Capítulo 17 – ¡(NO) eres una puta! – Parte 4… en 4
Todavía sigue sin entender qué diablos pasó.
Sus ojos estaba bien abiertos, mirando al techo del cuarto que no era suyo para nada, que no era aquel que su hermana mayor Loan le demostró anteriormente y que era un lugar para una persona como él que podría ser una especie de base donde se escondería de todo el mundo ya que ahora entiende un poco, por algunos recuerdos que ahora vienen, la razón de su tía Lori en no quererle mucho.
Esos recuerdos eran de él siendo… básicamente un muchacho de 13 años caliente alrededor de muchas mujeres maduras y que no sabe con cuál soñar y con cuál hacer cosas atrevidas, fueras de lugar, cosas que no se debe hacer mención alguna debido a la compresión del tema del mismo de la persona que esté leyendo esto.
También fue que le robaba la ropa interior y según pudo ver en ese recuerdo, no dudó en sacar su miembro y empezar a estirar un poco lo que tenía entre las piernas mientras se frotaba con tal ropa interior de Lori.
Internamente, Lincoln no puede creer esto para nada.
Al menos hubiese esperado a llegar a su casa, su cuarto y luego AHÍ RECIÉN haría lo que hizo porque, ¿hacer eso en la casa de ella y más en su cuarto? Claramente a alguien le gusta la adrenalina pura o tal vez, él mismo, ha visto demasiado vídeos donde la cosa, tras entrar la mujer, termina en sexo…
La vida no puede ser así, para nada.
El punto ahora mismo, dejando de lado todo eso recién narrado, es que él estaba mirando al techo, todavía sin saber lo que anoche ha pasado, recordando vagamente que tenía dos grandes masas contra su cara que presionaban más y más y sentía unas manos que poco a poco invadía su cuerpo por completo y que no dejaba ningún lado sin ser tocado, sensaciones que en estos momentos recorrían todo su cuerpo, haciendo que tenga leves escalofríos debido a tales recuerdos.
Luego de eso, no recuerda nada de nada. Todo se ha vuelto negro en ese momento. Es como si de un momento a otro, él no parecía controlar lo que sucedía. Fue demasiado raro para él que ahora mismo, miró abajo.
Loan reposaba como si fuera un pequeño gato con su cabeza en su pecho. Era curioso porque ella era bastante alta a diferencia de él. Estirando él sus piernas, sintió las de ella. Claramente, estaba muy acurrucada en la cama y alrededor de él lo que hacía que su cabeza esté en su pecho. El dolor de cabeza venía y venía en pulsaciones fuertes, todo al mirar ese rostro hermoso de ella al dormir.
¿Ella en serio ha hecho eso con él?
¿Él de verdad hizo algo con ella?
Aunque le importaba ahora mismo otra cosa.
¿De verdad descubrió ella que era él? ¿Cómo ella podría saber eso? ¿Cómo diablos ella pudo saber que no era Lemy? ¿Cómo? ¿Tiene poderes? No, eso no era una respuesta muy acertada y no tendría sentido… aunque teniendo en cuenta que Lisa vive, puede ser una posibilidad. ¿Es como Lucy? Ahora que pensaba esto, no la vio junto con algunas hermanas más. Es como si no existiesen… lo entendería de Lucy porque nunca aparece pero, ¿el resto? Tal vez nadie le importe su persona… aunque teniendo en cuenta cómo era este hijo suyo antes de ocupar su cuerpo… entiende perfectamente que no le quieran. Ser un pervertido serial como lo es él… te deja muy pocos amigos. A todo eso, ¿tenía amigos? No recuerda mucho que digamos. No, no recuerda tener alguno de hecho. Que sus hermanos lo sean… es deprimente. Se iba por las ramas. Pensó de nuevo en Loan y cómo le pudo descubrir. Lucy, otra venía a su cabeza. Ella siempre decía que las personas emanan auras diferentes en cada momento debido a sus emociones. ¿Si ella realmente pudo descubrirle por eso? No, no ve en Loan una chica oscura como Lucy. ¿Lucy también sabrá que él es Lincoln y no Lemy? Muchas preguntas y ninguna respuesta empezaban a aparecer.
¿Qué debía hacer ahora mismo?
Al parecer tuvo sexo con su hermana… que es su hija… quería tomarse la cabeza ahora mismo porque no puede creer lo que había hecho. Tocar a su hija de esta manera, dejar que su hija le haga esto… realmente sigue sin creer todo esto que le está pasando. Es muy complicado de digerir, demasiado. Siente que nada de esto es real.
¿Un sueño?
Sí, tiene que ser un sueño.
¿Cómo tocaría de alguna manera a una chica como Loan?
Aunque recordando las palabras que dijo antes de que su mente se volviera oscura… siente que tiene que ver con ese desarrollo de ella y que esté de esa manera…
—¡LEMUEL!
—¡¿Qué?! ¡¿Dónde?! ¡Juro que estaba muerta antes de que acabara!
—… ¿qué?
—… ¿eh?
—¡Te estoy hablando desde hace 30 minutos! ¡¿Qué mierda te pasa para no responderme?! ¡¿Eh?!
—… ¿estaba pensando?
