Entre los Héroes y Monstruos:

Parte dos.

.

.

Hades llevaba alrededor de cinco minutos mirando como (por alguna razón) Hércules estaba en su reino, buscando en cada rincón lo que sea que estaba buscando en su jardín. Se hartó una vez comenzó a fijarse en los arbustos. Suspiró, llevando para atrás su rubio cabello con una de sus manos, y se acercó al semidios griego que aún no notaba su presencia pues aún tenía la cabeza metida en uno de los arbustos del rey del inframundo.

—Oye —Dijo para atraer su atención, lo cual funcionó, el semidios había volteado hacia él. —. ¿Qué rayos se supone que haces, Heracles?

—¡Oh, señor Hades, hola! —Saludó amistosamente, tomando su mano para darle un fuerte apretón. — ¿Cómo va todo en el Hellheim, señor?

—Mal, un rarito con apariencia de fisicoculturista y un claro mal gusto en ropa anda merodeando en mi jardín haciendo quien sabe qué. Tienes suerte de que me haya aburrido de estar encerrado y haya salido a mirar la flores, ¿Cuánto tiempo llevas en el inframundo?

Hércules comenzó a contar con los dedos de sus manos mientras tenía la lengua afuera, como si fuera algún chico de primaria con una inteligencia por debajo del promedio.

—Hmm... Alrededor de tres días, señor.

—¿Qué? —Preguntó incrédulo, para luego recordar que Hércules era completamente capaz de buscar algo en un mismo lugar por mucho tiempo. — ¿Y qué se supone que haces aquí en primer lugar?

—Pues... se supone que usted necesitaba ayuda señor —Respondió algo confundido. —. Loki me dijo que Cerbero habia escapado y andaba causando desastres en el inframundo, señor.

Hades miró a su jardín, y el resto de su reino. Estaba bastante tranquilo, incluso vio a Cerbero salir por ahi para corretear una mariposa. No le sorprendía en lo absoluto que Hércules lo haya tenido ahí y aún asi no lo hubiera visto, había pasado algo similar con el león de nemea.

—Entiendo que mi reino no tenga la mejor de las famas, pero de eso a llamarlo desastre me parece algo exagerado.

—Bueno, pero Loki...

Hades levantó una ceja, sin poder creer la incredulidad de Hércules.

—Loki. —Dijo con un tono sarcástico.

—Sí, señor. —Asintió con una sonrisa inocente.

—Quien es el Dios del engaño. —Tuvo que afirmar eso, como si estuviera en frente de un niño, lo cual así era así, considerando que Hércules era el Dios más joven entre los del Olimpo. — Y tú le creíste —Lo señaló, con una cara de póker al ver que Hércules volvía a asentir. —. Aún cuando se suponía que era tu turno para luchar en el Ragnarok.

—Pues, sí, señor, digo... —Abrió sus ojos de par en par una vez se dio cuenta de la situación. — Oh. Sí, ya comienzo a comprender lo que sucede.

Hades llevó su mano a la frente, algo cansado por la incredulidad de Hércules.

—La peor parte es que no es la primera vez que te hace algo así, ¿Por qué te sigues juntando con él?

Hércules se encogió de hombros, sin saber qué decir.

—Momento, se suponía que era mi turno, ¿Quien está peleando?

—Pues habrá que ver —Volteó en dirección a la entrada de su hogar, haciendo una pequeña seña a Hércules para que lo siga. —. Ven tú también, que la última vez que te dejé solo con mi sabueso Zeus quedó calvo.

Ambos entraron a la mansión, Hércules se preocupó un poco al ver que las ventanas de la gran habitación pintada de morado estaban cubiertas por cortinas rojas, impidiendo que entre la luz, explicando la tan pálida piel de Hades. Frente a él, había una gran pantalla, junto a un sillón que estaba un poco alejada de ella, y arriba... espera, ¿Eso era un mando de juego? ¿Y en la tele habían dos ninjas de color azul y amarillo peleando? ¿Hades estaba...?

