C8. Segunda betónica.
Llegó el martes y Amity cavilaba desde el día anterior.
¿Por qué era tan fácil hablar con Luz?
¿Por qué la entendía como si se conocieran desde hace años?
¿Por qué cruzaba con facilidad las murallas que tanto le había costado construir?
¿Por qué si su personalidad era tan… Escandalosa, era agradable estar con ella?
Ayer hizo de nuevo lo mismo cuando se despidieron a la hora de salir.
La besó en la mejilla.
Y después se fue corriendo a encontrar a su hermana.
Y de nuevo, Amity no dijo nada.
¿Por qué?
Era absurdo, normalmente casi cada paso de su vida estaba calculado para dar los mejores resultados.
Amity era organizada, hacía listas, itinerarios, presupuestos, pronósticos, planeaciones, era casi algo obsesivo.
Casi.
Cualquiera con dos dedos de frente pensaría que el hecho de que llegara algo, alguien, y empezara a cambiar todo a lo que estaba acostumbrada sería un total fastidio.
O por lo menos incómodo.
Y no era así.
Bueno, sí, sí que era incómodo… Pero no como ella esperaba.
No le incomodaba que Luz ignorara sus listas, que pareciera que le podía leer la mente, que sus arrebatos de energía le parecieran más graciosos que molestos.
Le incomodaba… ¿El hecho de que no le incomodaba?
Ugh, de vuelta al principio.
― ¡Buenos días Amity! ― Escuchó mientras sentía un breve contacto en su mejilla.
―¡BUAH! ― La castaña se habría caído de no ser por Luz, que alcanzó a tomar su mano para detenerla.
― ¡Ah, lo siento! ― Se excusó Luz estabilizando a Amity en su asiento. ― No vi que estabas concentrada.
A Amity casi se le salió el corazón del pecho.
―¡Casi me matas del susto! ― Reclamó girándose a la morena.
Espera. ¿Acaba de besarme otra vez?
Luz alzó su mano libre frente a ella en señal de inocencia.
― ¡En mi defensa, siempre estoy ahí para evitar que te caigas! ― Le dijo juguetonamente.
Amity hizo un mohín.
― Lo dices como si me cayera todo el tiempo.
Luz sonrió ufanamente.
― En mi guardia, van dos. ― Afirmó.
Amity resopló.
― Y ambas fueron por tu culpa. ― Rebatió la castaña.
― ¿Oh~? ― Canturreó Luz. ― ¿Estás diciendo que siempre caes ante mí, Amity?
La hija del decano ensanchó los ojos con confusión.
― ¿… Qué?
La morena se cubrió la boca como dándose cuenta de lo que acababa de decir.
¡Luz! ¡No seas gay delante de la homofóbica!
― ¡Lo siento! ― Dijo riendo nerviosamente. ― ¡Estaba bromeando! ¡He estado pasando más tiempo con mi hermana! Creo que se me está pegando su humor…
Amity ladeó la cabeza, aún un poco extrañada.
― Okey… ― Hizo una breve pausa mirando hacia abajo. ― ¿Podrías devolverme mi mano?
Luz arrebató rápidamente su palma de la de Amity.
No se había dado cuenta de que seguía sujetando a su compañera.
― ¡Lo siento! ― Se disculpó de nuevo finalmente ocupando su asiento.
Luz se llevó las manos a la cabeza con angustia.
Oh no.
Ohnonononononononono.
A este paso…
N O.
¡La profecía no le iba a ganar!
¡Ella era más fuerte que un par de ojos bonitos!
Y una tierna sonrisa…
Y una conversación entrañable…
Y una risa encantadora…
Y-
―¡UGH! ― Se quejó en voz alta la dominicana, para después desplomar su rostro dramáticamente sobre su pupitre.
Amity, quien saltó un poco por la sorpresa, se acercó con cautela.
― ¿Luz, estás bien?
― Mejor que nunca. ― Gimoteó la morena contra el pupitre.
― Uh… ― Musitó Amity. ― ¿Okey…? Voy a-
Antes de que la castaña completare su frase, la profesora de estudios religiosos entró por la puerta.
Luz ya la conocía, era la hermana Hildy.
Miró a Amity por el rabillo del ojo, la castaña estaba preparando sus útiles escolares.
La morena se irguió en su asiento e inspiró muy profundamente.
Tranquila.
No es tu primer crush.
Esto eventualmente va a pasar.
Siempre pasa.
Además, estaba acostumbrada a no ser correspondida…
Podía aguantar un tiempo mientras la emoción pasaba.
¿Verdad?
Miró a la castaña de nuevo, que sacaba una biblia de bolsillo de su bolsa.
