C4 Heliotropo.

Luz se sentía terrible.

Había pasado medio día desde que Amity le dijo que no quería que le hablara más.

Y pese a lo que la castaña le había dicho, Luz no podía evitar buscar alguna manera de obtener su perdón.

Pese al muy breve tiempo de conocerla, Luz realmente quería mantener algún tipo de contacto, así fuera simplemente que la hija del decano no la odiara.

Quería demostrarle que era más que sus simples impulsos, y que se iba a hacer cargo de sus errores.

Hasta ahora, sus intentos habían sido… Infructuosos.

Se ofreció a ayudar a la castaña cuando le solicitaron traer documentos de la oficina escolar.

Pero la joven se limitó a darle la mitad de los formatos y caminar frente a ella sin siquiera mirarla a los ojos.

También caminaba a su lado por los pasillos cuando cambiaban de aula, intentando sutilmente llamar su atención.

Pero eso sólo parecía irritarla…

Trató de darle notas en clase ya qué, técnicamente, así no le estaba hablando.

Pero Amity no sólo no respondió, sino que se quejó con el profesor en turno y consiguió que la morena recibiera una leve reprimenda.

Luz estaba empezando a cansarse.

Pero es que, verán, Luz nunca fue una persona con muchas amistades, más bien, no tenía ninguna.

No es que Luz fuera tímida o tuviera dificultades para comunicarse, todo lo contrario, era abierta, extrovertida y tenía facilidad de palabra, la cosa es que, generalmente, las personas rehuían su personalidad exuberante después de poco tiempo de conocerla.

A veces minutos.

Era deprimente ver cómo el entusiasmo en los ojos de un nuevo conocido se transformaba poco a poco en incomodidad y desagrado.

La habían llamado rara, loca, intensa, creepy, friki, entre varios otros términos peyorativos.

Se acostumbró a ser la marginada de la escuela gracias a su comportamiento chisporroteante.

Y cuando conoció a Amity, sintió algo… Distinto.

Sonaba romántico y absurdo, pero tan pronto conocerla había percibido una conexión natural con la castaña, era fácil interactuar con ella, le fue fácil conversar sin pensar constantemente en la posibilidad de cometer errores o tropiezos, Amity reaccionaba con cautela, a la vez qué con curiosidad ante los desplantes enérgicos de Luz, era… Agradable.

Hablar con Amity había sido fácil, sobre todo por lo poco que se dejó ver bajo la superficie.

Luz era muy distraída, pero cuando ponía la atención adecuada, podía notar detalles que la mayoría pasaría por alto.

No era tonta, una buena parte de los gestos y palabras de Amity durante el tour eran prefabricados y destinados únicamente a la cortesía, pero, en algunos puntos, Luz pudo notar algo más.

Los ojos brillantes ante la promesa de las flores.

El semblante triste al ver a Willow.

Su leve angustia ante lo que ella vio como un error.

El genuino júbilo al jugar con King.

Había algo más allá de lo que Amity estaba dejando ver.

Y Luz no podía dejar de pensar en ello.

Por ello, pese a lo breve de su convivencia que terminó en total desastre, Luz quería esforzarse para perseguir ese deseo de amistad.

Además de que mentiría si dijera que los bonitos ojos de oro no tuvieron nada que ver en su anhelo por ser su amiga.

Pero a lo largo del día, sólo recibió desprecio de la castaña, a la vez que se adaptaba al nuevo ambiente.

Luz aprendió que la gran mayoría de sus compañeros se conocían y que, además, habían compartido salón de clases desde el preescolar.

Eso resultaba intimidante para alguien con pocas habilidades sociales.

Tenía que presentarse en cada una de sus clases, principalmente porqué los profesores se lo pedían.

Y… Realmente, aunque parecía que el hecho de ser extranjera y en general la novedad en una escuela relativamente poco poblada, era suficiente para que sus compañeros se acercaran a ella con curiosidad.

El problema era que Luz no les había puesto demasiada atención, su mayor logro, fueron un par de charlas breves.

Porqué había pasado el día persiguiendo a Amity.

Ugh.

Este primer día no estaba siendo nada fácil.

