xSouh

Burakkurōzu

02: Konoha

Cuando recuperó la consciencia ya era de noche, lo sabía porque Itachi estaba sentado en el sillón frente a ella, con el cabello mojado y la ropa que usaba en a guarida. Su vista estaba fija en ella en cuanto notó el más mínimo movimiento, la cabeza de Sakura aún dolía después de estar dentro de un genjutsu que a pesar de no tener la intensión de lastimar o turturar, que aquellas escenas se repitieran una y otra vez en su mente le daba la misma sensación.

Una lagrima escapó de sus ojos al volver a recordar aquello, a pesar de vivir en el mundo ninja, no entendía como había personas que buscaban que otros sufrieran, no entendía como el consejo de ancianos había permitido que un niño de trece años matara a toda su familia.

Itachi no sabía que esperar, el intencionalmente le había mostrado sus recuerdos para que supiera en lo que se estaba metiendo. Si Sakura decidía que ya no quería seguir viviendo con alguien que había hecho lo que el hizo el lo entendería, incluso se encargaría que akatsuki no la volviera a buscar jamás.

Si ella se iba era un borrón y cuenta nueva, nadie tendría porque saber que ella se había involucrado con Itachi Uchiha ni con akatsuki.

Tenía miedo que se fuera, si, lo reconocía. Ella se había vuelto el ancla de la poca humanidad que le quedaba. Que se fuera significaba que ya no tendría a nadie en este mundo que supiera su verdad, alguien que supiera que detrás de su papel de asesino capaz de matar a sus propios padres, amigos y compañeros había algo más. Esperaba todo, todo menos un abrazo mientras soltaba el llanto.

─Lamento haberte mostrado eso. ─ le dijo mientras acariciaba los cabellos rosados, con una luz de felicidad en el fondo de su pecho porque no se fuera.

─Gracias por confiar en mí.

─Mañana partiremos a Konoha con Kisame, y pase lo que pase no puedes decir nada sobre mi pasado o la misión. Nadie puede enterarse.

─Vamos a...

─Entraremos como invasores, aún no se decide quién será el Godaime Hokage, habrá varios hombres que van a querer tomar el puesto, pero uno es el que más me preocupa.

─Danzou Shimura.

─El y el consejo. Entraremos como Akatsuki pretendiendo ir por la bestia de 9 colas, lo que también revelará que vamos tras el contenedor, será un ataque directo que no esperan en estos momentos pero le pondrá un blanco a cualquiera que vista la capa negra con nubes rojas.

─No tengo ningún vínculo que me una a Konoha, por la única persona que volvería a esa aldea sería por ti, y no creo que eso se de en un futuro muy próximo. ─las palabras habían salido seguras de los labios de la niña, aunque su le hubiera gustado poder visitar la tumba de sus padres.

─Esperemos que todo salga bien, tengo un mal presentimiento de esta visita.

─Todo saldrá bien, además podre conocer por fin al famoso Sasuke Uchiha.

─Dudo que nos tengan una grata bienvenida en Konoha, mucho menos Sasuke.

─Kisame dice que cerca de Konoha venden los mejores dangos que ha probado en toda su vida, así que eso es algo que también quiero hacer.

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Se habían quedado de ver en una posada cercana, Sakura ya había acomodado su mochila de viaje desde el día anterior, en el fondo estaba emocionada de volver a Konoha, quería ver que tanto habían cambiado las cosas en los últimos años que había estado fuera.

─¡Sakura-chan! ─gritó el hombre azul mientras levantaba a la niña de casi 13 años en brazos como si no pesara nada.

─Bajame ¡Bobo!

─Eres tan mala conmigo, Sakura-chan.

Para Sakura, Kisame siempre había sido un hombre raro, desde su piel color azul pálido, el cabelo en forma de pico o su nariz que no era tan pronunciada como la del humano normal. Secretamente tenía la misión de dejarlo encerrado en una burbuja de agua para saber si las marcas que tenía en su cuello si eran funcionales como branquias.

