Capítulo 5 – Un pequeño plan
Estaba muy nervioso.
Sus padres, sus verdaderos padres estaban vivos y por lo que puede recordar, aquello poco que recuerda hasta que los vea de nuevo, siguen estando igual, solamente con una edad más avanzada, más viejos, más débiles. Eso es algo que no le gustaría ver para nada en el mundo. Él quería verlos desde siempre pero desde que pasó eso, no pudo hacerlo.
Siempre pensó en romper esa maldita ley que le alejaba de sus padres pero no podía hacerlo y cuando lo estaba haciendo, estando a nada de poder verles luego de años, fue detenido y fue advertido de no hacer esto.
Ahora, siendo este muchacho, siendo el hijo que al parecer tuvo con Luna, algo que sigue sin creer todavía que haya hecho esto, tenía una vez más la chance de ver a sus padres, teniendo la enorme posibilidad de poder evitar la maldita ley.
Más allá de ese pensamiento de poder verles, esa noticia de Leni sobre que su padre era él mismo, todavía le bailaba en su cerebro. Ese hecho le impacta demasiado. Pensar que habrá hecho algo así… no, no hizo nada de eso. Sabe perfectamente que nunca ha tocado a alguna de sus hermanas, más cuando no ha estado cerca de ellas en mucho tiempo después de ser separados por aquello.
¿Tendrá algo que ver Lisa?
Es que era la única solución porque no entraba en su mente otra cosa.
Pero eso lo tiene que dejar para después.
Ahora mismo le tiene que dar igual.
Le importa una cosa ahora mismo.
Suspiró pesadamente.
Tragaba saliva con mucha fuerza.
Tembló un poco. Estaba muy nervioso. Estiró su brazo y cerró su mano para hacer un puño, llevando lentamente su mano hasta la puerta para tocar lentamente la misma, teniendo nerviosismo y miedo porque en serio deseaba esto en todo el mundo pero también quería irse de aquí rápidamente, recuperando esa timidez de su edad.
Cuando escuchó esa voz del otro lado, se puso erguido. Escalofríos vinieron también por el simple hecho de volver a escuchar esta voz luego de tantos años. No sabía ya qué hacer y correr no era una opción porque escuchaba ya los pasos del otro lado muy cerca y a nada de abrir la puerta.
Al ser abierta la misma, ya su mundo se volvió blanco por completo.
Momentos atrás. . .
—¿Has escuchado lo que ha dicho Leni?
—Todavía me sorprende que ese muchacho se siga metiendo en tantos problemas… ¿qué le da de comer Luna? ¿Problemas? ¿Recuerdas que Luna fuera así de joven?
—No, para nada. Pero creo que es normal en un chico, ¿no te parece?
—Lyle no es así para nada. Él es un niño calmado, tranquilo, dulce, amable, serio, aplicado. Es el chico que toda madre le gustaría tener. ¿No te gustaría tener un chico como él?
—También Lemy tiene su encanto cariño, no puedes ser así con él. ¿No te recuerda a…?
Esta era la conversación que Rita y Lynn padre estaban teniendo en estos momentos, antes de que Lemuel, el mencionado, tocase la puerta. Una conversación que solía entrar en tema ya que era algo seguido que Lemy se metía en problemas, se lastimaba, Lisa le curaba y el ciclo seguía una y otra vez. Una conversación que cuando llegaban a este punto, comparando a Lyle con Lemy, llegaban a esto.
Recordaban por completo a Lincoln.
Desde que sucedió aquello, han ocultado lo más posible el hecho de que tienen la culpa de no haber puesto un alto a todo aquello de mala suerte, siendo también participe en lo que era dejarlo fuera de la casa y tirarle incluso la comida con cierta indiferencia, teniendo una de las peores actitudes como padre que pueda existir. No se habían perdonado para nada y ante tal miedo a perder a alguien más, pusieron toda su atención en cada una, apoyando a todas a que sigan adelante por más dolor que le ocasione todo esto.
