Claro que Lucy tenía sus propios planes y fines ocultos; uno de ignominioso y taciturno, del tedio para el varón de la casa que tendría un despliegue a la imaginación sin límites esa misma noche.

Leni se sobresaltó y escandalizó con el comportar de Lincoln que sufrió su paroxismo de asombro y miedo, al ver Lucy en un estado comprometedor con su hermana. Les tomó una foto sin aviso más que del flash.

—Ya veo que te llevas muy bien con nuestra hermana Linc —y antes de que él albino empezara a balbucear, Lucy les sacó otra fotografía, ahí en esa cama, despeinado e invadiendo el espacio corporal de la modista rubia confusa, abochornada y con la ropa algo desarreglada.

—¡¿Lucy qué haces?! —interpeló Lincoln nervioso, levantándose y yendo con su hermana entre pasos cuidadosos.

Ella sonrió maliciosa, y en cuanto dijo: "Dame el teléfono... Necesito que borres esa foto... ", la chica funesta se alejó sonriendo, mascullando entre risas:

—¿Te estabas divirtiendo mucho Lincoln? ¿El incesto te pone hermano? ¿Te excita lo prohibido... ?

Y enrojeció el peli blanco, arrimando su cuerpo, tratando de quitarle el teléfono, no consiguiéndolo al alargar sus manos hacia ella, que esquivándolo ágilmente y en silencioso, sonreía con una especie de satisfacción pasando de un lado a otro en la habitación, y corriendo en última instancia hacia Leni para que Lincoln que le pedía que se detenga, no la atrapara.

Por lo que dio un brinco y se puso detrás de la modista, la cuál mustia e incomprendida, se turbaba con el agarre de su hermana menor de sus hombros, y de lo que pronunciaba:

—¡Vaya! ¡Yo pensé que mi hermana Leni, era tan pura! ¿Quien supiera hermana? ¿Los Louds estarán malditos acaso? ¿Serán esos seres lujuriosos que lo hacen hasta con sus familiares como veo en estos escabrosos e impíos desvíos de mis hermanos? —y soltó una risita, tan rara como tenebrosa para la mayor, pero efectivamente irrisible e insoportable para Lincoln, que saltando contra ella en ímpetu, tumbó tanto a Lucy como a Leni al colchón, y al querer escurrirse la peli negra y sacarse su parte inferior del cuerpo de su hermana, fue agarrada del tobillo y halada bruscamente por Lincoln, que pasando a la rubia, sostuvo a la niña oscura entre sus brazos con facilidad, forcejeando para que soltara el teléfono, que cayó a la sabana, y que tuvo en sus manos, justo cuando Lori apareció echando un grito con un vozarrón:

—¡¡¿QUE DEMONIOS PASA AQUÍ?!!

Lincoln palideció y gruñó del dolor al sentir los dientes de Lucy encajarse en su mano, el dolor lo hizo soltar el celular, soltándolo y ella aprovechó para tomar el aparato y escapar echando a correr sorpresivamente, burlándose a Lori, que confundida y extrañada en el marco de puerta, se le pasaba por la siniestra y decía un: "¡HEY! ¡¿A donde vas?!", perdiéndose de su vista en cuando giro en el pasillo, por las escaleras.

Lori les miró a ambos, y su enfado se había apagado como un cerillo al soplarlo, no entendiendo nada.

—¿Qué mierda fue eso?

Leni abrió la boca para contestar, pero le intervino Lincoln apresuradamente diciendo:

—¡Solo jugábamos... !

Y bien que le salió el plan al chico aquel, que le tomó de la mano a Leni, andando a la Lori retenía la salida, que después de informar que estaban en medio de un asunto que les incumbía (que no aclaró en precisión), pero que respondió y prometió darle más detalles luego, y prometerse no pelearse más con sus hermanas, dado que a eso le dio el aspecto del escenario anterior visto, pero que quedó muy confusa a su salida.

Lincoln se alejó con el nervioso, a la cocina donde no había nadie, y tomándole de las manos a Leni, le pidió que no se preocupara, que no dijera nada y que no se consternara en absoluto, que él se encargaría de todo, que era sencillo, y veía al patio trasero por la ventana, o por el resquicio de la puerta, a la sala, buscando con su mirada, a su pequeña hermana, "Esa diabla", pensó enojado, reparo en controlarse y tratar de parecer manso ante su hermana, que sabe que el asunto es denso aunque no lo comparta y solo lo piense, y le pidió a Leni, le hizo que le jurara, que no contaría nada de lo sucedido a nadie. Que lo que había hecho, era porque no pudo controlarse, que la encontró muy bella, o más bien guapa, que no supo porque actuó como actuó, que todo fue tan estrepitoso, que siguió sus impulsos (la pulsión que esconde), que se arrepiente si le pareció brusco, extraño o la horrorizó de plano.

