Capítulo 2 – La familia Loud
La albina se quedó siendo observada por los tres, mayormente por Lyra y Luna, en lo que pestañeaba en dirección al castaño que usaba una banda, Lemy (Lincoln), y desayunaba como si nada hubiese pasado y como si nada le importase.
—¿Qué dijiste?
—Me quiero quedar en casa —respondió entonces Lemy—. Quiero pasar tiempo con mamá…
—Lo siento pequeño —ella justo habló—. Mamá tiene cosas que hacer… pero puedes pasar tiempo con tu hermana —ignoró que ella negaba y negaba una y otra vez en secreto—. ¿Qué dices?
—Bueno… —se puso a pensar unos segundos y miró con una pequeña sonrisa—. Sí, supongo que pasar tiempo con mi hermana está bien… —señaló a Lyra porque estos recuerdos demuestran que tiene más hermanos pero ella lo es más porque ambos salieron de la panza de Luna—. Obvio ella.
Ambas chicas se quedaron en silencio unos instantes.
La albina, Lupa, era – según sus recuerdos – hija de Lucy. Le cuesta creer que tuviera una hija. Bueno, de hecho le sorprende que todas ellas tengan una hija. Ser también hijo de una de ellas, sobre todo de Luna, le sorprendía bastante. No hay mucho que decir de ella. Claramente los recuerdos que tiene con ella con más de odio que de cariño, afecto. Claro, se quieren… pero de una manera bastante rara. Cuesta un poco describir tal relación pero no se debe dudar que entre ellos, se protegerían y darían la vida.
Lupa misma, claro, vino a ver a Lemy. Aparte de dejar en claro que él seguro estaba mintiendo y fingiendo para poder librarse de algunas cosas, él mismo prometió hace días que le daría una mano porque de no hacerlo, él estaría en problemas, sobre todo con lo que respecta a esa caía que tuvo hace ya unos días. Sabe la razón y sabe muy bien que por esto, por esto que él intentó hacer, se metería en muchos problemas… de nuevo.
—¿Qué? —preguntó justamente Lemy mientras miraba a varios lados—. ¿Tengo algo?
—Vamos idiota —hablaba Lupa—, deja de fingir. Termina tu desayuno y ven conmigo —le hacía que vaya a su dirección—. Prometiste darme una mano
—¿En serio lo hice? —preguntaba.
—… —ella no toleraba para nada que Lemy se hiciera el idiota. Hay límites—. Deja de hacerte el idiota, en serio. Fue gracioso una vez, dos veces no.
—… pero en serio…
—Ve con ella mejor hijo —Luna habló—. Si haces promesas, debes cumplirlas…
—Pero yo…
—¿Ves? La tía tiene razón —ella no se hizo tardar y tomó del cuello de la ropa de Lemy como si nada—. Ven, vamos. Haces que pierda tiempo en lo que podría hacer mejores cosas.
La escena de que Lupa tiraba del suelo a Lemy fue vista por ambas castañas pero no dijeron e hicieron nada. Simplemente miraron y luego se miraron entre ellas en lo que piensan que esto es algo de todos los días, salvo con la diferencia de que Lemy en serio parece recordar poco y nada de cómo parece llevarse con la hija de Lucy.
—Pensé que en serio querías pasar tiempo con él
—Cuando él demuestre su verdadera forma de ser, tal vez lo haga —contestó Lyra mientras se levantaba de la silla, cargando entonces las cosas con las que había desayunado, pequeño plato, la taza—. De mientras, prefiero seguir con mis prácticas. Si me disculpas madre, tengo cosas que hacer.
Luna suspiraba al ver que ella todavía no parece confiar del todo en su hermano.
Suspiraba porque si de verdad algo raro hace que Lemy cambiara de la noche a la mañana, podría tener ese hermano que ella tanto quiere, uno que tenga gustos iguales…
De alguna manera, pensar en esto le hizo pensar en él un poco.
No hay día que no se sienta mal por ello.
De mientras. . .
—¿Por qué sigues actuando de esta manera?
—¿Perdón?
—Huh… que dejes de ser estúpido Lemuel. Ya, ya quedó claro que no tienes nada. Nadie sabe que actúas de esta manera para librarte de problemas. Vamos, ¿por qué fingir? No hace falta. Ya lo sé todo.
—… Lupa, en serio, tengo todavía dudas de esto, ¿por qué fingir?
