Spectacular Lincoln Loud
Capítulo 16 Angels (Vicetone)
"Oh God I'm going insane. Chasing after you. Please don't leave me."
Roberto Alejandro Martínez Milán Luis Santiago. Aquel nombre resonaba una y otra vez como ecos de una memoria distante mientras intentaba procesar ese intenso sentimiento doloroso en su pecho. Escuchaba todos los gritos a su alrededor y aun así era incapaz de hacer nada, se sentía agotada. Como si hubiera usado todas sus energías para renacer.
Cerró los ojos esperando así calmar el dolor proveniente de su espalda, pero solo provocó que su conciencia se desvaneciera por quien sabe cuánto tiempo. Oscuridad total y mucho dolor era todo lo que esa nueva alma en pena sentía. Explorar los recuerdos de un pasado dividido por un translucido muro de cristal verde era lo único que podía hacer.
Cada nuevo recuerdo le permitía recordar con más detalle, pero al mismo tiempo incrementaba el dolor en su pecho.
—Ritmo cardíaco acelerado…—creyó escuchar antes de sentir cosquillas en su brazo derecho.
—D-d-d-octor, la-la aguja se-se-se r-rompió co-conntra su piel.—tartamudeó una enfermera joven.
Fue entonces que sintió una mano fuerte apretando su piel y creando la suficiente tensión como para que pudiera ser atravesada. No estaba del todo segura si la sensación era buena o mala, solo sabía que no podía moverse. Fue entonces que la inyección tuvo efecto y todo volvió a ser negro.
Bobby.
Sí, un nombre mucho más fácil de recordar y que despertaba pasiones en su interior, sentimientos conflictivos al menos, odio y amor, respeto e indignación, eran solo algunas de las amalgamas que sentía al recordar ese nombre, deseaba olvidarlo y al mismo tiempo quería preservarlo para siempre.
No era tonta, sabía que ya nunca volvería a verlo y aun así no podía evitar esos pinchazos en su cabeza mientras las máquinas industriales resonaban en sus oídos ahora más sensibles.
—La tomografía no revela nada preocupante señorita Santiago.—creía conocer esa voz como alguien amable.
—¡Es mi hija, dime la verdad McBride!—gritaba la mujer desesperada.
Todo volvió a oscurecer y esta vez decidió que a la próxima abriría los ojos. Cosa que hizo cuando finalmente llegó una nueva oportunidad. Su primera impresión fue como una ráfaga de memorias de su vida pasada llegaban en torrente a su cabeza y la iluminaban con mucho conocimiento, cerró los ojos y levantó su mano, o al menos lo intentó ya que no pudo moverla. Y esta vez no por falta de energías o voluntad, sino porque tenía sus manos atadas con cuero a los lados de la cama de hospital.
—¿Qué?—preguntó ella confundida.
Pudo girar su cabeza, solo para encontrarse en una habitación vacía de hospital, ya no era de día, sino de noche con la televisión encendida y ella atada de manos y pies en completa soledad. Al ver hacia abajo solo pudo encontrarse con sus pies y un extraño tubo que salía de su espalda y llegaba a un contenedor.
—¿Cuánto tiempo ha pasado?—preguntó sin respuesta alguna, solo la más absoluta oscuridad.
Ronnie había despertado de ese sueño, pero una vez de vuelta al mundo real, sabía perfectamente que se encontraría mejor de vuelta a la inconciencia.
De todas maneras, estaba sola como siempre había estado.
"I see your heart watching away eh eh ehh. And that's how you left me in the cold."
El señor Loud conocía su rutina, despertar, esperar al guardia, hacer fila, desayunar, hacer las tareas del día, una hora a "libre" elección, la cual casi siempre pasaba en la librería y de vuelta a la celda para repetir todo al día siguiente. De vez en cuando había ciertas variaciones en sus días, como cuando los latinos intentaron acercarse a él porque creían que era una persona de familia, igual que ellos.
La negativa que les dio fue clara como el cristal, cosa que le provocó una visita a la enfermería, al menos no eran los neonazis los que lo querían dentro.
Decir que envejeció varios años de golpe sería minimizar los efectos físicos que se veían claros en su cuerpo, primero estaban las heridas que tenía en el rostro, unas ojeras de no poder dormir por copiosas noches de llanto y arrepentimiento, pero sobre todo, perdió ese atisbo de esperanza que tienen todos en sus ojos, probablemente era un muerto en vida.
Y según las leyes estatales de Nueva York, efectivamente lo era, no iba a salir nunca de ese agujero sin hondo.
Aunque no todo era malo, debido a que le ayudo a un pez gordo, tenía bastantes privilegios, como que en la biblioteca le dejaban hacer videollamadas mientras "nadie" lo vigilaba, o que ocasionalmente se encontraba con comida real envuelta en aluminio dentro de su almohada. Definitivamente podía encontrarse peor, pero aquello no era ni un atisbo de lo que era estar con su familia, ese día al mes era todo por lo que seguía luchando.
—Unidad paterna.—escuchó detrás del cristal, se comunicaba por un pequeño teléfono que solo le permitía a él escuchar lo que ella dijera.
—¿Lisa?—preguntó el señor Loud sin entender—¿Qué haces aquí? ¿Cómo te dejaron pasar? ¿Cómo están tus hermanas? ¿Tu mamá?
Durante un segundo Lisa se dedicó solo a parpadear de manera lenta y monótona, definitivamente molesta de que su padre le intentara hacer perder el tiempo con cuestiones tan mundanas e insignificantes.
—Sí.—contestó Lisa tomando una carpeta—Logré grandes avances estos meses en mi investigación.
—¿Qué investigación?—preguntó el señor Loud confundido.
—De quien te hizo esto, obviamente.—dijo Lisa sonriendo de medio lado.
—Ya te dije que fui…—intentó interrumpirla su pare, pero la niña solo siguió hablando sin importarle.
—Después de hacer todos los descartes necesarios solo quedan tres sospechosos que están directamente peleados con Kingpin.—explicó ella como si fuera lo más natural.
—No digas ese nom…—intentaba advertirle su papá.
—Sable, Hammerhead y la Comadreja son los únicos con los ingresos suficientes como para financiar un proyecto tan grande, pero Sable ni siquiera estaba en la ciudad, en el bajo mundo se sabe que sus matones no actúan sin ella.—dijo Lisa de forma casi metódica.
—Lisa…—intentó advertirle su padre.
—Hammerhead no es lo suficientemente inteligente, pero puede contratar gente, lo que me lleva a la Comadreja.—dijo ella juntando ambas manos.
La expresión en la cara del señor Loud fue suficiente para ella, una sonrisa de medio lado y tachar algo en una libreta.
—No arriesgues a tus hermanas…—le advirtió el señor Loud viendo la expresión en el rostro de su hija.
—No soy lo suficientemente tonta.—dijo Lisa con seguridad tomando notas en su libreta y tomando el teléfono carcelario—¿Te suena de algo el nombre Hawk Arrow?
—¿Arrow? ¿Cómo un arquero?—preguntó el señor al mismo tiempo que ella asentía—No.
—Otra mentira, estoy decepcionada.—dijo ella acomodando sus lentes y colgando el teléfono.
El señor Loud solo miraba impotente como su hija menor daba media vuelta, ignorando completamente sus advertencias y se alejaba por el pasillo con esa sonrisa de satisfacción pretenciosa. Pudo verla alejarse por aquel pasillo oscuro iluminado por apenas unas tenues luces que intentaban combatir a la oscuridad apremiante por la cual Lisa se dirigía.
No había soltado el teléfono cuando un guardia lo tomó a la fuerza para que se levantara de vuelta a la celda, no había nada que hacer.
"It's pitiful how you let me lose, You better run, better run."
En aquel momento Lincoln y Peter se encontraban moviéndose de un lado a otro dentro de la pequeña sala, esperando novedades por parte de los adultos. Mientras tanto Gwen y Clyde esperaban con paciencia mirando hacia la pared, era una espera monstruosa.
Finalmente, el Doctor McBride salió de la habitación.
—¿Se encuentra bien?—preguntó Lincoln inmediatamente escuchó todo con sus sentidos arácnidos.
—Se encuentra viva.—fue lo que dijo el señor McBride con pésame—Su familia está con ella, apenas salgan podrán entrar ustedes.
Habían pasado ya un par de semanas desde el incidente con el Lagarto, prácticamente era primavera por lo que Peter aun seguía teniendo que usar un yeso por una fractura que se hizo en el brazo. Y claro que Lincoln se sentía horrible, después de todo nunca se enteró siquiera que Ronnie estuviera involucrada con los eventos del Lagarto, estaba tan concentrado en salvar a Peter y el Doctor Connors que ni siquiera pudo voltear de un lado a otro solo para asegurarse que no hubiera heridos.
—Es mi culpa…—susurró cuando pasó al lado de Peter.
—No, es mi culpa, debió haber seguido al Lagarto cuando me atrapó.—dijo Peter mirándolo fijamente a los ojos mostrando su yeso como evidencia justo cuando su celular comenzó a sonar—Pero si desactivé las llamadas…
Resulta que aparecer en todos los noticieros como el niño secuestrado por un hombre lagarto provocó que Peter quedara en medio de la mirada de todo el mundo, especialmente de personas interesadas en las conspiraciones creyendo que había una relación entre Peter y el Lagarto, algunos incluso afirmando que Peter Parker era un mutante que se transformaba así en ciertas noches. Por lo que constantemente recibía notificaciones o llamadas de gente obsesiva, incluso Peter se creería perfectamente si alguien lo estuviera siguiendo.
—Oh vamos, la vez que te mandaron comida para lagarto por correo al menos fue divertido.—dijo Lincoln provocando que Peter lo viera con malos ojos.
—¿Cómo puedes siempre bromear?—preguntó Peter sorprendido.
—Mi hermana Luan me dijo que siempre bromeara cuando estuviera nervioso.—dijo Lincoln con simpleza sin darse cuenta que estaba comenzando a caminar en la pared.
—No subas los pies a la pared.—escuchó el grito de una enfermera y agradeció a todos los santos no haber dado otro paso.
Peter abrió los ojos de par en par, incrédulo de lo exhorto que estaba Lincoln en Ronnie como para casi ser descubierto.
Después de una tortuosa espera de veinte minutos los papás de Ronnie y dos señores muy mayores a quienes Lincoln reconoció como sus abuelos Casagrande salieron de la habitación entre lágrimas. La señorita Casagrande comenzó a rezar entre llantos en español y de manera acelerada mientras su esposo la abrazaba para protegerla. El señor Santiago fue a acompañarlos hasta la parte baja, mientras que su esposa volteó a ver a los niños.
—Esto es un error.—dijo ella llevándose una mano al rostro, tenía un suéter rosa desgastado y sucio, además de unos jeans caídos y el pelo desacomodado—Acompáñenme, apaguen todos sus celulares ella no soporta mucho el ruido.
—¿Qué le pasó?—preguntó Clyde gravemente herido.
Ninguno de ellos sabía del destino de su amiga, solo que había salido terriblemente lastimada por el Lagarto, pero nadie sabía explicarse como era posible que ella estuviera en aquel zoológico tan alejado de su casa.
Al entrar a la habitación Lincoln pudo ver una escena que nunca olvidaría, en medio de la habitación se encontraba una cama de hospital con varias cuerdas colgando del techo. Al principio Ronnie no parecía nada diferente a como solía recordarla, fuera de que tenía toda su piel cubierta con un traje especial verde, pero entonces fue que comenzó a ver sus dientes, mejor dicho, colmillos. Al acercarse a ver los brazos notó que ambos eran normales, sus piernas seguían siendo humanas, pero ambas se encontraban levantadas.
La parte que más sobresalía es que de la cama era su espalda, un tubo transparente relleno de un líquido verde asqueroso recorría desde la espalda de Ronnie hasta terminar en un bote amarillo con advertencias biológicas, del cual provenía un intenso hedor a azufre. Llevaba una bata de hospital encima de su traje verde, probablemente solo como vieja costumbre.
—¿Ronnie?—dijo Gwen con la voz quebrada, pero era la única que podía hablar, el resto estaban tan impactados que se habían quedado paralizados.
—¿Gwen?—preguntó confundida la voz de Ronnie con cansancio, tenía los ojos cubiertos con unos lentes de sol.
—Son… Son tus amigos cariño, ¿Los recuerdas?—dijo su mamá prácticamente llorando con cada palabra.
—¿Amigos?—decía Ronnie intentando voltear de un lado a otro y comenzando a olfatear.
Como si eso fuera la gota que derramó el vaso Clyde cayó desmayado, solamente salvado debido a los reflejos de Lincoln. Su padre lo llevó fuera de la habitación mientras intentaba no voltear a ver a Ronnie.
—Ronnie soy yo, Peter, ¿Pit?—preguntó él acercándose para darle la mano, pero María lo evitó—¿Pasa algo?
—Es mejor no tocarla.—dijo la mujer con severidad.
—Ronnie, ¿Quién te hizo esto?—dijo Lincoln apretando los puños e intentando acercarse, pero Gwen lo detuvo.
—Un pejelagarto.—dijo ella sonriendo y lanzando una risotada, provocándole dolor interno y causando que el flujo de aquel liquido verde fuera más rápido—Lo último que recuerdo es que me tiró contra la jaula de unos escorpiones.
—¿Puede volver a ser normal?—preguntó Gwen asustada de no saber qué decir.
—No.—fue la respuesta que dieron a la vez Ronnie, Lincoln y el doctor McBride.
—El lado bueno es que tampoco irá a prisión, mi padre le dará refugio en Oscorp, incluso le construyó un traje para que canalice tanto… Veneno.
—¿Veneno?—preguntó Peter viendo el tanque de desechos tóxicos.
—Sí, veneno, no letal, afortunadamente, en unos años podríamos ver a una nueva heroína, tengo el traje en mi oficina y estoy seguro que le encantará.—dijo el señor McBride en algunas partes tartamudeando y siempre desviando la mirada—Puedo lograr que les den pases para verla en las instalaciones, de vez en cuando.
A Lincoln esa historia le sonaba demasiado similar, solo que aún no le habían crecido patas extras o colmillos con veneno a él y Ronnie no había enloquecido por los experimentos que hicieron en su cuerpo.
—Aún están estudiando su ADN para ver al menos intentar devolverle algo…—dijo la mamá llevándose ambas manos a los ojos—Pero no es seguro, parece que el veneno la alteró de forma grave… Ella… Ella…
No hubo respuesta.
—¿Saben que sigo aquí?—dijo Ronnie molesta de que la excluyeran—Es gracioso.
—No, no lo es.—dijo Peter intentando verla a los ojos.
—Siempre me burlé de los mutantes y ahora soy uno de esos monstruos…—dijo ella sonriendo mientras que por sus mejillas salían lágrimas.
—No eres… No…—intentaba contradecirla su mamá, pero estaba sin palabras.
—Siempre te apoyaremos, ¿Lo sabes?—le dijo Lincoln con seguridad.
—Gracias Loud, pero no me gusta ser una molestia.—dijo Ronnie lanzando un suspiro cansado—Váyanse de aquí y no vuelvan.
—¿Qué?—preguntaron los tres sin entender.
—La Ronnie que conocieron se fue, ya no está, pretendan que morí, o lo que sea, pero no quiero volver a verlos.—dijo molesta.
—Ronnie.—intentó hablarle su mamá.
—Jamás.—dijo Peter Parker con decisión—Somos tus amigos, nunca te abandonaríamos, ni aunque ahora seas una mutante, es más, te ayudaremos y…
—No, ya tomé mi decisión, soy un monstruo desfigurado y con quemaduras en toda la piel y viviré como tal.—dijo Ronnie sin mover nada que no fuera los labios—No los quiero volver a ver, ¡No lo soportaría!—su ritmo cardiaco comenzó a acelerarse provocando que una alarma se encendiera en la mente del doctor McBride, lanzando un grito al pasillo y provocando que varios doctores y enfermeras entraran corriendo, varios hombres apretando la cola de escorpión contra la pared haciendo mucho esfuerzo.
Un doctor tomó la intravenosa y le inyectó morfina, provocando que en pocos segundos Ronnie cayera rendida.
Los niños fueron obligados a salir por órdenes de María Santiago mientras podían ver a los doctores comenzando a maniobrar a Ronnie. Al ver aquella escena Gwen horrorizada abrazó a Lincoln y comenzó a llorar en su pecho, este solo miraba directamente a Ronnie sabiendo que no había nada que hacer como Lincoln Loud…
Pero nadie dijo nada de SpiderKid.
