Capítulo 08: Nostalgia.

Luz se hallaba acostada en su cama. Hoy no pudo hacer que Eda le enseñará algo. Apenas pudo hacer que se levantara.

Lo malo es que eran las ocho de la noche cuándo eso sucedió y la única excusa que le dio fue...

—Lo siento niña, hoy estoy muy agotada... Tal vez mañana...

En verdad que esa mujer hacia méritos para ganarse su odio. No solo no sabía cómo vencerla, ahora no sabía cómo hacer que le enseñará magia...

Para vencerla.

—Y eso que lograr que aceptará enseñarme me costó un ojo de la cara... —Murmuró de brazos cruzados mientras miraba hacia el techo. —O eso creo, aún no sé si los caracoles están hechos de algún metal precioso o son simple basura que los habitantes de este lugar usan para creer que tienen dinero... —Al final le resto importancia.

De todos modos cuándo sea muy poderosa, volverá a su mundo para conquistarlo y ser la Diosa suprema de todo.

—Ya verán, Luz Noceda será su dueña —dijo muy frustrada.

Y sonaba así, por que la verdad es que no sabía cómo hacerlo.

Se levantó de la cama y cómo no se había puesto ni la pijama pues decidió ir a dar una vuelta. No tenía sueño y eso gracias a la imbécil de la Dama Búho.

—Ojalá te parta un rayo Eda... —Decía mientras salía por la ventana y de un salto caía de pie al frente de la casa o eso creyó ella.

—Hoot-hoot a Eda ya le han caído rayos y no le ha pasado nada de nada... Hoot —murmuró el ave quién evito que Luz cayera al suelo desde tan alto o podría hacerse daño.

—Aaaah... —Suspiró esta. —Gracias... —Agradeció sin ánimos al extraño ser.

Dejo que él cantara o lo que sea que estuviera murmurando y se fue a caminar por el bosque.

Estaba un tanto deprimida. No le importó que eran pasadas las dos de la mañana. De todos modos no tenía que ir a alguna parte más tarde, por lo general Eda se levanta hasta en la tarde si es que quiere y ella es libre de hacer los quehaceres de vez en cuándo.

La bruja solo fue mandona al principio, luego le empezó a restar importancia a lo que ella hacía. Era cómo si no le importara que viviera en su casa.

Es más, últimamente la vieja mujer salía de vez en cuándo a quién sabe que lugar, luego volvía varias horas después y lo primero que hacía, era acercarse a King y revisarlo bien.

Era como si le preocupara algo de su peludo amigo. Quién sabe qué sucedía.

Pero al final le restaba importancia. La bruja al igual que ella, tenía su propia vida.

—Lo malo es que no sé qué clase de vida tener ahora... —Murmuró por lo bajo.

Era un poco extraño lo que le pasó antes de llegar a este mundo, antes era la reina en la secundaria a donde asistía, tenía muchas amigas y muchos seguidores, chicas y chicos guapos que se morían por ella.

Era temible y la más fuerte del lugar. Aunque extraños sucesos pasaron provocando que se quedará casi sola hasta el día que la expulsaron.

Todo fue inevitable.


Se veía a una relajada Luz Noceda vestida con una chaqueta de cuero negra con detalles dorados en las mangas y en los lados, hebillas de calaveritas alrededor de los bordes inferiores, cuello café hecho de piel al igual que la parte interior, con la imagen de un dragón rojo en su espalda. Usaba una camisa blanca con la parte de arriba morada, un pantalón azul ajustado y botas de cuero negras de suela gruesa. Su cabello corto estaba bien peinado hacia atrás, al parecer bien acondicionado.

Se dirigía a la escuela dónde estudiaba y luego de entrar al edificio, un par de chicas la fueron siguiéndolo de cerca, una a cada uno de sus lados.

Parecían ser su séquito.

—¿Cómo va todo hoy jefa? —Preguntó la de su lado izquierdo.

—Ya sabes, a ti no te importa eso jaja —respondió Luz con tono burlón haciendo reír a ambas chicas.

La que preguntó era una chica rubia de largo cabello de la misma edad y estatura que Luz, tenía la piel clara y sus ojos azules, usaba una falda roja y una camiseta negra por debajo de una chaqueta similar a la que usaba la latina, también tenía botas negras y medias blancas.

Una chica mala y rebelde en todos los aspectos.

—Buena respuesta jefa, por eso nuestra vida te pertenece —dijo la otra chica.

Esta era pelirroja, un año menor que Luz y un poco más bajita, su tez era blanca y sus ojos verdes. Usaba una camisa negra por debajo de una chaqueta negra igual que la de la latina, usaba un pantalón azul claro rasgado y unas botas negras.

Otra chica mala y rebelde.

—Obvio que si, si no fuera por mi ya estarían muertas —comentó Luz sin voltear a verlas.

Ellas simplemente asintieron a lo que la latina decía. Ella era su todo. Su salvadora y su amiga.

—Heeeeeey Noceda, ¿Qué tal estás? —Preguntó una chica rubia mucho más alta que Luz. Con su cabello atado en una cola de caballo, tez clara, esta usaba una chaqueta color azul verdoso, con una camisa gris por debajo, su cuello era rosa y en el centro tenía el emblema de la secundaria, usaba una falda rosa, medias grises y zapatillas de tacón color gris oscuro.

Esta salió de la nada y camino junto a Luz pasando su brazo por encima de su cuello para darle un amistoso abrazo.

Las otras dos simplemente la observaban fijamente sin decir nada.

—¿Qué quieres Sasha? —Preguntó Luz sin mucho interés mientras llegaba a su casillero y de este sacaba una hielera de la cuál extraería varias latas de gaseosa para ella y sus amigas.

—Iré al grano... —Dijo la rubia mientras se separaba de Luz y la miraba de frente. —Habrá una fiesta en mi casa el sábado y obvio las chicas más populares de la secundaria estarán allí. —Comentó.

