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xSouh
Burakkurōzu
09: La niña de cabellos rosa.
Los cuatro ninjas de Hebi habían seguido a Sakura después de que entró a la guarida, llamando la atención de Sasuke sobre el porque alguien que no era un Uchiha podía entrar a una de sus guaridas.
Sasuke había sido muy pequeño cuando todo había pasado, aún no tenía la edad suficiente para que su padre le hablara sobre los asuntos del clan o todo lo que refería a los Uchiha. A los siete años el distrito Uchiha era toda una ciudad a sus ojos, donde todos admiraban a sus padres y su hermano, que tuvieran toda una serie de guaridas a lo largo del continente no era exagerado, pero el solo conocía esa.
Sakura se encontró con una guarida muy similar a las anteriores en las que había estado, configurada como un departamento pequeño a simple vista, pero no dudaba que tuviera suficientes habitaciones como para refugiar a cien personas. Pasó de largo la sala de estar al notar dos puertas dobles que estaban abiertas y llevaban a una habitación con menos iluminación. No era raro que un cuarto lleno de armas estuviera más cerca que el baño, los Uchiha tenían una forma extraña de pensar.
─¿A dónde crees que vas, pelo de chicle? ─la llamó la peliroja al ver que se dirigía al lugar donde estaban las armas. Sakura volteó a verla ante aquel insulto, dándose cuenta que no sabía el nombre de nadie ahí aparte del hermano menor de Itachi.
─Solo para que te quede claro, yo no sigo ordenes tuyas ni de nadie aquí ─les dijo con voz fría, empezando a hartarse de la actitud infantil de la peliroja.
Después de aquellas palabras, Sakura la ignoró para concentrarse en aquella habitación. Ninguna de las otras guaridas contenía una armería como esa. Las paredes estaban llenas de espadas y katanas de distintos estilos, cajones llenos de kunais, shuriken, senbon y más armas ninjas.
Todo era increíble, pero lo que más resaltaba era la vitrina de cristal que estaba en el centro de la habitación, Sakura se agachó para ver mejor las cinco armas que estaban ahí, pero una de las espadas, la que estaba en el centro y puesta en un cojín superior fue la que le quitó el aliento.
─Esta completamente sellada ─le dijo el pelinegro, acercándose al lado de ella. Sasuke también había tratado de abrirla, cuando se rindió había utilizado toda su fuerza e incluso un chidori pero el cristal seguía intacto.
Las yemas de los dedos de Sakura recorrieron el cristal, cerró los ojos para concentrarse, sintiendo las pequeñas corrientes de chakra que circulaban a todo lo largo y ancho.
─Está protegida por chakra ─Karin también se acercó, queriendo ver que era lo que había llamado la atención de los dos ninjas.
Sakura no tenía un sentido tan desarrollado para poner leer energías, pero cuando su mano llegó a la cerradura notó que la corriente era distinta en esa parte, las ondas eran más amplias, como en...
Metió la manó a uno de los bolsillos interiores de la cama donde estaba el libro que Itachi le había dado un día antes, esa cerradura se sentía igual que el regalo de Itachi. La energía del libro era lo suficientemente bajo como pasar desapercibido incluso para la ninja radar, pero eso no cambiaba que fueran la misma.
─¡Es la misma cerradura! ─ gritó Suigetsu, que también se había terminado acercando para ver por que todos estaban viendo la vitrina.
Ninguno de los tres ninjas de hebi presentes quitó los ojos de las manos de la pelirosa mientras de ellas se iba formando una llave color rosa y transparente como el cristal.
No dudó ni un segundo en introducir la pequeña llave y hacer los cambios suficientes para que embonara a la perfección. El pequeño click resonó en toda la habitación mientras la puertecilla se abría para sorpresa de todos los presentes.
Los dedos de Sakura comenzaron a temblar mientras se acercaban a aquella hoja perfectamente afilada, sintió el frio metal que le causó un escalofrió en todo el cuerpo y solo hizo falta un toque para sentir el ardor y ver su propia sangre en ella.
¿Por qué conservaba esa espada?
¿Por qué conservaba el arma homicida de toda su familia? Era como si la quisiera guardar para que cada que la viera le recordara que él había sido el asesino.