"Your time is out. Nothing you can do."
—¡Parker!—gritaba enfurecido desde su oficina el señor Jameson al ver al niño intimidado frente a él, esta vez sin nadie que le acompañase—¿Dónde está tu novia?
—Ella…—intentaba explicar Peter—Bueno…
—No importa, seguramente ya no quiere trabajar por jugar con el Nintendo, sí eso.—dijo Jameson dándole una calada a su puro y mirando por la ventana—Quería mandarla al conteo de votaciones, pero si no está disponible estarás tú.
—¿Yo?—preguntó Peter sin entender.
—No, el hombre invisible sentado en la silla junto a ti, por supuesto que tú.—dijo Jameson cruelmente mientras miraba unos papeles que su asistente le había traído—Ningún otro periodista está dispuesto a esperar tantas horas solo en una sala apretada junto a los contadores y otros periodistas, la mayoría quiere la exclusiva cuando se muestre el ganador.
—No suena difícil.—dijo Peter como si fuera extremadamente simple.
—No lo es, solo ve ahí, toma algunas fotos y si hay algo picante nos traes la exclusiva, lo cual dudo la última vez que algo interesante pasó fue cuando uno de los contadores se desmayó a medio día.—dijo Jameson con perspicacia—Quiero esas fotos en punto veinte tres segundos.
—Señor Jameson el conteo es mañana.—dijo Peter confundido.
—Ah, cierto.—dijo Jameson dándole otra calada a su puro—Y dile a tu novia que está despedida.
Peter se quedó un momento tieso no sabiendo si decirle "No somos novios" o "Ella no volverá a trabajar" o peor aún "Ahora es una mutante". Era difícil para el niño entenderlo, pero al menos estaba decidido a seguir dando lo mejor de sí, aun necesitaba el dinero para pagar las reparaciones de su habitación, cosa que odiaba de sobre manera, desde aquel incidente ocurrido con el Lagarto tanto Peter como la tía May tuvieron que salir de su departamento, con sus pertenencias más preciadas y se refugiaron con la familia Loud, quienes los recibieron de brazos abiertos.
Rita compartía habitación con la tía May, y al ser el resto de las habitaciones ocupadas por chicas Peter se tuvo que quedar en la habitación de Lincoln, al tener el brazo dañado Lincoln le cedió la cama mientras "dormía" en el suelo. O al menos eso fingían, afortunadamente el compartir habitación les permitió ser la araña por más tiempo en la noche, provocando que Lincoln un día se quedase hasta las cuatro y media de la mañana en búsqueda de más criminales por detener.
Pero aquel día era diferente, Peter iba a tener que ir al famoso momento de las elecciones. Parker decidió llevar de acompañante a Lincoln, no pensaba estar parado siete horas solo por tres o cuatro fotografías en una sala aburrida sin nada interesante.
—Sabes que necesito proteger la ciudad.—se quejó Lincoln mientras entraban al centro.
—¿Quieres o no que te de lanza telarañas?—le reclamó Peter.
Fue entonces que Lincoln se cruzó de brazos, claro que necesitaba lanza telarañas, jugada sucia por parte de Peter, pero al menos iba a tener un día libre como SpiderKid, aunque llevaba el traje puesto debajo de su ropa por evidentes motivos.
—Espero que no gane Osborn.—dijo finalmente Lincoln después de media hora de votación mientras Peter intentaba tomar fotografías por encima de su cabeza ya que era lo suficientemente bajo para que varios periodistas le bloquearan la vista.
—Sabes que era el favorito en las encuestas.—le dijo Parker con seguridad—Aunque ciertamente sería una molestia tenerlo.
—Un obstáculo más en nuestro camino de justicia.—susurro Lincoln con los brazos cruzados sintiendo un frío recorrer en su espalda—Sentido araña…
—¿Qué?—dijo Peter incrédulo—No juegues Lincoln, esto es serio…
Pero Peter fue interrumpido cuando las luces se apagaron y todos quedaron en completa oscuridad. Peter solo pudo sentir como Lincoln le dejaba su chaqueta en el hombro y pudo escuchar pasos por las paredes, no sabía cómo se las arreglaban para estar siempre en escenas del crimen, pero en aquella oscuridad tan profunda, recuerdos de la creatura verde no pudieron evitar aparecer.
Pudo escuchar una ventana siendo rota mientras algo cruzaba el aire a toda velocidad. Hubo gritos en toda la sala mientras los periodistas y espectadores salían corriendo despavoridos de un lado a otro en medio de la oscuridad, empujándose entre todos. Peter a sabiendas que no tenía mucha escapatoria decidió ir en contra de la marea directamente hacia donde estaba el ruido de los cristales.
Pudo ver debido a la luz proveniente de esta como varias flechas eran lanzadas directamente hasta donde se encontraban los contadores oficiales, así que tomó su cámara y apuntó en esa dirección listo para tener evidencia. Al presionar el botón y provocar que el flash se encendiera logró fotografiar un escenario de película. De los veinte contadores oficiales uno de ellos tenía la cabeza atravesada por varias flechas, evidentemente muerto y con el resto de sus compañeros gritando de un lado a otro.
Peter quería vomitar, pero al mismo tiempo sabía que no tenía tiempo, por lo que con su celular tomó una segunda foto y la mandó por un chat privado a su jefe antes de ser estirado por una telaraña tirándolo al suelo.
—¡NIÑO CORRE!—escuchó la voz de SpiderKid al mismo tiempo que escuchaba el zumbido de una flecha pasando por donde segundos antes hubiera estado su cabeza.
Sabiendo que no tenía muchas otras opciones Peter salió disparado hacia la salida sabiendo que solo podía correr, ni siquiera le importó que cayó encima de su brazo enyesado y se había provocado nuevamente una herida al momento de correr.
"Better Run, Better ruuun."
Todo había sucedido tan rápido que Lincoln apenas tuvo tiempo de salvar a Peter y pocos de los contadores, aquel acto aberrante cometido a plena luz del día hubiera sido una masacre perfecta de no haber estado él presente. Por lo que cuando rompió el ventanal para ir al techo se sorprendió encontrarse con una figura encapuchada vestida con tonos verdes y morados muy similares al Duende Verde, pero siendo el color predominante el morado y con piel blanca natural, lo único que ocultaba su identidad era un antifaz.
No pudo centrarse en más detalles porque su sentido arácnido lo alertó de moverse a la derecha, cosa que logró evitarle un set de tres flechas disparadas al mismo tiempo.
—Oh por favor, ni siquiera nos hemos presentado, siento que esta relación va demasiado rápido.—dijo SpiderKid sus usuales chistes mientras detenía con sus telarañas dos flechas nuevas dirigidas a su cabeza—Fallaste.
Ambas flechas cayeron a sus pies.
—Nunca fallo.—dijo el arquero presionando un botón en su arco metálico y provocando una explosión en la punta de ambas flechas que levantó a Lincoln dos metros en el aire.
Pero Lincoln lanzó sus telarañas al suelo y usó la inercia para lanzar todo el peso de su cuerpo sobre aquella figura. El arquero no pudo reaccionar a ese movimiento y ambos salieron rodando en el piso, provocando que las flechas del carcaj rodaran en el piso.
—Para mí, eso es un fallo.—expresó SpiderKid levantándose y disparando directo a los ojos, cegando a su rival—Espectacular SpiderKid dos, arquero asesino cero.
—¿Nunca te callas?—dijo el arquero lanzando un puñetazo al aire que Lincoln a duras penas pudo esquivar.
—Wow eres muy rá…—intentó hablar antes de ser tacleado por medio cuerpo del arquero, dejándolo herido en el suelo—Pegas fuerte…
—Escucha con atención niño, no tengo problemas contigo.—tomó una flecha de sus pantalones y sin arco la lanzo a las muñecas de SpiderKid generando esposas magnéticas que le prohibían levantar las manos—Y no me importa lo que creas, yo solamente limpio la ciudad de la escoria.
—¡Casi le das a un niño con una de tus flechas!—gritó Lincoln pensando en Peter.
—Claro que no, era al celular para que no tomara fotos pero tú lo moviste.—dijo el arquero aplastando con un pie el pecho de Lincoln—Ese idiota que estaba ahí era un aliado de Kingpin, violó y asesinó a una menor de edad hace dos semanas, salió impune debido a los contactos de su jefe, no era la primera vez.
—¡¿Qué?!—gritó Lincoln confundido.
—Sí, estás luchando por la vida de un violador de niñas y mafioso, ¿No que peleabas por los justos?
—¡No hay justicia en matar!
—¿Y dejarlo vivo sí lo era? ¿Meterlo a la cárcel solo para que lo saquen de nuevo?—el arquero le dio una patada en el costado—La vida no es justa niño, te admiro por ser tan inocente, pero te lo advierto, no te metas en mi camino.
Tomó una última flecha de un bolsillo que tenía en el pantalón, esta era eléctrica por lo que cuando chocó con la piel de Lincoln lo dejó inmovilizado. Este solo pudo ver impotente como Flecha de Halcón saltaba del techo de un edificio al siguiente sin mayor esfuerzo y luego se perdía en el horizonte.
Le tomó casi dos minutos a la batería de la flecha para dejar de funcionar y dejar que el cuerpo de Lincoln se moviera. Al menos había conocido al famoso arquero y sabía que tenía que detenerlo costase lo que costase.
Aunque algo en el interior de su cabeza le molestaba… Una parte de él le gustaba que ese hombre asesinado ya no fuera un peligro para la ciudad… Lincoln se llevó ambas manos a la máscara antes de comenzar a buscar una entrada al edificio, tenía que encontrar a Peter para volver a casa.
"I can't remember when you hurt me so bad. But now the tables turn. Apocalypse is coming."
En aquellos momentos no sabía qué decir. Lo único que le pasaba en la cabeza eran imágenes repetidas y constantes de su Bobby Osito gritándole que era una horrible persona por no cuidar a su hermana. Era la única promesa que le hizo y lo decepcionó horriblemente. El nudo en la garganta de Lori era solamente superado por el nudo en el estómago mientras caminaba junto al doctor McBride hacia la habitación de esa chica.
—Se encuentra relativamente estable, parece que tiene regeneración acelerada.—le dijo el doctor con la esperanza de calmarla—Está en buenas manos.
—Sí, pero nunca debió pasar por todo esto.—dijo Lori arrepentida llevándose una mano al rostro para limpiar dos ríos de lágrimas.
—Nadie debe, pero es bueno que tenga gente que se preocupa por ella.—dijo el hombre contento pasando una tarjeta en el picaporte y provocando que una luz verde encendiese.
Al entrar en la habitación Lori pudo encontrarse con la misma escena que Lincoln le había descrito, solo que Lincoln nunca llegó a comentarle de ese olor apestoso a azufre que cubría el ambiente y que en circunstancias normales le hubieran hecho querer salir de la habitación, pero ella entendía perfectamente que esa era la nueva aura de Ronnie Anne.
—Ronnie, tienes una nueva visita.—dijo el doctor McBride contento acercándose primero mientras Lori se quedaba a media habitación.
La niña se encontraba en aquel momento viendo la televisión, estaban dando un discurso de Norman Osborn mientras pasaban imágenes de un atentado en un centro electoral de conteo de votos. Ni siquiera se había dado cuenta de la presencia de Lori.
—No quiero.—fue entonces que volteó a verla—Tú…
Los latidos de su corazón aumentaron, pero en aquel momento no entraron las enfermeras, en cambio un sistema automático le introdujo morfina por la intravenosa, cosa que les compró algunos momentos.
—Ronnie, por favor escúchame.—intentó hablar Lori.
—¡CALLA!—gritó Ronnie con los ojos inyectados en sangre hasta que los cerró con fuerza y agitó su cabeza de un lado a otro, mirando al piso, evitando verla, calmada gracias a la droga—¿Vienes a burlarte?
—Es mi culpa que todo pasara.—intentaba hablar Lori mientras se quedaba quieta cual tronco.
—¿Lo es?—fue como si algo se iluminara en la mirada perdida de Ronnie, pero después de agitar la cabeza nuevamente ese brillo desapareció—El mundo no gira a tu alrededor Loud, seguí a ese monstruo y me convertí en uno de ellos.
A Lori le sorprendió lo tranquila que se encontraba Ronnie, ¿Cuál era el motivo de ese cambio de actitud? La última vez apenas y pudo hablar por los gritos de ella, pero esta vez solo veía el puño apretado de Ronnie mientras miraba a otro lado, claramente no quería hablar, pero aun así la escuchaba.
—No eres un monstruo.—intentó hacerla entrar en razón.
—¡Lo soy!—gritó Ronnie cerrando nuevamente los ojos—Estoy condenada, no te burles en mi cara Loud, solo vete, quiero estar sola.
Una cosa era cierta, Ronnie cada vez apretaba con más fuerza los puños, pero eso no iba a detener a Lori para intentar reparar el vínculo roto.
—Bobby no querría oírte decir eso.—dijo Lori lanzando un suspiro largo al final.
—¿Cómo voy a saberlo?—respondió rápidamente Ronnie comenzando a levantar la mirada—Sus últimos meses ni siquiera podía verlo…
Hasta el doctor McBride podía sentir como la tensión era posible cortarla con un cuchillo, intentó tomar a Lori de la mano, pero esta se negó y continuó:
—Sabes perfectamente que él te quería, Ronnie, literalmente, no intento pelear, solo quiero que te sientas bien.—dijo Lori intentando retomar un tono más amigable.
Sin saber que eso era la gota que derramó el vaso.
—Que conmovedor.—dijo Ronnie ya sin apretar los puños, pero con ese brillo rojizo nuevamente detrás de sus gafas oscuras—¿Y qué hay de tu promesa?
—¿Promesa?—dijo Lori sin entender.
—Le prometiste a mi hermano que cuidarías de mí si él ya no estaba jaja…—comenzó a reír provocando que los otros dos en la habitación dieran unos pasos hacia atrás—A ti no te interesa que yo me encuentre bien, solo quieres cumplir tu estúpida promesa, ¡Me estás utilizando para intentar sentirte bien contigo misma!
—No… Yo…
—¡Pero fallaste Loud! ¡Acéptalo!—gritaba a todo pulmón—¡Fracasada! ¡Inútil! ¡Fallaste! ¡Te dije que no te quería volver a ver! Si tanto te preocuparas por mi te irías y nunca más volverías.
—Lori es mejor irnos.—dijo el señor McBride no gustándole como todo se estaba desarrollando—Rápido.
—¡¿Acaso crees que tú no me importas?!—gritó Lori ofendida entre lágrimas—Ronnie eres como una hermana para…
—¡Cállate!—gritó Ronnie con sus mejillas enrojecidas provocando que la producción de ese líquido verde se incrementase de golpe hasta casi llenar el barril de desechos tóxicos—Te dije que no te quería volver a ver, ¡Vete! ¡Vete!
Las correas que la ataban a la cama impedían que se lanzara contra Lori.
—Por favor escúchala, vámonos de aquí.—intentó intervenir el doctor McBride de manera más directa presionando los dígitos del panel al lado de la puerta para abrirla.
—¡Te robaste a mi hermano! ¡Te odio! ¡Te odio! ¡Te odio!—sus gritos incrementaban en intensidad y el mover la cabeza de un lado a otro provocó que las gafas de sol cayeran.
Había un motivo claro por el cual debía usarlas, esas gafas ocultaban unos ojos amarillentos inyectados en sangre que miraban con desdén a la joven Loud.
—Por favor, Ronnie, quiero ayudarte…
—¡Nadie puede ayudarme!—gritó ya fuera de sí.
—Ronnie c-c-cálmate, Loud f-f-fu-fuera de aquí, ahora.—ordenó el doctor McBride con un pie fuera de la habitación.
—¡No! ¡No quiero huir! ¡Necesitas ayuda Ronnie! ¡¿Por qué me rechazas?!—gritaba Lori a todo pulmón esperando hacer entrar en razón a la chica, pero solo lograba hacer crecer su furia.
En circunstancias normales Ronnie simplemente se hubiera dado la vuelta o le hubiera lanzado objetos para alejarla, pero esa era la vieja Ronnie. Ella de alguna manera sabía que ya no era Ronnie Anne, no, ahora era una mutante con una cola llena de veneno.
Y lo único que quería era que Lori dejase de hablar de una forma u otra.
Estiró nuevamente sus brazos con una fuerza desconocida hasta ese entonces, sentía la adrenalina recorrer su cuerpo. Al momento de hacer eso lanzó el catete de intravenosa fuera de su piel, la morfina ya no servía para calmarla. Después de haber estado semanas enteras en el hospital Ronnie era libre.