Fue difícil pero realmente siguieron adelante. Como se dijo, no olvidaron esto por nada del mundo, nunca. No querían olvidar nunca esto y lo tenían como recuerdo que no se debe olvidar. Ver sus hijas crecer y crecer, ver que pronto tenían hijos, estaban muy felices. Estaban algo preocupados porque sus respectivos padres no daban la cara y les enojaba demasiado. No había mucho qué hacer con esto pero se sigue adelante. Siguieron adelante y ahora, tienen una linda vida.
De nuevo y por última vez para no quedar como pesados con esta información, les duele en el alma lo de Lincoln.
—No lo recuerdes, por favor —decía Lynn con un fuerte suspiro deprimente. Bajaba su mirada a lo que su esposa le miraba porque sentía tal mirada. Asentía un poco—. Todavía recuerdo ese día… en todas las noches… —levantó su cabeza, miró a su esposa de cabello gris y ahora con lentes, notando las arrugas que por más pasa de uva que pueda parecer, sigue siendo la mujer más hermosa del mundo—. Lo extraño.
—Yo igual cariño, yo igual lo extraño…
Como siempre, ambos se acurrucaban en el sofá, sintiendo tristeza por unos momentos para luego pensar en algo que le quite esto y poder seguir adelante. No pueden seguir estando deprimidos como alguna vez lo estuvieron. Casi mueren por esto. No quieren dejar esta vida. No quieren dejar esta vida hasta al menos poder saber de la vida de su hijo.
—¿Qué hacemos entonces?
—¿Te parece salir a caminar? —decía Rita—. Siempre nos anima caminar un poco y nos hace olvidar un poco todo…
—Me parece una buena… —en eso, escucharon el sonido de la puerta—. ¿Eh? ¿Visitas? ¿A estas horas? —decía. Miró su reloj—. Apenas son las 7:30 de la mañana…
—Tal vez es alguien que deja algo
—FedEx siempre deja las cosas a partir de las 9 de la mañana, no antes… —en eso, miró confundido a su mujer—. ¿Hijas? ¿Nietos?
—Iré a ver —Rita se levantó. Fue curiosa a ver quién era la persona detrás de la puerta. La abrió intercambiando miradas al notar que la persona afuera era su nieto Lemy. Le daba mucha, muchísima curiosidad por saber cómo es que está él aquí tan temprano—. ¿Lemy?
Lynn padre incluso se preguntaba por él. Parece que hablar justo de él lo habían invocado por completo. Más allá de eso, supieron por Leni que Lemy le pasó algo que le hizo mucho daño, golpearse la cabeza y ser otra persona distinta, todo a raíz de las palabras de su hijo Lyle que si lo dice él, debe de ser cierto.
—…
Lemy, que había tocado la puerta hace unos momentos, se quedó sin habla al ver entonces a la que es su madre, su abuela ahora, vieja, ya pareciendo realmente una anciana por su cabello y las arrugas en su rostro. Estaba completamente callado, temblando pero estando en serio shock por verle de esta manera, recordando eso, que sus padres ahora están más viejos.
Cuando uno crece, cuando es niño, ve todos los días a sus padres y cuando va creciendo cada vez más, se da cuenta que lo ve cada vez menos, algo que ningún hijo desea, el dejar de ver a sus padres.
—… ah… ah… —parecía reaccionar un poco pero no había caso. Le costaba demasiado sacar palabras de su garganta con forma de nudo, sintiendo ese mismo sentimiento en su estómago también—. …¿ma…?
—¿Ma? —decía Rita con sorpresa—. ¿Ma…? ¿Mamá estás diciendo? —Lemy negó rápidamente porque sabía muy bien que no puede decir esto. Para nada. Él es, tristemente, su nieto, Lemuel… que curiosamente se llama de segundo nombre Lincoln—. Entonces, ¿qué pasa?
—Oh… h-hola…
—¿Lemy? —incluso Lynn se paró tras ver que su nieto se paraba y temblaba, mostrando lo mucho que sudaba y evitaba la mirada por completo de él y de su esposa—. ¿Qué sucede? Es temprano, ¿pasó algo?