—¿Qué? ¿Acaso crees que no voy a visitar a la familia porque me quedó todo el día sentado mirando a la nada? Chico, prefiero quedarme jugando todo el día que ver cómo Zeus se pone de llorón por caer en otra jugarreta de Hermes, el hecho de que haya organizado un torneo porque una Valquiria hirió su ego solo me da la razón. —Hades sacó de su bolsillo el control de la televisión.

—Oye, tarado —Se oyó una voz femenina desde la pantalla. —, aún no termina la partida, ¿Vas a seguir jugando o me vas a dejar esperando por más tiempo?

—Eso voz... —Hércules se sorprendió al escucharla, hacía rato que no la veía. — ¿Tía Hestia?

—¡Hey, Hércules! —La voz de Hestia sonó un poco más feliz de escuchar a su sobrino postizo. — ¿Cómo estás? Oye, dile a Hades que ya tome el jodido control, porque parece que anda cagado de volver a perder contra mi. Por cierto, ¿Le mandas un saludo a Hermes? Ya hace mucho que no viene a verme, ya dile a Zeus que deje de cargar al pobre de trabajo y haga algo por su cuenta de una...

—Mocosa, cortaré la llamada —Interrumpió Hades. —. Por algún motivo el Ragnarok sigue cuando era el turno de Hércules, hablaremos luego.

—¡¿Mocosa?! —Preguntó ofendida. — ¿Tengo que recordarte que soy mayor que...?

Hades cambió la transmisión, mostrando la arena del Ragnarok.

—Pero no eres precisamente alguien con mentalidad de adulta. Cómo sea, veamos quién está peleando.

Unos segundos después, finalmente vio en la pantalla como Loki se estrellaba a la pared de la arena por el fuerte golpe al estómago que recibió por parte de un chico de cabello blanco.

—Como lo supuse, el pequeño nórdico te robó el lugar del Ragnarok.

—¿Qué? —Preguntó casi ofendido, incluso viendo cómo Loki parecía estar perdiendo. — Ese pequeño...

—Espera, Heracles —Entrecerró los ojos, fijándose en la boca y hombro de Loki. —. ¿De casualidad Loki ha estado enfermo en los últimos días en los que lo viste?

—¿Eh? Pues... un dios no se enferma, creo —Respondió algo confundido. —, ¿Por qué lo dices?

—Ese líquido negro... esa marca... Bien. —Apagó la televisión.

—¡Oye, estaba viendo...!

—Nos vamos al Valhalla —Interrumpió, volteando y dirigiéndose a la salida. —, y vienes conmigo, ni de chiste te dejaré solo en mi casa.

—¿En serio? —Se acercó un poco para caminar junto a él, aún más confundido por el cambio de parecer de Hades. El Ragnarok no le interesaba lo más mínimo, de hecho ni siquiera asistió a la junta de los dioses para decidir el futuro de la humanidad, ¿Por qué ahora quería ir de espectador? — Está actuando raro, señor Hades, ¿Sucede algo?

—Solo es una suposición —Respondió, apresurando su paso. —, pero creo que algo no muy bueno pasará con Loki. Te explicaré en el camino, solo no me colmes la paciencia cómo pasó cuando tenía que domar a cerbero y preguntaste como se veían los perros de tres cabezas. —Suspiró, intentando ocultar su preocupación. — Nunca debí dejar que Belcebú investigara los restos de esa cosa. Cómo sea, de ser verdad, al menos tendré la oportunidad de verlo de primera mano.

—¿Verlo? —Hércules apresuró aún más el paso viendo lo rápido que caminaba Hades. — ¿Ver a quien?

—Pues a...


—¡Mierda, mierda, mierda! —Gritó Loki, dando un santo para quedar a varios metros de su oponente. — ¡¿Quien te crees para evitar mis cuchillas?! ¡Quiero un puto recuento de votos!

—Estamos en una pelea, no hay votos aquí —Corrigió Lincoln. —. Y no fue por creerme algo, simplemente no iba a dejar que me mates por la espalda, ¿Tu crees que soy tonto o que? Y ya deja de actuar como el chico enojado, me estás poniendo de los nervios.