—Espera, ¿Si solo es para gente popular? ¿Tu no estas invitada? —Se burló Luz. —Esa movida no es muy inteligente de tu parte rubia.

Las otras dos solo rieron.

—Jaja... Muy graciosa... —Murmuró Sasha con una sonrisa de dientes apretados. Parecía molesta pero obvio se aguantó. No podía arruinarlo. —Lo que quiero es que tú vayas a la fiesta junto con tus amigas, eso va a hacer que muchos chicos y chicas populares de grados superiores vayan a mi fiesta, ¡Para que esta sea la mejor del año! —Exclamó ella levantando sus brazos con los puños cerrados por lo alto. Su expresión reflejaba una sonrisa perversa.

Esperaba la respuesta de Luz pero esta se entretenía bebiendo su gaseosa sin prestarle atención a la rubia quién empezaba a sentirse ignorada y un poco mal.

Esta rió de forma nerviosa. Sus ojos miraban de un lado a otro. Sus planes no estaban saliendo cómo esperaba.

Lo cuál era muy malo.

Para ella.

—Si no quiere venir, déjala. Entre menos ratas haya más comida habrá para los demás —se metió una chica de gran cabello castaño rojizo y alborotado.

Luz la observó. Ella era una chica de origen Tailandés americana, de estatura media un poco más alta que ella, era de constitución esbelta y su piel era morena igual a la suya.

Esta usaba el mismo uniforme que Sasha, solo que su falda era morada al igual que el cuello de su camisa, no usaba chaqueta y sus zapatos eran tenis amarillos.

Además de que traía una mochila rosa con tirantes negros en su espalda. Esta observaba con enojo a Luz.

Esta en respuesta simplemente la observó de forma engreída. La tailandesa se creía ruda pero ella lo era muchísimo más.

Además de que no se dejaría amedrentar por alguien tan patético e inferior.

—Holiiiiii... Jeje... —Saludo una chica pelinegra un tanto nerviosa al sentir el ambiente pesado. Esta estaba con la castaña.

Luz la volteó a ver. Era Marcy Wu, una cerebrito del montón que hay en la secundaria. Era una adolescente de descendencia chino americana, su piel era de color oliva con un cabello liso y corto de color negro, ojos oscuros. Era alta al igual que sus otras dos amigas.

Usaba el mismo uniforme aburrido de la secundaria al igual que las otras dos. Solo que en vez de camisa, usaba una sudadera de color gris con capucha, su falda era verde y sus zapatos eran de suela gruesa de color café.

Esta se vía nerviosa al igual que la rubia a diferencia de la castaña que no dejaba de verla de manera molesta.

—Heeeeeey... Anne... ¿Qué estás haciendo? —Preguntó Sasha de forma molesta con sus dientes apretados.

—¿Qué crees que hago? Evitó qué le sigas rogando a esta altanera —se defendió Anne extendiendo sus brazos al aire volteando a ver a su amiga.

Luz simplemente rió al igual que las otras dos chicas de su grupo. Le parecía gracioso que una don nadie intentará retarla.

–Anne... —Sasha puso sus manos sobres sus hombros y la observó fijamente con una sonrisa. —Intento mantener un estatus social alto... —Comentó ella para luego borrar su sonrisa y poner una expresión de furia que hizo temblar a la morena. —Así que no te metas y déjame convencer a la chica más popular de la secundaria para que vaya a mi fiesta y si se puede a tu fiesta de cumpleaños el próximo mes, ¿Si? —Terminó Sasha de hablar con los dientes apretados.

Estaba molesta pero no quería formar una escena frente a Luz. Así que lo dejó pasar.

—P-pe-pero... —Intento defenderse pero un leve movimiento de cabeza de un lado a otro de Sasha, hizo que guardará silencio de una vez por todas.

La rubia complacida se giró hacía su otra amiga y dijo...

—Entonces Luz... ¿Iras a mi fiesta el sábado? —Preguntó esperando una respuesta positiva.

—Seee, por que no —Luz simplemente se encogió de hombros. Ya se había aburrido de estas tres.

La rubia se aguantó la emoción. Le dio la invitación a Luz y se retiro de allí con sus dos amigas.

Al parecer debía hablar seriamente con Anne para luego seguir preparando todo para la fiesta en su mansión del sábado.

Si funcionaba su plan, su reputación se elevaria hasta lo más alto.


El sábado llegó y cómo era de esperarse, Luz llegó al lugar de la fiesta. Eso hizo que muchos otros más aceptarán venir al festejo. No había nada que celebrar y mucho menos era un día festivo.

Solo era la típica fiesta que una chica rica hace cuándo sus padres no están en casa para que su popularidad se eleve y así sentirse importante en la escuela frente a un grupo de personas que no conoce pero que siente que debe impresionarlos para que así la respeten y hagan lo que ella quiera.

La rubia se hallaba conversando con su mejor amiga, Anne. Cuándo vio que la invitada más importante llegó a la fiesta.

—¡Luz querida! ¡Viniste! —Sasha se acercó rápidamente y debido a la emoción le dio un fuerte abrazo.

Obviamente eso no le gustó a la latina. Colocó sus manos en los hombros de la rubia y la alejó un poco para decirle algo seriamente.

—Oye, ¿Quieres un consejo de popularidad? —Preguntó. La otra asintió nerviosa. Se dejó llevar. —No me des abrazos sin consentimiento o puede que haga que tu reputación caiga en picada, ¿Entiendes? —Amenazó.

Sasha trago en seco.

—L-lo haré... Pido perdón por eso jeje... —Se disculpó la rubia. Estaba muy apenada. Tanto que bajo su mirada.

A los lejos, Anne negaba con su cabeza mientras observaba con suma desaprobación a su amiga y a esa odiosa de Noceda.

—Es increíble que haya cambiado tanto... —Comentó Anne a su otra amiga.

Pero esta lejos de prestarle atención. Se hallaba observando el recipiente del ponche fijamente mientras escribía algo en una libreta.

