Emoción.

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Lincoln levantó una ceja, extrañado de lo que tenía enfrente suyo, ¿Acaso el dios del trueno estaba sonriendo después de tocar su herida y ver la sangre? Volvió a ponerse en guardia cuando Thor levantó la vista para verlo, aún con la sonrisa en el rostro, y de pronto retrocedió un poco cuando el Dios levantó el martillo trás de si, como si estuviera preparando un ataque.

—Tu nombre, humano... —Dijo Thor, desconcertando al humano. — ¿Podrías recordarme tu nombre?

Al darse cuenta que su pregunta no parecía tener alguna especie de malicia, dio un paso adelante para compensar su retroceso anterior.

—Me llamo Lincoln Loud, ¿Por qué?

La sonrisa de Thor creció ligeramente mientras varios rayos comenzaban a salir disparados de su martillo.

—Lincoln Loud... te podré de título "relojero" por ese reloj de bolsillo —Apretó con firmeza el Mjolnir con las dos manos. —. Déjame pedirte un pequeño favor, relojero...

Un resplandor azul cubrió todo el escenario, gran parte de los espectadores, tanto del bando de los dioses como de los humanos se cubrieron con los brazos o apartaban la mirada por tal cegador destello, mientras que varios Dioses principales estaban al borde del asiento, emocionados de ver que, por primera vez en años, Thor estaba por lanzar un ataque serio después de varios siglos.

—¡Eso, Thor! —Gritó un eufórico Zeus, parado de su asiento y con las manos en alto, ignorando el hecho de que Hermes estaba mirando para otro lado con el dorso de la mano cubriendo su boca que soltaba una risita. — ¡Fríe a ese mocoso, ya quiero llegar rápido a mi turno, vamos!

En la otra parte del escenario, Brunhild aún seguía con los brazos cruzados y una sonrisa confiada, como si estuviera realmente segura que Lincoln sobreviviría a un ataque que mataría incluso a un Dios.

—Hermana... —Llamó Geir, temblando. — ¿Va a...?

—Tú solo observa, pequeña Geir. —Interrumpió, pero no dejaba de fijarse en los combatientes.

Lincoln nuevamente se puso en guardia, recordando las palabras que le dijo esa Valquiria de cabello azúl oscuro en caso de que Thor use su martillo para lanzar un golpe eléctrico. Bajó la mirada para ver fijamente el suelo.

Las botas, el suelo. Ya sabrás que hacer. —Dijo en ese momento Brunhild.

—Suelo... tierra... —Murmuró para si mismo. Miró a Thor, nervioso por los truenos que comenzaban a intensificarse. — ¿Qué favor?

Thor movió ligeramente el martillo, listo para dar un gran martillazo al suelo, sin antes soltar una pequeña frase.

—No te mueras.


Déjame ver si entendí: —Comenzó a hablar luego de un largo silencio por haber escuchado toda esa historia. — Los Dioses nórdicos, griegos, indios y a saber de qué otras mitologías existen y quieren destruir a la humanidad de TU universo —Pareció recalcar eso último —, pero los dejarán vivir si logran ganar cuatro combates a muerte, ¿Y quieres que yo me meta a pelear a muerte contra una versión amargada de Thor aún cuando mi universo no sufre riesgo alguno? —Bufó, pensando que todo parecía una mala broma.

—Básicamente —La respuesta de la sonriente Brunhild. —. ¿Y bien? ¿Cuál es tu respuesta?

Lincoln se cruzó de brazos, apoyándose contra la pared, viendo la pantalla con los participantes, levantado una ceja al ver la letra N junto con una versión de él con la apariencia de once años y con una sonrisa de psicópata que lo hizo temblar por un momento.

—Es difícil asimilar todo esto de una sentada, ¿Sabes, Valquiria? Toma en cuenta que no es mi universo, así que ni yo ni mi hermanita de cinco años estamos en peligro de morir en el caso de que la humanidad muera.

—Entiendo tu postura, y comprendo perfectamente si deseas no participar en un duelo a muerte que muy seguramente no te corresponda...

—No obstante —Interrumpió, mirando a los ojos de la Valquiria. —. ¿Tu crees que este mundo sea como un mecanismo?

—¿A qué te refieres? —Preguntó fingiendo interés.