Cerró la puerta de la vitrina de un solo golpe, lo suficientemente fuerte para que las armas de adentro se tambalearan, pero ninguna dejó su lugar. Salió de aquella habitación y abrió otra de las puertas, buscando una habitación vacía.
No se permitió llorar, sacó su furia contra todo lo que encontró, quebró jarrones y cuadros que seguro valían una fortuna, hasta que estuvo lo suficiente cansada para acostarse en la cama y tratar de dormir un poco.
Su mente no entendía porque esa maldita katana estaba ahí. Ella había visto sus recuerdos. Ella sabía como su mano había temblado al empuñarla contra sus propios padres cuando el solo quería paz. Itachi seguía atormentándose guardándola.
Nadie volvió a molestarla por el resto de ese día y ella no salió de aquella habitación. Hebi tomó las armas necesarias para su viaje y ninguno de los miembros volvió a ver aquella vitrina.
La noche de Sasuke fue larga, no podía conciliar el sueño pensando en la espada, había detalles de su niñez que era muy borrosos en su memoria, el rostro de su querida madre se veía como una acuarela, recordaba lo suave que era su cabello negro y sus ojos. De su padre había mucho menos, pero siempre había sangre. Mucha sangre.
También le era difícil recordar a Itachi en aquel día sin que los otros recuerdos también vinieran a su mente, su aniki que siempre buscaba tener un poco de tiempo para el y al mismo tiempo el akatsuki que fracturó su muñeca.
Se rindió ante lo evidente, metió los pies a las sandalias y salió de la habitación en busca de aire fresco. El reloj del recibidor apenas marcaba quince minutos para las cuatro, era obvio que el ya no dormiría esa noche.
El Uchiha no esperaba encontrar a nadie cuando salió de la cueva, pero ahí estaba ella, sentada en la rama de uno de los arboles viendo a la nada. Sasuke vio que ya no llevaba la capa de akatsuki, sino una playera de mangas largas que dejaba sus hombros descubiertos, un pantalón de corte bajo y unas botas con tacón pequeño.
Normalmente cada zona del continente se caracterizaba por ciertos estilos o colores, pero por más que buscaba algo que le pudiera decir de donde venía ella no encontró nada. Ella y su relación con Itachi era un misterio para él.
─Buenos días, Sasuke ─ dijo en voz suave, aunque él no había hecho ningún ruido y había escondido su chakra.
─hmnp... ─
─Ustedes los Uchiha, siempre con su hmnp... ─se quejó mientras volteaba a verlo, cayendo de nuevo en la busca de similitudes entre los dos hermanos.
Sasuke se quedó en silencio, no sabía que decir. El nunca había sido una persona de palabras y tanto tiempo dentro de las guaridas de Orochimaru entrenando solo o con el sannin no había fomentado sus habilidades sociales, pero eso no quitaba el hecho de que tuviera mil preguntas que hacerle.
─ La katana que estaba en la vitrina, es... es la que utilizó Itachi para matar a nuestros padres, ¿verdad?
─Si. ─Sakura tampoco había hablado mucho, por eso le sorprendió la pregunta que le hizo el pelinegro, había estado toda la noche tratando de olvidar aquello, pero también podía entenderlo un poco, después de todo fue su propio hermano quien había acabado con la vida de sus padres con esa hoja.
─Es hora de irnos ─ susurró antes de desaparecer para ir por el resto del equipo.
Cuando Sakura volvió a entrar a la guarida la capa de akatsuki estaba sobre sus hombros, mantuvo su rostro sereno, ajeno a todas las emociones que había dejado escapar el día anterior, ni siquiera Karin dijo algo para molestarla.
En ese momento estaban frente a una ninja perteneciente a una de las asociaciones criminales más peligrosas del mundo ninja y que por alguna razón desconocida incluso para Sasuke, ella los guiaría hasta Itachi Uchiha.
─¿A dónde nos dirigimos? ─preguntó Karin una vez que los cinco estuvieron fuera.
─Lo sabrás cuando lleguemos ─ la voz de Sakura no dejó lugar a ninguna discusión, emprendieron camino siendo guiados por la pelirosa, Sasuke se mantenía a su mismo nivel, un par de metros atrás Karin y Suigetsu iban discutiendo por algo a lo que Sakura dejó de prestarles atención muchos kilómetros atrás, y la comitiva cerraba con Juugo, que contrario a los otros dos se había mantenido en silencio.