—Veamos... La consistencia del ponche de frutas debe ser equitativa o si no estará muy amargo o muy dulce... Por lo que debo mezclar lentamente o si no... —De repente dejó de murmurar y volteó a ver a su amiga. —¿Dijiste algo? —Preguntó.

Anne en respuesta simplemente sonrió de forma malévola. Levantó sus dos manos y eso solo puso muy nerviosa a a la pelinegra.

—A-Anne... ¿Me perdí otra vez cierto? —Preguntó viendo de reojo a un lado. Intentaba encontrar una ruta de escape.

—Así es y sabes lo que eso significa, ¿Verdad? —Anne se acercó más y más a Marcy.

Esta retrocedió.

—Anne... No volverá a pasar... Jeje... —Rio nerviosa. Su castigo era inevitable.

—Nop, ¡Es tu castigo por ser tan curiosa! —La castaña no espero más y en un rápido movimiento se acercó más y más a su amiga. No tardó para que empezará a tocar suavemente la cabeza de Marcy con sus palmas cómo si esta fuera un tambor.

—¡Basta! —Pidió esta mientras reía y reía. Pero la verdad es que le gustaban estas muestras de afecto.

Adoraba a Anne.

Mientras tanto Sasha atendía a Luz y a sus amigas. Cada vez llegaban más y más chicos populares a su fiesta. Incluso vio a un par de chicos de preparatoria, estos asistían al grado superior en su secundaria. Eso la emocionó en exceso.

La mayoría vinieron al saber que Luz estaba aquí. Así de popular era la latina.

—¿Y que hay de beber? —Preguntó Luz a la anfitriona.

—Oh, te va a encantar el ponche de frutas y las gaseosas que compré, solo lo mejor para la mejor invitad... —Hablaba Sasha pero Luz colocó uno de sus dedos en los labios de ella para hacerla callar.

—Te voy a detener aquí mismo... —Habló seriamente. Acto seguido pasó su brazo por encima del hombro de la chica y la acercó más a su cuerpo. Fue complicado ya que Sasha era más alta. —¿Ves a aquellos chicos de allá? —Preguntó mientras señalaba a un grupo de preparatorianos que acababan de llegar a la fiesta. Sasha asintió lentamente. —¿Crees que ellos o Yo tomamos ponche o gaseosas en las fiestas? ¿Leche sin lactosa? O ¿Jugo de naranja? —Preguntó con una sonrisa.

—Bueno es que Yo creía que...

—Cállate —Luz la calló. Sasha apretó sus labios por la impresión. —Deja de decir estupideces y ve a buscar unas cuantas cervezas y un par de botellas de vino antes de que esta fiesta acabe. —Amenazó.

—Esta bien, Y-yo me encargo —titubeó Sasha.

—Perfecto —Luz se separó de ella y mientras se alejaba con sus amigas de la nerviosa rubia, habló. —Nos llevas un par de botellas a mi y para Ryan y sus amigos. —Avisó. —No te tardes.

—¿Ryan? —Preguntó Sasha confundida.

Eso hizo detener a Luz. Observó a la rubia por encima de sus hombros y le dijo.

—El chico rubio de allá, inútil —comentó molesta. Sasha volteó a ver y se sonrojo en exceso al ver a un guapo chico rubio de tal vez diecisiete años, era alto. Este tenía un perfecto peinado, ojos rojos, playera roja con un dibujo de dragón verde que le recorría gran parte de esta, la cuál estaba marcada por sus perfectos pectorales. Usaba un pantalón negro y zapatos blancos.

La belleza de este dejó sin aliento a la rubia.

—¿Te gusta? Es el capitán del equipo de baloncesto y es muy popular —dijo Luz con suma malicia.

—Él y Luz han tenido un par de aventuras grrrr —murmuró también con malicia la chica pelirroja amiga de Luz.

La latina rió. Se dio media vuelta y junto con sus amigas, se acercaron a la rubia para hablarle más a gusto.

Ryan podía esperar.

—Si quieres puedo hacer que él y tú tengan un rato a solas dentro de una hora, cuándo la fiesta esté en su apogeo, ¿Qué dices? ¿Lista para gozar los placeres de la vida? —Preguntó Luz. Observaba a la anfitriona de la fiesta fijamente. Le divertía la actitud infantil que la rubia puso.

Sasha la observó fijamente sin poder creerlo. Trago saliva al tiempo en que su rostro se ponía rojo. Sabía que muchos en su escuela habían tenido sexo pero aún así ella no se sentía lista.

—Aaaahhh... Yo... —No sabia que decir. Estaba muy nerviosa, empezaba a perder el aliento. —¡Iré por las bebidas! —Exclamó al tiempo en que salía huyendo despavorida.

Era lo mejor.

—¡Jajajajajajaja! —Luz y sus amigas simplemente empezaron a reír.

Veían cómo ella se iba corriendo torpemente escaleras arriba. Seguramente a buscar en alguna despensa de la mansión las bebidas que prometió. Luz y sus amigas reanudaron su caminata hacia dónde estaban los conocidos de la latina.

Ya que siendo muy popular pues conoce a muchas personas de muchos lugares. Iba tranquila ya que dentro de poco su amiga Sasha traería algo de beber para ella y sus amigos.

Obvio debía tener muchas botellas y latas guardadas ya que los ricos siempre mantienen una despensa llena de ellos.

—Más le vale que así sea —murmuró Luz con una expresión molesta. Esa chica no debía fallarle.

Más tarde.

La fiesta avanzó con total calma.

Hasta que transcurridas las dos horas los efectos del alcohol y la música estruendosa que uno de los DJ's empezó a tocar y que llegó después de que los chicos de prepa lo llamaron pues empezaba a alocar a los jóvenes allí presentes.

Siendo la rubia hija de los dueños de la casa la más afectada.

