Recuerden que si quieren contactarme por algo o lo que sea, porque estoy haciendo algún que otro one-shot no solo de esta serie sino de otras que me pidan, tengo el mismo nombre en Wattpad. Encuentro más fácil hablar por allí. Spammy18 por si tienen dudas en no encontrarme.
Disfruten del capítulo. Este furro les ama.
Capítulo 18 – El secreto
Los días venidos al descubrir dónde es que su hermano estaba no fueron buenos.
Digamos que sí en cierta manera. Ella pudo sobrellevar esto un poco, ocultando el hecho a sus demás hermanas junto con sus sobrinos. Siempre miraba el estado de su hija que tras saber de dónde es que estaba su padre, no parecía ser la misma chica animada de siempre. De verdad que no quería que ella supiera de esta manera de su padre pero no podía ocultarle esto a ella. ¿Las demás? Ellas se pueden ir al diablo.
Ella es culpable de todo esto, su conciencia le dice justamente eso, que ella es la causante de todo esto y que, muy seguramente, de él estar con ellas a día de hoy, nadie existiría, ni Lacy, nadie.
Todas las demás tienen en cierta manera un poco de culpa con ese asunto tan feo que no le gusta recordar pero ella, ella misma cree que la culpa solamente de ella, que dio pie a que todas hicieran lo mismo a tal punto que casi llegaron a darles palizas con tal de que se vaya eso que tanto traía desgracia a las demás… pensar que ella misma dio esa idea para que nadie sufriera por las tragedias que él traía a la casa…
Le costaba mirarse al espejo por completo en el día a día.
Sus dedos, sus manos, estaban vendadas por mirarse una vez más en el espejo ese día que le descubrió que como el asco que se tenía encima era enorme, de un golpe, ese espejo se reventó en miles de pedazos.
Odiaba verse ahora mismo, más que nada en el mundo. Odiaba la idea de tener que vivir ahora con la mera idea que su decisión le hizo llevar a su hermano muerto. De no haber tomado esa decisión de haber aceptado tener a Lacy, en estos momentos, tras saber de Lincoln, se habría matado. No quiere vivir ya con esa idea en mente, para nada.
¿Algo inhumano esto?
Lo era, ella misma lo sabe.
También, ¿Lincoln estaría feliz de saber que hizo lo que hizo para tener a Lacy? ¿Él aceptaría que Lacy es su hija? ¿Aceptaría a una sucia perra como ella y todo lo que conlleva? No, ella no cree que Lincoln acepte esto, más cuando ella fue la causante de todo esto.
Cerraba sus ojos.
Ella necesitaba pensar y pensar pero lo único que tenía en mente era la imagen de su hermano, sufriendo, llorando, lleno de heridas, sucio y con tierra, como si hubiese salido de una tumba, mirándole con suma tristeza y preguntando la razón de ella, la que él alguna vez consideró una de sus favoritas sino que la favorita de todas, de ser así y de tratarle de esa manera, que él siempre le quería y que quería ser igual de fuerte que ella.
Sus ojos que se podían ver demostraban estar lleno de tristeza, sin vida, como siempre pero ahora sumando más tristeza a la ecuación… si ya de por sí, el hecho de no poder saber más de él era suficiente.
—¿Mamá?
—…
—¿Mami?
—… ¿sí?
Su hija le llamaba pero apenas podía dar una respuesta. Apenas estaba en tierra firme.
La vio ahora mismo.
Lacy no estaba muy bien que digamos. Todavía llevaba ese vestido que usó para poder ver a su padre. Ella no se lo quería quitar. No estaba sucio, no. Lo lavaba de alguna manera y se mantenía muy limpio. No se lo quería sacar. Estaba como una linda dama, le hacía sentir que ella es lo que nunca pudo ser en su momento y nunca será. Es una dama pero… Lacy todavía puede crecer y ser una verdadera mujer.
—… papá… ¿ese realmente era papá?
—… —se la quedó mirando por unos segundos antes de responder—. ¿Por qué preguntas?
—Papá… no creo que esté muerto —decía ella mientras miraba al suelo. Aunque hablaba con su madre, no podía mirarle todavía a la cara—. Papá… puede que esté por ahí y…
—Lacy, sé lo que piensas —sabía a dónde iba esto. Ella realmente quiere negar el hecho de que vio a su padre de esa manera. Está muerto pero ella no quiere aceptarlo—. Hija… —aguantaba muy bien sus ganas de llorar. Necesita estar fuerte para poder hablar con su hija. Nunca le iba a contar la razón de su padre estar bajo tierra, NUNCA—. …me duele mucho más que a ti…
—¿En serio? —en eso, levantó su cabeza. Miró a su madre con unos ojos llenos de tristeza y de dolor—. ¿En serio te duele? —preguntaba—. ¿De verdad te duele que papá esté muerto?
—Me duele demasiado…
—¿Por qué nunca antes entonces me dijiste de él? —preguntó apretando sus puños que reposaban en sus piernas—. ¿Por qué?
—Porque solamente supe de él no hace mucho —dijo con sinceridad—. Nunca pude encontrar nada de él… hasta que tu tía Lisa me dijo dónde estaba…
—¿La tía sabe de… papá?
—No tiene que saberlo —su fuerzas para no llorar se fueron. Ahora mismo, su actitud misma era seriedad—. Nadie tiene que saber esto, Lacy. Nadie.