Pero no esperaron esto para nada.
Lemy de la nada les miró a la cara y empezó poco a poco a sollozar, mordiendo con fuerza lo que parecía estar aguantando un llanto de lo más fuerte. Su mirada en ambos se posó una vez más, ya dejando de mirar a otros lados. Sus ojos se rindieron por completo. Sentía que aparte de sudar, temblar y sufrir enormemente, ahora estaba llorando cuando volvía a ver a sus "padres"
Esto realmente los sacó de en sí a Rita y a Lynn que se miraron sin entender nada de nada, teniendo que hacer algo.
Pero Lemy, sin esperarse a que ellos dijeran algo, los abrazó, los abrazó tan fuerte como podía, enterrando su cabeza en cualquiera de los dos, no importando si era Lynn, si era Rita, nada de eso importaba en estos momentos. Quería abrazarlos, quería hacerlo. Su cara no quería ver la luz, no quería volver a verles. No quería admitir que estaban viejos. Quería llorar y eso estaba haciendo en estos momentos, escondiendo con fuerza esos gritos ahogados en la ropa de alguno de los dos, dando una escena de un reencuentro bastante raro ya que no puede decir que es él por nada del mundo para evitar muchos problemas.
Rita y Lynn seguían sin entender nada.
Unos minutos después. . .
—… es una sorpresa tenerte… Lemy…
—Tu abuela… tiene razón… es… es raro verte luego de cierto tiempo… eh, Lemy. ¿Estás bien después de todo? Yo… eh, lamento si no he ido a verte y…
—Todo está bien… —ojos rojos, teniendo mocos que se sonaba cada tanto, sonreía un poco mientras miraba a la cara de su ahora abuelo—. …todo… todo está bien, no te preocupes. No importa… mientras estés bien y te cuides… todo… todo estará bien pa… abuelo…
—¿Te duele la cabeza? —preguntaba ahora Rita—. ¿Cómo te sientes después de ese golpe?
—… estoy bien —cerró sus ojos. Se calmó poco a poco al tener algo para tomar ahora que su madre, su disque abuela, hizo en estos momentos. Aceptó con una enorme felicidad esa taza de café, recordando que una vez odiaba esto pero viniendo ahora de ella, lo adoraba—. …me cuesta… recordar algunas cosas… pero me alegro de no haberles olvidado…
Rita y Lynn de nuevo se miraron.
—¿En serio te has olvidado algunas cosas?
—En serio… abuelo —tenerlo al frente y no poder decirle padre era lo peor del mundo. Está haciendo horrores para decirle de esta manera—. Yo… a veces recuerdo algunas cosas, otras veces no… —miró su taza de café. Veía su reflejo. Sentía que se veía a sí mismo, a su yo, Lincoln, de joven. Al levantar la cabeza, de nuevo miraba a sus padres como si fueran antes de todo lo que pasó de la mala suerte—. Me cuesta recordar a mis tías y hermanos…
—¿Hermanos? —preguntaron ambos
—¿No saben que el resto también son mis hermanos…?
—…
—…
Y ambos soltaron una pequeña carcajada mientras miraban a Lemy.
—¿Qué?
—Hehe… se nota que todavía sigues siendo tú, nieto. Todavía dices ese tipo de bromas…
—¿Broma?
—Sí, una broma. No creemos eso para nada, Lemuel. Sí, creemos que el golpe en la cabeza, según Leni, te ha cambiado. Pero, ¿eso que acabas de decir? No creo que sea verdad —y Rita miraba a Lemy con una sonrisa ahora—. Sigues siento tú al final… ¿qué te trae aquí?