—¡WOOOOOOOOOOOOO! —Gritaba Sasha. Esta saltaba sobre una mesa mientras hacía girar su chaqueta por encima de su cabeza cómo si fuera una hélice de helicóptero.

—¿Cuánto tomó? —Preguntó un chico de secundaria compañero de ella a uno de preparatoria el cual era su hermano mayor.

—Pues solo se bebió una lata jaja —respondió el otro en tono burlón. Este tenía un leve sonrojo en su rostro. Al parecer también estaba medio ebrio.

No tardó mucho para que la rubia empezará a mover su cuerpo al ritmo de la música electrónica. Yéndose directo a la pista de baile. Mantenía sus ojos cerrados mientras daba vueltas y vueltas y aunque su estado la hacía dar pasos torpes, pues aún así lograba bailar de una forma llamativa.

Hasta que chocó de espaldas contra otra persona que bailaba tranquilamente en la pista de baile o mejor dicho sala. Ya que únicamente movieron los muebles para hacer un gran espacio en el lugar.

—¿Uh? —Anne se dio la vuelta al sentir como alguien chocó contra ella. Iba a disculparse pero se dio cuenta de que era su amiga Sasha. —Ah, Sasha. Perdón por eso... Es que me encanta esta canción y no pude evit... ¡Hey!

No pudo terminar ya que la otra empezó a empujarla y empujarla mientras bailaba.

Anne vio como ella la observaba de manera retadora. Era como si le dijera. Yo soy mejor bailando que ninguna otra.

—¿Estas retandome? —Preguntó la castaña señalándose a si misma. Observaba a su amiga con una sonrisa. Al parecer aceptaba su desafío.

¡Click!

Anne chasqueo sus dedos y al instante la pista de baile se despejo, los invitados formaron un círculo alrededor de ellas para dar inicio a la competencia de baile.

Sasha fue la primera. Empezó con un par de pasos sencillos que incluían un par de giros rápidos seguidos de sexys movimientos de caderas que le provocó más de un sonrojo a algunos inclusive a Anne, finalizando con un deslizamiento de rodillas hasta quedar enfrente de la castaña.

Esta simplemente sonrió. Su amiga si que estaba un poco mal por tanta bebida azucarada.

Pero aun así iba a dar lo mejor de sí para vencerla. Rápidamente la música pasó de electrónica a breakdance y fue cuándo ella empezó a derrapar sus pies en la pista de baile. Sus caminatas lunares y sus giros majestuosos hacían que algunos que querían entrarle a la competencia retrocedieran ya que no tenían esa habilidad para bailar.

Anne finalizó en una pose de cuclillas mientras le mostraba a su amiga una seña de amor y paz con ambas manos cerrando así uno de sus ojos en un perfecto guiño.

Sasha en respuesta se tapó la boca con una mano y se fue corriendo en busca de un lugar dónde vómitar. Haciéndolo en el bote de basura que estaba afuera de su casa.

La castaña y los demás simplemente observaron por donde se había ido ella.

—Ooook... —Anne se extraño por esa conducta. No estaba segura de que le pasaba a su amiga pero lo averiguaría ya mismo.

Iba a seguirla pero alguien le tapó el paso.

—¿Qué quieres? —Preguntó un tanto molesta con sus brazos cruzados. Hace tiempo que no toleraba a su amiga y eso que la conocía desde hace diez años. Prácticamente cuándo estaban en el jardín de niños.

—Bailar, es todo —fue la simple respuesta de Luz antes de pasar de lado a su amiga sin dejar de verla. Su expresión era una tranquila.

Anne retrocedió un paso. Obviamente aceptaba el reto.

Pero lo pensó mejor cuándo la música pasó a ser una más movida que la que ella estaba acostumbrada a bailar. Quedó con la boca abierta al ver pasos tan rápidos y más elaborados que los suyos.

Luz no sólo usaba su alta flexibilidad para abrir sus piernas lo más que podía al caer al suelo si no que también levantaba tanto una de estas que con suma facilidad podía ponerla al lado de su cabeza y bajarla rápidamente.

Anne se empezaba a marear al intentar seguir los pasos de la latina para ver si podía pensar en unos pasos mejores. Pero su derrota fue inminente cuando Luz corrió hasta dónde estaba ella, dio un gran salto para luego poner uno de sus pies sobre su cara, para darle un mayor impulso a otro salto, dando dos volteretas invertidas en el aire cayendo de manera majestuosa en el medio de la pista de baile.

Para terminar levantó sus manos con sus palmas abiertas por lo alto manteniendo sus ojos cerrados, dando luz verde al público para que la ovacionara.

Y así fue. Los jóvenes del lugar empezaron a gritar su nombre y la mayoría se acercó a felicitarla por tales pasos de baile.

—¡Anne! —Gritó Marcy. Esta se acercó a ver a su amiga para ver como estaba.

Esta cayó de espaldas al suelo después de que Luz uso su cara para tomar impulso.

—Estoy b-bien —sollozo Anne. Su rostro estaba muy rojo y le dolía un poco pero fuera de eso, no tenía ninguna lesión grave.

Volteo a ver a Luz fijamente y esta en respuesta le dedicó una sonrisa de las más engreídas que nunca nadie haya hecho.

Eso sin duda molestó a Anne en exceso. Tanto cómo para querer ir a pelear con ella. Pero debía aguantarse. Ya que la latina era muy ruda y podría lesionarla sin mucho problema.

Un rato después.

Luz corría por uno de los pasillos de la mansión que estaba ubicado en la segunda planta, llevaba de la mano a Ryan. Su destino era una habitación libre y alejada para poder hacer cositas según ella.

—Está se ve bien —murmuró al encontrar un lugar perfecto.

Sin esperar entró y jalo al chico para que entrará con ella. El simplemente sonreía de forma tonta ya que se notaba de lejos que estaba ebrio.

