Spectacular Lincoln Loud
Capítulo 17 We are Young (Reprise)
—Give me a moment I, I need to get my story straight.
Todos voltearon a ver el escenario sin entender de donde había aparecido aquella chica, las luces se apagaron y solo una enfocó directamente a la adolescente con el micrófono. A pesar de parecer bastante joven caminaba erráticamente, como si no pudiera soportar su propio peso, vestía una túnica negra que solo le dejaba al descubierto su boca y manos, manos extremadamente blancas, una de ellas tenía un reloj bastante extraño.
—My Friends are in the bathroom getting higher than the Empire State.
Tomó el micrófono y comenzó a caminar hasta llegar al frente, bajó de un salto escuchándose un eco metálico y como algo líquido moviéndose a su espalda, de su boca salía un humo blanquecino extraño que hizo que varias personas dentro que antes no la habían visto le prestaran su total atención.
—My lover she's waiting for me, just across the pub.
Apuntó directamente hacia una mujer que no le estaba regresando la mirada, sino que, por el contrario, parecía enfrascada en una bebida lo suficientemente fuerte como para hacerla ignorar lo que tenía detrás. Eso no evitaba que el pub tender tomara una escopeta de la parte trasera del mostrador y usara un botón para activar una alarma.
—My seat's been taken by some sunglasses, asking 'bout a scar and…
Soltó parte de su túnica, revelando en realidad un arma parecida a un lanzallamas, con la peculiaridad que era completamente blanco, en su espalda parecía cargar un pueril con un material que al accionar el gatillo debía liberar el fuego. Aunque claro, aquello no parecía en absoluto un lanzallamas, sino más bien, un lanza—hielo, había un rastro de humo proveniente de la punta del arma. Eso provocó que el propietario perdiera los cabales y definitivamente levantara la escopeta.
—¡Hey tú!
—I know I gave it to you months ago, I know you're trying to forget.
Ella cantaba como si no le importara que le apuntaran directamente o que bastantes parejas comenzaron a levantarse para correr directamente a la salida, para su sorpresa la gente estaba tan apelotonada que no podían salir fácilmente, además ambas puertas se negaban a abrirse, como si algo afuera les impidiese moverse. Mucha gente en el pub comenzó a notar que la temperatura ambiente bajaba drásticamente, provocando que sus pelos se erizaran. Sorpresivamente aquello no afectó a la mujer que continuaba bebiendo sin importarle la escena a sus espaldas.
—But between the drinks and subtle things, the holes in my apologies, you know.
—¡Te doy hasta tres para que te largues de mi maldito pub! ¡UNO!
Pero solo provocó que la joven de pelo corto finalmente apuntara su arma en su dirección, provocando que el cantinero temblara despavorido, la reconoció entonces como aquella que apareció en las noticias… Pero era imposible, ¡Ella era de las buenas!
—I'm trying hard to take it back.
—¡Dos!
La chica accionó el lanza—hielos y un sonido de carga comenzó a sonar al mismo tiempo que el tanque que llevaba en la parte trasera se agitaba, ella tenía una misión clara, sin testigos.
—So, if by the time, the pub closes, and you feel like falling down.
—¡Te lo advertí! ¡TRES!—gritó el propietario accionando el arma mientras ella daba el siguiente verso.
La gente en la puerta pasó de murmureos y cuchicheos de miedo a gritos y suplicas para poder salir de aquel lugar, mientras que esa mujer en la barra permanecía inmóvil, aunque calentando sus brazos frotando sus manos en el brazo contrario.
—I'll carry you home, TONIGHT!
Un chorro de escarcha comprimido salió disparado al mismo tiempo que ella llegaba al clímax musical, deteniendo la bala en el aire y dándole de lleno al propietario del pub. Al inicio este intentó llevar sus brazos al rostro para protegerlo, pero fue inútil, quedó rodeado por una capa de hielo en cuestión de segundos, en una posición donde su rostro estaba alargado y con los ojos cerrados. Con un grito que si bien no se escuchaba físicamente podía uno escucharlo al ver la boca abierta en esa posición.
—WE ARE YOUNG! SO, LET'S SET THE WORLD ON FIRE!
Gritó ella dando una vuelta mientras la escarcha recorría el pub, inmortalizando la escena, las pocas personas, que paralizadas por el miedo, no habían huido de sus asientos; habían quedado congeladas antes de siquiera poder levantarse, sus rostros se podía ver que aquello era doloroso, pero lo suficientemente rápido como para no dar mucha opción a reaccionar, puesto que quien tuvo más tiempo fue un joven que hizo el amaño de levantarse, pero quedó con una mano en la mesa y otra en la silla, mirando a la puerta de la salida. Aquello le alegró a la chica, finalmente iba a quedar inmortalizada esa noche mágica que tuvo tanto tiempo atrás.
—WE CAN GO BRIGTHER! THAN THE SUUUUUUN!
Apuntó con su rayo de hielo directamente a las personas apelotonadas en la salida, algunos saltaron hacia los lados para no recibir el golpe de lleno, mientras que la mayoría se quedó en el centro, intentando con todas sus fuerzas empujar para la salida, era inútil, las puertas estaban congeladas desde el otro lado, antes de siquiera entrar todas las salidas o entradas estaban bloqueadas.
Al principio ella escuchó varios gritos desgarradores, supuso que, al ser tal tumulto de gente, evidentemente tenían más calor que extinguir con su frío, pero ella estaba decidida, continuó andando, viendo como algunos que estaban en la muralla externa arqueaban su espalda del dolor que ocasionaba aquel frio infernal.
—TONIGHT! WE ARE YOUNG! SO, LET'S SET THE WORLD ON FIRE!
Las pocas personas que habían escapado del tumulto en la entrada quedaron horrorizadas al ver como una docena de compatriotas quedaban congelados en menos de un minuto por aquella dama letal de blanco: la tan conocida Elemental, una mutante que hasta tan solo hace unas horas seguía siendo reconocida como una heroína hecha y derecha, congelando personas inocentes, sin ningún motivo aparente.
Un tipo que se ocultó detrás de la barra registradora tomó varias botellas de cristal y las lanzó en dirección de ella, pero solo logró delatar su posición y la escarcha lo alcanzó antes de que la primera de sus botellas alcanzara a Elemental. Simplemente ignoró el golpe porque desde su espalda se intentó acercar una chica con coleta de caballo rubia que parecía rabiosa, pues levantaba una silla de madera para estamparla sobre ella, la escarcha no tardó en hacer su trabajo, eliminándola antes de poder tocarla.
—WE CAN GO BRIGHTER THAN THE SUUUUUN!
Elemental entonces se elevó en el aire con ayuda de sus manos que lanzaban rayos con escarcha y dando vueltas lo lanzó a las pocas personas que encontró aun consientes en el pub, no eran muchas por lo que acabó rápidamente. Solo dejó una última mujer sin congelar, la cual ya no era tan indiferente como al inicio, sino que ahora volteaba a verla con odio.
—Veo que me buscas.—dijo arqueando mucho una ceja—No tenías por qué hacer todo el espectáculo.
—Lo siento, sin testigos, además este pub tiene una memoria muy especial para mí.—dijo Elemental con alegría—Mire, para que haya confianza, soy Luna la Elemental y la necesitamos a usted.
—¿Para qué?—dijo la mujer negando inmediatamente con la cabeza—¿Qué más quieren arrebatarme?
—Nada, mi jefa quiere darle una mano en lo que tanto buscas, solo a cambio de un minúsculo favor.—dijo sonriendo.
—¿Tu jefa? ¿Qué favor?
—Tal vez la conozcas, es mi hermana, Lisa Loud. Y sobre el favor, digamos que deslumbrara a la ciudad.
…
"Now I know that I'm not all that you got."
72 horas antes
Era otro día más en la escuela secundaria para Peter, quien temblaba ante la idea de que el autobús fuera atacado por Ronnie repentinamente, aquel no fue el caso. De las cosas que se tuvo que enterar, Ronnie atacando al Daily, una superheroína y secuestrándolos tanto a él como a las Loud en un intento de lastimar lo más posible a la hermana mayor de Lincoln.
Le costaba trabajo creer que esa era la misma Ronnie en quien siempre confió o que aun estuviera ahí, en el fondo, porque realmente aquella Escorpiona era cruel y vengativa, como si Ronnie fuera una persona distinta… Igual que Lincoln después de la picadura de la araña.
No le sorprendió ver que ni el chico ni sus hermanas se encontraban en la escuela, todas habían sido puestas en protección por la policía, pero es era algo que el Capitán de policía George Stacy solo había revelado a su hija, y ella tanto a Peter como Clyde. Estaba más que claro que el destino de los Loud era incierto, lo que enojó sobre todo a Peter es que desde aquel día ya no había podido hablar con Lincoln.
La escuela se sentía muy vacía ahora que solo Peter, Gwen y Clyde permanecían juntos, Liam definitivamente se rindió de intentar seguir con ellos, debido a que Lincoln siempre era el que más le animaba.
—Sigo sin creerlo.—dijo Gwen durante un lunch—Ronnie nunca haría eso.
—Mi papá la vio atacando en el hospital.—dijo Clyde con firmeza—Ella ya no es Ronnie, esos genes mutantes le cambiaron la mente.
—Ronnie no es una mutante.—dijo Peter ofendido—Los mutantes nacen, los super humanos se crean, ya sea accidentes o tecnología.
—Es un tecnicismo, todos son iguales, cambian una vez tienen sus poderes.—dijo Clyde molesto—La Ronnie que he conocido desde hace 6 años nunca hubiera hecho… Esto.
Clyde detuvo de comer su sándwich para dar un largo suspiro. Todos miraron a un asiento vacío, el de Lincoln, como si esperaran que apareciera de la nada.
—¿Y qué haremos si ella intenta atacarnos?—preguntó Gwen.
—No lo hará.—le confirmó Peter—Me secuestro a mí y a mi tía solo porque estábamos durmiendo en la casa de los Loud, ya saben por el ataque del doctor…
Tanto Gwen como Clyde se miraron, Peter casi nunca hablaba sobre lo del Lagarto. Pero Gwen tenía demasiada curiosidad:
—¿En verdad era el Doctor Connors?—dijo sin miramientos.
—Sí, lo era.—respondió Peter a secas—Pero igual que Ronnie, todo lo que conocíamos del Doctor desapareció.
Se miraron incomodos, esperando que algo los interrumpiese, pero ni siquiera Chandler se acercó a robarles dinero del almuerzo. Peter miró por la ventana:
—Ronnie lastimó a SpiderKid.—dijo sin pensar en voz alta.
—La única cosa buena que hizo.—dijo Clyde de brazos cruzados.
—Salvó mi vida Clyde, y la tuya también contra Mysterio.—le reclamó Peter—Me pregunto cómo se recuperan los superhéroes.
—Eso es algo que estoy casi segura que nunca vamos a saber.—dijo Gwen terminando su lunch y limpiándose con una servilleta a pesar de ya estar limpia.
Peter odiaba admitirlo, pero mientras Lincoln estuviera protegido con la policía, la ciudad estaría a la merced de los villanos. Y por primera vez su trabajo como fotógrafo se sentía verdaderamente un peligro.
"Maybe we could find new ways to fall apart"
—Por favor, quisiera salir a la escuela.—dijo Lincoln molesto en la habitación del motel—Al menos poder saber si mis amigos están bien.
—Lo están.—dijo el Capitán Stacy en frente de la puerta—Pero en este momento una super villana los está buscando específicamente a ustedes.
Lincoln se cruzó de brazos, provocándose dolor en la mano donde Ronnie le disparó el veneno antes de terminar la batalla ayer, lo había ocultado con su chaqueta y sus poderes regenerativos, pero, aun así, le molestaba la herida. Para que no sospecharan de él fingió siempre haber estado en uno de los locales de comida rápida del centro comercial, pero tendido en el suelo y herido, Peter lo apoyó diciendo que pudo verlo cuando iban de salida. Para su suerte, como Ronnie había raptado a todos los Loud esa historia lejos de ser fantasiosa, resultó creíble. O probablemente el capitán Stacy no quisiera pensar en qué hacía él, también era válido.
—Quédate con nosotras Lincoln.—lo abrazó su hermana Lola.
El chico miró hacia abajo, primero molesto por la interrupción, pero inmediatamente cambió su rostro a uno comprensivo. Había muchos motivos por los cuales no quería estar ahí en esa habitación de motel. Primero, no había estado con su familia desde que pasó lo del Buitre, no estaba seguro si quería emanciparse, pero definitivamente la idea de que sus hermanas salieran lastimadas en estos problemas era muy alta. Segundo, claramente Ronnie estaba desquiciada, no había hecho ningún otro ataque hasta donde sabían, pero definitivamente lo que sea que la cambiara, no iba a devolverla fácilmente. Tercero, ya casi terminaba el conteo de votos, y aunque ambos candidatos estaban muy cerca Norman estaba a punto de ganar, ¿Qué iba significar eso para su futuro? Y cuarto, pero no menos importante, ¿Cuándo podría volver a ser SpiderKid?
Se mordía la lengua intentando compensar las ansías que sentía por luchar, tenía que frenar toda esa locura antes de que le explotara en la cara, pero el Capitán Stacy lo había dejado claro, solo Lisa podía salir, y aparentemente Luna debido a sus heridas con el ácido, además de acompañar a Lisa. Se enojó al pensar que Peter también estaba siendo protegido en una locación distinta, pero a él sí lo dejaron salir a la escuela e incluso con el cuidado de JJ Jameson para fotografiar el evento de Norman.
Aquello era injusto, ¿Por qué Lisa, Luna y Peter sí podían salir? Él también estaba lastimado como Luna, pero en lugar de dejarlo ir a por medicina y así él poder escapar, tenía que estar encerrado en una habitación de cuarenta metros cuadrados, con solo dos camas y el resto de sus hermanas entre un estado de estupefacción y miedo. No podía defenderlas ahí.