La pelirosa no había perdido tiempo en tratar de analizar a estas personas, Karin le seguía pareciendo una kunoichi que no era muy fuerte pero que su habilidad como rastreadora compensaba eso, su percepción del ninja de cabellos blancos aún estaba incompleta, pero si era portador de una de las espadas de los siete legendarios, debía de ser una fuerza a tener en cuenta. De Juugo no sabía nada.
─Eres un maldito sushi maloliente ─ se quejó la peliroja mientras le lanzaba un kunai al albino que terminaba atravesándolo como si estuviera formado por agua.
─Y tu una zanahoria rancia ─le regresó.
─Descansemos ─ habló la pelirosa al ver que Suigetsu tomaba más agua de lo que ella lo había visto del día anterior, Karin también parecía cansada, aunque ninguno dijo nada.
─Debemos seguir y llegar lo antes posible. ─ se negó Sasuke sin voltear a ver a su equipo, el mismo los había escogido para esa misión, sabía que podían con eso y más. Punto y aparte que no pensaba seguir las ordenes de nadie.
─Tenían razón en que eres un teme amargado ─rio con burla Sakura, llamando la atención de los otros.
─¿Un teme amargado? ─preguntó con interés Suigetsu aumentando su velocidad para alcanzar al líder de su nuevo equipo.
─Itachi no sabe nada. ─ crujió los dientes el pelinegro.
─-¿Y quién dijo que había sido Itachi? ─-volvió a burlarse la ojiverde ─fue Naruto Uzumaki, el futuro Hokage.
Esas ultimas palabras habían logrado que Sasuke se sorprendiera al momento en que un recuerdo llegaba a sus pensamientos de sus tiempos en Konoha.
Si se ponía a pensar detenidamente habían sido en aquellos tiempos después de la batalla que tuvieron contra Gaara, ya llevaba varios días en el hospital, le prohibieron salir de la habitación y se sentía como un idiota por haber perdido ante Naruto.
Lo peor era cuando las niñas bobas trataban de infiltrarse para poder verlo, agradecía que la mayoría eran lo suficientemente débiles para fracasar en el intento. Logró aprender a tolerar a Hikari, su compañera de equipo gennin, ella al menos no babeaba el piso por donde caminaba y le llevaba frutas para salir de la monotonía de la horrible comida del hospital.
...x...
─Naruto, ¡Aun no puedes entrar, la hora de visitas en hasta las cuatro de la tarde! gritó una enfermera tratando de parar a los dos niños que corrían por los pasillos tratando de detenerle. Sasuke se preparó mentalmente para recibirle, sabía que nada podría pararlo.
─Teme gritó estrellando la puerta y entrando con actitud despreocupada Cuantos años sin verte, seguro que me extrañaste mucho.
─-hmnp...
─Naruto-kun, debes dejar descansar a Sasuke-kun, aún no se recupera de sus heridas.
─Ya no te tienes que preocupar por eso, Hikarichan. Ero-sennin y yo hemos ido a buscar a Tsunade-obachan para que lo cure ahora mismo.
─¿Tsunade-oba...? ¿Te refieres a la gran Tsunade Senju? gritó emocionada la niña al reconocer el nombre de una de las kunoichi más fuertes de toda la historia ninja.
─Si.. si, ella.
─Eres un idiota, Naruto. No te puedes referir a Tsunade-sama de esa forma.
─Como sea... también conocí a una niña susurró el rubio mientras se sonrojaba.
─Pero que tierno, Naruto-kun esta enamorado le festejó la niña mientras Sasuke buscaba una forma de deshacerse de ambos ninjas cabeza hueca.
─Ella es muy linda, y además tiene un extraño jutsu dijo mientras sacaba de uno de sus bolsos el kunai que la niña le había dado.
─¿y cómo es? siguió preguntando emocionada.
─Bueno... es tan alta como yo, ¡Y tiene el cabello color rosa como este kunai! gritóY es curioso porque su nombre era Sakura.
─¿Cabello color rosa? Nunca he visto una persona así.
─Pues yo te digo de verdad, el de ella era rosa y muy largo. Y sus ojos eran verdes. Ella es como la primavera.