—Ronnie por favor, yo…—para ese momento Lori y había captado que algo iba horriblemente mal.
—¡Calla!—gritó levantándose de un salto y comenzando a caminar torpemente, era retenida porque esa cola de tubería de plástico estaba sujetada fuertemente contra el techo—Me quitaste a mi hermano, nunca te perdonaré, ¡Nunca!
—¡Ambas lo perdimos!—le intentaba hacer entrar en razón Lori—Por favor…
—¿Quieres saber lo que siento cada vez que te veo Loud?—la detuvo Ronnie—Siento un tremendo dolor en el pecho porque él te prefería a ti antes que a mí y solo quiero… Quiero hacerte daño para que sufras igual que yo…—se llevó ambas manos a la cabeza mientras la sangre en sus ojos desaparecía y comenzaba a moverse erráticamente de un lado a otro—No, no quiero lastimarla así, no así...—se detuvo al chocar contra una pared.
—¿R-r-ronn-nie?—tartamudeaba Lori asustada de haber visto esa faceta.
—Mejor es que corras, no puedo contenerme.—dijo una voz calmada pero horrorosamente seria—¡Que corras!
Los ojos pasaron de amarillos a totalmente rojos al mismo tiempo que las cadenas que sujetaban su cola eran rotas y el líquido verde comenzaba a salir disparado de un lado a otro en la habitación. Lori estaba inmovilizada del horror que era ver la imagen de la dulce Ronnie conteniéndose para… ¿Matarla? ¿A ella?
—¡Te dijo que corras!—gritó el señor McBride cubriéndose con su bata de una salpicadura de veneno y tomando de la mano a Lori para abrir la puerta de golpe y al momento que ambos la cruzaran pulsó un botón rojo que activó una alarma que apagó las luces—¡Vámonos!
No tuvieron que pensarlo dos veces cuando escucharon un cuerpo estrellarse contra la puerta metálica y dejar una importante abolladura en el metal que casi le daba a Lori. Ambos corrieron por el pasillo hasta llegar a las puertas del elevador donde un grupo de media docenas de personas estaban juntos. Había unas escaleras de emergencia, pero ubicadas justo al lado de dónde venían los golpes.
Las puertas del elevador se abrieron al mismo tiempo que se escuchaba el pesado ruido metálico de una puerta siendo derrumbada a mitad de un pasillo seguido de varios gritos de personas que se habían quedado detrás. Tanto Lori como el doctor McBride y el resto de personal se apretujaron unos contra otros para ingresar en el pequeño ascensor y una vez dentro el doctor McBride presionaba planta baja como si estuviera poseído.
Lori pudo ver por encima del hombro de otra persona como desde el final del pasillo aparecía una figura no mucho más alta que su hermano menor, arrastrando una tubería de plástico y creando un mar de veneno a su espalda.
Las luces del lugar parpadearon mientras la bestia con piel verde y bata de hospital se acercaba a ellos con una furia incontenible, para Lori ver como las puertas se cerraban lentamente era incluso más tortuoso al hecho de ver el rostro de Ronnie, su instinto de preservación le hacía saber que no lo iba a contar si ella la alcanzaba.
Las puertas se cerraron con la criatura a tan solo metros de distancia y el elevador comenzó a bajar al mismo tiempo que escuchaban crujidos metálicos, posiblemente de Ronnie forzando las puertas del agujero del elevador. Pero antes de que nada más pasase llegaron al nivel uno donde toda la multitud salió corriendo en distintas direcciones, Lori podía ver a las personas del hospital yendo de un lado a otro, la alarma que sonaba de fondo era incluso sosegada por la marea de gritos de pacientes.
—¡Ven conmigo!—gritó el doctor McBride tomando de la mano a Lori y guiándola hasta una salida de emergencia justo al mismo tiempo que del techo del elevador comenzaba a caer un líquido verde con intenso olor a podrido.
Lo único que Lori pudo ver antes de salir por una de las puertas fue como la cola de plástico se movía erráticamente de un lado a otro debido a que Ronnie volteaba buscando a su presa. Las personas que terminaban siendo golpeadas por el veneno lanzaban chillidos de dolor al mismo tiempo que caían rendidos al piso y su piel herida comenzaba a transformarse de una coloración morada.
Lori y el doctor McBride escaparon en el auto del señor, algo era seguro, la Ronnie Anne que habían conocido no era ese monstruo. Pero Lori no pudo evitar pensar que ese mismo monstruo ya lo había visto antes en la casa de Ronnie cuando ella fue a visitarla…
Y parecía que esta vez no iba a detenerse hasta que su vida terminase.
"I can't remember when you left me so sad. But in the end I learned it rains in hell"
Todo ese escandalo debido a la noticia filtrada en el Daily Buggle había arruinado su tarde, se suponía que ese tonto arquero iba a eliminar posible intervención de la prensa para que todo fuera más coordinado, pero ahora tenía que salir a media ducha y caminando lentamente con su bastón hasta vestirse rápidamente. Se detuvo un momento mientras se abrochaba el traje, tenía que respirar, aun seguía con heridas del ataque de Mysterio, pero valía la pena con el número en que subió su campaña.
Si decía las palabras correctas ahí mismo iba a ganar las elecciones, nunca mirar al pasado, era un buen lema que lo estaba llevando directo al éxito.
En menos de veinte minutos ya se encontraba en una sala llena de cámaras apuntando directamente a su persona, a su lado se encontraba su siempre confiable Weasley quien había preparado esa reunión con suma rapidez, era bueno ver que La Comadreja era rápida y eficiente.
—Señor Osborn, señor Osborn.—gritaban los periodistas—¿Es cierto lo del Arquero? Mucha gente habla de fraude, ¿Cuál es su opinión que SpiderKid apareció en la escena?
—Buenas tardes.—dijo con simpleza el señor Osborn callando con su presencia el montón de gritos y enfocando todos los oídos en su voz—Acabo de enterarme de un terrible crimen cometido en contra de la sociedad, un honorable ciudadano siendo asesinado en su labor electoral.
—¿Esto en que afecta su campaña? ¿Quién fue su fuente? ¿Dónde estaban sus robots de protección?
—Esto no debería afectar a ninguna campaña, creo que yo y mi rival coincidimos en que este es un acto despreciable y que no debería ocurrir jamás.—dijo entre dientes juntando muchos sus cejas—Es un ataque a la democracia, obviamente orquestado como medida desesperada.
—¡¿Dijo orquestado?! ¡¿A qué se refiere con eso?! ¡¿Está diciendo que es un fraude de la oposición?!
—Nada de eso.—detuvo con unas simples palabras todo el tumulto de la prensa—Creo escuchar que ahí se encontraba SpiderKid, ¿Es eso correcto Weasley?—pregunto a su mano derecha.
Repentinamente miles de preguntas asaltaron a su alrededor, provocando que una sonrisa interna se encendiera dentro de Norman, todo estaba saliendo a pedir de boca, todos le prestaban atención.
—Así es, he demostrado en mi pasado muchas dudas sobre las intenciones del "héroe".—dijo enfatizando las comillas—Muy sospechoso que estuviera ahí mucho antes que la policía, ¿O es que acaso esos poderes de araña pueden predecir el futuro? ¿Y por qué no se encontró al supuesto asesino arrestado con telaraña? ¿Lo dejo escapar? ¿O venían juntos?
Una nueva ola de preguntas inundó el auditorio.
—Me abstengo a hacer más declaraciones, solo una, hay un grupo que está atentando contra la democracia, y no es mi rival a quienes les deseo suerte, confío en la sabiduría del pueblo.—dijo dando un puñetazo al taburete que tenía en frente—No me importa si gano o pierdo, me importa que pare todos estos actos impunes, debe haber consecuencias legales.—se detuvo un segundo para admirar como todas las cámaras inmortalizaban sus siguientes palabras—Háganse la siguiente pregunta, ¿Queremos a los mutantes después de todo lo que han hecho? ¿No destruyeron un zoológico hace dos semanas? ¿No provocaron la muerte de muchas personas inocentes en un hospital el mes pasado? ¿Acaso no hundieron un crucero a inicios de marzo? ¿Qué hay de los misteriosos incendios en Brooklyn? ¿O el Buitre? ¿Y qué tal los almacenes que explotaron después de la aparición de un diablo en Hell's Kitchen? Ya basta, ¿Cuántas oportunidades quieren darle a los mutantes antes de ver que son peligrosos? ¡Lo peor es que ni siquiera he propuesto hacerles daño! Solo separarlos, por su bien y por el de nosotros, así que, pido, no que voten por mí, esto va mucho más allá de una elección. Pido que esta locura se detenga, gane quien gane, demos el primer paso a un mundo menos caótico, un mundo sin mutantes. —escuchó varias porras y sabía que debía retirarse—Y que Dios bendiga a América.
Cuando terminó aclaró su garganta, pero todo el mundo seguía mirándolo, esperando a que continuara, se escucharon varios aplausos entre la multitud, aunque no todos estaban convencidos, pero era claro para Norman el impacto de sus palabras era casi como saborear la miel en los labios.
Aunque claro, Norman no era iluso, por lo que también tenía un claro plan B, los periodistas estaban tan ocupados viendo en una sola dirección que nadie se dio cuenta cuando el oficial Holiday tomó una caja con votos auténticos de la patrulla de policía y los subía a una camioneta que fingía ser de noticiero, pero que en la parte trasera en vez de tener equipo de telecomunicaciones se encontraba simplemente vacío y con las ventanas polarizadas.
Un par más de policías vigilaban a los alrededores para advertirle a Holiday de cualquier sospecha, todos ellos estaban a punto de ganarse unas vacaciones bien pagadas en algún paraíso fiscal.
"And Angels can be Bad."
Volteó de uno a otro lado en el hospital, lanzando el veneno por los corredores de manera involuntaria, se encontraba en pleno frenesí cuando vio al suelo el rostro morado de un niño cubierto por el líquido verde que ella producía. Al ver a su alrededor se encontró con demasiados rostros heridos que chillaban de dolor mientras la veían a ella con horror.
Fue en ese momento que aquel brillo desaparecía finalmente de sus ojos, los constantes gritos de todas las personas que la habían lastimado se desvanecían mientras las suplicas de las personas que se contaminaban con su veneno. Ellos solo lo sentían por fuera, mientras que ella tenía que sentirlo recorrer sus venas.
—Patético.—se forzó a decir mientras miraba de uno a otro lado, sudaba en todo su rostro, probablemente incapaz de saber qué más hacer o decir.
Vio entonces una lista de la recepción del hospital y se dirigió a la oficina personal del doctor McBride, había recordado sobre la existencia del traje que le iba a permitir canalizar el veneno. No le importaba que la policía fuera a perseguirla, ni que estaba rompiendo la ley o perdiendo toda la confianza que Norman Osborn había puesto sobre ella, demonios, ni siquiera le importaba el dolor y sufrimiento que estaba causando en sus víctimas, como si algo dentro de ella hubiera bloqueado su empatía, una cosa reptante de seis patas que se fusionaba cada vez más con ella y provocaba la desaparición de Ronnie.
Solo le importaba vengarse de Lori, después de todo lo que le hizo pasar, no era justo, nada justo que ella siguiera viva y su hermano no. El solo recordarla le hacía perder los estribos en las escaleras del hospital, la gente ya había escapado por lo que estaba totalmente sola, vagando en los pasillos con un montón de objetos abandonados.
En medio de la oscuridad solo un atisbo de la vieja Ronnie intentó luchar, ¿Era en verdad ese el camino que quería llevar? Pero tan rápido como la picadura de un escorpión esos pensamientos fueron silenciados con veneno recorriendo sus venas. Era demasiado tarde para dar vuelta atrás, ya se había encargado que su familia, amigos y probablemente el resto del mundo la odiasen. Como había dicho antes, Ronnie había muerto, solo quedaba el monstruo que era ahora y mientras ese monstruo quisiese dañar a Lori ella estaría más que contenta de seguirlo.
Al entrar en la oficina del doctor McBride encontró colgando de un gancho al lado de una ventana el dichoso traje, con un color parecido al que le dieron en el hospital, pero no de cuerpo completo, era un leotardo con medias verdes, unas botas y guantes negros que terminaban de cubrir su piel. Para el rostro tenía una máscara que combinaba con el resto del traje, particularmente que dejaba mostrar sus ojos con una seña siempre enfurecida y sus dientes afilados. Los guantes de las manos tenían orificios a la medida para que sus garras sobrepasaran, pero lo que más le sorprendió fue que en la parte trasera del traje tenía un acoplamiento especial a la altura de su columna baja para introducir su "cola de escorpión" que terminaba en punta metálica y que se lanzaba cada que ella presionaba un botón secreto en su guante. Al introducir la cola sintió comodidad y al terminar de cerrar el traje notó que su cabello estaba suelto, por lo que lo recogió con su antigua liga de cabello.
El último recuerdo de Ronnie Anne era esa pequeña liga, puesto que ella era alguien totalmente diferente: Era La Escorpiona.
Y La Escorpiona solo tenía algo en sus pensamientos, destruir a todos aquellos que jodieron la vida de Ronnie Anne, para vengar la muerte de ella. ¿Pero por donde iniciar?
¿La roba hermanos? ¿Su familia que nunca estaba para ella? ¿El jefe explotador? ¿La detective que le robó su dinero? ¿El policía que la lastimó? ¿El novio no correspondido? ¿O el estúpido SpiderKid?
Sus ojos resplandecían en rojo al mismo tiempo que saltaba por la ventana y aterrizaba como si nada en el edificio de al lado y sonreía que la policía era lo suficientemente lenta como para no darse cuenta.
La Escorpiona no tenía por qué decidir con quien comenzar, simplemente iría uno por uno.
—Los odio…—se dijo nuevamente apretando su puño y con la ciudad debajo suya—Los odio.
"Some say I'm losing my faith. But I know I'm just living on a prayer."
—No puedes irte, eres mi mejor empleada.—reclamaba el señor Eccleston al mismo tiempo que veía en la parte de fuera a los padres de Sam.
—Señor Eccleston, esta es mi renuncia formal, no lo haga más difícil… Lo extrañaré.—dijo ella limpiando con la manga de su suéter rosado una silenciosa lágrima.
—Esto que hacen tus padres es…—se detuvo el hombre un momento—Mira, iré con ellos, quédate en la tienda, deja el papel en mi oficina y si no puedo convencerlos, lo aceptaré.—dijo guiñando un ojo mientras salía de la tienda, asegurándose que solo ella pudiera verlo.
—De acuerdo.—dijo Sam resignada llevando los papeles a la oficina privada del señor Eccleston.
Le pareció extraño que el hombre la mantuviera ahí, después de todo llevaba casi dos semanas sin asistir al trabajo. A pesar de que era un excelente jefe sus padres se negaron a que ella hiciera nada relacionado con la música satánica, pudo escuchar los gritos de protesta en la parte de fuera mientras su papá discutía con el señor Eccleston. Ella solo esperaba que todo acabase cuanto antes, una vez hecho esto y la semana siguiente su salida de la escuela preparatorio sería enviada a varios seminarios de la iglesia hasta que en septiembre pudiera ser mandada a un internado.
No se dio cuenta que la puerta se cerró justo después de que ella entrase. Ahí oculta tras la puerta se encontraba una chica de brazos cruzados y minifalda hermosa, muy diferente a su larga falda que le llegaba hasta los tobillos. Además de pelo corto hermosamente delineado y una sonrisa genuina.
—Luna…—dijo ella en un suspiro corriendo hacia ella para abrazarla sin dudarlo un segundo.
Aunque apenas fueron momentos para ambas ese abrazo pudo llenar todos los vacíos que habían sentido en esas últimas dos semanas. A Sam no le importaba todas esas hirientes palabras que sus padres le habían lanzado, ni tampoco le importaba pensar en un estúpido internado, lo único que le importaba era acariciar nuevamente a su amada perdida.
—¿Cómo?
—El señor Eccleston me avisó que ibas a venir a renunciar, tus papás intentaron venir en mi día libre para no verme.—dijo Luna tomándola de ambas manos y mirándola directamente a los ojos con desesperación, había tanto por decir y tan poco tiempo.
—Luna, no deberíamos hacer esto.—dijo Sam mirando al piso—Es incorrecto….
—¡Lo único incorrecto es que tengamos que estar separadas!—gritó Luna molesta—Mira, el señor Eccleston tiene familia en una ciudad de Michigan, Royal Woods.