― Sería mejor que no usaras eso en la escuela. ― Dijo una voz femenina a unos metros de ella.

Luz, arrebatada de su soliloquio interno, se giró con sorpresa a mirar a la dueña de la voz.

La reconoció de inmediato.

―Uh… ¿Qué cosa? ― Dijo con leve desconfianza.

La joven pelinegra cerró el casillero que estaba a unos cuantos pasos del de Luz, y se acercó a ella.

Señaló un pin tricolor en su mochila.

― Eso. ― Dijo con simpleza.

Luz frunció el ceño con fastidio.

― ¿Tienes algún problema con ello? ― Preguntó con tono desafiante.

― ¡No, no! ¡Nada de eso! ― Respondió la ojiverde mostrando las palmas con inocencia. ― ¡Hablo en serio! ¡Lo mejor sería que no lo usaras, sobre todo porqué eres nueva! Esta escuela no es el lugar más… Tolerante.

Luz la miró con recelo, la joven suspiró y mirando al suelo dijo:

― Lo digo por experiencia propia.

Luz alzó las cejas con algo de sorpresa.

― ¿Willow, verdad? ― Le preguntó aún recelosa.

― ¿Cómo sabes mi nombre? ― Preguntó la chica levantando la mirada del suelo.

― Amity me lo dijo… ― Respondió la dominicana con cierta incomodidad. ― ¿Por qué me estás ayudando?

Willow ladeó la cabeza y sonrió.

― Porque imagino que debe ser muy difícil entrar a una escuela nueva donde ya todos se conocen, más aun viniendo de otro país.

Luz se relajó un poco, la chica había adivinado la mitad de sus problemas en un instante.

Aunque probablemente no pudiera ayudarla con la otra mitad.

La morena apretó la mochila entre sus manos.

― Sí… Lo es, uh, gracias Willow. ― Dijo sonriendo con timidez.

― No es problema, sé lo que es pasar por situaciones complicadas. ― Respondió la pelinegra con una sonrisa. ― ¡Oh! ¿Te gustaría almorzar conmigo y mi amigo Gus? Tengo el presentimiento de que te llevarías muy bien con él.

Luz se sorprendió ante la oferta que alegremente le ofrecía la chica, usualmente no la trataban así.

Pero aun así…

Ella tenía otros planes.

― Uhmm, ehhh…― Dijo dubitativamente mientras miraba alrededor. ― Gracias, Willow, pero-

― ¿Sigues buscando a Amity? ― Le preguntó la ojiverde con monotonía.

Luz se sobresaltó y se sonrojó levemente.

― ¿Lo notaste? ― Le preguntó nerviosamente.

― Es bastante difícil no notarlo. ― Le respondió de nuevo con una sonrisa compasiva. ― No parece que ella quiera hablar contigo. ¿Por qué insistes tanto?

Luz se rascó la cabeza con incomodidad.

― Pues, Amity me dio un tour por el campus en la mañana y yo… Hice algo muy estúpido. ― Le contó con leve tristeza. ― Sólo quiero que me perdone, ella… Me agradó bastante. Aunque ahora parece que me odia.

Willow se mordisqueó el labio nerviosamente mientras jugaba con sus manos, hasta que finalmente dijo.

―Luz, Amity y yo no nos llevamos nada bien, así que tal vez no sea la persona más adecuada para decirte esto, pero… Amity no es precisamente una buena persona.

Luz arqueó una ceja con incredulidad.

― ¿Por qué dices eso? ― Preguntó cruzándose de brazos.

Willow suspiró.

― Bueno, primero que nada, Amity se junta con las bullys de la escuela, es lo que la gente llama "la abeja reina," ella realmente no intimida a nadie, pero tampoco detiene a sus amigas, sin importar que tan crueles puedan llegar a ser…

Willow se abrazaba incómodamente sin mirar a los ojos de Luz.

Y para la morena no fue difícil imaginar que ella había sido víctima de esos abusos.

― Además es muy competitiva, siempre tiene que ser la primera en todo, deportes, calificaciones y cultura, tiene que ganar todos los premios y si no es así, se molesta mucho y se enfurece con los demás…

Ahora Willow estaba cruzada de brazos y mirando al suelo con molestia.