Se dio cuenta que Lola aun lo abrazaba, así que le correspondió el abrazo y fue a sentarse junto a ella, Leni, Lynn, Lucy y Luan, esta última anunció:
—Reunión de hermanas.
Lo que antes eran reuniones de 11 integrantes ahora apenas eran cinco. Además, varias de ellas como Lori o Lana ni siquiera se movieron de sus lugares y el Capitán Stacy veía con una sonrisa de medio lado aquella situación, aunque no despegaba uno de sus ojos a la ventana cerrada del motel.
—Situación, la ex de Lincoln quiere matar a Lori.—describió Luan tomando una libreta y escribiendo—¿Sugerencias? Aceptamos lo que sea.
Nadie habló.
—Vamos familia, somos las Loud, nada nos ha detenido.—intentó animarlas.
Pero todo por lo que Lincoln luchaba proteger se había extinguido, su propia familia no se sentía unida. ¿Valía la pena seguir luchando si estas eran las consecuencias para sus hermanas?
—Mientras estemos juntos, todo estará bien, ¿No?—preguntó Lincoln.
—No lo sé, cada vez siento como si algo invisible nos dividiera.—dijo Leni mirando a todas sus hermanas, deteniéndose en Lincoln—A veces como que quisiera que todo fuera como antes.
—Leni, no…—intentó animarla Luan.
—Papá no está, Lisa ni siquiera me ha dirigido la palabra en meses, no sé qué le pasó a Lana, Lincoln desaparece siempre preocupándonos, Luna está distante y Lori… Lori…Y no puedo hacer nada para ayudar, soy inútil.—ocultó la cabeza entre sus rodillas—¿Por qué las cosas no pueden volver a ser como antes? ¿Qué nos cambió?
Para todas las últimas semanas habían sido difíciles, pero no se acercaban a lo que estaba pasando Lori, hasta Leni no podía negar que aquello era una situación difícil. Luan intentó darle unas palmadas, pero aquello era inútil. Leni solo quería abrazarse.
—Leni, está bien, estaremos bien, nunca nos vamos a separar.—dijo Luan anotando en la libreta "apoyo".
—¿Lo prometes?—preguntó Leni a su hermana.
Luan tragó en seco antes de decir:
—Promesa, chicas apóyenme.—dijo levantando su meñique y todas las del círculo se le unieron alzando los meñiques—¿Lincoln?
Él aún tenía los puños apretados, ahora todas sus ideas de independizarse y vivir como super héroe se iban a la cañería, puesto que los hombres de verdad no rompen una promesa. Levantó su dedo índice, mirando al suelo, como pidiendo una disculpa por hacer sentir mal a Leni.
Al ver la sonrisa de sus hermanas lo supo, por eso peleaba, para algo de paz. Tal vez no estuvieran todas, ni tampoco pudiera saber si iba a mantener su palabra en un futuro. Lo único que sabía era que quería hacer sentir mejor a Leni.
—No eres inútil.—dijo finalmente mientras levantaba el meñique—De no ser por ti no hubiéramos levantado el meñique.
Leni también levantó el dedo, sonrojada por que le dijeran que lo hizo bien. Seguía llorando, pero había una sonrisa que asomaba en ese mar de desesperación, una sonrisa que Lincoln debía esforzarse en mantener.
Después de todo, solo tenía que detener a Ronnie, era poderosa, pero no invencible, no podía ser tan difícil.
"But our Friends are back, so let's raise a toast!"
Indiferente a todos los problemas personales de su nieto y sus amigos, Norman caminaba de un lado a otro en su oficina, dentro de nada terminaría el conteo de votos y se decidiría al ganador de la alcaldía, su rival, aunque potente no era en definitiva un hombre mediático, además de que era uno de esos socialistas demócratas que buscaban aplicar el seguro social de salud para la población. Norman sabía que ese desliz le había costado puntos al rival, así como a él le costaba puntos estar en contra de SpiderKid.
—Señor Osborn traje lo que me pidió.—dijo una niña pequeña entrando a su oficina mientras miraba a un pisapapeles—Esta flecha tiene un filo lo suficientemente regular como para poder atravesar superficies metálicas.
Hizo una demostración lanzando la flecha con su mano hacia el aire y atrapándola con uno de sus brazos mecánicos, provocando que la flecha atravesara parte del brazo.
—Estoy satisfecho doctora Loud.—dijo el señor Osborn complacido.
—Muchas gracias señor, y suerte con la candidatura…—se detuvo al dar media vuelta—De hecho, ¿Podría hacerle una pregunta?
—Con toda confianza doctora.—dijo Norman mirando nuevamente a la pantalla.
—¿Por qué fui delegada del proyecto de arena?—dijo ella sin entender—No es que me queje, pero hubiera preferido continuar con esa línea de investigación.
—Está en suspensión por el momento, con esta flecha verde me está siendo más útil que simplemente repitiendo el experimento, no tenga ninguna duda doctora.—dijo el hombre agitando la flecha—Ahora, si me disculpa, creo que Weasley y yo debemos discutir acerca de la empresa.
Aquello lo dijo al mismo tiempo que desde fuera se veía la silueta del señor Weasley parado enfrente, esperando que lo dejaran entrar, Lisa pareció querer continuar con la conversación, pero rápidamente renuncio a la idea, era mejor esperar antes de actuar. Así que se despidió con uno de sus brazos al mismo tiempo que Weasley entraba.
—Norman, una muy mala noticia.—dijo el hombre sujetando una tableta—Un infiltrado me dijo que el Rey va a mandarnos algo nuevo.
—¿Cómo qué?
—No me pudo dar muchos detalles, pero dijo que estaba buscando eliminarte a ti o… A SpiderKid.—dijo sin más demoras— No hay muchas alternativas, tiene que ser un mutante o superhumano para poder lidiar con ambos.
—Eso me temo, pero nosotros ya tenemos nuestro Súper Soldado.—le dio una sorbida a su wiski, sintiéndolo pesado en su estómago—¿Qué clase de animal contrataste Kingpin?—dijo volteando de vuelta al monitor.
"'Cause I found somebody to carry me home"
En el aeropuerto Sergei se levantó frente a una ventana y aspiró fuertemente. Era la primera vez que viajaba a América, después de todo nació en plena guerra fría, llevaba en su maleta de equipaje solo ropa, cosa que le parecía deshonrosa, nunca salía de su casa sin su confiable rifle, pero las estúpidas leyes norteamericanas le prohibían viajar con armas de fuego. A pesar de que claramente en este mismo país había más armas que seres humanos.
—¿Señor Krahvinor?—preguntó una oficial de migración.
—Sergei Krávinov, es ruso.—especifico el hombre.
—Ya veo, ¿Y cuanto tiempo va a permanecer en américa?—pregunto la oficial.
—Un par de meses, las empresas Fisk necesitan de mis servicios cinematográficos para una campaña publicitaria.—confesó el hombre.
—¿Va a trabajar con el filántropo Wilson Fisk? Que afortunado, de todas maneras, ¿De qué va a tratar la campaña?—le cuestionaron.
—Es un secreto protegido por contrato.—confesó fingiendo arrepentimiento de no poder decir.
La oficial lo miró a los ojos, notaba algo raro en el hombre, probablemente por su marcado acento ruso a pesar de tener piel bronceada, o también por su sonrisa demasiado amable, normalmente la gente en migración se encontraba nerviosa, pero por lo que pudo ver del pasaporte de Sergei este tipo había estado en todos lados, Egipto, Nigeria, el Congo, Brasil, Mongolia, Nueva Zelanda, Australia. Definitivamente debía estar acostumbrado a los oficiales, además nada en su base de datos le mostraba actividad ilícita, fuera claro de haber sido soldado ruso durante un par de años.
—Bienvenido a los Estados Unidos de América señor Krarinob.—dijo la mujer complacida.
Sergei estuvo a punto de corregirla, pero prefirió tomar su papelería y alejarse, al fin y al cabo, ya había localizado la limusina de Fisk. Sonrió mientras la puerta era abierta y alguien le ayudaba con su equipaje. En frente estaba sentado un hombre con una masa muscular lo suficientemente grande para cubrir dos asientos de la limusina, pero jamás se le ocurriría llamarle gordo ni por asomo, se notaba claramente que aquello era masa muscular provocada por la fuerza extrema:
—Kingpin, ¿O me equivoco?—dijo Sergei acomodándose en su asiento y tomando un sorbo a su botella de alcohol.
—¿Prefieres los nombres secretos Kraven?—habló aquel hombre de gran masa muscular—Me alegra que llegaras a tiempo, verdaderamente un profesional.
—No acostumbro cazar personas, no me considerro mercenario.—dijo aunque algo de acento ruso se le escapaba en las erres, era bastante notorio cuando una palabra no sabía pronunciarla.
—No cazarás personas, solo una araña y un político.—dijo el Kingpin sonriendo.
"We are the youth. Cut until it bleeds, inside a world without the peace facing a bit of the truth, THE TRUTH!"
Luna abrió los ojos encontrándose con un techo frio devolviéndole la mirada. Era el techo del laboratorio de Lisa, de aquello estaba segura, pero después de que sintió la inyección de aquel líquido brillante celeste todo se volvió oscuro por mucho tiempo, por lo que fácilmente podía estar en otra parte.
—Todo un éxito.—dijo su hermana desde un comunicador en su oreja.
—¿Lisa? ¿Dónde estás?—dijo intentando levantarse, pero llevo una mano a su cabeza porque estaba mareada—¿Lisa?
—Aquí estoy Luna, levántate.—ordenó Lisa rápidamente desde su oreja, su instinto le dedicaba palabras amables a su hermana, mientras que sus ansías científicas le hacían darle ordenes—¿Cómo te sientes sujeto de prueba?
—Mal.—dijo Luna cerrando los ojos mientras se levantaba de un salto y comenzaba a caminar—Ahora bien, con mucha energía…
—Es tu cuerpo, se está adaptando.—dijo Lisa satisfecha.
—¿Adaptando—dijo sin entender Luna antes de encontrarse con un fantasma.
Ella retrocedió esperando ser atacada de un momento a otro, pero, así como apareció rápidamente el fantasma se esfumó. Luna se acercó nuevamente a esa esquina con pasos temblorosos.
—A tus nuevos poderes.—dijo simplemente Lisa—Bienvenida al negocio hermana.
—¿Poderes? —dijo Luna levantando su mano al mismo tiempo que aquel fantasma en el espejo hacía lo mismo—¿Qué me hiciste?
—Tu aceptaste hermana, además es algo bastante genial, mira.—hizo que un brazo mecánico le acercase una vaso de agua—Tócalo.
Al tomarlo con su mano desnuda el cristal comenzó a mostrar escarcha hasta que el vidrio comenzó a transmitir el frío, provocando que el agua dentro pasase de líquido a solido en menos de tres segundos. Aquello parecía magia para Luna, por que debía serlo.
—¿Me volviste un mutante?—dijo entre molesta y sorprendida por ver su piel blanquecina.
—Era necesario.—dijo Lisa indiferente al tono de su hermana.
—¡No quiero ser una mutante!—dijo rápidamente Luna.
¿De qué le iba a servir tener poderes? ¡Aquello no iba a salvar a Sam! Se sintió estúpida por confiar en Lisa, esa niña solo pensaba en ella misma. De sus manos salieron disparadas estalactitas de hielo a toda velocidad.
—Puedo curarte cuando sea necesario, pero créeme tu quieres estos poderes.—explicó Lisa mientras un panel de la sala blanca se movía y mostraba un televisor.
—¡¿Para qué?! —entonces en el televisor se mostraron varias imágenes.
Primero la del Buitre, junto a varias evidencias y líneas que llevaban a un solo punto central.
—¿Conoces el nombre de La Comadreja?—dijo Lisa antes de cambiar de diapositiva.
Ahora se encontraba una foto de la Escorpiona, junto a una foto del estado criogénico de Sam. La tercera fue una titulada "Hombre de Arena"… Lisa continuó pasando las diapositivas mientras explicaba lentamente todas sus experiencias en Oscorp.
"TONIGHT! WE ARE YOUNG!"
—¡Y, por una diferencia de menos de mil votos, el ganador es Norman Osborn!—anunciaron en las noticias, provocando que todas las cámaras comenzaran a poner fotos del hombre.
Norman fingió una cínica sorpresa antes de levantarse y abrazar a todas las personas a su alrededor, estaban todos, menos la doctora Loud; quien aún seguía siendo vigilada de cerca por la policía o eso creía él. Norman caminó con mucha prudencia hasta el atril central.
Ofreció su mano a su rival como signo de respeto antes de dirigirse a su nuevo juguete, la ciudad de Nueva York.
—Ciudadanos… No tengo palabras para decir lo que corre en mis venas, prometo que esta ciudad será segura, cueste lo que cueste. —dijo escuchando el bramido de las masas reunidas cerca del time square.
Cientos de reporteros levantaban sus micrófonos mientras lanzaban preguntas incesables acerca de diferentes temas, algunos reclamando si no iba a tratar a la ciudad como una de sus empresas. Otros preguntando acerca de qué pasó con las políticas mutantes. Algunos preocupados por la Escorpiona que seguía viva y coleando. Uno que otro también preguntaba sobre si debían pasar a un sistema de salud pública o no.
—¡Abajo los mutantes! ¡Norman para alcalde!—se escuchaban desde varias casa y apartamentos por toda la ciudad celebrando.
Norman respondía las preguntas con entusiasmo, Peter tomaba fotografías intentando no imaginar el horrible futuro que les esperaba mientras su jefe, Jameson, anotaba cuanto detalle podía sonsacar entre todo el tumulto de cabezas. Peter sospechaba que Jameson debía estar viviendo la más profunda de sus fantasías mientras que él sabía que estaban entrando apenas a una pesadilla.