—No entiendo.—dijo Sam mirando incrédula.
—Nos ayudarán a conseguir un trabajo y un departamento, tuve que pagarle con todos mis ahorros, pero tengo dos boletos para el camión en tres días.—dijo Luna arrodillándose frente a ella—Ven conmigo.
—¿Escapar? ¿De Nueva York?—dijo Sam llevando ambas manos a su rostro—No sé si pueda hacerlo.
—Por favor piénsalo, somos jóvenes, podemos hacer que esto funcione.—dijo Luna suplicando—Y mírate, ¿Qué te hicieron? ¿Falda larga? ¿Dónde está tu mechón? ¿Dónde están esos ojos tan alegres que solía conocer?
Realmente Sam no sabía cómo responder aquello.
—¿Qué hay de tu familia?—intentó hacerla entrar en razón.
—No tienen por qué saberlo…—dijo Luna respirando con dificultad—No me importa perderlos siempre y cuando te pueda seguir viendo, eres lo único feliz que me ha pasado desde el verano pasado, Sam, he intentado mover cielo y tierra para volver a verte, yo te amo y sé que tú también sientes algo por mí.
—Yo…
—Por lo que, esto es lo que pasará, ¿Recuerdas que te llevé en el auto de mi familia a tu casa cuando nos separaron?—dejó un momento de silencio para que Sam procesara—No he vuelto por la camioneta, pero lo haré hoy en la noche, esperaré de diez y media hasta las once…
—No puedes hacer eso.—intentó frenarla Sam.
—Si no llegas a las once, lo entenderé, no volverás a saber de mí, lo prometo.—dijo Luna tragando fuerte porque aquellas palabras le dolían—Por favor, piénsalo.
—¿Piénsalo? ¿Crees que puedo dejar toda mi vida atrás por un futuro incierto y desviado?—dijo Sam al mismo tiempo que se llevaba ambas manos a la boca—Soné… Soné…
—Como tu papá.—dijo Luna desde el suelo viendo con tristeza a la chica.
Aquello provocó que un vuelco se creara en el estómago de Sam, sin decir nada más, ni despedirse salió de la oficina, dejando todos los papeles correspondientes en la oficina. Suspiró volteando una última vez atrás, viendo el rostro de Luna triste, intentando sonreír. Verdaderamente iba a respetar su decisión, todo dependía de ella.
Su corazón se encontraba partido en dos, pero no sabía cuál lado era el lado correcto o incorrecto. Como si viera un diluvio en el infierno o un ángel malvado.
"Time keeps slipping away. Yeaaah."
No era un juego, Lincoln estaba detrás de la pista de un peligroso criminal, y ahora todos los noticieros creían que él, como SpiderKid había sido el criminal estratagema detrás del ataque contra la democracia, intentando influir en los votos contra Norman Osborn, o al menos esas eran las declaraciones del Daily Buggle, como si aquello tuviera el mínimo sentido.
—Odio a tu jefe.—comentó mientras se columpiaba a un nuevo edificio.
—Ya somos dos, y conociendo un poco a toda la oficina, no seremos los primeros ni los últimos.—dijo Peter desde el cuarto de Lincoln.
—Tengo que limpiar mi reputación, sea como sea.—dijo Lincoln lanzándose a toda velocidad al pavimento—Hola ciudadano, ¿No le importaría que le quite esto?
—¿Qué es ahora? ¿Una pistola o una navaja?—preguntó Peter sabiendo el tono que usaba Lincoln para enfrentar villanos.
—¿Una palanca?—dijo SpiderKid viéndola de cerca—Tranquilo Gordon Freeman, ¿Esperabas que nadie escuchara con todo ese ruido de fondo?
Peter estaba satisfecho de saber que Lincoln podía ocuparse por su cuenta de aquel criminal, apenas eran las siete y cuarto por lo que tenían toda la noche para seguir las pistas de aquel arquero asesino, el cual aparentemente tenía poderes de fuerza, o al menos eso le dijo Lincoln. Lo único malo de estar en la casa Loud es que varias de sus herramientas avanzadas, como el receptor de ondas de radio de policía, se encontraban muy ocultas entre las pertenencias que había dejado en su casa, al menos las que no habían sido destruidas.
El chico fue por agua a la cocina Loud, al hacerlo se dio cuenta que todas las hermanas veían la televisión con mucha preocupación junto a su tía y la señora Loud.
—¿Qué ocurrió?—preguntó Peter incrédulo.
—Peter, si puedes intentar hablar con Lincoln para que vuelva a casa.—dijo la señorita Loud—En mi teléfono siempre aparece ocupado.
—¿Algo malo pasó?
—Será mejor que veas esto.—dijo su tía con delicadeza al mismo tiempo que todas las hermanas Loud se apartaban de en medio.
Lo que Peter vio casi le hace caer desmayado.
—Lincoln, Lincoln emergencia.—dijo una vez que volvió a la habitación y tomó su celular.
—Estoy ocupado, Oráculo.—respondió del otro lado mientras esquivaba lanzaba telarañas y se escuchaban disparos—Unos chicos me están invitando a bailar una balada mortal… Chicos estoy vestido de rojo y azul en un callejón medio oscuro, ¿Cómo pueden fallar?
—Lincoln es Ronnie…
—¿Qué pasa?—dijo provocando que Lincoln se detuviera en seco y se escuchó como una bala atravesaba carne—¡Ahhhhh! ¡Duele!
—¿Te encuentras bien? Deja de jugar con ellos, usa la bomba araña.—dijo Peter sin saber cómo se encontraba Lincoln.
—Solo un rasguño, la bala hizo un agujero, pero no es lo suficientemente fuerte como para entrar o atravesarme.—dijo Lincoln adolorido al mismo tiempo que se escuchaba el alarido de varios matones—¿Qué paso con Ronnie?
—Ella… Ella escapó del hospital, hay heridos, pero no muertos y está siendo buscada por la policía cerca de Manhattan, ahí perdieron su rastro…
—¿Qué?—dijo Lincoln incrédulo—¿Qué paso?
—Lincoln, Ronnie, ella no… ¿Verdad?—preguntaba Peter temiendo la respuesta a esa pregunta.
Sabiendo lo que tenía que decir, pero incapaz de decírselo a Peter, decidió cambiar el tema:
—¿Por qué iría a Manhattan?
—Lincoln… No vas a…
La llamada terminó y Peter suspiró resignado, Lincoln había sido capaz de arrestar a su propio padre, pero aquello era diferente, después de todo su padre había matado y robado, pero Ronnie… Solo había escapado del hospital aterrorizada y terminó lastimando a algunas personas. Seguramente haría una excepción, tenía que hacerla. Y, sin embargo, no pudo evitar sentir como sus piernas temblaban.
"I'll watch you burn down. This house that we made."
Después de tomar una última referencia finalmente se encontraba frente al departamento/oficina de la primera en su lista personal, aun ni siquiera eran las ocho de la noche, por lo que no le sorprendió ver que las luces de la ventana seguían encendidas. Comenzó a caminar por la pared como si aquello fuera lo más natural del mundo, aferrada con sus cuatro extremidades mientras avanzaba con sigilo.
Encontró una ventana abierta y se escabulló hasta llegar al techo, le sorprendió ver la oficina de Jessica ordenada para variar, siempre que había venido antes todo se encontraba hecho un desastre, pero ahora todo parecía limpio, o al menos mucho más limpio de lo que había estado en meses. La dueña del lugar se encontraba bebiendo directamente de una botella de wiski mientras investigaba en la computadora sobre ojos de color morado.
Ronnie dejó que su cola bajara lentamente, acercándose al cuello de Jessica con silencio en el aire, de todas maneras, la detective sintió una presencia e intentó voltear rápidamente, pero era demasiado tarde ya tenía alrededor de su cuello la cola de La Escorpiona.
Aunque intentó resistirse no podía separar con su super fuerza la cola, cosa que asustó a Jessica, ya que no fue sino hasta que Ronnie bajó del techo cuando se le permitió volver a respirar.
—En mi trabajo soy yo la que no deja respirar a las personas.—dijo Jessica de manera irónica a su atacante, aun desconociendo su identidad—¿Quién eres?
—No vengo a perder el tiempo.—respondió La Escorpiona.
Jessica abrió los ojos de par en par al escuchar esa voz y mirar a la chica frente a ella, era tan distinta y al mismo tiempo las similitudes eran notorias a simple vista.
—¿Ronalda?
Sintió como su cuello era nuevamente apretado al mismo tiempo que era lanzada contra una estantería de libros que nunca había leído. Pudo sentir el peso de la madera rompiéndose en su espalda y todos los libros de la parte superior cayendo a gran velocidad para enterrarla bajo una pequeña montaña compuesto de novelas detectivescas.
—No vuelvas a decir ese nombre.—dijo con rabia, ella ya no era Ronnie—La Escorpiona no deshonrará a los muertos.
Jessica pudo notar como el tono de la chica era grave, probablemente intentando ser autoritaria, cosa que no lograba sin ayuda de la fuerza adquirida, ella sabía que Ronalda estaba en el hospital, pero nunca se imaginó que todo era debido a ser mutante.
—Has cambiado.—dijo Jessica intentando levantarse antes de que una patada le hiciera volar hasta su escritorio y lo destrozara con su cuerpo hasta llegar a la pared.
Aquel golpe nunca lo recibió ni siquiera cuando tuvo que investigar a un tal Luke Cage por supuesto tráfico de droga que resultó ser falso, y ese tipo era bastante fuerte. De repente encontró que su boca tenía un sabor salado… Al llevarse una temblorosa mano pudo notar sangre escapando de sus labios. Aquello era algo que Jessica nunca había conocido.
Volvió a sentir la cola de la chica mexicana sobre su cuello al mismo tiempo que ella paraba de ofrecer resistencia, no tenía la fuerza necesaria.
—Patética ladrona.—dijo la Escorpiona acercándose a una ventana.
Vio entonces uno de los vasos donde Jessica tomaba alcohol y lo lanzó contra la ventana rompiéndola en mil pedazos. Era hora de que la Escorpiona supiera la verdad detrás de todo, no podía seguir perdiendo el tiempo mientras el veneno seguía recorriendo sus venas. Quitó su agarre de la cola y lo concentró en el estómago, dejando algo de su cola al descubierto para que Jessica no se olvidara de la amenaza.
En solo momentos Jessica pasó de la comodidad de su apartamento a estar colgada bocabajo de la ventana de un alto edificio, sostenida solo por una chica muchísimas veces más fuerte que ella. Solo una persona de morado le había dado tanto miedo en toda su vida y esa vez casi murió.
—Pensaste que era divertido, ¿No es así?—preguntó Escorpiona.
—¿Qué te hicieron?—preguntó Jessica intentando mantener la calma, pero sintiéndose a punto de desmayarse.
—Te pagó por meses, mucho más de lo que le dijiste en un inicio y ella te creyó, creía que estabas de su lado.—decía Escorpiona llevándose una mano a la cabeza—Perdóname…—habló con un tono más sumiso antes de agitar la cabeza y sonreír con sus colmillos—Tantos meses y nunca lograste mas que un avance.
—¿Viniste a destruir mi casa solo por eso?—preguntó Jessica indignada.
—¿Quién es ese idiota araña?—dijo finalmente Escorpiona agitando el cuerpo de Jessica.
—¿SpiderKid? Antes de que entrarás al hospital ya iba a decírtelo…—intentó decir Jessica, pero sintió como el agarre de la cola se aflojaba—¡Está bien! ¡Está bien!
La Escorpiona se acercó con mucho interés mientras sonreía, finalmente iba a desvelar ese caso frente a sus ojos, todo ese dinero que Ronnie gastó innecesariamente se vería recompensado con la información más valiosa en posiblemente todo el mundo criminal.
—Normalmente intentaría suavizarlo, pero ya que carajo, Lincoln Philip Loud es SpiderKid.—dijo Jessica provocando que la cola la soltase completamente y la tomase del tobillo un segundo después—¡¿Cuál es tu problema?!
—¡Mientes! ¡Dime la verdad!—gritó enfurecida la Escorpiona—¡Ese inepto no puede ni llegar a tiempo a la escuela!
—¡Eres lo suficientemente ciega como para no aceptarlo!—le gritó Jessica mientras intentaba balancearse en secreto para alcanzar un borde.
—¡Solo buscas confundirme!—gritó la Escorpiona insertando su aguijón mecánico en la pierna de Jessica—Di la verdad o prepárate a sentir el peor dolor de tu triste y solitaria existencia.
Fue entonces que Jessica comenzó a reír, ignorando que se encontraba sangrando de su pierna, que colgaba de un edificio alto y que a pesar de haber dicho la verdad se le catalogaba de mentirosa.
—Eres demasiado ingenua si crees que eres el primer monstruo al que enfrento, ¿Qué más quieres de mí? Tu ex novio era SpiderKid, y no solo eso, tu "amiguito" Peter sabía todo, tengo fotos donde él y SpiderKid se ven trepando por las paredes del Daily Buggle.—dijo Jessica riendo más fuerte mientras el aguijón se enterraba más fuerte—¿Qué vas a hacer? ¿Matarme?
—Nunca investigaste un carajo, ¿Verdad?—dijo la Escorpiona incrédula—¡¿Me estás diciendo que todo ese dinero se perdió?!
—¡Te estoy gritando que Lincoln Loud es SpiderKid!—gritó Jessica furiosa al mismo tiempo que sentía el veneno ingresando en su cuerpo.
—¡DEJA DE MENTIR! ¡NO SOY ESTÚPIDA!—se negaba a aceptarlo la Escorpiona—¡Le robaste dinero a esa pobre niña! Pero yo me aseguraré de que no le volverás a robar a nadie más…
Sabiendo Jessica lo que aquello significaba intentó terminar su balanceo y sujetarse de la orilla, pero al estar de cabeza el veneno que ingresó a su cuerpo finalmente llegó al cerebro provocando un desmayo casi inmediato. No estaba muerta, pero sí con heridas que necesitaban ser tratadas.
—Esto es todo lo que tenía que dar la gran detective, patética.—dijo la Escorpiona soltando el cuerpo desmayado y reptando por la pared externa del departamento—Una menos, faltan cinco.
Y como si tachara algo en un mapa invisible se retiró saltando a otro edificio, al mismo tiempo que desde la calle se escuchaban gritos de personas, aparentemente una mujer se había suicidado.
"It's pitiful how you let me lose. You better run, better run."
Eran las diez cuarenta y cinco, su corazón latía aceleradamente mientras permanecía dubitativa, pero ya tenía todo preparado. Sam veía por la ventana su vecindario al mismo tiempo que daba una última pasada por su habitación. O más bien lo que quedaba de su habitación, ya que todo había sido sustituido por huecos sin rellenar, todos esos pósteres y cosas que la volvían un individuo, perdidas en la basura.
Se trataba de decir a ella misma que era culpa de sus padres, que ellos la forzaron a llevar este camino, pero algo revolvía su estómago sabiendo que no era verdad del todo. ¿Amaba tanto a Luna como para proseguir? En el fondo sabía que sí, pero al mismo tiempo cuando abrió la ventana y se colgó la mochila no pudo evitar mirar hacia la puerta de su habitación.
No se despidió de ellos y sabía que si daba un solo paso más no tendría esa oportunidad.
Intentó imaginar la vida que sus padres tanto querían para ella, educada en la religión no le molestaba, pero cuando pensaba en chicos no podía evitar sentirse indiferente y cuando se miraba a ella misma formando una familia se abrumaba con algo pesado cayendo en su estómago. Por otro lado, una vida nada segura, pero con una persona tan importante para ella… Sonaba demasiado tentador.
Sam dio un paso fuera de la ventana y luego subió su otra pierna hasta que estaba completamente afuera, no estaba del todo oscuro, pero con caminar algo agachada fue suficiente para pasar desapercibida, seguidamente evitó los postes de luz hasta estar frente a frente con una camioneta que parecía abandonada ahí desde al menos una semana. Aunque había una persona arriba de la camioneta, su corazón entonces se tranquilizó al ver la persona dentro.
—Luna.—dijo sonriendo para lanzarse a los brazos de su amada.
—No nos separarán nunca jamás.—fue lo que dijo Luna asegurándose de tenerla bien sujeta entre sus brazos.
Durante un momento se miraron a los ojos con rastros vidriosos recorriendo sus rostros, pero rápidamente esos ojos tristes se transformaron en sonrisas y todo culminó en un largo y extendido beso que se dieron a expensas de la oscuridad en la que estaban sumergidas. Oscuridad que parecía desvanecida puesto que tenían la luz de su vida al lado suyo.