—Los extrañé —respondió con sinceridad—. Quería… verles… volverles a ver… eso quería tras… despertar. Tenía… —tomó un sorbo. Era complicado. Su yo adulto le encantaba el café. Este chico, Lemy, no parecía gustarle. Hubo una expresión rara en su rostro. Era como que le gustó pero que no le convenció por completo. Tuvo algunos escalofríos. Tras eso, apartó la taza. Miró entonces a sus padres—. Pensé… que en serio los iba a olvidar…
—Antes del golpe, nos viste todos los días
—Pero no tengo recuerdo de haberlo hecho —contestó—. No tengo nada… y quería ver si en serio no les recordaba… pero realmente los recuerdo por completo… y eso para mí —se llevó su mano a su pecho con una sonrisa melancólica—, es lo más importante para mí, el saber que ustedes están bien…
Eran lindas palabras para ambos adultos.
No esperaban tal comportamiento por parte del muchacho de cabellera alborotada, más cuando sabes que estás viendo a un chico que está hablando bien y teniendo alto respeto a ellos, algo que usualmente – casi nunca – sucedía.
En serio parecía haber cambiado un poco. Ese golpe en la cabeza parecía ser un milagro.
—¿Viniste entonces a vernos?
—Exacto —contestó con felicidad Lemy—. Y estoy feliz por ver que están bien…
—¿Vendrás a visitarnos más seguido?
—¿Puedo?
—¿Puedes?
—No lo sé, creo que puedo. No sé si ustedes tienen cosas que hacer y…
—Nos encantaría que nuestro nieto nos venga a visitar —contestaba Lynn con una sonrisa. No sucedía a menudo. Sus nietos tienen su vida, sí. Pero aprecian que de vez en cuando les vengan a ver. Les hace sentir muy vivos—. Pero también tengo que trabajar y…
—¡Quiero ir!
Lynn se sorprendió bastante con esta respuesta. Se asustó también.
—¿Conmigo?
—Quiero… aprender a cocinar un poco —de hecho ya sabía, bastante. Conociendo a su padre, sabe todo. De todas sus hermanas, él, junto a Lynn por lo que recuerda, sabe cocinar bastante ya que alguna vez tuvo que comprarlos con excelentes comidas y desayunos para tener el permiso de muchas cosas.
—¿Viste a Liena? —preguntó por instinto. Asintió—. Ella viene conmigo de vez en cuando, es la nieta que más aprecio y quiero, es mi favorita… no te ofendas
—No, no, entiendo que la quieras —decía él sin celos—. Yo estoy igual. Es mi favorita de todas
—Pensé que era Loan —decía alzando una ceja Rita—. Ya que suelen estar juntos
—¿Loan? —en eso, recordó a la mencionada. De lo que recuerda ahora, sí, realmente parecen cercanos porque suelen jugar algunos videojuegos… pero luego, digamos que unos recuerdos vinieron a su mente y de ahí, vino un mal recuerdo—. Sí… la recuerdo… —no fue bueno recordar eso y de momento, es seguir adelante para actuar normal—. Pero, entonces, ¿podré ir contigo?
—Puedes
—¡Genial! —decía alegre—. ¡¿Cuándo?!
—En unos días —contestó. Lemy se le fue todas las ganas y él notó esto. Soltó una risa. Se acercó para acariciarle la cabeza y revolver ese cabello esponjoso—. Días libres. Trabajamos como esclavos a veces. Pronto irás y demostrarás lo que sabes. Pareces alguien que sabe lo que hace…
—Y aun así me caí…
—Todo el mundo puede ser idiota algunas veces
—¿En serio?
—Tú lo eres siempre pero se entiende…
Lemy estaba con una cara neutra con una sonrisa que parecía aparecer pero a la vez no. Internamente, se podía ver a Lincoln gritar con todas las ganas del mundo al escuchar que su mismo padre parecía burlarse de él. Era curioso cómo todos consideran a este muchacho idiota y por encima de todo, dudaban de él.
En serio, Lemy no parecía ser bueno para nada y a Lincoln le preocuparía tener un hijo así… aunque le cuesta aceptar esto por completo. Hablaría ahora con su "madre" Luna de este tema.