—¿Qué?
Lacy repentinamente se paró de la mesa, casi que tira toda la comida que su madre había hecho para ella con tal de que se alegre un poco aunque no tuvo tanto éxito como pensaba que podría tener. Ella miró incrédula a su madre que seguía sentada y con unos ojos serios, los mismos que ha visto cuando ella estaba muy decidida en hacer algo muy arriesgado, sea un ejemplo, en su trabajo.
—¿No decirle a nadie? —preguntaba—. Mamá, ¡todas deben saber al menos de papá!
—Prometiste no decirle a nadie —dijo ella fríamente—. Espero que me prometas eso.
—¿No decirle a nadie que papá está muerto? ¡Todas quieren al menos saber si está bien o no! ¡¿Qué importa que esté muerto?! ¡Al menos tienen el derecho de saber de él! —gritaba ahora mismo. Señalaba ahora mismo a la puerta—. ¡Lupa llora por las noches por no poder saber de su padre! ¡Lo mismo con Liby! ¡Lo mismo sucede con Lizy! —decía recalcando sobre todo a la última—. ¡¿Alguna vez has visto llorar a Lizy hasta que se duerma?! ¡¿Lo has visto mamá?!
—No me interesa nadie salvo mi hija —su expresión no cambiaba para nada tampoco—. Lo que pase con ellas es problema de sus madres. Tú eres más importante
—… —ella retrocedió al escuchar este comentario frío de su madre. Aprecia que le quiera demasiado pero no importarle que sus hermanas lloren por no ver a su padre, no es algo muy bonito que digamos. Estaba molesta ahora mismo, lo suficiente como para hacer algo tonto pero, esto no tiene que empeorar para nada. Su madre, según ve, se levantó de la silla y caminaba en estos momentos a su dirección—. …¿cómo puedes ser así? —preguntaba mientras aguantaba sus lágrimas—. Las demás… las demás quieren…
—Solo me importas tú, Lacy —caminando en dirección de su hija, se acercó lo suficiente como para poder abrazarle. Ella opuso resistencia y quería apartarse de su abrazo—. Solo… quiero lo mejor para ti… tan solo piensa cómo estarán las demás si saben de esto —en eso, Lacy comenzó a dejar de hacer fuerza. Poco a poco, comenzó a aceptar el abrazo de su madre. Correspondió tras unos segundos de dudas—. Siempre quisiste saber de él… no fue bueno de mi parte el hacerte saber de esta manera… lo siento mucho, en serio… pero tenías que saber…
—… ¿qué hay de las demás?
—… las demás no importan Lacy, solo importas tú en todo esto…
Lacy de alguna manera se sintió bien al escuchar esto.
Aun así, en su interior, no había forma de decir lo mal que se siente al pensar que su madre no le importa para nada sus demás hermanas. Vamos, que sus sobrinas son hermanas de ella, su hija, ¿cómo no podría al menos fingir un poco de importancia? Siente que su madre no piensa de buena manera pero… ¿por qué culparle? Es su madre y siempre tu madre hará todo lo posible para que pueda estar bien.
—¿Prometes de verdad que no le dirás a nadie Lacy?
Preguntó Lynn.
Lacy apretó con fuerza en ese abrazo a su madre mientras más enterraba su cabeza en el pecho de ella.
—Lo prometo…
Residencia de Lori
Antes de centrarnos en cómo fueron estos días de Lemy en la casa de su hermosa tía Lori, primero que nada hablemos del momento después de que él sufrió una de las peores cosas, peores cosas luego de lo que ha sufrido en su vida anterior, por supuesto.
—¿Qué pasó realmente Loan?
—¿Qué pasó dices? Mm, no lo sé, tal vez con un poco de incentivo, recuerde y…
—No tengo tiempo para esto. Sé que algo pasó. Es imposible que despierte desnudo y tenga a una… hermosa chica como tú a mi lado…
—¿Oh? ¿Mi padre me considera hermosa? Vaya, pensar que mi padre es de esos padres que quieren a su hija de esa manera…
—… ¿sabes? No voy a lidiar con esto, para nada.
—¿Tienes miedo de que mamá te apriete de nuevo allí? —en ese momento que ella dijo eso, Lemy abrió sus ojos y mostró un poco de shock. Ella se reía tiernamente—. Sí, lo vi todo. Mamá cree realmente que tú me has hecho… una sucia y pervertida puta…
—¿Qué? —no había escuchado bien al parecer—. ¿Yo?
—Bueno, no tú sino Lemy. Él… siempre fue bueno conmigo ¿sabes? El hecho de que nunca tú estuvieses con tus hijos… bueno, siempre me ponía mal. Él quiso cuidarme y protegerme como si fuera mi padre…
—…
—Pero… también sentía esa mirada lasciva de él. Siempre sentí cómo me desvestía con sus ojos, sentía cómo quería hacerme suya, el poder llenarme por completo y marcarme como su esclava sexual, llenarme a tal punto que cada día de mi vida orine semen. Embarazarme y no hacerse cargo y esperar 6 meses para venir y darme una patada en el estómago para poder abortar y así un círculo vicioso…
—No te molestes en seguir hablando —le detuvo por completo. Loan intentó abrir su boca pero él le puso la mano en la misma—. Si no vas a decir algo relevante, no hables. Prefiero morir de nuevo antes de tener que escuchar tus estupideces una vez más.