Una vez terminaron aquel beso que sellaba su amor y dedicación fue momento de arrancar la camioneta y ver a que loco destino las llevaba la noche, Luna sabía perfectamente a donde ir.
Agradeció mentalmente a su jefe el señor Eccleston por la ayuda mientras daba la vuelta a una ruta principal y dejaban atrás a la familia Sharp. Eran cosa del pasado al cual ellos pretendían aferrarse.
—Antes de irnos, tenemos que ver al señor Eccleston.—dijo Luna antes de encender la música—Debo de pagarle estos discos que tomé de la tienda.
Escucharon entonces un ritmo calmado de guitarra mientras una chica cantaba lentamente "If I ever were to lose you, I'd surely lose myself". Aquella era la canción de su primera cita, y fue entonces que Sam supo que Luna tenía preparada una despedida de Nueva York mágica.
"Your time is out. Nothing you can do. Better run, better ruuuuun."
Pudo ver una ambulancia acercándose a un edificio departamental en medio de Manhattan y Lincoln no tuvo que ser muy inteligente para deducir correctamente que aquel era el sitio que Peter le había comentado. Obviamente llegaba tarde, pero era mejor aquello que nada. Al recargarse en la pared del edificio vio un montón de personas alrededor de un objeto en medio de la acera. Además, en esa misma pared del edificio había una ventana rota hacia el exterior, parecía más que evidente que algo había caído desde el interior hasta el suelo y generaba interés entre la gente de a pie, quienes grababan.
Sabiendo perfectamente que no era el más bienvenido en la multitud dio un salto hasta el epicentro, provocando que mucha gente se alejara de golpe de la escena y comenzaran a grabarlo.
Al llegar a la parte baja pudo reconocer a la superheroína conocida como Alías ahí tirada en medio de la calle, con su rodilla hinchada y marcas de agarre en el cuello, además de que todo el pavimento a su alrededor estaba roto, pero ella se encontraba en buen estado, o al menos no parecía a punto de morir.
—¿Alias? Soy yo, tu amigable amigo araña…—intentó hacerla reaccionar moviendo su mano frente a ella.
—¡Tú le hiciste esto!—gritó una mujer en la multitud.
—No, yo no…—dijo SpiderKid intentando hacer esos pensamientos a un lado.
—¡Yo vi como la lanzaste del edificio y luego te fuiste! ¡Policía! ¡Policía!—dijo un hombre de edad avanzada.
—SpiderKid no fue.—gritaban otros a su defensa.
—¡Ella era mutante se lo merece!—gritó un chico, tal vez adolescente en el calor de la argumentación grupal.
—Ciudadanos, gente, no es momento para…—notó que las personas no dejaban pasar a la ambulancia porque todos estaban más concentrados en sus peleas individuales que en la vida de la mujer.
Sin pensarlo dos veces Lincoln tomó a Alias con ambos brazos y de un salto llegó al techo de la ambulancia provocando gritos de pavor entre la multitud. Estuvo a punto de bajar cuando notó que la cartera de la señorita se encontraba en el suelo, la tomó con su telaraña, pero antes de introducirla de vuelta a la chaqueta la abrió y pudo ver ahí el nombre de la famosa Alías, mejor dicho, Jessica Jones.
—Interesante.—dijo Lincoln antes de insertar la cartera de vuelta a un cierre de la chaqueta, pero fue detenido por una mano fuerte que lo sujetó.
—Lincoln Loud.—dijo Jessica mirando directamente a la máscara de la araña—Salva a Ronalda, antes de que lastime a alguien de manera irreversible…
—¿De quién hablas?—fingió no entender esas afirmaciones.
—Esa niña me contrató para saber tu identidad… Se lo conté todo, pero está molesta porque no cree que tu seas SpiderKid.—parecía que le dolía todo internamente—Detenla si alguna vez te importó, está nublada…
De repente ese ataque que sufrió en el centro comercial hace un par de meses ganaba sentido.
—¿Qué Ronnie qué?
—Ella ya no es Ronnie, se hace llamar Escorpiona, Lincoln parala.—le dijo Jessica con sus últimas fuerzas antes de volver a quedar desmayada.
—¿Escorpiona?—dijo Lincoln tragando saliva, la ironía era espantosa.
Saltó desde el techo de la ambulancia y permitió a los paramédicos subir a Jones dentro de una camilla antes de que se largaran a toda velocidad. Lincoln sabía que en ese momento no tenía tiempo para resolver todo lo que sentía en su interior, pero al menos sabía que esa tal Jessica sabía su identidad secreta y aquello era demasiado peligroso.
Mientras la ambulancia se alejaba más y más él era rodeado por sus admiradores de la zona, quienes ya habían dejado atrás la pelea previa y le echaban porras para animarlo.
La Ronnie que él conocía no hubiera sido capaz de cometer tal atrocidad, sobre todo contra una super humana mutante, por lo que cada vez pensaba en ella solo una palabra recorría su mente, una irónica palabra que lo dejaría marcado:
Escorpiona.
Cada minuto que pasaba Lincoln dudaba de poder recuperar a su vieja amiga Ronnie Anne. Y estaba seguro de lo que debía hacer.
"I can't remember when you hurt me so bad. But now the tables turn Apocalypse is coming."
Ya era de mañana en el Daily Buggle, el periódico de renombre internacional, casi tanto como el New York Times, pero más centrado en la realidad de Nueva York que en los negocios. Durante el turno de noche no aparecieron muchas noticias, la policía seguía en la búsqueda de aquella dichosa mutante de catorce años que había dejado varios heridos en un hospital y un edificio departamental.
Para J. J. Jameson aquello era como anillo al dedo, podía lograr que alguno de sus ilustradores hiciera un retrato de aquella niña, al mismo tiempo que exigía a todos sus periodistas de campo a salir por ser los primeros en tener a ese engendro grabado.
—¡Becky! ¡Mi café de las seis y media de la mañana está dos grados por debajo de la temperatura que pedí!—gritaba Jameson—Cámbialo en doce punto cuatro segundos.
—A la orden señor.—dijo desinteresada la chica pelirroja Becky.
—¡Martin! No te pago para que bebas café, escribe una columna para lanzar antes de las ocho punto nueve segundos, a esta hora es cuando se logran las tendencias en Twitter.—dijo a otro empleado—Chloe, revisa las redes sociales, bloquea a los opositores, lo de siempre, tienes catorce punto nueve segundos.
Caminaba con firmeza para transmitir confianza entre sus empleados, algunos los miraban con resentimiento, pero estaba bien. Todos ellos sabían que si tenían alguna queja ahí se encontraba la puerta, lista para recibir a nuevos empleados jóvenes que cubrirían sus funciones en menos de un día.
Recibió su café a la temperatura correcta y entró a su oficina, cerrando detrás suya, era la hora de hacer unas investigaciones para…
—Hola.—dijo una niña sentada en su silla—¿Te acuerdas de mi Jameson?
—¿Qué? Ni siquiera sé quién eres.—dijo el hombre indignado—Te doy uno punto dos milisegundos para que te quites de mi…
Pero la chica solo subió sus pies a la mesa, mostrando que tenía un traje verde ajustado de cuerpo completo. De hecho, viéndola de cerca pudo ver algo como si una cola saliese de su espalda y llegase hasta el techo, apuntándole con una cuchilla directamente al pecho.
—Has lo que quieras conmigo, pero no lastimes a la gente ahí fuera, Becky ni siquiera se ha graduado de la universidad.—dijo en voz baja el hombre sabiendo reconocer una amenaza cuando estaba frente suya.
—Oh Jameson, no tengo intención de lastimar a nadie, solo de vengar a quienes hicieron sentir mal a una vieja conocida.—dijo la chica mientras se levantaba del asiento—¿Te acuerdas de Ronnie Anne?
—Sí, la despedí por vaga, algo del hospital y no sé que tonterías.—dijo Jameson como si fuera lo más natural—¿Qué tiene de especial?
—Bueno, murió en el hospital.—le informó viendo directamente a su rostro.
—Oh…—dijo el hombre llevándose una mano a la nuca—¿La conocías?
—Muy personalmente.
—Lo lamento.—dijo con sinceridad el hombre—Pero, ¿Tiene que ver conmigo?
—Parcialmente.—dijo la Escorpiona moviendo su cola hasta llegar al rostro de Jameson—No vine a lastimar a nadie, solo a tomarme unas fotos, después de todo, vas a necesitarlas cuando escribas el artículo de quién reveló la identidad de SpiderKid, he ideado una estrategia para atraerlo junto a otra persona que detesto, y conociéndolo, no podrá resistir a venir.
—¿Qué?—dijo Jameson sin entender.
—Digamos que soy una heroína que no soporta ver como los enmascarados se salen con la suya ocultando su identidad y dañando inocentes en las sombras, nuestra amiga en común creía lo mismo.—dijo ella llegando posando un momento—Vamos, tienes una cámara ahí en tu escritorio.
No queriendo hacer enojarla Jameson se acercó y abrió uno de sus cajones, encontrando una vieja cámara, habían pasado años desde que tuvo que tomar una foto, pero al menos tendría el titular de la mutante.
Solo un flash antes de que la puerta de la habitación fuera abierta de par en par:
—Señor Jameson su cita de las…—hablaba una Becky que solo veía a la hoja, sin saber acerca de las mutantes.
—¡Becky!—gritó preocupado el hombre.
—¡LARGATE!—gritó la Escorpiona moviendo rápidamente su cola.
La adolescente apenas pudo evitar el golpe girando en el suelo, solo que terminó girando hacia dentro de la oficina en lugar de hacia afuera, la cola de la Escorpiona destrozó parte de la pared, provocando gritos en todas las oficinas.
—Esto es privado.—dijo la Escorpiona apuntando con su aguja a la cabeza de Becky, desde la parte exterior un montón de empleados veían con temor al monstruo que se encontraba en la oficina del jefe.
—¡Has ido demasiado lejos!—volvió a recuperar la compostura el hombre para mostrarse seguro frente a sus empleados—¡Tienes menos de un microsegundo para largarte de mí maldita oficina!
—¿Sí? ¡¿Y qué vas a hacer para detenerme?! ¡¿Despedirme de nuevo?!—gritó fuera de sí antes de dar media vuelta y con un ligero toque hacer que el hombre cayese al suelo.
—¿De nuevo?—dijo sin entender Jameson—¿Ronnie?
—¡ELLA MURIO!—gritó lanzando su aguijón nuevamente.
Este atravesó la madera del piso como si fuera cartón, cuando realmente era una alfombra y debajo concreto reforzado. Hubo un segundo que la Escorpiona tuvo un tic en el ojo, su mirada era de odio, pero había algo que contenía sus ganas asesinas. Algo dentro de la Escorpiona peleaba para que ella no hiciese daño.
—Déjalo…—dijo ella con una voz más calmada—Él no me lastimó, solo ella…
Esa última palabra le hizo recobrar el tono molesto, esta vez ignorando a Jameson y sus empleados, con su cabeza agitándose de un lado a otro, esta vez ya no negando, sino estando contenta.
Tenía un plan.
Le dio un puñetazo a una de las ventanas reforzadas de vidrio, rompiéndola en mil pedazos, provocando que tanto Jameson como Becky se cubrieran los rostros. Y de un salto llegó al otro edificio donde se arrastró cual cucaracha hasta el techo.
—Que Dios nos ampare…—dijo Jameson impactado de lo que acababa de vivir—¿Qué te paso Ronnie?
Tenía la noticia del día, pero el costo emocional era tal vez demasiado alto.
"I can't remember when you left me so sad."
Aun después de tanto tiempo Clyde recordaba a la hermana mayor de Lincoln como una chica linda y dulce, percepción basada de cuando aún eran jóvenes, pero lo que veía frente a él era una chica al borde del colapso incapaz de ver nada que no fuera el piso.
—¿Lori?—intentó preguntar el chico.
—Déjala Clyde.—se acercó su padre policía al mismo tiempo que volvía al teléfono—Sí George, no necesitamos más seguridad, Lori estará segura con nosotros hasta que la atrapen.
En aquel momento los McBride no se encontraban en su lujosa casa, sino en una habitación de motel bastante pequeña, Lori había pasado como la hija mayor de la familia, a pesar del poco parentesco, pero dijeron que era adoptada. Solo la recepcionista sabía de la ubicación de ellos. Era evidente que aquel refugio tuvieron que conseguirlo después de los eventos en el hospital.
Quien no había sido informado de la situación era Clyde, el cual dijo a sus padres que debía volver a la escuela, pero ellos no supieron cómo decirle que no era seguro.
—¿Ya lograste comunicarte con Rita?—preguntó entonces Harold a su capitán con bastante seriedad—No han respondido ninguna llamada desde ayer.
—No.—fue la respuesta seca de George—Y tampoco estaban cuando fueron a su casa, esto huele muy mal Harold, Gwen está en la estación de policía asustada y Liam está siendo escoltado con ella.
—¿Encontraron algo en la casa Loud?—preguntó asustado Howard viendo directamente al aparato.
—Negativo, nada raro se ocultaba en su departamento.—dijo George dando una última vista—Como si la tierra se hubiera tragado a todos.
—Me preocupa que no fuera la tierra, con esto ya son y lo de sus padres...—dijo entonces el oficial McBride recordando el reporte de anoche—Estaremos en contacto George, cuídate las espaldas.
—Lo mismo digo Harold, cuídense y Lori, si puedes escucharme, todo saldrá bien.—dijo el hombre intentando calmar a la chica desde el transmisor—Corto.
—No entiendo, ¿Qué paso con Lincoln y Peter?—preguntó Clyde desde la cama.
—Es complicado cariño.—dijo Howie tomando el mando de la televisión—¿Qué tal si buscamos algo para pasar el rato en lo que…?
Se detuvo en el canal de noticias al ver sus peores temores confirmados. Se tuvo que llevar una mano a la boca al mismo tiempo que Clyde abría los ojos impactados y Lori levantaba la vista del suelo. Inmediatamente Harold tuvo que volver a sacar la radio para informar a George.
"But in the end"
En otro motel de la ciudad se encontraba Luna recién levantada, solo vestida con una camiseta, abrazando a su amada cubierta por sabanas. Aquella había sido una noche salvaje y apasionante, perfecta para recordarle que esa no tenía que ser la última noche alegre de su vida, sino que era solo el principio de lo que sería su vida en esa ciudad de Michigan, se imaginaba teniendo una casa de dos pisos, siendo una famosa cantante, o al menos vendedora de tienda musical, claro siendo socia cofundadora su queridísima Sam, quien para aquel momento ya había recuperado el mechón azul de su cabello con una extensión.
No era lo mismo que verla con el pelo teñido, pero definitivamente era recuperar parte de lo que hacía a Sam tan única y especial de vuelta. Luna no pudo evitar recorrer su fino rostro con sus delgados dedos, apreciando la arquitectura divina. Se recostó cubriéndose con la sabana, aún quedaban dos días para tomar el autobús y tenía planeado visitar algunos lugares hermosos junto a Sam antes de marcharse de Nueva York.
Así que prendió la televisión en el canal de noticias para ver el clima, si llovía tendría que quitar la visita al zoo de…
—¡¿Qué?!—gritó sorprendida levantándose de golpe de la cama.
—¿Luna?—dijo Sam asustada y confundida mientras abría los ojos.
Pero ambas quedaron calladas cuando la presentadora de televisión, de ascendencia latina, comenzaba a describir la nota más candente de la mañana.
—El centro comercial Queens Center ha visto una tragedia como ninguna otra.—Luna recordaba que aquel lugar estaba al lado de la estación del metro Woodhaven Boulevard— Después de que se hiciera pública la figura de la nueva mutante autodenominada Escorpiona, esta ha bloqueado todas las entradas y mantiene como rehenes a doce personas amenazados con veneno que produce de su cuerpo, por el momento han sido identificados como miembros de las familias Loud, Santiago y Parker del propio sector de Queens.
—¿Luna?
Por la televisión comenzaron a pasar imágenes de personas rodeadas en charcos de un veneno verdoso, primero de sus hermanas gemelas, luego de su madre con Lily en brazos, Luan, Lynn, Leni y Lucy se abrazaban mientras contenían sus llantos al mismo tiempo que evitaban llorar por una amenaza de un monstruo verde. Inmediatamente pasaron a otra imagen de la señorita Parker y su nieto, no se sabía quién protegía a quien. Y finalmente pasaron la imagen de los padres de Bobby y Ronnie Anne. Solamente faltaban Lincoln, ella misma, Lisa y Lori, así como su padre, para completar a su propia familia en aquel escenario aterrador
—¿Qué demonios?—decía sin entender Luna.
