Pídele al cielo perdón por tus actos.

Somos seres normales…somos seres humanos…

No depende de ti nuestra existencia…

¿Nacerán más como nosotros?

No, como nosotros, ni uno más.


La Isla de la Dra. Lisa Loud

- Hermanos de Sangre -


Siete meses después del incidente con Liena.

-¡Oh, por Dios! ¡Él es guapo!- Exclama Leia al ver acercarse, acompañado de Lincoln, a un niño de unos 13-14 años.

-Y es verdad que está lindo.- Dijo Lyra cruzada de brazos.

-Controlen sus hormonas, chicas, -exclamó Lacy mientras agitaba un bate de béisbol.- Lincoln ya dijo que es un niño muy tímido y que hay que tratarlo bien. Si se le van encima como las zorras que son, lo van a asustar.

-Ya sé que hay que tener cuidado, sister, ya que, además, por ser varón, no va a compartir la misma área que nosotras. Ni que nos lo fuéramos a comer.- Reclamó Leia molesta.

-Pues… yo creo que es hermoso.- Dijo Liena suavemente y todas la voltearon a ver, sus ojos le brillaban.

-Mira tú, doña seriedad nos salió hidrocálida, ja, ja ¿entienden? -

Lupa, por su parte, se acercó a Lyra diciéndole por lo bajo. -No tiene cara de que haya sufrido mucho. No se le ve como si fuera un huérfano.-

-¿Y tú si?- respondió la mayor.

-Sabes a lo que me refiero.-

Lyra solo hizo un leve gesto.

Algunos meses atrás

-¿Lo hiciste, Lyra?- dijo Lupa en un susurro.

-Si, lo hice, Lupa.

-Y bien, ¿escuchaste algo?

-Lo único que sé es que me van a poner una de esas cosas al igual que a ti.

-Entonces no escuchaste nada.- Dijo Lupa decepcionada.- Bien, mi parte del trato era dejarte en paz si no tenía pruebas.-Suspiró.

-La escuché, Lupa. La señora Monroy, de la segunda casa al fondo del tercer pasillo del pueblo.-

-Que dijo…-

-Que el experimento fue un éxito. Hablan como si tuvieran un laboratorio y no un centro médico allí abajo.

-¿Ves? ¿Me crees ahora?

-Mi pregunta es ¿de que nos sirve saber? Supongamos que hacen cosas raras allá abajo. No podemos hacer nada, y, por otra parte, estamos sanas, vivimos bien, ¿por qué seguir con esto?-

-Ajá, ¿y si terminamos como Loan?

Lyra apretó el hombro de Lupa en clara señal de que guardara silencio. Frente a ellas estaba un jovencito un tanto más alto que Leia. Su cabello era de un extraño color cenizo claro, no muy lacio y bastante largo (le cubría toda la espalda). Tenía unas largas pestañas oscuras que enmarcaban unos ojos vivaces almendrados. Sonreía con nerviosismo y se tomaba del pantalón.

-Hola, mi nombre es Lyle, e-espero nos llevemos bien.- Saludo con una mano algo tímidamente.

Lincoln se encontraba detrás de él, sonriendo, y una decena de metros atrás, fumando un cigarro y con las manos en la bata, Lisa les observaba.

"La tecnología ha avanzado mucho, Lincoln, y en los embarques de hace medio año, logramos perfeccionar el crecimiento automatizado. Por eso podemos crear un sujeto perfectamente viable en tan poco tiempo."

"¿Y eso no lo va a afectar después? Considero que es un estrés terrible al cuerpo forzarle de esta manera."

"Sinceramente, no lo sé. Lo más que podemos hacer es un pronóstico. Todos estos niños son los primeros en su clase. Y él es aún más raro por la forma en que se gestó."

Lisa caló su Marlboro Blanco con fuerza para luego liberar lentamente el humo sin perder nunca de vista al grupo. Sabía que era necesario que Lyle conviviera por un tiempo con los demás sujetos para poder obtener de él los últimos elementos que le llevarían, por fin, a la meta planteada hacía ya más de un lustro: la cura.

-Salvaremos a mamá, a millones de personas…pasaremos a la historia.-Pensaba mientras veía al niño hacer un esfuerzo por presentarse.

-Pero hay cosas que no se pueden forzar.-

Un suceso la sacó de sus pensamientos.