Lupa se quedó callada unos segundos mientras le miraba.
¿Realmente está bien o en serio va a seguir con esto?
Sea como sea, en lo que suspiraba pesadamente, no quería lidiar con esta mierda.
—Bien… —rodeaba con sus ojos—. Suponiendo que en serio eres así… dime algo, ¿cómo te sientes?
—Me siento raro —contestó entonces. No hizo hincapié en la forma que parecía hablarse con esta hermana menor suya—. Como que… mm… no lo sé, me siento diferente.
—Sí. Y si suponemos que entonces ahora pareces… "diferente", ¿qué harás?
—No lo sé. ¿Qué hago usualmente?
—¿Realmente valió la pena espiar a Loan? —preguntó—. Te hiciste más idiota que antes.
—… ¿cómo que hice eso? —preguntó—. ¿Yo…? —en estos momentos, se tomó las molestias de pensar, algo que Lupa notó y se sorprendió pero ignoró. En su lugar, ella prendía un cigarro como si nada y fumaba, esperando a que este hiciera algo. Él quedó pensando sobre esto, tratando de recordar. Sí, ahora ese recuerdo vino a su mente—. …
De alguna manera, él se las ingenió para escalar un poco la casa de lo que era su tía Lori, teniendo una buena memoria ahora de cómo es ella ahora y de cómo – también – este muchacho parecía reaccionar cuando la tenía cerca, temblando un poco. El tema es que la hija de su hermana mayor, Loan, la chica que ahora sería también la mayor de todas, estaba en su cuarto. Él, de curioso, quiso ir a espiar. Escaló fuera de la casa para asomarse a lo que era el cuarto de ella y cuando llegó al mismo, notó todo ese cuerpo de arriba debajo de ella ya que como estaba en su casa y apenas salía del mismo, usaba ropa interior que dejaba muy poco a la imaginación, pudiendo deleitarse visualmente con un cuerpo bastante hermoso y que quería abrazar y nunca despegarse. Fue ahí cuando ella volteó a la ventana para entonces ser descubierto y del repentino miedo de ser descubierto, cayó.
Terminó como terminó.
Este Lemy se murió y ahora él ocupa su lugar.
Le dolía la cabeza pero saber entonces cómo fue que se hizo esto… en serio era bastante pervertido este muchacho, tanto que en serio arriesgó su vida para ver el cuerpo de una chica… que si bien puede concordar que era lindo, no creía que fuera de vida o muerte.
—¿Terminaste de pensar? —dijo ella mientras seguía fumando. Vio la cara de dolor y preocupada en él—. Parece que te duele pensar ¿Eh? —ella sonreía—. Trata de no hacerlo. Puede que te mueras en serio.
—… el dolor de cabeza que siento ahora es por eso… —murmuraba—. Genial. Casi me muero por ver algo que puedo ver en internet y gratis… —y ahora suspiraba él—. Que estresante… —volteó a ver a Lupa que fumaba—. ¿Fumas?
—Todo por tu culpa —contestó—. Era una buena niña yo, pura y santa como ninguna…
—¿Eras como Lyra? —echó una risa. Algo recuerda, sí. No puede tener una memoria exacta de todos pero, sí, sabe más o menos algo de Lupa—. Difícil de creer
—Oh vaya —cerraba sus ojos unos momentos mientras seguía disfrutando del cigarro—. ¿Ahora sí recuerdas todo?
—No, de hecho no —contestó—. Sigo sintiendo que hay algunas cosas que no recuerdo… como el yo de antes… osea, antes del golpe en la cabeza.
—Eras… eres… un idiota, pervertido, manipulador… —hizo una pausa—. ¿Qué más?
—Ya, no hace falta seguir
—¡Oh sí! —decía golpeando su puño en su mano, recordando—. También eres el chico que toda chica rechaza. Llevas más de 20 rechazos. Nadie te quiere.
—¿En serio? —decía sorprendido.
—Sep. Además —decía—, se piensa que eres gay…
—Oh… bueno… supongo que tendré que demostrar lo contrario ¿no? —decía encogiéndose de hombros—. Ni modo, tampoco es para tanto.
—¿No te importa?
—¿No? —decía con dudas—. ¿Antes me importaba?
—Sí, demasiado.
—Bueno, ahora no me interesa. Haré mis cosas a mi modo. Digo, supongo que este golpe en la cabeza es una bendición. Tal vez sea más listo.