― Además, Amity es una de las personas que sería mejor que no vieran el pin de tu mochila… Si es que siquiera sabe lo que significa.

Luz ensanchó los ojos con sorpresa y abrió levemente la boca.

― ¿En serio? ― Preguntó con incredulidad.

― Muy en serio. ― Respondió Willow abrazándose a sí misma de nuevo, luego suspiró. ― Es una de las razones por las que dejamos de ser amigas.

Luz se sorprendió aún más.

― ¡¿Ustedes eran amigas?! ― Dijo con un tono más elevado de lo necesario.

Willow hizo una mueca ante el volumen de su voz.

― ¡Sí, sí! ¡Pero no grites!

Fue entonces que la vio.

La castaña con ojos dorados estaba saliendo de una de las aulas.

Sus miradas se cruzaron un instante, y un gesto de sorpresa atravesó la faz de Amity al verla hablando con Willow.

Antes de que Luz pudiera agitar la mano para saludarla, Amity fue llamada por una pelirroja alta y delgada, y partió tras ella.

La dominicana quedó con la mano colgando.

Willow la miraba con incomodidad.

― ¿Entonces… Quieres venir? ― Ofreció de nuevo la pelinegra.

Luz titubeó un momento.

Estaba confundida, no podía relacionar lo que Willow le contaba sobre la chica con la que compartió la mañana.

Estaba segura de que había algo más…

Aunque, realmente no puedes juzgar a una persona sólo por conocerla un par de horas.

La morena desenganchó el pin con los colores de la bandera bisexual cuidadosamente de su mochila y, con una mirada triste, lo guardó en la parte superior del casillero.

Tomó una pequeña caja al lado de los libros, tomó un post it y garabateó algo en él rápidamente, sacó el contenido de la caja, pegó el post it sobre él y se dirigió al locker junto al suyo.

― ¿Qué haces? ― Le preguntó Willow al verla juguetear con el candado de Amity.

― Mi último intento. ― Respondió sacando la lengua en gesto de concentración.

― ¿Te sabes el código de su casillero? ― Le preguntó arqueando una ceja. haciendo que Luz se sonrojara.

― La vi ponerlo cuando me mostró el mío… ― Respondió nerviosamente mientras que la puerta del casillero finalmente abría.

―Ok… Eso no es raro en absoluto. ― Respondió Willow con una risa suave.

Luz dejó la nota y el contenido de la caja al fondo del casillero y cerró la puerta rápidamente.

Se echó la mochila al hombro y se giró para sonreírle a Willow.

― ¡Vamos!

La ojiverde le sonrió, y caminó para guiar el camino a la cafetería.

Luz la siguió con andar calmo.

Al llegar a la cafetería, Willow saludó alegremente a un chico en la fila.

Uno bajito y de piel oscura, que se veía demasiado joven para estar en High school.

― ¡Willow! ― Exclamó. ― Te guardé un lugar.

― Gracias Gus. ― Respondió la pelinegra formándose tras él y haciéndole espacio a Luz. ― Ella es Luz, es nueva en la escuela, Luz, él es Gus, es mi mejor amigo, va en la clase B.

― ¡Un gusto! ― Dijo Gus extendiendo la mano hacia la chica nueva, quien la tomó con calidez respondiendo al saludo.

― Igualmente. ― Le respondió la morena.

― Luz es extranjera Gus. ― Dijo Willow alegremente. ― De Republica Dominicana.

Al muchacho le brillaron intensamente los ojos.

― ¡Ohhhhh! ¡Sangre viajera! ¿Cuándo llegaste a New York?

― No es la primera vez que vengo, pero me mudé oficialmente el fin de semana pasado.

― ¡Cool! ― Siguió el chico de piel morena. ― ¿Y cómo te va hasta ahora?

Mientras avanzaban en la fila cayeron en una conversación trivial donde Luz les explicaba cómo había llegado al país y porqué se había mudado, también se enteró que Gus era un estudiante prodigio que habían adelantado dos grados.