—¿Qué? ¿Actuar? ¿Quien te...?

—Oh, vamos —Interrumpió, algo molesto. —, he estado en una familia de trece, se diferenciar entre alguien legítimamente enojado con alguien que miente, ¿Por qué te estás haciendo el ofendido?

Loki puso su mano con su cabeza, molesto, furioso, mientras varias memorias pasaban por su cabeza, frases de los otros dioses que le hablaban cuando era un niño.

Frases de su padre Odín.

"Eres un Dios. ¿Por qué dejas pasar las insolencias de los que están por debajo de tí? " —Preguntaba Shiva en ese entonces.

" ¿Por qué no puedes ser más como tu hermano? Al menos él podría meterle una buena tunda a la primer escoria que le falte el respeto, tu simplemente no haces nada y hasta... te ríes. Un Dios no actúa así. " —Eso fue lo que más le molestaba, que venga de su padre.

Loki sacudió su cabeza, intentando no pensar en eso, y de pronto dejó que varias cuchillas aparecieran, listas para ser lanzadas.

—No tengo ni la menor idea de lo que hablas, humano —Dijo preparándose para atacar. —. En tu lugar, me estaría concentrando en no deja que yo te rebane a la mitad.

Lincoln levantó el escudo, listo, y Loki sonrió al ver eso.

—¡Un patético escudo no va a servirte de nada, sabandija humana! —Gritó lanzando las cuchillas a él.

Confíado, vio como sus armas se dirigían hacia el arácnido, el cual estaba preparado para que su Volund reciba el impacto. Loki sonrió, sabiendo que sus armas tenían la suficiente fuerza como para atravesar ese escudo el cual desde ahí se veía como un producto barato hecho por un herrero de cuarta. Al igual que cuando Lincoln atrapó sus cuchillas, la sonrisa de su rostro desapareció al ver que no solo el escudo las recibió de lleno, sino que de alguna forma cambiaron la curvatura del disparo haciendo que sus propias armas de dirijan a una gran velocidad hacia él. De no ser por su capacidad de reacción, no habría podido esquivarlas a tiempo y habría muerto, pero por suerte solo había recibido un corte en su mejilla izquierda. Miró incrédulo al arácnido, sin saber lo que pasaba. Luego al fijarse bien en ese escudo, empezó a comprender.

—Ya veo... —Dijo con algo de molestia. — Eso de ahí también es un Valquiria transformada en arma, ¿Verdad?

—Le atinaste. —Respondió sin más.


—Entonces... —Dijo el arácnido unos días antes de empezar la pelea. — ¿Se supone que voy a pelear contra Hércules con las manos desnudas o como está la cosa? Lo lamento, estoy algo confundido. —Preguntó algo inocente hacia Brunhild.

—No exactamente —Respondió la Valquiria mayor, sentándose en la silla frente a él. A su lado, Geir aún estaba parada, algo nerviosa. Ella era la única ahí aparte de Brunhild, ¿Se supone que ella sería la Volund que...? — Al igual que el anterior representante de la humanidad, tendrás una Volund también... Ejem...—Dijo la Valquiria de cabello azul aclarandose la garganta y señalando con su pulgar a la puerta donde Lincoln volteó. — Ya puedes pasar, Hervör.

La puerta corrediza se abrió, dejando ver a una jovencita de estatura algo baja, similar a la de Geir, quizá un poco mas alta. Vestía una prenda sin mangas de color negra con una falda morada con una botas rojas, y lo más llamativo en la "niña", era su cabello rosado con flequillo y dos coletas a los lados de su cabeza. Lincoln tembló un poco al ver que pese a su cara de niña, tenia una expresión de gran molestia. Comenzó a caminar a paso rápido hasta quedar frente a frente con Brunhild, sin cambiar esa expresión de enojo, la cual terminó por explotar gritando en la cara de su hermana mayor.

—¡¿Estás bromeando, Brunhild?! —Gritó en forma de berrinche la decima hermana de las Valquirias, fastidiada. — ¡En primer lugar, ni siquiera acepté convertime en Volund de ningún humano, ¿Qué rayos te hace pensar que diré que sí ahora que dices que llegó mí...?