Lupa no evitó reírse ante esto.
—¿Listo? ¿Tú?
—El golpe en la cabeza me ha aclarado las ideas —contestó—. Soy más listo. Tengo experiencia en la vida.
—¿En la vida?
—Ya he muerto una vez —contestó—. Y he vuelto a la vida. Imagina lo que haría tu madre si sabe ahora que he estado en el limbo y luego vuelto a la vida misma —entrecerraba sus ojos mientras miraba a la albina que tras escuchar esto, abrió sus ojos y miraba desafiante a su persona—. Seh, así es. Vas a verme todos los putos días.
—Ni se te ocurra…
—Lo voy a hacer
—Si haces eso, le voy a contar a todos…
—No te van a creer, Lupita —escuchar que le decía de esa manera y se molestó más que antes. De tantas formas de llamarle, odia ser llamada de esa manera—. Me van a creer a mí. Pueden seguro dudar de la razón mía de hacer eso que dijiste pero, escucha, ¿me dirán algo? Estoy mal, apenas me recupero y encima, encima tengo que ser arrastrado por una fumadora serial como tú —le señalaba y tocaba la nariz, incordiando más y más a Lupa—. ¿Crees que te van a creer?
—Me tocas una vez más y me las vas a pagar…
…
…
…
Y Lemy le tocó la mejilla como si nada.
Residencia de Lisa
—¿Puedes explicarme la razón de no solo salir tras haber despertado de tu pequeño coma sino también tu ojo morado Lemuel?
—…
—…
—… me caí… y me golpeé solo… dos veces.
—… ¿en serio quieres hacerme creer que eres tan tonto como para que te pase eso? Eso claramente fue producto de un golpe, me atrevo a decir varios y con la energía de una persona enojada, posiblemente de una chica. ¿Te están molestando? Podrías decir algo y nosotras…
—Está bien, está bien, no te preocupes tía. Simplemente soy un tonto, nada más.
—… sí, eso, eres tonto.
¿La razón de venir a la casa de Lisa?
Digamos que en serio Lemy es un poco tonto y se golpeó los ojos un par de veces cuando caminaba junto a su hermana Lupa como si nada, admirando el día.
Le duele, claro que sí. Por eso mismo vino.
Fue… raro incluso tener que venir a la casa de ella. Tenía una bonita casa. En serio que era bonita. Esperaba una casa… futurista, con mucha tecnología y robots, ese tipo de cosas con respecto a Lisa que es una inventora, bióloga, millones de cosas.
Aparte de eso, había algo más.
—¿Quién es la pequeña?
Tenía una niña en sus hombros que no parecía querer alejarse de él. Con lo poco que veía con sus ojos algo morados, quiso tocarla pero al momento de hacer eso, la misma desaparecía y aparecía sentada en su regazo. De nuevo hacía esto, ella aparecía encima de su cabeza.
No hay palabras para describir el asombro que tenía.
—Es tu hermana Lulu —contestó Lisa—. Es la menor de todas —en eso, le miró con duda—. ¿De verdad que no recuerdas?
—… bueno —hizo una pausa. Miró a su tía, su hermana Lisa, con dudas si contar más o menos cómo viene la mano. De hecho, debe hacerlo. Tiene que hacer creer a Lupa, que está a su lado, que no recuerda mucho—. Tengo algo de memoria —decía primero—. Recuerdo un par de cosas, mi madre y mi hermana Lyra. ¿El resto? Tengo memoria alguna… pero si las tengo al frente, no es muy probable que las reconozca… —se encogía de hombros—. Sé algunos recuerdos del pasado también… pero, como dije, todavía tengo algunos problemas para tener precisos recuerdos… aunque uno o dos tengo memoria de ello.
—¿Ejemplo?
—Pues… cómo me hice este golpe en la cabeza para estar ahora de esta manera lo recuerdo… y algunas cosas del pasado que como todo joven de 13 años, no quiero recordar, nunca.
—Entiendo —ella entendía esto—. Mira Lemy, no sé si tu madre te lo dijo pero tienes que saberlo: deberías estar muerto —notó la expresión rara de Lemy—. La caída que sufriste, para que se entienda, te tendría que haber matado. No entiendo cómo todavía sigues aquí sentado frente a mí pero, de alguna manera sucedió aquello que algunas personas puedan llamar "milagro"
—¿Suerte también?