Lincoln soltó la boca de Loan.
Por unos momentos, él sintió que fue una pérdida de tiempo y que nada bueno saldría de esto.
—…
—…
—… Lemy siempre me cuidó —él rodeaba con sus ojos, fastidiado—. Pero… sabía que de alguna manera, me deseaba. Una mujer siempre se siente bien cuando la desean… pero… él era como un cazador y yo su presa. Al principio, jugar con él… era divertido. Siempre lo fue. A veces me pedía que le abrace, otras veces me pedía estar pegados… otras veces… ya cuando nos abrazábamos mucho, pedía besos, acaricias en lugares donde una mujer no daría a un hombre que no le gusta… ese tipo de cosas… —ella juntaba sus manos. Las frotaba. Las miraba. De alguna manera, hoy por hoy, eran recuerdos. Pero en su momento… —. Las cosas escalaron rápidamente tras eso…
—¿Q-qué?
—Lo que dije Loan —decía en ese entonces un Lemy muy decidido—. Quiero verlas.
—… ¿de verdad quieres… verlas?
—Sí, quiero verlas… por favor… pensé que me querías y era tu hermanito favorito…
—Lo eres pero…
—¡Entonces…! Por favor hermana… no quiero…
—… p-pero… ¿hermanos hacen esto?
—Nuestros padres hicieron esto, ¿por qué no nosotros?
—P-pero…
En ese momento, Lemy no se pudo aguantar. Las ganas de él de ver desnuda a su hermana mayor eran enormes. Siempre soñó con eso, demasiado. Quería demasiado a ella y su sueño, uno de tantos, era primero ver a Loan… sin necesidad de espiar como hizo con algunas de sus tías… y hablando de sus hermanas, Lyra era un caso muy aparte, cosa que no entiende cómo una santurrona como ella se queja de todo pero de alguna manera, pasea a veces desnuda por la casa. Si tiene que hablar de una de sus tías, extrañaba a su tía Lana que era… muy abierta si se puede usar bien esta palabra.
Tomó por la fuerza a Loan y destrozó ese suéter que tenía encima. Vio en ese momento algo que quería ver de ella solamente. Esos pechos que tenía eran, son y serán, grandes pero más allá del tamaño, eran los más hermosos de todos. Se enamoró a primera vista. Se quedó babeando tanto que parecía una catarata que salía de su boca.
—… L-lemy…
Loan no pudo gesticular.
No podía hacer nada de hecho.
Lemy al instante puso su boca en uno de sus pechos en lo que sus manos tocaban y estiraban un poco esos pechos suyos y sentía cómo él succionaba. No podía hacer otra cosa que gemir y gemir.
Cuando se quiso dar cuenta de algo, sentía que algo tocaba su entrepierna y algo parecía entrar y entrar hasta no parecer terminar.
—…
—…
Lincoln en estos momentos, solamente quería saber de la razón de despertar desnudo por completo cuando estaba en cama de Loan. No, solamente quería saber qué diablos pasó porque en serio que solamente vio oscuridad y no recuerda nada de nada.
Pero, mierda… escuchar eso.
¿Su hijo en serio ha hecho eso?
A todo esto, en lo que escuchó ese relato, lo recordó. Este cuerpo de alguna manera le hizo recordar ese hecho, no solo de Loan sino ese detalle que tuvo con su tía Lana. Su hermana Lana de verdad en serio es esa clase de persona. Recuerda que es buena pero parece que le gusta molestar un poco a este chico. Más allá de eso, el hecho que recuerda ese momento con Loan las cosas que vino luego… cerró sus ojos.
Tiene que admitir que alguna vez pensó en tener un hijo.
De tenerlo a Lemy y saber esto, lo mataría.
También a Lyle de paso.
¿Razón?
Ya que mata a uno, por las dudas de que sea igual, mata al otro. Como para variar un poco las cosas y para las risas.
Pero lo que importa aquí es lo de Loan.
—¿Qué pasó luego? —preguntó.
Fingió como que no sabía.
—Seguro ya sabes —ella le contestó—. Al haberte contado algo de lo que Lemy y yo hacíamos, seguro recordaste y ahora tienes claro lo que pasó ¿no? —al mirar a su padre, él solamente estaba sin decir nada, con las manos en su bolsillo. Ella sonreía—. Seguro que sabes, sí. Pero, no hace daño que te diga —se aclaró la garganta—. Lemy y yo tuvimos… más momentos como ese. Admito que me asusté demasiado. Mi hermanito… no, yo me aproveché de él. Quería también experimentar algo como eso pero… no creí que fuera rápido todo. Aunque Lemy me di cuenta que con tal de tener un momento conmigo de esa manera… por eso me gustaba jugar con él… prometerle algunas cosas si hacía otras por mí… era tierno…
—Oh, entiendo —dijo al instante—. No hace falta que expliques más.
—… ¿entiendes? —preguntaba sorprendida. Luego borró esa sorpresa—. Oh, claro. Seguro que el abandonarnos a todos nosotros mientras te ibas por ahí embarazando otras mujeres te enseñó a que algunas jugarán contigo ¿no?
—Me hubiese gustado que alguna que otra mujer jugase conmigo —decía como si nada, aun manteniéndose seriamente—. Solamente estuve con una mujer… y otra que… me arruinó la vida.
—¿Te arruinó la vida?