—No, no. No me horrorizo... —le dijo Leni encarnecida y con el corazón a mil, que estaba estupefacta, emocionada y candorosa por las confesiones de su hermano —. No fue eso Linky...

"Yo no volveré a hacerlo nunca si tú lo deseas", soltó el peli blanco, y tomándole de las manos con más fuerza, y se disculpo y se apartó en cuanto Luna ingreso a la cocina con su estuche de guitarra, canturreando una melodía.

—¡Hola qué tal hermanos! —exclamó animada y sonriendo —; ¡Oh cierto es cierto!; Lincoln, Luan me pidió que te dijera que salieras, esta a fuera ella, creo que te trajo algo.

—¿Me trajo algo... ?

—Sí, un regalo o algo.

—¿De verdad? —preguntó Lincoln fingiendo curiosidad, siendo que veía a Leni cada cuanto para ver su fisiología.

—Sí, andaba muy emocionada cuando Lori nos trajo; A mi se me hace que te tiene como su favorito de la casa.

A Leni no le queda a nada del sonrojo que traía dada la conversación. Bajo la mirada y se hizo la distraída alejándose, abriendo la alacena y sacando unos trastes.

—Iré a ver qué es entonces —dijo Lincoln, y antes de irse, le echo una mirada cómplice a Leni, que ella estaba absorta en otro lado.

Cuando salió Lincoln, Luna se le acercó a su hermana e intentó hacerle plática, no consiguiéndola, y Leni le pidió que la dispensara, que no se sentía bien, víctima más de una sensibilización fuerte, y salió de la habitación y de la casa sin dar muchas palabras, en el punto en el Luan abrazaba a Lincoln en lo que veían un cómic entusiasta. Luan toda enajenada del joven que hojea las ilustraciones, y el albino levanta la mirada, para conectar con la de ella, de la rubia que le brillan los ojos y se ruborizaba fuertemente desviando la mirada, y alejándose como nunca se había visto por la vecindad, en un bombardeó sentimental caótico.

El chico de cabellos blancos, se inquietó y Luan notó ello, y alcanzó a ver cómo la espalda de su hermana se iba por la vereda, consternándose, mas apaciguándose rápidamente, "¿Cómo sería posible? Sí Lincoln me ama, y yo lo amo... ", y le vio vehemente, enamorada, y le planto un beso en los labios, uno que le hace enrojecerse y mirar a todos lados en un pánico menor por si alguien los haya visto.

—Vamos a la casa —le dijo Lincoln, y eso hicieron sin más.

Al día le daría más de las normalidades de antes, no cediendo al libido esporádico, gracias a la incertidumbre que le ocasionaría Lucy, que le tiene de cierta manera perturbado no poder ver sus propósitos. Si nunca la había visto actuar de esa manera, y, "¿Qué era eso de los Louds que había dicho? Dijo lujuria y maldito", se dijo en su fuero, y Luan al verle dubitativo, le causaría igual su conflicto internó, que aunque le inquiera que qué tiene y le dijera que nada, no se calmaría al verle efectivamente raro y afectado por algo, no recibiendo muestras de afecto o sus abordajes sexuales. Sea lo que fuese, intento fingirse su estabilidad y actuarse según sus palabras, no insistiéndole, "Qué si es importante, seguro me lo dirá luego. ¿No... ?", y la comida dio a las tensiones premonitorias, todas de un silencio de tedio. A Leni le fustigaron su paseo por la ciudad sus padres, que el padre le encontró por una gasolinera, y Lori y Luna entraba a la ofensiva y la defensiva a favor y en contra de su hermana, no diciendo nada de "los violadores que andan a fuera", de los que Rita aludía lúgubres y peligrosos, la atacarían porque es muy linda (e ingenua), que no podían dejarla salir así, que que le pasaría a la más hermosa y especial de sus hijas, y así se justificaban, siendo que era cierto que de la familia Loud la hermana que más saltaba a la vista, quitaba aliento, encendía amores y pasiones devotas, era sin lugar a dudas Leni, que era sabida la cantidad de admiradores, todos rechazados y todos impedidos por su aura de pureza, su casta mirada y movimientos gráciles. Hasta sus hermanas lo tenían consciente, que la modista era de esas que salían en sociales, la tv o en las revistas de moda. Que era tan linda, que ensimismada, se sigue viendo bella e inocente, en pos de los reclamos de los primogénitos. Y es que, de verdad era inocente, y nunca había tenido un novio, solo le dedicó el pensamientos platónicos a uno que otro, y no sabía nada del sexo más hasta las pláticas de las amigas que la ponían incómoda, lo de Lincoln y Luan, más el asalto que recibió con él, con su lengua, el beso y el agarre a su cuerpo, uno que en su interior la alteró, y la acometió sensible, voluble y reflexiva.