En lo que Lemy se aplicaba una crema a sus ojos que lentamente volvían a la normalidad y mostraba esto a Lupa que contestaba dándole otro golpe en lo que de nuevo se echaba la crema y Lulu observaba esto como si nada, Lisa se quedó muda.
¿Suerte?
No, no puede ser suerte.
Si tiene que elegir entre creer en un milagro o la suerte, definitivamente lo que le sucedió a Lemy fue un milagro. ¿Suerte? ¿Existe eso? No, claro que no existe. Cualquier cosa que tenga que ver con la suerte no existe para ella, nunca.
Esa palabra es muy sensible para ella.
Le recuerda a él.
Ella podría tranquilamente volver al pasado para rehacer todo de nuevo y evitar que esto sucediera pero… ella misma prometió que si las cosas pasan, pasan. No tiene que volver al pasado para hacer todo de nuevo. Cada decisión tomada tiene una consecuencia, sea buena o mala. Ella debe aceptarlo y seguir adelante.
No había día que quisiera hacer todo de nuevo pero fue fuerte.
—¿Recuerdas a tus hermanas y tías?
Lemy y Lupa pararon.
Se habían gastado la crema en su totalidad y por suerte que alcanzó para ahora estar ambos de buena manera, como si nada hubiese pasado.
¿Quién diría que él, con una mente de más de 40 años de edad, pelearía con una muchacha de 12 años de edad y más de esta manera, a los golpes para ver qué tan buena era la crma?
—Más o menos —contestó—. Como dije, las recuerdo, sí. Pero pensar en ello y tratar de recordar todo… digamos que me hace doler la cabeza…
—Bueno —hizo una pausa—. Tienes más de 10 hermanos, quitando a Lyra. Loan, Liena, Liby, Lacy, Lupa que está allí —la misma, al voltearse él, saludaba como si nada mientras encendía otro cigarro—, Lyle, otro chico como tú pero que parece mujer…
—¿Un chico que parece mujer? —preguntaba.
Hizo fuerza para recordar a tal chico, Lyle. Había algo pero, nada.
Era curioso cómo a veces recordaba y otras veces no.
—Si no recuerdas, tan solo tienes que recordar que él tiene a media escuela rendida a los pies porque es hermoso y adorado por las chicas, algo que tú, no.
—Cuando decida pedirle consejos de vida a una enana, te aviso
Luego lo golpearía.
Tal vez haga que recuerde otras cosas. Tal vez haga que tenga una personalidad nueva. Luego probaría eso por completo a ver si algo bueno sale de ello.
—Siguiendo, luego tenemos a Leia, luego Lizy, Lani y Lulu, la pequeña que tienes en brazos.
—¿Qué tiene esta niña?
—Yo la hice
—…
—Yo la cree
—Entiendo cómo funciona dar a luz tía —decía Lemy—. No soy un idiota —de acto reflejo le tapó la boca a Lupa que justo se sacó el cigarro para hablar—. Pero, ¿por qué puede desaparecer como si nada y aparecer también? ¿Acaso modificaste sus genes para hacer que tenga alguna especie de poder o algo así?
—… de hecho fue así
—… ¿te gusta ver películas de Marvel?
—¿Marvel?
—Sí, Marvel. Había un doctor que buscaba despertar un gen en las personas para convertirlas en mutantes. ¿No es eso lo que buscaste con esta pequeña?
Soltó a Lupa.
Se intentó liberar pero no podía. Eso se le hizo raro. Era más fuerte que él pero en estos momentos, apenas pudo ejercer algo de fuerza. Apenas le movió el brazo. Aun así, no le soltaba la boca para nada. Le dolía un poco.
—… ¿cómo sabes de esas cosas Lemuel?
—¿De cómics? —respondía con un toque de ironía—. ¿De qué otro lugar podría saberlo?
—Cómics… —melancólicamente, ella miró a Lemy con una sonrisa—. Lo mismo que diría él…
—¿Qué?
—Dejando de lado esto, sí —contestó—. Hice como esos cómics de los que hablas. Nada más que lo mío es ciencia de verdad, lo de eso, no lo es. Lulu podrá ser pequeña pero tiene cosas que los demás bebés no tienen. Es muy especial y es un tesoro para mí.
—Ya lo veo —decía—. Es una niña muy bonita. Seguro será igual de hermosa que su madre cuando sea grande, ¿verdad?