Desde su penthose Carol lanzó el control remoto a la televisión llena de rabia, ahora definitivamente no quería volver a ser una chica normal, no mientras ese imbécil estuviera en el poder.
Tanto el señor Nelson como Matt hundían sus cabezas en la barra del bar al notar que había triunfado precisamente el candidato que más amenazaba con su negocio.
En el hospital el doctor McBride apagó la televisión que aquella paciente estaba viendo, la mujer parecía sudar frío y tener los ojos entrecerrados. Le inyectó algo de morfina a la paciente Jones, estaba demasiado tensa, probablemente ella prefería al rival de su padre. Aunque a él también le preocupaba… Ahora todos verían lo que era estar bajo el yugo de Norman Osborn.
Dentro de la comisaría el oficial Holiday celebraba, después de todo él ayudó a cambiar papeletas, sin su ayuda probablemente el resultado de esa noche hubiera sido diferente. Ya quería que aprobaran una ley para poder disparar al menor indicio de mutación.
Para la escuela secundaria había gritos de celebración, definitivamente había ganado el mejor candidato para varios de los niños y algunos maestros, incluso Gwen y Clyde sonreían, sobre todo porque el abuelo de Clyde iba a dirigir la ciudad. Para sorpresa de Liz su novió Chandler veía la noticia con una ceja levantada.
El señor Loud miraba desde su celda debido a que los policías habían dejado de verlos para dirigirse directamente a ver el discurso, aunque quería creerse indiferente, sintió alivió, su familia estaría a salvo ahí afuera.
Finalmente, desde la habitación del motel Lincoln veía la escena junto a sus hermanas y el Capitán Stacy, todos impactados debido a la victoria de Norman, algo era claro, nada iba a ser igual que antes. Aunque para Lincoln aquella oración estaba a punto de tener un nuevo significado. Se levantó y fue al baño, fingiendo que no le importaba mucho.
Pero una vez dentro del baño comenzó a hiperventilar sintiendo que las paredes eran demasiado pequeñas, estaba siendo rodeado por manos que intentaban apresarlo entre rejas. De tal padre tal astilla, ahora no solo tendría a los villanos encima suya, sino a los policías, con todo lo que le había costado ganarse su confianza.
Mientras el himno de "Abajo los mutantes" crecía en intensidad en la televisión sus rodillas temblaban. Aquella vaga amenaza de meses atrás ahora se sumaba a sus preocupaciones. Abrió el grifo y llevó algo de agua a su rostro. Pasaría lo que tendría que pasar.
Lo que Lincoln no esperaba, y probablemente nadie, es que repentinamente los canticos para la victoria se apagaban cuando un rifle hizo sonar su bala. Todo fue tan rápido que no hubo tiempo para procesarlo.
Norman Osborn cayó al suelo, en sus pies había un rastro de sangre. El hombre respiraba de manera entrecortada intentando recomponerse mientras un grupo de guardaespaldas lo rodeaban. Norman tocó la sangre pensando que era suya, pero para su sorpresa vio tirado al lado suya a Weasley con una profunda herida en la espalda.
Los paramédicos se acercaban mientras los periodistas corrían de un lado a otro. Algunos intentaban acercarse a pesar de que los policías tenían el perímetro cerrado, mientras que otros escapaban por miedo de que el lunático con el arma intentase hacer otro disparo.
Incluso Lincoln que salió del baño vio horrorizado la escena, un hombre pelirrojo víctima de una bala para proteger a Norman Osborn mientras que la radio del Capitán Stacy parecía explotar de tantas cosas que sucedían al mismo tiempo.
Solo una persona se encontraba tranquila, pero no contenta, el mismísimo Kingpin tomó su comunicador desde su oficina:
—Pensé que tenías una puntería infalible Kraven.—dijo cargando cada palabra de decepción.
—¿Y dónde está la diversión en matar una presa que no se defiende? Le prometí la cabeza de Norman, y un espectáculo mediático, Kraven siempre cumple.
—No tolero los errores Krávinov, pero si estás tan seguro, entonces esperaré a ver que tienes preparado.—dijo el Kingpin admitiendo que Kraven a pesar de haber disparado a un alcalde no parecía ni siquiera estar huyendo—¿Cómo lograste que nadie te viera?
—Un buen mago nunca revela su secreto.—dijo Kraven cortando la transmisión y dejando una máscara de imitación de SpiderKid junto al arma que no tenía huellas dactilares.
Escuchó pasos acercándose, era hora de retirarse, ahora estaba verdaderamente ante un reto, un político asustado. Aún faltaba su presentación con el niño araña, pero para eso llevaba en su espalda un rifle más potente para atravesar pieles resistentes como la de los mutantes. Saltó desde el tejado del edificio a las escaleras para incendio y de ahí a un segundo edificio donde abrió la compuerta del elevador y bajó por esa escalera. Ya llegando a la primera planta escuchó a varios policías registrando la zona, novatos, hacían el suficiente ruido como para estar alejado de ellos sin el menor esfuerzo, pero había que dejar su marca.
Esperó a que un oficial regordete de tez africana se acercase y tomó su cerbatana, dándole un dardo tranquilizante que lo derrumbó rápidamente. Enseguida continuó andando por el pasillo con el arma en su boca con tranquilizantes.
—¡McBride!—gritó un compañero al mismo tiempo que en su cuello sentía un picor—¿Quién…?
Pero cayó desmayado, ya había lanzado la alarma. Kraven vio como intentaban perseguirlo, rio pensando que era muy tierno que le apuntaran con sus armas, como si supieran usarlas. Se dio media vuelta cuando sintió que ya había cinco policías a su espalda.
—¡Manos arriba!—gritó uno de ellos temblando de pies a cabeza.
Kraven sonrió, ese novato ni siquiera había quitado el seguro al arma, por la madre patria, aquello era insultantemente simple. De un soplido todos los dardos que guardaba en su boca salieron disparados directamente hacia los policías, uno de ellos disparó el arma, pero todos cayeron víctimas del sueño.
—Amerricanos.—dijo Kraven despectivamente saliendo por la puerta trasera del edificio y viendo una entrada de alcantarilla como una invitación a un nuevo terreno por explorar.
"So let´s set the world on fire! We can go brighter than the sun!
El Capitán Stacy salió corriendo de la habitación del motel apenas escuchó el nombre de McBride como herido. Lincoln, a pesar de las quejas de su familia también salió disparado tras él.
—¡Regresa a la habitación!—gruñó el capitán cerrando la puerta de su auto.
—¡No puedo! ¡Tengo que proteger a Clyde y Gwen si algo está suelto puedo traerlos aquí!—dijo saliendo como un bólido hacia la calle y perdiéndose antes de que el hombre siquiera pudiera arrancar la patrulla.
—Trae a mi hija a salvo niño.—dijo para sus adentros.
Lincoln se puso su máscara una vez estuvo lo suficientemente lejos y saltó entre edificios para ir a la escuela, algo era cierto, iba a mandar a sus amigos a la zona segura con su familia (esta vez nadie tenía porque salir lastimado), pero no podía negar que tenía que investigar todo lo que pasó.
Tardó casi diez minutos en llegar, aterrizó en el tejado de un edificio cercano y se sacó la máscara buscando el bolsillo en su chaqueta para guardar la máscara. Saltó a las escaleras de emergencia y fue corriendo a la escuela, aún era horario escolar, pero los pasillos estaban vacíos, dedujo claramente que todos debían estar en el gimnasio.
Dio un vistazo por una de las ventanas de las puertas dobles y efectivamente, todos veían el espectáculo de Norman, tomó un atajo por los vestidores, aprovechando la conmoción de maestros y alumnos ante las pantallas de televisión y buscó integrarse entre la multitud al mismo tiempo que buscaba a Clyde y Gwen.
No tardó en localizarlos, después de todo el afro de Clyde no era un peinado muy común:
—Chicos.—dijo provocando que tanto Clyde como Gwen se sobresaltaran.
—¡Lincoln!—ambos se acercaron a abrazarlo.
No se dieron cuenta, pero la conversación de ellos era escuchada por Chandler, quien le había llamado la atención que Loud estuviera ahí cuando no había ido en todo el día a la escuela.
—Me mandó tu papá.—mintió descaradamente a Gwen—Tienen que volver al motel donde nos estamos ocultando.
—¿Cómo de que debemos ir? ¿Qué harás tú?—dijo sin entender Gwen.
—Tengo que ir por Peter y ya saben dónde está.—dijo molesto Lincoln.
—No, no lo sé.—confesó Gwen.
Lincoln apuntó la pantalla de televisión mientras los paramédicos llevaban en una camilla a un hombre pelirrojo y de lentes que era seguido de cerca por Norman y un pelotón de guardias de seguridad entre gritos desenfrenados de la prensa, ahora que todos sabían que el tirador no seguía ahí parecían más tranquilos.
—Suerte.—dijo Gwen dándole un beso en la mejilla—Para que te acompañe.
Lincoln llevó su mano a la mejilla tan enrojecida como el resto de su rostro, cosa que hizo sonreír a Gwen, pero provocó que Clyde girara los ojos y empujara a Stacy para salir de la multitud. Lincoln salió también por otro lado, sin detenerse a observar que Chandler seguía de cerca a sus otros dos amigos.
—¿Oráculo?—dijo tomando su celular—Tenemos que vernos en nuestro edificio favorito, esta noche va a estar muy movida.
—Ni que lo digas.—se quejó Peter mientras cubría una oreja con un dedo y con la otra mano pegaba el celular lo más posible a su otra oreja.
—¿Crees que haya sido el arquero?—preguntó entonces Lincoln.
—No es de usar armas de fuego, es alguien más.—dijo definitivamente sus sospechas Peter—Pero, ¿Esto no nos viene bien a nosotros? Ya no tendrás que preocuparte de las leyes de Norman.
—No descansamos hasta que detengamos a ese loco, hoy salió lastimado un inocente, mañana podría ser Lisa…—dijo Lincoln mostrando el principal motivo por el cual ayudaba realmente a Norman—¿Estás conmigo Oráculo?
—Desde siempre señor Urano.—dijo Peter desde el otro lado sonriendo de medio lado.
Nada iba a detener esta vez al equipo detrás de SpiderKid, tenían que llegar al fondo de eso para poder enfocarse en Ronnie, además un lunático capaz de burlar a la policía después de disparar a un político era algo digno de pelear.
"These are the nights that never dies… My father told me!"
Luna apuntó directamente a la cabeza de un maniquí y luego a otra, generando esas estalagmitas de hielo con una mano mientras que con la otra usaba un arma parecida a un lanzallamas de escarcha tomada directamente de un barril con brillo celeste que tenía detrás suyo. No sabía dónde podía estar Lisa, pero ella se sentía cada vez más cómoda con las bajas temperaturas.
De alguna enfermiza manera que su cuerpo estuviese así de frío solo la acercaba más a Sam. Ya sabía ahora lo mismo que Lisa, y sintió odio en su estado más puro, ese hombre… La Comadreja, hizo que despidieran a su padre y luego lo contrató como chivo expiatorio para volverlo el Buitre y así detener el crecimiento de otra banda rival. Era tan… Evidente, que se sentía tonta por haber dudado antes sobre la inocencia de su propio padre, ahora estaba claro, era solo una víctima más de aquel podrido sistema.
Una víctima igual que Lori o Bobby. Una víctima como ella, pero más importante, como Sam Sharp. Las estalactitas repentinamente se transformaron en bolas de pinchos al tener el amargo recuerdo de su amada congelada, debatiéndose entre la vida y la muerte.
—La Comadreja merece pagar por lo que ha hecho.—dijo Luna cerrando los ojos.
—Pienso lo mismo querida hermana.—dijo Lisa complacida desde los audífonos— Vamos a acabar con su imperio, pero no aún, te falta aprender reglas básicas para luchar en las calles.
Luna vio una puerta abriéndose en la pared antes Lisa, notó que había un largo pasillo con varias puertas cerradas, no parecía haber nadie más, ni siquiera Lisa.
—¿Puedo ver a Sam antes de irnos?—dijo Luna aun con los ojos cerrados y apretando más fuertemente el puño.
—Por supuesto, está en la tercera sala a la derecha, llamaré un chofer para que nos lleve al motel.—señaló la menor mientras cerraba la puerta de la sala de entrenamiento.
Lisa no pensaba cometer ningún error, estaba preparando a Luna para hacer el trabajo sucio. Cerró su computadora de mano al mismo tiempo que veía los noticieros, la Comadreja había salido herido de bala por proteger a Norman. Alguien se le estaba adelantado y no estaba dispuesta a permitir que aquello pasase. Norman y Weasley eran su presa, no la de nadie más. Uno de sus tentáculos se movió violentamente debido a sus pensamientos, rompiendo uno de los monitores.
Nadie le veía la cara de idiota y encerraba a su padre enfrente de sus narices.
"The moon is on my side. I have no reasons to run"
La Escorpiona ya se había acostumbrado al hedor de las alcantarillas, fuera lo que fuese tenía cierto encanto después de un tiempo, tenía ambas manos en su cabeza mientras aun recordaba aquella chica inocente a la que lastimó debido a que se interpuso entre ella y Lori. Ella permanecía quieta mirando al techo mientras una rata pasaba en su estómago.
Ya no le importaba el asco que sentía hacia ella misma era mayor al asco que cualquier animal de ahí abajo pudiera generar dentro de ella. Cerró los ojos y se imaginó a Ronnie Anne… Ella sí era una chica normal sin un estúpido disfraz y deseos de venganza tan fuertes como para estar dispuesta a cometer asesinato.
