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Burakkurōzu

05: Nekobaa

Sakura, Itachi y Kisame habían dejado el pueblo la misma mañana en que los ninjas de Konoha volvían a su aldea, custodiado por dos poderosos Sannin, Itachi sabía que no iba a haber algún altercado con el Jinchuriki.

Kisame se había despedido para dirigirse a Kiri y arreglar unos asuntos personales que tenían pendiente, eso mando a Sakura e Itachi a unas de las tantas guaridas que los Uchiha tenían en el país del fuego.

Sin una misión que cumplir y mucho tiempo libre de por medio, Sakura e Itachi habían caído en una cómoda rutina donde se dedicaban a las dos cosas que más disfrutaban: entrenar y leer.

Durante las mañanas y tardes ambos salían para seguir fortaleciéndose, el resto del día lo aprovechaban para leer, Sakura seguía practicando la medicina ninja y Itachi tenía cientos de pergaminos con técnicas que los Uchiha habían desarollado.

La larga cabellera de Sakura ondeó en la cola de caballo alta que lo sujetaba mientras brincaba entre los árboles sin hacer ruido, todos sus sentidos concentrados en detectar la presencia de su compañero. Cerró los ojos con una sonrisa cuando sintió una pequeña energía, tan solo el residuo que quedaba después de realizar un jutsu.

Se dirigió al lugar donde ya lo esperaba el pelinegro, ninguno llevaba la capa de akatsuki, tenía una sonrisa en el rostro cuando le lanzó cinco senbon, los reflejos entrenados de la ojiverde tomaron las agujas entre dos dedos y se dio media vuelva para desviar otras tres que venían desde atrás.

Sabía lo que seguía cuando el shinobi frente a ella sacó una espada, hizo lo mismo materializando una de chakra, a pesar del material distinto, el sonido de metal impactándose era el mismo, Itachi seguía siendo más fuerte así que intentó atacarle desde arriba para ayudarse con su propio peso, aunque no sirvió de mucho porque tuvo que retroceder antes de terminar en el suelo. Giro y levantó su arma para evitar que la del Uchiha se impactara en su hombro.

Uno, dos, tres, cinco, diez, once. Contó en su mente el número de veces que sus espadas se encontraban, utilizó chakra en sus pies para acercarse más rápido, pero se detuvo en el instante en que en la mano izquierda de Itachi apareció una espada de chakra rojo sangre.

Ella tuvo que tomar un kunai para defenderse de ambas hojas, no tenía el entrenamiento para utilizar un espada en cada brazo como lo hacía su compañero.

Perdió el primer kunai en el segundo impacto al momento en que se abría un corte profundo en su brazo izquierdo, chasqueó los dientes y creó un cuchillo largo que lo utilizó para defenderse cuando su espada no era suficiente.

Ambos concentraron chakra en sus pies y se lanzaron a un impacto, solo escuchó como el metal crujía intentando acabar con el otro, sus ojos se encontraron y se concentró en la nueva batalla que inició, ella no caería en un genjutsu básico, luchó cuando los ojos negros se inyectaron de sangre volviéndose rojos, Itachi seguía frente a ella, pero sabía que algo estaba mal, giró su cuerpo ignorando a su enemigo y utilizó el cuchillo para defenderse. No vio nada, pero si escuchó el nuevo impacto del metal.

Disipó el genjutsu, el Itachi detrás de ella desapareció, quedando solo con el que estaba a centímetros de ella, pero aún así no era el real.

─¿Ya te da miedo aparecer? ─lo retó, esperando que eso funcionara para que ella pudiera notar el más mínimo movimiento en el bosque y encontrarlo.

─¿Esperas que algo tan básico funcione? ─le preguntó la copia frente a ella.

─Por supuesto. ─saltó un segundo antes de que unas manos salieran de la tierra donde había estado parada.

─Has mejorado en detección de genjutsu ─Dijo Itachi.

─Cuando entrenas todo el tiempo con un usurario de Sharingan tiendes a tener que mejorar a fuerza. ─sonrió mientras curaba la herida que se había hecho en el brazo.

Volvieron a reanudar el entrenamiento por otra hora más antes de que ambos se detuvieran completamente y escondieran su chakra. Itachi envainó la espada mientras la de Sakura desaparecía cuando sintieron cinco chakras acercarse, llegarían en unos diez minutos si continuaban a esa velocidad.

No era común que alguien pasara tan cerca de la guarida, los cominos y rutas pasaban lo suficientemente lejos para que nadie se topara con la guarida, algo buscaban esos ninjas o de algo venían huyendo.

