XX
Junio de 2012
Harry Potter: 31 años
Draco Malfoy: 22 años
Harry entró en Elixires Especializados el día que Draco cumplió los veintidós, y lo encontró en su laboratorio. Sin embargo, al segundo que Harry dio el primer paso a través del umbral y vio a Draco, se congeló.
—No luzcas tan decepcionado —dijo Draco, apenas levantando la vista de su microscopio mágico—. No va a ser permanente.
Draco estaba calvo.
Más precisamente, su cabeza estaba afeitada, solo había una ligera pelusa en la parte superior donde había estado todo su cabello. Dado el tono de piel claro de Draco, la pelusa era de un color más oscuro de lo que Harry hubiera esperado. Claro, si hubiera estado esperando esto.
—Pero —dijo Harry—, ¿por qué?
—Mamá va a salir —dijo Draco, sacando un portaobjetos e insertando otro.
Hasta donde Harry sabía, Narcissa no vivió con Draco después de ser liberada de Azkaban. Hasta donde Harry sabía, ella fue trasladada directamente a la Sala Janus Thickey. Harry tragó saliva, preguntándose qué tanto sabía Draco en ese momento, y que tanto podría Harry contarle—. Pensé que le gustaba tu cabello. ¿No fue ella la que…? —Harry se detuvo, pensando que tal vez no debería recordarle a Draco que sabía lo de las cintas—. Pensé que era tu papá quien te hizo cortártelo.
—Mamá sabrá lo que significa si lo ve largo —Draco volvió a cambiar los portaobjetos, su atención totalmente enfocada en el microscopio—. Ella siempre sabe.
—Y no quieres que ella sepa lo que significa.
—¿Acaso quiero que ella sepa que fui a follar con Muggles porque tan necesitado estaba de una polla? La verdad es que no —Draco tomó otro portaobjetos y Harry estaba empezando a pensar que el microscopio era solo una excusa para que Draco no tuviera que mirarlo—. Te dije que no lucieras decepcionado —prosiguió—. Intenté algo. No funcionó.
—¿Qué quieres decir con que no funcionó? —Te follaron, ¿no?, Harry quiso agregar. No sonar decepcionado estaba resultando difícil.
Finalmente, Draco miró hacia arriba. Se veía absolutamente terrible. No era la falta de cabello, su cabello lo había hecho lucir tan hermoso que tenerlo todo afeitado debería haberlo hecho lucir mucho menos hermoso, pero ese no era el problema. De hecho, la falta de cabello resaltaba la delicadeza de sus rasgos, la agudeza de su mandíbula. Se habría visto tan bien como siempre, excepto que ahora la delgadez había llegado a la etapa de los huesos. Tenía grandes huecos debajo de los ojos, casi morados en su piel pálida. Sus ojos eran demasiado grandes. Harry sintió que podía ver huesos individuales en las manos de Draco.
—Siempre pensé que tal vez si follaba con algún tipo, solo con uno; no importaba quién, entonces tal vez podría sacarlo de mi sistema —Draco estaba hablando lentamente, sus palabras muy mesuradas—. No querría seguir haciéndolo y podría ser lo que mis padres querían que fuera. Creo que ambos sabemos que no funciona de esa manera.
—Esa no es una razón para rendirse —dijo Harry, acercándose.
—Por supuesto que no —dijo Draco, su tono burlón—. Pero descubrí algo más —Con cuidado, apiló un portaobjetos sobre otro—. Follar con chicos no es tan bueno como pensé que sería —Sus ojos se movieron rápidamente, captando la expresión de Harry—. Es bueno. Tenías razón; puede ser divertido. Pero no es lo más importante en mi vida. De hecho, he descubierto que ni siquiera es lo primero en mi lista.
—Pero es parte de ti —Harry se acercó un paso más.
—Al igual que mi cabello. Puedo cortarlo. A diferencia de otras partes de mí.
—¿Pero por qué? —Preguntó Harry—. No tienes que hacerlo.
Draco comenzó a jugar con los portaobjetos de nuevo, apilando otro encima de los otros dos.