Se sorprendió cuando de súbito escuchó pasos acercándose a toda velocidad. A sabiendas que podían ser policías decidió hacer lo más sensato, trepó con manos y pies por la pared y se quedó reposando en el techo, con su cola apuntando a la parte baja.
El ritmo de su corazón solo aumentaba mientras escuchaba acercarse aquella figura, para su sorpresa, lejos de encontrarse cara a cara con un policía navegando las alcantarillas le sorprendió ver a un hombre musculoso con un rifle y una cerbatana en el rostro mirando de uno a otro lado mientras corría por el pasillo.
Ella no hizo ruido para evitar alertar a ese rarito, no tenía necesidad de que la descubrieran, no antes de siquiera intentar dar otro golpe de venganza contra…
Fue interrumpida de sus pensamientos cuando vio que la figura del hombre se detuvo antes de doblar el pasillo. Y a pesar de estar a oscuras, supo instintivamente que algo estaba mal, ese hombre de alguna manera podía verla.
—Me habían dicho estabas en todos lados SpiderKid.—dijo el hombre apuntando con un arma en la dirección de Ronnie—Baja, puedo verte.
Ronnie obedeció la orden, ese rifle parecía potente y ella no tenía mucho rango de movimiento. Al bajar de un salto pudo ver aun con más detalle al sujeto, quien dejó de sonreír al verla.
—Tu no serr SpiderKid.—le recriminó Kraven.
—¿Lo buscas a él?—dijo Ronnie interesada—Luché contra él.
—¿Tú?—dijo incrédulo Kraven—Solo eres una niña.
Ronnie entonces movió su cola y disparó al techo parte de su veneno. Cruzó sus brazos y luego apuntó con su cola al hombre, mostrándole que ella estaba lejos de ser indefensa.
—¿Mutante?—preguntó Kraven.
—Me picó un escorpión radioactivo, pero suficiente de mí, ¿Tú que quieres con SpiderKid?—dijo moviendo su cola de uno a otro lado para intimidar.
—Matarlo, como es natural, y colgar su cabeza en un trofeo.—dijo Sergei con franqueza.
Aquella chica le caía bien, tal vez fuera su acento, sus poderes o que ella ya había peleado contra SpiderKid según sus propias palabras. La experiencia de esa joven podía ser lo suficientemente valiosa para rastrearlo.
Vio como esa niña meditaba algo durante varios segundos en silencio, hasta que finalmente habló:
—¿Puedo ayudarte?
—¿Tú? ¿Ayudar a Kraven el cazador?—dijo indignado el hombre—Deberías estar huyendo, fácilmente puedo también colgar tu cabeza como mutante.
—Oye, yo tengo poderes y SpiderKid pudo conmigo, ¿Qué crees que hará con un escuálido como tú?—dijo la chica insolente de brazos cruzados estando frente al cazador.
El cazador ni siquiera le dirigió la palabra, sino que le disparó directamente a su cola, causando que su veneno comenzara a desparramarse.
—Niña.—dijo burlonamente dándole unas palmadas en la espalda mientras se alejaba confiado y daba vuelta en una esquina.
La Escorpiona se sentía ultrajada por aquel hombre, pero tenía que reparar su cola sintética si buscaba poder tener una chance contra ese hombre en el futuro. Ahora tenía otro enemigo que añadir a su lista, Kraven el cazador, aunque algo le decía que debía estar también en la lista de enemigos de SpiderKid. Ni siquiera se dio cuenta del pequeño punto metálico en su espalda que antes no estaba ahí.
"So will someone come and carry me home tonight"
—¡Necesito una transfusión! ¿Tenemos B negativo?—gritaba un doctor mientras llevaban a una sala de emergencias privada al señor Weasley.
—En veinte minutos podría estar lista.—dijo una enfermera que lo acompañaba saliendo de la sala a toda prisa.
—Que sean diez minutos.—ordenó el doctor.
Desde la parte de afuera tanto Norman y el señor McBride esperaban en los asientos con impaciencia viendo como el reloj se movía lentamente. Las manecillas parecían indicar horas en vez de minutos y días en lugar de horas. Después de una insufrible eternidad el doctor líder de ese sector salió con sus guantes manchados de sangre y sudando demasiado dentro de su traje.
—¿Se recuperará Doctor?—preguntó el señor McBride rápidamente.
—No sé cómo decir esto, ¿Tiene algún familiar?—preguntó el médico volteando a los dos pelirrojos.
—No.—dijo secamente Norman—Soy su jefe, el alcalde, Weasley no tiene familia desde que murió su madre diez años atrás, así que dígame, ¿Se recuperara?
Para el señor McBride aquello era sorpresivo, su padre era muchas cosas, pero casi nunca lo había visto preocupado de esa manera.
—Lo comprendo señor Osborn.—dijo el doctor sujetándolo de los hombros—Tome asiento, por favor.
—Puedo soportarlo.—dijo Norman molesto de la condescendencia.
—La bala dio justo en la médula…—dijo el doctor provocando que Howie soltara un suspiro.
—¿Las implicaciones serían?—aún tenía que verlo como un daño menor, se negaba a creer que su mano derecha tuviera que ser remplazada cuando apenas había ascendido al poder.
—Vivirá, pero toda la parte inferior a la pelvis no podrá volver a moverla.—dijo el doctor su diagnóstico.
—Arréglelo.—dijo entonces Norman molesto.
—Señor Osborn.
—Tengo dinero, eso no hay problema…
—Señor Osborn…
—¡Yo puedo hacer que tú y toda tu puta familia desaparezca! ¡Arréglalo!
—¡PAPÁ!—gritó entonces Howard McBride molesto—Para, no hay nada que hacer.
Al ver la negativa de su hijo, quien tenía varias especialidades en medicina, Osborn tragó en seco y acomodó su corbata, por primera vez aceptando que Weasley ya no volvería a andar:
—¿Puedo hablar con él en privado? ¿Cinco minutos?—prácticamente rogó.
El doctor asintió, permitiendo la entrada de Norman, la habitación privada si bien no era gigante tenía varios lujos, aunque todo eso era eclipsado porque en la cama al centro de la habitación se encontraba su fiel seguidor mirando al techo, no se notaba arrepentido o dolido, simplemente aburrido.
—Norman.—dijo la Comadreja contento—¿Estás bien?
—Gracias a ti Weasley.—contestó Norman molesto—¿Qué te dijeron los doctores?
—Que no volvería a mover las piernas.—dijo con calma Weasley hasta sonriendo mientras miraba el techo—Me lo merezco, ¿Sabes?
—¿Qué?
—Todos estos años, toda ese gente.—dijo como si fuera evidente—Tarde o temprano el karma nos alcanza.
—Sabes muy bien que no creo en tonterías como el karma.—dijo Norman molesto.
—Tal vez solo sean las drogas con las que me sedaron, o esa extraña cosa instalada en mi espalda, pero no podría estar más tranquilo Norman.—dijo la Comadreja sonriendo—Volveré a trabajar apenas me acostumbre a las sillas de ruedas.
—Ese es el espíritu.—admitió Norman sin sonreír—Te dejaré descansar.
—Norman, es enserio, estoy bien con esto, nada va a cambiar.—intentó calmarlo Weasley conociendo el temperamento de Norman.
—Descansa amigo.—dijo Norman cerrando un puño y retirándose de la habitación.
Había que demostrar a su atacante que nadie se metía con Norman Osborn sin salir perjudicado tanto su hijo como el doctor intentaron hablar con él, pero Norman caminó sin detenerse. Entró a una habitación vacía seguido de cerca por un guardaespaldas que evitó que Howie entrara. Una vez dentro tomó su celular y activó un filtro de voz desde su reloj de pulsera:
—Me tienes decepcionado.—dijo al hombre detrás de la línea—¿No te considerabas un defensor de los ideales de Norman Osborn? Pues casi lo matan hoy gracias a que no pudiste detener al agresor.
—Sigo sin entender qué pasó, yo me encontraba vigilando todo desde lo alto y ni siquiera se vio una estela de humo.—dijo la voz del arquero.
—Gracias a tu incompetencia tu jefe directo ha quedado incapacitado.—dijo molesto Norman.
—¿Weasley? Demonios, ¿Vivirá?—preguntó preocupado el arquero.
—Eso no debería importarte, no comerás, no dormirás o descansarás hasta que encuentres a quien disparó y lo elimines, disparó con un calibre siete sesenta y dos, el más común del mercado, el bastardo es inteligente y no quiere que lo rastreemos.
—Si va por armas comunes entonces debió usar un eme veinticuatro.—dijo el arquero como soldado—O un PSG, ambas fácilmente desechables y nada difíciles de desaparecer, haré todo lo que esté a mi alcance, no fallaré.
—Mas te vale.—dijo molesto Osborn mientras colgaba.
La orden era clara y directa, Norman colgó el teléfono sospechando que el arquero iba a cumplir sus mandatos si sabía lo que era bueno. Pero aquello no bastaba:
—Howie, ¿Podrías venir?—le preguntó a su hijo quien en aquel momento intentaba entrar por la fuerza a esa habitación—Necesito tu ayuda.
Le tomó algunos momentos, pero no podía seguir perdiendo el tiempo, alguien quería matarlo e iba a necesitar jugar todas sus cartas, aunque eso significase arriesgarse nuevamente.
"If I ever were to lose you, I'd surely lose myself"
—Hora de irnos.—escuchó en su comunicador al mismo tiempo que una compuerta era abierta, la joven Lisa Loud aparecía junto a sus brazos mecánicos.
—¿Qué hora es?—dijo Luna notando que aún conservaba energía azul en sus venas.
—Casi las diez de la noche.—respondió Lisa dándole a su hermana un reloj celeste con el mismo líquido—El efecto del anticongelante pasará en media hora, volverás a ser Luna Loud, pero no temas, solo tienes que presionar estos dos botones del reloj.—dijo al mismo tiempo que con un solo dedo presionaba dos partes en el reloj, no eran botones a simple vista, sino que estaban camuflados—Esto liberara unas agujas que te inyectaran el suero, cada dosis puede durar entre cuatro y cinco horas.
—¿Hasta cuantas dosis es el limite?—preguntó Luna.
—Probablemente veinte, de todas maneras, permíteme presentarte tu mochila.—dijo mostrándole otra vez todo el equipo al que ya se había familiarizado, presionó otro botón oculto en el reloj y todo se encogió hasta poder entrar en un bolso de mano—¿Prefieres un bolso o una mochila?
—Sis, ¿Cómo lograste eso?—dijo Luna sin entender.
—Partículas Pym, creadas por un científico bastante menos reconocido de lo que debería.—dijo Lisa rodando los ojos al ver que Luna no entendía ese apellido.
Presionó nuevamente el botón de antes y todo regresó a su tamaño original, tanto la pistola congelante, el tanque lleno de escarcha y un cubrebocas metálico que se conectaba por una manguera al tanque. Luna se daba cuenta de algo, mientras fuera una persona helada iba a necesitar equipo que la mantuviera fría.
—Esto es increíble Lisa, ¿Todo esto solo para vengar a papá?—preguntó incredula.
—Cambiemos las prioridades, ese sujeto ya se encargaron de él hoy…
Rápidamente le explicó sobre el disparo con arma de fuego y como quedó incapacitado en el hospital, Lisa confesó haber escuchado toda la conversación gracias a un micrófono miniatura que dejó oculto en el saco de Norman.
—Ese bastardo cree que puede arruinarnos la vida y pagar todo solo por perder sus piernas, ¿Verdad?—dijo molesta Luna.
—Así es, por lo tanto, centrémonos en acabar con otra amenaza, no lo sé tú, pero ya estoy harta de tener que cuidarnos de la tan detestable Escorpiona.
—¿Ronnie?—dijo Luna incrédula mientras tragaba fuerte a su espalda se encontraba el tanque donde flotaba Sam, aun desfigurada por el veneno—¿Quieres que me enfrente a Ronnie Anne?
—Solo si quieres.—se hizo la desentendida—Una pensaría que querías vengar también a Sharp, ¿No?
—Yo… Sí, pero… ¿No es una supervillana?—dijo Luna insegura.
—Y tu una superheroína.—dijo Lisa mostrándole el cubrebocas—Juntas detendremos a estos fanfarrones que orillaron a nuestro padre al crimen y a esa bestia que amenaza a nuestra familia.
—Me gusta como piensas.—dijo Luna—Después de todo no eres una máquina…
A Luna no le gustaba la idea de haberse vuelto una superheroína en base a perder a… Era tan doloroso si quiera recordar el nombre de ella. Sam siempre estaría en peligro ahí fuera si Ronnie seguía libre, o si la Comadreja podía conspirar desde las sombras y eso sin hablar del Kingpin y otros grupos criminales grandes.
Quería venganza, no heroísmo… Aunque tenía que agradecer a Lisa después de todo lo que hizo por ella y Sam. Se quedó sin alternativas, apretó la mano de Lisa, aun con el recuerdo de Sam congelada en una habitación bajo tierra. Tal vez Lisa lo viera como algo de héroes y eso, pero Luna sabía que si iba a detener a Ronnie era para que nadie terminase como Sam.
"I believe. And I believe, 'cause I can see, Our future days, days of you and me"
Aquella noche el caos reinó en los alrededores del time square, la policía buscaba como desquiciados al culpable de aquel tiroteo, pero no hallaron nada, no faltaron los medios sensacionalistas que lanzaban sospechas al por mayor. Una chica que dirigía el podcast de Screwball se aventuró a decir que todo era un plan de SpiderKid, mientras que Jameson culpaba a Mysterio y una organización secreta de mutantes iluminatis.
Tanto Lincoln como Peter reían al ver que tan perdidos estaban ambos, aunque ellos no estuvieran nada cerca de la verdad. Lincoln investigaba entre los edificios, aunque tenía que hacerlo muy lentamente porque la policía peinaba todas las habitaciones. En un mundo ideal Lincoln podría ayudar a la policía, pero claro que aquel no era un mundo ideal, lo más seguro es que si lo encontrasen le culparían de todo el caos.