─Una vez escuche a mi abuelo contar una historia sobre mujeres muy bellas de cabello rosa, decía que no había una mujer tan hermosa como ella en ninguna parte del mundo, pero que solo la vio una vez. Todos pensamos que había sido una alucinación o un genjutsu aunque mi abuelo no era ninja.
...x...
Desde que el nombre del rubio salió de sus labios, Sakura se sintió observada, el pelinegro tenía su mirada fija en ella aunque pareció perdido por un segundo.
─¿De dónde conoces a Naruto? ─le cuestionó sin detenerse a pensar más en aquel recuerdo.
─Eso es algo que no te importa.
─¿Quién es Naruto Uzumaki? ─Interrumpió Suigetsu la batalla de miradas entre los dos ninjas.
─Nadie que importe ─cortó el pelinegro, bajando de la rama en la que estaba. ─Acamparemos aquí.
Ninguno agregó nada más, los cinco se detuvieron en el claro, armando un campamento pequeño para pasar la noche. Sakura sacó su propia bolsa de dormir y la instaló lo suficientemente lejos del resto, pero no tanto como para que el fuego no la calentara. Juugo regresó del bosque con un montón de ramas secas y las colocó para poner una fogata que Sakura prendió.
─Entonces preciosa, ¿eres elemento fuego? ─ preguntó Suigetsu con un tono que indicaba claramente el doble sentido de sus palabras.
─No, por supuesto que no. ─rio Sakura ante la ocurrencia del ninja ─Pero entrené bastante con alguien que si lo es y terminas por aprender un truco o dos.
─¿Con quién entrenaste? ─le pregunto Suigetsu, sin mucho interés en el tema pero si en la chica.
─No es alguien que conozcas, pero es a la persona que ustedes buscan.
─¿Cómo es que lo conoces? ¿De akatsuki? ─ habló Karin, que hasta ese momento solo se había mantenido al margen de la conversación, pero no fue la única.
─No es una historia muy interesante ─le restó importancia, no quería hablar de ello.
─¿De dónde eres, Sakura-san? ─esa fue la primera vez que Sakura escucho la voz de Juugo, que contrario a lo que había esperado era suave, como estuviera hablando con un niño pequeño.
─No pertenezco a ninguna aldea ─se levantó, dando por terminada la conversación que para ese momento parecía un interrogatorio.
─Todos pertenecemos a un lugar ─le dijo el pelinaranja antes de que se fuera. ─pero a veces tener que dejarlo, aunque no siempre ese lugar es donde nacemos.
─Haré la primera guardia ─susurró Sakura antes de desaparecer entre las ramas de los arboles y dejando a Hebi con más preguntas que respuestas.
─Molestia... hmnp.
Sakura se quedó sentada en las ramas de un árbol, hojeando el libro que Itachi le había obsequiado sin saber mucho que hacer con los otros ninjas. Estar con ellos no era como estar con Itachi y Kisame, tampoco eran como los otros Akatsuki, se sentía raro que la bombardearan con preguntas que no eran fáciles de responder sin pensar en su pasado.
Sus horas de guardia pasaron sin ningún inconveniente, los bosques cada vez estaban más solos, pocos se atrevían a aventurarse por temor de encontrar la muerte. Cerró el libro que mantenía sobre las piernas cuando sintió que alguien se acercaba.
─¿Qué ocupas? ─ le preguntó de mala gana antes de bajarse del árbol con un brinco silencioso que ni siquiera movió las hojas secas alrededor, cosa que no pasó desapercibido por el shinobi. El sigilo era una de las cosas más importantes en un ninja y pocos llegaban a perfeccionarlo de esa manera.
─Hmnp... ─
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─Todos arriba ─ la voz de la única kunoichi de Hebi despertó de inmediato a los cuatro ninjas que seguían en un sueño superficial. Sasuke fue el primero en estar listo con katana en mano buscando cualquier intruso en el perímetro.
Sakura también afiló sus sentidos, buscando alguna presencia de chakra peligrosa a su alrededor, pero no encontró nada por lo que volteó a ver a la peliroja quien mantenía los ojos cerrados.
─¿Sabes quien es? ─preguntó Sasuke con el sharingan activado y buscando a su alrededor la presencia que Karin había sentido.