—Por ella… terminé en la cárcel —no había odio en estos momentos en pensar en Sam. Solamente se sentía mal en estos momentos—. Me peleé con alguien en su momento, era una chica genial… y enojado, me crucé a esta segunda… y todo terminó conmigo —cerró sus ojos y recordaba no solo a Sam sino a la primera—. Vino a visitarme una vez. Me dijo que quería el dinero. Que no quería saber nada de mí por todo… nunca me creyó que no hice nada. Nunca supe más de ella… —suspiraba. Bajó su mirada ahora que abría sus ojos. Si es que los tenía abiertos, solamente miraba al suelo—. Es una pena…
—… ¿por eso nos abandonaste?
—¿Abandonar? —decía sorprendido—. No puedes abandonar a nadie si nunca supiste de ellos ¿no?
—¿Nunca supiste de nosotros?
—… oh… —y aquí, él empezó a sentirse mal—. Tu madre no te contó de eso… ¿verdad? —Loan no decía nada de nada. Era claro que no dijo nada—. Hehe… bien, bien. Te diré un pequeño secreto Loan, espero que puedas guardarlo.
—… ¿qué clase de secreto?
—La verdad de porqué nunca estuve contigo y con el resto.
Loan asintió.
Era la hora de saber la razón.
Siempre pensó en esto.
Ella siempre miraba cosas de él, de su padre. Le quitó algunas cosas a su madre. Podía ver fotos de él de joven pero, ¿de adulto? Nunca había nada. Solamente tenía que saber que su padre era alguien de cabello blanco y ojos claros. No había nadie de esa manera. Tal vez gente que se tiñe el cabello pero eso era lo de menos. El punto es que podía sacar conclusiones y esa conclusión fue destrozada cuando por fin vio a Lemy y pudo notar a esa persona de tales características que parecía manejar a su hermano, resultando ser su padre ahora que domina ese cuerpo.
—Mala suerte
—…
—…
—… ¿mala suerte?
—Sí, mala suerte. Tan solo dile eso a tu madre y verás cómo reacciona por completo. Ahora, dime qué diablos ayer.
—…
—¿Loan?
—…
—¿LOAN?
—Perdona padre —decía ella ahora con un tono bastante respetuoso—. Solamente… pensaba en esa razón que me dijiste.
—¿En serio?
—Entiendo que ahora tengas 13 años y tengas el cuerpo de tu hijo pero, no es bueno bromear con que no existen…
—… ¿no existen? —preguntó—. No existen… bien. Nos vemos
—¿Eh?
—No voy a perder el tiempo contigo, ya no más. No me crees, no tengo ya razón para escucharte.
—¡Espera! —ella le detuvo como pudo. Le intentó tomar de la mano pero él la apartó rápidamente como si no fuera nada. Recuerda que ella era fuerte para Lemy. Lemy podía hacer algo pero no mucho, casi nada. ¿Cómo es que ahora tiene tanta fuerza?—. No te vayas
—Eres como Sam —le dijo—. Me haces perder tiempo…
—Te creo, te creo —le dijo ella ahora, no queriendo perderlo—. ¿Quieres saber qué pasó? No pasó nada papá, nada —Lemy alzó una ceja—. Eres mi padre, ¿cómo te podría hacer algo?
Lemy señaló un estante con libros, no libros sino mangas.
Esos mangas eran temáticas para mayores de 18 años con temas como, por dar un ejemplo, una hija convirtiéndose en la esclava sexual de su padre y otro, por ser más precisos, era una historia de una chica que se convertía no solo en la mujer de su padre sino en una máquina expendedora de bebés personal de él.
Loan miró eso y luego miró a Lemy.
—E-eso tiene una buena explicación
—¿Qué pasó anoche entonces?
—B-bueno… me molesté pensando que nos abandonaste. Pensé que merecías un castigo así que… te desnudé para que creyeras eso…
—¿Eso nada más?
—Ah, no. Estaba a punto de darte un beso en la frente en ese momento pero de alguna manera, tu rostro de alguna manera cambió. Pasaste de parecer alguien sorprendido a alguien interesado y balbuceaste muchas cosas, cosas que Lemy diría… —Lincoln miraba a Loan sin sorpresa alguna ahora. Solamente decidió callar—. Tal parece que no tienes control total del cuerpo de mi hermano, pese a que ahora tienes esos dientes y ese cabello blanco que se empieza a notar
—… ¿qué?
Lemy entonces metió un dedo dentro de su boca. No, no hizo falta eso de hecho porque apenas Loan dijo eso, con su lengua pasó la misma por sus dientes. Sintió entonces ese diente que tuvo de pequeño, que tuvo cuando él era Lincoln. Sus ojos se abrieron por completo. Ahora mismo sí que estaba impactado
Pero más importante…
Había un espejo allí.
Se vio allí mismo.
Ahí notó claramente eso que dijo Loan.
Dientes de conejo, algunas pecas que antes no habían, esa cicatriz en su frente que lentamente iba desapareciendo, su cabello castaño que lentamente se iba haciendo blanco…
—Sé que esto te impresionará pero… tal parece que vuelves a ser como antes, cuando estabas vivo —comentó Loan de fondo—. Es algo raro pero no mucho de hecho. El hecho de que un alma tome el cuerpo de alguien más es raro. Sobre todo que tengas el control total a tal punto que volverás a tu forma original. Curioso, nunca pensé ver esto de verdad… pensar que la tía Lucy tenía razón…
—¿Lucy?