—Pff, sí, claro. Ahora tu tía Lynn es inteligente y Lisa es idiota…
—… que... feo se oye eso… un mundo donde Lynn es lista y Lisa idiota…
—No importa si pasa o si es feo, te estoy hablando. ¿Qué hacías en el cuarto de mi hija? No, no. Mejor dicho, ¿qué haces de esa manera?
—¿Cómo? Estoy…
Estaba desnudo.
Estaba desnudo y con su vanidad colgando como si nada.
—… —levantó su cabeza para ver a Lori que no parecía estar muy contenta que digamos. No, para nada lo estaba. Pero el detalle entra cuando la vio mejor—. … —tragó saliva. Llevaba un pijama completo de a cuadros de color celeste. Tal parecía ser un poco ajustado porque marcaba donde tenía que marcar. No solo eso sino que notaba que apretaba en otras partes que no tendría que apretar y que solo pasaría si una mujer tiene unos kilos de más… su enorme debilidad. Encima, la mirada tan intensa que le daba hacía sentirse… ¿atraído? Es muy complicado de explicarlo. Solo sabe que está sintiendo que quiere hacerle algo a su hermana, a su antigua hermana—. …no vas a creer…
—No, no te voy a creer… pero vale el intento —decía ella de brazos cruzados—. Quiero oír la excusa, vamos. Que sea buena y tal vez no te haga nada.
—… ¿en qué sentido hablamos?
—…
—Okey —dijo varias veces ante la fulminante mirada de ella. Se aclaró la garganta—. …no tengo idea qué pasó.
—… ¿en serio? ¿Eso dirás? —alzó una ceja—. Vamos, siempre pones excusas tontas…
—No tengo idea qué pasó —contestó una vez más y con honestidad en su tono—. Le dije… —acá es cuando ya tenía que comenzar a mentir—. …que me gustaba un poco las cosas que ella hace en su tiempo libre, dibujar, esas cosas… y luego no recuerdo nada más
—… ¿qué quieres decir?
—¿Ah?
—¿Dices que mi hija te hizo algo?
Ella tuvo que arrodillarse frente a él. Lemy era un poco pequeño. Ella sonreía ahora mismo y esa sonrisa, no solo Lemy sino Lincoln, la conocían muy bien.
—Más te vale que no sea eso que estés tratando de decir sobre mi hija
Lemy sintió un dulce, suave, violento y agresivo roce en su amigo con sus dos compañeros que de amable y dulce no tenía nada y era Lori apretando con tanta fuerza posible que sentía que en cualquier momento se lo iban a arrancar.
Ese repentino agarre hizo que todo fuera hasta su garganta. El grito quedó ahí atorado. Si hubiese comido algo, Dios se apiade demasiado porque terminaría sacando de su cuerpo ensalada de fruta…
(Nota del autor: el vómito tiene ese aspecto)
Aparte de apretar y apretar, los movía de un lado a otro. No quería aplastarle con su mano sino que quería arrancarle. Era como si no tuviese compasión alguna por él. Lágrimas pequeñas salían de sus ojos en estos momentos por tal acción de su tía.
—Sigues sin responder Lemy… ¿eso quieres decir de mi hija?
—… n-no
Su tono de voz era muy fino para variar. Apenas podía hablar, de hecho. Hacía fuerza para no gritar y para no llorar del dolor.
—Oh… me alegra saber eso… —apretó con más fuerza. Podía ver a Lemy sufriendo poco a poco pero también notó algo más—. ¿Oh? —miró a Lemy ahora mismo, sonriente pero con una mirada asesina—. Veo que alguien se despertó. He, sabía que eras esta clase de chico…
—… e-es… no-normal… cu-cua-cuan…
—¿Qué pasa? ¿El gato te comió la lengua?
—… cuando… u-una mujer… her-hermosa te toca…
—Hehehe… Oh sobrino querido mío… realmente no desaprovechas ningún momento, ¿verdad? —estiró con más fuerza el miembro de él. Ahora sí notó más quejidos y su llanto era más notorio en estos momentos—. Lástima que no tenga efecto en mí… —acercó su rostro al de él—. Procura que no te vea haciendo lo que le has hecho a mi hija para estar desnudo… y tal vez… solo tal vez, no te mate… ¿entendiste? —Lemy asentía frenéticamente. Le soltó—. Perfecto. Me alegra saber que nos entendamos —él no le miraba. Estaba muy concentrado en sufrir en silencio debido al dolor que sentía en estos momentos—. Ah, Lemy
—…
Con la misma mano que había agarrado el miembro de él, introdujo algunos dedos en la boca del mismo. No era higiénico para nada esto pero a ella no le importaba esto. No sentía lástima por su sobrino, nunca lo haría.
Lemy no podía pensar en otra cosa que morir.
Bueno, no. Ya murió dos veces al parecer y no quiere una tercera.
Lori hizo esto para comprobar aquello que Lola dijo. No lo iba a creer para nada y tampoco tenía ganas de pedirle de buena gana que abra su boca. Esta situación no la dejaría pasar. Revolvía dentro de su boca y tocaba los dientes de Lemy que estaba ya sintiendo arcadas debido al gusto que tenía los dedos de ella debido a su miembro que había sido manoseado con antelación. Sentía él que se movía de toda su boca como si nada, como si fuera de ella.