—Te dije que todos mis pensamientos al despertar eran sobre sexo, pero no era cierto. Pienso mucho en ello, pero no tanto como pienso en Mamá y Papá. En Crabbe y Goyle. En Dobby y los pavos reales, en jugar quidditch en los jardines, en las lecciones de baile y en el fuego de colores. En mi padre leyéndome libros. ¿Entiendes lo que quiero decir? Dame la opción de follarme a mil tipos. Dame la opción de follarme al hombre de mis sueños —Volvió a mirar a Harry—. Seguiré eligiendo a mamá cada vez.
—¿De verdad tienes que elegir? ¿De verdad crees que ella te repudiaría si...?
—¿Repudiarme? —Preguntó Draco, horrorizado—. Potter, no hay nada que repudiar. No tenemos casa; no tenemos dinero para que ella se lo lleve.
—¿De verdad crees que ella dejaría de amarte? —Harry se acercó, lo suficientemente cerca ahora para poner su mano sobre el hombro de Draco. Harry sabía que era mejor no hacerlo—. Draco, ella te ama tanto.
—¿Crees que no lo sé? —Draco lo miró con incredulidad—. No estoy hablando de su amor; estoy hablando de ella, ¿sabes lo que le haría si supiera que estoy follando con hombres muggles? Quizás estaría un poco decepcionada, pero está bien. Puedo vivir con ello. Pero… pero ella pensaría que soy infeliz. Ella pensaría que debo serlo, por ir y hacer algo así; ella pensaría que ella debería haber hecho algo malo conmigo, que ha cometido algún error. Ella me ama tanto que ni siquiera puede culparme. Ella se culparía a sí misma.
—¿Es… es porque son muggles? —Preguntó Harry—. Si encontraras a alguien mágico con quien estar-
—Son hombres —dijo Draco—. ¿No has entendido nada de esto? Potter. Si tú- si tú eres rico y famoso y tan bueno como un sangre pura, y el mago más famoso de nuestro tiempo- y… y por alguna razón quieres estar conmigo, y una cigüeña nos trae, milagrosamente, un bebé sangre pura, para que mi madre pueda tener los bebés sangre pura que siempre ha querido… ¿No lo entiendes? Eso seguiría sin ser suficiente para ella, porque yo estaría con un hombre. Ella todavía pensaría que algo anda mal conmigo; se preocuparía de que yo no fuera feliz, y todavía se culparía a sí misma, porque ella…. Porque ella era quien me vestía cuando yo era un niño y me dejó usar maquillaje.
—Pero ella todavía te amaría —señaló Harry.
—Pero ella no estaría orgullosa de mí, y eso es todo lo que- joder. Nunca vas a entender esto.
—No —dijo Harry lentamente—. No creo que alguna vez lo haga.
—Fuiste criado de una forma completamente diferente a mí.
—Sí. Lo fui.
—Entonces no sé cómo explicártelo —Draco se masajeó las sienes por un momento, como si le doliera la cabeza.
Harry deseaba poder quitar ese dolor.
Por fin, Draco bajó las manos, abrió los ojos y miró alrededor del laboratorio.
—Al menos tengo este lugar —dijo—. He estado pendiente de las ofertas de trabajo de La tienda de calderos Potage por un tiempo, pero no pensé que lo conseguiría.
—¿Tu madre no se decepcionará de que trabajes en una tienda?
—Probablemente —contestó Draco, levantándose finalmente de su taburete—. Pero tengo que ganar suficiente dinero para mantenerla en algún lugar, y debe ser uno cómodo y que ella no tenga que trabajar.
Entonces Draco no sabía nada de la Sala Janus Thickey. Harry no creía que Narcissa hubiera sido liberada antes de su muerte, lo que significaba que Draco nunca la había mantenido en algún lugar. Harry recordó lo mucho que había dejado que Draco adivinara sobre su vida cuando tenía once años, y los problemas que eso había causado. Y, sin embargo, Harry no pudo encontrar la fuerza para decirle la verdad a Draco en ese momento. De todos modos, Draco todavía continuaba hablando.
—Acabo de conseguir un trabajo en Slug & Jiggers, ya sabes, la tienda de pociones en el Callejón Diagon. Quería la del señor Mulpepper, pero su esposa no quiso aceptarme. Nadie quiere contratar a ex Mortífagos —Draco miró alrededor del laboratorio de nuevo—. Pero esto está bien, en realidad. De hecho, es bastante bueno. Mejor de lo que esperaba. ¿Vamos a ver los recuerdos del Ojo?