—Gracias por estar siempre bien —entonces Lemy se levantó. Caminó hasta ellos para abrazarles. Duró bastante este abrazo. Escuchó como Rita y Lynn realmente agradecían la visita—. Gracias… en serio gracias…
—Gracias por venir Lemy. En serio es hermoso ver que nuestros nietos se preocupan bastante por nosotros…
—¿Qué clase de nieto sería de no tenerles? —contestó con una pregunta—. Son todo para mí… y prometo que trataré de venir de vez en cuando para ver cómo están… —y al separarse. Ambos le acompañaron hasta la puerta de su antigua casa que sigue nueva como siempre… ya no teniendo para nada las cosas que habían en el techo o en el árbol. Salió de allí. Volteó a verles. Sonreía una vez más mientras les saludaba con su mano—. Nos vemos… padre y madre
Murmuró aquello antes de irse con una sonrisa ocultando también unas lágrimas de felicidad por verles una vez más.
Ya viéndole desde lejos, Rita no pudo evitar mirar a Lynn.
—Sonaba como Lincoln
Lynn se quedó callado con esto. Suspiró pesadamente mientras asentía levemente.
—El segundo nombre parece encajar perfecto con él… porque en serio parecía que veía a Lincoln —y Lynn decía esto porque cuando le veía, cuando le escuchaba hablar, cuando le miraba con esa felicidad, sintió de momentos que veía a su hijo Lincoln. Sea donde sea que esté, espera que le perdone. Si es que ambos van al cielo o al infierno, espera encontrarlo y poder pedir disculpas. Sea como sea, quiere volver a verle y hoy fue como verle… aunque nunca conseguirá eso—. En serio demostró que es diferente… —miró a su esposa con una sonrisa—. ¿Qué pasa si golpeamos a Lola y Lana en la cabeza?
—Lana tal vez sea fina y Lola humilde…
Ambos se rieron con ganas al imaginar esta posibilidad, siendo algo que nunca pasaría, creyendo que ha sido lo más gracioso del mundo.
En lo que se recuperaban de sus respectivas risas, se pararon como se puede parar una personas ya superando más de 55 años, vieron que lentamente una rubia casi muy parecida a Rita cuando era joven, teniendo una mala cara luego de una enorme jornada laboral, acercarse a ellos en lo que les miraba con sorpresa al poder escuchar esa risa a media manzana.
Para hacer un resumen muy fuerte, esta era la hija que llenó el vació tras haber perdido a Lincoln.
Residencia de Luna. . .
—¿Has visto a Lemy? —preguntó Luna al bajar con gran confusión.
—Nop —dijo Lyra con cierta indiferencia—. Si no está en su cuarto, seguro se escapó.
—¿A estas horas? —preguntó ella—. ¿Crees que Lemy se escapa para hacer algo a las 8 de la mañana? No, no creo que haga eso… ¿A dónde iría? —en eso, una lámpara se prendió encima de ella—. ¿Una novia?
—Dudo que alguien quiera a Lemy
—Yo lo quiero
—Es tu hijo, es normal
—Es tu hermano pero no veo que lo quieras mucho, ¿no es raro eso? —decía ella de brazos cruzados ahora—, Se supone que los hermanos se quieren.
—Si alguien me dice eso, lo entenderé madre pero, tengo entendido que tú y la tía Lori siempre se pelean, al igual que con la tía Lola
—Toda familia, todos los hermanos se pelean pero más allá de eso, siempre estamos unidas y hacemos todo por los demás —ahora es cuando se ponía molesta, bastante—. No soy tonta, he visto cómo ambos se llevan y puedo notar a veces que es Lemy quien quiere enmendar las cosas pero tú no quieres… ¿Lemy hizo algo tan malo para recibir tal indiferencia?
—Él sabe muy bien esto —contestó Lyra. Sonó como si le faltara el respeto. Miró a su madre en esto—. Perdona si sueno ruda… en serio lo siento —de verdad se mostró un tanto mal por contestar de esta manera a su madre… pero debía expresarse—, pero Lemy ha demostrado ser… un mal hermano conmigo… y si él quiere demostrar eso, entonces seré la misma persona que él.