─-No se quienes sean ─les informó ─nunca los había sentido, pero son fuertes a pesar de que ambos intentan ocultar su presencia.
─¿Quieres...? ¿Cuántos son? ─Sonrió Suigetsu sacando su espada y relamiéndose los labios por un poco de diversión.
─Dos ninjas, vienen en esta dirección y por su velocidad llegaran en cinco minutos. ─les informó señalando al norte.
Los cuatro miembros restantes se prepararon para recibir a los ninjas, Sakura se ajustó la capa por si también tendría que pelear haciendo que esos minutos se sintieran como eternos hasta que todos lograron sentirlos.
─Lo que me trae la vida, uhn ─ se burló el primer ninja que aterrizó en claro, con los ojos en el menor de los Uchiha. ─Bien dicen que cuando uno deja de buscar, encuentra.
Los tres seguidores de Sasuke dieron medio paso atrás al reconocer al ninja desertor de Iwa, el cabello rubio y el ojo de metal sumado a la capa de akatsuki no dejaba duda de su identidad.
─ Deidara-sempai, te dije que no me dejaras ─se quejó el segundo ninja, el de la mascara naranja con solo un orificio que Sakura había conocido en la guarida. ─ ¡ohhh! Deidara-sempai, Deidara-sempai, mira... es Sakura-chan.
Los gritos del akatsuki habían llamado la atención de todos los ninjas, su actitud infantil hacía que fuera difícil tomarle enserio, incluso para su propio compañero.
─Que gusto verte tan pronto, Sakura ─ le sonrió el rubio ─realmente no esperaba encontrarte con el pequeño hermano de Itachi.
─¿No te pondrás de su lado, verdad Sakura-chan? ─preguntó con voz inocente el akatsuki ─Ya sabes lo que dijo Pein-sama sobre el hermanito de Itachi-san.
Sakura crujió los dientes, no esperaba encontrarse con ellos. Relajó todos sus músculos dejando atrás su postura defensiva y en el fondo odiando a Tobi.
─Si te quieres enfrentar a alguien, pelea contra mí ─ le dijo Sasuke utilizando el mismo tono de voz que usaba su hermano.
─No te preocupes, Deidara. No creo que quieras morir en mis manos ─se burló la pelirosa levantando las manos en señal de paz.
Sakura escuchó como Karin chasqueaba los dientes analizando la situación, no es como que hubiera esperado que Sakura los ayudara, después de todo ella también vestía esa maldita capa, por el rabillo del ojo vio a Sasuke, él podría hacerse cargo de Deidara, pero era el otro el que le preocupó más.
─No creo que puedas hacerlo, uhmm ─rio el rubio, quitando su atención de Hebi para flirtear con la pelirosa ahora que Itachi no estaba presente.
─¿Qué te hace pensar que puedes contra mí? ─le siguió el juego, esperando que todo eso no pasara a mayores. Después de todo ella había prometido llevar a Sasuke con Itachi, pero con los dos akatsukis presentes era mejor irse con cuidado.
─¿No pelearás tú también, Sakura-chan? ─preguntó Tobi con las manos en la nuca en una actitud despreocupada.
─Yo no gano nada en esta pelea. ─
Sakura esperaba que aquellas palabras la libraran, aún no entendía el porqué, pero por alguna extraña razón no podía quitarse la sensación de estar siendo estudiada por ese ninja.
─Karin, Suigetsu, Juugo, lárguense de aquí. ─ordenó Sasuke sin mirar a ninguno de sus subordinados, que aún no sabían que hacer ante aquella orden de su nuevo jefe, no podían dejarlo solo con tres akatsukis, los números no estaban a su favor.
Cuando Sasuke se dio cuenta de que ninguno le hizo caso solo falto que activara su sharingan, una mirada bastó para que los tres desaparecieran del claro. Deidara ni siquiera se inmuto o trató de seguir a ninguno de ellos, al parecer el resto de Hebi no era lo suficientemente importante como para ir por ellos.
─Yo quiero pelear contra Sakura-chan ─exclamó emocionado el akatsuki de mascara dando pequeños brinquitos.
─No seas idiota, Tobi. ¿Por qué lucharías contra Sakura-chan, uhn?
