Capítulo 8 – Hermano – Parte 2

Su madre al final no le vino a buscar.

Estuvo esperando al menos 30 minutos fuera del restaurante de su padre – comedor familiar como diría él y los demás – de brazos cruzados, esperando en serio a ella porque pensó que lo decía en serio… todo para descubrir que le había dejado un mensaje diciendo que no podría ir a buscarle y que puede volver a casa solo o de no ser así, podía quedarse con el abuelo y disfrutar de este momento con él.

—¿No quieres venir a casa?

Eso fue lo que le preguntó Lynn padre, Lynn abuelo ahora, cuando le vio sentado afuera.

Había dicho Lemy que se iría antes porque tenía algunas cosas que hacer. Antes de irse, claro, le dio entonces la propina que algunas personas dejaron con respecto a la comida que había hecho puesto que, en palabras de él, la gente admiraba a este pequeño cocinero que les deleitó demasiado. Era dinero más que suficiente como para hacer algo que él quiera.

Vio el dinero como si fuera algo que no sirve y lo guardó como si nada en su bolsillo para esperar fuera a su madre, una madre que al final no había venido y generó un enorme malestar en Lemuel pero sobre todo en él que se sorprende que su hija no viniera a por su nieto.

Tal vez pasó algo pero si hablamos de Luna… todo era posible.

—Estoy bien —contestó él molesto. Seguía de brazos cruzados—. Creo que iré a casa…

—¿No quieres venir entonces a mi casa? —Lemy miró en dirección donde estaba la dueña de esa voz, Liena. Había levantado su mano y todo—. Es bueno pasarlo entre nosotros ¿no? —sonreía ahora—. ... ¿no lo crees… Lemy?

Lincoln, un hombre de 40 años de edad en el cuerpo de un muchacho de 13 años, no podía contra la atenta mirada tierna de Liena. Había ese algo que le superaba un poco. Convengamos que las mujeres que por ahí tienen unos quilos de más pueden ser su debilidad. Ahora, teniendo eso en cuenta, la chica frente a él no solo era la hermana de este muchacho, también era su hija, una hija que solamente vino a la vida porque su madre no tenía nada para recordar a su hermano que había dejado de lado por temas de mala suerte.

Si uno analiza todo esto y se pone a pensar, la cosa es un poco complicada y sentirse así de raro… es… muy raro.

—¿Está Lyle? —preguntó de la nada.

—… está

La respuesta de Liena le hizo sentir un poco raro. No lo dijo con tanta alegría como antes.

No era buena señal.

No es que supiera mucho de mujeres. Ha estado con algunas mujeres en su vida pasada y puede intuir algunas cosas y esto que pasó, esto que vio de ella, no le dio una buena vibra para nada pero de momento y como alguna vez un chico de su edad ha visto en internet de chicos que les pasan cosas sobrenaturales, no le dio importancia.

—Sí, claro, vamos —decía. Miró a su abuelo—. …¿te molesta si voy a casa de ella?

—No, tranquilo, para nada —y acarició su cabello—. Suficiente has pasado conmigo en la cocina —y en eso, abrazó tanto a Liena como a Lemy—. Ustedes dos realmente son unos grandiosos nietos por pasar tiempo con su abuelo… los amo mucho chicos. Espero que sigan viniendo.

—Dalo por hecho.

Tanto Liena como Lemy se miraron y se reían de la forma de su abuelo en demostrar este amor al abrazarles fuertemente, cosa que costó un poco separarse porque él no quería hacer esto. Con dificultad, ahora mismo ambos están sueltos y respirando como se debe.

Deben tener cuidado con esos abrazos, pensando Lemy, de ahora en adelante.

Residencia de Leni

—¡He llegado!

—¡Hija!

Leni misma apareció entonces en frente de los dos muchachos. Su vista, por supuesto, se centró entonces en Lemy que estaba allí. Su mirada se centró tanto en él como si fuera una cazadora que había visto a su presa, lista para ser atacada. Lemy se dio cuenta de esto y dio un sobresalto al mirar esa mirada de Leni, teniendo de acto reflejo escudarse detrás de Liena que se reía un poco.