Luz se dejó guiar a una mesa, que supuso era en la que se sentaban regularmente, donde se sentaron dispuestos a comer.

―Entonces Luz… ― Siguió el muchacho sin mucho éxito al intentar ocultar su entusiasmo. ― ¿Cómo es todo comparado a donde vivías?

― Pues… No he tenido mucha oportunidad de comparar las cosas, es muy grande y aunque también sea una isla el ambiente se siente muy diferente, los neoyorquinos son…

― ¿Groseros? ― Preguntó Willow risueña.

― Iba a decir fríos. ― Concluyó Luz riendo levemente también. ― Es muy diferente de la gente de Santo Domingo, el sábado pasado me senté en la acera de un parque con Lola a tomar un café helado, nos pusimos a cantar, y una señora rubia nos dio 10 dólares a cada una y nos dijo que buscáramos un trabajo de verdad…

Willow resopló.

― Suena a un martes por la tarde.

Luz rio también.

― Lola es cantante, y se enojó bastante, le gritó insultos en español a la señora, y ella salió corriendo porque pensó que la estaba embrujando…

Willow y Gus se deshicieron en risas.

― Y… ― Preguntó Gus recuperando el aliento. ― ¿Quién es Lola?

― ¡Ah! Es mi hermana mayor, me dio un tour por algunos puntos de la ciudad el fin de semana pasado, lleva 6 meses viviendo aquí con mi mami y con Eda, pero ella ya vivía en Massachusetts, se mudó aquí al terminar la universidad.

― ¿Eda? ¿Cómo en la coach Eda? ― Siguió indagando Willow.

Luz asintió mordiendo su sándwich.

― Mami y Eda son muy buenas amigas, estamos viviendo en su casa.

Willow le mostró una sonrisa divertida.

― ¡Oh! ¡La coach… Eda… ― Willow arrastró las palabras mientras miraba un punto detrás de Gus.

A alguien.

Luz siguió la mirada de Willow, y notó que, a algunas mesas de distancia, un grupo de chicas caminaba a una mesa justo al centro de la cafetería.

Una chica bajita, de piel oscura y cabello recogido que hablaba alegremente con una rubia platinada de pelo corto bastante alta, y con otra chica, de piel oscura también, cabello largo y gafas cuadradas de marco grueso.

La alta pelirroja de mejillas pecosas llamó su atención por dos motivos.

El primero fue que le sostenía la mirada a Willow, ambas tenían una fúrica conversación interna sólo perceptible por los ojos desafiantes que se dirigían la una a la otra.

El segundo fue que, con un semblante pétreo, Amity caminaba junto a ella.

La pelirroja detuvo su andar por unos instantes.

Willow apretó los puños sobre la mesa.

Amity se dio cuenta de que su acompañante había frenado, y, con el ceño fruncido, golpeó levemente con el codo a la joven al ver lo que acontecía.

De nuevo, un destello de sorpresa cruzó su rostro por un instante al ver a Luz sentada con Willow, antes de seguir su rumbo.

Cómo sacada de un trance, la pelirroja miró a Amity, le devolvió una última mirada desdeñosa a Willow, y siguió a la joven castaña.

Luz tenía muchas preguntas.

¿Quiénes eran ellas? ¿Qué problema tenía la pelirroja con Willow? ¿Por qué Willow la miraba con tanto odio?

― ¿Está todo bien? ― Preguntó en su lugar tocando el hombro de la pelinegra.

― Sí… ― Respondió la chica recuperando la calma. ― Todo bien.

― Esa es Boscha. ― Intervino Gus. ― Solía molestar mucho a Willow… Y a mí también, Willow y ella hacen eso casi todos los días.

―¡Gus! ― Reclamó la ojiverde ante la indiscreción.

― ¿Qué? No puedes matar a alguien con la mirada y esperar que Luz no te pida una explicación, sólo me adelanté. ― Dijo el muchacho encogiéndose de hombros y bebiendo de su popote metálico.

Willow suspiró.

― Sí… Boscha es una Bully, desde principios del último año de middle school, no nos molesta más, aunque sé que se muere por hacerlo. ― Dijo después por lo bajo.