─Porque quiero saber que tan fuerte es ─ le respondió como si fuera lo más lógico del mundo.
─Déjalo para otro momento. Sakura, será mejor que te vayas, las cosas se pueden poner un poco explosivas aquí y no quiero que Itachi se ponga como loco porque saliste lastimada.
─Puedo defenderme sola. ─le retó con la mirada verde. ─pero tienes razón en que esta lucha de testosterona no me interesa.
Después de todo el entrenamiento que hacía hecho con Itachi, no le fue difícil alcanzar a los tres ninjas de Hebi, volteando hacia atrás constantemente por si Tobi la había seguido.
─Ninguno te siguió ─le dijo Karin sin parar de brincar entre los árboles, pero con su total atención en la pelea que se empezó a desarrollar atrás.
─¿Quiénes rayos eran esos? ─preguntó Suigetsu, aún con la adrenalina de lo que pensó que iba a terminar en un combate.
─Akatsuki, van tras Sasuke o cualquier ninja de Konoha. ─Les explicó Sakura mientras ella misma se trataba de concentrar en sentir las huellas de chakra de la pelea, pero su habilidad no era como la de Karin.
─Si tu tambien eres de Akatsuki, ¿por qué no estas luchando junto a ellos? ─ preguntó Juugo.
─No trabajamos de esa manera ─ contestó Sakura ─en Akatsuki todos somos independientes, mientras nuestros asuntos no perjudiquen el objetivo podemos hacer lo que queramos. No tenemos reglas como las aldeas, ni siquiera se necesita que nos llevemos bien entre nosotros.
─¿Por qué...?
─Porque los que se unen a Akatsuki no buscan reglas. Algunos entran por protección, por conveniencia o por haber desertado a sus aldeas.
─Eso no es muy inteligente ─añadió la peliroja ante lo último.
─No es muy diferente a ustedes, por alguna razón siguen a Sasuke Uchiha. ─les dijo mirando a cada uno ─Algo ganan siguiéndolo y ayudándolo con su objetivo.
El resto del camino pasó en silenció, ninguno dijo nada más por estar atentos a la pelea, escucharon múltiples explosiones durante el camino hasta que llegaron a un pueblo pequeño.
Juugo fue el que tomó la delantera, entrando a un hostal donde el encargado parecía ya conocerlo, no dijo nada cuando vio la capa de nubes rojas a pesar de que su semblante cambio.
Les dieron habitaciones lo suficientemente lejos como para no toparse con ellos ni por error, no eran muy grandes ni lujosas, las camas parecían ya haber pasado su mejor momento, pero a ninguno le importó lo suficiente.
─¿Cómo va la pelea, Karin? ─preguntó Juugo sabiendo que ella era la única que a pesar de la distancia aún podía sentir los chakras de los tres ninjas.
─Rodeada de tantas personas apenas es perceptible el chakra de Sasuke. ─les respondió ─Siguen peleando, el de la mascara no ha intervenido para nada.
─Eso es bueno. Sasuke tiene mayor oportunidad contra uno solo ─Sakura escuchó la voz despreocupada de Suigetsu, quien aparentaba no sentir preocupación por su líder, pero verlo sentado en la esquina de la cama afilando su espada mostraba totalmente lo contrario.
─¡Noo! ─Gritó Karin mientras salía corriendo de la habitación, serpenteando en los pasillos, los tres la siguieron sin preguntar nada. Una enorme explosión hizo temblar todo el lugar antes de que lograran salir.
Todos tenían preguntas, pero Karin no se detuvo en ningún momento hasta llegar a las afueras del pueblo. Ninguno la interrumpió cuando mordió su dedo y realizó varios sellos que hicieron aparecer a una enorme serpiente en mal estado.
─Manda ─susurró Suigetsu al ver al enorme animal a pocos metros de distancia. Sakura se acercó sin saber muy bien que estaba pasando cuando la voz del animal a punto de morir maldijo el nombre de Sasuke quien se abrió camino desde su hocico.
Estaba bastante sucio, sus ropas deshechas y su piel tenía varios tonos menos de lo habitual, sin contar los cortadas, quemaduras y hematomas en su cuerpo, Sakura apostaba que incluso había más de tres fracturas. Todo eso y su peinado seguía igual.