Al entrar y cerrar la puerta no pasó mucho para que ella lo abrazara, rodeando su cuello con sus brazos para empezar a besarlo. Mientras lo hacía le levantó un poco la camisa para manosear sus pectorales, él estaba muy bien ejercitado. Eso le fascinaba a Luz.

Siguieron besándose.

Estuvieron así unos minutos hasta que ella lo atrajo a la cama en dónde no tardarían en empezar a tener sexo cómo un par de animales salvajes.

Más tarde.

Ambos salían de la habitación tranquilamente. Ella abrazaba uno de los brazos del chico mientras esté no dejaba de bostezar.

Al parecer estaba agotado.

—¿No podemos dormir un poco? —Preguntó.

—Nop —negó ella con una sonrisa.

Él tuvo que resignarse ya que ella no era una chica fácil de convencer.

Al llegar a la sala vieron que la mayoría de invitados se empezaban a ir. Incluyendo el grupo de Ryan. Este se despidió de Luz dándole un beso en la mejilla.

Esta simplemente sonrió y fue a buscar a sus amigas. Pero al no verlas por ninguna parte pues decidió no buscarlas más e irse del lugar. Ya había tenido mucha fiesta y sexo por hoy.

—¡Luz!

Iba saliendo por la puerta cuándo una voz la llamó. Se giró y vio que Sasha y sus amigas se acercaban. La rubia se sujetaba la cabeza, seguramente le dolía. Mientras que Anne se veía molesta y Marcy, pues jugaba un video juego sin prestar atención a nada más.

—¿Si? —Habló Luz de brazos cruzados.

—Quería agradecerte por haber venido a la fiesta, gracias a ti mi popularidad se elevará hasta el cielo —dijo muy feliz la rubia.

Luz simplemente rodó sus ojos. Las otras dos la observaban fijamente sin decir nada, una de ellas se veía un tanto molesta y la otra volvió su vista a su consola.

Pero eso le valía muy poco así que, se dio la vuelta y sin nada más que hacer allí se fue a su casa. Dejando a la rubia celebrando con sus amiguitas.


Los días pasaron y su vida empezaba a dar un giro que la agarró desprevenida. Fue tan rápido que hasta ella misma se sorprendió.

Primero fue que conoció a esa chica regordeta que era similar a Willow. Al igual que la bruja de Hexside ella usaba anteojos. Era un poco bajita, vestía zapatos de esos que usan las abuelitas color blanco, suéter de cuello de tortuga color verde con rayas rojas verticales en el pecho, este cubría la parte superior de su pantalón, el cual era color negro y por último su cabello era del mismo color que el de Willow, solo que este era un poco largo amarrado con una cola de caballo atrás de su nuca.

Tal vez se preguntan, ¿Cómo la conoció? Pues...

Luz veía fijamente cómo un grupo de chicos rodeaban a lo que parecía ser una nerd. Le parecía haberla visto antes, era Silvia Jackeline quien sabe que más, era de su clase.

Era domingo y ella salió a caminar para no tener que soportar en casa a la mujer que le dio la vida. Tenía mucha tarea que hacer pero sus ganas de hacerla eran nulas.

Iba caminando por la parte trasera de una gasolinera buscando un lugar tranquilo para fumar y se encontró a la nerd rodeada por hombres. Ella hubiera sentido celos pero al ver bien, noto que eran vagos que intentaban hacerle algo a la chica.

Iba a irse de allí. No tenía nada que hacer hasta que su mirada y la de la otra chica se cruzaron. No supo como, pero logró escuchar su voz y eso que estaba un poco apartada.

—Por favor... Ayúdame... —Fue el susurro que logró escuchar.

No tenía por qué pero sus pies se movieron solos. Corrió hasta dónde estaban los vagos esos y sin esperar.

¡PAM!

—¡AAAAHHH! —Gritó uno de ellos al recibir una patada en la cara producto del salto que dio la latina para propinarle semejante golpe. Este cayó al suelo noqueado.

¡CRASH!

Luz no dejó a los demás reaccionar, tomó una botella y se la rompió en la cabeza a otro que estaba a su izquierda. Rápidamente uso la parte quebrada de la botella para propinarle un feo corte en la cara a otro.

Este gritó por el dolor mientras se sujetaba la cara.

Los restantes cómo pudieron ayudaron a sus amigos a caminar para irse de allí lo antes posible. Estaban tan drogados que no sabían que había pasado, tampoco tenían la intención de averiguarlo.

—¡Y si los vuelvo a ver en mi territorio los haré polvo! ¡COBARDES! —Gritó ella mientras alzaba su puño.

Fue entonces que se quedó perpleja al recibir un fuerte abrazo. Algo rodeó su cintura con fuerza. Vio con una ceja levantada cómo la nerd se enganchó a su cuerpo.

—Gr-gracias me salvaste... —Agradeció Jackeline.

Obviamente Luz le iba a cobrar.

—Agradecemelo haciendo mis tareas por lo que queda de año —murmuró con una sonrisa perversa.

La otra simplemente aceptó con una enorme sonrisa mientras asentía rápidamente con su cabeza. Estaba feliz por que esos chicos no le hicieron nada.

Luz se había salvado de hacer su tarea.


Las siguientes dos semanas fueron un tanto peculiares para Luz. Por alguna razón no se podía quitar de encima a la cerebrito.

Esta se había apegado demasiado a la latina. Se sentía muy segura cerca de ella por así decirlo.

Eran inseparables.

Hasta que un día...

Luz se encontraba sacando un par de gaseosas de su casillero cuándo sintió una presencia a sus espaldas.

—Aaah... —Suspiró. Se dio la vuelta y allí la vio. —¿Si? —Habló sin muchas ganas.

—Mira, ya hice tu trabajo sobre la historia de la independencia de Ecuador, el ensayo de doscientas mil palabras sobre cómo es que ahora hay cincuenta estados y tu reporte sobre biología animal —decía felizmente la chica regordeta mientras le entregaba a Luz un total de seis libros, todos con las tareas que ella debía hacer pero que la otra hizo con mucho gusto.