-No sean tímidas, chicas.- Dijo Lincoln al ver que nadie respondía.- ¿Les comió la lengua el gato?

-Hola, soy Lyra.- se escuchó por fin.

-Yo soy Libby, mucho gusto.-

-Soy Leia, bienvenido, guapo.-

-Y yo Lacy, ¿Te gusta algún deporte?-

-Yo soy Lupa y NO soy hija de Lincoln.-

Faltaba Liena, pero esta no habló. Solo lo veía ensimismada. Lisa caló su cigarro al ver que ella no respondía, Lincoln tragó saliva.

La joven caminó los pasos que la separaban del chico y sin más, lo abrazó con fuerza. Las demás se quedaron estupefactas intercambiando miradas y uno que otro susurro.

"huy…va con todo…"

"Cállate Leia, por dios…"

Liena apoyó la barbilla en el hombro del chico, profundizando el abrazo.

-Bienvenido.- le dijo casi al oído.

Lyle igual se había quedado sin habla, sin embargo, algo en esa gran chica le provocaba un calor en el pecho, así como una enorme sensación de bienestar; le devolvió el abrazo con fuerza. Sentía como si la conociera de siempre. Como si encajaran a la perfección, de una forma inexplicable.

-Gracias.- Susurró él.

Se separaron y se vieron directamente, Liena tenía lágrimas en los ojos y una expresión de alegría nostálgica.

Él le acarició el rostro. -¿Por qué lloras?-

-No sé…Que tonto ¿no?- Respondió mientras se secaba las lágrimas.

-Bien, bien chicos, ya basta de presentaciones. - Dijo Lisa separándolos. – El niño nuevo va a vivir en la mansión, estudiar con ustedes, disfrutar su estancia y demás cosas insulsas que hagan. Espero lo traten como se debe y demuestren que Lincoln las ha educado como señoritas y no como animales silvestres. - Dijo mirando a Liena quien se apenó totalmente y retrocedió hacía el grupo.

-Dra., no se moleste con ellas. Me hacen sentir bien, es como si…las conociera; quisa sean como mi anterior familia.-

-Y es verdad, chicas.- Intervino Lincoln- es importante mencionarles que Lyle tiene un caso de amnesia. Recuerda su nombre, pero nada más, aquí lo vamos a ayudar a que recupere su memoria en la clínica, y a que haga a la vez, buenos recuerdos con ustedes.

Lupa, quien estaba al lado de Lyra, con disimulo le apretó la muñeca. La castaña no se movió.

-No te preocupes, Lincoln,-Dijo Lacy- ya es como de la familia, me servirá un niño que si quiera practicar conmigo el beis.-

-Bien, voy a darle un recorrido por las instalaciones, luego se unirá a ustedes a las actividades académicas.-

-¿Puedo ir con ustedes?- Preguntó Liena de inmediato.

-Lo siento, Liena, pero debes tomar tus clases.-

La joven hizo un gesto de molestia. Sentía su corazón latir con fuerza y la cabeza comenzó a dolerle. Instintivamente se llevó la mano a la vieja herida que le había quedado en el cráneo.

-Deja que vaya contigo, igual y sirve la opinión de un habitante de la casa.- Intervino Lisa.- Las demás a clases, ¡ahora!-

Libby, Lacy y Leia refunfuñaron.

-Tía Lisa.- Dijo Lupa. -¿Puedo hablar con usted?-

-¿Qué deseas, Lupa?-

-Quisiera que fuera a solas.-

Lisa endureció las facciones y volteó a ver a Lincoln.

Lyra tomó del hombro a su hermana.

-Estoy bien, Lyra. Solo, me he sentido un poco mal y quisiera hablar con la tía a solas.-

-Bien, espero no sea una treta para escapar de clases. Acompáñame. -


Lisa y Lupa habían quedado sentadas de frente en una de las mesas del comedor de la casa. En ese horario solo dos personas se encontraban en esa área: el chef de planta y un mesero.

-Bien, Lupa, ¿puedes decirme que te pasa y por qué tanto misterio? - Preguntó Lisa.

-Mira, tía.- Lupa acentuaba la palabra "tía", sabía que Lisa detestaba que le dijeran así al verla un día hacer un gesto de desagrado.

-He sentido palpitaciones fuertes en la cabeza, dolores agudos en esta parte y comienzan a asustarme.-

-Exactamente donde, Lupa-

La chica se señaló la parte superior derecha de la frente.