― Uh… Si no es pasarme de la raya. ¿Qué fue lo que pasó? ― Preguntó Luz.

― Bueno… ― Willow dudó un momento, pero al ver el gesto sincero de Luz, decidió confiarle la situación. ― Yo siempre he sido muy pacífica y prefiero no… Confrontar a la gente de forma agresiva, pero hace unos ocho meses me harté de los abusos de Boscha y las demás y… Ese día peleamos.

Luz hizo una mueca al recordar los sacos de fertilizante que vio a Willow cargar en el invernadero.

― Acabamos bastante mal… ― Siguió Willow. ― Mis padres no estaban ese día, habían salido a un viaje de trabajo, así que mi hermana, que no sabía nada sobre Boscha, tuvo que ir a buscarme, le dijo cosas bastante fuertes.

― ¡Uh, viene mi parte favorita! ― Dijo Gus con una sonrisa, a lo que Luz lo miró extrañada.

Willow lo miró de soslayo y rio brevemente, extrañando aún más a Luz.

― Le pedí a Wionna que no le dijera nada a nuestros padres… ― Continuó Willow. ― Pero al día siguiente, la hermana de Boscha vino a nuestra casa, mi hermana salió a enfrentarla, y se pelearon también, todo acabó bastante mal, y Wionna tuvo que llevarla al hospital.

Luz jadeó cubriéndose la boca.

― ¡Yo tampoco seguiría molestándote si tu hermana mandara a la mía al hospital! ― Dijo la morena entusiasmada.

Willow sonrió con malicia.

― Bueno, esa sería una buena razón, pero en realidad Rebecca le dijo a Boscha que, si no nos dejaba en paz, dejaría de hablarle por completo.

Luz frunció el ceño, confundida.

― ¿Quién es Rebecca?

― La prometida de mi hermana. ― Respondió la pelinegra sin dejar de sonreír.

Luz ladeó la cabeza sin comprender.

― Rebecca es la hermana de Boscha. ― Concluyó Gus sonriente.

― ¡¿Espera, qué?! ― Casi gritó la morena levantándose de su asiento. ― ¡¿Cómo pasó eso?!

Willow y Gus rieron escandalosamente.

― Wionna nunca me contó lo que pasó en el hospital ese día. ― Siguió Willow. ― Pero regresó a casa hasta la noche del día siguiente, y trajo a Rebecca con ella, al parecer sus padres no tomaron muy bien lo de la pelea y la echaron de su casa por unos días, así que Wionna la invitó a quedarse hasta que volvieran nuestros padres, después siguieron saliendo y… Pasó lo que pasó, ahora viven en Brooklyn, tienen una tienda de productos herbales.

Luz continuó perpleja un momento, luego empezó a reír, acompañada de Willow y Gus.

Apenas había pasado unos minutos con ellos, pero ya estaba segura qué serían grandes amigos.

La dominicana, entre risas, giró la cabeza a la mesa del centro con la intención de mirar un poco mejor a Boscha, pero, en lo que tristemente parecía ser una nueva costumbre, Amity llamó su atención.

Boscha parecía haber olvidado rápidamente su altercado visual con Willow y hablaba con animosidad mientras el resto de las chicas reían sus ocurrencias, excepto por Amity.

La castaña escuchaba a Boscha, sí, pero con un semblante serio y lejano, cómo si deseara estar en cualquier otro lugar.

Ni siquiera se molestaba en dedicar la sonrisa cortés que le mostró a Luz toda la mañana.

Mucho menos la auténtica alegría que le vio en algunos momentos.

― ¿Por qué Amity está con ellas? ― Preguntó Luz de repente sobresaltando al par. ― No parece estar muy cómoda.

Willow frunció el ceño.

― No tengo idea. ― Respondió amargamente la ojiverde. ― Empezó a salir con ellas prácticamente el día después que dejamos de ser amigas, aunque nunca le agradaron en un principio.

― ¿Por qué dejaron de ser amigas? ― Inquirió Luz con premura.

Willow se tensó.

― Luz, me agradas mucho, pero prefiero no contarte sobre eso…

Luz retrocedió en su asiento.