Había cuatro que eran más fuertes, Sakura no podía reconocer ninguna de las firmas, Konoha estaba a un día y medio de viaje en la dirección de la que venían, así que solo podían venir de la aldea.

─No son ninjas de Konoha ─ le aseguró Itachi adivinando el hilo de sus pensamientos, en sus años de como parte de las fuerzas de Konoha y en su papel de doble espía había aprendido a guardar en su memoria todas las firmas de chakra de los shinobi y ninguno de los nuevos gennin podría tener ese nivel.

Se concentró más, tratando de leer la quinta presencia, se sentía atenuada por algo, pero conforme más se acercaban más crecía por muy pequeña que fuera y era una inconfundible para él.

─Regresemos a la guarida ─habló Itachi serio.

Sakura le siguió sin preguntar nada, a su mente vino la pequeña ranita que tenía guardada en uno de los cajones de la habitación donde dormía, ella también podía sentir la firma y no era la de Naruto pero algo le seguía dando la sensación de que ahora tenía las tripas revueltas.

Cuando estuvieron dentro, Sakura no perdió el rastro de los cinco ninjas que ahora estaban bastante cerca y como si hubiera sido un foco que se enciende de la nada supo de quien se trataba.

─Sasuke ─susurro.

─Y los otros cuatro muy probablemente sean experimentos de Orochimaru. ─a la mente de Itachi vinieron cientos de recuerdos de los laboratorios vacíos que el sannin había dejado una vez que desertó de Akatsuki. Itachi vio los enormes tanques llenos de agua de distintos colores del tamaño suficiente para meter una persona, los frascos llenos de órganos conectados a mangueras y funcionando y las decenas de fetos.

Se había alegrado que Sakura no lo hubiera acompañado, nadie debía de ser testigo de esos abominables experimentos, de la inmundicia que aún se sentía al entrar en aquellos túneles llenos de celdas con personas deformes muertas, el olor a putrefacción y sangre fresca.

Itachi no había conocido a alguien más retorcido que ese hombre, ni siquiera Akatsuna no Sasori llegaba tan bajo como para hacerle eso a un ser vivo. Esa noche Itachi se bañó tres veces intentando quitarse el horrible olor y cuando se fue a dormir soñó con el día en que había matado su clan.

─¿Y qué quiere con Sasuke esa vil serpiente? ─preguntó la pelirosa sacándolo de sus recuerdos.

─Lo que Orochimaru siempre ha buscado: el Sharingan.

─¿Quiere controlar a Sasuke? ─volvió a cuestionar, pensando en cómo podría hacer aquello, Sakura sabía que Orochimaru tenía conocimientos médicos, pero al contrario de la mayoría de los mediininj, el se había enfocado en un área mucho menos decente que la ayuda a los heridos.

Hubiera preferido no seguir ese hilo de pensamientos que le llevó a recordar sobre el día en que había encontrado un viejo diario del sannin, estaba fechado en la época en la que aún era ninja de la hoja y mostraba lo que parecían teorías sobre transplantes de células que lograban darle al shinobi las habilidades de ninjas poseedores de Kekkei Gekai.

─Quiere trasplantarse los ojos de Sasuke ─ susurró Sakura mientras se sentaba en uno de los sillones de la estancia, sin poder creer lo que ella misma decía.

─Orochimaru busca algo más que un Dojutsu ─le dijó ─Aún desde mucho tiempo antes de dejar Konoha, buscó la inmortalidad dedicando su vida a jutsus prohibidos y tabús para todos los ninjas. Pocos saben lo que realmente pasó cuando dejó la aldea o por qué la dejó después de su enfrentamiento con su propio maestro.

─No existe tal cosa como la inmortalidad ─aseguró Sakura ─todo tiene un ciclo: naces, creces, te reproduces, envejeces y mueres. No puedes ir contra la ley de la vida, un cuerpo no soportaría la inmortalidad.

─Tu misma acabas de llegar a la misma conclusión que él. Ni siquiera una organización como Akatsuki compuesta por ninjas desertores que traicionaron a sus propias aldeas aceptó lo que Orochimaru hace dentro de sus laboratorios, experimentado con humanos como si no fueran más que ratas de laboratorios...

─¿Entonces debemos de salvar a Sasuke?

─No, no podemos. ─sentenció ─Hay una razón por la que dejé que Sasuke observara mientras mataba a mis padres, fomentar su odio para que buscara ser fuerte y un día viniera a mi y los vengara es lo que el cree que tiene que hacer, hacerse fuerte para que nadie piense dos veces a en atacarlo, poderse defender de la política de ciertos miembros de Konoha. No es la primera vez que alguien quiere hacerse de un kekkei Genkai. Sasuke tiene que saberse defender solo.