—… —ella apartó su mano tras unos segundos de exploración—. Mm… Lola tenía razón —murmuraba mientras miraba sus dedos que había tocado algunos dientes, sintiendo entonces esos dientes de conejo. Lo miró una vez más—. Ponte algo de ropa, por favor. Ve al cuarto que Loan te dijo que uses… —le tomó del mentón también, haciendo que le mire—. Recuerda que luego tienes que hacer el almuerzo…
Le soltó y se fue hasta la cocina para hacerse algo para tomar.
Lemy estando ahora mismo sin entender nada, en el suelo y tomando todavía sus partes privadas con mucho dolor, se daba cuenta de algo.
Venir a casa de Lori no fue una muy buena idea.
Residencia de Luna
Toda esta situación le sigue dando vueltas.
Se puede decir que estaba de igual manera que Lemy en estos momentos… pero sacando la extorsión de testículos que había sufrido… porque ella es una chica y no puede sufrir tal castigo.
Ahora que estaba sola, podía pensar detenidamente en esto, en todo esto que había pasado con su hermano más que nada pero por encima de todo, más importante era su padre.
Su hermano menor siempre supo de su padre. Eso era algo que ella deseaba, el poder conocer a su padre y poder demostrarle la buena hija que ha sido, la buena muchacha que siempre había sido, mostrarle las cosas que ha aprendido en la vida, hacer que esté feliz por tener una hija como ella… pero también preguntarle la razón de haber hecho lo que hecho y no aparecer nunca más.
El hermano de mi madre es mi padre.
Eso tenía en mente. Siempre lo tuvo. Cuando su madre, ebria, contó esto de que el padre de ella era su hermano desaparecido y que nunca volvería a ver, no podía creerlo. Eso fue algo muy fuerte para ella. ¿Cómo que su hermano, su tío, es su padre?
Habrá estado toda esa noche investigando todo ese tipo de temas, de amor entre hermanos. La Biblia no tenía la respuesta. Aunque Adán y Eva recurrieron a ello en su momento, no existía algo que permitiera tal cosa. Sintió asco, verdadero. Eso y porque preguntó a Loan si tenía algo como para tener una idea y las cosas que le dio… ya no quedan las cenizas de esos libros raros en blanco y negro que alguna vez le ha prestado. Se los pagó, claro. Pero era mejor quemarlo para evitar preguntas luego.
Aunque con el paso del tiempo, todo este asco que sentía al saber esto, no le importó. Se dio cuenta, luego, que todos tenían el mismo padre. Era en vano enojarse. Era en vano sentir asco porque debería sentirse ella también muy asquerosa por tal verdad. Ella no es más que un pecado sucio y asqueroso. Debería de matarse… pero no lo iba a hacer, nunca. Aceptó esto a la larga, aceptó a todos sus hermanas y a sus dos hermanos. Asumió el rol de apoyar a todos en caso de que estén mal con la falta de su padre, que pronto llegaría y serían muy felices… pero ese día nunca llegaría.
Sentía lástima por Lizy que era la que más lloraba por no tener un padre.
Y ella también lloraba por esto.
Pero ahora, Lemy sabía de su padre.
Su padre, según él, estaba muerto.
Eso no lo quiere creer.
Quiere creer que está vivo.
Quiere creer que sigue vivo y muy segura que no debe de saber de ellas y de saber, seguro se hace el tonto y no quiere enfrentar la realidad de haber hecho pecados como lo son ellos. Debe hacerle entender que debe estar para ellos porque no quiere que nadie tenga traumas por no tener un padre que le acobije, que le cuente cuentos, que le cuide y que le diga que le ama.
Pero también recordó otra cosa.
"Mala suerte"
Esas palabras dijo él que pregunte a sus tías.
¿Significaba algo?
Nunca le prestó atención a eso.
Ahora que lo piensa, tampoco prestó atención a los rostros de sus tías porque recuerda muy bien haber escuchado la mención de mala suerte. Debería de echar una mirada al rostro de ellas.
De pronto ella se detuvo por completo en sus pensamientos.
Escuchó ruidos en la planta baja, gritos casi.
Algo estaba pasando y debe asegurarse que todo esté bien.
Planta baja, residencia de Luna
—Ey, amiga, ¿has dormido bien?
—…
—Ey, pequeña, vamos, dile algo a tu amiga Luna. ¿Qué te pasa? ¿Tuviste problemas para dormir? El cuarto de mi hijo no siempre está limpio, perdona. Debería de haber limpiado…
—El cuarto está perfecto
—¿En serio? Oh… entonces, ¿qué pasó?
—… tía Luna… ¿puedo saber algo?
—¿Qué quieres saber?
—… ¿es cierto lo que dijo Lemy de papá?
—…
—… ¿sabes siquiera si de verdad papá está vivo?
—…
—… ¿no sabes tú tampoco…? Pensar que nadie sabe… salvo Lemy…
—… perdona Lina pero…
—No, no te disculpes…
La pequeña rubia de mechones turquesas miraba a la mesa con muy pocos ánimos, siendo observada tristemente por una Luna que no sabía qué responder en estos momentos. Ella, Lina, todavía pensaba en tales palabras disparadas por ese chico Lemuel sobre su madre que había hecho lo que hizo con su padre, que terminó con su muerte.