—Están aquí —Harry dejó el frasco sobre la mesa, dudando—. Odio tu trabajo en Slug & Jiggers —dijo después de un momento—. Tu jefe es abusivo.
Draco miró hacia otro lado, apretando fuertemente los labios.
—Allí nos vamos a reencontrar, entonces.
—En aproximadamente un año.
—Y soy tan atractivo, simplemente no puedes mantenerte alejado, ¿no? —Draco todavía no lo miraba. A juzgar por su voz, no sonaba como si estuviera hablando en serio.
—No fue así.
Draco se volvió hacia él.
—Entonces, ¿cómo fue?
Harry se tragó un suspiro.
—Necesitaba que identificaras una poción.
—Ah —La mirada de Draco se desvió hacia el frasco sobre la mesa, donde los recuerdos se arremolinaban en perezosos hilos plateados—. Como ahora que necesitas ver esos recuerdos.
—En realidad no —dijo Harry—. Quiero que me ayudes con esos recuerdos para que pueda estar cerca de ti.
—Espero que no digas cosas así cuando vengas a verme para la identificación de pociones —murmuró Draco.
—No lo hago —dijo Harry—. Ni siquiera me di cuenta de que por eso siempre venía a ti. No va a ser por mucho tiempo, de todos modos.
—Pero tu magia lo sabía —Draco hizo un gesto con la cabeza, señalando a la zorra de Harry, que dormitaba acurrucada en una bola y no les prestaba atención—. Nos hemos hecho buenos amigos, tu Patronus y yo. Creo que ella está enamorada de mí.
—No me sorprendería —murmuró Harry.
Draco se movió incómodo.
—Pongámonos a trabajar, ¿de acuerdo?
—Yo solo —dijo Harry, subiendo sus lentes—. ¿La dejarás verte trabajando en una tienda, pero no le dejarás saber que eres gay? ¿Ser gay es mucho peor?
Draco lo miró fijamente por un momento, la zorra plateada se dio la vuelta y dejó escapar un gran bostezo.
—Realmente te instruyo sobre lo que es tener padres, ¿no? —Dijo, pero su voz no era desagradable—. En el orden de las cosas, es más importante que Madre tenga un techo sobre su cabeza que estar orgullosa de mí. Es más importante que tenga alimentos para comer y los cojines que le gustan y la túnica que ella… Potter. Si tuviera que prostituirme con cada muggle de la calle para que ella pudiera tener sus bombones, lo haría.
—Eh… —A Harry se le hizo un nudo en el estómago—. Tú no… no lo has hecho, ¿verdad?
Draco puso los ojos en blanco.
—Soy un indigente, Potter, no un cobarde. El punto es que lo haría. Su seguridad y su comodidad son más importantes que el que esté orgullosa de mí. Pero una vez que hayamos lidiado con eso, ella querrá pensar que tengo una vida normal, tanto como sea posible como empleado de una tienda. Así que me cortaré el pelo y no follaré con hombres, eso es todo.
Harry pensó en lo que había dicho Andrómeda, en Narcissa volviéndose loca, pensando que había arruinado a su hijo.
—Pero, ¿no es su máxima prioridad tu seguridad y comodidad?
—Ahora lo estás entendiendo.
—Pero —dijo Harry de nuevo—. No es… hmm. ¿Follar con chicos no es parte de lo que te hace sentir cómodo?
—Follar con chicos es una comodidad. ¿Comprendes? No es una necesidad. No podemos vivir sin que yo trabaje en una tienda o algo por el estilo; pero podemos vivir tranquilamente sin que yo folle con chicos.
—Los bombones son una comodidad.
—Sí —dijo Draco, sonando muy molesto—, pero son para ella.
—¿Pero no crees que ella querría comodidades para ti?
—Exactamente, Potter. Por eso nunca le dejé saber lo que realmente quiero o quién soy en realidad, y los dos fingimos que no jugaba con muñecas cuando tenía seis años.