—Escribe historias de este tipo, de gente que reencarna en alguien más y todo eso —decía. En eso, se puso a recordar—. ¿Qué había dicho? ¡Ah sí! —entonces recordó—. La tía Lucy dice que solo los vírgenes leen este tipo de cosas y que gracias a ellos, tiene dinero y demás… hehe, ¿qué clase de virgen leería este tipo de cosas?
Loan, muy picante como ninguna, miró al lector.
—…
—Pero, padre, es bueno. Podrás volver a vivir y…
—… creo que no quiero que esto pase… —murmuraba. Loan alcanzó a escuchar porque estaba cerca—. …pero si debe de pasar… pasará.
Pediría a Lisa de alguna manera que le ayude de todas formas. Sabe muy bien que si vuelve a ser Lincoln, que toma esa forma ahora su cabello, entonces su tranquilidad se iría al diablo. Ya de por sí no es tranquila para nada. Pero la poca que tiene, nunca la recuperaría.
—¿No tienes miedo entonces que mamá y las demás te reconozcan?
—Aquellos que dicen que nunca tienen miedo, son unos imbéciles —respondió—. Tengo miedo pero, si el día llega y me veo de nuevo como era antes de joven, entonces, que así sea. Espero que todo esté solucionado… eso espero…
Loan abrazó entonces a Lincoln por la espalda que seguía todavía mirándose en el espejo.
—Vas a estar bien, para eso está tu hija mayor.
—…
—Por cierto padre… tengo una duda…
—¿Qué duda tienes?
—¿Cómo crees que me vería vestida de vaca?
Lincoln le hizo un suplex por tal pregunta.
Ahora mismo
Ahora mismo, como bien dice ahí arriba, Loan todavía no preguntaba por aquello que le dijo su padre Lincoln en cuerpo de su hermano. Dejó pasar días para poder pensar a gusto y darse una mejor idea de todo, tratar de entender eso de la mala suerte o lo que sea que dijo.
Lemy, hoy, no estaba en casa. Salió a caminar por ahí. Claro, antes les hizo el almuerzo a ambas donde se pudo notar que Lori al menos aprobaba esto y le dio el visto bueno para que salga.
Aparte, Lori no quería ver para nada hoy a Lemy. Ella vio que de nuevo se metía en el cuarto de su hija y que seguro estaría corrompiendo a la misma. Menos mal que entró en ese momento porque seguro que lo haría. A veces mira su mano y siente todavía el miembro de él que lo aplasta con tal mano y recordar esos pequeños quejidos de él y súplicas para que pare, le hacía feliz de alguna manera.
—¿Madre?
—¿Qué sucede Loan?
Loan, siempre que salía de su cuarto, siempre estaba con ropas elegantes y finas, demostrando que en términos de belleza solamente compite con Lola. Nadie, NADIE, competía con ella, incluso Liena que según Lemy, era una de las chicas más hermosa que ha visto.
Loan ahora sentía un poco de celos que no podía explicar muy bien.
Lemy, su verdadero hermano, siempre decía que ella era muy hermosa. Estaba rodeada por muchas chicas hermosas pero que ella era la mejor. Ahora mismo, su padre, en cuerpo de Lemy, dijo claramente que la chica más linda que había visto, no solo en apariencia sino en cuerpo y actitud fue Liena y que detrás de ella, para su enorme sorpresa, era Lacy.
Nunca antes sintió esto.
Es como decir que tu hija favorita es ella a pesar que tú has hecho todo por tu padre… lo cual, duele demasiado.
—¿Loan?
—¿Qué sabes de la mala suerte?
Lori dio un pequeño sobresalto abrupto cuando escuchó eso, casi que se atraganta lo cual conllevó a que esté tosiendo en estos momentos por ello mismo. Loan le miraba sin decir nada ahora.
—¿Qué has dicho?
—Mala suerte madre, ¿sabes algo de eso? —preguntó de nuevo—. …¿crees en la suerte?
—… ¿de qué hablas? Claro que no creo en la suerte.
Miente.
Loan pensó claramente que su madre miente. Vio su reacción por completo. Apenas dijo eso, su madre casi se ahoga por ello. Es más, la notó tensa y nerviosa. Podía ver que empezaba a sudar en estos momentos.
—Pero…
—No es un tema para conversar, menos para que tú lo hables —la señalaba de una manera muy irrespetuosa—. No quiero que NUNCA más toques este tema, ¿estamos de acuerdo?
—¿Es porque tiene que ver con papá?
En ese entonces, el rostro de Lori pasó de estar tenso a ensombrecerse por completo.
Por unos instantes, Loan sintió que algo no andaba bien tras preguntar eso y sintió entonces un poco de miedo.
En algún lado de Royal Woods
—Tch, maldita Lori y su estúpida actitud
Caminaba con mucha ira.
No solo por Lori que resulta ser una perra y que también le apretó allí de nuevo, cosa que de recordar le hacía doler un poco. También tenía que ver por el simple hecho que poco a poco iba perdiendo cabello, no al punto que se le cae sino que parecía encogerse hasta seguro tomar ese peinado suyo de toda la vida.
¿Le pediría ayuda a Lisa? Estaba seguro que sí.
