xSouh

Burakkurōzu

11: Feliz cumpleaños

─Sakura. ─le llamó, sin obtener respuesta. Se agachó y le tocó un hombro y aún nada ─ tks... molestia.

Sin detenerse a pensar mucho, se agachó y pasó una mano por debajo de sus rodillas y otra por la espalda para levantarla en brazos y sacarla de ahí, los primeros días de primavera aún resentían el invierno, sobre todo por la noche cuando el viento era helado.

Mantuvo el suficiente cuidado todo el tiempo, dándose cuenta que nunca había cargado a una persona y a pesar del clima, el cuerpo de la kunoichi estaba más cálido que el suyo.

Sintió cosquillas en el cuello cuando los cabellos rosas revolotearon con el viento al mismo ritmo que sus saltos por los tejados y con ambas manos ocupadas y sin querer moverlas mucho por temor a que se despertara, siguió de la misma forma.

Al menos olían bien, Sasuke le dedicó todo un minuto de pensamientos para descubrir a qué exactamente. Eso le servía para despejar su mente sobre la pelea que tendría pronto.

Cereza era algo muy obvio, pero también había otras cosas, no era tan dulzón como la fresa, y el nunca fue fan de lo dulce así que tampoco se consideraba un buen conocedor de sabores y olores.

─¿Sasuke? ─La voz débil de la pelirosa interrumpió sus pensamientos, volteó a verla, su cara se veía llena de calma a pesar de que sus cejas estaban contraídas tratando de enfocar la vista.

─Te desmayaste. ─ le dijo sin mayor explicación. Sasuke agradeció que fuera de noche y la oscuridad cubriera su cara porque sentía el rostro caliente de la vergüenza.

En silencio había orado a todos los dioses ninjas para que la pelirosa no se despertara, ahora no sabía que hacer o que más decir. Siguió saltando entre los tejados, ahora con una posición más rígida y sin mover un solo centímetro sus brazos. Sakura no sintió la incomodidad del muchacho, sus sentidos aún estaban aturdidos por todo aquel cambió, enfocarse en las cosas era difícil, más estando en movimiento constante.

─¿Dónde estamos? ─preguntó, tocándose el abdomen al sentirse con nauseas.

─-Seguimos en el mismo pueblo ─Le explicó, deteniéndose a una cuadra del hostal y bajándola con cuidado.

─Gracias ─sus piernas aún se sentían débiles cuando tocaron el suelo, Sasuke le ayudo los primeros pasos hasta que recuperó el equilibrio y pudo caminar sola, los pies en la tierra le habían devuelto el plano y evitó que terminara vomitando, aún así se sentía extraña por haber sido arrancada de una realidad y meterla en otra en tan poco tiempo.

─¿Estas segura? ─dudó el pelinegro, sorprendido de verla tan vulnerable cuando en esas casi dos semanas que llevaban viajando siempre se había mostrado tan fuerte y segura.

─Si, creó que estuve en un genjutsu bastante poderoso, es todo ─le explicó, aunque realmente no sabía si esas palabras eran para el Uchiha o para creérselo ella misma, cada momento de aquel sueño había sido tan real, ella recordaba perfectamente cada segundo, cada palabra. Había sentido la brisa en sus brazos y el pasto entre los dedos de sus pies.

─¿Un genjutsu? ¿De quién?

─No lo sé, pero no podía disiparlo y estoy entrenada para ello

─hmnp...

Sasuke se dio cuenta que eso era lo primero que realmente sabía de Sakura aparte de esa técnica de chakra que había mostrado en la guarida. Ella había entrenado genjutsu, muy seguramente con Itachi.

─¿El "hmnp" es marca Uchiha? ─preguntó Sakura con gracia, caminando a pasos lentos hasta donde estaba el resto de Hebi, la calle estaba completamente desierta, y por las estrellas no necesitó preguntar para saber que ya era más de media noche.

─¿Hace cuánto que conoces a Itachi? ─ el nombre de su hermano le había causado un desazón en la boca, no podía olvidar que había sido el asesino de toda su familia, pero el necesitaba respuestas de porque esa kunoichi estaba ahí, guiándolo hasta su hermano.