—Oye no esta bien que le hagas la tarea, ¡No es tu deber! —Se entrometio Anne quien llegó hace unos segundos y la cuál tenía su casillero al lado de la latina.

Obviamente no pudo quedarse callada ante tremenda injusticia.

Luz la observó con sumo desagrado. Conocía a Anne desde hace mucho y aún así quería romperle la cara pero tenía un problema mayor, el cuál debía alejar en estos momentos.

Jackeline.

—Chica no era necesario que hicieras esas tareas tan pronto... —Vio de reojo a Anne y esta frunció el ceño. —Además eran para dentro de un mes, ¿No es así?

—Pero solo quería ayudarte... —Dijo la otra con pesar.

—¡Ay por favor! —Exclamó Anne muy molesta. Jackeline bajó su mirada lo más que pudo y mientras cerraba sus ojos, gritó...

—¡Yo quería hacerlas, nadie me obligó! ¡Así que cierra la boca Boonchuy!

La castaña apretó sus labios fuertemente. No esperaba esa reacción de la chica que defendía. Vio cómo ella ponía sus manos sobre los hombros de Luz y con una expresión llena de amor, le decía...

—Tú no te preocupes, Yo te ayudare en todo lo que pueda... —Dijo ella con toda seguridad. Luz no dijo nada simplemente asintió. —Si me permites, iré a devolver estos libros a la biblioteca. Los use para hacer tu tarea, con permiso. —Musito para luego irse corriendo.

Tanto Anne cómo Luz vieron cómo ella corría por los pasillos de la secundaria y salía por la puerta de la entrada. Estaban en receso por lo que los estudiantes podían salir del edificio siempre y cuándo volvieran antes del inicio de las clases.

—¿Disfrutas mucho controlando a las personas verdad? —Comentó Anne con mucho enojo mientras observaba a Luz.

—Jajajaja —está simplemente río mientras sacudía sus hombros de arriba a abajo. Luego volteó a ver a la castaña y con una expresión engreída le dijo. —Verás Anne, mi querida amiga Anne... —Se colocó al lado de ella y la abrazo con uno de sus brazos. La otra se removió muy molesta por la cercanía de la que consideraba una villana. —Los fuertes siempre van a dominar a los débiles, así que te recomiendo que nunca demuestres debilidad o si no... —Acercó su oído al de la castaña y dijo. —Es probable que termines sufriendo mucho.

Al finalizar se separó de ella. Ambas se miraron fijamente. Luz sonreía de manera engreída y Anne apretaba sus dientes con fuerza. En verdad estaba furiosa.

Así estuvieron hasta que algo pasó.

—¡Oh no puede ser!

Exclamó una estudiante que pasaba corriendo al lado de ellas. Ambas voltearon a ver, más y más estudiantes corrían y corrían buscando la salida.

Al parecer algo había pasado.

Ellas dos se volvieron a ver fijamente, esta vez con molestia para luego salir corriendo a ver que pasó.

Unos segundos después.

Ambas observaban sin poder creer lo que veían. En medio de la calle a sólo unos centímetros de su posición, estaba el cuerpo de Jackeline sin vida. A unos pasos había una enorme camioneta, esta había chocado contra un auto que allí estaba estacionado.

Según lo que dijeron los testigos. El enorme vehículo intento esquivar a la chica quien se atravesó en el camino y al no poder hacerlo la embistió, levantándola unos cuantos metros en el aire, cayendo a la mitad del camino completamente muerta.

Luz vio con horror cómo la chica genio tenía la mitad de su cuerpo volteada, casi partida a la mitad, había sangre por todos lados y lo que más le impacto fue ver los libros que llevaba a la biblioteca esparcidos por allí.

Anne estaba a su lado. Esta respiraba de forma acelerada, al parecer era mucho para ella. Sasha, Marcy y el grupo de Luz llegó a la escena unos minutos después. Más de alguna se cubrió la boca con la mano al ver lo que le había pasado a su compañera de clase.

—Es tu culpa...

Luz volteó a ver a Anne. Esta mantenía su mirada baja, una sombra cubría sus ojos. Se notaba aún su malestar. Hasta que levantó la vista y con una expresión entre furiosa y deprimente volteó a verla.

—¡Es tu culpa! —Le gritó. Tomó a Luz por el cuello de su chaqueta y la hizo verla a la cara. —¡Pudiste haberla detenido pero no! ¡No te importó nada!

—Yo... —Luz no sabia cómo defenderse. En parte ella tenía razón.

—A-Anne cálmate... —Pidió Marcy entre llantos. Pero sus súplicas fueron ignoradas.

—¡Si no fueras así de perra! ¡Esto no hubiera pasado y Jackeline aún tuviera un futuro por delante! —Siguió escupiendo su veneno directo en el rostro de la latina.

Esta simplemente bajó la mirada sin decir nada. No quería matar a la nerd, solo alejarla.

—Ella simplemente quería ser tu amiga y tu la mataste, ¡La mataste! ¡No tenía por qué acabar así! —Ese grito de Anne hizo que todos la vieran fijamente.

Luz levantó su mirada. Eso sin duda le dolió mucho. Hubiera dicho algo más pero estaba muy afectada. Vio con el ceño fruncido y con un par de lágrimas cayendo de sus ojos cómo Anne caía de rodillas.

Para luego llorar con fuerza. Gritaba y gritaba mientras se sujetaba la cabeza. Al parecer estaba muy afectada. Marcy y Sasha la abrazaron. La pelinegra también lloraba ya que Jackeline era miembro del club de calabozos y dragones al cuál ella también asistía.

Luz cerró sus ojos. No había nada que pudiera hacer. Al poco tiempo se acurrucó en el suelo mientras abrazaba sus rodillas con fuerza. Sus dos amigas estuvieron a su lado apoyándola en todo momento.