—Hervör. —Interrumpió Brunhild. — ¿Acaso no te enseñé desde que eras una niña a saludar a los invitados? —Señaló a Lincoln, el cual estaba con la espalda apoyada a la pared y con los brazos cruzados, con un rostro que indicaba que comenzaría a reírse, por el hecho de que eso le hizo acordar a sus hermanas hace unos años.

Hervör volteó a Lincoln, y nada más ver bien su rostro y forma de vestir, se sonrojó hasta poner toda su cara como un tómate.

—Oh, eh... —Hervör parecía comenzar a trabarse. Se acercó a Lincoln, y temblorosa le extendió la mano, esperando que el bese el dorso de esta. — H-Hervör. Más te vale no olvidar mi nombre.

Brunhilnd sonrió. Ya conocía su debilidad por los chicos medianamente atractivos.

—Soy Lincoln, es un gusto conocerte, pequeña —Inclinó un poco sus rodillas para ponerse a su altura y le dio un pequeño apretón de manos. Se confundió al ver que el rostro de la Valquiria pareció decepcionarse por algún motivo, pero rápidamente este recuperó la compostura. —. Oye, no quiero que sea una molestia para tí, pero realmente necesito que sea... ya sabes, eso que...

—¿Un Volund? —Interrumpió Hervör. — ¿Tengo que recordarte que mi hermana al hacerlo pasó a mejor vida en la ronda anterior? Chico, eres lindo y todo, pero...

—Debes entender que tu habilidad de reflectora es completamente necesaria —Esta vez fue Brunhild quien la interrumpió, cruzándose de brazos. —. Eres totalmente escencial para contrarrestar los éxodos de Hércules, así que necesito que confies en que Lincoln podrá vencerlo. Si no es por mí, al menos hazlo por Geir, porque ella irá si no lo haces tú.

—Espera, ¡¿Qué cosa haré?! —Geir se sobresaltó mientras comenzaba a temblar de tan solo pensar que iría a pelear teniendo tan solo catorce.

—¡Bien, bien...! Maldita sea —Dijo resignada, volteando hacia Lincoln y volviendo a extender su mano. —. Ya, puedes hacerlo.

—Eh... ¿Hacer qué?

Hervör suspiró con molestia al ver que tenía en frente a un ignorante.

—Solo toma mi mano, ¿Está bien? —Ella esperó a que lo haga, cuando fue así, lo miró más decidida. — Bien, ahora solo debes decir "Volund".

—¿En serio? —Preguntó algo incrédulo. — ¿Solo eso y ya?

—Créeme, tu anterior versión tampoco se la creyó en un principio.

—Okay... aún así sigue siendo raro. Muy bien, aquí voy, pequeña —Dijo mientras veía como Hervör volvía a sonrojarse de como él la veía directamente a los ojos. —. ¡Volund!


—¿Sabes de estas cosas? —Preguntó Lincoln refiriéndose a su escudo, notando que de alguna forma Hervör había escuchado como le llamó "cosa", molestándole.

—Claro que sí, es una habilidad muy simple que les enseñó Buda, hasta yo puedo hacer eso.

—¿Bromeas?

—Chico, literalmente puedo transformar mi cuerpo en lo que sea, ¿Crees que no puedo hacer lo mismo pero como un arma? Ahora... —Sacó más cuchillas, completamente listo para volver a atacar. — ¿Quieres que volvamos a dónde lo dejamos?

Lincoln volvió a prepararse, levantando a Hervör, completamente listo para cualquier cosa que intente Loki.

—Cuando quieras, Dios del engaño.

—¡Así me gusta, maldita sabandija! —Gritó lleno de emoción, dando un salto hacia él.