─Bastantes años... ─susurró Sakura, perdiéndose en el recuerdo de la primera vez que lo vio en los bosques del país del fuego. ─Yo tenía siete años.

─¿Y te dejó ir con él? ─preguntó con sorpresa, aunque cayó en cuenta de que su pregunta era solo cuando se habían conocido. Aún así no se imaginaba a Itachi cargando a una niña de siete años para todos lados.

No sería justo para nadie que eso hubiera pasado, el había tenido la misma edad cuando pasó lo de la matanza Uchiha, y si Itachi le hubiera pedido a Sasuke que se fuera con él después de matar a toda su familia, tal vez él se hubiera ido.

Sasuke siempre había admirado a Itachi, el era su hermano mayor, el mejor en todo.

Si él le hubiera dicho algo más que "Solo fue para probarme" Sasuke le hubiera creído y hubiera ido con el con los ojos cerrados y sin preguntar nada.

─Fue una serie de cosas que quizá solo pasaron porque fue el momento indicado y el lugar correcto ─explicó Sakura, notando lo denso que se había puesto el ambiente.

─hmnp...

─Viajamos juntos cerca de dos años antes de que se uniera a akatsuki ─continuó hablando, sin saber que para Sasuke aquello era echarle más sal a la herida, pero tampoco dijo nada, en el fondo quería saber más de Itachi y de esa ninja. ¿Qué eran ellos? ¿Ella era la novia de Itachi?

─¿También buscas el poder de los bijus? ─le preguntó, recordando que Orochimaru más de una vez le había hablado del tema, mucho más cuando descubrió que hablarle de Naruto y la gran fuerza del kyuubi fue la mejor motivación que alguien podía poner en los oídos de Sasuke para que entrenara hasta desfallecer.

─¿El poder de los bijus? ─repitió con gracia ─No, la verdad es que no me importa el poder de los bijus. Ni siquiera el poder o fuerza económica que representa Akatsuki.

─¿No quieres poder?

─¿Poder, para qué? ¿para invadir una aldea y matar a todos a mi paso? ─dijo, recordando lo que había hecho Orochimaru ─No pertenezco a ninguna aldea, así que no siento tener cuentas pendientes con nadie.

─hmnp... ─Sasuke se perdió de nuevo en sus pensamientos al no recibir más respuestas, su mente seguía acomodando las piezas del rompecabezas que estaba haciendo de la pelirosa, cada vez eran más, pero ella no le daba muchas pistas.

Los pocos metros que les faltaban para llegar al hostal pasaron en silencio, Sakura ya se sentía mejor, pero su mente seguía en el extraño lugar que había visto, ni siquiera notó cuando Karin apareció frente a ellos con la respiración agitada y varios cabellos fuera de lugar, al lado de ella estaba Suigetsu y Juugo, ambos cargando bolsas de equipaje.

─¡Sasuke! ¡Sakura! Tenemos que irnos ya ─ Habló Karin, entrecortado debido a la falta de aire y nerviosismo.

─¿Qué pasa? ─preguntó Sakura, tomando su propio equipaje de las manos del pelinaranja.

─He sentido ninjas de Konoha acercarse. ─explicó, apuntando en dirección al sur. Sakura y Sasuke enfocaron su atención, pero no sintieron a nadie, pero no era la primera vez que pasaba algo así que todos salieron a la salida contraria del pueblo.

─¿A dónde vamos? ─preguntó Suigetsu, cuando se detuvieron en un claro a las afueras para meter el equipaje en pergaminos con sellos de guardado y se colocaron las capas de viaje listos para salir.

─Lo ideal es ir directo con Itachi ─ Explicó Sakura, había estudiado el mapa que estaba en su mochila durante esos días y ya tenía planeada la ruta, si se iban en ese momento solo llegarían un día antes de lo planeado.

─¿Sabes quienes son? ─-preguntó Sasuke, tratando de conseguir información, tenía muchos años fuera de la aldea, pero podía decir que conocía a los shinobi y kunoichi que les podrían causar mayores problemas si se los encontraran.

Los cinco ninjas volvieron a tomar camino saltando entre los árboles, Sakura guío el camino manteniendo un paso a buena velocidad que todos pudieran mantener en caso que esa carrera rápida se alargara.

