Diario de Lacy #3: escrito por Lyra
No sé por dónde empezar… supongo que… no estoy muy segura qué decir, pero viendo que ellas escribieron cosas desde un punto de vista muy personal, supongo que tendrá que ser así. Que Dios me perdone si me dejo llevar por el enfado.
La que debería estar escribiendo esto sería Liena, pero terminó resfriándose con Liby por su pelea sin sentido por limpiar la nieve. Mamá está al cuidado de ellas, por otro lado, papá está en el restaurante. Casi todos salieron a hacia sus empleos, con excepción mía, mamá, Liz, Lila y las resfriadas.
Mi hermanita menor y yo con mamá atendimos a nuestras hermanas que seguían discutiendo, aun resfriadas y algo delirantes por la fiebre de treinta y ocho grados y medio.
Nos acostamos en la cama de Lupa porque en esa habitación duermen Liby y Liena en la litera. Mamá nos abrazaba con mucho cariño. Mi hermanita menor le decía que la quería mucho. Pero también dijo que quería sus dos mamis, eso era mencionar a mi tía.
Voy a sacar provecho de que estas cartas tengo que guardarlas hasta que mi tía Lana nos visite con la cápsula del tiempo que papá le pidió hacer. En resumen, nadie va a saber qué es lo que escribí.
La relación con mi tía Luan ya no es como lo fue en un inicio, al inicio era idéntica o mucho más como la de Lila. Ella es la tía que vio más que cualquier otras y que vio a varios de nosotros en todo el tiempo que llevamos de vida.
Ella dijo algunas… no, muchas cosas que nunca debió decir delante mío, eso fue paralelo a mi formación como católica en la iglesia del padre Thomas. Entre esas cosas, papá fue una de las cosas que mencionó. Allí supe que a ella le gustaba mi padre como a mi madre, Lori M. Loud.
Recuerdo que ella se comprometió a cuidarnos a Liena, las gemelas con menos de siete meses, Lupa de un año porque Loan, Liby, Lacy, Lemy fueron con mi tía Lily.
Mis padres le pidieron el favor de cuidarnos solo por unos tres días porque mamá necesitaba hacerse chequeos donde trabajaba tía Lisa. En ese tiempo, el hospital para la que ella trabajaba se había trasladado a una ciudad que estaba en nuestra frontera con Canadá.
Yo estaba feliz por quedarme con ella y mis hermanitas, claro que quería que Lemy se quedará conmigo, pero él se fue porque Lacy lo convenció para irse con tía Lily.
El primer día fue estupendo, mi tía jugaba con nosotras y yo la ayudaba con las gemelas, Liena trataba con Lupa porque era la bebé más tranquila que pudieron ver.
Cuando todas mis hermanas dormían, mi tía y yo nos dormimos un poco más tarde porque al lado de ella veía caricaturas. Eso era lo que hacía con ella cada vez que nos visitaba. Mis padres siempre me decían: "Tía Luan esto, tía Luan aquello". Era inseparable de ella cuando estaba con nosotros. A veces llevaba a su ventrílocuo, el señor Cocos.
La segunda noche marcaría el cambio radical o, mejor dicho, el cambio de mi trato hacia ella.
Ella recibió en la tarde una llamada de mi padre, puedo deducir que era lo que le decía muy aparte de que mi madre estaba mejorando en el tratamiento que le daba tía Lisa. Hasta horas tempranas de la noche, mi tía actuaba normal, como siempre.
Esa noche, mi tía nos persuadió para dormir temprano a mí y a Liena, ya había mecido y alimentado a las bebés. Liena estaba acostada y se notaba que tendría la reacción de un tronco frente a un ruido. Yo, después de algo de dos horas o un poco más, me levanté para buscar a tía Luan y decirle que no podía dormir.
Caminé de manera cautelosa desde el segundo piso hasta la cocina porque los ruidos de pisadas y cajones siendo abiertos venían de allí. Esperaba que mi tía se sorprendiera de que estuviera despierta, pero fue distinto.
No estaba en la cocina, sino había sacado algo para seguir su estancia en el patio de nuestra casa. Me asomé con lentitud y pude ver que tenía una copa de vino a la mitad.