Harry lo miró fijamente, pensando que eso no podía ser lo que Narcissa quería. Probablemente no era lo que Narcissa quería en absoluto, pero Draco no iba a creer lo que Harry le dijera al respecto. Quizás Narcissa ni siquiera le hubiera creído tampoco; ella estaba tan arruinada como Draco.
—Esto está bien jodido.
—Sí, bueno —Draco levantó la nariz—. Si hubieras tenido padres, lo entenderías.
Harry se quedó allí, tratando de pensar en una manera de decirle a Draco que Narcissa terminó en la Sala Janus Thickey, hasta que se dio cuenta de que no importaba. A Draco no le importaba. Tal vez tendría que gastar un poco menos de dinero para comprar sus bombones, pero… no. Él todavía le compraría bombones; probablemente igual iría a verla todos los días después del trabajo, todas las mañanas hasta que comprara Elixires Especializados. Usaría un corte de pelo corto y fingiría que no le gustaban los hombres, porque lo que le importaba era que su loca madre, encerrada en la Sala Janus Thickey, no se preocupara por él. Su propia vida no le importaba en lo más mínimo, y Harry se preguntó si eso sería diferente alguna vez.
—Echemos un vistazo a esos recuerdos —dijo Harry.
Se pusieron a trabajar.
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Junio de 2012
Harry Potter: 31 años
Draco Malfoy: 23 años
Había pasado más de una semana desde que Draco había cumplido dieciocho años y Harry había regresado a Grimmauld Place para quedarse allí, pero había venido cada vez que su Patronus le había alertado de que Draco había crecido un año. Cuando Harry llegó el día que Draco cumplió veintitrés, Draco ya estaba en el laboratorio de nuevo.
—Así que nos hemos vuelto a encontrar —dijo Draco, cuando Harry abrió la puerta de la tienda.
—No estaba seguro de si lo recordarías.
Draco lo miró con una expresión confundida.
—¿Pensaste que lo olvidaría? Además, acabo de recibir esos recuerdos; para mí, pasó hace apenas cuatro días.
—Quiero decir, no estaba exactamente seguro de cuándo sucedió, si lo recordarías en este intervalo o en el siguiente.
—Harry Potter —Draco chasqueó la lengua—. ¿Cómo pudiste olvidar la fecha exacta de nuestro reencuentro? Estoy horrorizado.
—Bueno —dijo Harry, dejando el frasco de recuerdos para que lo revisaran—. No fue un gran reencuentro.
—En efecto. Fuiste bastante grosero.
—Fui grosero.
—Sí —Draco levantó la barbilla—. No lograste admirar adecuadamente mi genio.
—Si quieres que te diga que eres el mejor en pociones cada vez que nos reunimos —dijo Harry, acomodándose frente a su Pensadero—, tendrás que esperar.
—Yo… —Draco se sonrojó—. ¿Cuánto tiempo?
—Supongo que tendrás que esperar y ver —Harry vertió la mitad de los recuerdos en el Pensadero, dejando la otra mitad para Draco. Harry esperó a que Draco tomara el frasco y vertiera los recuerdos, luego dijo—: ¿Cómo está tu mamá?
Draco hizo una mueca.
—¿Por qué preguntas, si ya lo sabes?
—No lo sé —dijo Harry.
Resoplando, Draco puso los ojos en blanco.
—Quiero decir, tengo que habértelo dicho en algún momento en el futuro —Harry vio como Draco se inclinaba para sumergir su rostro en el Pensadero, y luego miró a Harry. Al ver la expresión de Harry, Draco volvió a levantar la cara—. ¿No te lo dije?
Harry negó con la cabeza.
El rostro de Draco se puso un poco pálido, sus ojos comenzaron a brillar, y ahora Harry reconoció la ira de Draco en cuanto la vio.
—Todo eso de ser amigos… ¿eso también fue una mentira? No me hablaste de mi madre y ahora tú-
Harry levantó las manos. —Todo lo que sabía era que ella estaba en la Sala Janus Thickey —dijo—. No mentí sobre ser amigos. Simplemente, no ha sucedido todavía.
—Sé que no ha sucedido en mi línea de tiempo; estoy hablando de la tuya.
Harry no sabía cómo responder a eso, cómo explicarlo.
