Capítulo 6 – Papá

—¿De verdad quieres hacer eso? Pensé que no querías a Lyra para nada ahora… lo cual me sorprende demasiado de ti, Lemy.

—A pesar de que me ha demostrado que es una perra, la quiero. Es mi hermana.

—Todos somos hermanos

—Ambos salimos de la misma mujer. Eso lo hace muy diferente, Lupa. Aparte, es como tú Lyra al parecer.

—¿Cómo yo?

—Una perra, fría por fuera pero por dentro solamente quiere algo de amor porque no es capaz de demostrar esa calidez que la hace única, diferente a cualquier persona y alguien muy especial… aunque a veces hay variaciones en las personas… tú eres ese ejemplo…

—Aparte de perra, me dices especial… vaya, cada día parece que recuperas tu forma clásica de actuar y sigues siendo el mismo de siempre… en serio me sorprende que de verdad sigas fingiendo que tienes pérdida de memoria…

¿Lemy ayudaría a Lyra?

No es ayudar en sí pero la verdad es que tenía un pequeño plan para poder darle una alegría a su hermana mayor, sabiendo que él no tiene la culpa para nada en cómo ella le trata. Es más, ella misma debería hacer algo pero a sabiendas de que seguro en el pasado ambos eran muy unidos, queriendo ser él como ella, porque no solo notó esa foto en el teléfono de ella sino que recordó muchas cosas más, él debía hacer algo porque es un chico después de todo, es lo que alguna vez se le conoció como el chico del plan, el hombre del plan. Quería darle una mano a ella y poder poner fin a este malestar. Además de eso, notó a su madre Luna, al menos en su voz, que se encontraba mal, seguro teniendo que ver con Lyra, la tan aclamada niña buena que todo el mundo quieren y adoran.

Siente que esto es algo que nunca podrá deshacerse, más ahora que tiene de nuevo a su familia, algo diferente pero sigue teniendo algo que siempre quería devuelta. No quiere que nada malo pase con sus hermanas nuevas, sobre todo con su nuevo hermano que tiene. Quiere que todo esté bien aunque sabe que no puede darle las manos a todos, hará lo posible.

Aunque no quiere ayudar a Lyra ahora, pensaba hacerlo más adelante.

Pensando que en unos días iría con su abuelo a trabajar, estaba ahora pensando también en comprarle algo. Quizás le gustaría o quizás no pero eso tendría que verlo una vez que consiga el regalo que tenía en mente.

—Pregunto ahora que me doy cuenta —en lo que caminaban, Lupa fumaba como siempre, todavía en guardia cuando él le tomaba y le apartaba del lado de la calle de la cera, dudando algo con respecto a esto—. ¿Por qué quieres que esté contigo?

—¿No nos llevamos mejor que nadie?

—Me llevo mejor con Liby y Lacy pero no contigo

—Bueno. Puedes irte entonces —negaba con su cabeza—. Todos tienen cosas que hacer y por eso no me quieren acompañar. No te detengo. Vete si quieres, de todas formas no hace falta… y se fue en serio… —se reía cuando se dio cuenta que en serio Lupa se dio la vuelta y se volvió a lo que parece ser su casa—. Cierto, Lupa en serio se toma las cosas como estas… —en eso sonreía un poco mientras veía por donde se había ido—. Vaya pequeña…

Vaya hija había pensado en sus interiores.

De pensar en eso, le hizo sentirse demasiado raro.

Cuando vio a Liena, se había sentido algo atraído. Es su hermana y no puede tener tales pensamientos, para nada. Ahora que sabe que ella es técnicamente su hija, tuvo pensamientos con su hija… lo cual le generaba algo de repulsión… pero por otro lado, la pequeña parte que seguro viene por parte de los recuerdos de Lemy y digamos que algún que otro sentimiento, él quería esto.

—… mejor voy a ver a Lisa…

Residencia de Lisa

No hubo mucha conversación.

—Ya sabía que vendrías. Pasa. Cuida a Lulu unos momentos hasta que termine de hacer algo, por favor.

Supone muy bien que si quiere algo de tomar tendría que servirse a sí mismo. Aun así, no se quejaba para nada cuando tenía entonces a la pequeña Lulu en sus brazos que parecía mirarle siempre a sus ojos, como si intentara ver algo más, como si pudiera ver su alma ya que se cree que los ojos son la entrada a las almas de las personas.