Llevaron así cinco minutos, y ninguno le daba al otro, cada vez que Loki intentaba darle con una de sus cuchillas por detrás, de alguna manera el arácnido lograba notar lo que planeaba y las esquivaba como si fuera un juego, tampoco podía darle de frente, porque cada que atacaba, Lincoln ponía su escudo en frente y todo lo que mandaba Loki se le regresaba con igual o hasta más potencia, resultandole totalmente desesperante. Lincoln tampoco la tenía fácil, cada vez que le devolvía los golpes o intentaba lanzarle una telaraña, Loki solo esquivaba, demostrando que era más rápido de lo que esperaba. Mientras peleaban, Heimdall narraba toda la pelea, completamente emocionado de ver en primera fila un combate entre dios y humano, en cambio, tanto en las gradas de los humanos como la de los dioses solo reinaba el silencio, observando a los dos oponentes, atentos a cual de los dos recibirían el golpe mortal del otro, ya teniendo en mente en que el próximo en acertar el ataque, podría ser lo decisivo para la conclusión de la pelea.

—¡¿Qué rayos sucede con estos humanos?! —Shiva se levantó del asiento, mirando atentamente al escenario, sobresaltado un poco a Afrodita. — Se supone que son eso, humanos... Pero uno ya logró rivalizar con Thor, ¡Y solo mira a ese! —Señaló a Lincoln. — Loki ni siquiera puede tocarlo, solo... ¡OYE, INÚTIL! —Gritó, y solo siguió cuando atrajo la atención de Loki. — ¡SERÁ MEJOR QUE YA DEJES DE HACER EL RIDÍCULO, PORQUE NOS ESTÁS AVERGONZANDO A TODOS, YA ACABA CON ÉL ASÍ LLEGA MI TURNO!

Loki miró incrédulo a Shiva, ¿Quien rayos se creía? El ni siquiera sabía lo fuerte que era el humano... momento, ¿Estaba reconociendo la fuerza de ese humano? Sacudió la cabeza otra vez, y nada más volteó a Lincoln, solo vio como un gran puño iba a toda velocidad a su cara, terminando impactando justo en su nariz, dejándolo en el suelo.

Y así, todos los humanos gritaron eufóricos de ver cómo Lincoln llevaba la ventaja, animandolo a seguir así, a acabar con él, mientras algunos gritaban frases como "mata a Dios", o "consiguenos la victoria".

Para sorpresa de Loki... A diferencia del anterior combate dónde los humanos alentaban al relojero a levantarse aún con sus piernas rotas, ningún Dios le dió palabras de ánimo al verlo en el suelo, en cambio...

—¡Pedazo de inútil, ¿Por esto reemplazaste a Hércules?! —Gritó uno de los dioses desde las gradas.

—¿En serio este es el hermano de Thor?

—Habría preferido que Anubis ocupara el lugar de Loki en el Ragnarok.

—¿Por qué no puede ser más como su hermano?

—¡AJAJAJA! ¡TREMENDO GOLPE TE LLEVASTE, LOKI! —Ese último había sido Zeus. De él no le afectaba mucho, viendo que Zeus era así con todos.

Parecía un chiste. ¿Por qué nadie bajaba a intentar pelear para ver si era tan fácil como creían? En busca de apoyo, intentó buscar la mirada de su padre. Pero para su enorme sorpresa, solo vio como se levantaba y se retiraba del lugar, sin ninguna intención de ver cómo salía el resultado. ¿Ni siquiera le importaba ver la victoria de su hijo? Eso solo lo llenaba de rabia, esta vez no hacia Lincoln o otro Dios.

Sino hacia si mismo.

—¡¡MALDITA SEA!! —Gritó con impotencia, aún estando en el suelo. — ¡¿POR QUÉ RAYOS NO BAJAN USTEDES PARA VER SI LO HACEN MEJOR QUE YO?! Esto es... tan frustrante. —Su tono de voz había bajado un poco mientras finalmente se quebraba.

—Oye, ¿Estás bien? —Preguntó Lincoln.

—¡Claro que no, idiota! —Respondió mientras finalmente se ponía de pie. — ¡¿Tienes idea de lo horrible que se siente el que tu propia gente no este de tu parte solo por no ser como tu hermano o no hacer las cosas como ellos?!

—¿Eh? —Dijo con algo de confusión, levantando una ceja. — ¿De qué diablos estás hablando?