—¿Qué crees que tenga planeado esta Escorpiona?—preguntó el compañero de la presentadora.
—Probablemente sea otro ataque terrorista de un mutante, no tiene más sentido que eso.—respondió la periodista cuando fue interrumpida por algo que escuchó en su comunicador—Nos tienen reportes de que las exigencias han sido reveladas por nuestro reportero que está en directo, Ray, tienes la palabra.
La cámara cambió a la de un estacionamiento lleno de cámaras periodísticas y trípodes, mientras que una barrera policial prohibía la entrada a todos esos lunáticos a ese centro comercial. El encargado de aquella operación era el oficial Madison, quien era tercero al cargo después de Stacy y McBride, pero aquella situación parecía superarlo.
Todo cambió cuando una chica de pelo oscuro, que estaba llorando bastante fuerte salía caminando lentamente hasta llegar a la barrera policial, donde no pudo más y entregó una hoja de papel. Las cámaras de la televisión lo estaban grabando todo en vivo y en directo.
—¡LUCY!—gritó Luna horrorizada.
Pero para su mala suerte, Lucy tuvo que armarse de valor y volver adentro junto a su secuestradora.
—Suspiro…—se dijo para darse valor, pero sonaba agitada, incluso más desde las pantallas de televisión—Si no vuelvo le hará daño a la bebe...
Eso era la gota que derramó el vaso.
O eso hubiera pensado Luna antes de que el oficial Madison saliera a con todos los medios y leyera frente a todos las siguientes exigencias:
—No pienso hacerle daño, solo quiero que venga aquí quien me rompió en mil pedazos, comuníquenlo en todos los medios, que no escape, es su culpa, me forzó a hacerlo.—leyó frente a todos y tragó saliva para leer la última parte—Por cada hora que tarde en aparecer… Uno a uno serán sumergidos en veneno.
Fue como si el mundo de Luna se desmoronara, no podía simplemente llorar. ´
¿Quién era esa Escorpiona? ¿Una nueva villana? ¿Rota en mil pedazos? Se imaginó a la madre de Sam enojada por "secuestrar" a su hija y le estaba ahora devolviendo el favor. Ella era la que tenía que ir al centro comercial junto a Sam, y si no se daba prisa alguien de su familia podía resultar muerto.
Lo que Luna no sabía es que Lori también estaba dispuesta a ir al centro comercial, a pesar de que los dos señores McBride y Clyde se lo impedían.
Y más importante aún, Lincoln escuchaba todo eso desde la pequeña pantalla de su celular…
"I learned it rains in hell"
Le costaba trabajo ver la pequeña pantalla sin romperla, Ronnie, su exnovia, una de sus mejores amigas, la que siempre lo llamaba patético de cariño y era de las pocas que se juntaba con él y sus amigos… Ella no podía estar haciendo todo esto. Y muchísimo menos por el hecho de tener la revelación que Lincoln era SpiderKid.
—No dijiste mi nombre.—dijo tragando en seco, queriendo vomitar.
Era a él a quien buscaba, quería venganza probablemente porque ella entendía que la muerte de Bobby era culpa suya o todos esos meses que estuvo constantemente engañándola y haciendo que se sintiera mal. Lincoln casi podía saborear las palabras de Ronnie.
Pero no tenía tiempo para dudar, era tiempo única y exclusivamente de actuar, si Ronnie quería secuestrar a su familia solo para hacerlo salir eso era lo último que él estaba dispuesto a permitir, no le importaba quien hubiera sido en el pasado, ella debía pagar por todo el daño que le hizo.
Había pasado toda la noche sin dormir, primero buscando a Ronnie, luego intentando contactar con Peter, encontrando su casa totalmente vacía y ahora finalmente mientras buscaba por noticias se encontraba con esto, un ataque terrorista.
—No me molestaría que gane Norman si evita que este tipo de cosas pasen.—se dijo Lincoln apretando los puños y dando un golpe a un tubo de metal en el techo, doblándolo completamente.
Se dirigió a toda velocidad al centro comercial.
"And Angels could be bad."
Todo había salido de control, la atención de todas las cámaras fijadas en el centro comercial Queens Center mientras intentaban ver un poco más de la figura de la Escorpiona. El único medio que seguía con la exclusiva era el Daily Buggle, por lo que cada foto hubiera valido cientos de dólares.
La policía en el exterior apuntaba sus armas, pero ni siquiera el corrupto de Holiday se atrevería a disparar contra una mutante que disparaba veneno, muchísimo menos con niñas menores de edad como rehenes.
Desde el interior Peter Parker abría los ojos debido a que su teléfono celular sonaba, no era el número de Lincoln, probablemente era de otra persona que le hablaba para una entrevista de hombres lagarto. Se talló los ojos mirando de uno a otro lado confundido, al voltear atrás pudo ver a las chicas Loud tendidas en el suelo en la misma condición que él y su tía. Pudo ver a los padres de Ronnie también junto a todos ellos, estaban rodeados por una sustancia verde con olor a azufre y huevo podrido que cubría casi todo el primer piso del centro comercial, excepto del circulo casi perfecto donde ellos estaban. La mayoría lloraba entre bramidos de terror o seguían inconscientes.
Intento recordar lo último que pudo ver aquella noche, estaba investigando los movimientos de Ronnie a través de los suburbios cuando repentinamente comenzó a escuchar gritos en la sala de estar, tomó una linterna para investigar y de repente todo era oscuro.
Sintió un escalofrió recorrer su espalda al mismo tiempo que escuchaba unos tranquilos y ruidosos pasos acercándose al círculo, eran como si unas botas de lluvia pisaran charcos de lodo. Volteó en aquella dirección, encontrándose con una realidad que no quería, Ronnie Anne caminaba entre los charcos de veneno con bastante tranquilidad mientras llevaba unas bolsas de comida rápida.
—Pit, despertaste.—dijo ella como si fuera lo más natural acercándose al círculo—Se buen chico y toma estás bolsas, son su desayuno.
Sabiendo que no tenía alternativa se levantó con mucho esfuerzo sintiendo en su cabeza un golpe recientemente dado. Le costó unos segundos reponerse antes de aceptar las bolsas de comida, todo parecía en orden, cosa que no entendía. Finalmente, la chica dio media vuelta a su escondite.
—Ronnie…—intentó hablar Peter provocando que la chica se detuviese a medio camino.
—Está muerta.—dijo con simpleza mientras apretaba el puño—Soy la Escorpiona.
—No, no lo eres.—dijo Peter dejando las bolsas de comida en el suelo e intentando dar un paso por el veneno, pero al simple roce su tenis casi era desintegrado por aquella sustancia venenosa—¡Te conozco desde hace dos años! ¡No eres así!
Varias cabezas se levantaron a ver aquel acto de estúpidez por parte del chico, su propia tía quería moverse hasta él para alejarlo del peligro, pero no había escape de aquel manicomio, además Ronnie se movía varias veces más rápido que cualquiera de ellos.
—No me conoces Parker.—dijo la Escorpiona sin voltear a verlo—Esto no es sobre ti.
—Tienes razón, no es sobre mí, pero ¿Por qué? Ronnie yo...—intentaba expresarse, pero las palabras no fluían por su boca.
—¡No uses ese nombre nunca más! ¡Escorpiona!—gritó dando media vuelta—Están aquí porque me son útiles, nada más, ni nada menos, si no hacen una tontería todos ustedes saldrán bien…
—¡SpiderKid te detendrá!—gritó molesto dando un paso firme cerca del veneno.
Peter estaba fuera de sí, repentinamente el hecho de que ella hubiera sido una amiga cercana dejaba de ser tan importante. Hubo varios suspiros y la tía de Peter se llevó una mano al corazón.
—Ella esperó tantas semanas a que le pidieras una cita y nunca tuviste las bolas, ¿Y ahora sí?—dijo la Escorpiona entrecerrando los ojos—Piensa lo que quieras Parker, pero si Lori no llega en menos de una hora comenzaré a dañarlos y estás siendo particularmente molesto.
Peter tragó en seco, la Escorpiona sonrió al escuchar su respiración y ritmo cardiaco acelerándose.
Aquello era un golpe de suerte para Lincoln, quien veía desde el techo la situación, no podía escuchar las palabras de ambos, pero respiraba con dificultad al ver a su madre y hermanas ahí abajo, todos secuestrados por Ronnie, quien se encontraba prácticamente tranquila.
—Le pico un escorpión de Connors…—se dijo a sí mismo.
Cuando él mismo sufrió la picadura podía recordar esos primeros meses, como originalmente él intentaba usar sus poderes de manera egoísta hasta que la muerte del señor Parker le hizo aterrizar en la realidad. Además, el doctor Connors directamente se convirtió en un animal violento que solo buscaba complacer su más profundo deseo. Era posible que aquel suero afectase no solo a la super fuerza o habilidades hibridas, sino también a sus mentes.
Que tanto él como Ronnie y Connors no eran más que víctimas de un suero que convertía a las personas en mutantes, pero las despojaba de su anterior ser, guardándolo muy en el fondo y naciendo una persona totalmente distinta. No cabía duda de eso.
Y ahora Ronnie era víctima del mismo proceso que pasaron tanto él como Connors. Sin embargo, todo ápice de pena que podía llegar a sentir se desvaneció al instante al ver a sus hermanas llorando.
Busco Lincoln por el ventanal superior alguna entrada, encontrándose con un ducto de ventilación que entraba perfectamente al lugar, arrancó las rejillas e ingresó al lugar volviendo a ponerlas en el mismo lugar, hasta el momento no había sido visto y no quería que la prensa se lanzase sobre ellos.
Se escuchó durante un momento el chillar del metal siendo insertado de vuelta, Lincoln se le paró el corazón esperando que nadie sospechase de ello, sin saber que desde la parte exterior ese chillido atrajo la atención de una chica rubia, quien iba acompañada del oficial McBride. Aquella zona era una pared sin más que una entrada que se abría desde dentro, pero que el oficial McBride pudo abrir después de casi dos minutos con ayuda de una palanca.
—¿Ya sabe que estamos aquí?—dijo el hombre mientras temblaba y apuntaba de uno a otro lado con la palanca.
—Solo me quiere a mí, oficial, vuelva con su familia.—le intentó advertir Lori respirando dificultosamente.
—Ella te odia, solo te quiere matar sin motivo alguno.—le reprendió el oficial de policía—Es un suicidio.
—Tiene un motivo…—le corrigió Lori—Y sí, es un suicidio, pero si eso ayuda a mi familia estoy dispuesta a hacerlo.
El oficial vio la determinación en el rostro de Lori, miro de uno a otro lado y sabiendo que no tenía sentido que él también se dejase secuestrar asintió con la cabeza.
—Iré a la puerta principal, haré que todos entren armados, tienes diez minutos antes de que entremos con sedantes, aléjala lo más posible de todos ellos y con mucho cuidado.—dijo el hombre tomándola del hombro.
—Lo tendré.—dijo secamente Lori.
—Diez minutos a partir de…
9:59
—Ahora mismo esa maniática está ahí con mi familia, me quiere a mí.—gritaba Luna a uno de los guardias molesta de que no le hicieran caso.
—Si claro, lárgate niña.—le dijo el oficial Holiday mientras varios camarógrafos lo empujaban y él hacía lo mismo de vuelta.
Tanto ella como Sam se encontraban en medio de la multitud, siempre tomadas de la mano para no perderse de nuevo, habían llegado a través del metro porque el tráfico era imposible de sobrepasar. El tumulto de gente parecía más una horda zombi que un montón de periodistas queriendo tener una exclusiva.
Las dos chicas comenzaron a rodear el centro comercial, táctica que, por supuesto otros periodistas ya estaban intentando, pero prácticamente todo el centro comercial estaba rodeado llegaron finalmente hasta una parte donde solo había una pared de concreto con una puerta que se abría desde dentro, no había tantos policías en esa zona porque el resto estaban intentando que la gente no entrase por los ventanales.
—No creo que logremos nada aquí.—dijo Sam viendo de uno a otro lado explorando la pared blanca—¿Estás segura que es mi…?—preguntó ella herida.
—No lo sé, pero es demasiada coincidencia que todo se juntase.—dijo Luna empujando la puerta que se abría desde dentro y viendo que esta se encontraba totalmente abierta—Si es ella tenemos que frenar esto, y si no lo es tenemos que salvar a mi familia…
—T-t-tengo miedo.—dijo finalmente Sam al ver el corredor oscuro del centro comercial.
Luna entonces la abrazó y susurró en su oído:
—Mientras estés junto a mi nada malo te pasará, lo…
8:37
—Prometo que no me contendré si Lori no llega ya mismo.—dijo furiosa la Escorpiona a los rehenes.
—¡¿Qué quieres de mi hija?!—gritaba Rita abrazando a todas sus hijas menores.
—¡Ella le robó a un hermano a Ronnie!—decía para convencerse de que aquello era lo correcto—¡La hizo sufrir mucho!
—Ronalda…—gimió su padre lleno de pena.
Inmediatamente vieron como un chorro de veneno pasó cerca del rostro del hombre y terminaba contra una pared.
—¡QUE NO SOY RONNIE!—gritaba llena de furia—¡Escorpiona! ¡Escorpiona! ¡¿Es tan difícil de entender?!—parecía a punto de estallar en furia.
—¡Basta!—se escuchó una voz en el segundo piso.
Todos sintieron un vuelco en sus corazones al ver que desde el segundo piso se asomaba la figura de Lori temblorosa que se acercaba mientras levantaba una palanca. Aquello era como música para los oídos de la Escorpiona quien de un salto llegó enfrente de ella, la sonrisa que tenía en su rostro conjunta al resto del centro comercial abandonado causaba que Lori temblase más fuertemente con la palanca en alto.
—Hasta que das la cara.—dijo la Escorpiona con la cola en alto y sus ojos enfocados en un solo punto.
—Déjalos ir, a quien quieres es a mí.—dijo dando un paso al frente costándole mantenerse firme—No les hagas daño.
—¡Ahora pretendes que eres la buena!—gritó la Escorpiona llevándose ambas manos a la cabeza—¡Te odio!
—Lo sé, pero podemos hablarlo… Yo no sabía lo que sentías, aun no es demasiado tarde…—dijo Lori no muy convencida mientras no paraba de mirar como aquella aguja apuntaba hacia ella.
—¡Es demasiado tarde! ¡Está muerto! ¡Mi hermano!—gritó derrumbándose en sus rodillas y peleando internamente—¡Me lo quitaste!
—Si lo hubiera entendido antes todo sería diferente.—admitió Lori con una voz llorosa—Me concentré mucho en mis problemas, que no vi los suyos, si me odias está bien, yo también me odio, pero para, por favor, estás asustando a todos…
—¡¿PARAR?!—gritó lanzando un latigazo con su cola.
Lori pudo sentir como un fuerte dolor recorría su espalda mientras salía lanzada al aire y flotaba sobre las cabezas de todos…
7:22
Pero no tenía tiempo a verificar que estuvieran bien, apenas llegó al otro lado del segundo piso dejó a su hermana Lori en el suelo, se encontraba sin un rasguño, pero posiblemente adolorida. Debajo de ellos se encontraban los rehenes y frente a ambos la mutante Escorpiona que Lincoln sentía cada vez más lejana como una amiga.
—¡Casi la lastimas!—le reclamó a la vez que subía al borde del barandal al otro lado del segundo piso.
—SpiderKid…—escuchó la voz de Ronnie quien se recargaba también en el borde con una sonrisa de satisfacción—Sabía que llegarías, pero como siempre, tan inoportuno.
—Sí, suelen decir que siempre llego a tiempo a todo.—dijo sarcásticamente, le costaba mantener el ánimo tomando en cuenta que toda su familia peligraba en aquel momento—¿No eres muy pequeña para ser una super villana?
—¿Villana?—dijo la Escorpiona lanzando una risotada burlona—¿Yo? ¡Tú y ese arquero idiota llevan matando gente desde hace meses! ¿Qué hay de los múltiples ataques a Osborn? ¿O el del Lagarto? Siempre estás ahí, desde las sombras tejiendo una telaraña de mentiras y lastimando a todos. ¡Dices que ayudas y salvas vidas, pero solo has dejado muertos a tu espalda!