—Hola Lulu —decía mientras esperaba a Lisa que terminara esto que tenía que terminar—. ¿Cómo estás? —levantó un pulgar. Alzó una ceja. Estaba sorprendido nuevamente que ella pudiera hacer esto como si nada. En eso, desapareció para aparecer encima de su cabeza—. Mm… parece que a alguien le gusta estar encima de mi cabeza ¿no? —ella le tocó el cabello como si nada. Se reía de esta niña—. Vaya, en serio adoras esto… —y cuando ella tomó algunas partes de su cabello, de la nada sentía que sus brazos se movían y también sus piernas—. Oye, espera, no podemos hacer plagio de…

Lemy terminó siendo guiado por Lulu que le tenía de sus cabellos, yendo a la cocina como si nada, no pudiendo hacer nada tampoco porque entre más peleaba por hacer nada, ella más fuerza parecía hacer para que se moviera.

Perder contra una niña de… ¿1 año? No era lindo para nada.

—Estamos en la cocina… —si Lulu pudiera hablar, el nivel de sarcasmo que aplicaría ahora sería tremendo—. ¿Quieres algo para comer? —ella volvió a aparecer en brazos de Lemy aunque luego apareció en la mesada de la cocina misma. Asintió—. Bien, bien. Veamos que tienes en el refrigerador —en lo que abrió la misma, no había mucho. Era normal para una persona que al parecer no come mucho. Miró por encima y veía a Lulu que le miraba fijamente. Le daba ciertamente miedo por lo que volvió su mirada dentro del refri. Pensó, en lo que sacaba algunas cosas que se le hacían muy conocidas, que tal vez ella al ser una mujer lista y dotada, crearía como pastillas para suplir la comida diaria. Seguro haría eso—. Bien Lulu —miró a la pequeña con dos frascos en mano y una sonrisa—, encontré algo que haré que seguro te encantará… aunque no sé si puedas comer… —ella asintió—. Bueno… no entiendo eso pero haré esto de todas formas —buscó en las alacenas pero no veía mucho. Por más iluminado que estuviese la cocina, cosa que teniendo en cuenta que Lisa es dueña de la casa es muy raro y más también limpio, algunas partes de las alacenas estaban muy oscuras y no veía bien. Miró a Lulu. La tomó como si nada y tocó su nariz. Esa luz de sus ojos casi le dejan ciego de nuevo pero la usó como linterna para alumbrar. Encontró algo acompañar a estas dos mermeladas, una crema de maní y la otra mermelada, claro. Con pan en mano, dejó a Lulu en la mesada no sin antes tocar su nariz de nuevo y apagar esa luz.

Lemy estaba por hacer esto que hacía de chico pero miró a Lulu que parecía… ¿enojada?

—¿Qué? ¿Estás molesta porque te usé de esa manera? —sin respuesta alguna, pudo sacar su propia conclusión a esto—. Oh, bien, bien, tranquila. Nunca pasará… creo.

Como alguna vez hizo, hizo aquellos emparedados que tanto le gustaban a Lisa, cortando todo de una manera tan perfecta que en serio, no había perdido el toque para hacer este tipo de cosas tan a fondo, untando la crema de maní y la mermelada juntas, quitando los bordes del pan para hacer que sea más rico, según día Lisa alguna vez, y que se note el amor en hacer esto.

Lulu solamente miraba muy intrigada, actuando esta vez como una infante de su edad, mirando por encima de los brazos de su hermano que seguía y seguía haciendo cosas que no pensaba que volvería ver. Su madre hacía esto pero siempre que la veía, no estaba muy contenta con los resultados. Siempre le dieron ganas de probar uno de estos pero su madre no dejaba uno.

—¡Listo! —ya tenía todo hecho. La verdad es que en serio se había esmerado en hacer estos emparedados. Estaba con una enorme sonrisa. Miró a Lulu y le mostró lo que hizo—. Mira lo que he hecho —su alegría no se iba para nada—. A Lisa le gusta esto, demasiado, más si se hace de esta manera —en eso, le acercó uno pero sus dudas aumentaron a ver que tenía la boca cubierta—. Aunque… ¿cómo comes? —le quiso quitar eso pero ella le apartó su mano lentamente. Le pareció tierno que tomara su mano con su pequeña manita pero lentamente apartó dicha mano suya de su cara. Tal parece que no le gusta que le toquen esa parte de la cara ¿no?—. Mm… bueno. Si no te gusta…

Fue horroroso ver lo siguiente.