¿Una biblia?
¿Debían traer una biblia?
Oh mierda…
Después de compartir la pequeña, muy pequeña, biblia de Amity, y pasar el resto de las clases previas cavilando de vez en vez sobre su situación con la hija del decano, finalmente llegó el recreo.
A diferencia del día anterior, Luz fue directamente con Willow.
Estaba nerviosa.
¡Pero claro que sí! ¡Consigue su primer amiga y dos días después se da cuenta de que le gusta la chica que le dio la espalda cuando más la necesitaba! ¡Damas y caballeros! ¡LUZ NOCEDA!
Ugh, su vida parecía sacada de un fanfic malo de wattpad.
― Hey Willow… ― Dijo con desánimo al encontrarla en los casilleros.
― Hola Luz. ― Respondió Willow con tono moderado al ver el semblante de su nueva amiga. ― ¿Estás bien?
La dominicana alzó el pulgar depresivamente.
― Estoy perfecta… ― Dijo con voz débil.
― Eso… No fue muy convincente. ― Respondió Willow caminando hacia las puertas del edificio.
Luz suspiró.
Encontraron a Gus en el camino a la salida.
― ¡Hola chicas! ― Saludó con entusiasmo. ― ¿Qué tal el tercer día?
―Hola Gus. ― Respondió Willow tranquilamente mientras caminaban por el patio, rumbo a unos bancos cerca de la entrada. ―Hasta ahora todo bien, al menos para mí, Luz no quiere decirme que le pasa.
El joven ladeó levemente la cabeza mirando a Luz.
― ¿Pasó algo? ― Preguntó empáticamente, cuando llegaron a sentarse en uno de los bancos disponibles.
El Aspecto de Luz no mejoró.
―En serio chicos, estoy perfectamente. ― Afirmó de nuevo con voz acorralada.
― Eso… No sonó muy convincente. ― Dijo esta vez Gus.
―¡UGH! ― Se quejó la morena cubriéndose el rostro.
Willow posó una mano sobre su hombro con empatía.
― Luz, tranquila, puedes confiar en nosotros. ― La dominicana asomó los ojos por encima de sus dedos. ― No tienes que contarnos si no quieres, pero tal vez te podamos ayudar.
Luz se cubrió la cara de nuevo, guardó silencio unos instantes y después suspiró.
― Okey… Pero sin juzgarme. ¿De acuerdo?
Willow asintió, Gus lo llevó un paso más lejos y alzó una mano mientras con la otra marcaba una cruz sobre su corazón.
Luz rio levemente, después se puso a juguetear con sus manos, con la mirada clavada en ellas.
― Es… Amity. ― Declaró al fin con voz nerviosa.
Willow frunció el ceño rápidamente.
― ¿Qué te hizo? ― Preguntó con molestia.
― ¡Nada, nada! ― Aseguró alzando las manos frente a sí. ― Amity no me ha hecho nada malo.
― ¿Entonces que pasa? ― Inquirió Gus con curiosidad.
Luz se llevó la mano izquierda a la nuca con incomodidad.
― Nada malo realmente… Nos estamos llevando bien, de hecho. ― Un leve rubor adornó sus mejillas. ― Bastante bien, incluso.
Willow alzó las cejas con sorpresa y Gus ladeó la cabeza, confundido.
― ¿Y entonces…? ― Continuó Willow con cautela. ― ¿Cuál es el problema?
― Uh… ― Titubeó Luz. ― ¿Recuerdas lo que hablamos ayer por la mañana?
Willow alzó una ceja, contrariada.
― ¿Qué de todo? ― Preguntó.
― La parte donde… ― Luz jugueteaba con sus manos. ― Me preguntaste si me gustaba Amity.
Willow alzó las cejas, entre confundida y contrariada, Gus simplemente se veía sorprendido.
― ¿Ajá...? Me dijiste que no te gustaba de esa forma…
Luz se ruborizó un poco más.
― Sí… Bueno… ― Dijo conflictuada para encontrar las palabras. ― Eso… Puede que haya cambiado.
Willow la miró con honesta sorpresa.
―¡¿Te gusta Amity?! ― Dijo con pánico, y tal vez un poco fuerte. ― ¡¿Después de un día?!
El rubor sutil explotó en escarlata.
― ¡No es que haya sido así como así! ¡Te juro que no es algo que pase seguido! ¡Es que ella… ella- ¡Oh no! ¡Olvidé mi teléfono en el salón de clases! ¡Voy a ir a buscarlo!
En una bruma rojiza y guinda, Luz huyó del lugar.
Willow y Gus la observaron alejarse.