No esperaba nada de un bebé que le dé una respuesta. Tal vez suelte unas risillas como todo bebé pero no hizo nada de eso. En su lugar, levantó su pequeña manito para hacer un pulgar.
Esto le hizo sorprenderse.
Le entendió.
También parece muy lista.
—A todo esto Lemy, ¿puedes dejarme a solas con tu hermana Lupa?
—¿Me llevo a la niña?
—Por favor
—Bueno —se levantó. Iba a cargar a Lulu pero la misma ahora desapareció para aparecer encima de su cabeza, tomando sus cabellos. Ese cabello suyo lo tomó como si fuera una persona y lo tiró un poco, todo para sostenerse—. …en serio que me va a costar acostumbrarme a esto…
Salidos de allí, de lo que parece ser el laboratorio de Lisa, Lupa y Lisa quedaron a solas.
—¿Qué pasa tía?
—Toma —primero le dio algo—. Viendo lo mucho que fumas, seguro tus pulmones estarán negros. Con esto seguro estarás mejor por la mañana —ella agradeció esto—. Segundo, es sobre tu hermano.
—¿Se nota que finge?
—No, no finge
—¿No?
—Lupa, ya sabes que él debía morir. Vive. Muchas cosas de su cerebro se perdieron, recuerdos. Seguro que apenas recuerda cómo era él en el pasado. Por eso actúa muy diferente a lo normal. A la larga recordará cada uno de sus recuerdos pero eso no quita que será el mismo. Es diferente.
—¿De verdad está tan mal?
—Hay un porcentaje de personas que se golpean la cabeza y terminan teniendo otra forma de pensar, otra personalidad. No es raro pero tampoco es normal. Lo que le sucede a Lemy está entre medio de esas dos cosas. ¿No has notado que se expresa de una manera más relajada y parece más atento?
—Bueno… ahora que lo dices…
En el camino a la casa de Lisa por golpearle, ella sin duda alguna había cruzado sin mirar y él la tomó de la mano para evitar esto, más porque casi la atropellan. Aparte de eso, él le dijo que por nada del mundo se separe de su lado, que por más capaz que sea al defenderse, él está ahí para ella.
Este no era Lemy para nada.
Él no es así.
Él… para nada haría tales cosas.
Sí ha hecho lo de pelearse con gente porque a ella le trataron de dañar pero luego, no veía esta actitud tan buena con ella. Pese a que en serio le odia, pasa tiempo con ella y comparten sus desgracias como si nada. Pero, ¿ser así de buenos? No, para nada.
—Las demás saben de este accidente. No saben que debía morir, solo tu tía Luna y Lyra. Eso es un secreto —Lupa asintió—. Hay que ver cómo ahora el resto actúa con lo que pueda parecer su nueva personalidad. Trata de no ser un tanto brusca con él de paso ¿sí?
—… ¿crees que esto es bueno?
—¿Cómo?
—… que Lemy sea así
—El lado bueno es que Lyra tendrá un buen hermano… o no —ella misma sabe que la castaña Lyra pedía a gritos que su hermano sea como ella—. …el lado malo, bueno, supongo que ya no tendremos a alguien que haga tonterías
—¿Lado malo?
—Para mí, claro. Siempre es bueno probar alguna que otra cosa cuando viene al estar lastimado…
Lisa reveló una sonrisa algo… rara.
Lupa retrocedió algunos pasos con algo de temor.
Ya se hace una idea de esto.
De todas formas, ambas salieron de allí para buscar al castaño de Lemuel que, al encontrarle, había dejado a unos cuantos pasos a Lulu y le dijo, tras alejarse esos pasos, que viniera hasta él, siendo expectante de que la misma decidiera levantarse para caminar hasta él ya que si le entiende muy bien, puede hacer esto.
Apareció de nuevo encima de él como si nada.
Se tomó la cara.
La tomó y entonces la miró.
La niña en serio tenía todas las facciones faciales de Lisa y casi que podría ser el calco de ella. Sonreía porque en serio era bonita la niña. Tocó su nariz sin dudarlo.
Casi queda ciego al ver que de sus ojos, una fuerte luz impactó con sus ojos.
La soltó sin querer pero ella apareció encima de su cabeza una vez más y no parecía moverse de allí.
—¿Chicas?
No podía ver pero sentía la mirada de ambas.
—Creo que estoy ciego…
Las dos se miraron de reojo.
De ser distinto, muy seguramente sea un nuevo Lemy… pero no parece que deje de ser un idiota.