No quiere creer eso. Su madre siempre dice que su padre está cerca y que siempre dejaba cosas pero que no tenía el valor de verle.
Ahora que pensaba detenidamente esto, no tenía sentido alguno.
¿Cómo su padre siempre está cerca pero nunca se acercó a ella?
Su mente le hizo pensar que era una especie de fantasma.
¿Lo era?
No, no puede ser un fantasma. Tendría que estar muerto para eso.
—Buenos días
—… —su madre apareció. No vestía muchas ropas, menos su tía Luna… que le decía tía en vez de decirle "mami" como ella a veces quería que le dijera… o su madre le convenciera para que le dijera de tal manera. Solamente la miró y agachó su cabeza de nuevo.
—¿Lina? —habló Sam preocupada—. ¿Qué pasa? —miró a Luna.
—No lo sé —respondió la castaña—. Está así por el tema de Lemuel…
—¿…?
—Por lo de Lincoln —respondió por debajo.
—Oh… —con eso entendió— ¿Lina? —ella le miró al ser llamada—. Escucha hija… el tema de tu padre… bueno. Tu padre… no está muerto
—¿No? —esa tristeza se fue. Ahora parecía brillar un poco sus ojos—. ¿Está vivo? ¿Dónde está? ¿Va a venir a verme?
—… no hija… él… no puede hacerlo —Lina de nuevo perdió ese brillo en sus ojos y parecía volver a estar depresiva. Faltaba que se cortara las venas y era una emo—. …él… no puede verte por tu seguridad… —ella, y Luna incluso, le miró sin entender esto último—. …tu padre… —algo tensa y nerviosa, jugaba con sus dedos. El recuerdo ese, no lo quiere revivir pero debe hacerlo para que su hija entienda—. …tu naciste porque tu padre me violó y…
El sonido de algo siendo impactado con fuerza ocurrió. Era el sonido de dos puños golpeando la mesa con mucha fuerza, casi que la misma podría quebrarse… si la persona que hizo esto fuera más fuerte, claro.
—¡Mentira! —respondió al instante Lina, muy enfadada—. ¡Siempre decías que papá es el hombre más bueno del mundo! ¡¿Cómo puede ser que haya hecho eso?!
—Tú no lo conoces, yo sí —decía ella—. Tu padre… me hizo las peores cosas posibles… —y en eso, recordó algunas cosas—. Me llevó a la fuerza a un motel, me tiró a la cama, me quitaba toda la ropa pero no pude oponer fuerza alguna. Era muy fuerte. Me golpeó varias veces. No importaba que suplicara por piedad y llorase, él me hizo suya una y otra vez hasta llenarme por completo… él… él…
Sam se quebró por completo.
No podía aguantar para nada en contar esto. Había contado algo y lo más importante y podía seguir contando pero no pudo seguir. Estaba muy mal. Recordar esto le hacía doler demasiado.
Luna estaba a su lado y le abrazaba, casi impactada por escuchar esto de su hermano. No podía creerlo. No podía creer que su hermanito hubiese hecho tal cosa y ahora veía con más lástima a Lina porque pensar que nació de esta manera… en serio le dolía.
—¡No!
Pero Lina se negaba a creer esto que había escuchado.
—¡Estás mintiendo mamá! ¡Estás mintiendo! —le gritaba con fuerza—. ¡Siempre dijiste que papá era de las personas más buenas del mundo! ¡Siempre dijiste que él se preocupaba por ti y por mí y que mandaba dinero! ¡¿Hacía todo eso por lástima?! —lloraba también. Su ira le hacía llorar en estos momentos. Apretó con fuerza sus puños. No iba a creer una sola palabra de lo que dijo porque ella creció con relatos de su padre siendo uno de los hombres más buenos del mundo y no iba a aceptar que de un momento a otro su madre dijera tales cosas—. ¡Es mentira! ¡Todo lo que dijiste es mentira!
—¡Es la puta verdad maldita hija de mierda! —le respondía Sam muy enojada también—. ¡¿Crees que mentiría con algo así?!
—¡Sí porque eres una puta mamá!
Sam se quedó sin habla.
Luna estaba con la boca abierta haciendo una O enorme y mirando de reojo tanto a Sam como a Lina. De paso, Lyra, que había escuchado ruidos y gritos, se quedó congelada, a unos cuantos pasos de donde estaban gritándose en este momento. Había escuchado algo de lo que dijo Sam y estaba también muy impactada por tal revelación.
¿Le iba a creer?
Prefiere creer las palabras de su hermano antes que las palabras de una mujer extraña como lo es Sam que no importa que su madre confíe demasiado en ella, no le cree para nada.
—¡Ese chico Lemy tenía razón! —decía ella con todas sus fuerzas—. ¡Eres una puta! ¡Puta puta puta puta puta PUTA! —gritó con más ganas—. …
Lina no aguantó mucho que digamos y se fue de allí corriendo. Se fue de la casa directamente porque estar ahora mismo en la misma casa que ella, que su madre, no lo acepta para nada.
—Yo iré
Lyra apareció. Hizo acto de presencia ante las dos mujeres adultas. Las emociones que tenía al estar en su cuarto y las emociones que sentía ahora mismo al escuchar todo esto desaparecieron por completo y estaba muy seria. Esta situación requiere no tener emoción alguna y lo logra por completo esto, el no tener sentimiento alguno porque lo que importa en estos momentos es tener que cuidar de esa pobre niña que era Lina.