― ¡Lo siento! ¡No tienes que contarme si no quieres! Perdón, tiendo a ser un poco… Intensa.

― Está bien. ― Desestimó Willow con un gesto de la mano. ― Es normal que sientas curiosidad viendo todo lo que has hecho.

― ¿Hacer de qué? ― Preguntó Gus intrigado.

― Luz lleva todo el día intentando hablar con Amity. ― Respondió Willow con una sonrisa.

― Sólo quiero que me perdone… ― Añadió Luz con incomodidad frotando su brazo.

― ¿Y qué fue lo que hiciste? ― Preguntó Willow, luego añadió con amargura. ― No es que tome mucho esfuerzo hacer enojar a Amity.

Luz torció la boca con deseos de defender a la castaña, pero se mantuvo callada.

― Uh… Yo… ― Comenzó con incomodidad. ― Tal vez… Hice desbocar a un caballo.

Willow y Gus reaccionaron con sorpresa.

Luz continuó contándoles el acontecimiento de esa mañana, terminando en cómo Amity le pidió que dejara de hablarle.

Sus dos compañeros se encogieron con incomodidad mientras hacían idénticas muecas.

― Creo… ― Comenzó Gus. ― Que el enojo de Amity está bastante justificado.

― No puedo creer que hicieras desbocar a King. ― Añadió Willow. ― Es el caballo más dócil de todos.

Luz se cubrió el rostro con las manos y se dejó caer sobre la mesa soltando un lamento.

― ¡Ya sé! ― Dijo con voz afligida y amortiguada. ― ¡Por eso necesito que Amity me perdone! ¡Quiero que vea que no soy una idiota!

― Sí, pues… No sé que decirte. ― Le dijo Willow con tristeza. ― Amity no es de llevarse bien con muchas personas, mucho menos de perdonar errores.

Luz miró de nuevo a la mesa del centro.

Amity había dejado de prestar atención a lo que decían sus amigas, y en su lugar leía un libro con tapas negras, hasta que Boscha la agitó suavemente, llamando su atención de nuevo.

Luz suspiró.

― ¿Debería rendirme? ― Preguntó sin dirigirse a nadie en concreto.

― Yo creo que sí. ― Opinó Gus. ― Nunca he tratado con Amity, pero basta con verla para saber que es una persona difícil, tendría que pasar algo absurdamente conveniente para que ella quiera hablar contigo.

Luz azotó la cara contra la mesa y Willow le dedicó al joven una mirada rencorosa.

― ¿Qué? ― Se defendió Gus encogiéndose de hombros. ― Amity no es la más amable.

Luz se cubrió la cabeza con las manos.

Y Willow miró con aun más dureza a Gus.

― Yo…

―Gus. ― Interrumpió Willow. ― Basta.

El chico cerró la boca de inmediato.

Willow posó una mano sobre el hombro de Luz.

― Tranquila… No es contra ti… Amity simplemente es así, no te sientas mal…

La campana que anunciaba el final del almuerzo interrumpió a Willow.

― Ven, volvamos a clases. ― Dijo la ojiverde levantándose de su asiento mientras soltaba el hombro de Luz. ― Nos vemos después de clases Gus.

― ¡Hasta luego chicas! ― Dijo el joven mientras se apuraba a la puerta de la cafetería. ― ¡Un gusto conocerte Luz!

― ¡Igualmente! ― Respondió la morena agitando su mano con poco entusiasmo.

Willow y Luz, a paso más lento, salieron también por la puerta para dirigirse a sus últimas dos clases.

Al llegar al salón de clases se percataron de que la profesora ya estaba ahí, así que se apresuraron a tomar asiento.

Hasta que Luz vio que el asiento que ocupaba junto a Amity estaba ocupado por una pelirroja.

Luz se acercó con cautela y carraspeó para llamar la atención de Boscha, que estaba mirando su teléfono.

La pelirroja la miró de soslayo, sin bajar el dispositivo.

― Ese es mi lugar. ― Dijo con tono titubeante.

Boscha le lanzó una sonrisa burlona.

― ¿Ah sí? Yo no veo tu nombre en él.

Luz frunció el ceño con fastidio.