Lincoln Loud se calmó por Leni en el proceso de lo que se servían las chuletas, el puré y la ensalada al ver su actuar, sin embargo con Lucy sí quedó todavía lleno de inquietud, que parecía como nada hubiera pasado, y actuaba como usualmente lo hacía. Lynn Jr también era un mirada hostil que le intercedió en cierto punto. Aquella solía ir por agua y verlo detenidamente, a él y Luan, y percatándose la comediante de ello, la ofuscaba al cabo todos terminaban de comer, empezando a caldearse a la discusión, en donde Luna se metía a calmarlas.

—¡Siempre tienes meterte en mis cosas, ¿no es ciertos?! —le exclamaba Luan dolida y molesta.

—¡¿DESDE CUANDO LINCOLN ES TUYO IDIOTA BROMISTA DE CUARTA?!

Y la reyerta volvió aminorarse, intercediendo la madre, y no refrendando el porqué del conflicto, algo que Lori y Sr. Lynn le sacó de sí que estaban presentes, y aquellas dos sonrojadas veían a lados adversos sin ámbito de ondear más en la situación, y Lincoln abandonaría todo en cuanto se prolongó lo suficiente. Luna no diría nada, ya confundida por las peleas tan raras de sus hermanas debido a los celos que sentían por su hermano menor. Que ella ya no puedo extrañarse más de esas cosas, que hasta jura que le han afectado de tal modo, que ya ve a su hermana Luan diferente, y no sabe porque, qué tal vez la mirada, o el cuerpo, no lo sabe, que no duda qué tal vez ame a Lincoln, que sino le extrañaría aún más haber encontrado una imagen de él en su cuarto, en su lado, o que de verdad ese acercamiento sea en efecto, una relación que había pasado lo impropio. Más ahora que se lo comentó Sam en la tocada, que se le hizo que Luan y Lincoln actuaban como novios, ahí en el público. E igual ha pasado que bromas del puro gusto de Lincoln, y de escribir en sus cuadernos, ya no chistes o rutinas, sino escritos, odas y hasta poemas de índoles vergonzosas, que no deja a la mirada de nadie.

Todo se trasmuta en un instante a otro. Ya los seres de la casa habían cambiado como usualmente sucede, la cosa residía en que unas conciencias acaso no actuaban egoísta, planificadores, viles, manipuladores, oscuros y acaso inciertos en extremo.

Lisa no pudo darle una razón concreta al cambio en su fisonomía, ya siendo muy difícil por los cabellos que le ocultan los ojos, valiéndose de lo visible y los comportamientos corpóreos, le denota una animosidad, una alteración y felicidad inusitada. Le cuestiono en su confianza a la sazón, y no encontró más que muros y sonrisas contenidas de malicia. Claro que sabía que había adquirido unos cuantos libros "prohibidos", de erotismo, sadismo, brujería, teología, teorías y ensayos ocultistas, y una sarta de literatura de temas sadicos y tabú.

"¿Qué le tenia de ese modo?", había de convertirse en todo un caso, más por las lecturas que le vio leer en la sala, o al pasar a su habitación en su actividad de tantear a los individuos por medio del psicoanálisis, no una complejidad hasta el momento para sí, apretujándose en donde Lucy la trae ociosa de su comportar, este día más en particular, que le sonreía maliciosa y le preguntaba acerca de la putrefacción y comprobaba peculiaridades de esta misma.

Lincoln recibió su recado cerca de las siete pm, de la mano de Lana distraída, que tenía una piruleta en la bocaza, y esta mugrienta de lodo y tierra. A su cuarto, aquel que está vacío cuando intercede, y encuentra una nota escrita dirigida a él arriba del cofre de la habitación. Se la esconde el bolsillo, y es Lynn Jr, que se sonroja y se molesta al verle.

—¿Qué haces aquí Linc?