Tras avisar a las dos mujeres, ella salió corriendo detrás de Lina a toda velocidad para no perderle para nada porque en estos momentos, no sabe para nada cómo pensaría una niña de 13 años… al menos Lina, claro.
Impactada, Luna miraba a Sam.
—Oye… ¿estás bien? —preguntó. Ella asentía—. Ey, Sammy, escucha… ¿es cierto eso que has dicho?
—… ¿tú también dudas de mí? —preguntaba muy dolida.
—… no sé —contestó honestamente—. Sé… que Lincoln ha hecho algunas cosas malas… pero no veo a mi hermano hacer eso, para nada —respondía con sentimientos muy confusos—. Yo… no lo sé Sam… es… es complicado de creer que Lincoln…
—… él cambió —le decía Sam—. …él… es diferente…
—… ¿le has visto entonces? —un rayo de esperanza entraba en ella—. ¿Él… está bien?
Sam no quiso responder y Luna no forzó para nada a ella. Le volvió a abrazar. Entendía un poco que esté así. Que Lincoln le hiciera todo eso… era complicado de digerir.
En caso de poder volver a verle, por la fuerza haría que entendiera que eso que hizo estuvo muy mal y de no entender, llamaría a Lisa para que hiciera algo, que le borre esos pensamientos, que lo haga entrar en un plano astral para luego traerlo de nuevo a la vida y así contara las malas experiencias que ha vivido en esa realidad diferente donde seguro el infierno mismo es representado.
Sam solamente guardó silencio con todo esto ante el abrazo de Luna mientras pensaba en que su hija ha caído en las palabras de ese maldito muchacho.
10 minutos después
Costó pero le había seguido el ritmo.
En su lista mental, salir a caminar un poco ya era prioridad. Aparte de eso, no puede creer que una niña de 13 años pueda correr lo que corre esta chica. Era inhumano de hecho porque corrió 10 minutos sin parar y cuando por fin le había alcanzado y había visto dónde había frenado, notó que ella no estaba cansada para nada.
Ella por su parte, estaba que se moría.
Al menos si se moría, podía estar con su padre pero de ser así, no es tiempo todavía. Tiene una enorme vida por delante y tiene que cuidar de sus hermanos menores porque…
Seamos honestos, Liena es buena y todo pero le falta ese algo, ese carácter fuerte y dominante y Loan… Loan no se puede cuidar a sí misma.
—Lina… Lina… por favor… dime que ya has parado de correr…
—Sentí lástima al ver que no puedes correr —le contestó. Lyra tomaba aire y como podía respiraba por lo agitaba que estaba—. Por eso frené. ¿Qué quieres? —su tono no era bueno—. ¿Tú también vienes a decir que papá era malo?
—… —ella le hizo seña de que espere. Estaba agotada. Estiró un poco primero, luego volvió a respirar de manera normal y se puso recta. Iba a decir algo pero todavía le faltaba aire. Hizo todo una vez más y ahora podía hablar un poco más—. …no.
Bueno, no habló mucho que digamos.
—¿Por qué me seguiste?
—Porque… porque dije que te iba a vigilar
—¿Sólo por eso?
—Soy tu hermana…
—Hermana mayor, sí. Por 1 día y ya quieres mandar ¿no?
—Lina, no. Escucha, yo…
—Sí, no hay problema. Me gusta la idea de tener una hermana mayor mandona y poder hacerle maldades por detrás. Se escucha divertido…
—… —por unos momentos, veía a Lemy en vez de a Lina—. Lina, ¿quieres escuchar lo que quiero decir o hablaras sola?
—Pero hablar sola es divertido
—Lina, mira. Quieras o no, somos hermanas, soy tu hermana mayor. Como tu hermana mayor, tengo que ver que estés bien, quieras o no.
—¿Tú quieres?
—Ahora, con tu actitud, no. Pero generalmente, sí.
—Somos hermanas desde hace 1 día nada más, ¿qué tanto te puedo importar?
—… lo suficiente como para venir a buscarte, ¿no te parece?
—Mm… es una buena respuesta… pero no me convence. Prueba otra.
Lyra en estos momentos sacó entre sus pechos un palo. No cualquier palo sino uno con forma de una cruz del tamaño de ella lo que hizo que Lina sintiera no solo miedo sino celos porque ella puede guardar y sacar cosas de algo que ella no tiene.
Iba a crecer, ahora tocando su pecho con celos, e iba a tener pechos más grandes que ella.
—¿Esto te convence? —decía con esa cruz del tamaño de Lina en mano—. Sino, tengo un látigo que…
—No, no, estoy bien. No soy masoquista como para que me gusten esas cosas —decía retrocediendo unos pasos—. Pero entiendo tu punto ahora. Me quieres cuidar, genial. Eres mi hermana mayor nueva, wuju…
—No te emociones que tenemos más hermanas de hecho
—Ah, sí, esa de pelo largo que es plana como yo…
—Es Lyle… y es hombre, Lina.
—Oh… bueno, errores suceden.
—Tan solo no se lo digas en la cara.