De repente, empezó por hablar muchas cosas positivas de mi padre, eran cosas muy lindas viniendo de ella, sin embargo, cuando mencionó a mi madre… no fue lo mismo. Las cosas horribles que dijo de ella me dejaron muy atónita, no pensé que tía Luan tuviera esos pensamientos sobre mi mamá.
Realmente lo que coronó aquella noche fueron el amor que aún mantiene hacia mi papá y unas cosas muy horribles que me reservo para mí. Tía Luan fue muy irreconocible, yo no podía creer que esa mujer que dijo eso fuera ella. Mi tía escuchó mi pequeño llanto. Ella no debió decir aquello delante mío, aunque, en verdad, ella no supo de mi presencia hasta dicha acción que realicé. Pero no debió hacerlo en la casa de sus padres y actualmente de sus hermanos.
No hizo mucho cuando me vio llorar, solo se quedó allí sin poder hacer nada más porque me fui corriendo a seguir lamentándome en mi cama y dejé con seguro la puerta.
La hora del desayuno fue muy extraña, Liena se percató de que andaba muy callada, pero ella pensaba que quizás solo era porque no dormí bien. Tía Luan hizo que Liena viera por unos momentos a Lupa, me pidió que fuera con ella a la habitación de las gemelas.
Lo que viene primero a mi mente de esa charla con mi tía Luan es el abrazo fuerte que le di. Yo misma lo hice porque esa sería la última vez que la podría querer como la quise, no podía dejar pasar lo que dijo por mucho que ella me diera una explicación para los siete años que tenía en ese momento.
Recuerdo que la abracé llorando y le dije que la quería y la odiaba a la vez, que no iba a dejar que separara a mis padres y mucho menos se le acercara en mi presencia a Lincoln M. Loud.
Sé que mi religión me dice que debo perdonar, pero… con mi tía lo he hecho en parte. No es fácil saber que ella tenga un horrible concepto de mi madre, espero que nunca se entere, aunque… no, no lo creo.
Y si yo me enteré de aquello, puedo estar segura que lo saben mi tía Luna, tía Lola y mi abuela Rita. Una por ser la más cercana, la otra porque es una experta enterándose de todo y mi abuela porque es la madre de todos y no creo que deje pasar los comportamientos de mis tías después de lo de mis padres.
Parte de mi continuo enojo con mi tía es que temo que a Lila le suceda lo mismo que a mí, no quiero que se lleve una decepción como yo.
Sé que me he explayado demasiado, pero tengo que dejar en claro el porqué verán que hay cierta tensión entre las dos en algunas grabaciones y mi incomodidad respecto a que Lila le diga "mami" a nuestra tía.
No es que desconfíe de papá, porque esto en realidad es por él y mamá, pero yo conozco como es él con sus hermanas. No hace falta ser muy listo para ver que suele ser permisivo con mi Lily y Lola. A veces pienso que papá podría... no sé cómo decirlo… bueno, pienso que él le correspondería a mi tía solo por no dejarla sufrir. Pero soy solo yo, quiero creer eso.
Abracé con fuerza a mi mamá, ella no sabía cuál era la razón, pero no se negó a corresponder mi muestra de afecto. A veces me abraza como si fuera una niñita, a veces me dice que desea que sea rubia como ella. Y otras veces, que en realidad son muchas veces, me dice que se siente muy orgullosa de mí. No me imagino estar separada o peleada con mi mamá.
Juntas preparamos el almuerzo para todos. En el almuerzo, mamá y yo charlábamos con Leia y Loan porque ambas estaban alegres con el negocio y el inmenso frío de la mañana que causo mucho abarrotamiento de personas frente a su puesto de chocolate caliente. Mamá estaba muy alegre porque rara vez ve a Loan hablar de algo abiertamente y que se llevara bien con Leia.
Mamá nos observaba a todos con atención, se notaba muy feliz porque tener una gran familia era una de las cosas que siempre quiso. También se percató del cansancio de Lacy, eso se debía a que el viejo Flip la hizo mover muchas cajas porque él atendería en la caja registradora.
Literalmente me percataba que mamá sabía como iniciar una conversación con uno y con otro sin hacer que nos peleáramos por su atención. Le recalcó a Lemy que le tocaba cortarse el cabello, eso hizo que Lemy comiera con desgano.