—Tampoco ha sucedido en mi línea de tiempo.
—De qué mierda estás hablando, Potter —Draco se puso de pie, su voz tan plana que las palabras no sonaron como una pregunta.
—Dijiste que podríamos serlo —dijo Harry—, cuando era pequeño. Dijiste que, si crecía y aún quería ser tu amigo, lo serías. Entonces, una vez que recuerdes-
—¿Una vez que recuerde? ¿Crees que seremos amigos en el futuro porque se lo prometí a un niño? ¿Qué diablos te pasa?
Muchas cosas. Aparentemente. Pero Draco también lo recordaría eventualmente, así que Harry no dijo nada.
—¿Qué demonios te hizo pensar que cumpliría mi promesa?
—Lo harás —dijo Harry.
—¡Soy un puto Slytherin! ¿Qué diablos te hace pensar que alguna vez cumpliría una promesa?
—Has cumplido las promesas que les hiciste a tus padres.
Los labios de Draco se curvaron con desdén.
—¿Has escuchado algo de lo que he dicho? No he cumplido ninguna de mis promesas; follé con Muggles, Potter, hombres Muggles; les he chupado las pollas; he fumado cigarrillos; tengo piercings; trabajé en un restaurante muggle; ¡soy asistente de una tienda! ¡No he cumplido nada de lo que prometí!
Harry se subió las gafas.
—No me refería a ese tipo de promesas.
—¡¿Y de qué otras estás hablando?! —Draco agitó los brazos.
—Me refería a la forma en que tú- siempre te importa lo que piensan y siempre quieres complacerlos. Y cómo quieres cuidar a tu madre-
—¡Ella es mi mamá!
—Pero eso es lo que quiero decir —dijo Harry—. Cuando amas a alguien, intentas hacer todo por esa persona y nunca te rindes. Dejas de pensar en ti mismo y- y harías cualquier cosa, sacrificarías cualquier cosa y… y eso no es una promesa de solo palabras. Es un tipo de promesa más profunda.
—¡Cuando amo a alguien! ¡No te amo!
—Créeme —dijo Harry con cansancio—. Soy muy consciente de eso.
Draco lo miró fijamente, su pecho palpitaba, sus ojos brillaban, luciendo un poco más como a cuando tenía trece años que nunca.
—Entonces, ni siquiera lo sabes —dijo finalmente, con los hombros hundidos—. Ni siquiera sabes si nos hacemos amigos.
—Sí lo sé —dijo Harry—. Lo seremos.
—Pero no sabes-
—Te conozco —dijo Harry—. Te conozco, me ames o no. Lo dijiste en serio.
—Y si… —La voz de Draco tembló—. ¿Y si he cambiado? ¿Con todo esto? —Hizo un gesto salvaje, como si agitar las manos pudiera abarcar la última semana de crecimiento y todo lo que había venido con eso—. ¿Qué pasa si no soy la misma persona, cuando recuerde?
Harry frunció el ceño.
—¿Te preocupa no sentirte igual que cuando dijiste eso?
—Me preocupa que tú- —Draco miró hacia otro lado, sus mejillas se sonrojaron.
El corazón de Harry se retorció y quiso abrazarlo. Nunca había querido abrazar a alguien con tanta frecuencia como sus manos ansiaban tocar a Draco.
—Sentiré lo mismo.
—¿Pero y si-?
—Draco —dijo Harry, interrumpiéndolo—. Yo ya siento lo mismo. Te lo juro. No va a cambiar.
—Y aún así… y aún así no vas a besarme.
Draco todavía se veía terrible: demacrado y pálido como Harry recordaba de esa primera vez en Slug and Jiggers. De todas formas, todavía era hermoso para Harry. En los delgados labios de Draco, Harry podía recordar las cálidas sonrisas que le había dado cuando Harry había sido un niño; en los grandes ojos grises de Draco, Harry podía ver al chico ansioso y precoz que había sido el mismo Draco. En la frente alta de Draco, Harry podía ver al hombre que a menudo estaba enojado e incluso más a menudo asustado y al hombre que lo escondía detrás de una máscara de belleza y calma. En el cabello de Draco, Harry podía ver el cabello largo y corto y todo lo demás, la lucha de Draco por encontrarse a sí mismo, y Harry lo deseaba. Lo deseaba.