—¿Qué?—dijo sin entender Lincoln.
—¡Intenté descubrir quién eras para exponerte frente a todos! ¡Tengo a un camarógrafo del Daily Buggle ahí abajo listo para tomar una foto cuando sepa tu identidad!—dijo orgullosa de que todo saliera de acuerdo al plan—¡Pero primero tengo un asunto pendiente con esa chica!
—No dañarás a nadie más.—dijo SpiderKid poniéndose en posición de pelea.
—Un monstruo defendiendo a otro monstruo.—dijo ella con simpleza—Pero ya no más.
Su cola se movió de un lado a otro, los lanza telaraña a medio llenar se pusieron en posición de combate, en la parte baja Peter aprovechaba la distracción para comenzar la evacuación del centro comercial aprovechándose de un puesto de hot dogs que estaba dentro del circulo.
—Lynn tu eres deportista.—dijo apuntando a la chica.
—¿Eso que importa ahora?—dijo ella sin entender, no podía parar de ver arriba, hasta voltear a verlo y luego al carrito de hot dogs y entonces lo entendió todo—Necesitamos un remo.
Vieron un par de mesas de madera cerca de ellos y decidieron que lo mejor era...
6:00
Lanzar una ronda de tres proyectiles de veneno al chico, como era de esperar este los esquivó dando un salto en el aire, pero al chocar contra la pared del centro comercial estas bombas de veneno comenzaron a expandirse por todo el lugar, un chorro de estas casi le daba de lleno en el rostro a Lori.
—Vete de aquí.—dijo SpiderKid al mismo tiempo que se colgaba del techo para esquivar una nueva bala—¿Enserio crees que vas a darme?
En ese momento la Escorpiona dejó de lanzar ráfagas a SpiderKid y comenzó a atacar a Lori quien intentaba bajar unas escaleras eléctricas, Lincoln la empujó de vuelta al segundo piso con su lanzateleraña mientras el veneno era esparcido por las escaleras. Su hermana estaba en peligro por lo que lanzó un ataque directo al aguijón, su telaraña se enredó y creó una tapadera al veneno.
La Escorpiona lo notó e hizo un esfuerzo, generando presión en la punta de la cola hasta que el veneno salió disparado con la telaraña ya disipada, pero Lori ya había escapado de su vista.
—¡¿Por qué la proteges?! ¡¿Qué tiene ella de especial?!—gritó frustrada saltando directamente al chico.
Este simplemente se despegó del techo y cayó al suelo para comenzar a correr, detrás suya la Escorpiona lanzaba veneno de un lado a otro para detenerlo. Si seguía así iba a lastimar a todos en la parte baja, así que tomó refugio detrás de una columna.
—¡No dejaré que lastimes a nadie más!—gritó aun oculto mientras esperaba los charcos de veneno de la chica.
—¿Ahora sí te interesa? Pero, ¿Dónde estabas cuando las personas te necesitaban en el hospital cuando atacó Mysterio?—un fuerte chorro de veneno chocó contra la columna desestabilizándola—Salvaste a Peter y me dejaste morir con el maldito lagarto, ¡¿Por qué yo sí merezco morir y la puta de Lori no?!
Esa nueva ráfaga de veneno terminó de súbito cuando su sentido araña se activó. Se agachó y por poco evitó que su garganta fuera cortada por la punta de la cola de la chica. Tomó rápidamente la extremidad y estiró, provocando que la chica cayera al suelo indefensa, inmediatamente comenzó a girar sobre su propio eje con la cola de la Escorpiona sujeta con ambos brazos hasta que la soltó.
La Escorpiona terminó en una tienda de electrónicos atravesando varias estanterías hasta darse un fuerte golpe en la cabeza. Se sorprendió de lo rápido que era SpiderKid, pero después de todo era el tipejo que había derrotado al Lagarto… Ella era rápida, pero no lo suficiente como para acercarse a él… Si no podía vencerlo a distancia, iba a tener que cambiar su jugada. Y abajo tenía un montón de escudos de carne que frenarían a ese idiota gracias a su...
5:12
—¡Compasión!—gritó Luna al ver el techo moverse.
Las dos escuchaban los golpes ir y venir junto a los disparos. Caminaban por los pasillos traseros del centro comercial, con cuidado de no hacer ruido, al mismo tiempo que Luna rezaba para que esos disparos y golpes no fueran dirigidos a su familia. Finalmente, encontraron una tienda con la puerta abierta en el segundo piso, era de ropa por lo que se escabulleron hasta llegar a la cristalera y ver como desde la tienda de electrónicos salían esos chorros de veneno y telarañas.
—SpiderKid.—dijo Luna herida, la última vez que ese héroe estuvo cerca de su familia todo salió mal.
Al ver a la famosa Escorpiona y notar que era una niña se sintió tonta, había llevado a Sam a un campo de batalla cuando no tenía nada que ver.
—Si están peleando es nuestra oportunidad, ¿No lo crees?—dijo entonces Sam apuntando a las escaleras eléctricas, posiblemente adivinando sus pensamientos.
—Tienes razón.—admitió Luna.
Ambas salieron corriendo de la tienda y llegaron a las escaleras eléctricas llenas de un líquido verde, al dar los primeros pasos notaron que el líquido estaba caliente, como si pisaran una especie de charco de sangre. Al bajar notaron que casi todo el primer piso estaba cubierto de esa misma sustancia, pero incluso más caliente, cosa que les hizo evitar ingresar el pie en aquella trampa, fue entonces que ambas vieron a los refugiados en medio del mar de veneno. Aquel bote...
4:40
Era algo bastante ingenioso por parte de Peter, todos los rehenes celebraron momentáneamente antes de volver a la realidad cuando más veneno cayó del cielo. Tanto Ronnie como Lincoln no notaban que en la parte de abajo Lynn y Peter llevaban de tres en tres a diversos pasajeros por el mar de veneno gracias al carrito de hot dogs, pero, así como no los notaban, tampoco percibían que su destrucción colateral hacía que el veneno se acercase a los rehenes tanto de los disparos de Ronnie como del charco que se encontraba abajo.
Ya era la segunda vuelta que daban, primero habían puesto a salvo a Lily, Leni y la tía May. En su segundo rescate las gemelas y Lucy eran la prioridad, pero escucharon un nuevo golpe que estremeció sus huesos, debían de darse…
4:14
Prisa, si quería detener a Ronnie, se llevó una mano al pecho para ver que tenía unas marcas de garras incrustadas, su piel sangraba debido al filo de las mismas. Lincoln estaba en un momento crítico, por lo que tomó más de su telaraña y la lanzó al techo, formando una red gigante de telarañas, dejando muy poca en su recipiente, pero esperando que su plan diera un éxito, aunque primero debía encontrar donde se ocultaba…
3:58
La tonta de Lori Loud, era obvio que ella y SpiderKid estaban al mismo nivel por lo que no tenía mucho sentido seguir peleando, su venganza debía ser consumada al menos, si no iba a tener esa identidad al menos iba a terminar con la vida de Lori, no se tomó tantas molestias para no hacerlo.
—No, matar no.—dijo con una voz más débil.
Pero con simplemente agitar su cabeza aquellas ideas compasivas desaparecieron, Lori le quitó todo a Ronnie, ¿No era simplemente justicia divina en acción? Ella tomaba venganza por la muerte de Ronnie ante todos los que la lastimaron y entonces desenmascaraba al criminal de SpiderKid y detendría a todos los criminales de la ciudad, siempre asegurándose de que no hubiera heridos inocentes, siempre buscando no repetir el error que la llevó a esa transformación.
"Dijiste que lastimarías a los Loud" se dijo a sí misma en su cabeza, pero necesitaba bloquear esos pensamientos, por supuesto que había dicho eso, pero no lastimo a nadie, ella solo quería lastimar a quienes la habían herido, ya habían dos en su lista que estaban tachados, Lori seguía siendo la más importante, probablemente con matarla todo ese dolor que sentía dentro desaparecería.
Llegó a la puerta de una cocina para una pizzería mal cerrada, escuchando con atención todo el ruido proveniente de ahí, todo parecía estar en silencio hasta que un gemido lastimero ahogado se escapó del interior. Ella derrumbó…
3:33
La puerta, que era su única salvación, cayó de una simple patada de Ronnie, provocando que Lori se ocultase debajo de la registradora, podía ver las piernas con leggins verdes de la villana mientras arrastraba su cola por el interior de la cocina al examinar el lugar. Lágrimas recorrían su rostro mientras mantenía una mano pegada a su boca y nariz para no hacer ruido al momento de respirar.
Pudo ver como Ronnie primero dio una vuelta a las habitaciones antes de darle una patada al horno para calentar las pizzas y otra más a unos cajones donde guardaban elementos de limpieza.
—Sé que estás aquí, terminemos con esto, ya estoy harta.—dijo la Escorpiona con calma—No tienes escapatoria.
Lori tomó la palanca con fuerza en una mano, con la otra tomó sobres de cátsup y los lanzó en la dirección contraria a la entrada, provocando que se hiciera ruido en esa parte de la tienda y escuchase los pasos acelerados de la Escorpiona. Acto seguido ella se lanzó en estampida a la puerta, cruzándola en cuestión de segundos, pero pudo ver durante una fracción de segundo como la puerta de entrada de la cocina bloqueó un ataque directo a su persona mientras ella corría de vuelta al claro.
Sabiendo que no había tiempo comenzó a gritar y llamar la atención de…
2:20
Lincoln la había localizado, se acercó con gran velocidad, viendo que había dos disparos de veneno en dirección a su hermana mayor, pero se paró enfrente y frenó ambos ataques lanzando sus telarañas.
Pudo ver a Ronnie acercándose a toda velocidad con garras levantadas, pero se cubrió con un derechazo que devolvió con…
2:19
Una patada que a muy duras penas pudo esquivar, La Escorpiona nuevamente detenida por el estúpido niño araña, le lanzó una patada, pero el estúpido la tomó de la pierna, cosa que expuso su cabeza, provocando que Ronnie mordiera la máscara con sus colmillos para arrancarla…
2:14
Pero Lincoln soltó la pierna de Ronnie y dio un derechazo justo en su estómago que mandó a volar a la chica hasta el techo, quedando pegada en la maraña que el chico había preparado.
Todo estaba a punto de terminar, con rasguños en su pecho y respirando con dificultad Lincoln lanzó una telaraña y se acercó a la chica quien…
1:55
Luchaba por que sus brazos o cola pudieran moverse, el dolor en el estómago, las piernas y la cola después de los múltiples golpes que había recibido, pudo ver como ese niño araña se acercaba lentamente a su posición, caminando bocabajo, le odiaba.
—¿Vas a presumir tu victoria con una mala broma?—dijo ella poniendo los ojos en blanco—¿O vas a matarme?
—Yo no he matado a nadie.—fue la defensa de SpiderKid cubriéndola en su totalidad de telarañas, dejando solo la cabeza.
—Sabes que es mentira, lo sabes, lo sabes…—dijo ya enloquecida la Escorpiona, intentando moverse desesperada no podía perder sin haber vengado antes a la chica—Lincoln Loud…
—¿Quién?—preguntó SpiderKid sin entender.
—Ja, lo sabía, tu no eras Lincoln…—dijo ella y se notaba más relajada—¿Quién eres?
—¿Crees que se lo diría a una criminal?—dijo el chico apuntando nuevamente sus telarañas—No necesitas saber quién soy o matar chicas inocentes, necesitas ayuda y ser contenida.
—Nadie puede ayudarme.—fue la respuesta de la Escorpiona mientras su rostro se volvía rojo.
Entonces todo su cuerpo comenzó a…
1:12
Moverse de un lado a otro. Esa parecía la estrategia desesperada de su rival. Lincoln no pudo evitar sentir pena, en el fondo era Ronnie Anne y al mismo tiempo no. La policía si dejaban de detectar movimientos debía entrar en cualquier momento y él se aseguraría que la sedaran, aunque eso significase no volver a verla jamás.
En la parte baja se alegró al ver que no había nadie más en el epicentro, Lincoln si bien estaba centrado en la batalla no pudo evitar notar el arca de Noé que idearon los que escaparon, se preguntó si Lori ya estaba afuera o si seguía…
1:01
Dentro del centro comercial todo parecía un infierno en tierra, Lori había bajado por unas escaleras hasta el primer piso, buscando desesperada una salida, iba a rescatar a su familia mientras el niño araña se enfrentaba a Ronnie, llegó finalmente a una tienda que estaba al lado del circulo sin veneno, pero lo encontró totalmente vacío.
—¿Lori?—le sorprendió escuchar la voz de su hermana Luna.
Ella se lanzó a abrazarla, notando que junto a ella se encontraba Sam. No encontraba por ningún lado al resto de su familia.
—¿Dónde está el resto?—preguntó Lori asustada.
—Están bien, a punto de escapar gracias a Lynn, recuérdame darle un regalo un día.—le dijo Luna para tranquilizarla—¿Quién es esa lunática?
—Ronnie Anne.—dijo Lori mirando como la chica se liberaba y peleaba contra SpiderKid.
—No es cierto.—dijo Luna cono acto reflejo, pero repentinamente todo cobraba sentido—Contigo ya todas estamos a salvo, vámonos…
Lori aun tenía la promesa de cuidar a Ronnie, una que le había dejado Bobby, pero después de todo lo que tuvo que pasar decidió que aquello la había rebasado. Dio media vuelta, rindiéndose finalmente de Ronnie y dejando todo a manos de SpiderKid. Ese niño les arruinó la vida en el pasado, pero si en algo había que admitir que era bueno era en detener amenazas inminentes, tomando la mano de Luna dio un giro…
0:30
Sobre su propio eje, permitiéndole romper varias de las telarañas que la sujetaban. Lanzó un golpe con su cola, provocando que el chico araña la esquivara, ella aprovechó ese momento para tomarlo de una pierna y lanzarlo al mar de veneno del primer piso.
Al principio notó resistencia, pero sus ojos se volvieron rojos momentáneamente provocando que su determinación creciera y el niño araña saliera disparado al piso, lanzando una estela de humo en la parte del impacto, además del cráter.
Ronnie entonces miró sus garras y con ellas cortó el resto de la telaraña que la sujetaba, lanzándose en dirección a SpiderKid.
Pero el chico había caído en el circulo donde había dejado a los rehenes, al llegar abajo notó que no había nadie ahí y entonces Ronnie lo entendió:
—Todo era una distracción, ¿No es así?—tomó del cuello a SpiderKid con su cola—¿Qué es lo que pretendes? ¿Hacerme ver como la mala del cuento? ¡Me da igual, al menos ahora sabré quién diablos eres!—gritó viendo directamente a la máscara.
Pero entonces escuchó una campana de unas puertas de cristal siendo abiertas, había gente dentro.
—No…—ese gritó era parecido al de Lori.
—Tu distracción salió mal.—dijo la Escorpiona tomando la máscara para estirarla, pero al hacerlo unas telarañas cayeron en sus ojos.
Un solo segundo más y hubiera visto la cabeza herida de Lincoln Loud, pero esas telarañas de último momento por parte del chico provocaron una violenta reacción mientras Ronnie movía violentamente sus garras y él escapaba de la escena con una telaraña que lanzó al segundo piso, corriendo para encontrar algo con que cubrir su cabeza.
La máscara de SpiderKid seguía en las garras de Ronnie quien se pudo quitar la telaraña de sus ojos con un grito de rabia.
Sabiendo que no tenía sentido buscar a SpiderKid hizo memoria y se dirigió al lugar donde antes había escuchado el lamentar de Lori, música para sus oídos. Solo faltaba…
0:10
Poco más para estar seguras y que la policía entrara al lugar para detener a Ronnie junto a SpiderKid, iban las 3 en el mayor silencio posible, pero cuando creyeron estar a salvo Luna piso uno de los charcos de veneno, pensando que estaba protegida con sus tenis, pero el suelo en esa parte estaba más profundo porque enfrente era una zona escalonada y aunque tanto Lori como Sam la ayudaron a levantarse pudieron ver su pierna derecha comenzando a hincharse mientras Luna no podía parar de gritar de dolor.
—No, no, todo saldrá bien.—dijo Lori dejando que su hermana se apoyara en su hombro.
Sam se les adelantó para abrir la puerta cuando de repente la vieron quedar pálida, una sombra inundó…
0:05
El pasillo donde se encontraba a quien tanto odiaba, escapando cobardemente del lugar. No había nadie para protegerla en aquella ocasión, solo dos sombras borrosas que no merecían su atención.