—¡Mi lindo sobrino! —pero no pudo hacer nada. Leni le tomó con toda la fuerza posible y lo levantó como si nada. Es más, lo apretaba como si en serio fuera un muñeco. Los ojos de Lemy sobresalían como tal juguete. Se escuchaba también los sonidos de huesos rotos—. ¡Me alegra ver que has venido a verme! ¡Soy tan feliz!

—… t-tía…

—Mamá… —Liena tuvo que hacer algo. Realmente estaba matando a Lemy—. Le estás haciendo muy mal… ¿no te gustaría perder a tu sobrino?

—¡¿Qué?! —asustada por esto que sea cierto, soltó a Lemy que cayó de cara al suelo—. ¡Perdona Lemy! ¡No fue con intención! —y lo levantó como si nada, acariciando su cara con sumo cuidado, dudando si abrazarle—. ¡Traeré…!

—No te preocupes tía —Lemy pudo reaccionar de alguna manera. Se tomaba la cara en estos momentos mientras apartaba amablemente la mano de su tía/hermana—. Estoy bien y lo estaré… solo… no, no te preocupes, Liena puede ocuparse de mí…

—¿Estás seguro?

—Tranquila mamá —de nuevo, tuvo que calmar a su madre que parecía desesperada—. Yo lo cuido. Yo le dije que venga. Tal vez pase la noche…

Decir eso no fue buena idea.

Eso hizo que Leni tuviera unas ideas locas, sobre todo porque ha visto que no vino con alguna muda de ropa como para quedarse a dormir con ellos y como tal, se levantó muy alegre.

—¡Ya vengo! —gritó alegre—. ¡Luego haré la cena! ¡Sigan haciendo lo que siempre hacen! ¡No se preocupen por su madre! ¡Estaré bien!

La idea de Leni era clara ya. Con eso en mente, se fue corriendo a donde siempre hace sus hermosos vestidos, vestimenta en general. Nadie la podía molestar y el cartel decía justamente lo mismo, que nadie le moleste.

—Tu madre… me quiere un poco —decía Lemy mientras se tomaba la nariz.

—Solías venir siempre —decía Liena—. Aunque era para pasar con Lyle…

—¿Únicos chicos de la familia? —ella asintió—. Mm… tiene sentido… aunque siento que me trata mejor que mi madre… ¿no es raro?

—Es así con todos de hecho —aclaraba Liena de nuevo—. No te sientas especial…

—Oh wow… ¿debería? Digo, mi madre me trata de esta manera… a su manera, claro. No me puedo quejar para nada… aunque… —hizo algunos ademanes y empezó a sonar todo su cuerpo. Todos sus huesos estaban duros y al hacer algunos movimientos, todo sonó en él. Suspiraba de placer al escuchar tales sonidos—. …ah, Dios… ahora entiendo muy bien la reputación que tienen los abrazos de osos… —y estiró un poco más—. Bien… ¿qué haremos? —en eso, se dio cuenta de algo—. ¿Y Lyle?

—Debe de estar estudiando —suspiraba—. No le gusta no hacer tareas ese muchacho…

—Iré a verlo

Cuarto de Lyle

Como bien dijo Liena, él estaba haciendo tareas.

Siempre había algo para hacer. Siempre había algo que le superaba pero él lo quería terminar y demostrar que es listo. Claro, algunas cosas pasaron en el camino, la escuela tuvo algunos temas serios y se suspendieron las clases… pero eso no quitó a los maestros y profesores a que envíen tarea para que ellos hagan y él, con poca enseñanza, los estaba haciendo. Cuando se tiene como tía a una mujer que es extremadamente lista, todo se puede hacer y aprender.

Jugaba con su cabello entre tanto en lo que no podía resolver algunas cosas.

El enemigo número 1 de la humanidad: matemáticas.

Los números son fáciles pero también difíciles. En Física o en Química no es tan complicado de aplicar puesto que es simplemente saber fórmulas y teorías lo que lleva a hacer todo más fácil. ¿Matemática? Es su materia favorita pero a veces le cuesta, demasiado.

Estaba frunciendo en ceño justamente por esto porque le resultaba complicado.

—…

—… parece que te cuesta un poco ¿eh?

—Sí, siento que es complicado… y la tía Lisa dijo que no puedo molestarle porque está haciendo cosas con Lulu

—¿Hace cosas con Lulu?