─Están lo suficientemente lejos como para que no los pueda distinguir, pero hay cinco que son idénticos, muy seguramente clones de sombra, pero no puedo detectar cual es el real ─-habló, sin poderse concentrar demasiado en la presencia de los enemigos por mantener el paso.

─No pueden alcanzarnos ─- Ordenó Sasuke, aumentando la velocidad y pasando a Sakura. Algo le decía que él conocía muy bien al ninja dueño de ese sello de chakra y no quería enfrentarlo en ese momento.

La pelirosa estuvo de acuerdo en eso, si bien ella en ese momento ella estaba portando la capa de la organización criminal más peligrosa del mundo, que no se molestaría si uno de sus miembros atacaba a una aldea y lo tomaban como asalto por parte de todos, Sakura no quería atacar a Konoha.

En el fondo y aunque a viva voz dijera que ella no pertenecía a ninguna tierra, Konoha había sido la aldea que la vio nacer.

Tampoco quería que fuera Naruto quien la viera.

No se avergonzaba de lo que era. Ella había elegido ese camino y lo volvería a hacer sin dudarlo. Pero el momento que compartió con Naruto fue lo más normal en toda su vida. No quería perder eso.

─¿Naruto? ──preguntó Sakura, ocultando su miedo a una respuesta positiva, no quería tener que pelear de esa forma con él.

─¿Quién es Naruto? ─-pregunto Suigetsu, alcanzando a su líder.

─Es el futuro sexto hokage de Konoha ─respondió segura la pelirosa, haciendo que el resto la vieran como si le acabaran de salir cuatro brazos más.

─Me das miedo, chicle. ─suspiró Karin por lo infantil que sonó la respuesta.

─Amargada.

─Mujeres ─se quejó Suigetsu al ver que se venía una nueva onda de pelea entre las únicas chicas del grupo.

─No puedes vivir con ellas ni sin ellas ─completó Juugo, ganándose una mirada de todos por aquel comentario, sorprendiéndolos.

─hmnp...

─-¿Dónde están ahora? ─interrumpió Sakura, tratando de borrar la incomodidad de Juugo por tener la atención de todos sobre él.

─Nos siguen como a seis o siete kilómetros, al parecer traen a un rastreador porque ni siquiera se detuvieron en el pueblo.

─Kakashi tiene perros ninjas entrenados para rastrear ─informó Sasuke, sin esperar que el resto conociera al ninja copia ─-Si viene Naruto, Kakashi viene con él.

─No podemos correr toda la vida, necesitamos una distracción ─ dijo la peliroja.

─Solo me buscan a mí ─-señaló Sasuke.

─Karin tiene razón, si nos siguen con perros podemos desviar su atención con olores. ─ les dijo Sakura, pero aún con clones de sombra, no tendrían los suficientes para lograrlo.

─Sasuke-san, préstame tu capa ─-pidió Juugo, Sasuke lo hizo, sabiendo que quería hacer, aunque ninguno de los presentes se imaginó que serían los pájaros los que les ayudarían para poder lograrlo.

No pasaron ni treinta segundos después de que las aves salieron en distintos rumbos cuando Karin les informó que había funcionado. Al menos por un par de minutos, ya que la presencia que tenía cinco chakras iguales se multiplicó tantas veces que ni siquiera las podía contar.

─Tantos puntos de chakra hacen que mi cerebro no pueda procesarlo, solamente siento una especie de interferencia al querer diferenciar cada una. ─La cabeza de Karin había comenzado a dolerle horrores, no había mentido en sus palabras al decir que su cerebro seguía intentando hacer una diferencia entre todos los puntos de chakra que había en el bosque.

Sakura se trato de concentrar, pero solo sentía presencias muy lejanas, en su mente ella veía cada energía de chakra como un cumulo de energía, una pieza en un tablero de ajedrez, cuando estaban muy lejos tan solo eran fichas, todas iguales. No se podía imaginar la habilidad de Karin para ver cientos de tableros de ajedrez.

─Se acercan, debemos aumentar la velocidad ─-ordenó Karin, llevándose una mano a la frente, tratando en vano de suprimir toda la información que le llegaba.