Loki pensó en lo que estaba haciendo. ¿Por qué rayos se estaba abriendo delante de un humano? Pero por alguna razón que no podría explicar, simplemente decidió seguir, como si a este punto ya nada importara realmente.

—Desde que era pequeño, todo los dioses esperaban que estuviera más o menos al nivel de mi hermano Thor, pero bueno, aquí entra el problema, ¿Cómo rayos puedo ser igual que el Dios nórdico más fuerte? —Soltó una risa mientras miraba sus manos temblorosas. — Incluso me alisté en este estúpido torneo para ver si podría al menos... ya sabes, no recibir tantos "¿Por qué no eres como Thor?". Aunque bueno, ya has visto como están las cosas. —Lanzó un gran suspiro, esta vez poniéndose en guardia... pero sin ninguna gana de hacerlo. — Solo acabemos con esto, y...

—Eso no está bien, viejo. —Interrumpió.

—¿Disculpa?

—Quiero decir... bueno. Mira, yo he estado viviendo en una familia de diez hermanas, así que yo de vez en cuando he intentado destacar entre todas ellas, a veces intentando hacer música como una, o cosas así.

—¿Y qué pasó? —Para sorpresa del arácnido, Loki parecía estar genuinamente interesado en lo que relataba. — ¿Te pasa lo mismo que yo?

—No... exactamente —Respondió. —. Aprendí a simplemente no hacer las cosas como ellas, sino como... bueno, como lo haría yo.

Loki parecía estar realmente confundido con su explicación.

—Espera, ¿Cómo? ¿A qué diablos te refieres con eso?

—Bueno... ¿A quien le importa si los otros dioses no les gusta que no seas como tu hermano? Creo que tu puedes brillar como lo harías tú. ¿O acaso crees que Thor podría hacerse pasar por alguien o poder mentir como el dios del engaño?

Loki quedó en shock. En cierto sentido, eso ya lo podría saber. Pero nunca nadie jamás le dijo eso, ni su padre, ni Shiva, ni Hércules, ni siquiera Buda, y eso que el se juntaba con el muchas veces intentando matarlo por mera diversión. ¿Entonces qué? ¿Simplemente dejaría de intentar hacerse pasar por alguien en un intento de ser como esa persona? ¿Dejaría de causarle augurias a cualquier humano que veía con tal de ahogar sus frustraciones? ¿Debería... seguir peleando en primer lugar?

—Vaya... —Dijo Loki, finalmente dejando de estar en posición de ataque. —Bueno... mucha palabrería, ¿No lo crees? —Soltó una pequeña risa. — Bueno, ya que me dices todo esto, ¿Me puedes decir ya por qué estás aquí en el Ragnarok?

Lincoln puso una mirada de angustia, después una de tristeza, considerándolo seriamente. ¿Por qué no? De cualquier forma, ya hasta había servido de "consejero" para el Dios del engaño.

—Brunhild me prometió mandarme a otro universo si ganaba, uno donde yo no exista, ni mi familia, ni los héroes...

—¿Héroes?

—Bueno, en mi universo existen gente con habilidades como las mías, aunque un tanto diferentes. Un día yo también las adquirí por la mordedura de una araña, pero... —Su rostro se hizo un poco mas triste. — No controlé bien mi fuerza, y maté a varias personas que yo amaba... algunas de mi familia. Si yo voy a ese otro mundo, si yo no estoy ahí... ¿Puedo empezar de cero? ¿O simplemente...?

—Oye —Interrumpió Loki. —. No te compliques las cosas, ¿Si? Bueno, quiero decir, ponte a pensar, ellas deben estar en el Valhalla de su universo. Sé que suena horrible poniéndome en sus zapatos, pero tampoco está para que te creas alguna clase de monstruo. Digo, ¿Qué podrías haber sabido? Era imposible saber que tu fuerza podría haber matado a alguien. No fue tu culpa, créeme.

Y así como Loki había quedado sin palabras antes... Lincoln también quedó así. Solo que también lo sabía desde cierta forma, tan solo nadie le había dicho eso antes.

"No fue tu culpa."