Aunque dejó un pequeño emparedado frente a ella, tenía sus dudas de cómo darle uno. Ella no hacía nada tampoco. Pestañó una vez y cuando se dio cuenta, ese emparedado había desaparecido por completo y Lulu ahora mismo se tocaba el estómago, como si algo entrara allí e indicara que estaba llena porque ha comido algo.

Se la quedó mirando con algo de horror de hecho.

—Tengo miedo de preguntar cómo fue que te has comido eso…

—Lemy

Volteó a ver que estaba Lisa esperando a lo que parece ser una entrada en escena algo rara.

—Ya terminé con lo que tenía que hacer —dijo levemente—. Gracias por cuidar a la Lulu. Le diste de comer a pesar de que le había dado algo de comer hace apenas un rato. Gracias, ahora tendrá algunos problemas de estómago y posteriormente, soltará pequeñas flatulencias y posiblemente vomite.

—Pensé que la hiciste perfecta para que no tenga nada de eso…

—Sigue siendo una infante de 1 año

—No me parece eso para nada…

—¿Qué has dicho?

—N-no, no dije nada.

—¿Vas a decirme entonces la razón de venir aquí?

—… oh cierto —lo había recordado—. Vine para hablar de algo… algo serio creo que es, sí.

—No sabes de lo que has venido a hablar ¿no? —tenía muchas que hacer. Entre esas cosas, inventar y cuidar a Lulu. Por eso no le gusta que le tomen tiempo de su vida—. Pero si no sabes, no te preocupes. Ven, necesito hacer estudios de tu estado actual y ver si algo malo sucede contigo.

—Es sobre papá

Lisa escuchó ese término y suspiró.

Ya todos saben muy bien quién es su padre, no es ningún secreto. El tema es que hablar del tema no es bueno. Todos siguen adelante como si nada pasara pero este día, tarde o temprano, iba a llegar.

—Ve a la sala. Esto llevará tiempo —dijo. Lemy hizo caso y se fue no sin antes tener de nuevo a Lulu encima de su cabeza y se acomodaba en su cabello—. … —cuando se fue, ella fue entonces hasta la mesada para ver todavía los emparedados allí—. …

Eran iguales a los que Lincoln le hacía cuando era pequeña y cuando necesitaba energías y algo de comida.

Siempre ha intentado hacerlos y por más que tenga máquinas para hacer este tipo de emparedados a tal perfección que roza lo insano, no salían igual. Faltaba como algo. Ese algo sentía que era el hecho de que Lincoln los hacía con amor para ella y solamente ella.

Vio toda la secuencia. Vio cómo hacía los mismos como si fuera Lincoln, como si fuera la viva imagen de él al hacerlos puesto que sentía hasta el amor con lo que lo hacía. Recuerda mejor que nadie esto. Le ha visto algunas veces hacerlos y veía una sonrisa enorme en su rostro, tal cual como Lemy la tenía cuando lo hacía.

Al probarlo, se dio cuenta que en serio sabían tal cual a los de Lincoln.

Miró por la dirección que se había ido su sobrino.

Era coincidencia que hiciera esto.

Pero sus pensamientos que la alarmaron se fueron al terminar de comerse entonces los emparedados que había, disfrutando de placer enorme con cada uno que ingería.

Sala de estar

—¿Qué quieres saber de tu padre?

—Bueno… tengo curiosidad en algo… ¿es realmente el hermano de ustedes mi padre? Leni… la tía Leni dijo…

—¿Leni dijo eso? Oh vaya… realmente no puedo decir que no se debe darte información tan pesada de golpe porque puede dañarte bastante el hecho de recordar cosas de tal magnitud y ella lo primero que hace es justamente eso… perfecto. Cada día que pasa, Leni siento que se hace más idiota… lo que me faltaba, otra idiota más en la familia. Primero Lola, ahora ella.

—¿Realmente es mi padre?

—… lo es Lemy, lo es.

—Pero… ¿cómo pasó? ¿En serio mi padre es hermano de ustedes? ¿Él… realmente se atrevió a ponerles un dedo encima?

—No, nada de eso pasó…

—¿Entonces?

Lisa llegó a suspirar. Era de las pocas veces que una persona podía ver que ella mostraba signos de tristeza notoria.