― ¿No tenías un chiste más usado? ― Escupió con desdén.

Sorprendentemente, la chica de al lado, resopló suavemente para ocultarlo rápidamente con una tos.

Boscha y Luz se giraron a ver a la hija del decano, la primera con una mirada incrédula, la segunda, con un gesto sorprendido, que pronto se convirtió en una cálida sonrisa.

Amity las ignoró y siguió leyendo el libro de tapas negras que tenía en el almuerzo.

― ¡Señoritas! ― Llamó la profesora desde el frente de la clase. ― El timbre sonó hace más de cinco minutos, debemos comenzar, por favor, tomen asiento.

― ¡Ese es mi asiento! ― Reclamó Luz señalando a Boscha.

La profesora miró a la pelirroja con una ceja levantada, y la joven le respondió con una mirada desafiante.

― Los asientos no están asignados. ― Dijo con suficiencia. ― Y yo llegué primero.

La profesora resopló con fastidio.

― Boscha tiene razón señorita…

― Luz. ― Respondió la morena con rapidez.

― De momento, por favor busca otro asiento Luz. ― Indicó la profesora. ― Mañana les voy a indicar sus sitios permanentes.

Boscha se movió para protestar, pero una mirada severa de la profesora hizo que volviera a su asiento.

Luz no se veía contenta.

La profesora la apartó de los estudiantes hacia el frente.

― ¿Eres nueva verdad? ― Le preguntó con suavidad. ― No te había visto antes, y conozco a estos jóvenes desde primaria.

Luz le contó rápidamente de su arribo al país y a la escuela.

― Bueno. ― Continuó la profesora. ― No te preocupes Luz, Boscha puede ser bastante difícil, trata de no relacionarte mucho con ella si no te agrada, de momento siéntate…

La maestra miró a su alrededor.

― Siéntate junto a Willow. ― Dijo señalando a la esquina derecha.

Luz, sin estar del todo convencida, arrastró los pies hasta la butaca junto a la pelinegra, quien la recibió con una sonrisa empática.

― ¡Bueno chicos! ― Comenzó la profesora al frente, haciendo que los alumnos guardaran silencio casi de inmediato. ― Vamos a comenzar la clase de hoy, la gran mayoría ya me conoce, pero para los que no, me presento.

La maestra se giró y anotó su nombre rápidamente en la pizarra.

― Mi nombre es Anika Morningstar, seré su profesora de ética y salud mental, y, particularmente este año, seré su asesora de grupo.

Un par de alumnos cuchichearon entre si con entusiasmo.

― Sí, sí. ― Habló de nuevo acallando el bullicio. ― Haremos actividades divertidas este año, pero por ahora, vamos a comenzar con los lineamientos de la clase, por favor tomen nota.

Mientras la profesora hablaba y anotaba algunas reglas en la pizarra, Luz la observó.

Era una mujer joven, alta y regordeta, de cabello castaño por encima del hombro, y con bastante más entusiasmo que los otros profesores que vio durante el día.

La clase transcurrió con rapidez, y a Luz le sorprendió la manera en la que podía mantener la atención en la clase con facilidad, algo que no era muy común.

Los sesenta minutos correspondientes a la clase de salud mental pasaron con rapidez, y los primeros treinta correspondientes a su primera sesión de asesoría, aún más.

Amity parecía entusiasmada con la clase también, mostrándose igualmente participativa qué en las previas, pero, Luz notó, mucho más sonriente.

― Muy bien chicos. ― Anunció la profesora con una sonrisa. ― Hemos cubierto lo correspondiente al primer día de clases, así que voy a dejarlos salir temprano.

El pequeño grupo celebró con alegría.

― ¡Pero! ― El grupo se quejó con decepción, haciendo reír a la maestra. ― Cómo la mayoría sabe, en mis clases se trabaja por parejas así que…

La profesora se dirigió hacia su escritorio, sentándose frente a la laptop morada abierta sobre él.

El más leve murmullo en el salón se hizo callar.

La profesora tecleó algo en el dispositivo y habló de nuevo.