—Ya sabes, experimenta con ella y hace algunas cosas para crear a la mejor niña posible para que también se parezca a papá, ¿no sabes eso?

—¿La tía Lisa hace eso con Lulu? Wow… me sorprende que no recuerde nada… no importa. ¿Qué eso? Huh, matemática. A ver, quiero ver.

Lyle se dio cuenta que era Lemy porque notó los tatuajes, el tatuaje, en su brazo cuando tomó su tarea como si nada para revisarla. Ahí se dio cuenta, también, que era Lemy de la persona que estaba hablando y tomando sus cosas, no habiendo forma de que él saque algo de esto, sintiendo que haría todo mal.

—Huh, vaya, pensé que estarías complicado por algo más complicado pero, esto es fácil.

—¿Fácil? —preguntaba él—. Obvio que para ti es fácil —decía molesto— Ya has hecho esto antes, a mí me cuesta bastante de todas formas… —abrió sus ojos en lo que se daba cuenta—. No, espera, ¿fácil? ¿Para ti? ¿En serio? —le sacó su tarea—. No vengas a hacer bromas. Apenas sabes quién eres. ¿Vas a hacerme la tarea ahora?

—No lo sé, podría pero no me dejas —se encogió de hombros.

Era un cuarto muy normal.

Tampoco es que era grande. Era un cuarto normal. Tenía gustos normales de hecho. Era el cuarto de un chico normal, sí. No había ni más ni menos. Le sorprende que sea tan normal… aunque viniendo por parte de Lyle que parece una chica… es comprensible.

—¿Realmente sabes hacer esto? —preguntó desconfiado.

Lyle tenía todavía sus cosas en sus brazos y no pensaba dejar que Lemuel tome algo de ellas, más porque está muy seguro que hará todas las cosas mal y le afectará en sus notas. Puede tener una pizca de esperanza porque tal vez ya lo sabe, ya pasó por el año en el que él está ahora mismo y tal vez recuerde todo… pero eso es imposible. Apenas recuerda algunas cosas, ¿cómo va a recordar todo esto?

No, no iba a jugar con esa chance para nada.

—¿Qué me das si lo hago?

—No lo sé, primero quiero ver

—Ah, no, no, mis servicios no son gratis, hermanito

—¿No lo puedes hacer porque somos hermanos?

—Te pediría 10 dólares pero como somos hermanos y soy tu hermano mayor, 9,95. Ni más ni menos.

—Para eso te tengo que dar 10 dólares ¿no?

—Es la idea…

Lyle desconfiaba pero de todas formas, le dio el dinero. Además de eso, le dio también su tarea y de brazos cruzados, estaba viendo a ver si hacía las cosas mal. El resultado del mismo lo tenía a mano. Sabía el resultado más no cómo llegar al mismo.

Si todo sale mal, pediría un reembolso y lo que es más, le iba a pedir un favor que valga como diez a la vez.

—Listo

—¿Qué?

—Que ya terminé —dejó esa tarea de su hermano en el escritorio—. No era tan complicado de todas formas. Cálculos, nada del otro mundo… tal vez el golpe en la cabeza me hizo listo… Mm… ¿funcionará con Leni esto?

Miró toda la secuencia.

Digamos que todo estaba bien, eso cree. El resultado final, comparado con las respuestas que le dieron y que él no quería ver de momento hasta terminar todo, era y estaba bien. No había error al parecer y por lo tanto, miró impresionado a su hermano.

—¿Cómo sabes esto? —preguntó—. No recuerdas mucho y apenas sabes cómo te llamas… ¿cómo has hecho? —entrecerraba sus ojos—. ¿No has visto esto antes?

—Lyle, hermano, es la primera vez que veo este tipo de cosas —se encogía de hombros—. Apenas sé cómo me llamo, mis hermanos, mis tías, mi madre, nada más. Ten un poco de paciencia con tu hermano mayor ¿sí?

—Es complicado de creerte…

—Si te hago lo demás que veo que no has hecho, ¿me dejas en paz?

—No, quiero que me expliques —contestó—. No quiero que alguien me haga las cosas

—… ¿okey? —alzó una ceja—. ¿Quieres ayuda?

—Por favor, ayúdame hermano… te lo ruego…

Lyle hizo algunas caras, caras que logró que Lemy se sienta muy incómodo, haciendo unos pasos atrás porque él se acercaba y acercaba.