-Luego, cuando ocurre igual me punza el ojo.-

-¿Algún otro síntoma?-

-Me han dado mareos y algo de vómito.-

-No habrás tenido sexo con alguno de los aldeanos que espías ¿o si?-

Lupa se le quedo viendo con mucha seriedad, luego agachó la cabeza significativamente triste y lentamente comenzó a hipear.

Lisa se dio cuenta de que, quizá, se había pasado.

-Lupa, espera, yo…lo siento ¿bien?, no quise ofenderte…y eso. Mira, he tenido algo de tensión últimamente, presiones en la clínica. Tu salud realmente me preocupa, como la de todas, así que te haré una serie de estudios completos en mi laboratorio, ¿Ok?

-Como tu digas, Lisa, al final tu mandas.-Le dijo sin levantar la mirada.-Yo sé que no me merezco nada por no obedecer tus reglas. Pero, tengo miedo, es la primera vez que mi salud me asusta.-

-Bien, mantente en calma y espera aquí mientras preparo todo para que bajemos.- Le dijo y luego se levantó. Antes de irse se dirigió nuevamente a ella -Y, por favor, Lupa, no le digas a Lincoln de este pequeño incidente, luego se toma a mal las cosas.-

-No te preocupes, Lisa.- Dijo sin voltear a verle.

Lisa asintió y salió del comedor; caminaba con algo de prisa. Sacó una especie de bíper y mando un mensaje de texto.

Siguió de frente por el corredor de la mansión, sacó un cigarro y lo encendió. Torciendo hacia las canchas, Lincoln la interceptó.

-¿Qué haces aquí?- Preguntó Lisa.- Deberías estar con Lyle.

-El niño esta usando el sanitario, ¿terminaste de hablar con Lupa? ¿qué es lo que le pasa?

Lisa caló su cigarro y le tiró el humo en la cara a su hermano. Aquel sacudió las manos buscando disiparlo.

-No tiene nada. Tu pequeña James Bond quiere que la baje al laboratorio, quien sabe que trae entre manos.

-¿Como puedes estar segura, Lisa? Recuerda lo que pasó con Liena.-

-Soy el mejor maldito médico del mundo, Lincoln, dame algo de crédito. Y desgraciadamente, a Liena no la vi cuando presentó los síntomas. Además, no dije que no la voy a atender, en breve la llevaré para hacerle estudios.

Lincoln la miró un momento. -Si no tiene nada, ¿para que la bajas al laboratorio?-

Le voy a dar su paseo.- Lisa volvió a fumar.-La llevaré a la zona segura abajo, que espíe a su gusto, la dejaré que camine un poco. Tú sabes que la zona segura no es mas que una fachada de hospital.-

-¿No hay documentos allí que pueda leer o algo que le de certeza a sus sospechas?

En este momento están limpiando la zona segura, además no la dejaré llegar muy lejos. Sabes que las puertas se abren solo con tarjeta y el personal esta informado a no entrar en dos horas. Además, antes de que se dé cuenta, estará fuertemente sedada. Será la forma perfecta para que se quede sin argumentos y deje de meterle ideas a Lyra, quien, por si no te diste cuenta hace un rato, ya también sospecha, gracias a tu hija favorita.- Lisa procedió a retirarse. -Si lo tomas bien, -dijo deteniéndose un momento- le estoy ayudando a que no la saquen de aquí. -


-¿Dónde está el sr. Lincoln?- Pregunta Lyle a Liena.

-Me dijo que volvía en un momento; debió haber ido a ver a la doctora y a Lupa.-

Liena estaba sentada en un mullido sofá doble de un pasillo en la casa, Lyle se acercó y ella lo invitó a tomar asiento a su lado.

-Lupa y Lincoln se parecen bastante.- Dijo Lyle sentándose.

-Todas creemos que Lincoln es el padre de Lupa. Aunque él solo dice que es un padre para todas nosotras por igual. Ella, por su parte, no quiere ni saber del tema, así que no se lo menciones jamás.-

-Qué bueno que me dices, así no cometo errores.- respondió el chico.

Hubo un pequeño silencio. Se les veía a los dos visiblemente nerviosos.

Lyle habló por fin.

-Entonces…¿ninguna de ustedes es hermana de sangre?-

-No como tal. Fuimos traídas aquí desde muy pequeñas. Todas fuimos abandonadas por nuestras familias.- Liena acarició la cabeza de Lyle.