Pero por otro lado, su filosofía de vida era esa misma, enfrentar todo lo que venga, enfrentar toda consecuencia de todo acto posible y hacerse cargo de ella. Tal vez y así, todos crean que ha madurado y que es un Lemy mucho mejor que antes.
—Un día vas a ver Lori, te voy a dar de tomar algo que Lisa me dará y me estarás pidiendo por mí se… —paró en seco. Se hizo a un costado para que la gente pasara. Ya de por sí algunos le miraron raro pero él pasó de ellos. Se tomó la cabeza y se daba cuenta de algo—. No es algo que diría yo…
Tal vez Loan tenía algo de razón.
No quería creerle tampoco.
Tal parece que ella cree muchas cosas erróneas de él.
Más pensamientos sucios vinieron a él. Era normal para alguien de su edad pero estos pensamientos… eran ya niveles de perversión increíbles. Le cuesta creer que su hijo Lemuel era alguien con tales gustos y tales fetiches.
Que te gusten las manos, bien, es genial. Hay gente para todo pero, ¿ser orinado es un fetiche? Ya mismo no entiende nada de nada y no quiere saber nada tampoco.
—Te ves mal, ¿quieres un poco de agua?
—No, gracias, no acepto agua de extraños
—Um, un poco prejuicioso ¿no?
—Acepté algo de alguien hace tiempo y arruinó mi vida…
—Vaya… es duro eso, ¿no?
Lemy levantó su cabeza.
—¿Lacy?
—Hehe… hola Lemy.
—¿Qué sucede?
—¿Eh?
—No voy a preguntar de cómo es que tenemos tanta suerte de encontrarnos por aquí en Royal Wood sino, ¿qué te sucede?
—¿Qué… me sucede?
—Sí, algo te pasa. Me basta con mirar tu rostro y tus ojos. Aparte, no tienes el ánimo que siempre traes encima. Esa no es la Lacy que conozco…
Lacy se quedó con la boca abierta, un poco.
¿Desde cuándo Lemy podía darse cuenta de estas cosas? De hacerlo, seguro que no lo diría y tampoco le importaría como preguntarle a ella qué le sucede. Solo si llegase a llorar, seguro… no, tal vez le pregunte si algo malo sucede. Él nunca pareció importarle nadie salvo él. Claro, si alguien habla mal de ellas seguro que mataría a esa persona pero, ¿luego? Eran Lupa y Liby, sobre todo la primera, que siempre estaba a su lado para asegurarse de todo.
Quería llorar.
Sea lo que sea que haya pasado en ese accidente, hizo que Lemy ahora sea mucha mejor persona que antes y mucho mejor hermano.
—¿Por… qué parece que quieres llorar Lacy?
—¿Llorar? ¿Yo? ¿Frente a mi hermanito? ¡JA! ¡Nunca! —decía ahora alegre—. Nunca lloraría frente a alguien que lo hace seguido —Lemy le miraba ya raro—. Oh sí, recuerdo cuando te rechazaron algunas chicas, llorabas como una niña chiquita
—… ¿en serio? —decía —. Amigo, qué patético es mi hijo, Dios.
Cabe destacar que a diferencia de Lemy, Lincoln tenía una larga fila de perras de las cuales podía esCOGER demasiado. El cabello blanco y ojos celestes puros ayudan demasiado.
—Yep. Te rechazan por feo e imbécil.
—Oye… —dijo molesto—. ¿A quién llamas imbécil?
—A ti…
—Creo que no me encontraste solamente para insultarme, dime que no Lacy porque estoy a nada de darte un golpe en la cara y te juro que no me importa para nada esto de "no, no puedes golpear a las mujeres, eres un hombre" porque usaré la excusa de que soy una mujer dentro del cuerpo de un hombre y te vas al demonio.
Este era el Lemy de toda la vida que Lacy conocía. Ve que después de todo, algunas cosas nunca se olvidan.
—De hecho… fue por otra cosa que te vengo buscando.
—¿En serio?
—Sí… mira… —ella, ya no usando ese vestido suyo sino la ropa de siempre pero con el pelo suelto, se sobaba su codo y evitaba mirarle—. …cómo decirlo bien… eh, ¿sabes guardar un secreto?
—Depende qué secreto.
—Uno que podría hacer que todas nuestras hermanas… y Lyle, hagan su vida miserable de tan solo saber del secreto este…
¿Arruinar la vida de sus hijos?
Siendo padre, esto es algo que no puede dejar pasar para nada.
Cementerio
Cuando pensó en un secreto de tal magnitud, creyó que era algo muy potente, tanto como para en serio arruinar la vida de ellos.
No esperaba esto.
—… este es papá, Lemy —decía Lacy con una cara triste. Al menos, aguantaba con ganas el llanto que siempre salía cuando venía aquí. En este lapso de días pasados, siempre veía a ver a su padre en todo momento, a escondidas de su madre y del resto de sus hermanas y familia—. …papá… este… este es Lemy… tu hijo…
—…
—… es… difícil, sí… yo tampoco creo que esté muerto pero… ahí está, bajo tierra, seguro que embarazando mujeres en el cielo
—¿Qué?
—Perdón, perdón… recuerdo las palabras de la tía Lily a veces…
—… ¿Lily dice esas cosas de m… de papá?
—B-bueno, a veces es Lola… pero Lily… creo que de saber esto, seguro que bailaría en su tumba…
—¿Por qué?
—… no lo sé. Solamente sé que Lily realmente odia a papá… y de alguna manera la tía Rinn que…
—¿Rinn?
