como nunca antes.
Pero esto no importaba, ya no había chispa de alegría para nada, ya no más. La señora Boonchuy sabía que ella daría cualquier cosa solo para poder ver a Anne de nuevo, el solo saber que su hija estaba bien le hubiera bastado.
Después de que el momento de llanto había pasado o al menos aminorado lo suficiente para que pensara con claridad de nuevo.
La señora Boonchuy recordó entonces que era lo que había estado persistentemente parecido fuera de lugar en el cuarto de Anne: Una caja.
Ella la coloco al pie de la cama para verla con más claridad y pudo ver que tenía escrito con marcador y burdamente a mano: "Decoraciones Navideñas".
La señora Boochuy pensó por un momento y recordo que su querido esposo había estado haciendo toda clase de trabajos y/o tareas sobre la casa, todo para mantener su mente alejada de... "cosas".
Lo mantenía alejado de todo eso, pero ahora el había finalmente puesto su atención en el garaje.
-La moto scooter de segunda mano que le conseguimos a Anne para su treceavo cumpleaños sigue aquí. Incluso todavía envuelta en papel color turquesa con líneas azul celeste con un moño rojo encima y una nota que decía: Para Anne con mucho amor de sus padres.
-Ella estaba harta de tener que esperar a los autobuses, ó a nosotros para ir a cualquier lado.
Si bien contaba con una bicicleta esta le servía más para la escuela o lugares cercanos.
La señora Boonchuy logro esbozar una media sonrisa al recordar como una vez Anne regreso tarde a casa en la noche por haber perdido el autobus, calada hasta los huesos por la lluvia de una inesperada tormenta eléctrica; desde entonces, ella había estado insistiendo mucho cada día en tener una moto scooter.
Ellos finalmente lograron ahorrar lo suficiente para hacer esto posible y darselo como una grata sorpresa en su próximo cumpleaños, lamentablemente esto no fue así.
Regresando su atención a la caja, la señora Boonchuy sabía que había una cosa perfectamente normal e inocente por hacer; había otras cajas esparcidas alrededor de la casa, y todo eso pasaba pues su esposo simplemente se había quedado sin espacio en otra parte y debio pensar para si mismo:
-"Bueno hay toda una recámara vacía pidiendo ser llenada".
No era algo por lo cual alguien se tuviera que enojar, verdad.
La señora Boonchuy entonces se dio cuenta de que sus nudillos se habían blanqueado así como su agarre se había incrementado en la rana de peluche. Ella la dejo entonces en el piso y en su lugar tomo su teléfono.
-No hay sentido en esto-. Se decía a ella misma miserablemente.
-Tú no vas a traerla de vuelta solo por volver a escuchar conversaciones pasadas- se amonesto.
No eran conversaciones propiamente dicho, simplemente seis meses de mensajes ignorados.
La señora Boonchuy se dio cuenta tras el primer mes, más o menos que ella simplemente le estaba gritando al vacío, pero al menos... al menos, ¿estaba haciendo algo verdad?
La policía les había dicho que el último mensaje del celular de Anne había sido poco después de que ella saliera de la tienda de artículos de segunda mano, para dirirse al parque.
Ella lo había apagado, por la razón que fuera, y no volvió a encenderlo. El aparato no fue encontrado por ningún lado, por lo que se presumía que seguía con ella.
Al principio, fueron docenas de mensajes diarios, muchos de ellos insistentes demandas para su hija, de que regresara a casa inmediatamente; después, la frecuencia e intensidad habían gradualmente cambiado a simples y lastimeras peticiones para que ella al menos les hiciera saber que estaba a salvo y feliz donde sea que estuviera.
-Nosotros no iremos a buscarte si tu no quieres, pero por favor, ¡solo dejanos saber que sigues con vida!
La madre de Anne se mordió el labio inferior con nerviosismo. Aquel último mensaje había llegado después de varias copas de vino, según podía recordar.
De pronto una voz en el pasillo preguntó silenciosamente.
-"Tuun hua", ¿que estás haciendo aquí?