-¿Te molesta?- Dijo deteniéndose.

-No.-

-De todas formas, discúlpame, yo no soy así, te lo juro, pero…cuando te veo me dan ganas de abrazarte.- Dijo ruborizada.

-Igual a mí. Me siento a gusto contigo.- Lyle suspiró.- Liena, yo… puedo…¿re-recostarme un poco?-

Ella sonrió enorme. -Claro- el chico devolvió la sonrisa y se recostó en el regazo de la rubia, ella volvió a acariciarle la cabeza. al tenerlo tan cerca sintió una extraña emoción. El aroma del cabello del chico, le era increíblemente familiar.

-¿No recuerdas nada, Lyle? ¿Ni de dónde vienes o algún familiar?-

-No-dijo el chico, quien se había acomodado tan bien que creyó que podría dormirse.- Yo desperté hace poco en un hospital. La doctora me dijo que mi familia falleció en un accidente y que yo estuve varios meses en estado de coma, pero no recuerdo nada de mis padres o familia alguna o…de nada…yo solo recuerdo un hospital, al sr. Lincoln y a la Dra. Lisa.

Liena lo sintió temblar y lo abrazó de nueva cuenta. -Bueno, ahora tienes una familia.-

-Gracias…- dijo él, embelesado.

Fue entonces que dos hombres de blanco pasaron velozmente viniendo del elevador, llevando consigo una camilla.


-¡Dijiste que estaba fingiendo!

-¡Y lo estaba, Lincoln! ¡De eso estoy segura!

-¡¿Entonces que pasó?!

-No lo sé.

Mediante un mensaje de texto le habían avisado a la Dra. Lisa, que el sujeto de prueba #6 había caído inconsciente después de vomitar. El personal encargado para emergencias ya se encontraba en el área, siendo dirigidos por Lisa.

-Lincoln, te quedas para tranquilizar a los niños, encárgate de Lyle. Lupa está bien, ¿Ok?, solo está inconsciente, lo más probable es que sea un caso de intoxicación.

Pero Lincoln no la escuchaba. Solo veía a la niña albina y pecosa que ya hacía en la camilla, la hija suya y de Lucy. Muchas veces la culpa puede ser ocultada, disfrazada, camuflada; y podemos vivir como si no existiera, pero una culpa sin subsanar siempre esta allí, dispuesta a volver con el detonante correcto.

Lincoln estaba harto. Muy harto, demasiado.

Quiero irme a casa…

La mano de Lisa en su hombro lo sacó de su sopor.

Él la volteó a ver y tomó con cariño rostro de su hermana.

-Lincoln…-

-No te culpo, Lisa. Has lo que tengas que hacer, solo…por favor se cuidadosa con ella.-

Lisa suspiró aliviada, temió por un momento que su hermano le hiciera un escándalo por la salud de las jóvenes. Abrazó rápidamente a su hermano, -Lo seré, te lo prometo- le dijo y luego se dirigió al elevador central, con los enfermeros y la joven albina.


¡¿Qué vas a hacer que?!- Exclamó Lyra.

-No hay otra forma, la tía nunca me va a creer si le digo que estoy enferma.-

-Esto te va a hacer daño, ¿ya leíste bien lo que hace?-

-Si, daño renal, daño hepático, pero en exposiciones crónicas. Esto será una exposición aguda controlada.-

-Eso no lo puedes saber, estas midiendo las cantidades a tu propio criterio.-

-Usé la báscula de la cocina. Es la cantidad perfecta, Lyra y si todo sale mal, de todas maneras la tía me salvará la vida.-

La joven castaña, veía a su hermana con preocupación.

-Lyra, tu sabes que algo pasa, y no puedo vivir sin saber que hacen con nosotras.-

-Yo no lo quiero saber, Lupa. Pero tampoco puedo detenerte.-


Lupa abrió los ojos.

Los oídos le zumbaban levemente y le costó enfocar los objetos de aquel cuarto.

Se encontraba en una cama de hospital. Tenía un fuerte mareo y nauseas, aun así, hizo un esfuerzo y se incorporó.

Miró de un lado a otro. No había nadie.

Sonrió.


Esta historia igual ya se acerca a su desenlace. Espero les haya agradado el cap.

Buscaré esta semana actualizar el fic de Mi Pasado en Plata y/o Electrashock.

Gracias por estar y leer.

Saludos.

Lobo Hibiky