― Su teléfono está justo ahí. ― Señaló Gus justo junto al muslo de Willow.
Willow, aun estupefacta, miró al teléfono de funda morada, luego frunció el ceño y apretó los puños.
― ¿Es en serio? ― Reclamó a nadie en particular. ― ¡No pasó ni un día!
Gus se encogió de hombros.
― El corazón quiere lo que quiere. ― Dijo con simpleza.
― ¡Pero no a ella! ― Reclamó la pelinegra amargamente. ― ¡Ni siquiera es buena persona!
― Lo sé, pero claramente Luz vio algo que nosotros no.
― ¡Amity ni siquiera es gay! ― Respondió Willow susurrando a gritos. ― ¡Y Luz es demasiado buena para su propio bien! ¡Va a salir herida!
― Eso no lo sabemos… Tú no las viste, pero ayer cuando fui al prado cuando empezó el almuerzo a buscar a Matt, las vi debajo de un árbol, se estaban riendo. ― Dijo Gus dubitativamente. ― Amity se veía muy diferente… Creo que jamás la vi reír abiertamente.
Willow lo miró con gran sorpresa.
― ¿En serio? ― Preguntó con incredulidad.
― ¿Cuándo te he mentido?
― Eso es raro… ― Willow no recordaba a Amity riendo durante los últimos tres años, la había visto burlándose, sí, pero riendo cómo cuando eran niñas…
No, no desde que su amistad terminó.
― Tal vez Amity ha cambiado. ― Sugirió Gus. ― Al menos cuando está con Luz se ve más… Amable.
Willow lo miró con una ceja levantada.
― Sí, Bría también se veía muy amable.
Gus jadeó indignado.
― ¡No hablamos de Bría! ― Reclamó señalando a la pelinegra.
Willow rio levemente.
― Lo sé, lo siento. ― Hizo una breve pausa. ― Esto me preocupa Gus, no confío en Amity. ¿Qué tal si se da cuenta del crush de Luz y la manipula? ¿O la humilla? ¿Qué tal si pone en peligro el trabajo de su mamá?
Gus no se veía menos preocupado.
― ¿Qué podemos hacer al respecto?
― ¡Decirle que no lo haga! ― Respondió de inmediato Willow. ― ¡Que mantenga su distancia! ¡Evitar que se hagan cercanas!
El gesto de Gus se amargó.
― Eso… No suena muy sano. ― Dijo con cautela.
Willow suspiró.
― ¿No, verdad? Pero es que no sé qué-
Súbitamente, el teléfono de Willow comenzó a sonar.
La joven lo tomó y respondió rápidamente al ver el contacto de su hermana, puso el aparato en altavoz.
― ¿Hola, Wionna, que pasó?
― Hola Catarina~ ― Canturreó la voz en el teléfono. ― ¿Qué tal va tu día?
― Pues, podría ser mejor, la verdad…
El tono de la mayor cambió drásticamente por uno sombrío.
― ¿Pasó algo Willow? ¿Necesitas ayuda?
Gus se estremeció, la voz amenazante de Wionna siempre lo ponía nervioso.
― No realmente… ― Luego rio un poco. ― No hables así, asustaste a Gus.
― ¡Oh! ¡Hola pequeño! ― Saludó con más entusiasmo.
La forma en la que Wionna cambiaba el tono de su voz con tanta drasticidad, era cuanto menos, espeluznante.
Pero bastante útil en el negocio de las ventas.
―Deberías avisarme si me pones en altavoz Catarina.
― Lo siento.
― ¿Me dirás que pasó? ― Preguntó de nuevo.
― Te lo cuento más tarde. ¿Para qué me llamaste?
―¡Verdad, hoy me vas a ayudar a elegir los licores hermanita.~! ― Canturreó de nuevo con emoción.
― Wionna, tengo quince años, no puedo beber. ― Respondió Willow con un tono plano.
― Es una cata de vinos Catarina, no proyecto X. ― Se burló Wionna. ― Paso por ti a la hora de salir.
Willow se encogió de hombros.
― Está bien. ― Respondió con una sonrisa ante la promesa de una tarde entretenida. ― ¿Es todo?
― ¡Oh, no! ― Dijo la mayor entre risas. ― ¡Déjame contarte algo que me acaba de pasar! ¡Beca está entrenando y tengo que contarle a alguien, si no, reviento!
Willow rio con ligereza, al igual que Gus.
― ¿Hay problema si Gus escucha?
― ¡No, no! ¡Entre más, mejor! Escucha. ― Se aclaró la garganta. ― Hay una tipa que viene a la tienda casi todos los días, más claramente, viene cuando yo estoy en la barra.