—Enserio dudo que encontremos una pista.—confesó Peter viendo desde el tejado del Daily Buggle con sus binoculares de visión nocturna—Ni siquiera sabemos el ángulo en que llegó la bala, por lo que podría estar en cualquier parte.
—No en un tejado.—dijo SpiderKid de manera definitiva viendo unas escaleras de incendio—¿Cómo crees que escapó Oraculo?
—¿Alcantarillas?—comenzó a pensar Peter.
—¿Cómo podría llegar desde un quinto piso hasta abajo sin ser detectado?—le remarcó preparándose para saltar a otro edificio.
—No lo hizo, sí lo descubrieron, o al menos estuvieron cerca.—dijo Peter confidente—Recuerda que lastimó al señor McBride.
—Sí, tienes razón, las alcantarillas suena algo razonable.—dijo Lincoln deteniéndose a mitad del salto porque sintió un objeto aproximarse a gran velocidad.
Dio una voltereta en el aire esquivando por poco una flecha dirigida a su persona, aterrizó en un edificio cercano, pero casi recibió el golpe de otra flecha que explotó en el aire creando una onda que lo impactó.
—Creo que encontré al responsable Oráculo.—dijo al comunicador antes de ver al borde directamente—Sé que estás ahí flechitas, nadie es tan cobarde como para atacar sin si quiera avisar, incluso el Duende Verde tiene esa decencia.
Desde su espalda sintió un sobresalto que le hizo girar en el suelo, el maldito arquero había intentado apuñalarlo por la espalda.
—¡Y yo que pensaba que eras noble!—le reclamó Hawk Arrow a SpideirKid—¿Pero atacar a Norman Osborn? ¿Solo porque está en contra de los mutantes?
—¿Qué?—dijo sin entender Lincoln mientras esquivaba una nueva flecha generó una red, casi lo atrapaba en esa—¡Tu fuiste quien le disparó a Norman!
Dicho esto, lanzó telarañas a los pies de Hawk Arrow y estiró, causando que este cayese arrastrado por el suelo. El arquero intentó dar un golpe en una tubería del tejado para quedar atascado, pero fracasó, siendo arrastrado por la telaraña hasta que SpiderKid lo cubrió enteramente de telarañas, solo podía mover su cabeza.
—¡Tu fuiste quien le disparó a Norman Osborn! Deja de jugar.—dijo molesto el arquero—Ahora también mátame.
—¿Yo? ¡Si ni siquiera uso armas de fuego!—dijo molesto SpiderKid.
—Cuando buscamos el origen del disparo encontramos tu maldita mascara junto a un rifle…
—¿Encontramos?—dijo Lincoln sin entender.
—Bueno. La policía encontró.—se corrigió el arquero molesto—Adivinaré…
—No era mía.
Hablaron al mismo tiempo, uno indignado de la acusación y el otro imitando de mala manera su molesta voz. Se miraron uno al otro, como si se escanearan, no confiaban el uno en el otro.
—Okey, supongamos que no fuiste tú, ¿Por qué yo?—dijo el arquero con los ojos entrecerrados.
—¡Tu combates al crimen matando criminales!—dijo molesto SpiderKid.
—Solo basura inhumana, sin ofensas, pero hablamos de violadores, asesinos y mafiosos que evaden el sistema judicial.—dijo el arquero molesto—Norman tal vez no sea un santo, pero definitivamente tampoco es como el resto de mis enemigos.
—Llámalos como son, victimas.—dijo molesto Lincoln.
—Como sea, el punto es que tengo un estricto código moral muchachito. Y yo tampoco uso armas de fuego, ni que fuera Frank Castle.
—¿Quién?—dijo Lincoln sin entender.
—Punisher…—susurró avergonzado Peter desde el auricular.
—Ahhh sí, el Punisher, lo recuerdo.—dijo Lincoln intentando parecer que sabía quién era, pero dudaba mientras decía las palabras, causando que el arquero riera.
—Lo dudo, era mi héroe personal cuando yo tenía aproximadamente tu edad, ¿Cuántos tienes? ¿Quince?
—¿Nunca te enseñaron en tu casa que no debes dar datos personales a extraños?—lo reprendió Lincoln avergonzado de que tanto arquero como Peter supieran del tema, menos él.
—¿Eso significa catorce?
—Trece dentro de una semana.—confesó Lincoln—Pero esa es toda la información que tendrás de mí… Ahora te entregaré a las autoridades y…
—¿Entregarme? Yo tenía más bien en mente, ¿Y si me liberas y me dejas a cargo de la investigación de quien dañó a Norman mientras tú te vas a casa?
—¿Estás loco? ¡Tú lo matarías!—dijo molesto Lincoln.
—Oh vamos, alguien tan despreciable ¿Merece piedad?—dijo el arquero chasqueando la lengua.
—Si matas a un asesino el número de asesinos sigue igual.—dijo molesto Lincoln.
—Pero si mato a muchos asesinos el número se reduce, este sistema corrupto necesita gente como yo.—dijo el arquero convencido.
—No, necesita que gente como tú salga de las calles.—dijo SpiderKid mostrando sus lanzatelarañas.
—Algún día madurarás y entenderás esto.—dijo el Arquero presionando un botón dentro de uno de sus guantes.
Ese botón generó unas garras que salieron del guante y le permitieron cortar de una pasada toda la telaraña con la que estaba envuelto. Lincoln intento lanzarle más, pero el arquero la cortaba con guante a la vez que tomaba con su otra mano una flecha del carcaj.
Lanzó la flecha a los pies de SpiderKid y al momento de quedar clavada en el suelo lanzó un bip antes de explotar mandando a ambos a volar por los aires. Lincoln cayó de la azotea y se recuperó porque a medio camino se sujetó de uno de los cristales del edificio. La joven araña intentó alcanzar el techo nuevamente, pero al momento de llegar arriba no encontró el menor rastro del arquero fuera de la telaraña donde antes lo había encerrado.
—¡Escapó!—dijo molesto Lincoln.
—Tranquilo, al menos sabemos algo, no somos los únicos buscando a este misterioso francotirador.—le tranquilizó desde el oído Peter.
—Supongo que eso estará bien, investigaremos más mañana, por ahora tengo que devolverte con May antes de que se haga tarde.—dijo Lincoln apuntando a otro edificio con su telaraña.
—E inventarnos una excusa de porqué desaparecimos.—dijo Peter viendo que ya casi alcanzaban las diez de la noche.
—Y lo más importante, tienes que contarme, ¿Quién es ese Punisher?—dijo Lincoln con curiosidad.
Peter le explicó que Frank Castle, alias Punisher, fue un criminal que intentó acabar con las pandillas de Nueva York hace más de catorce años. Fue detenido por el profesor Charles Xavier y su equipo de mutantes, en aquel tiempo llamado los "X—men". Claro que eso era historia vieja, ya que el Punisher se encontraba atrapado en Rykers, una prisión de máxima seguridad donde también guardaban al Doctor Connors.
Detuvieron su conversación cuando Lincoln llegó al techo del Daily Buggle, ya con la luna en todo su esplendor, las temperaturas a esa altura eran inferiores a los grados bajo cero, y Peter sin embargo aguantaba el frío ya que no tenía otro lugar seguro para darle apoyo a Lincoln.
—Tenemos que encontrar un sitio u oficina.—dijo Lincoln molesto sintiendo una brisa fuerte que casi hace volar la radio pegada con telarañas.
—Ja, ¿Con que dinero?—dijo Peter entre risas mientras sus dientes temblaban—Mira, cuando mi habitación vuelva a estar construida volveré ahí.
—Pero es demasiado arriesgado.—dijo Lincoln molesto—Debe haber una manera…
—Tranquilo Lincoln, sales ahí afuera con ese traje para golpear escoria, lo mínimo que puedo soportar es algo de frío.—dijo Peter dándole unas palmadas—Déjame en el metro, tía May llamó mientras estábamos buscando al francotirador dijo que la viera en la casa de una amiga suya… Creo que va a querer que salgamos de la ciudad hasta que Ronnie esté encerrada, después del atentado contra Norman y estando yo ahí, creo que está muy preocupada.
—¡No puede hacer eso! Bueno sí puede, pero…
—Lo sé, lo sé, te apoyaré en celular, aunque te recomiendo que te centres en Ronnie.—dijo Peter terminando de recoger todo del Daily Buggle, hasta los cargadores de celular.
Ambos saltaron desde el techo, manteniéndose en las sombras hasta llegar a la parte baja, donde se quitaron sus ropas que podían delatarlos y ocultaron todo detrás de una tubería oxidada que no parecía rota desde el suelo. Lincoln vio alrededor del callejón, reconociendo que estaba a tan solo dos minutos caminando de su antiguo hogar, podía ver sirenas de policía proviniendo de aquella dirección. Ahora hasta su casa ya no era su casa gracias a que era incapaz de detener a Ronnie. O a los villanos en la ciudad. Cada victoria que tenía se sentía más como una derrota, esa no era la vida de un héroe que había imaginado. Pero habiéndolo querido o no, ya estaba atascado, no iba a darle la espalda a toda la gente que confiaba en él.
Lincoln se quedó en la puerta de la entrada a la estación subterránea, no tenía sentido bajar, solo veía como Peter bajaba las escaleras comenzando a respirar con tranquilidad. No pudo evitar sentir envidia. Peter no la tenía fácil en la vida, pero Lincoln tampoco podía darse ese lujo de escapar cuando todo estaba tan peligroso, él debía seguir luchando.
Caminó por las calles abandonadas, aun pensando en lo que Hawk Arrow había dicho, aquella forma de ver el mundo no podía ser sana, uno donde matar estuviera justificado o fuera admirable. Estaba tan perdido en sus pensamientos que ni siquiera se dio cuenta que un carro estaba accionando el claxon a su lado. No hasta que las luces comenzaron a parpadear y vio bajar a dos personas.
Preparado para todo Lincoln se puso en una pose de pelea poco sutil antes de darse cuenta de que aquellas dos figuras eran Lisa y Luna.
—¿Chicas? ¿Qué hacen aquí?—preguntó extrañado.
Parecía ser que el conductor de aquel automóvil miraba desde la ventana a Lincoln, por lo que este no solo se sentía observado, sino también juzgado. Lo que necesitaba en aquellos momentos.
—Podríamos hacerte la misma pregunta unidad fraterna masculina.—le respondió Lisa secamente—¿Por qué no estás en el motel?
—Yo eh…
Intentó generar una excusa, pero solo comenzó a balbucear, realmente no tenía una excusa para estar afuera.
—Biblioteca.—dijo con simpleza.
—El capitán Stacy ordenó que nadie pudiera salir.—le dijo Luna molesta, Lincoln notó un tono raro en ella, aunque no pudo definir porqué.
—Yo eh… ¿Si les digo prometen no decir nada?—dijo rápidamente mientras en su mente se imaginaba mil posibles excusas, pero todas terminaban mal.
—Lincoln aunque no nos lo digas esto no se puede quedar así.—le recriminó Luna—Sam fue lastimada por Ronalda, jamás me perdonaría si lo mismo te pasa a ti.
—Sí, yo…—intentó defenderse Lincoln mientras en su mente pasaba por mil escenarios.
Hubiera preferido volver a estar frente a Mysterio con sus gases alucinógenos antes que intentar encontrar algo que no lo metiera en más problemas.
—Francamente me da igual, pero levantarás sospechas del capitán Stacy independientemente nos cuentes lo que pasa o no.—le dijo Lisa con calma—Solo dilo, te hemos pillado, como dicen las personas en tu rango de edad.
Lincoln tragó en seco y dijo las siguientes palabras con su rostro colorado y un nudo en la garganta que le provocó un gallo agudo:
—Fui a una cita con Gwen Stacy…—cerró los ojos esperando que sus hermanas no le creyeran.
Pero inmediatamente comenzó a escuchar chillidos de emoción, para su suerte solo el de ambas que corrieron a abrazarlo, si bien, no era el constante torrente de preguntas al que estaba acostumbrado, ver a Lisa emocionada después de tantos meses con semblante serio era no solo refrescante, sino hasta cálido.
—Bro que galán, la hija del Capitán, siempre creí que ibas a terminar con Clyde.—dijo Luna asintiendo con la cabeza.
—¿Qué?—dijo Lincoln sin darse cuenta que casi le daba un tic en el ojo.
—Sube al carro y cuéntanos más detalles.—dijo Lisa casi dando un saltito de emoción, provocando que algo en su mochila brillase de color azul—Vamos directas al motel.
Lincoln subió contándoles de cómo pensaba ir a una cena con Gwen, pero decidieron que era muy arriesgado por lo de Ronnie así que se quedaron en su casa viendo películas. Técnicamente no era mentira, había tenido hace un par de semanas una cita viendo películas con Gwen cuando un concierto al que querían ir fue cancelado.
No paraban las chicas de hablar hasta casi llegar a la puerta, ambas reían confidentes con Lincoln mientras este les hacía prometer que no iban a decir nada. Lincoln pudo confiar en las palabras de Lisa, pero Luna ocultaba una mano a su espalda. Le lanzó una mirada de molestia a lo que la rockera mostró que ocultaba unos dedos cruzados.
—¿Lincoln?—preguntaron varias personas en la habitación.
Casi le dio un paro cardiaco cuando descubrió que Clyde estaba ahí, había olvidado completamente que había mandado a él y Gwen directamente al motel para mantenerlos a salvo. Pero al dar un rápido repaso a la habitación no encontró a la chica, aquello era un golpe de buena suerte.
—¿Dónde estabas Loud?—se acercó el Capitán Stacy.