Una frase que anhelaba oír, una que necesitaba. Más una la cual no se sentía digno y creyó que nadie se atrevería a decirlo. Hasta ahora, cuando un mismísimo Dios fue aquél que la pronunció. Una lágrima corrió desde la mejilla de Lincoln, pensando en eso. Y de pronto, soltó una pequeña risa, una que mostraba un enorme alivio.

—Diablos... —Dijo con una voz algo quebrada. — Siento que realmente necesitaba eso, o me intentaría suicidar otra vez. —Luego de eso, miró a Loki, con una cara de angustia. — Aún así... sabes que simplemente no puedo dejar que te lleves la victoria, ¿Verdad?

—Sí, lo sé —Dijo con una sonrisa. —. Y es por eso... —Volteó a los dioses, con una enorme sonrisa en su rostro. — ¡QUÉ ME RINDO!

Todos quedaron en silencio ante esas palabras. ¿Acaso le estaba dando la victoria al humano? ¿Como se atrevía?

—¡Oiga, señor Loki! —Gritó Heimdall, corriendo hacia él, quedando a su lado. — ¿Está seguro que quiere hacer eso? Eso podría enfurecer a su...

—¿A quién diablos le importa lo que opine Odín? —Dijo con una sonrisa.

—Bueno, para eso necesita hacer una última confirmación, pero tiene que estar seguro al cien por cien.

—Claro —Tosió un poco. —. Ejem, perdón. —Levantó su mano, tosiendo un poco más. — Yo, Loki —Más tos. — Confirmó que...

Más tos. Pero esta vez, vino acompañado de un líquido negro. Heimdall retrocedió de la impresión, y Lincoln dió un paso hacia Loki, pensando que necesitaba ayuda. Loki se tiró al piso, comenzando a convulsionar, confundiendo tanto a humanos, dioses, e incluso a Brunhild y Geir.

La piel de Loki comenzaba a cubrirse de un líquido negro, así como todo al rededor, haciendo que Lincoln retroceda, pensando que algo serio se avecinaba.

—¿Qué rayos está pasando? —Preguntó, confundido. — Loki, ¡¿Qué rayos sucede?!

Pero no hubo respuesta de Loki, o lo que quedaba de él, el cual a ese punto no reaccionaba.


Tomó otro sorbo de té mientras miraba la pantalla con una gran sonrisa desde su silla, en esa habitación totalmente a oscuras. En el estadio se formó una gran bola blanca, haciendo retroceder a Lincoln, el cual dio más pasos hacia atrás al ver cómo de ella salía un enorme ser que ya había dejado de ser Loki. Tenía la piel de un morado algo grisáceo, con un cabello marrón muy claro, casi marchito. Con un pantalón negro con bordeado verde como el de Loki, con unas marcas en su torso desnudo y rostro, unos grandes cuernos a los lados de su cabeza, y lo que más lo incómodo, unos perturbantes cuencas negras por ojos con unas brillantes pupilas amarillas. La criatura miraba a Lincoln fijamente, como si la estuviera estudiando, y Belcebú desde su habitación sonrió ante eso.

—Me sorprende que haya aparecido tan rápido —Dijo dando otro sorbo a su té. —. "Al mezclarse la luz blanca, y la sombra negra, los cuernos despertarán, dando luz a la oscuridad eterna" —Su sonrisa se acrecentó, apreciando a la criatura. —. Si Thor es el Berserker del trueno, tú eres el Berserker de los infiernos... Rey demonio Hajun.

Hajun comenzó a avanzar hacia Lincoln, el cual solo retrocedía, nervioso sin saber qué era realmente. Hasta que Hajun finalmente decidió hablar, soltando una frase que hizo temblar a Lincoln por un momento.

Castigo divino.


Justo cuando parecía que la pelea acabaría con Loki rindiendose regalandole la victoria a la humanidad, el plan de Belcebú se ejecutó.

Nueva portada hecha por Marcustine muchachos, la usaré hasta que la pelea terminé y por otros capítulos más, de ahí volveré a la portada anterior que también fue hecha por Marcus. En fin, nos vemos la próxima semana.