― ¿Ajá?
― Y siempre hace comentarios asquerosos cuando ve a Becca por ahí, pero sólo me los dice a mí. ― Contó con fastidio. ― Tú sabes, esos comentarios pasivo-agresivos de todos los homofóbicos. "¡Yo no tengo problema con que ustedes sean pareja, pero no me lo tienen que restregar en la cara!" "¿En serio es necesario que se estén tocando delante de los clientes?"
― Ew… ― Dijo Willow con fastidio.
― ¡Exacto! ― Siguió la mayor ― Ayer Becca me besó al llegar, y luego se fue a la trastienda, y la tipa me dijo: "De verdad no deberían hacer eso en público. ¿Han pensado que las podrían ver los niños?"
Willow y Gus rompieron a carcajadas, Wionna los acompañó.
― Dejando de lado que no tiene nada de malo que los niños vean un pico entre dos mujeres, le dije. "Hermana. ¿Sabes que los menores no pueden entrar aquí, verdad? Tenemos un guardia en la entrada checando identificaciones y todo."
Willow y Gus no paraban de reír.
― Se fue de inmediato. ¡Pero lo más divertido pasó hoy! Era muy temprano y la tienda estaba sola, cuando entró ella, creo que venía de correr, se acercó a la barra y pidió lo mismo de siempre, me preguntó por Becca, le dije que no estaba, entonces se quedó ahí, hablando y hablando. ― Continuó la mayor con fastidio. ― De la nada se puso muy rara, me tocaba las manos y se acercó demasiado, ya no recuerdo ni que me estaba diciendo, es la tipa más básica que te puedas imaginar, pero, lo mejor fue que se me acercó al oído y me dijo que le gustaba, desde hace mucho, que le gustaría intentar algo conmigo.
Willow y Gus jadearon.
― ¡Pobre criatura! ¡Me reí en su cara! ¡Les juro que no lo pude evitar!
― Wionna… ― Regañó Willow. ― Eso fue cruel.
― ¡Es que no podía con la ironía! ― Dijo tratando de recuperar el aliento. ― ¡Te lo juro Catarina, los más homofóbicos son los que están por abrir la puerta del clóset!
Willow y Gus rieron.
Luego, la joven pelinegra jadeó.
" ¡Los más homofóbicos son los que están por abrir la puerta del clóset!"
― Wionna, te llamo luego. ― Sentenció la joven secamente.
― ¿Qué? ¿Por qué? Wil-
Pero la menor ya había colgado.
― ¿Estás bien? ― Preguntó Gus con preocupación.
Willow miraba al frente con los ojos brillantes y lejanos.
― Creo… ― Comenzó. ― Que se me acaba de ocurrir algo muy loco.
― ¿Qué cosa? ― Inquirió de nuevo el joven.
Las palabras del día anterior volvieron a su mente.
― Gus… ¿Sabes que Amity ha estado actuando raro? Luz me contó que Amity la perdonó por liberar al caballo, Amity quería que la cambiaran de compañero a toda costa, aunque ni siquiera le gustan las chicas, Luz dice que se están llevando muy bien, pero Amity no es así. ¿Verdad?
― Te escucho. ― Afirmó el joven asintiendo.
― Amity no es el tipo de persona con el que los compañeros se ríen mientras trabajan, es más de las que dan órdenes y planean todo, pero con Luz… No es así. Y no creo que Luz mienta…
La ojiverde guardó silencio un momento.
― Sólo… Con Luz… ― Willow finalmente se giró a ver a su mejor amigo. ― ¿Gus, tú crees que…?
El joven giró la cabeza sin entender, a la vez que entrecerraba los ojos con curiosidad.
Un instante después se irguió por completo con los ojos bien abiertos.
― ¡¿Amity?! ― Exclamó un poco más fuerte de lo intencionado. ― ¡¿Tú crees que a Amity le gusta Luz?!
Fin Cap.8
Sinceramente no había actualizado por pereza gggg.
Espero que hayan disfrutado de este capítulo! Recuerden que siempre son apreciados sus votos y comentarios, y que los quiero mucho! 3
Cómo siempre un agradecimiento a mi beta que la amo porqué me soporta en la madrugada, y un recordatorio de que si te gusta SPOP y no has leído su fanfic "instinto magicat" probablemente estés desperdiciando tu vida.
Sígueme en Instagram! (Si quieres pueh) Subo historias bonitas y sneak peeks de capítulos próximos. Anika_Dragneel
Nos vemos la siguiente semana! (Probablemente)
Tomen awita!
Se despide:
AnikaDragneel
°w°