Las palabras salieron antes de que Harry supiera lo que iba a decir, y luego las dijo, y no pudo retractarse.
—Te besaré.
La mandíbula de Draco cayó un poco, sus cejas arqueadas hicieron que sus ojos se agrandaran.
—¿Lo harás?
—Sí.
—Oh.
Se quedaron allí.
Harry dio un paso hacia él, luego otro. El pecho de Draco subía y bajaba rápidamente, sus ojos se agrandaron aún más, sus mejillas ya estaban teñidas de rosa. Se humedeció los labios y Harry extendió la mano para tocar su rostro.
—Tengo veintitrés —espetó Draco.
—No me importa —Harry se quitó las gafas y se las guardó en el bolsillo.
Harry realmente no debería estar haciendo esto, pero si iba a hacerlo, debería hacerlo bien. Debería besar a Draco como Draco se lo merecía; Harry debería mostrarle a Draco cómo se sentía realmente Harry, cuánto le importaba a Harry. Pero Harry no lo hizo.
Comenzó de esa manera, el pulgar de Harry rozó la esquina de la mandíbula de Draco, justo debajo de la oreja, acariciando la mandíbula de Draco hasta su boca. Harry se inclinó, inclinando su rostro para que no se golpearan las narices. Sus labios rozaron suavemente los de Draco, y Draco soltó un pequeño jadeo, dejando que su boca se abriera. Así que Harry lo hizo de nuevo, rozando la boca de Draco con la suya, tirando suavemente del labio inferior de Draco con sus propios labios. Pero Harry podría tener más; Draco estaba abriendo su boca contra la de Harry, y Harry podía tenerlo, así que Harry abrió su propia boca y lo besó más profundamente.
Y más profundo, presionándolo hasta tal punto que comenzó a empujar a Draco, quien se tambaleó hacia atrás, dando un paso torpe hasta que estuvo contra la pared entre las dos chimeneas. Harry lo empujó contra la pared.
—Oh —Draco suspiró, sorprendido. Tenía los ojos muy redondos y los labios muy húmedos.
Harry quería devorarlo. Pensó que podría hacerlo; pensó que Draco podría dejarlo. Harry metió la lengua dentro y saboreó el interior de la boca de Draco, acariciando la lengua de Draco con la suya. Draco hizo otro sonido de sorpresa, agudo y necesitado en el fondo de su garganta. Draco se aferraba como si quisiera salvar su vida, pero dejaba que Harry presionara cada vez más profundo, abriéndose para él, suave y dócil y de una manera que Draco normalmente no era.
Sintiéndose como si se estuviera quemando en un fuego que estaba demasiado caliente, Harry abrió la boca, jadeando por aire fresco, presionando su frente contra la de Draco mientras Draco también tomaba aire. Se quedaron así, jadeando. Harry pensó que, si recuperaba el aliento, podría recuperar la cordura.
—Potter —susurró Draco. Levantó la mano y tocó la cicatriz de Harry. Luego sus labios rozaron los de Harry, cálidos y suaves—. Potter, por favor —Draco se apretó contra él. Todo su cuerpo estaba temblando—. Por favor.
Harry se apartó, pero la mandíbula de Draco estaba allí, y los labios de Harry la rozaron, y luego se abría paso besando hasta ese punto en la esquina de la mandíbula de Draco. Draco se la estaba dando, girando la cabeza para que Harry pudiera tenerla, y Harry lo besó allí, succionando solo un poco, hasta que Draco hizo un sonido bajo y caliente que envió emoción por la columna vertebral de Harry. Luego se apartó.
Draco se aferró a los brazos de Harry.
—Así es como me siento —Harry sacó sus lentes y se los volvió a poner—. Lo prometo, no cambiará.
Los ojos de Draco se agrandaron, su rostro enrojeció, sus labios aún estaban separados.
—Oh, cielos. Tú no- no te detendrás, ¿verdad?
—No sientes lo mismo.
—Te he deseado toda mi vida —dijo Draco, todavía sosteniéndolo.
—Hay más en una relación que solo desear.
Draco se puso rígido.