─Hora de ir a Konoha ─cantó mientras acomodaba la gran espada que siempre llevaba a todos lados sobre su espalda. ─ahora si probaras los mejores dangos de la historia en el mundo ninja, Sakura-chan.

─Hmnp...

─...Entonces yo tomé mi antigua espada y empecé a rebanar a las personas, en ese entonces ni siquiera sabía que podía salir tanta sangre al cortar un pie. Ya sabes... parecía como una cascada o una fuente. ¿Si te imaginas cómo, verdad?

─Si, Kisame. Si me imagino como. ─Respondió fingiendo aburrimiento, apenas llevaban dos días de viaje y Kisame seguía con sus historias que detalladas que parecían nunca terminar.

─...después le clave un kunai en el pecho, pero no le atine al corazón, aún no era muy bueno en aquellos tiempos, pero la herida se veía bastante chistosa cuando lo saque, ¡Porque seguía respirando! Y la piel se subía y bajaba, parecía una florecita...

─¿Cómo rayos no sabía donde estaba el corazón? Solo un idiota no sabe eso.

A pesar de las extrañas anécdotas de Kisame, Sakura creía que era una persona amable, durante sus viajes más de una vez lo había visto ayudar a animales y personas por igual, contándole historias sin ápice de maldad. Parecía un niño bastante grande cuando no estaba frente alguien que considerara su enemigo.

Y Kisame no había sido el único, Deidara y Sasori quienes siempre habían estado peleando por el arte, Kakazu y Hidan de igual forma.

─...y esa fue la historia de cómo Samehada llego a mis manos, no fue una misión fácil vencer a ese espadachín.

Cuando entraron al bosque de la hoja fue Itachi y el sharingan lo que ayudo a burlar a los pocos anbu que estaban patrullando la zona, según el Uchiha las cosas no habían cambiado mucho desde que el mismo portaba una máscara.

─¿Enserio nunca ha probado los dangos? Señorita, nos trae 3 para comer aquí y 10 cajas para llevar – Sakura jamás había visto a Kisame tan emocionado, esa tienda no era un lugar que pudiera frecuentar seguido, estaba dentro del área de seguridad de Konoha y solo iba cuando tenía que hacer algo directamente en la aldea.

La dependienta les sonrió sin reconocer aún aquella capa, tan solo estaba feliz por la comisión que se llevaría por ese enorme pedido.

─¿De verdad necesitas llevar diez cajas de dangos? ─preguntó la menor suspirando.

─Siempre hay que tener reserva de unos buenos dangos, sobre todo si son los mejores del mundo ninja. Aun te falta mucho camino por recorrer, pequeña Sakura-chan.

La pelirosa -que ahora llevaba su cabello en color negro- sonrió reconociendo que de verdad esos dangos eran muy buenos, y eso que tenia competencia, en todos esos años que llevaba conociendo a Hoshigaki habían tomado la costumbre de aceptar su rareza y comer siempre con él. Sabía que Itachi también disfrutaba aquello.

─Es hora de seguir nuestro camino ─

Kisame guardo las cajas que había pedido para llevar en un pergamino especial de comida antes de emprender los últimos kilómetros hasta la aldea.

Algo en el estómago de Sakura se empezó a mover a cada paso que daban y se intensificaron cuando logró ver el gran muro.

─Si creen que van a pasar de aquí están muy equivocados! – gritó un extraño hombre impidiéndoles el paso, vestido de color verde de pies a cabeza, un corte de pelo que daba pena ajena y unas cejas que cubrían la mitad de su frente – Que fluya la llama de la juventud!

─Yo me encargo, Gai – interrumpió otro hombre con uniforme jounnin de konoha, su cabello también era bastante peculiar, de un color gris y además una máscara que le cubría la mayoría de la cara dejando ver solo un ojo.

─Como siempre! Mi eterno rival Kakashi! Pero esta vez seré yo quien los elimine! – gritó eufórico, tal como la primera vez.