—Yo…—estaba frito.
Sudaba frío, y su sentido araño se activaba cada que abría la boca, advirtiéndole que si decía algo cosas terribles iban a pasar.
—Fue a advertirnos a mí y Lisa en Oscorp sobre el ataque.—dijo Luna con simpleza tomándolo del hombro—Estaba preocupado porque Lisa siempre esta pegada como garrapata al señor Osborn.
—Yo no hago eso.—intentó desmentirla Lisa.
—Sí lo haces.—dijeron todas las hermanas Loud prácticamente con el mismo tono monótono que Lisa solía dedicarles.
Todas las hermanas Loud, Lincoln e incluso Clyde comenzaron a reír, excepto los tres adultos de la habitación: Su madre, el oficial McBride con una venda en la cabeza y el capitán Stacy. El chico rápidamente dejó de sonreír y miraba de un lado a otro tratando de hacerse el inocente.
—Voy por almohadas, creo que dejamos algunas en la parte de atrás de Vanzilla.—dijo Rita mientras sonreía a los invitados.
—Muchas gracias Rita.—dijo Harold amablemente—Niños, tuvieron suerte.—añadió frotando su cabeza—Hoy fue un día de locos.
—Escuché que lo lastimaron.—dijo Lincoln preocupado.
—Me lanzaron un calmante… Como… Como si fuera un rinoceronte.—dijo el señor McBride haciendo una mueca al llevarse la mano al cuello.
—Afortunadamente el agresor solo quería noquear a la policía.—dijo el capitán Stacy—Pero esto, claro, es información privada que no deben saber niños como ustedes,
—Sí…—dijeron a la vez Lincoln y Lisa llevando sus manos a la espalda y apartando la mirada.
—Bueno, ya acabó mi turno por hoy.—anunció el capitán mientras veía por la ventana—McBride, quédate aquí, le diré a Holiday que haga el reporte por ti mañana traeré a Gwen en la mañana, lo mejor será que Clyde también se quede aquí.
—¡Pijamada!—dijo Clyde emocionado a la vez que Lola y Lucy se emocionaban.
—Nada de pijamadas, mañana a las siete comenzarán sus lecciones de escuela en casa.—le dijo su padre mientras reía al ver la emoción de los niños.
—Pero papá…
Aprovechando todas esas conversaciones Lincoln pasó a dejar su mochila al lado de unas sabanas extendidas en el piso donde tanto él como Lynn y Lucy compartían espacio. En aquel momento Lynn se encontraba jugueteando con una pelota y Lucy se encontraba emocionada por la idea de una pijamada. Lincoln invadió un poco su privacidad al notar que en su libreta de dibujos tenía algunos de SpiderKid partido a la mitad.
—Hasta mañana familia Loud.—dijo el Capitán Stacy—Y McBride, prometo que todo terminará pronto, aunque por lo que paso hoy…
—No se preocupe oficial, tarde o temprano estoy segura que alguien va a detener a esa pequeña súcubo.—dijo Luna animada.
Lincoln se sentía raro, Luna debería estar triste después de lo que le pasó a su novia, sin embargo, parecía más animada que él mismo. Aquello no era normal, aunque si aquello significase ver una cara fuerte, podía tolerarlo. Y al cerrar la puerta, quedaron ambas familias en una pequeña habitación de motel, esperando a que todo terminase pronto.
El chico estaba agotado, había pasado por tanto solo este día que bien podía dormir doce horas, pero cuando iba a cerrar los ojos notó que Clyde se le acercó.
—Lincoln, antes de que se me olvide, la tarea para mañana.—y le entregó una hoja con las tres tareas que Lincoln debía enviar de vuelta.
"Al menos Peter las entregaba ya hechas, 1 estrella, que mal servicio." Se puso a pensar antes de sonreír y tomar de vuelta su mochila. iba a intentar hacerla, a pesar de que en su cabeza le daba igual quien sea que fuera Copérnico, no le iba a ayudar de nada si Ronnie lo atacaba… O el doctor Connors… O la gata… O el arquero… O Mysterio… O el Duende Verde. Repentinamente la tarea parecía apetecible y calmada.
"I hate what I've become, the nightmare's just begun. I must confess that I feel like a monster!"
Todo era su culpa, de haber sido lo suficientemente valiente no estarían metidas en todo ese problema, Ronnie no la odiaría si ella hubiera dejado a Bobby. Debió verlo venir, las señales eran tan evidentes que hasta eran dolorosas de señalar. Pero no podía derrumbarse, no ahí, tenía que mantenerse fuerte ante el resto de sus hermanas, era la mayor después de todo.
Si ella se derrumbaba ¿Qué iba a pasar con el resto? Se limpió el rostro en el lavabo, dejando que las lágrimas se perdieran con el agua fría que recorría su rostro. Lori tomó una toalla y se limpió, se veía ligeramente mejor, aunque se seguía sintiendo horrible.
Salió del baño y notó que su hermana Lana corrió a usarlo, ni siquiera se había tomado el tiempo de preguntarle si se sentía bien, después de que fue secuestrada hace un par de meses. Pero justo después Lincoln fue hospitalizado y luego Bobby… Las lágrimas amenazaban por escapar nuevamente, así que aspiró hondo y se retiró a una esquina.
Volteó a ver a sus hermanas y hermano, todas estaban ahí, excepto su madre, le pareció recordar que había dicho que iba a ir por almohadas, pero eso fue hace casi diez minutos, la camioneta de ellos estaba en el estacionamiento subterráneo, no debía haber tardado tanto.
Notó que el señor McBride miraba por la ventana, posiblemente esperando que regresara, ella sintió miedo, ¿Era posible que Ronnie ya los hubiera descubierto? ¿Por qué su madre tardaría tanto?
Se levantó para dirigirse a la puerta, todo el mundo volteó a verla, ella se quedó paralizada, casi que congelada.
—Ah Lori, a ti también te mandó el mensaje.—se levantó de su lugar Luna.
—¿Qué? Ah sí, mamá ocupa ayuda con unas sabanas.—dijo al señor McBride de la manera más calmada que pudo.
—Yo iré.—se ofreció el oficial.
—¿No sería mejor que se quedara con las menores? Imagine que algo pase.—dijo entonces Luna.
—¿Y qué hay de ustedes?—preguntó el hombre molesto—Debo protegerlas.
—Solo vamos por almohadas y sabanas.—dijo Lori fingiendo su mejor sonrisa.
Pareció que el señor McBride estaba examinándola de pies a cabeza, tal vez este intuía la preocupación de la chica, pero también entendía que no podía dejar a todas las niñas menores sin protección, eso sería un caos. Al final cerró los ojos y forzó otra sonrisa falsa, a Lori le pareció irónicamente trágico, dos personas que sonreían sabiendo que era mentira la una a la otra:
—Está bien, pero vuelvan rápido.—les dijo abriendo ligeramente la puerta, viendo que nadie estuviera afuera y finalmente abriéndola.
Tanto Luna como Lori siguieron su camino hasta llegar al elevador, presionaron el botón para bajar al sótano. Solo estaban las dos ahí.
—¿También te diste cuenta que mamá no regresaba?—preguntó Luna repentinamente.
—Sí.—respondió Lori—Ni siquiera creo que tuviéramos más sabanas en la camioneta.
—Bajamos todas junto al Capitán Stacy.—dijo Luna a la vez que las puertas del elevador se abrían—Quédate detrás de mí.
—Es lo que yo debería decir.—dijo Lori molesta.
Ambas se miraron, mientras que Lori batallaba para mantener la mirada fija en Luna, esta era firme como un glaciar. Luna lideró el camino hasta que llegaron junto a la camioneta familiar, la cual estaba cerrada, pero dentro se notaba alguien sentado en el asiento del piloto, con la cabeza hundida en el volante.
Reconocieron la silueta inmediatamente y abrieron la puerta del copiloto y de los asientos traseros al mismo tiempo, causando que su madre volteara a verlas.
La visión era desgarradora, y eso que ambas para su edad habían visto muchas cosas horribles, pero nada se comparaba con ver a su madre sumergida en un llanto que la hacía parecer una chica pequeña. Lori pudo apreciar que su madre, en el instante que descubrió que la veían se aterrorizó y cubrió su rostro.
Ambas chicas subieron adentro y tomaron a su madre, cada una de un hombro. La mujer seguía llorando, pero contenida, no como antes.
—No me vean así, por favor, no…—decía entre moqueos—Por favor…
—Está bien.—dijo Lori respirando entre cortada, era normal que las lágrimas colgaran por su rostro, pero esta vez no era por lo que ella sentía.
—No lo está, nada está bien, nada.—decía Rita Loud hundiendo su cabeza roja de la vergüenza.
—No es tu culpa.—le dijo Luna acariciando su cabello—Has sido demasiado fuerte.
—¡No es justo!—gritó entonces Rita volviendo a liberarse de sus ataduras que le impedían llorar como debía, solo fue un segundo, pero pudieron ver a su madre perdida, no tan diferente a ellas—Lo siento, yo… No sé que hacer, perdí a su papá, luego todos estos meses he fingido y traté de ser fuerte, por ustedes, lo hice, enserio lo intenté con todas mis fuerzas, pero aun así lo perdí todo y no puedo ni siquiera protegerlas. ¿Qué clase de madre soy?
Repentinamente Lori entendió que, si ella estaba sufriendo para sus adentros, también lo hacía el resto de su familia, pero nunca pensó que su mamá, que, si bien sí había visto afectada antes, estuviera tan derrumbada.
—Ni siquiera tengo derecho a sentirme mal, ustedes son más jóvenes y han perdido tanto también.—dijo Rita tomándose del cabello y estirándolo—Soy… Soy…
—Un monstruo.—dijo entonces Luna, ambas voltearon a verla—Es lo que a veces pienso cuando quiero llorar.—dijo ella abrazando a su madre—El mundo es una mierda, pero aun estamos aquí, ¿No?—dijo acariciando su cabello.
—Sin ustedes no tengo nada por lo que seguir.—dijo Rita a punto de derrumbarse.
Lori se unió al abrazo de las tres, todas dentro de ese carro habían perdido a su pareja, habían perdido a un padre de un día para otro frente a sus ojos, habían tomado decisiones de las cuales ahora se arrepentían y tenían que ser fuerte por su familia.
—Si logro ser la mitad de fuerte de lo que eres cuando tengo tu edad, estaré orgullosa.—dijo Lori tomando a su madre de ambas manos—No tienes porqué fingir.
—Sabes bien que las niñas no podrían soportarlo.—dijo Rita llevándose una mano al pecho, claramente el llanto dolía.
—Yo… Lo resolveré.—dijo Luna apretando el puño donde tenía un reloj bastante extraño.
—Juntas, lo resolveremos.—dijo Lori también armada de valor.
—No estás sola en esto.—continuó Luna.
Rita estaba sin palabras, volvió a lanzar un suspiro, pero esta vez era como si dejara salir un gran dolor del pecho al mismo tiempo que abrazaba a ambas chicas con mucha fuerza, era una mezcla de orgullo con dolor.
Ninguna se opuso al abrazo, era cálido.
"But in the end I learned it rains in hell and Angels could be bad!"
Ya casi era hora de dormir cuando Lincoln se dio cuenta que no lavó sus dientes, se dirigió al pequeño baño del motel, notó que entraban a la habitación con un par de almohadas y una sabana tanto su madre como Lori y Luna, tenían los ojos rojos, era obvio que habían llorado. Pero no podía hacer nada para consolarlos, todo era su culpa.
Lo único que podía hacer era solucionar todo cuanto antes, pero no iba a poder si seguía atrapado en esa pequeña habitación. Se sintió inútil y desgraciado, mientras su familia sufría él fingía en lugar de estar afuera, luchando de verdad.
Notó que al baño también se dirigió Luna:
—¿Vas a entrar bro?—preguntó ella con los ojos entrecerrados.
—Voy a lavarme los dientes.—dijo Lincoln dejando a su hermana pasar y cerrando la puerta tras de ambos—¿Cómo están?—dijo ahora en voz baja.
—Bien.—mintió descaradamente Luna, aun escurrían mocos de su nariz.
—¿Cómo estás tú?—volvió a preguntar Lincoln.
—Solo necesito lavarme el rostro, pero estoy bien bro, mejor que nunca.—dijo Luna tomando un poco de agua y echándola a su rostro.
—No lo estás.—le dijo Lincoln molesto.
—No, pero debo de estar bien.—dijo Luna cerrando los ojos—Lo siento…
—Está bien, supongo, no lo sé, a veces siento que pasan tantas cosas tan rápido que voy a explotar.—dijo Lincoln tomando el cepillo y permitiéndose abrirse con su hermana.
Si bien aquella habitación de hotel era pequeña y estrecha, además de que olía mucho a sudor, también era la oportunidad primera para volver a acercarse a sus hermanas, desde hacía meses que no hablaba abiertamente así con ellas.
—Es toda una Locura, ¿No?—dijo Luna sonriendo al espejo.
—Ajá…—consintió Lincoln mientras cepillaba sus muelas—Una Locura total.—dijo sonriendo de lado—Al menos las tengo a ustedes.
—Y a Gwen.—dijo Luna dándole un par de codazos.
Lincoln se sonrojó, claro que aun podía tener a Gwen, si ella aceptaba salir con un patán como él. No perdía nada intentando decírselo, incluso hace dos o tres semanas intentó llevarla a un concierto, pero como siempre su deber como SpiderKid impidió que fueran a la función. Pero fuera de eso, no tenía mucho que hacer con Gwen que no fuera amistad, apenas tenía tiempo en el día para hacer todo lo que se suponía que debía hacer, no sabía si estaba listo para el roman… Interrumpió sus pensamientos al darse cuenta de donde estaba, en una habitación de un motel con toda su familia amenazada con morir debido a que una de sus mejores amigas enloqueció. Aquel no era ni el momento, ni el lugar, para estar pensando en romance.