—Ya, ya. ¡No hagas eso, entiendo! ¡Te ayudaré!

—Hehe… —y Lyle se reía de esto—. Nunca falla —y sonreía incluso con algo de maldad—. Venga, vamos. A ver si eres listo o no.

Lemy dudó del poder que tiene su hermano y de cómo usar su apariencia para incomodar a la gente, esa apariencia de mujer que le hizo no cuestionarse su vida entera sino su mirada y caras.

No debe molestar a este chico para nada.

Primera planta

—Oh, por fin bajaron

—Perdona Liena. Tu hermano necesitaba ayuda con algunas cosas, tareas.

—… ¿has dicho tareas? ¿Le has ayudado con tareas Lemy? ¿A Lyle?

—Es bueno hermana, no puedo negarlo. Sabe más de lo que creía.

—¿Por qué siento que me tratan de idiota?

—Lo eres

Es bueno tener hermanos como estos dos. Al parecer uno duda un poco de ti, la otra te quiere pero si en algo confirman, es que supuestamente él es un idiota. No es que le importe pero que afirmen así firmemente que es idiota… no es algo que le agrade.

—Pero, en serio, ¿le has ayudado con tareas?

—Un hermano mayor siempre está para sus hermanos menores —rodeó a Lyle con su brazo y apretaba un poco—. ¿No es así Lyle? Tu hermano mayor es muy listo, ¿verdad?

—S-sí, eres li-listo…

Liena sonreía un poco porque veía que estos dos se llevaban bien.

¿Pasó algo en ese cuarto aparte de solamente darle una mano Lemy con las tareas?

En eso se dio cuenta que estaba pensando de más.

Sacudió su cabeza por esto, diciendo que debe de dejar de juntarse tan seguido con Loan y dejar de ver esas cosas que ella le suele pasar para poder leer tan a gusto. Si realmente lo deja, estará muy bien y sus pensamientos serán de una chica de 16 de edad.

Aunque claro, también hay cosillas sucias, sí.

—¿Vas a quedarte a comer Lemy?

—Supongo —soltó a Lyle tras decirle algunas cosas en secreto. Se puso a pensar y miró la hora que era en su teléfono—. Mamá no dijo nada acerca de hacer algo, que vuelva a casa. Tampoco creo que le importe… ¿no? —las miradas de ambos eran fijas. Suspiró—. Mandaré un mensaje y diré que me quedo con ustedes.

—¿Dónde vas a dormir?

—No lo sé —contestó—. ¿Es normal que duerma con mi hermano menor?

—Pero dormiríamos en la misma cama

—¿Los hermanos no han dormido algunas veces juntos alguna vez? —sonreía—. Eso es normal, claro. Somos chicos, no pasará nada malo

—Dormiré en el sofá —replicó Lyle al instante—. Dormir contigo es dormir con el enemigo. Me patearas como siempre has hecho.

Como pequeño dato, Lemy no es alguien que le guste dormir de una manera sola y entre tanto, se moverá de todas las maneras posibles en la cama, haciendo que la persona que esté a su lado sufra de miles de patadas. Es por eso que nadie, nadie de nadie, querrá dormir a su lado.

—¿Por qué no duermes conmigo? —ofreció Liena—. Mi cama es grande.

—Perdona Liena pero tengo que rechazar eso —decía Lemy seriamente—. No puedo estar en la misma cama con una chica muy hermosa como tú —Liena se ruborizó por completo por este cumplido y bajaba su mirada para jugar con sus dedos muy apenada. Lyle, por su parte, miró con una ceja alzada, indiferente, de brazos cruzados por tener que escuchar este cumplido, no celoso sino molesto porque sabe lo que hace—. Pero si tengo que dormir en algún lado, prefiero dormir…

—¡Conmigo!

Leni hizo aparición.

Los presentes miraron entonces a la rubia modista que sonreía con algo entre manos.

—¡Mira lo que te hice! ¡Un pijama!

Cuando los tres vieron esto, uno se quedó con la boca abierta y los otros dos empezaron a aguantar la risa para lentamente dejar que esa risa les gane y se escuche en toda la casa.

Siguiente día

No hay mucho para hablar de esta mañana.