Sakura la ayudo, haciendo que pasara su brazo sobre sus hombros para sostenerla en caso de que terminara perdiendo la conciencia.

─Yo la llevo, Sakura-san. ─

─¿Y si los enfrentamos? ─resolvió Suigetsu, pasando su mano por el mango de la espada que llevaba en la espalda y con una sonrisa listo para lucha.

Sakura sintió que el corazón se le iba a los talones, sabía que no tenía la obligación de luchar con ellos, aunque en ese momento y por su capa, no dudaba que fuera la primera que atacaran, tampoco dejaría solos a Hebi.

Si decir que en esos momentos su misión era llevar a Sasuke con Itachi la hacía sentir menos culpable, usaría esa excusa.

─No vamos contra Konoha ─Sentenció Sasuke, que sin saberlo había logrado que Sakura volviera a respirar y agradeciendo mentalmente esa decisión.

No es que fuera tonta o doble cara, Sakura aun respetaba la bandera de Konoha aunque nunca llegó a portar un protector de esa aldea, pero era la tierra por la que sus padres habían muerto, por la que Itachi había sacrificado todo y por la que Sasuke había perdido todo sin ser culpable de nada.

Las ideas de pertenencia que iban y venían por su mente a su antojo era algo que le daba dolor de cabeza, ya no sabía como sentirse ni a donde pertenecer.

─¡SASUKEEE! ─Sakura había sentido venir al ninja pero con tantos clones que eran, no había estado segura que ese fuera solo un clon.

El Uchiha había desenvainado su katana en tiempo record, incluso Karin se había sorprendido al ver la nube de humo aparecer medio segundo después.

Los integrantes de Hebi se quedaron viendo entre ellos sin decir una palabra, tratando de descifrar en qué momento ese clon se había acercado tanto, dándoles una idea de la gran cantidad de clones que tenía que haber para apenas poder sentir sus niveles de chakra.

─¿Qué fue eso? ─preguntó Karin.

─Naruto ─contestó Sakura, tratando de asimilar al ninja de cabellos rubios y todos los cambios que había tenido.

─-¿Ese era Naruto? ─ rio Suigetsu con burla ─no parecía muy fuerte.

─Te derrotaría en diez minutos ─ le dijo Sakura con un orgullo que paso desapercibido para el albino debido al reto que le puso.

─Por supuesto que no, princesa. ─le respondió galante, volviendo a posar su mano en el mango de la espada, algo que hacía seguido.

─No lo derrotaría en diez minutos ─la voz seria de Sasuke rompió el ambiente que se había formado, la mirada de Suigetsu se volvió altanera al ver que su jefe le respaldaba e infló el pecho. ─con cinco minutos le bastarían al dobe.

Sakura se rio con ganas después de aquel comentario y Suigetsu viajó con mala cara el resto de la noche. No descansaron hasta que el sol comenzó a salir y Karin detectó que habían dejado a Konoha lo suficientemente atrás para poder relajarse un par de horas.

Cuando el sol de ese día empezó a ponerse, Sakura supo que no faltaba mucho para llegar al lugar acordado, podía sentir la presencia de Kisame desde muy lejos mientras el ambiente con Hebi se ponía cada vez más denso.

Cuando vio al ninja azul con la capa de Akatsuki, dio por terminada su aventura de dos semanas con los ex prisioneros de Orochimaru, haciendo que sintiera un vacío en el pecho que no se llenó ni cuando Kisame la levantó en brazos y empezó a girar con ella.

─¡Feliz cumpleaños, Sakura-chan! ─gritó feliz con una voz demasiado infantil para su complexión y fama.

─Me vas a asfixiar, Kisame ─se quejó sin poderse liberar del abrazo de eso.

─Pero me lo debes, te fuiste sin despedirte de mí. Eres la peor compañera que alguien puede pedir.

─Y tu el peor dador de abrazos.

─Bueno bueno... pongámonos serios. A partir de aquí solo el Uchiha puede pasar.

La sonrisa maligna, enseñando todos los dientes puntiagudos no fue sorpresa para ninguno de los ninjas de Hebi, aunque aún estaban aturdidos por la bienvenida que el ninja de chigiri le dio a Sakura, y más aún que ese día fuera su cumpleaños y nunca les hubiera dicho.