—Yo voy a detenerla.—le confesó Luna al chico.
—¿Qué?—dijo sin entender Lincoln.
—A Ronnie, lo prometo, cueste lo que cueste, no soporto verlos sufrir así.—dijo Luna apretando su muñeca derecha, Lincoln pudo ver un reloj especial.
—¿De dónde lo conseguiste?—preguntó curioso.
—Es un regalo.—dijo Luna ocultándolo en su espalda—Prométeme que estarás seguro.
—Solo estaré seguro hasta que ustedes lo estén.—dijo el chico escupiendo la pasta de dientes y saliendo del baño—Buenas noches.
—Buenas noches Linc… Te quiero bro.—dijo ella genuinamente.
—Y yo a ti… Sis.—dijo el chico sonriendo de medio lado.
Definitivamente aquella habitación era su infierno personal, pero tal vez el infierno no era tan malo, cerró sus ojos, sabiendo que mañana iba a ser un día duro, de una o de otra manera tenía que serlo. Iba a proteger a sus hermanas hasta las últimas consecuencias. No tenía la menor idea de que los ángeles a los que intentaba proteger iban a cambiar.
"The angels never arrived, but I can hear the choir!"
Las clases eran tan aburridas como siempre para el joven Chandler, a él le daba igual quien fuera Copérnico o Galileo, prefería pensar en estrategias de futbol o si podía volver a conseguirse una novia. Desde que Liz le dejó en frente de toda la escuela su reputación había caído más que los leones de Detroit, su tío era de Michigan.
El chico estaba molesto porque aquel era el tercer día que Loud no se presentaba, claro él tenía que seguir yendo a la escuela, mientras el copo de nieve era protegido por la policía…
—Espero que esté bien.—dijo distraído mientras hacía rayones en su libreta especial de dibujo.
La clase de arte no le gustaba, pero era bastante buena para obtener puntos extras, él se sentaba justo al lado de la ventana ese día nublado, parecía que estaba a punto de llover. El maestro hablaba sobre perspectiva y ángulos. Chandler giró los ojos, entró a artes precisamente para no escuchar nada sobre matemáticas.
Al ver por la ventana notó una sombra moviéndose en los edificios cercanos a la escuela, a gran velocidad. Normalmente aquello sería el chico araña, pero esa sombra era más grande. Chandler comenzó a respirar lentamente, se estaba imaginando cosas.
El maestro mientras tanto daba una aburrida instrucción en la pizarra, nada del otro mundo, ahora tenían que hacer un dibujo con perspectiva. Si el maestro podía hacerlo con una tiza, claramente él podía hacerlo con un lápiz. Tomó de su mochila un lápiz con toda la goma masticada y la madera llena de agujeros, era mejor distraerse a seguir volteando a la ventana.
Se detuvo porque esta vez estaba seguro de haber visto una sombra moviéndose, ahora más cercana, casi a nivel de suelo.
—¿Chandler?—le interrumpió el maestro—¿Acaso las nubes le inspiran?
—No.—contestó este sin dejar de mirar de uno a otro lado por la ventana.
—¿Podría saber que lo mantiene tan intrigado?—preguntó el maestro con amabilidad falsa, no le gustaba que los bravucones usaran arte como un medio de escape.
—Algo se acerca.—dijo el chico antes de verlo claramente.
A tan solo tres edificios de distancia, desde un quinto piso saltó una figura con una larga cola que aterrizó en un tercer piso para luego perderse en el interior de ese nuevo edificio. Chandler apuntó a la ventana, pero notó como todos se le quedaban viendo.
—Me avergüenzas.—dijo desde el asiento detrás suya Liz.
—Viene hacia aquí.—dijo Chandler molesto y levantándose junto a Liz.
—No hay nada en la ventana chicos, concéntrense en…—se detuvo a media frase—¡ALEJENSE DE LAS VENTANAS!
No hubo tiempo para reaccionar, rápidamente los cristales saltaron en el aire, tanto Chandler como Liz cayeron al suelo mientras que algunos otros chicos salieron junto a sus pupitres. El chico vio como el maestro de artes se intentaba levantar del suelo con los ojos abiertos como platos.
Chandler no podía culparlo, frente a él tenía una chica vestida en un leotardo verde con mayas del mismo color y unas botas y guantes negros que cubrían la mayor parte de su piel menos los ojos y su boca. Esos pequeños destellos era lo que le permitió a Chandler entenderlo, la conocía. Desde el suelo veía incrédulo mientras decía:
—¿Ronnie?
Solo se ganó que esa chica volteara a verlo, pero su mirada era muy distinta a la que alguna vez vio en Ronnie. Si bien nunca fueron amigos y hasta se odiaban de cierta manera, aquella chica que estaba ahí ya no era Ronnie. Y no por sus colmillos que sobresalían de la boca como pinzas o la cola que se agitaba violentamente de un lado a otro. Su mirada, sus ojos, eran distintos.
—Ella murió, ahora solo está la Escorpiona.—dijo apuntando con su cola al chico—Pero ella me contó muuuchas cosas, ¿No es así maestro?—dijo cambiando su enfoque al profesor de artes.
—Ronalda, por favor, llévame a mí, deja a los niños.—dijo el hombre terminando de levantarse y cerrando ambos puños.
—¡Ronnie murió!—gritó ella agitando su cola violentamente, rompiendo en dos el escritorio de madera de un solo golpe—¡No te necesito a ti!
Y comenzó a buscar entre los aterrorizados rostros de los niños en el aula hasta encontrar lo que necesitaba:
—Bingo.
Comenzó a caminar hasta la parte trasera del salón, Chandler notó que ella estaba empujando los pupitres sin si quiera mirar que los chicos se levantaran, varios terminaban llorando en el suelo. Él era un bully, sí, pero jamás en su vida lastimaría así a tantas personas, sintió en su interior un ácido quemando sus entrañas. Pero no se movió, el miedo lo tenía paralizado, a lo mucho sintió el vómito en su paladar por la presión en su interior.
Ronnie se detuvo frente al escritorio de un chico pelirrojo que siempre se juntaba con ella y Lincoln. Chandler creía recordar que su nombre era Liam, a pesar de todo el ajetreo y los llantos de varios compañeros pudo escuchar con claridad:
—Tú.—movió su cola hasta el cuello de Liam—Me vas a decir dónde están los Loud.
—Arghhh…—comenzó a pelear Liam agitándose violentamente mientras era levantado en el aire.
—¡Santiago!—gritó el profesor saltando sobre ella para detenerla.
Pero de un solo movimiento la Escorpiona mandó a volar al profesor media aula y que rodara por el suelo. Tenía algo de sangre en los brazos, pero en general respiraba. Chandler contenía el vómito cada vez con menos éxito.
—No pude encontrar ni a Gwen, ni a Clyde, deben estarlos protegiendo sus putos padres policías.—dijo ella entre dientes mientras miraba con desprecio a Liam—¡Pero tú ya no tienes padres! ¡Nadie se preocupa por ti!
Con ambas manos apretadas Chandler solo veía como Liam pataleaba cada vez con menos fuerza, pero los ojos de Ronnie permanecían inmutables.
—¡En un motel cerca de Brooklyn!—gritó Chandler levantándose del suelo.
La Escorpiona volteó a verlo, luego a Liam y aflojó su cola, dejando al pequeño caer al suelo casi desfallecido. Aquello hizo que Chandler respirara un poco más tranquilo, excepto que su corazón se aceleró porque ahora Ronnie se dirigía hacia él con la cola en alto.
—¿Qué dijiste?—dijo Ronnie apuntando con su cola, no quería averiguar si podía disparar algún contenido.
—¿Si te digo donde están refugiándolos dejarás al resto en paz?—preguntó Chandler molesto, pero apretando los puños.
—¿Tú?—dijo la Escorpiona con una sonrisa de medio lado—No me hagas reír, pero si tantas ansías tienes de ser el héroe te daré la oportunidad.
Chandler sintió la cola de la Escorpiona rodeando sus brazos y apretando en el medio del estómago al mismo tiempo que él se elevaba en el aire. Pudo escuchar los gritos desesperados de Liz.
—Me llevarás ante los Loud, y como no estén ahí, morirás, me parece un trato justo.
El chico no se podía mover, pero no gritaba, ni decía nada, solo respiraba para tranquilizarse a él mismo. Ahora si quería salvar su vida tenía que decir la verdad, originalmente pensaba mentir, pero no le quedaba otra alternativa, asintió con la cabeza a la vez que Ronnie dejaba en el suelo a Liam y de un salto llegaba al techo de un edificio cercano.
Chandler se despidió de la seguridad de la escuela, a sabiendas que iba a ser el culpable de la muerte de los Loud o de la suya propia.
—¿A dónde vamos Dorothy?—dijo burlonamente la Escorpiona.
Chandler suspiró, aquella iba a ser una mañana larga.
"So will someone come and carry me home… TONIGHT!"
Era ya de mañana cuando Lincoln escuchó la puerta de habitación del motel ser abierta, tanto su hermana Lucy como Lynn aun dormitaban a su lado, mientras que no escuchaba a nadie más moviéndose en la habitación. Al sentarse se dio cuenta que el oficial McBride abría la puerta, siendo recibido por un muy cansado doctor Howard McBride.
—¿Howie? ¿Estás bien?—dijo el policía tomando la bata de su marido y dándole un masaje.
—Algo cansado, mi papá me hizo cuidar a Weasley toda la noche.—dijo dando un gran bostezo y llevando una mano a su cuello—Hola Lincoln.
El chico se sorprendió, el resto de su familia y Clyde seguían durmiendo, pero el señor McBride pudo verlo sentado justo desde el otro lado de la habitación.
—Buenos días.—dijo entre un bostezo, realmente ya estaba totalmente recompuesto del día pasado.
Se levantó y salió junto a los dos hombres fuera de la habitación, estaban comenzando a despertar a Rita y también a Leni, sorpresivamente solo Lisa era la única otra despierta, aunque tecleaba rápidamente en un ordenador portátil. En la parte externa había un reposabrazos en el cual se recargaron los tres.
—¿Cómo estas Lincoln?—preguntó genuinamente el oficial McBride.
—No lo sé, supongo que alegre de estar con mi familia.—mintió descaradamente Lincoln, no estaba alegre, sino ansioso por detener a Ronnie.
—Has pasado por mucho.—le continuó hablando el oficial—Primero con tu abuelo, Clyde me contó todos tus problemas cuando iniciaron año en la escuela, luego lo de Halloween y lo de tu hermana con esa cosa de arena… Todo para ahora… Bueno, eres un niño fuerte—dijo el hombre dándole unas palmadas fuertes en la espalda.
—No lo había pensado así.—dijo el joven Loud mirando al piso del estacionamiento.
—Es demasiado para un niño.—concordó el doctor McBride viendo el amanecer.
—Creo que ya no hay vuelta atrás, ya no puedo volver a ser un niño, ¿No es así?—dijo Lincoln sin apartar su mirada del suelo.
—No creo que sea justo que pongas ese peso sobre tus hombros.—dijo el doctor McBride—No aun, ya habrá mucho tiempo para eso cuando seas adulto.
—¿Qué es lo que diferencia a un niño de un adulto? ¿La edad?—dijo irónico Lincoln.
—No creo, te sorprendería la cantidad de personas que he tenido que darles amonestaciones por hacer berrinches públicos.—dijo el oficial McBride mientras su esposo también reía—Tal vez, la responsabilidad sea lo que más divida esa línea.
—El peso que cargas sobre tus hombros es mayor cuando creces.—dijo Howard concordando.
—¿Me están diciendo que todo esto va a volverse más difícil?—dijo Lincoln sonriendo ligeramente nostálgico—Creo que aun puedo superarlo, siempre y cuando todas ellas estén sanas y sal…
Los pelos en su espalda se erizaron al mismo tiempo que saltaba sobre ambos señores McBride derribándolos en el acto. Lincoln pudo escuchar como un líquido atravesaba el lugar donde antes habían estado los tres. No tuvo que voltear a ver para saber que el color era verde tóxico. Ese característico olor a podrido inundó sus sentidos y aclaró todas sus dudas.
Habían sido descubiertos.
Llevó instintivamente sus manos a los lanza—telarañas, pero no tenía nada, solo sus brazos y a los señores McBride derrumbados, así como un barandal cubierto de veneno. Aquello era el fin de su identidad secreta, sabía que tarde o temprano iba a pasar, pero no de aquella manera tan retorcida. Pensó que fue bueno mientras duró, pero Ronnie iba a ser detenida, costase lo que costase.
—¡Ronnie!—gritó levantándose del suelo.
En el edificio al lado se encontraba la Escorpiona con un rehén en su cola, Lincoln lo reconoció como Chandler el pelirrojo que jugaba en el equipo de futbol de la secundaria. Y entonces dedujo que ella debió ir a la escuela para atrapar a sus amigos, pero solo se encontró con el papanatas. El resto de sus amigos o conocidos estaban siendo protegidos porque también eran amigos de ella… Aunque aquello le extrañó, ¿Por qué Chandler? El tipo ni siquiera había hablado con Lincoln en años.
—¡Parece que no mentías!—dijo la Escorpiona a su rehén—¡Lincoln Loud!
El chico levantó ambos puños, su cabello desacomodado de la mañana ocultaba uno de sus ojos mientras miraba hacia arriba y puso posición de pelea.
—Ayyy que tierno.—dijo Ronnie soltando de su cola al rehén.
Dejando a Chandler en la parte de arriba le permitió saltar hasta el suelo frente al reposabrazos contaminado de ácido y cara a cara con Lincoln. A pesar de que el chico era ligeramente más alto que ella, al estar la cola alzada en modo de combate le doblaba prácticamente la altura. Pero Lincoln no retrocedió lo más mínimo, sino que apretó los dientes mientras sentía mareado, finalmente se iba a revelar como lo que era.