─Cálmate Gai – dijo otro ninja que acababa de llegar, este era de compleción más gruesa y estaba fumando un puro. Apareció junto a una mujer de cabello negro y ojos como rojizos. Todos poseían bandas que los identificaban como ninjas de la aldea de Konoha.

─I-Itachi Uchiha – susurró con miedo el hombre que tenía el puro, haciendo que el resto volviera a mirarnos mejor.

─Itachi, ¿qué hacemos? – preguntó Kisame sonriendo, tomando actitud de batalla.

─Eliminar los obstáculos que impidan la misión – La actitud del Uchiha también había cambiado, mostrándose serio como lo era para la mayoría del mundo.

─Genial... hacía mucho que no tenía acción! –contento por esa orden se tronó los nudillos. No pasó ni una centésima de segundo cuando desenvaino la colosal espada y la remetió contra uno de los ninjas.

─Asuuma! – gritó la única mujer del grupo, haciendo que Itachi chasqueara los dientes. El odiaba esto más que nadie.

─Un auténtico poseedor del Sharingan – dijo el peli-plata. –Uchiha Itachi, el genio del clan poseedor del Sharingan

─Hatake Kakashi, el ninja copia, por tu fama, has usado mejor que yo el Sharingan.

─hmmm... pero mira que tenemos aquí, un renegado de la aldea de la niebla y una chiquilla. ¿Cuál es tu misión desertor? – las palabras habían salido con ácido de los labios de la bestia verde de konoha.

─ mi misión, como parte de la organización Akatsuki es capturar al Biju de nueve colas que tiene Konoha – Esas habían sido las últimas palabras que escucharon los ninjas antes de perderse en la ilusión del Sharingan.

La ilusión era fuerte pero no los mataría, eso era lo mejor que Itachi podía hacer por sus excompañeros, evitando una pelea en la que Kisame estaría feliz de entrar.

Atravesaron la aldea por los tejados naranjas de los edificios, muchos parecían recién construidos, había otras zonas que aun estaban en ruinas.

─Tal vez si debimos usar los estúpidos sombreros de paja – lloriqueó Kisame – aunque apastan a establo, pero aun así pensé que nos íbamos a divertir más. Sobre todo, con ese que tiene un ojo como los tuyos.

─No era una pelea que valiera la pena. Entre todos hubieran podido regresar cualquier ataque que estuvieras dispuesto a mostrar y el resultado hubiera sido el mismo. ─dijo Itachi sin levantar la voz ─ que no se te olvide cual es nuestra misión.

─¿Y cómo es que ese ninja tiene el sharingan en un ojo? ¿Es un Uchiha? ─preguntó la pelirosa, aún no entendía como un hombre que no parecía un Uchiha tenía un ese dojutsu.

─Esa es una historia que realmente no conozco, pasó varios años antes y nunca nadie habló de ello. ─mintió Itachi, si bien era cierto que no conocía la historia, pero si había sido un tema muy debatido en el consejo de la familia, el era muy joven pero su padre ya lo llevaba y muchos habían votado por quitarle ese ojo a Kakashi Hakate.

Se colocaron el sombrero de paja entre quejas y bromas por parte del azul acerca del olor a establo, llamando menos la atención de los aldeanos hasta llegar al edificio donde estaba su objetivo.

─¿Por qué no damos un paseo, Zorro de las nueve colas? – le preguntó Itachi al niño de cabellos rubios, el chico solo lo veía perplejo, la voz de Itachi era la más fría que alguna vez haya podido oír en toda su vida, hasta a Sakura se le había puesto la piel de gallina de solo oírla, pero mantuvo su semblante duro bajo el sombrero de paja.

─Oye Itachi, me va a doler la cabeza si este niño nos hace salir corriendo, tal vez deberíamos arrancarle una pierna, por si acaso ─los ojos azules del rubio se salieron de sus orbitas al escuchar al segundo akatsuki – Bien... – dijo acercándose lentamente y sacando su espada al mismo ritmo.

Sakura se mantenía alejada de la escena principal pero podía notar como el niño que muy seguramente era de su edad tenía el miedo pintado en su cara.