—Es… complicado —hizo una pausa para jugar con sus dedos, con sus manos—. Nosotras… pensamos que la mala suerte existía. Dejamos de lado a Lincoln porque traía la mala suerte…

—Pensé que no creías en tales cosas…

—No lo hago. Decidí seguir el juego. Sabía que era mentira. Quería ver cómo terminaba todo… pero me di cuenta que al final me dejé llevar y también sentía que él daba mala suerte… y tampoco me di cuenta cuando era demasiado tarde todo esto… —miraba sus manos. No se atrevía a mirar a Lemy en estos momentos—. Se llevaron a tu padre… y por más que intenté rastrearlo, estaba muy bien protegido. No había forma de hacerlo sin que descubrieran que fuera yo…

—Pero… ¿cómo es que él tuvo hijos con ustedes? ¿Cómo es que me tuvo a mí?

—… recuerdo haber tenido algo de él. Habían… cosas que servían para preservar perfectamente… ya sabes, muestras de semen…

Lemy, que dentro de su cuerpo y alma eran de Lincoln, hizo una expresión incómoda al saber que eso había quedado en un lugar que tal vez tendría que ser quemado en estos momentos. Se estiraba el cuello de su camiseta debajo de su chaleco, nervioso porque, bueno, a esa edad le apretar un poco el cuello de la anaconda que se traía entre piernas.

—… y una cosa llevó a la otra y… viendo que las cosas con mis demás hermanas eran un poco tensas que no querían tener una relación… pues les ofrecí fertilizaciones artificiales de los mejores genes posibles que una persona pudiera hacer… con cada una de ellas…

—…

—Suena tonto, lo sé. ¿Por qué todas querrían ser fertilizadas por muestras de semen de su hermano menor/mayor? ¿Quieres saber la respuesta? —asintió—. Todas queríamos algo que nos recuerde a él.

—¿Qué?

Esto… no era lo que esperaba.

Bueno… esperaba algo parecido pero… ¿esto?

—No teníamos nada de él. Sabía que hacer esto era malo y que nuestros hijos nacidos sufrirían demasiado al saberlo… pero fue una decisión que nadie se arrepiente después de todo…

—… eso quiere decir… que ninguna quiere a mi padre y solo lo hicieron para tener algo para recordarlo… ¿no?

—Los amamos, de eso no hay ninguna duda…

—Pero, ¿en serio querían a mi padre? —en estos momentos, no sabía cómo sentirse. En serio estaba algo impactado… no, estaba en serio impactado. ¿Hicieron esto porque no tenían nada para recordarle? ¿De verdad? Sonaba… demasiado irreal, enormemente irreal. Se sentía muy confundido como persona y como, ahora sabiendo esto, como el hermano mayor que se ha metido con sus hermanas menores y el hermano menor que se ha metido con sus hermanas mayores… sin saberlo—. ¿Qué pasaría si mi padre sabe de esto?

—Nunca lo podrá saber —respondió—. Tu padre no puede vernos y nosotras no podemos verle, nunca. Después de aquello, apenas nuestros padres tuvieron… —y tragó saliva. La palabra en serio la odiaba. La podía usar pero eso no quitaba el gusto amargo que le dejaba en la boca—. …tuvieron suerte… de que nos quiten a nosotras de ellos…

—No podrá saber… —murmuraba.

Era curioso porque ahora lo sabía muy bien.

—Siento lástima por ti y por tus hermanos…

—¿En serio?

—Nunca podrán conocer a su padre… y todos ustedes siempre han querido conocerlo porque hemos… contado algunas cosas de él. Tan solo, espero que puedas entender Lemy que nunca podrás conocer a tu padre… lo siento

—No hace falta disculparse —respondió Lemy con un tono algo apagado. Lo único que hacía era mirar a su tía Lisa. Tomó a Lulu de su cabeza y la bajó. La tenía en brazos. Estaba dormida. Quería ver qué había debajo de esa cosa que le tapaba la boca, ese tapaboca. Sonreía él porque fue mejor no hacer esto. Si ella no quería, no haría esto—. ¿Por qué molestarme entonces por alguien que nunca podré ver de todas formas? —respondía con esa pregunta. Lisa se quedó callada. Le dio a Lulu—. Gracias por decirme la verdad de todas formas, tía. Solamente quería saber de eso.

—¿Qué harás?

—Iré a casa… a pensar esto… durmiendo un poco —le dio la espalda—. Ha… ha sido demasiado para mí esto a pesar de que no me importa…

—¿No estás molesto?

—No, no estoy molesto… solo algo decepcionado… pero estaré bien. Gracias por contarme la verdad tía, ninguna otra lo haría, más conmigo que estoy en este estado de no recordar mucho…

—No agradezcas…

Lemy cerró sus ojos y aguantó sus ganas de gritar que era él, que era Lincoln pero que estaba en el cuerpo de este muchacho y que vivía a través de él, que ocupó el lugar de un muerto como lo era su hijo con Luna.