Rinn.
Por lo poco que recuerda este chico de Lemy, era una chica… distante. No había más. También, había unos destellos. Esos destellos mostraban que era una perra como persona. Curioso, la quería conocer. Aparentemente, era una chica directa. Sonaba como alguien agradable para él.
—Sí. La abuela dijo que Rinn nació para llenar un vació —en eso, Lacy se dio cuenta de algo—. Oh… claro, papá… seguro que cuando papá desapareció, la tuvieron a ella… aunque no cuadra de hecho… —ella pensaba—. Tiene algo así como 24 años la tía Rinn… ¿cómo podrían tenerle entonces? Mm, seguro tienen cientos de años y Lisa es culpable de esto
—No Lacy
—¿No?
—Creo que… —en eso, miró a Lacy. La cara de ella lo decía todo. Decía que parecía estar descubriendo cosas que no cuadran. Él por su parte, siente todo muy raro. Ta parece que a veces saben que son hijos de hermanos y luego, como que no. Eso es raro, demasiado. Pero dejando eso de lado, estaba a nada de contar la verdad de todo, revelar que él es Lincoln, su padre—. …no, perdona, iba a decir una tontería.
—Bueno, pues una tontería me alegraría en estos momentos…
—… ¿alguna vez pensaste en cómo sería tener relaciones sexuales con una chica con retraso?
—Okey Lemy, cuando dije una tontería, esperaba algo tipo, no lo sé, a nivel de decir que prefieres morir virgen antes que morir con enfermedades de…
—Oye, espera, eso es horrible —le comentaba—. ¿De verdad vamos a hablar de esto frente a la tumba de nuestro padre? —decía ahora dándose cuenta de ello—. Lacy, por favor, cementerio, nuestro padre seguro se debe de arrastrar en el cielo para poder bajar y castigarnos…
—… perdona.
—… no hay problema, lo entiendo.
—Pero, bueno, quería mostrarte esto hermano…
—¿Por qué?
—Porque soy tu hermana mayor y siempre quiero que mis hermanos sepan la verdad de nuestro padre… aunque… en este caso, solo tú.
—¿Yo?
—Eh… —Lacy comenzó a jugar con sus dedos—. Soy tu hermana favorita…
—¿Qué?
—… que como soy tu favorita, solamente quería mostrarte a ti…
—… Lacy, ¿qué…?
—Como soy tú favorita… —se notaba la vergüenza en ella—. …creí… que solamente tendrías el privilegio de saber esto…
—… ¿okey? —todavía tenía dudas—. Supongo… que esto es algo que nadie debe saber ¿no?
—A-así es… —ella trató de ponerse lo más seria posible. Miraba a Lemy un tanto apenada—. N-no… no digas nada por favor… no quiero que mi madre me castigue…
—¿Tu madre te mostró esto?
—… sí. Me dijo que si quería conocer a papá… y me puse hermosa… y pasó esto…
—¿Más hermosa? Vaya, ¿es eso posible?
Lacy se volvió a apenar y en señal de eso, golpeó a Lemy.
Fuera del cementerio
—Ya te dije que perdón.
—Lacy, ¿crees que pedirme perdón va a hacer que mi ojo no esté morado? Aparte, ¿cómo es que haces eso? ¿Te apenas y golpeas a la gente? ¡Por esto no quiero ser bueno ahora contigo!
—P-pero…
—Sí, eres mi favorita, por favor, no hables que con solo gesticular me duele el ojo…
Lacy estaba avergonzada a tal punto que no sabía cómo actuar en estos momentos frente a su hermano que le considera la favorita. Ahora estaba segura que le odia y le dijo eso para que se sienta bien. Fue por reflejo que hizo eso y sin querer le golpeó, esperando golpear su hombro pero olvidó un detalle…
Lemy es corto de estatura para alguien de su edad.
Esa es otra cosa notó.
Lemy tenía 13 y tenía poco más que ella en altura… pero ahora es un poco más pequeña, casi con la altura de Lupa si compara.
Además, un poco de blanco en su cabello, esos dientes y esas pecas… era como ver a Lupa y a Liby en Lemy en este mismo momento.
Ahora que lo piensa, ya que se parece a ambas, Lupa y Liby, tal vez entiende por qué no anda mucho ahora con ellas dos. Con Lemy es realmente suficiente…
En eso, Lacy, en sus pensamientos, chocó con Lemy. Cuando quiso darse cuenta de la razón de ello y decir algo por la cual se paró en seco, levantó su cabeza y vio no solo a su hermana mayor Lyra sino que vio a una rubia a su costado que no reconoce para nada.
—¿Quiénes son Lemy para que les mires de esa manera? —ella se puso a su costado. Notó esa mirada seria. Notó cómo mataba a alguien. Miró al par frente a ellos dos. Lyra y esta chica que seguro ve a esta chica junto a su hermana—. ¿Lyra? —decía ahora a ella—. ¿Paseas con tu novia…? Se ve algo pequeña para tu edad… oh… OH… DEBO LLAMAR A MAMÁ…
—No es mi novia —dijo molesta Lyra que no tenía una muy buena cara. Es más, como la rubia a su lado, llevaba un gorro como ella—. Es tu hermana, Lina.
—… ¿Lemy?