─Ha pasado mucho tiempo ─

─Sasuke...

─Itachi Uchiha ─ gruñó el pelinegro recién llegado.

─¿Itachi Uchiha? – preguntó el rubio desconcertado, sintiendo que su miedo aumentaba, el sabía quién era el dueño de ese nombre.

─Vaya... el sharingan – dijo Kisame viéndolo divertido – y se ve patéticamente como tú. ¿Itachi quién es el niño? – pregunto

─Es mi hermano menor. – Pero ahora su tono de voz ya no estaba lleno de anhelo ni melancolia, era tan raro escuchar sentimientos negativos en la voz del que ahora consideraba como su hermano, pero el pelinegro a su helado, Sasuke Uchiha, su verdadero hermano tenía años de creer una mentira. El había visto con sus propios ojos aquella ilusión que ella había vivido.

─Que raro, porque hasta donde yo sabía el clan entero había sido devastado, por ti...

─Itachi Uchiha... espero que estés listo para morir – habló el hermano pequeño con rabia. Sakura se sentía impotente, sabía que esa no era su pelea y no podía meterse.

─Es tal y como lo dijiste hermano – dijo mientras su mismo chakra hacía que sus cabellos se moviera – he fomentado mi odio hacia ti este tiempo; he vivido con un fin, con un propósito: – una energía centelleante comenzó a formarse en la mano de hermano menor, el sonido comenzó a llenar la habitación –Verte morir! ¡Esto acaba aquí! –

─¡Sasuke! – gritó el rubio.

─Chidori ─

─Suficiente... estas muerto... ─dijo mientras comenzaba a correr con la técnica tipo rayo en sus manos destruyendo parte de la pared a su paso. –¡Mueeree!

Y lo siguiente fue una explosión seguida por una nube de polvo.

Cuando se disipo, no había pasado nada, Itachi mantenía forzada la muñeca de su hermano. Había parado esa increíble técnica solo con una mano. Pero lo siguiente llamó más la atención del resto: Aquel rubio estaba emitiendo un poderoso crakra naranja muy poderoso.

─El aire está impregnado del chakra del kyuubi – dijo Kisame antes de que un sonido seco llenara la habitación.

kruugg

─Haaaaaaaaaaaaaaa! – gritó Sasuke al sentir como su muñeca se partía en dos.

─¡Sasuuukee! Esto se acabó – levantó de nuevo la voz el portador del kyuubi mientras se llevaba el pulgar a la boca para hacerse un corte–Arte ninja, jutsu de invo...

─Muy lento ─interrumpió Sakura antes de que lograra algo ─ Haru no Jutsu ─

Chispas de color rosa empezaron a salir del cuerpo de Sakura, convirtiéndose en pétalos de un árbol de cerezo que comenzaron a envolver al rubio y haciendo que el chakra naranja empezara a desaparecer. En un futuro esperaba que el chakra que sus pétalos fuera su propia reserva, pero era algo que aún no podía.

─Tks...─chasqueó los dientes el hombre pez mientras hablaba con diversión ─ le quitaste toda la merienda a Samaheda, eres mala enana.

─Me siento débil... ─ cayó de rodillas al sentir como su chakra era absorbido de su cuerpo.

─Al menos ya no tenemos que preocuparnos por que se escape, pero aun así deberíamos cortarle los brazos.

El chiste se acabo cuando apareció un sapo y las paredes cambiaron,

─Hora de irnos de aquí ─gruño Itachi mientras llamas negras aparecían quemando todo a su pasó y abriéndoles una salida, no había nada más que hacer en Konoha por lo que los tres se dirigieron fuera.

─Hubieras podido atrapar al kyuubi, ¿para que dar dos vueltas? ─se quejó Kisame haciendo un puchero como niño de 5 años.

─La misión no era capturarlo, solo veníamos a conocer el terreno.

─Si ya se... primero capturar los otros ocho y bla bla bla.

─¿Y ahora dónde vamos? ─preguntó Sakura.

─A la guarida norte.