—Sí. Bien —Con cuidado, apartó las manos de Harry—. Cómo se supone que lo sepa.
—Te lo mostraré, si me dejas —dijo Harry—. Pero ahora mismo, no- no me conoces de la forma en que yo te conozco a ti. No es justo para ti. Y no es justo para mí.
Draco apretó los dientes.
—No me interesa ser justo.
—A mí sí.
—¿Por qué tienes que ser tan…? —Draco apretó los labios, respirando con dificultad por la nariz. Sus ojos brillaban—. Joder —dijo, dejando escapar un suspiro. Se inclinó hacia él, su frente casi tocando la de Harry de nuevo, pero las gafas de Harry estaban en el camino—. ¿Por qué siempre tienes que ser tan jodidamente caliente? —murmuró.
—Para complacerte —murmuró Harry en respuesta, besando la comisura de la boca de Draco.
—Pero no es justo.
Harry sonrió contra la piel de Draco.
—Pensé que no estabas interesado en ser justo.
—¿No quieres…? ¿No podemos simplemente… con nuestra ropa puesta? —Draco suspiró—. Podríamos simplemente hacerlo con nuestra ropa puesta, y te prometo que no te tocaría, bueno, tal vez un poco. Y podríamos simplemente besarnos.
—Draco —dijo Harry, sonriendo de nuevo. Se reprochó un poco eso, pero Draco era muy divertido—. No es una negociación.
—Podría serlo —Draco rozó los labios de Harry con los suyos.
Harry se apartó de nuevo y dio un paso atrás.
—No —dijo—. No puede serlo. Te deseo. Quiero al tú que me recuerda- al que me recuerda realmente. Serás él en una semana más o menos. No es tanto tiempo de espera.
—Pero ya he esperado. ¡Doce años!
—Nunca me dijiste si eso te daba lo que querías —dijo Harry, sonriendo de nuevo.
—¿Qué es lo que me da lo que quiero?
—Quejarte y hacer pucheros.
—Yo no- —Draco se interrumpió con un bufido—. ¿Quién va a querer follar contigo, de todos modos? —Dijo, dándose la vuelta—. Ni siquiera me importa.
Harry no pudo evitar la diversión que sintió por las palabras de Draco.
—Echemos un vistazo a esos recuerdos del Ojo, ¿de acuerdo? —Preguntó, volviendo a su Pensadero.
—Merlín, ¿estás hablando en serio?
—¿Por qué no lo haría?
—Ugh —dijo Draco, y Harry no le dijo que sonaba exactamente como lo había hecho a los trece. Draco no lo apreciaría, incluso si fuera cierto—. ¿De verdad sigo ayudándote?
—Sí.
—¿Me has pagado alguna vez?
—No.
—Ugh —dijo Draco de nuevo—. No sé por qué lo haría —Luego metió la cabeza en el Pensadero, como si eso no fuera para ayudar a Harry también.
giulianacontesso: A mí también me duele que sea así consigo mismo. Le falta mucho por recorrer antes de poder superar todo eso:( ¡Gracias por comentar! :D
Nessie-sars: ¡A mí también me encanta que sepa la razón de esos detalles! De hecho, adoro que ambos se hayan dado cuenta de aspectos del otro que no entendían porque tenían que ver con la infancia y crecimiento del otro. Desde Harry y su miedo a enfermarse hasta los gustos de comida de Draco. Me emocionan pucho, perdón JKSJAJKS. Sobre Harry y su propia terapia psicológica, no te voy a mentir: la escena donde abraza a Teddy y le dice que lo quiere, me rompió el corazón, peor al mismo me hizo sentir tan orgullosa de él. Va mejorando poco a poco:,). Respecto al crecimiento de Draco, creo que es una de las cosas más dolorosas del fic: En un inicio tenemos a un niño muy confiado de sí mismo, y luego a un adolescente que demuestra cómo la crianza y enseñanzas de sus padres lo afectaron al punto de reprimirse, y finalmente tenemos a un joven adulto que se autodesprecia demasiado, e incluso eso lo demuestra durante sus 30's. Pero al igual que a Harry, el camino que le falta por recorrer es aún muy largo. ¡Gracias por comentar!:3