—… dice la verdad
—… ¿qué? —dijo sorprendida ella—. ¿Hermana? ¿Tenemos más hermanas? Oh…
Incluso muerto papá embarazaba mujeres.
Honestamente hablando, Lacy podría haber reaccionado de una muy mala manera y estaría a los gritos pero con todo esto que pasaba, el revelar que su padre estaba muerto a su hermano, el hecho de que todo en ella ahora está muy complicado de pensar y que no hizo caso a algo que prometió a su madre… siente que esto es lo más normal que ha escuchado.
—Por un momento pensé que gritarías al saber de Lina —dijo Lyra con las manos en los bolsillos de su abrigo—. Es bueno que te sepas comportar Lacy
—No, creo que cuando llegue a casa voy a gritar por completo pero… —entonces, miró a la rubia que estaba algo callada—. Ey… hola…
—Hola…
Lina saludó un poco a Lacy. No había mucho más que decirle a ella, no había nada.
Lina solamente miró a Lemy. Quería saber qué pensaba él ahora mismo de ella. No, quería hablar y decirle que sí, que tenía razón con su madre. Pero era muy complicado de decirle algo porque siente que todavía le dirá esas cosas que no es su hermana y que nunca lo será.
—Ey, Lemy…
Lemy retrocedió unos pasos.
Estaba muy serio.
Luego hizo señas a Lyra y a Lina.
—Ambas, den unos pasos.
—¿Qué? —dijeron ambas.
—Vengan a mí. Den unos pasos. Ahora.
—…
—No me hagan gritar en la calle.
Ambas accedieron.
Apenas unos pasos dieron, Lemy les detuvo. Nadie entendía nada. No, Lacy les vio y notó algo raro pero no comprendía la razón.
—¿Fue tu madre Lina?
—¿Eh? —decía—. ¿A qué te refieres?
—Fue ella… bien, bien. La voy a matar.
—¡Oye! —Lina le detuvo. Se puso frente a él para que no se mueva—. ¡No puedes matarla! ¡Es mi madre!
—¡Y tú eres mi hermana! —le replicó tomándole de la muñeca y casi que la podría hacer explotar con su fuerza.
—¿Hermana? —ella como pudo apartó la misma. Bastante le dolía pero eso era lo de menos—. ¡¿Hermana?! ¡Tú mismo dijiste que antes prefieres morir que reconocer que soy tu hermana!
—Soy de decir muchas tonterías cuando estoy enojado —decía—. Ahora estoy MUY enojado con esa puta. La voy a matar.
—No lo harás
—Lo voy a hacer, no por ti si no quieres sino porque tocó a mi hermana Lyra —la señalaba a ella—. Alguien que toca a MI hermana merece lo peor del mundo. La voy a matar y luego de matarla, me voy a bañar en su sangre
—Lemy, Lemy, tranquilo, es la vida real, no un juego —le calmaba Lacy.
—No me importa si es un juego, la realidad, una historia escrita por alguien, puedo hacer lo que quiera y la voy a matar y si alguna de ustedes me detiene, son bienvenidas de hacerlo.
Lina y Lacy miraron a Lyra que estaba muy callada. La misma estaba mirando como si nada. Tenía la cara un poco lastimada pero nada serio. En cambio Lina era un caso serio porque en serio esa chica, Sam, se atrevió a ponerle un dedo encima. Por suerte intervino en ese momento porque de no ser por ella, realmente todo saldría mal y se iría al diablo.
Miró esa mirada de Lemy. Era una mirada de alguien que estaba a punto de hacer una estupidez enorme pero…
—Te voy a acompañar.
—¡Lyra! —dijeron Lacy y Lina.
—Lina, como tu hermana mayor, esta vez, deja que tus hermanos se encarguen de esto —le puso una mano en el hombro. Sonreía—. Todo va a estar bien, te lo aseguro.
—P-pero… mamá…
—Dejó de ser tu madre cuando te dijo aquello —Lemy y Lacy no entendían. Solo vieron a Lina shockearse por completo—. Ahora, tienes hermanos que te van a cuidar… ¿verdad chicos?
Lemy no era tonto. Conocía de alguna manera, por recuerdos, las iras de Lyra. Lacy era igual. No eran tontos. Asintieron ahora mismo.
—Bien, bien —ella sonreía como si nada pasase ahora mismo. Asustaba cuando quería Lyra—. Ahora, vengan. Tú también Lacy, vas a ayudar, quieras o no.
—No lo sé, ¿golpear a la madre de alguien?
—Es la culpable de la muerte de papá
—Voy a matarla. Voy a matarla y luego voy a bailar en su tumba —ella entonces infló su pecho, obviando el hecho de que Lyra realmente conocía sobre su padre—. Chicos, tenemos una nueva misión. Matar una puta.
Y Lacy comenzó a caminar delante de ellos, ya decidida a querer matar a esa chica de la cual habla Lyra. Debe de hacerlo, debe de matar a esa chica.
Y entonces, era esa misión de al menos, Lemy, Lyra y Lacy.
Lina quería detenerles pero, no, no podía hacer nada de nada y debía evitar que de verdad hagan algo muy arriesgado como para lastimar a su madre que sin importar que le dijo todo aquello, sigue siendo su madre.
La realidad es otra, a decir verdad.
Iban a hacer algo tonto.
Pero en todo esto, hay otro hermoso detalle.
Alguien de la familia que suele tener sus ojos tapados con su cabello negro vio y escuchó todo esto.
