CAPÍTULO 5
Mi nuevo hogar (Parte 2)
Darwin estaba enseñándole a Lincoln su cuarto, con cierta mala gana y desconfianza, ya que no lo conocía bien, y conocía a su madre, que si bien, no era mala persona, no acostumbraba a resguardar a gente perdida en la calle, por lo que le parecía muy sospechoso que un niño que ni él ni su familia conocía, se haya ganado tan fácil la confianza de Nicole. Y a pesar de que Darwin era, por lejos, una de las persona más caritativas de la ciudad, ese muchacho Lincoln le daba un presentimiento extraño, no malo, pero sospechoso.
—Y...Esta es la cama de mi hermano Gumball, es donde mi mama dijo que dormirías_ dijo Darwin, tratando de sonar cortés.
—Muchas gracias amigo_ dijo Lincoln un poco incómodo, pero amable. A lo que Darwin miró para otro lado, sonrojandose un poco, con una cara amargada. Luego de esto, Lincoln se recostó en la cama de Gumball para dormir. Darwin se metió en su pecera para descansar también, pero antes de cerrar los ojos, decidió darle un último vistazo al chico de cabello blanco, el cual, al principio tenía una cara un tanto neutral, pero al ver al pez dorado viéndolo, le dedicó una simpática sonrisa a este último. Al ver eso, Darwin abrió los ojos con sorpresa, pero sin dejar su cara de amargura, sus mejillas se tornaron un poco de rojo. Tras todo esto, Darwin solo se dió la media vuelta para darle la espalda a Lincoln, el cual, vio esto con un poco de asombro, pero no le dió mucha importancia. Justo antes de dormirse, Lincoln vio como la puerta del cuarto se abrió, y posteriormente, Nicole entró. Esta última estaba en ropa interior, y solo fue a darle las buenas noches al recién llegado Lincoln.
—Hola cariño, como estas?, te sientes cómodo?_ Le pregunto Nicole, con cierto tono gimiante debido a que estaba algo cansada, sentándose en la orilla de la cama al lado de Lincoln, y acariciando su mejilla, con una cara simpática y calmada. Pero debido a su tono y el modo en el que estaba vestida, Lincoln se puso un poco incómodo, sintiendo como algo crecía en su entrepierna, mientras su rostro se tornaba ligeramente de rojo, y con cada segundo se volvía más intenso_¿Te gusta la habitación?_ le pregunto Nicole.
—Um...¡Si!, es muy sexy-...DIGO..._ dijo Lincoln, mirando nerviosamente los pech0s de Nicole, sacudiendo su cabeza para concentrarse en otra cosa_...Esta muy limpia y ordenada_ se corrigió a si mismo Lincoln, con muchos nervios. A esta respuesta, Nicole le dedico una tierna sonrisa al tímido chico. Pero al dirigir su mirada al suelo, vio un suéter de Gumball tirado.
—Quisiera darle la misma descripción a mi hijo Gumball_ dijo Nicole con tono frustrado, agachándose para recoger el suéter. Pero, inconscientemente, levantó su trasero para hacerlo, lo que hizo que Lincoln pudiera verlo más de cerca, haciendo que sus reacciones anteriores se multipliquen por mil. Cuando Nicole terminó, volvió a sentarse junto a Lincoln.
—Escucha tesoro, mañana será tu día libre, pero trataré de inscribirte en la escuela de Darwin para que recibas educación, de acuerdo?_ le dijo Nicole con entusiasmo. Lincoln solo asintió rápidamente con la cabeza, dando un si por respuesta_Muy bien, entonces, descansa, cariño_ terminó Nicole, para posteriormente, darle un cariñoso beso en la mejilla a Lincoln, y acto seguido, abandonó la habitación, cerrando la puerta. Lincoln solo se quedó con un estado de shock, sus pensamientos estaban en las nubes, y no podía olvidar ese pequeño momento con la señora Watterson.
8:35 AM
Gumball estaba durmiendo tranquilamente, hasta que una descarga eléctrica lo despertó. Al levantarse, vio a Lisa en las escaleras, mirándolo fríamente.
—Buenos días_ dijo Lisa, con tono "amable". Gumball miró esto con desprecio y rencor, por lo que ni se molestó en contestar_Bueno, al parecer continuas teniendo falta de modales_ le dijo Lisa, para posteriormente, presionar el botón rojo del control de choques eléctricos, lo que le dió a Gumball una fuerte descarga eléctrica, nuevamente. Al recuperarse, Gumball dirigió su mirada a Lisa, pero ahora, en su cara dominaba el miedo y la angustia_¿Que se hace cuando alguien te saluda, fenómeno?_ le pregunto Lisa, sintiéndose superior a él, por lo que puso una sonrisa que le daría rabia a cualquiera.
—Buenos días_ le dijo Gumball, guardando su disgusto por esto.
—Buenos días, ama Lisa_ le corrigió Lisa con descaro. Gumball miró hacia otro lado por algunos segundos, y por más grande que fuera la vergüenza que tenía por decirlo, no quería recibir otra descarga.
—Buenos días...Ama Lisa_ dijo Gumball, decepcionado de sí mismo.
—¡Vaya!, si que aprendes rapido_ dijo lisa con falsa sorpresa y orgullo_Aunque, debo admitir que yo no he sido tan cortés tampoco. Así que, cuál es tu nombre querida criatura extraña?_ le preguntó Lisa con interés. Gumball la miró con cierto desprecio, pero sin que notara mucho.
—Gumball, mi...Nombre es...Gumball Watterson_ dijo Gumball con un poco de temor.
—Muy bien, Gumball Watterson, me presento nuevamente ante ti, pero con un poco más de formalidad_ dijo Lisa con falsa empatía_Mi nombre es Lisa Loud, científica prodigio de 4 años de edad. Estas aquí gracias a una investigación que estado trabajando, segun los calculos y resoluciones de mi computadora, eres una criatura/individuo proveniente de una dimensión con en número 18532. Una maravilla realmente. Estas bajo mis ordenes, se te aplicaran una serie de inyecciones, serás sometido a unas cuantas pruebas, no podrás resistirte a ninguno de los procedimientos anteriormente mencionados, de lo contrario recibirás una descarga amplificada a la gravedad de tu falta, debes obedecer todo lo que digo, incluyendo actividades y/o acciones que puedan poner tu miserable vida en riesgo. Quedo todo claro?_ pregunto Lisa con una sonrisa desafiante y malévola. Gumball miraba esto desconcertado, sabia que no podía hacer nada, y que su vida estaba a manos de una científica completamente loca, a la cual debería obedecer para no poner en peligro su salud.
—Si...Ama Lisa_dijo Gumball, haciendo una reverencia, la cual sintió como una profunda humillación propia.
—Muy bien. Entonces, iniciemos_ dijo Lisa con una sonrisa ansiosa y siniestra. Acto seguido, se dirigió hasta la puerta del sótano para cerrarla. Gumball solo trago saliva con temor, resando que nada malo le suceda_Tu no te preocupes, haré lo posible para que no te duela tanto. Pero no te prometo nada_ dijo Lisa, cerrando la puerta.
CONTINUARÁ