Ya era hora de irme a trabajar y mamá me dijo que me iba a dejar en mi trabajo porque tenía que ir al restaurante. Al salir, vimos a mi tía Luan llegando de comprar cosas. Ella le dijo a mamá que había almorzado en el restaurante y que luego fue al centro comercial. Ella notó mi rostro de desagrado porque yo sabía que lo más probable era que almorzara con él.
Entré y dejé mis cosas en mi casillero para comenzar a atender a los clientes. Allí conocía a tres trillizas de catorce años, se llamaban Lois, Gloom y Lara. Las tres eran huérfanas y vivían en un orfanato, pero debido a un programa de trabajo, las tres pudieron trabajar en este lugar.
Con Gloom es con quién hablaba más a fondo, me contó que las dejaron un día de invierno como el que ocurría en esos momentos y por pura suerte uno de los encargados del orfanato se percató de que tocaron la puerta. Ellas habían tenido muchas ocasiones de ser adoptadas, pero siempre terminaban por rogarles a los superiores que evitaran eso porque no querían separarse. Ahora solo les quedaba por valerse por sí mismas porque en unos años ya el orfanato no podría tenerlas.
Ellas sabían de quién era hija, Lara me contó que en el orfanato de escuchan muchas historias respecto a mi familia. Ya me imaginaba que algunos lugares no serían exentos de saber sobre nosotros. Pero para ellas era genial tenerme de amiga.
Mientras llevaba los pedidos a las mesas, Lois me decía que estaban muy agradecidas con la dueña del lugar, la señorita Maggie, por darle trabajo a las tres juntas. Después de las personas del orfanato, la señorita Maggie es la que les da por segunda vez en sus vidas una oportunidad para seguir las tres juntas.
Las horas pasaban y algunos de los clientes, que en su mayoría eran niños y adolescentes, dejaban de entrar porque el viento arreciaba fuertemente. Pero después de unos minutos entró un muchacho de cabello rubio y largo.
Noté que Gloom se escondió debajo del mostrador de los pedidos, me acerqué y le pregunté que era lo que quería. Era un muchacho muy educado y claramente conocía a Lara y Lois, obviamente que también a Gloom.
Algo más que puedo contarles de ellas es que son muy distintas. Gloom es la chica inocente y dulce, casi como mi tía Leni. Lara es razonable, alegre y un poco más seria. Lois es bromista, fastidiosa y menos seria. Son muy encantadoras.
Ese día salimos juntas, ellas me acompañaron a la parada de autobuses cercana porque ellas tenían que caminar un poco más y eran tres, yo solo una. El viento y la nieve se mantenían reacios a disminuir su intensidad.
Mamá, papá, tía Luan, tía Luna y mis hermanos estaban sentados en la sala tomando chocolate caliente de Leia y Loan. Rápidamente interrumpí la conversación de papá y tía Luan. ¡Dios, perdóname! ¡Pero no la quiero cerca de él! ¡Aunque mi mamá esté al lado de ellos con mi tía Luna!
Katherine Mulligan decía en la televisión que las temperaturas bajarían esa noche. Yo cenaba mientras mi papá me acompañaba, pero mi tía Luan se sentó con nosotros, pude notar que estaba un poco enfadada conmigo.
No puedo negar que a veces pienso que exagero, sin embargo, ella debió guardarse sus cosas y no hablar en voz alta… o tal vez yo me equivoque. Esto también lo sabe el padre Thomas por mis confesiones. Él me dice que debería discutirlo de forma más madura, pero él no sabe cómo es mi tía cuando está cerca de mi padre.
Lo siento, dejaré de hablar de ella por lo poco que queda por relatar.
Después de cenar subí para ver cómo estaban mis hermanas, se notaban mejor de como estaban en la mañana. Y sí, se mantenían discutiendo por quién sería la que quitaría toda la nieve de las casas.
Tome un baño caliente para despejarme. Al salir, escuché que mis tías se iban a descansar. Recibí una mensaje de mi tía Lily, me dijo que llegaría con más antelación de lo que le dijo a Loan. Y se quedaría un tiempo con mi tía Luan. Creo que ella también sabe lo de tía Luan… creo que debo descansar y no dejar que mi enfado me consuma.
Esto sería todo por esta ocasión, retomaremos por seguir con el diario, que en realidad son hojas escritas por separado, de Lacy dentro de una semana o quizás antes. Dejaremos la mayoría de cosas para las cámaras. Dios los bendiga, adiós…