Los siguientes días fueron mucho más extraños. No sólo por que Anne la asesinaba con la mirada cada vez que la veía si no que también unos días después, exactamente el día del cumpleaños de la castaña. Cómo a eso de las diez de la noche.

La madre de Anne tocó a la puerta de su casa preguntando si la habían visto. Ya que al parecer no había sabido nada de ella en todo el día.

Su madre Camila la invitó a pasar y no tardó en llamarla a ella para ver si sabía algo de su amiga de la infancia.

Luz respondió con un simple...

—Lo siento, no la he visto... —Después de decir eso. Vio cómo la señora Boonchuy rompía en llanto. Era una mujer castaña, de piel morena, más alta que su madre, la cuál la intentaba consolar sin éxito alguno.

Luego se enteraron de que además de Anne. Marcy y Sasha también desaparecieron sin dejar rastro alguno. Eso fue un duro golpe para ella, ya que las conocía desde pequeñas. Incluso jugaba con Anne y Marcy en el patio del parque hasta que sus madres venían por ellas.

Eso la desánimo mucho ya que no volvió a saber nada de sus amigas y eso le disgustaba muchísimo.


Los siguientes meses fueron de los más horribles. Exactamente todo se fue al demonio un domingo por la tarde.

Estaba con sus amigas a las afueras de la tienda de una gasolinera. Andaban cortas de dinero y por eso se les ocurrió la genial idea de conseguir un arma y asaltar ese lugar para conseguir unos cuantos billetes.

Y se preguntaran cómo es que unas adolescentes lograron conseguir un arma tan rápido.

Pues...

—¡ESTADOS UNIDOS! ¡ESTADOS UNIDOS! ¡ESTADOS UNIDOS! —Gritaban un grupo de hombres que iban pasando en una camioneta mientras levantaban por lo alto sus rifles de asalto.

Ellas los observaron con una ceja levantada. Luego se miraron entre sí y simplemente se encogieron de hombros.

Debían seguir con lo suyo.

Lo malo es que todo se fue al demonio en un abrir y cerrar de ojos.

¡BANG!

Se escuchó el fuerte disparo del arma que la amiga pelirroja de Luz sostenía, esta entró en pánico y sin querer le disparo en la cabeza al cajero cuándo esté estornudó.

—¡Melany! ¿¡Que demonios hiciste!? —Preguntó Luz enardecida mientras sacudía a su amiga por los hombros.

Esta simplemente empezó a llorar. La rubia también empezó a llorar. Intentaban hacer sentir orgullosa a Luz pero terminaron tirando todo a la basura.

—¡Hay que irnos! —Ordenó Luz. Pero la pelirroja simplemente cayó de rodillas.

—M-mate a alguien... —Dijo mientras se miraba las manos. Temblaba mucho.

La rubia la abrazo con fuerza.

—¡Chicas! —Exclamó Luz desesperada. Se escuchaban las sirenas de la policía a lo lejos. —¡Melany! ¡Karina! —Se acercó para tomarlas de la mano y así llevárselas a la fuerza pero estas se negaron.

—Vete Luz... No es justo que te atrapen por algo que Yo hice... —Dijo Melany con sus ojos cerrados.

—¡Vamonos! —Ordenó Luz a punto de darles un golpe para moverlas.

—Luz... Jefa, váyase por favor... Yo fui quien tuvo la idea de hacer esto y no merezco estar con alguien como usted... Pagaremos las consecuencias de nuestros actos... —Dijo Karina mientras abrazaba con más fuerza a su amiga.

La latina se sujetó la cabeza. Negó en varias ocasiones. A las afueras se podían ver las luces de los autos policiales. Ya no había tiempo.

—Nooooo... —Negó mientras retrocedía. No quería dejar a sus amigas solas. Pero tampoco quería ir a la cárcel. —¡Las amo chicas! ¡Juro que volveré por ustedes! —Gritó al tiempo en que salía corriendo con rumbo a la puerta trasera.

—Adiós Luz... —Dijeron ambas al unísono con una sonrisa triste. Les dolía despedirse de alguien tan genial pero la amaban tanto que no podían arrastrarla con ellas a dónde iban a ir.

A la cárcel de menores y luego cuando cumplieran la mayoría de edad, a una cárcel para adultos.

Lo último que supo Luz de sus amigas fue que les dieron muchos años de cárcel. Afortunadamente para ella, la tienda no tenía cámaras y mucho menos habían testigos por lo que salió bien librada.

O algo así.

Volviendo al presente.

—Semanas después incendie la escuela, luego me arrestaron y termine en este mundo tan extraño... Ya saben que pasó después... —Terminaba de contar su relato en voz baja con la mirada al suelo.

Había caminado tanto que ya había salido del bosque. Ella vio el lugar donde estaba mientras levantaba su vista para ver el enorme edificio frente suyo.

—Hexside... —Dijo el nombre del lugar. Tal vez, camino demasiado.

Cómo no tenía interés en estar en ese sitio. Pues simplemente se dio la vuelta. Grande fue su sorpresa al ver a una especie de hechicero caminando hacia su persona.

No sabía por qué pero lo recordaba de alguna parte.

—Ah ya me acordé... Era el mismo que estaba en el Conformatorio... —Murmuró por lo bajo.

—Es una gran coincidencia encontrar por estos lugares y a tan altas horas de la noche a la persona que me salvo de mi prisión hace muchos días —dijo el hechicero de gran barba, además de túnica y sombrero blancos con decoraciones de estrellas y lunas amarillas.

Luz simplemente levantó su mano en señal de saludo. Lo recordaba con otro atuendo.

Este se detuvo frente suyo. Era un tanto más alto que ella por lo que la humana debía alzar un poco la vista.

—Creo que nunca nos presentamos cómo se debía, me llamo Adegast —se presentó él. Hizo una reverencia hacia su salvadora.

—Luz Noceda, la humana cómo ya habrás notado seguramente —se presentó ella. Se cruzó de brazos y observó al anciano sin mucho interés.