Lemy tan solo se despertó, desayunó con sus hermanos, habló y socializó, acompañó a Liena de nuevo a trabajar con su abuelo Lynn y listo, eso ha sido todo. Volvió de nuevo a su casa con su hermana y su madre, teniendo algo de dinero de sobra como para ver si puede comprar ese algo que tanto quería.

—Aw, mira lo lindo que es mi hijo. ¿Quién pensaría que Leni haría algo así? Tiene suerte que no estaba a mi lado porque si no… hehe… Oh, hijo, ahí estás… hehe, ¿cómo te sientes después de usar eso eh?

Volver a casa y tu madre tenga en su teléfono una foto tuya muy malhumorado, enojado y vistiendo uno de esos pijamas que cubre todo tu cuerpo, como si fuera una botarga, de un conejo, le hacía sentirse demasiado mal consigo mismo y no quería seguir entrando a su casa.

—…

—¿No vas a decirme nada hijo?

—¿Por qué tienes eso?

—Leni compartió esto en el grupo que tenemos con tus tías Lemuel —sonreía de oreja a oreja—. Tengo que admitir que te ves muy hermoso con ello… ¿debería pedir que lo traiga y verte usarlo cuando te portes mal?

—Mamá, por favor… no hagas eso…

—Hehe… lo voy a hacer si te comportas mal. Estás avisado…

—Gracias mamá, no tienes idea de lo mucho que te quiero…

—Lo sé.

—A todo esto, ¿Lyra?

—Está con sus hermanas, Liby y Lacy

—Pensé que estaría practicando. Suele siempre practicar estos días, a estas horas, en estos momentos ¿no?

—Decidió salir un rato. Dijo que si bien tendría que practicar, salió a hacer algunas cosas. Quería despejarse y buscar algunas cosas que dijo que era extremadamente importante para su vida…

—Oh… entonces… si ella no está —en eso, se puso a pensar entonces algunas cosas. No sabía cómo encarar esto pero lo tenía que hacer… apenado—. ¿Puedo preguntar algo entonces?

—No Lemy, no le puedes pedir a tu madre que te enseñe sobre sexo… teniendo sexo. Eso está mal, muy mal. No se puede…

—Mamá… —se tomó la cara ya molesto por esta actitud de ella. Ahora, por más que note el amor que ella le tiene, entiende un poco que sea un tanto molesta—. …tengo preguntas de Lyra, sobre Lyra

—¿Qué? ¿Quieres que ella y tú…? —en eso, se tapaba la boca muy sorprendida—. Los hermanos no hacen…

—Papá y tú son hermanos —y Luna dejó de fingir esa sorpresa que tenía—. Sí, Leni me contó todo. Ahora, escucha… quiero que me digas por favor cómo tiene el cuerpo Lyra para hacer algo… oh, no, espera, que suena muy mal…

—¿Qué vas a hacer?

—No, mamá, espera, que se entendió mal… —ella miró mal a su hijo en estos momentos y bueno, se estaba levantando para ir a donde estaba él—. Mamá, lo digo en serio, quiero conseguir algo para ella y no sé si algo le quedará bien…

—¿Ropa?

—Sí, ropa.

—¿Por qué?

—… porque quiero que ella confíe que tiene un hermano que es como ella quiere… que la quiere…

—¿En serio?

—Mamá, no recuerdo como era antes pero estoy seguro que hoy soy alguien que dice la verdad…

—Ayer cuando me dijiste que me querías, ¿era mentira?

—Mamá, oye, escucha… no…

Lemy no podía soportar esta forma de actuar de su madre.

Entiende que Luna es así como madre. Le gusta bromear, es de esas madres que intentan ser graciosas. Lo son pero a veces no lo son y en este momento, no lo es para nada, más cuando él intenta ser demasiado serio y tener que pedir algunos favores para poder hacer algo muy bueno para su hermana… o eso cree él.

Es un hombre mayor.

No sabe del porqué de ponerse de esta manera pero tal parece que entre más minutos de vida tenga con el cuerpo de su hijo Lemuel, siente que cada vez actuará como un chico de 13 años. No es algo muy bueno. Es maduro y debe seguir así…

Pero a veces su madre le supera por completo y si no es ella, es Leni con el día de ayer que le hizo ponerse lo que era un disfraz de un conejo.

Menuda familia tiene… por medios artificiales.