― ¡Vamos a hacer las parejas de trabajo para el semestre! ― Anunció con entusiasmo. ― La persona con la que les toque será la persona con la que trabajen el resto del año, tanto para la clase de salud, cómo para las sesiones de asesoría, recordemos las reglas, no hay cambios, deben de aprender a respetarse, no hay cambios, el trabajo siempre deberá ser repartido de forma equitativa, no hay cambios, los califico cómo equipo y no de forma individual, y… ¡AH, sí! No hay cambios.

Luz rio suavemente, para ser rápidamente silenciada por un "shhhh" de la chica de piel oscura a su lado derecho.

La morena se extrañó al ser la única en reír, y mirando a su alrededor, se dio cuenta de que un silencio tenso reinaba en el salón de clases.

Sus compañeros estaban prácticamente al filo de la silla, con atención indivisible dirigida a la profesora.

Luz se empezó a preocupar.

― Este año tenemos veinte alumnos en el grupo, así que habrá diez parejas, vamos a comenzar, el orden de aparición no significa nada.

Oh, que gran mentira, casi dejaba de ser inocente.

― El primer equipo estará conformado por… ― Anunció la profesora. ― Skara Sterling y… Amelia Greyscar.

La chica a la derecha de Luz suspiró silenciosamente con alivio, pero rápidamente devolvió su atención a las palabras de la profesora.

― Equipo dos… Boscha Pinkberry y… Katherine Blueswine.

Luz vio como el mismo proceso se repitió múltiples veces, la profesora anunciaba una pareja, los miembros de esa pareja parecían aliviarse, pero volvían a observar en silencio.

Y Luz notaba que el ambiente en el salón de clase estaba cada vez más tenso.

Y, confundida, no pudo sino tensarse también.

― Equipo seis… ― Anunció de nuevo la maestra. ― Eleanor Trueshight y… Willow Park.

Luz escuchó cómo Willow suspiraba sonoramente y se dejaba caer sobre su asiento.

Pero que…

De nuevo, Willow se volvió a erguir sobre su asiento…

Luz notó que el ambiente del aula cambió de nuevo.

Todos estaban inclinados al frente, en silencio total, Luz podría jurar que habían dejado de respirar.

Miró a su alrededor, y sus ojos se posaron en Amity de nuevo.

La chica se veía completamente ansiosa, con los puños apretados y la quijada tensa, mirando directamente a la profesora, no parpadeaba.

La maestra anunció al séptimo equipo.

El antepenúltimo.

La clase jadeó suavemente.

Anunció al octavo.

El penúltimo.

Y la clase jadeó con más fuerza.

― Equipo número diez. ― Anunció la profesora, y Luz estaba segura de escuchar un tono malicioso en su voz.

La pausa dramática no era casualidad.

Luz volvió a mirar a la hija del decano y la encontró pálida en su asiento.

¿Qué está pasando?

― ¡Amity Blight y…

La clase entera jadeó con fuerza, de forma casi exagerada.

Entonces Luz se dio cuenta de algo que la intriga no le había permitido ver.

Yo aun no tengo pareja.

― …Luz Noceda! ― Concluyó la profesora.

―¡¿Qué?! ― Exclamó Amity parándose en su sitio.

La clase se deshizo en cuchicheos y murmullos.

Y Luz…

Luz no entendía nada.

Oh bueno, al menos tendré la oportunidad de hablar con ella.

Absurdamente conveniente.

Fin Cap 4.

Sí, hice un self insert, demándenme.

Perdón por no actualizar la semana pasada, el final de semestre me tenía loca.

Espero que hallan disfrutado este capítulo largo, sí todo sale cómo está planeado, tendrán nuevo capítulo mañana o el lunes.

Cómo siempre un agradecimiento a mi beta IvyWiny, que la amo musho 3

(Si te gusta el catradora, te recomiendo muchísimo su fanfic "instinto magicat")

Me abrí un nuevo instagram! Pueden seguirme (Si quieren ggg) en Anika_Dragneel

Recuerda que siempre se aprecian los votos, y sobre todo los comentarios, me encanta leer lo que opinan del capítulo, y siempre haré lo posible por responder.

HASTA LA PRÓXIMA!

Se despide:

AnikaDragneel

°w°