—Aléjate.—dio una advertencia.
—¿O qué harás?—dijo Ronnie rompiendo la madera y estando cara a cara con el chico—¿Vas a golpearme Loud?
Lincoln sudaba mientras comenzaba a temblar, por supuesto que quería golpearla, pero si lo hacía todos esos sacrificios que hizo como SpiderKid no tendrían sentido y…
—¡Déjalo!—saltó el doctor McBride poniéndose frente a él—¡Solo estamos los tres aquí!
—Apártese.—ordenó molesta—Los McBride trataron bien a Ronnie, pero quien se interponga en el camino de la Escorpiona va a pagar.
Lincoln se sintió impotente, no podía pegarle a Ronnie como era debido con el señor McBride junto a él.
—¡No te hizo nada!—dijo molesto el doctor.
—¡HOWIE!—gritó preocupado el oficial McBride sacando su pistola.
—¿Él? Tiene razón, no le hizo nada a Ronnie.—dijo para luego con un movimiento de su cola lanzar a los tres al piso del estacionamiento, rompiendo la madera del reposa brazos—Yo solo vengo por Lori.
De un golpe pulverizo la puerta del motel provocando que dentro de la habitación todas despertaran de golpe, Lily comenzó a llorar instintivamente. Toda la habitación se encontraba a oscuras por lo que la Escorpiona dio dos pasos y encendió las luces.
—Familia Loud, un placer volvernos a ver.—dijo ella con sádico placer—¿Cómo han estado? ¿Descansando? ¿No es así Lori?
Sin que nadie tuviera tiempo de reaccionar vieron como la cola de Ronnie se movía a donde se encontraba la chica y la envolvía.
—¡LORI!—gritaron todas con horror, incluida Lisa.
—POR FAVOR LLEVAME A MÍ, PERO DEJA EN PAZ A MI FAMILIA, YO SOY EL MONSTRUO QUE BUSCAS.—gritaba Lori negando fuertemente con la cabeza mientras intentaba librarse.
—Despídanse de Lori.—dijo comenzando a apretar con la cola.
Desde el suelo Luna se levantó y presionó un botón en su reloj, sintiendo como su cuerpo comenzaba a enfriarse, iba a darlo todo por su familia. Su piel se volvió pálida como la de un vampiro, en sus venas la sangre paso de rojo a celeste, así como sus ojos se volvieron morados. Ella generó una estaca de hielo en su brazo.
Hubo varios gritos de las Loud en la habitación, menos Lisa quien aprovechó aquel momento para apuntar con una pistola laser a la cabeza de Ronnie. La Escorpiona estaba demasiado sorprendida por la transformación de Luna que rápidamente retrocedió a la puerta aun con Lori en su cola. De no haberlo hecho todo hubiera salido bien para ellas, pero el destino parecía favorecer a las desgracias. El disparo de Lisa en lugar de acertar en Ronnie terminó dándole en el pecho a Luna, mandándola a volar, pero gracias a sus poderes recién adquiridos sin dañarla de manera fuerte.
—¡Gracias nerd!—dijo Ronnie contenta en la puerta de entrada.
Varias hermanas Loud intentaron levantarse, pero era inútil, Ronnie de un salto llegó a otro edificio, provocando que todas se quedaran quietas.
Vieron como Ronnie tomaba con su cola Al otro chico y salía disparada al siguiente edificio.
—¡No otra vez!—gritó Luna echa furia, sin importarle la mancha negra que tenía en su pecho por el rayo de Lisa.
—¿Luna?—preguntó Luan incrédula.
—¡Después lo explico!—dijo ella tomando la mochila que Lisa le regaló.
Con ambas palmas de sus manos apuntó al suelo y comenzó a soltar escarcha con la cual se elevó en el aire hasta llegar al edificio de al lado y comenzó a correr por el tejado. Se encontró con que Ronnie se encontraba envolviendo a ambos rehenes en su cola.
—¡Tú no eres una mutante!—dijo molesta Ronnie al ver que la habían seguido.
—¡Suelta a mi hermana!—gritó Luna tomando de su mochila un lanzallamas de hielo y apuntando a la Escorpiona.
—Dispara y rompo su cuello.—dijo Ronnie moviendo su cola para encerrar el cuello de Lori.
—¿QUÉ QUIERES DE NOSOTRAS?—gritó Luna molesta.
—¡Nada!—gritó la Escorpiona molesta—¡Ella es mala! Lori es muy muy mala…
—¡No lo es!—le dijo Luna apretando aún más el gatillo.
—Todos lo verán, ¡TODOS VERÁN!—gritó la Escorpiona doblando sus piernas y dando un salto que la hizo rebasar tres edificios.
Luna tomó de la mochila la capucha y el cubrebocas que la mantenía conectada a nitrógeno líquido, aquella vez no iba a dejar que Ronnie se escapase, el hielo iba a detenerla igual que detuvo la enfermedad de Sam.
"WE ARE YOUNG! So, let's set the world on fire! We can go brighter than the suuun!"
Desde la parte inferior Lincoln abría los ojos, aquel golpe de Ronnie había sido particularmente rudo, comenzó a checar que ambos señores McBride estuvieran bien y aunque algo malheridos seguían respirando. Vio como de la habitación salían sus hermanas entre llantos mirando al techo donde antes se había encontrado Ronnie, varias de ellas gritaban el nombre de Lori y Luna. No tuvo que ser un genio para saber lo que la chica hizo, se levantó fingiendo estar malherido de un brazo y salió corriendo.
—¡LINCOLN!—escuchó el grito de Leni desgarrador.
Pero no tenía tiempo, debía buscar cuanto antes su equipo de SpiderKid, cada segundo que perdiese era un momento más en el cual Ronnie podía lastimar a Lori. No tardó ni cinco minutos en llegar al callejón y cambiarse a la ropa correcta. Llamó rápidamente a Peter.
—¿Buenos días?—dijo confundido Peter.
—Pit, emergencia nivel Ronnie, necesito que busques donde está, tiene a Lori.
Sin perder tiempo escuchó como Peter dejaba su desayuno a un lado y se dirigía a su computadora, probablemente a buscar por el sistema de la policía. Durante dos minutos intentó llegar al edificio alto más cercano de su locación, encontrando uno a tres minutos, tiempo que le tomó a Peter usar la radio.
Aunque Lincoln no podía saberlo, el chico tuvo que ir con su laptop y radio al baño de la amiga de tía May, era el único lugar en esa casa donde iba a poder tener privacidad necesaria. Peter odiaba eso, pero si Lincoln detenía a Ronnie todo iba a terminar e iba a poder volver a su departamento.
—Linc, la policía apenas se está enterando.—dijo escuchando con audífonos—No tienen idea, están haciendo un rastreo.
—Oráculo, Ronnie tiene a Lori y Luna, debe haber una manera de encontrarla más rápido…—dijo Lincoln molesto.
—Por el momento solo saben que secuestró en nuestra escuela a Chandler.—dijo preocupado Peter buscando más frecuencias en la pequeña radio.
—Lo vi, ¿Qué estará planeando?—dijo Lincoln llegando al tejado y viendo de uno a otro lado, esperando encontrar a la Escorpiona—Vamos Peter… Debe haber algo que pueda hacer.
En aquel momento Peter le dio por abrir las redes sociales, más como un impulso para saber si la noticia estaba teniendo eco que como un método de rastreo, para su sorpresa encontró un video con la Escorpiona saltando en un edificio, siendo perseguida de cerca por un justiciero. Peter no perdió el tiempo buscando detalles en el video, encontrando que estaba debajo de una estación de metro, tomando en cuenta que la chica estaba en un KFC y el edificio por donde habían escapado era de un ABS a otro más alto, Peter tuvo una idea: buscó en Google maps estaciones de metro al lado de un KFC. Del total de la lista filtró las que estaban en Brooklyn. En tan solo dos minutos Peter ya sabía a qué dirección iban.
—¡Lincoln hace cinco minutos estaban en la estación Myrtle Wyckoff, se dirigen al noroeste por la avenida Wyckoff.
—Sabía que podía contar contigo.—dijo Lincoln saltando con su telaraña dando media vuelta, él pensaba dirigirse en otra dirección totalmente distinta—Tiene a mis hermanas…
—Has lo que tengas que hacer Lincoln, pero recuerda que debajo de ese monstruo tiene que estar Ronnie.—dijo Peter molesto porque sabía bien lo que estaba pensando Lincoln.
—Así como el Hombre de Arena tenía también familia, ¿Verdad?—dijo hiriente el chico—No quiero dañarla, pero… No quiero vivir con este miedo…
—Entonces tiene que ser arrestada, para que la ayuden.—dijo Peter convencido mientras veía las tendencias—Tengo buenas noticias, un héroe con… ¿Poderes de hielo? Está persiguiendo a Ronnie de cerca, sí tiene a dos rehenes, deben ser tus hermanas...
—¿Cómo sabes eso?—preguntó Lincoln incrédulo.
—Parece que una camioneta de noticias está siguiendo la persecución por Wyckoff, lo están transmitiendo en la tele, te diré si giran a otro lado.—dijo Peter esperando que eso ayudara.
—Gracias Pit.—dijo Lincoln acelerando, cada vez estaba más cerca de Wycoff y pudo notar que en la calle muchas personas estaban afuera.
Definitivamente acababan de ver algo desagradable pasar por esa calle y Lincoln estaba dispuesto a continuar la persecución, costase lo que costase, no iba a dejar que Ronnie lastimase a sus hermanas. No se daba cuenta que al pasar de largo la gente apuntaba a verlo y aplaudían, sabiendo que sus miedos estaban injustificados, él iba a salvarlos.
"TONIGHT! WE ARE YOUNG! So, let's set the world on fire, we can go brighter than the suuun"
Continuara…
Notas.— Este capítulo es largo, sí, pero originalmente iba a tener la pelea final (son 9mil palabras que técnicamente ya están escritas pero que me tomaría otros seis días de edición) Así que, aunque originalmente esta iba a ser una saga de 5 capitulos, agregué uno más donde tengamos la batalla final. Ahora, sé que deben tener algunas preguntas, ¿Qué planea Ronnie? ¿Qué planea Kraven? ¿Qué hizo Norman durante la noche? ¿Punisher saldrá? ¿Por qué Luna atacó ese pub al inicio? ¿De que concierto habla Lincoln? Bueno esta última pregunta tiene truco, resulta que no actualice el mes pasado porque escribí un One Shot, una historia aparte de Lincoln en el multiverso de la locura, tranquilos, si no quieren leer los One Shots no se pierden de mucho, pero leerlos es como un añadido.
También aprovecho para agradecer a KrishBandicoot por todo su esfuerzo en la traducción de este fic, y claro a mi buen arokham por sus constantes y hermosas portadas y claro al café South Park y la Fortress por ayudarme con una parte de las lyrics uwu. No puedo creer el insano apoyo que tiene este fic. Y eso sin tomar en cuenta a ti, lector, por seguir aquí, después de casi 200,000 palabras (cosa que no es corta en absoluto) aquí seguimos y yo seguiré entregando todo para estar a la altura. Gracias por todo y lamento si tardo, al menos traigo capítulos largos de compensación jsjsjs. Es más, sigamos un poco, el siguiente capítulo ahora sí será el final de la Saga III Locura.
Pd.- Lo de Reprise y repetir letras de canciones pasadas es porque esas letras fueron momentos clave en la relación de Luna y Sam uwu, así que si vana capitulos pasados y leen encontraran ese pequeño detalle, es como un homenaje a ambas, a pesar de que ya no están juntas. unu
Epilogo:
"So, if by the time, the pub closes, and you feel like falling down."
36 horas después
—La operación fue todo un éxito sis.—dijo Elemental entrando al laboratorio con su arma entre ambas manos.
—¿Dijo que sí?—preguntó Lisa interesada solo en el resultado.
—Ella está de nuestro lado, definitivamente.—dijo Luna cruzándose de brazos—No fue fácil convencerla, después de…
—Lo sé, estoy extrayéndolos del hielo, borraré sus memorias.—dijo Lisa mostrando varias personas en camillas con máquinas en sus cabezas.
—¿No hubiera sido más fácil preguntarle directamente?—preguntó Luna viendo innecesario lo del borrado de memoria.
—Ella tenía que ver que tienes poder.—dijo Lisa como si fuera poco importante—Nos ayudará a derrumbar a nuestros enemigos.
Uno de sus tentáculos tomó un dardo y lo lanzó a la fotografía de Norman Osborn, mientras que un segundo brazo lanzó otro, pero esta vez en dirección a una fotografía de SpiderKid.
—La venganza es más dulce fría.—dijo Luna apuntando con ambos dedos de sus manos a ambas figuras y lanzando escarcha como proyectiles que atravesaron las fotos colgadas en tablas para dardos—¿Ya tienes un plan?
—La pregunta ofende.—dijo Lisa molesta—Siempre lo tengo.—dijo Lisa aclarando la garganta—Si todo sale de acuerdo a mi plan, en menos de un mes todos caerán, Norman, SpiderKid, incluso Kingpin.
—¿Vas a necesitar ayuda?—preguntó Luna.
—Toda la posible.—dijo Lisa acomodando sus gafas con un tercer tentáculo—Después de todo, está en nuestras manos que la justicia se haga.
Luna vio a su hermana sonriendo mientras los tentáculos en su espalda parecían hacer gestos de aplaudir, se hubiera preocupado, de no ser porque recordó la imagen desfigurada de Sam y todo ese dolor volvió a florecer en su pecho.
Estaba dispuesta a todo con tal de vengar a su amor.
"I'll carry you home, tonight."