-¿Huh?, la señora Boonchuy alzó la vista de su teléfono, sorprendida por la súbita aparición de su marido en el umbral. Ella rápidamente lo guardo, pues sospechaba que él ya sabía lo que ella había estado haciendo, y se secó patéticamente sus ojos llorosos y su nariz que escurría mucosidad.
-Oh, yo vi que la puerta estaba abierta y me pregunté porque.
Sus ojos se dirigieron a la caja.
El señor Boonchuy cerró sus ojos, su cara hizo una mueca de remordimiento.
-"Oh, dtaai". Yo ni siquiera lo pensé... Lo siento mucho.
-He estado tan concentrado en lo que he estado haciendo. Iba a poner las viejas decoraciones arriba en el ático y yo no quería dejar otra caja en la entrada, así que...
-Está bien- dijo su esposa de forma solemne.
El atisbo de ira fue abatido tan rápido como llego para ser reemplazado por las ya familiares olas de la melancolía. Estaba lejos de estar bien, por supuesto, y era algo que ella había estado escrupulosamente tratando de evadir por los pasados seis meses: "No normalizar el espacio vacío".
Así es como empezaba, como es que empezabas a olvidar. Primero, usabas el espacio extra para almacenamiento; entonces, te convences que esta bien si los huéspedes usan la recámara; finalmente, redecoras el cuarto para que sirva de "home office" y te resignas al hecho de que tu única hija nunca jamás volverá a casa.
Su marido se sentó entonces a su lado, pero el análiticamente evadio poner su brazo alrededor de ella, por mucho que lo quisiera.
-No, no es eso- Él se dejo desahogarse.
-Cada día, yo paso por su cuarto y no puedo dejar de preguntarme si hice algo mal. Algo que la alejara de nosotros.
-Yo pienso lo mismo- dijo la señora Boonchuy mientras descansaba su cabeza en el hombro de su esposo.
Agradecía que ella no era la única que se sentía de ese modo.
Había sido una situación difícil, pero al menos el había estado aquí para todo.
Los padres de Sasha y Marcy, los Waybright y los Wus respectivamente, también claro está.
Ella podía manejar las desagradables insinuaciones de la policía de que el sexo, las drogas, alcohol o Cultos Satánicos fueron responsables de la desaparición de Anne, podía lidiar con las miradas de los vecinos que alguna vez llamo amigos decirle: "¿Le hicieron algo a ella, no es así?"
Pero lo que ella no podía tolerar era el saber que su amada hija estaba fuera quien sabe donde con la erronea impresión de que sus padres no la amaban más.
Su teléfono volvió entonces a sonar. Probablemente más correo basura, a la señora Boonchuy se le hizo un nudo en su garganta.
-¿Para que mirar siquiera?
Pero entonces el teléfono de su esposo comenzó a sonar también medio segundo después.
Ellos se quedaron mirando los celulares al mismo tiempo, y sus ojos se agrandaron, entonces ellos se miraron frente a frente para confirmar si realmente esto estaba sucediendo.
Dos simples palabras aparecieron en cada uno de sus teléfonos.
Dos palabras que les devolvieron la vida y la esperanza.
"He vuelto".
Y bueno pues aquí termina este One-Shot, la verdad mis felicitaciones al autor TheBadWolfDoctor, hizo un excelente trabajo transmitiendo las emociones de los padres de Anne sobre todo de su madre, en más de una ocasión daban ganas de darle un abrazo a la pobre señora Boonchuy.
La pobre se sentía muy culpable junto a su esposo de la desaparición de su hija, siendo que ella se fue no porque quería sino por que fue transportada a otro mundo y a duras penas logro salir a salvo con su familia de ranas adoptivas, vaya ya me imagino cuando tenga que explicarles lo que de verdad pasó con ella y también con Sasha y Marcy en Amphibia.
Por cierto las únicas partes que no traduje fue cuando hablan en su idioma Thai, primero porque desconozco por completo el idioma jeje y segundo porque lo sentía como un toque extra de la cultura a la que pertenece nuestra protagonista de cabello de arbusto. También hubo algunos detalles que amplie de la historia original pero fueron pocos la historia se mantiene en un 99% tal cual su autor original la hizo.
Sin más que decir les deseo un excelente día y buen fin de semana, espero que nos volvamos a ver pronto.