Malditos Uchiha y su cabello perfecto.
─Llevémoslo a la habitación ─ordenó Sakura mientras iba haciendo un análisis rápido de los daños que había sufrido. Entraron por una de las ventanas, Juugo cargando a su paciente, para no llamar la atención de los demás.
Lo colocaron en la cama y ella hizo un par de sellos sobre un pergamino que después de una nube de humo le dejaron todo lo que necesitaría para trabajar sin problemas.
─Vas a estar bien, Sasuke─kun ─repitió una y otra vez Karin mientras ayudaba a limpiar las heridas superficiales.
Las manos impregnadas de chakra verde de Sakura comenzaron a trabajar en el daño interno que había sufrido, el pulmón perforado y la costilla fracturada fue lo primero con lo que empezó a trabajar.
─Suigetsu, trae una de esas bolsas rojas que dicen 0-, rápido ─ordenó cuando le conecto una vía a la vena.
Los ninjas de Hebi hacían cada cosa que la pelirosa ordenaba, acercándole todo lo que pedía, ninguno de los tres había visto trabajar a un ninja médico, por supuesto que Kabuto y Orochimaru no podían entrar en esa clasificación ahora que veían como las heridas del pelinegro iban desapareciendo gracias al chakra verde que emanaba de las manos de Sakura.
─¿Estará bien? ─preguntó Juugo cuando vio como el Uchiha empezaba a recuperar color y la mayoría de sus heridas habían desaparecido.
─Todos los daños que eran mortales ya están controlados, tendrá que tomar medicamento y descansar por al menos dos días para recuperarse completamente. ─les explicó después de muchas horas de trabajo, su cara se sentía sudorosa y no podía negar que tenía hambre, pero no era la única.
─Busquemos algo de comer ─ pidió Suigetsu, sabiendo que no era el único en necesitar alimento.
─¿Algo en especial que quieras, Sakura-san? ─ La pelirosa había notado el cambio de tono en la voz del pelinaranja, ahora le hablaba con la misma voz que lo hacía con Sasuke.
─Unos dangos, si puedes encontrar. ─le pidió antes de seguir con el tratamiento de Sasuke y el resto de Hebi se fuera.
─Volvemos en un rato.
Las manos de Sakura se concentraron en una de las heridas que Sasuke tenía en su mejilla derecha. Ella había curado heridas de Itachi desde que lo conoció y era increíble el parecido que tenían los dos hermanos. Las mismas facciones que ella sabía venían de lado materno.
Dio un pequeño brinco de sorpresa cuando abrió los ojos mostrando un sharingan de tres comas, pero no se movió de su lugar y siguió con su tarea.
─Hace falta más que el sharingan para asustarme ─le dijo, ignorándolo.
─hmnp...
─-Tampoco te voy a envenenar o matar, así que relájate. Necesitas descansar. ─ ordenó.
─¿Por qué habría de creerte? Eres una akatsuki después de todo.
─Porque prometí no hacerlo.
─¿Qué fue lo que prometiste?
─No matarte, herirte o cualquier cosa que dañe tu integridad física ─mintió.
─¿A quien?
─¿No crees que estas muy hablador el día de hoy? ─ se quejó la medininj ─Ese sedante no te hace bien.
─Fue a Itachi, ¿Verdad? ─le preguntó con tristeza y furia en su voz ─ A él fue a quien se lo prometiste.
─Así es ─se rindió, no valía la pena pelear contra alguien enfermo.
─¿De dónde conoces a Itachi? ─ volvió a cuestionarla al ver que había obtenido respuesta.
─-Por ahí... ─respondió, evadiendo la pregunta pero una idea cruzó por su mente. ─ ¿Qué es tuyo Naruto?
─Es un dobe enfadoso y ruidoso ─contestó enojado.
─Pues yo creo que es una buena persona. ─sonrió al recordar al ninja de cabellos rubios.
─Entonces si eres tú.
─¿Quién soy yo?
─-La linda chica de cabellos rosas y extraño jutsu.
─¿Así que soy linda? ─bromeó, haciendo que un tinte muy leve de rosa llenara las mejillas del Uchiha al caer en cuenta de lo que había dicho.
─Fueron palabras del dobe ── se defendió poniendo una sonrisa socarrona.