—¿Podemos ir a verle? —preguntó así de la nada—. Me siento segura a su lado… y me siento bien de hecho.
Lyra guardó silencio por unos segundos para luego acercarse a Lina. Guardó esa cruz, claro. La guardó del mismo lugar de donde la sacó. Abrazó a la pequeña rubia con fuerza. Con esto que sucedió en su hogar, es normal que necesite uno. Ella le correspondió con mucha fuerza incluso. Apretaba bastante. Debía estar para ella ahora puesto que atraviesa un momento muy delicado.
—¿Crees lo que dijo mi mamá de papá? —preguntaba.
—… —por unos instantes, guardó silencio. Ella no creía en esto para nada. No iba a creer para nada en las palabras de esa mujer—. No lo hago —contestó—. Mamá y mis tías siempre contaron cosas buenas y de que lo desean. Una persona que hace eso no podría ser recordado por nadie.
—… gracias
—¿Gracias? —preguntó—. ¿Por qué las gracias?
—Por venir a buscarme…
Lyra rompió esa frialdad suya y sonreía. Miraba con ternura a Lina.
—Para eso somos las hermanas, Lina.
—… gracias…
—Ven, vamos a ver a Lyle.
Todo sea por hacer feliz a la pequeña rubia.
Residencia de Leni
—Ya dijimos que aquí somos Eslavos, no aceptamos a Dios… oh, son ustedes.
—Hola Lyle. Vine con Lina. Quería venir a verte.
—Pero nos vimos ayer ¿no?
—Ella vino a verte Lyle.
—Bueno, bueno… ya, te pones pesada cuando quieres Lyra… ey, hola Lina. ¿Qué sucede que has venido a mi casa?
—Quería venir a verte
—… —él notó entonces el rostro de Lina. El tono anterior de Lyra ya le decía algo pero esos ojos de ella, de la pequeña rubia, indicaba algo malo—. …¿pasó algo en casa? —miró ahora a Lyra. Ella asintió levemente—. …¿Lina?
—… pasaron cosas —respondía como si nada. Miró por encima de muchacho de largos cabellos para ver el interior del hogar. Claramente, se notaba que vivía bien—. Wow, ¿puedo pasar? Seguro que se limpian el trasero con billetes de 20
—De 100 de hecho
—¿Eh? —Lyra junto a Lina se sorprendieron por esta respuesta del rubio.
Lyle suspiraba y negaba una y otra vez.
—En serio que debo dejar de hablar con Lemy —decía él—. Me pasa la idiotez… pero, Lina, no creo que…
—Oye Lyle, mamá quiere saber por qué tardas tanto en volver a desayunar con nosotras y…
Liena apareció. Se quedó casi sin habla cuando vio a Lina que estaba frente a Lyle, casi que muy juntos de hecho. Ella notó la mirada intensa de la misma.
Lina estaba sin habla pero más que nada, había ese algo que hacía que ella no pudiera gesticular con seguridad o mejor dicho, no podía decir nada porque tenía dos grandes cosas frente a ella que le hacían sentirse mal y ver su propio pecho porque no tenía eso para nada ya que algunas de sus amigas, con la misma edad, hasta podrían tener más que la chica esta gorda frente a ella.
—¡AHHHHHHHHHHH! —el grito repentino de Liena hizo que los tres se taparan sus oídos y casi que se mueran del susto—. ¡MAMÁ! ¡MAMÁ!
—¡¿QUÉ PASA?!
—¡LA NOVIA DE LYLE VINO VISITARLE!
—¡¿QUÉ?! ¡¿MI HIJO TIENE NOVIA?!
—¡TIENE NOVIA! ¡¿HAS VISTO?! ¡TENÍA RAZÓN! ¡ESTABA CON CARA PREOCUPADA PORQUE TIENE UNA NOVIA! —en eso, Lina, que seguía congelada, fue tomada de la mano y arrastrada dentro de la casa como si nada—. ¡Ven! ¡Ven a desayunar con nosotras y cuéntanos todo sobre Lyle por favor!
—No, no…
—¡No tengas miedo pequeña! —era Leni que ahora ayudaba a su hija para hacer entrar a esta novia de su hijo.
Aunque Leni, tras verle en un segundo, ocultó su enorme seriedad en ese rostro vago y tonto de rubia que hacía. Ya con solo darle una ojeada, ya sabía algo.
Leni y Liena arrastraban a Lina y la bombardeaban con preguntas de todo tipo, haciendo que Lyle cerrara sus ojos frente a Lyra mientras escuchaba todo esto de fondo.
—… si no fuéramos hermanos, diría que es lindo que estés con ella…
—… ¿tú crees?
—Es como Lemy pero en mujer… ¿Lyle?
Lo siguiente que vio fue a Lyle vomitar.
Comedor, residencia de Leni
De fondo escuchaba cómo su hija preguntaba y preguntaba a esta niña, de nombre Lina por lo que supo por Lyra, cosas sobre ella y cosas sobre Lyle ya que eran novios, según entiende.
Ella por dentro sonreía porque al parecer alguien de la familia seguía los pasos de su padre… cosa que no es algo bueno que digamos porque en teoría, por lo que ha visto de Lina, ahora viéndole mejor, tiene un fuerte aire a Lincoln.