Lisa le vio irse como si nada.

Se sentía un poco débil ahora mismo por contar esto. Seguía siendo una mujer, una madre, una hermana menor, una chica que ha hecho algo con tal de tener algo para recordar al hermano que tiró a la basura por una tonta cosa como la suerte. Las demás también son malas, no solo ella que hizo esto tan solo por eso. Se imaginaba la buena vida que tendría si tan solo Lincoln estuviera a su lado, consolándola por todo esto sin importar que tendría una hija con él a costas de algunas muestras de semen de su parte. Esto no era bueno para nada, esto era algo muy malo, más si Lincoln se enteraba. Ninguna persona haría esto… pero lo hizo… y si le preguntas si ahora se arrepiente, no lo hace para nada. Ayudó a sus hermanas con esto, demasiado. Las hizo felices. Ela no tiene que estar de esta manera, triste.

Pero pensar en él, no era bueno para nada.

Miró a Lulu que estaba en sus brazos.

—¿Me perdonarías por esto que he hecho Lulu?

La pequeña empezó a despertarse y abrir sus ojos, estirando un poco.

Miró a su madre.

—Lemy. Cuidar. Lulu. Hermano. Amor.

Lisa la miró todavía, congelada.

Era la primera vez que hablaba y la primera palabra, palabras, tenía que ver con Lemy.

Residencia de Luna, cuarto de Lemy

Volvió a casa como se dijo a sí mismo.

¿Había algo que hacer ahora? No.

Lupa le preguntó si quería estar con ella en su casa porque su madre se había ido y tendrían cosas que hacer, además de que le debe favores como ayudarle con su tarea. Claro, por más mal que esté, sabe perfectamente que puede pedir más favores para así olvidarse de algo así.

La mandó a la mierda y le dijo que de momento, que no le joda. La terminó bloqueando para no tener que angustiarse por cosas como estas.

Sabe muy bien que seguro Lupa se iba a molestar demasiado con él y que haría cosas que ella no haría usualmente pero como le ha hecho enojar, muy seguramente le va a hacer algo. No le importa. Lo que le importa es que la razón de él nacer, de que este chico naciera posiblemente, es porque nació por conveniencia, nada más.

El resto de sus hermanas y hermano seguro nacieron por eso, porque no había nada para recordarle y entonces, Lisa vino con esa idea y listo, ahí nacieron.

Siente que la idea de que sus hermanas le amen y así tener hijos es repulsiva… pero al menos hay sentimiento. ¿Cómo pueden nacer estos chicos de esta manera?

Ha visto que en serio parece que sus hermanas aman a sus respectivos hijos pero… ¿realmente les aman? ¿En serio todo es verdadero? Lisa seguro ha dicho la verdad. La forma que se había expresado con respecto a eso le demostró que sí pero… ¿qué hay del resto? Luna… bueno, la ha visto. Se burla de él un poco porque parece gay según ella pero no puede para nada dudar de que en serio se nota que le ama mucho. No pensaba que Luna sería diferente a lo que solía ser con hijos pero, mira, la verdad es que los hijos en serio cambian a las personas y Luna es un claro ejemplo.

Pero seguía todavía dolido por saber todo esto.

¿Sería un buen padre ahora mismo?

No tiene idea alguna.

Ahora mismo es solamente hermano, sobrino e hijo.

¿Papá?

En cierta manera sí pero, no, no quiere ser eso para nada, más si es en un caso como este.

—Lemy

Levantó su cabeza. Su hermana Lyra entró a su cuarto. Le miraba como si mirara algo… raro.

—¿Qué sucede? —preguntó.

—Mamá traerá algo para comer a la noche. ¿Qué quieres?

—¿Qué quiero…? —hizo una pausa. Pensó y pensó—. Pide algo por mí por favor, no me siento bien —pero se rindió.

—No creo que tengamos los mismos gustos

—No importa. Comeré lo que tú comas, no me importa.

—… entendido.

Lyra le dejó solo de nuevo.

No parecía ser agresiva como antes.

Tampoco parecía notarse ese tono arrogante de "ya sé que estás actuando, sé tú mismo, por favor, no vale la pena mentir" que usaba, no.

Tal vez imagina cosas raras, tal vez esto le está comiendo mucho la cabeza.

Se acomodó en la cama que tenía, estando solamente en ropa interior, tapándose hasta la cabeza para cerrar sus ojos y así tratar de olvidar lo horrible de este día de la hermosa, pero asquerosa, verdad.