Este se acarició la barba. La veía fijamente. Era cómo si la estuviera estudiando.

—Si, desde ese día en el Conformatorio me di cuenta de lo que eras jovencita —comentó él. Luego se puso a buscar algo en su túnica. —¿Dónde lo habré puesto? —Murmuró para si mismo. —Ah, lo encontré. —Aviso al instante en que sacaba un sobre rojo de su ropa. Se lo mostró a la humana la cuál lo observaba con una ceja levantada.

—¿Qué es eso? —Preguntó Luz.

—Es lo que te prometí si me liberabas de mi encierro, un deseo —comentó él para luego ofrecérselo a la ya sorprendida humana.

—¿Un deseo? —Ella tomó el sobre en sus manos. Lo observó por unos segundos para luego ver al extraño hombre.

—Así es, solo haz un hechizo de luz, une el sobre con el, lanzalo al espacio y cuándo este esté con las estrellas, pide tu deseo... —Le dio las instrucciones. Luego hizo desaparecer su gorro cambiándolo por un sombrero redondo café, también apareció una maleta de viaje, seguramente se disponía a irse.

Luz lo vio darse media vuelta pero antes de dar un par de pasos se giro y le habló nuevamente.

—Ah y una última advertencia, solo tienes un mes antes de que caduque así que piensa bien tu deseo antes de pedirlo —fue lo último que dijo él. —Adiós humana y gracias. —Agradeció al tiempo en que levantaba un poco su sombrero en señal de respeto a la chica.

—De acuerdo... —Luz no supo que más decir. No esperaba que él la buscará para darle semejante cosa. Es más, ni siquiera sé acordaba de él.

Lo último que vio fue que el anciano se fue caminando por el bosque, perdiéndose poco después entre los árboles.

Ella volvió a ver el sobre. No era nada del otro mundo. Sólo un simple rectángulo de papel. Lo bueno es que tenía un deseo. Lo malo que no sabía cómo hacer hechizos de luz.

Ni siquiera sabía usar magia.

—Ni siquiera sé cómo pude vencer a Amelia y dejarla media muerta... —Se preguntó. Aún recordaba más o menos lo que le hizo a la pobre peliverde desgraciada.

El estado tan patético en el que la dejó. Si no hubiera sido por el emperador ese, pues esa revoltosa hubiera muerto y tendría una enemiga menos en este mundo.

Guardó el sobre en su ropa mientras caminaba por los alrededores de la escuela.

—Juró que lo que le voy a hacer a Eda será un millón de veces peor... —Murmuró furiosa. Cada día que pasaba en este mundo, la anciana se ganaba más y más su odio.

En serio la odiaba.

Pasó rato caminando por allí hasta llegó a la parte trasera de la academia Hexside. Se detuvo al escuchar unas cuantas risas. Se ocultó rápidamente atrás de una pared.

Vio que se trataban de cuatro chicos. Dos chicas por lo visto y dos chicos altos. Estos estaban sentados sobre rocas alrededor de una hoguera. Seguramente conversando de alguna cosa sin importancia.

Estos usaban ropas normales por lo que era difícil saber si eran estudiantes de la academia o no.

Ella se mantuvo allí oculta vigilando hasta que una chica de largo cabello verde se levantó de su asiento. Esta tenía su cabello trenzado en la parte trasera.

Hizo aparecer lo que parecía ser una lata de Spray y mientras la hacía levitar con su magia, se acercó a la gran pared de la escuela y empezó a pintarrajear el lugar.

Al terminar se dio la vuelta hacia su grupo y dijo.

—¡El director Bump apesta! —Gritó lo que escribió en la pared mientras levantaba sus brazos por lo alto.

—¡SIIIIIIIIII! —Gritaron los demás al unísono.

Los tres restantes se levantaron y se acercaron a dónde estaba su amiga para admirar lo que está había escrito con pintura en la pared.

Luz sonrió. Al parecer había encontrado a un grupo de chicos que les encantaba divertirse al aire libre tal y cómo a ella le gustaba hacerlo.

—Recuerda Luz... Hay que dar una buena primera impresión —dijo mientras pensaba en cómo acercarse a ellos.

Luego le vino una idea de lo más genial a su cabeza que incluía la potente linterna que traía su celular smartphone.

Lentamente lo buscó y se acercó al grupo mientras esté estaba distraído. Se colocó justo detrás de ellos a unos dos metros de su posición para hacer su movida.

De pronto los chicos entraron en pánico al ser alumbrados por una potente luz. Al instante todos se colocaron de espaldas contra la pared mientras temblaban mucho. La potente claridad los enceguecía totalmente, pero su temor era otro.

Los habían atrapado y ahora serían arrestados y castigados.

—¡Los actos vandalicos se castigan severamente! —Exclamó una especie de voz masculina fingida. —¡Sientan la ira del emperador! —Gritó Luz casi muriéndose de la risa al repetir las mismas palabras que usaban los guardias esos cuándo estos intentaban atrapar a Eda en su puesto en el mercado.

La reacción de los chicos frente a ella era de otro mundo.

—¡Hermanita no quiero ir a la cárcel! —Gritó casi llorando un chico peliverde idéntico a la chica que pintarrajeó la pared.

—¡Yo tampoco quiero ir alli, hermano mío! —Lloró la chica peliverde.

Luz observó a esos dos fijamente entrecerrando un poco la vista.

—Esos dos se me hacen conocidos... Es cómo si los hubiera visto en alguna parte... —Murmuró.

Al parecer la humana había encontrado nuevos amigos o tal vez más enemigos.

Quién sabe.

Continuará...


Gracias a los que siguen el fic. Recuerden que pueden seguirme en Wattpad o en Fanfiction cómo Rex3003. No olviden apoyarme para obligarme a seguir escribiendo. Solo así no dejaré abandonado ningún proyecto.

Nos vemos en la próxima, adiósh ;3.