─¿Y qué haremos?

─Buscar la verdad.

─¿Buscaremos a Orochimaru?

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Salieron justo después de que desapareciera la presencia de los ninjas, vestidos con capas negras y un sombrero de paja similar al que utilizaban con las capas de Akatsuki en dirección al sur.

El viaje les llevó medio día desde donde estaban, con el excelente control de chakra de ambos les aseguraba una velocidad superior mientras se impulsaban entre las ramas de los densos bosques del país del fuego.

La persona que buscaban vivía en una cabaña entre un gran número de árboles, la puerta estaba abierta a pesar de que no había ningún letrero. Itachi guío su camino mientras entraban, Sakura se sorprendió al ver un gran número de armas dispuestas en todas las paredes y gatos. Había de todos los gatos que ella pudiera conocer o haber visto.

─¿Itachi-san? ─preguntó alguien desde la transtienda. ─¡Pero si es el pequeño Itachi!

Sakura se sorprendió al ver una anciana salir, sus ojos eran muy pequeños y su cara ya estaba arrugada pero lo que realmente llamaba la atención de Sakura era su enorme cabello gris, parecía como si fuera un león con unas orejas de gato muy monas.

─Buenas tardes, Nekobaa-sama ─saludó el Uchiha con respeto y cariño.

─Has crecido bastante, Itachi. ─le sonrió la abuela. ─ Y también nos visita la señorita Sakura, tomen asiento, los estaba esperando.

─¿Cómo sabe mi nombre? ─preguntó la pelirosa sin dejar de ver a la extraña anciana.

─Yo se bastantes cosas cariño y para jóvenes como ustedes tengo las respuestas que buscan.

─¿Sabes de Orochimaru? ─cuestionó la menor mientras los tres se sentaban en los sillones dispuestos, en la mesa ya estaba el té servido y la tetera aún humeaba.

─Sé muchas cosas de ese viejo sannin, Sakura-chan. Pero ustedes buscan lo que concierne a Sasuke Uchiha.

Un gato se subió a las piernas de la señora, ella comenzó a acariciar el suave pelaje haciendo feliz al animalito.

─Sasuke-kun ahora va camino a Orochimaru por decisión propia, nyaa ─habló el gato mientras se pegaba más a la señora.

Sakura nunca había visto un gato que hablaba por lo que se fue a la conclusión más lógica, esos eran nekonin, Nekobaa sonrió al ver la sorpresa pintada en la cara de la pelirosa, tenía una debilidad con los niños que eran listos y lindos.

─¿Qué quiere Orochimaru de Sasuke? ─preguntó Itachi.

─Su sharingan, su cuerpo. ─le respondió sabiendo que el niño frente a él ya sabía la respuesta, que viniera hasta ese lugar solo para confirmarlo le decía que dentro de él esperaba escuchar otra cosa y a ella también le hubiera gustado eso.

─¿Có-cómo? ─

─Has estudiado mucho y visto otro poco, Sakura-san; de los tres quien mejor sabría esa respuesta eres tú. ─le sonrió tristemente ─El va a obtener su cuerpo, en un sentido literal.

─¿Usted como sabe eso?

─Años de vida en este mucho shinobi ─dijo Nekobaa volviendo a acariciar al animal ─Nada pasa en la superficie que no se sepa en el submundo.

─¿Cuánto tiempo para qué eso pase? ─ Itachi suspiró resignado, todo lo que había hecho no era para que Sasuke desertara de Konoha.

─El viejo sannin aún no está listo, ocupa preparar todo, por lo menos dos años. Sus brazos quedaron en mal estado desde su pelea con Sarutobi.

─Podríamos intentar...

─También tienes que saber de la marca de la maldición ─susurró la anciana sabiendo que todos en esa habitación la podían escuchar ─ No se mucho de eso porque pocas personas han sido marcadas, pero aumenta el poder de un ninja si es capaz de sobrevivir a ella.

─¿Podría morir? ─preguntó Sakura.

─No, de forma maravillosa Sasuke no murió cuando fue marcado en el bosque de la muerte durante los exámenes chunnin. ─siseó el gato mientras movía su cola en ondas ─Kakashi Hakate y sus compañeros lo ayudaron para que no perdiera el control, pero ahora que se fue de su aldea es un desertor.

─Ahora dependerá de sus acciones si sobrevive o no.