—Creo que todo está formado por cosas que no deben interrumpirse ni ser interferidas a no ser que quieras que todo se descarrile, como un mecanismo perfecto —Miró la pantalla otra vez, esta vez mostraba la imagen de un hombre de físico envidiable y una gran cabellera roja. —. ¿Y estos tipos prefieren simplemente arruinar este hermoso mecanismo por mero capricho?

Brunhild sonrió internamente, agradecida de no tener que ir a buscar al joven que sufrió una purga por si esta versión la rechazaba.

—Aunque no sea mi universo, no puedo dejar que un montón de vejestorios pisoteen un hermoso reloj frente a mí.


Un gran destello azúl cubrió todo el campo de batalla, ni siquiera los dioses podían ver lo que estaba frente a ellos, Zeus estaba sonriendo al ver que Thor había ido en serio, pero en su interior, se había preocupado. ¿Thor? ¿Yendo en serio por enfrentarse a un simple humano? ¿Se estaba dejando llevar, o...? Sacudió su cabeza. Se estaba dejando llevar, TENÍA que dejarse llevar, porque de ser lo otro... ¿La humanidad podría considerarse rivales de los Dioses? De a poco, el destello azúl comenzaba a debilitarse más y más, hasta volver a dejar a Thor en el escenario... Junto con un gran muro de roca frente a él. Ese muro se destruyó en varios pedazos esparcidos por el suelo, dejando a un Lincoln algo exhausto con la parte derecha de su pantalón café algo rasgada.

El Dios del trueno sonrió al ver lo que tenía en frente.

—Sabía que no ibas a morir

Lincoln chasqueó la lengua molesto mientras levantaba la mirada para ver a Brunhild, aún con su sonrisa confiada.

—Bastarda... Pudiste haber sido más directa con lo de las botas, de no haber deducido que podrían ayudarme a levantar un muro de tierra al pisar el escenario pude haber sido literalmente frito —Bajó la mirada para ver a Thor, el cual no parecía aún prepararse para un ataque. —. ¿Y a tí como se supone que voy a ganarte? —Volvió a mirar las botas metálicas, llevando la mano a la barbilla. Si habían tenido la suficiente fuerza como para levantar un muro que contrarreste el rayo del Mjolnir de un pisotón, entonces podría...

—¡Tú puedes, Linky! —Gritó una pequeña desde las gradas que interrumpió los pensamientos de su hermano.

Lincoln volteó confundido a las gradas, encontrándose con diez chicas que parecían alentarlo en su pelea, la pequeña de cinco años que había gritado eso era Lily, que levantaba un cártel que tenía escrito con marcador rojo "¡Tú puedes ganar, Lincoln!".

—¡La chica de cabello azúl nos llamó diciéndo que pelearías a muerte contra un Dios y dijo que no habría de qué preocuparse ya que eres más fuerte, así que dale una buena paliza, hermano! —Lynn levantó ambos pulgaros sonriendo de oreja a oreja.

Lincoln volteó enojado a la Valquiria, la cual desde lo alto, aún se le podía ver encogiéndose de hombros, como si le dijera a la cara "¿Algún problema de haberlas traído?"

—Solo ellas podrían tragarse algo como que tengo la ventaja, ¿Esto es alguna clase de broma? —Murmuró para si mismo. Preocupado. Si llegaba a morir entonces... Tembló. No quería que Lily vea el cadáver aplastado por un martillo gigante de su hermano mayor, eso podría dejarle secuelas, y no quería abandonarla, no haría algo como eso... y por eso mismo tendría que ganar, ya no habría marcha atrás, aún si se daba cuenta de que aceptar este duelo era la decisión más estúpida de toda su vida, no podría decir "me rindo". Esa Valquiria le estaba dejando las esperanzas de una victoria para la humanidad en sus manos... y ya no podría decirle que no así como así... aún si Brunhild le estaba cayendo terriblemente mal, ya no podría.

—¡Dale una paliza a ese tonto, hermano! —Gritó Lana, alentandolo con una gran sonrisa.

Miró a Thor, con molestia. Justo cuando parecía divertirse, ellas vienen y... Un momento, ¿Divertirse? Sacudió la cabeza, confundido. ¿Se estaba divirtiendo? Solo había entrado al boxeo por mera necesidad, pero en sus años practicándolo, era solo una rutina aburrida de armar una estratégia, aprender la de sus rivales, darles unos golpes bien conectados, y recibir un premio, pero el jamás sentía algo como euforia, adrenalina, o algo cercano a la diversión. ¿Pero ahora? Tenía casi todas las de perder al estar frente a un Dios cómo oponente, y aún así...