No estaba molesta en pensar sobre que Lincoln ha estado esparciendo su semilla por ahí. Siempre ha sido un muy buen muchacho y encuentra raro que alguien se le resista. Ese cabello blanco y esos ojos celestes hacen pensar mucho a las mujeres sobre futuros hijos perfectos.
Era como la Alemania Nazi pero con pelo blanco… y dientes de conejo… y pecas… y con problemas… muchos problemas… demasiados problemas…
Pero entre tantos pensamientos, encontraba un buen parecido a Lincoln en esta niña pero viéndole también, encontraba otro parecido. Esas mechas turquesas, le daban una idea e internamente, sentía lástima por la niña.
—… disculpa Lina —ella habló. Lina le miró. Estaba muy avergonzada por todas las preguntas que Liena hacía—. ¿Puedo hacerte una pregunta? —ella miró al resto y luego, asintió—. Tu madre… ¿es una chica rubia como tú con esos mechones?
—Sí… ¿le conoces?
—Bueno, conozco mucha gente y a la vez no… me entiendes ¿no? —hubo silencio. Tal parece que nadie entiende cuando ella habla, que original—. Bueno, sí, la conozco. Se llama Sam, es la novia de la madre de Lyra y de Lemy… que viendo que has venido con Lyra, estoy segura que conoces al muchacho ¿no?
—Eh… sí… —estaba incómoda por eso—. …conozco… a Lemy…
—Bien, bien. Bueno, es sorpresivo de hecho todo esto —miraba a su hijo—. Pensar que tu novia es hija de tu padre —decía como si nada.
—¡No somos novios!
Respondieron tanto Lyle como Lina.
Pero no importaba qué decían dos chicas, a nadie les importa lo que opine y piense una mujer.
Liena era la que importaba.
¿Razón?
—¿Cómo que hija de papá?
Eso mismo.
¿Hija de su papá? ¿Otra más?
Ella creía que solamente tuvo hijas con sus hermanas y nada más. Que él mismo, según palabras de su madre, decía que nunca haría algo como liberar hijos por ahí. Eso no es bueno, para nada. No, no quiere creerlo.
Hoy era un día para no creer, ¿no les parece?
—Sí Liena —decía Leni mientras tomaba un sorbo de su buen café—. Esa niña que ves y que le has hablado por un largo rato, es hija de tu padre. Es tu hermana menor —la naturalidad con lo que decía asustaría a alguien—. Ah, incluso seguro desde el más allá a Lincoln siempre le gusta hacer este tipo de bromas… lo extraño tanto —tomaba otro sorbo—. Bueno, Lina… dime, ¿cómo es que tu madre tuvo una hija tan linda como tú?
—¿Perdón?
—Oh, no sabes. Tu madre cariño es una puta
—Mamá…
—Perdona que te lo diga así cariño pero, debes saber Lina que tu madre es una puta. Espero que no te molestes…
—… —ella estaba pestañeando. Esta mujer… es rara—. …creo… que tiempo atrás me hubiese molestado… pero, ¿hoy? Creo que tiene razón…
—Siempre la tengo cariño —decía Leni con brillos a su alrededor—. Mami Leni siempre tiene la razón
—Pero… —ella tenía dudas—. ¿Cómo lo sabes?
—¿Cómo lo sé? —ella sonreía nuevamente—. Siempre le dije a Luna, junto a algunas de mis hermanas, que Sam no era una chica de fiar. Ella siempre mostró ser… muy abierta… Luna también… al menos en mente pero, ¿Sam? Ella realmente es alguien… ¿cómo dicen los chicos hoy? De trasero sociable.
—… no creo que…
—Aparte, recuerdo que a Lily, la menor de toda la familia, le pidió 200 dólares con tal de hacerle pasar una noche del paraíso… y también a mí me pidió dinero por sexo… Mm… creo que fue… ¿hace dos semanas?
—¿Qué?
—Se entiende que a una mujer le guste el sexo… pero pedir dinero por ello por ahí… Lina, cariño, escucha y escucha muy bien lo que te voy a decir. Nadie puede elegir a sus padres, incluso su familia. Nadie puede cambiarlos. Nadie puede hacer nada salvo tomar decisiones que te pueden acercar o alejar más. Como dice el antiguo libro, estamos bendecidos y malditos al mismo tiempo…
Lina por unos instantes miraba al resto pero luego miró de lleno a Leni, la chica que ahora sería su tía, su nueva tía. La miró en silencio y cambió su opinión de chica tonta. Tenía la cara de esas chicas que solo piensan en ropa y ropa. Pensar que de una chica de tal apariencia diría algo tan serio como eso, la impresionó.
Tal vez juzgar a alguien por su cara no es muy bueno que digamos.
—… —ella hizo una pausa. Lina iba a decir algo pero se detuvo. Ahora, miró a Liena. La señaló—. La gorda es mi nueva hermana ¿no?
—Bueno, soy… ¡OYE! —Liena respondía bien pero luego entendió eso que le dijo—. ¡NO SOY GORDA! —dijo enojada—. ¡SOY DE HUESOS ANCHOS!
—Uy sí, y yo creo en Dios…
Lyra estaba seria y solamente quería escuchar pero ya con escuchar esto que dijo, la miró mal.