—Ronnie por favor…—intentó suplicar Lori—El resto no tienen nada que ver.
—¡NO SOY RONNIE!
Cerró los ojos sintiendo su rostro enrojecido y apuntando directamente a su víctima, no planeaba tener piedad en aquello, su veneno hasta el momento había demostrado no ser letal, pero esta vez Lori estaba acorralada, encerrada cual la rata que era. Una terrible roba hermanos sin el menor ápice de ética que había logrado de alguna manera siempre ser protegida por el resto del mundo.
A la Escorpiona ya ni siquiera le importaba SpiderKid o el resto de los rehenes, lo único que pensaba era en eliminar aquel estúpido rostro que tanto sufrimiento le había traído, no hubiera tenido que pasar por todo lo que pasó de no haber sido por Lori. Si Lori no la hubiera lastimado ella nunca hubiera ido a la casa de Peter, si Lori no se hubiera robado a su hermano jamás hubiera tenido ese conflicto, si Lori no hubiera obligado a Bobby a rescatar a sus hermanos entonces ella aún tendría hermano.
Su rostro rojizo junto a su cola apuntando a los ojos de Lori y disparó el chorro más potente que jamás volvería a sentir, tardó más de un segundo en lanzarlo mientras una bola recorría en su cola visiblemente, cerró su…
0:02
Mirada fatal para Lori y Luna quienes intentaron moverse para esquivar, pero no pudieron debido al peso de una herida Luna, vieron durante un segundo atrás esperando el disparo directo. Todo había terminado…
0:01
Sin si quiera haber empezado su vida de ensueño. Sam no lo dudó ni un momento, saltó a proteger a su amada, no pensaba en su propio bien, solo sabía que debía proteger a Luna a toda costa. Dio un salto desde la puerta a medio abrir antes de extender sus brazos y empujar a las dos Loud, logrando lanzarlas a un lado del pasillo mientras ella sentía como si agua hirviendo recorriese su rostro, cuello, espalda y piernas hasta que todo se encontraba demasiado caliente a su alrededor…
0:00
Muchas cosas pasaron al mismo momento, afueras del centro comercial y con la mayoría de los rehenes ya asegurados fue cuando el oficial McBride miró su reloj y dio la orden junto a Madison de que las fuerzas armadas entraran. Ronnie pudo ver a su víctima, sintiendo algo pesado en su estómago pues no era Lori, su boca tenía un horrible sabor. SpiderKid finalmente localizó a la Escorpiona e impidió que siguiera con su ataque al darle una patada en su costado desde el lateral, saliendo disparados para continuar con la pelea. Así mismo los rehenes celebraban y se abrazaban pensando que las penurias habían llegado a su fin.
Pero, tal vez lo más importante fue que Luna y Lori intentaron levantarse de aquella tacleada que recibieron, volteando atrás incrédulas de estar intactas… Aunque esa sensación duró menos de un segundo porque Luna pudo ver a Sam una última vez, debatiéndose entre la vida y muerte mientras su piel se hinchaba, cambiaba de color y crecía exponencialmente. Luna intentó correr para salvarla, pero Lori la detenía.
—¡VAMOS A VIVIR JUNTAS!—gritaba Luna intentando ver a Sam a los ojos, pero se encontró que sus parpados se cerraron a la fuerza mientras su piel comenzaba a eliminar veneno a chorros y cubría sus partes sanas con más veneno.
—Lo siento tanto…—gimió Lori mientras lágrimas recorrían su rostro.
Pero Luna solo tenía ojos para la figura amorfa en que se estaba transformando Sam, ni siquiera le importaba el tremendo dolor que ella sentía por el mismo veneno, o que los policías llegaron al lugar, ni las dificultades de SpiderKid en la pelea.
Solo tenía ojos para Sam… O el bulto de carne en el que se había transformado su mayor y único amor.
"Oh God I'm going insane"
Lincoln ni siquiera tuvo tiempo de verificar que sus hermanas estuvieran bien y se odiaba por eso, ya estaba más que claro que era un monstruo, pero nunca esperó que los cambios que le provocó la picadura de esa araña habían cambiado las prioridades en su vida. Pero prefería mil veces terminar con Ronnie antes que ayudar a su hermana. Notó a la policía en la planta baja, finalmente, después de tanto sufrimiento habían triunfado.
—¡Ya ríndete!—le dijo mientras se acercaba a donde la había lanzado—Estás rodeada.
—No deberías acorralar a un escorpión si no quieres forzarlo a usar su aguijón.—dijo ella intentando lanzar el veneno nuevamente a SpiderKid, pero él la esquivó.
—Encontrarás la ayuda que necesita en la prisión.—dijo Lincoln apuntando con su telaraña, escuchando un zumbido vacío—No de nuevo.
Ronnie dio un golpe con ambas piernas al estómago de SpiderKid, extrayendo todo el aire de su interior y que se arrodillara provocando que ella le diera un nuevo golpe en la barbilla. La chica se levantó al mismo tiempo que SpiderKid caía golpeándose el rostro contra el piso.
—Si no me hubieras interrumpido todo ya hubiera terminado, eres una molestia verdadera, ¿Qué tanto costaba dejar que terminase con las Loud? Ellas han lastimado mucho a mi familia, ¡Y yo no quería lastimar a esa chica!—le dio una patada en el costado lanzándolo por el piso hasta chocar su espalda contra una columna— ¿Por qué siempre te ocultas detrás de una máscara? Hay tanto que necesito saber.—se detuvo al ver a la policía subir al segundo piso—Nos volveremos a ver.
Ella le disparó en su mano derecha un poco de su veneno.
—Si eres Lincoln o quien sea lo sabré, te expondré y lamentarás haberte metido en mi camino.—una bala pasó a su lado, dando en la pared—Pero eso no será hoy.
De un salto la Escorpiona escapó de la escena, dejando a los policías con un lastimado SpiderKid, nuevamente derrotado.
Continuara…
Notas—Capitulazo todo largo,perdonen si la escena final fue demasiado larga, pero creo que la necesitaba sacar de mi sistema, muchisimas gracias por aguantarme y tranquilos que el siguiente capítulo ya es el gran final de esta saga 3 Locura, esta canción la representa muy bien. Ya es un capítulo largo, demos un epilogo igual de largo para que Word llegue a las 50 paginas xd casi 22,000 palabras… Kill me, pero véanlo como compensación por tardar.
"But I know I'm just living on a prayer."
—¿Cómo está mi bebe doctor?—suplicó saber una señora entre lágrimas amargas.
—El tratamiento efectivo con los otros pacientes no hace efecto, si el veneno continúa en su sistema nervioso… Lo lamento, le doy tres días más.—dijo el señor intentando mantenerse firme.
—NO.—gritó la mujer prácticamente derrumbándose contra una pared y cayendo a sus rodillas, su bebe no podía estar a punto de morir.
Su esposo se mantenía firme solo por las apariencias, por dentro estaba incluso más destruido que su mujer. El hombre siguió con la mirada al doctor, esperando encontrar una señal de esperanza, pero lo único que logró fue ver que en la parte externa una chica en muletas se acercó al respetable doctor.
La reconocieron solo por la silueta, la mujer estaba limpiándose el rostro, preparada para lanzarse encima, pero su marido le hizo una seña y se levantó, usando en su rostro un pañuelo desechable. Se aseguró de salir de la habitación y cerrar antes de si quiera empezar a hablar:
—¿Qué crees que haces tu aquí?—le dijo el hombre molesto.
—Es mi novia.—dijo Luna intentando mantenerse firme después de aquella noticia.
El doctor notó la tensión creciendo y salió hacia su oficina para rellenar papeleo, no sin antes alertar a un guardia por mensaje de texto de posible pelea en el pasillo doce.
—Espero estés contenta, la mataste.—dijo el hombre ni siquiera enojado más bien rendido—No sé qué le hiciste a mi princesita, pero felicidades, ganaste.—dijo finalmente cubriendo su rostro y llorando—Has ganado, ¿Por qué vienes a torturarnos?
—Solo quiero verla.—dijo Luna aspirando fuerte.
—No, ya no le hagas más daño, solo vete.—dijo el hombre entre lágrimas—¡Vete!
Recuperó un poco del ímpetu solo para caer a sus pies nuevamente.
—Esto no hubiera pasado si hubieras aceptado lo nuestro Sharp, no me importan tus creencias o tus valores, pero si alguna vez la quisiste por favor, déjame verla una última vez.—intentaba Luna pedir su permiso, puesto que ella al no ser familiar no lo tenía—Puedo esperar a que ustedes se vayan si no me quieren ver, pero no puede hacernos esto… No es lo que Sam hubiera querido.
Hubo prácticamente un minuto de silencio, el señor Sharp no levantó la mirada, no parecía tanto debatirse consigo mismo, sino algo mucho más raro. Después de meditarlo miró a Luna a los ojos, pero esta vez ya no eran los lastimeros de antes, sino unos más fríos y calculadores.
—Mi niñita estoy seguro que no hubiera querido morir, que se dejó guiar por la tentación y eso solo la guío hasta el camino de todos los pecadores.—dijo el hombre para verla a los ojos—Y tú la llevaste por ese camino, juro en nombre de Dios que no volverás a ver o tocar a mi niñita, mientras yo siga con vida, la protegeré de ti.
Luna se encontraba roja de la ira, sobretodo porque no podía hacer legalmente nada y si iniciaba ella la pelea la iban a sacar del hospital.
—Si era tan feliz contigo, ¿Por qué vino conmigo?—dijo Luna cruelmente—El único que la dañó fuiste tu Sharp, al no aceptarla como era.
—Lárgate de mí vista.—dijo el hombre sin escuchar una palabra—Podrás ver su tumba, pero mientras siga aquí no podrás dañarla más.
Sabiendo que no tenía sentido pelear Luna dio media vuelta, roja de la ira y sintiendo como su cuerpo se estremecía. Al llegar al elevador y notar que estaba sola todas esas palabras hirientes del señor Sharp llegaron a su cabeza y no pudo evitar sentir que tenía razón, por su culpa Sam estaba así.
Y la incertidumbre de no poder verla hacia todo mucho peor, indignada y frustrada comenzó a llorar a mitad del elevador, de ambos lados había espejos por lo que se vio al infinito de rodillas incapaz de moverse por una tremenda oscuridad que la envolvía.
"I see your heart watching away. EH eh eeeeh Better run, better run."
—Ya veo, así que la Comadreja era...
Lisa tuvo que ver el monitor en múltiples ocasiones para dar crédito a lo que sus ojos veían. Primero sintió euforia, de dar con aquel nombre entre tanta base de datos, pero inmediatamente indignación pasó por su cabeza. Aún tenía que ver de dónde sacaba su dinero y si las sospechas de Lisa terminaban siendo ciertas… Pero el señor Osborn nunca…
—¡Desgraciados!—gritó llena de rabia tomando su teclado y estampándolo contra el escritorio fuertemente—¡Soy una idiota!
Se llevó ambas manos a la cabeza, arrancándose mechones de pelo mientras corroboraba la información, efectivamente Weasley era la Comadreja a después de todo. Repentinamente entendió porque su padre era el buitre, una conspiración para mantenerla a ella en el equipo científico. Se dejó caer contra el escritorio mientras daba varios puñetazos a la madera, provocando grietas en el interior de esta. Fue entonces que recibió una llamada.
—Doctora Loud.—dijo con un tono casi muerto.
—Lisa, soy Luna, te necesito.—escuchó del otro lado de la línea una voz llorosa.
—Esta línea está reservada a cosas importantes de verdad, unidad fraterna, abstente de volver a interrumpirme.—dijo con voz casi robótica, no tenía tiempo para pensar en distracciones.
—Mi novia está a punto de morir por veneno, eres la única que conozco que puede hacer algo, si me ayudas haré lo que sea por ti, lo que sea.—suplicó Luna atropellándose entre palabras.
Lisa le tomó un segundo para que algo le viniese a la mente:
—¿Qué clase de veneno hablamos?—dijo con un brillo destellante en sus lentes y una sonrisa de medio lado que en la oscuridad de su bunker parecía tétrica.
"And that's how you left me in the cold."
De todas las cosas que Lisa le había propuesto aquello era una locura, era ya medianoche, la hora de visitas había acabado, pero ahí estaban ambas subiendo por el elevador con una caja blanca y una pared delantera de cristal que dejaría ver cualquier cosa. Al llegar a ese piso fueron recibidas por el mismo doctor que atendía a Sam cuando Luna fue por primera vez.
Aquello hacía que Luna se sintiera peor, sobre todo cuando vio a su hermana menor dándole dinero al doctor y este barajeando los billetes antes de guiarlos a la habitación de Sam. Una vez dentro Lisa abrió la caja blanca, se la cual salía una neblina que revelaba un paisaje bajo cero dentro de la caja.
—Solo tendremos una oportunidad, máximo cuidado.—dijo Lisa al doctor mientras entre los 3 tomaban a Sam de distintas partes y la ayudaban a entrar a la caja blanquecina.
Luna apenas podía con el peso, tenía que poner todo su empeño en las muletas mientras rezaba por no caer, al final todos los pedazos de carne verdosa entraron en la caja la cual se cerró con delicadeza.
—Signos vitales estables y bajando, todo en orden.—dijo Lisa antes de presionar un botón y comenzar la liberación dentro de la capsula de un líquido casi transparente como el agua, pero con una textura gelatinosa.
Por la ventana superior Luna pudo localizar el rostro de Sam, o algo bastante parecido y lo miró fijamente mientras su amada era sumergida en ese líquido congelante.
—Operación exitosa.—dijo Lisa complacida—Y recuerde Doctor, ¿Ella falleció?
—De un fallo cardiaco por el veneno y que no fue detectado a tiempo por las máquinas, a las dos cincuenta y tres de la mañana.—recitó el hombre con una cruda sonrisa.
—Excelente, con eso y la muñeca de imitación en la morgue eso debería ser todo.—dijo Lisa con orgullo—Además de las grabaciones falsas que inserté en sus sistemas.
—Si logran salvarle la vida serán heroínas de verdad.—dijo el doctor dando media vuelta—Sigan por donde vinimos para la salida, suerte.
Y se alejó en la oscuridad mientras Luna veía el rostro azulado de su amada, intentando buscar nuevamente esa mirada cálida. Pero solo veía un montón de carne congelada… Luna volteó al elevador, no mirando ni abajo, ni atrás, estaba haciendo lo correcto.
"I can't remember when you let me so down, but now the tables turn apocalypse is coming. I can't remember when yoy left me so sad. But I learned it rains in hell and Angels could be bad."
Luna veía con asombro el laboratorio de Lisa, oculto bajo el edificio donde vivían, en aquel momento Lisa terminaba la instalación del tanque con ayuda de cuatro brazos mecánicos que movían la caja blanca como si fuera algo ligero. Luna sabía que si en alguien podía confiar esa era Lisa.
Ambas se sentaron a ver el resultado, una Sam congelada y suspendida hasta que Lisa encontrase una cura. No había más que esperar, mientras nada fallase Sam estaría segura, pero fue entonces que Lisa volteó a ver a su hermana.
—¿Sabes? Yo también necesito ayuda.—dijo Lisa de manera directa—Sígueme.
La llevó a través de las diferentes habitaciones del bunker, todas con al meno capas de llaves o encriptaciones. Ella solo tenía acceso a la de Sam, pero se sorprendió al ver que Lisa la guiaba a un vestidor.
Había un cuarto para taquillas con solo una completamente abierta, pudo ver en el interior un abrigo y unos pantalones felpados junto a una inyección con un líquido brillante celeste.
—¿Qué significa esto?—preguntó Luna.
—No te matara.—dijo Lisa sonriendo de medio lado—Pero lo necesitarás para enfrentar a quien encerró a nuestro padre.
—¿Qué?—dijo Luna sin entender.
—Te dije que necesitaba ayuda.—fue la simple respuesta de Lisa mientras tomaba la jeringa y veía con uno de sus ojos el líquido de un lado a otro, viendo que Luna intentó retroceder—Y si quieres que mantenga a Sam aquí, lo harás.
Luna sabía Lisa era muchas cosas, pero sus palabras las mantenía, se quedó quieta a mitad de la habitación, suspirando de manera pesada. No le gustaba admitirlo, pero debido a los acontecimientos recientes, incluso había olvidado a su padre. Pero si lo que Lisa decía era cierto, podía vengar a su padre y a Sam.
Aunque eso significase vender su alma al diablo con garras metálicas.
"And Angels could be bad"