—No me estoy aburriendo en absoluto —Admitió, bufando por la estúpida situación. Thor parecía esperar su siguiente movimiento, y Lincoln ya quería darlo. —. Bien... Aquí voy otra vez.

Se agachó, con las puntas de sus pies sobre el escenario, inclinándose hacia adelante para apuntar su cuerpo a Thor. Sintió un fuerte dolor en sus pies antes de dar un enorme saltó hacía Thor, el cual no se había dado cuenta por la enorme velocidad a la que salió disparado Lincoln, y antes de que se pueda dar cuenta, el pelinegro le encajó un golpe bien conectado a un costado de la cara. Lincoln cayó a varios metros lejos de él, sin ponerse de pie aún por el enorme dolor en sus pies, esta vez había tenido suerte, pero si volvía a intentar salir disparado como lo acababa de hacer, podría romperse las piernas, y ahora que se ponía a pensar, también podría quebrarse la muñeca o hasta los nudillos si volvía a golpear a esa velocidad. Sonrió, sabiendo que ya estaba contra la espada contra la pared, ¿Acaso no había manera de vencer a la divinidad que tenía frente a él?

—No —Dijo para si mismo, sin borrar la sonrisa carente de nervios en su rostro. —. Definitivamente no la hay.

—¡Buen golpe, Lincoln, sigue así, tú mandas, hermano! —Lily seguía agitando el cartel, esta vez estando a los hombros de Leni la cual aplaudía emocionada al ver la pelea.

Thor limpió la sangre en sus labios con el dorso de su mano, sonriendo nuevamente, y para sorpresa de Lincoln, dejó su martillo en el suelo, poniéndose en guardia con sus propias manos, haciendo una extraña postura que el pelinegro la interpretó como una de boxeo.

—Tú prácticas eso llamado boxeo. ¿Verdad?

—Algo así —Respondió luego de un rato en silencio. —. ¿Por qué?

—Bien. ¿Qué te parece un mano a mano? Quiero ver cómo puedo apañarmelas en un estilo de pelea el cual casi desconozco.

En la otra parte del escenario, Tanto Brunhilnd como Geir sonreían, la primera con su típica expresión engreída, la otra, con emoción al ver a un humano hacerle frente a un Dios.

—¡Esto es increíble, hermana! —Dijo Geir por la emoción de la pelea la cual apenas había tenía pocos movimientos por parte de los dos. — No creí que un humano pudiera compararse a un Dios en un combate, pero ahora realmente pienso que Loud puede vencer a Thor.

—Y que lo digas, pequeña Geir... de hecho, Thor está cometiendo un enorme error al querer pelear en un mano a mano contra Lincoln.

—¿A qué te refieres? —Preguntó curiosa.

Brunhild levantó su dedo índice, apuntando a los guantes negros de Thor, y luego a los blancos de Lincoln.

—Las Volunds, osea, armas divinas de Lincoln están hechas con un propósito en específico: Las botas metálicas eran para contrarrestar los rayos de Thor, y los guantes, para soportar los martillazos y guantes de Thor. —Soltó una carcajada no muy femenina. — El tonto del trueno va a hacer que... un momento. —Dijo borrando su sonrisa.

Mientras veía a Lincoln acercarse a Thor poniéndose en guardia, comenzó a pensar: Los guantes de Thor estaban hechos para mantener controlado el enorme poder del Mjolnir, los de Lincoln, para contrarrestarlos. Thor no era idiota, todo lo contrario, era más inteligente de lo que realmente parecía, y el no dejaría que sus guantes que contenían el enorme potencial del Mjolnir fueran contrarrestados ni destruidos, a menos que... Brunhilnd pasó de una sonrisa confiada, a una mirada de pánico al ver lo que realmente tenía planeado el dios del trueno.

—Espera... —Dijo mientras veía como Lincoln comenzaba a intercambiar golpes con Thor, el cual sonreía confiadamente, como si tuviera todo bajo control. Esa era la sonrisa que ella solía hacer cuando planeaba algo que le saldría a la perfección, y ahora él la tenía en el rostro esta vez. — No lo hagas, pequeño idiota —Tragó saliva, dándose cuenta que nunca tuvieron la ventaja mental realmente. —. Esto es lo que Thor quiere.


NA: Algo corto (como siempre), pero ya quería sacar algo después de veinte días sin escribir. En el próximo capítulo prometo terminar esta pelea y dar el paso a la siguiente.