Lyle era el que estaba también más sorprendido, casi como su madre pero ella lo ocultaba muy bien siendo tonta. Él la miró, a Lina, y no podía creer lo que veía.
Lina se parece a Lemy.
Tener dos de ellos…
El infierno con su padre no suena muy mal que digamos.
Residencia de Lynn
—¿De verdad tenemos que hacer esto Lynn?
—¿En serio? ¡Gracias Lynn!
—¡Gracias Lynn! ¡Eres la mejor hermana de todas!
—¡No te preocupes Lynn! ¡Como tu hermano, es mi deber cuidarte si algo malo te sucede! ¡Sí señor, que buen hermano que soy, hehehe!
—¿Prometes que estaremos juntos por siempre sin importar la distancia?
—¿Crees que alguien me podría querer por cómo soy?
…
…
…
—… ¿por qué me abandonaste?
—… ¿por qué me trataste de esa manera?
—… ¿por qué me echaste y dijiste que doy mala suerte?
—… ¿por qué?
—… rompiste tu promesa…
—… he muerto por tu culpa…
—… eres la peor hermana de todas Lynn…
…
…
…
Abrió sus ojos y casi que se cae de su cama.
Sudaba por completo. Ese sueño que comenzó como algo muy lindo, los recuerdos de tener a Lincoln a su lado y pasar grandes momentos como hermanos se convirtió en pesadilla, viendo cómo este la apuñalaba con cada pregunta hasta empezar a alejarse lentamente y rematar con que era la peor hermana de todas.
Se había levantado abruptamente, sintiendo que su mundo se caía a pedazos, casi muy sofocada.
Se tomaba su pecho porque sentía un fuerte dolor, uno que no sanaría con nada del mundo.
Rápidamente recordó lo que ha visto anteriormente, el nombre de su hermano incrustado en una piedra algo chueca que indicaba el año que nació y el año que había perecido.
Recordar eso le hizo soltar lágrimas de nuevo.
—¡Mamá! —en eso, Lacy entraba al cuarto, habiendo escuchado un fuerte grito. Estaba asustada al ver que su madre estaba en tal estado—. ¿Qué pasó? ¡¿Qué sucedió?! ¡¿Estás bien?! —preguntaba casi que saltaba encima de la cama de ella para ver si estaba bien.
—Estoy… estoy bien…
—Pero el grito… y las lágrimas…
—¿Lágrimas?
Ella se tocó el rostro y sintió cómo algo caía y caía. Tocó y luego miró sus dedos. Estaba mojado. Eran claramente lágrimas. Estaba llorando… ella estaba llorando.
—¿Mamá?
Lacy quería acercarse para ver si estaba bien o mal. Su madre rápidamente le abrazo. Ella no entendía nada de nada. Gritaba y gritaba, hablaba dormida con cosas de que por favor, no se vaya, que ella sería mejor persona, que no abandone la casa, que cambiará por completo y será la mejor de todas.
Miraba de muy mala manera a su madre, no de enojada sino de extrañada porque en serio no entendía mucho que digamos.
—Hija… —ella no creía que podía guardarlo a su hija. Puede hacerlo con todo el mundo pero su hija no merece esto para nada. La tomó de sus hombros y la separó de su abrazo—. ¿Quieres ver a tu padre? —decía con ojos llorosos.
—¿Ver a papá? —la enorme emoción era tanta que casi que se salía dentro de ella. Podría tener 14 años pero actuaba ahora mismo como una niña de 6 años, saltando encima de la cama de su madre—. ¡Quiero ver a papá! ¡Quiero ver a papá! ¡Quiero verlo! ¡Sí! ¡Sí!
—Sólo…
—¿Eh?
—Sólo si no lo dices a nadie…
—Pero los demás… —su emoción se fue. Estaba feliz por ver a su padre y contaría esto a los demás pero… ¿no decirle a nadie?—. …no creo…
—Solo tú puedes verle hija… y confío que no dirás nada… y esperarás a su tiempo en decir todo esto… ¿qué dices?
Lacy no dudó.
Aceptó.
Mentía de hecho.
Sabe que cuando tenga la chance, contará esto a los demás y así todos podrán conocer a su padre como ella lo hará ahora. Con esa idea, aceptó el pedido de su madre. Sería la mejor hermana de todas como Lemy le había dicho y sin lugar a duda, sería la hermana alfa de la casa. De tan solo pensar en esa idea de destronar a Lyra, le hacía sentir muy feliz.
La vida a veces te juegan malas pasadas.
Lacy nunca se preguntó, tras aceptar y cambiarse y ponerse muy linda para su padre, poniéndose el vestido más hermoso posible para una chica de su edad, la razón de ir a un cementerio.
Miraba para todos lados sin entender.
Era raro ver a tu padre en un cementerio. Normalmente este tipo de reuniones son en casas o en lugares públicos.
Su madre entonces le dijo que habían llegado a donde estaba su padre. Ella miró para todos lados muy emocionada pero no entendía. Encontró en un lugar así algo de emoción porque también, conocerle en un lugar así, hacía su sangre hervir de emoción. Esto era algo así como un lugar perfecto para Lupa y su madre.
Emocionada miró para todos lados pero no encontró una persona.
La sonrisa enorme que tenía y la gran emoción se fueron por completo.
Sus ojos encontraron entonces la tumba de su padre.