—No tienen que ser las cosas así
—¿Cómo con papá?
Ah, justo.
Este es algo delicado, algo que a Luna le molesta mucho en el alma, bastante. Que le mencionen esto le dolía mucho. Que sus hermanas lo hagan ya es un tema aparte pero que lo haga su hija… es peor que escuchar a Lori o a Lola gritar por esto, más cuando fueron ellas dos las peores con todo eso.
Miraba a Lyra, pasando de enojo a tristeza, bajando la mirada, evitando ya mirarle puesto que sí, el padre de ella, el padre de Lyra, Lincoln, no está, no estaría y nunca lo estaría.
No era un secreto entre todos que tienen el mismo padre.
¿Saben que es el hermano de cada una de sus respectivas madres?
Lo saben todas.
Cuando tienes de hermana a Leni que no suele callarse y revela cosas, algo que es muy curioso que Lacy tenga este mismo problema, no hay muchos secretos. Solamente sus padres, Rita y Lynn, no parecían conocer mucho del tema y de hacerlo, si es que realmente conocen de esto, prefieren no saberlo.
Luna ya no tenía muchas ganas de decir algo con respecto a su hija, solamente la miró algo triste.
—Oh mamá —y Lyra sabe que lo que dijo, estuvo muy mal. Se levantó y quiso ir a abrazarla—. Mamá, en serio, lo siento mucho por eso que dije, en serio perdón —y cuando estaba por acercarse, su madre en serio no quería recibir ese abrazo—. …madre…
—Desayunaré en el trabajo —comentó—. Si ves a tu hermano, dile que le hice algo para que se sienta mejor que antes… ten buen día, Lyra.
Ver a su madre irse con esa cara triste en serio le hizo sentir demasiado mal.
La mera idea de que este día, su madre, lo tenga de mala manera porque ella le hizo recordar eso… le hace sentir demasiado mal, bastante. Todo se le está yendo poco a poco de las manos a raíz de Lemy esto, Lemy aquello. Ya no sabe cómo sentirse ahora mismo con respecto a tal tema y como tal, volvió a sentarse con su respectivo desayuno frente a ella, agachando la cabeza.
Suspiró pesadamente.
Tiene que comportarse mejor y darse cuenta de cómo a veces habla y de cómo responde, sobre todo ahora mismo, faltando el respeto a su madre de esta manera… que uno puede decir que tiene razón pero no era de decir tales cosas, más cuando está tan calmada.
Todo esto de Lemy le tiene algo molesta, recordando las palabras de la otra vez.
"Lupa es mejor hermana que tú"
En secreto, miró su teléfono, mirando la foto que tenía de fondo de pantalla que tenía, una foto entre ella y él, una foto cuando ellos eran niños apenas, viendo cómo Lemy estaba muy feliz encima de ella con una gran sonrisa, ambos pareciendo compartir un momento de lo más feliz, uno donde Lemy quería, a gritos, ser como ella, ser un chico bueno y que siempre lo alaben por todo lo que hace como a ella.
Pensar en esos lindos recuerdos y pensar en el Lemy de ahora, en serio le dolía este recuerdo y más ahora que también hizo a su madre triste.
Quería y deseaba que todo volviera a como era antes y tener ese hermanito que tanto quiere y ama…
Aunque ella no sabe que en estos momentos, Lemy había vuelto como se había ido, por la ventana de su cuarto, tentando a la muerte porque bajó de un segundo piso como si nada, como si no temiera morir. Allí miraba de lejos a Lyra que lloraba y notó ese fondo de pantalla.
Negó con la cabeza con la idea que tenía ahora.
No le cae bien, para nada, más con lo poco que ha visto de ella… pero sigue siendo su hermana y algo que él siempre ha hecho es estar para sus hermanas, incluso si ellas parecían odiarle, más cuando se metía en sus problemas de hermanas que ellas podían solucionar, él siempre quería ayudar.
¿Ahora?
Con el buen ánimo que tenía con ver a sus padres nuevamente, tenía un plan.
