xSouh

Burakkurōzu

17: Pergamino

Los pasos de Tsunade fueron seguros mientras subía las escaleras y recorría el pasillo hasta llegar a la habitación donde estaba la persona que le había sacado de su coma, esa era una reunión que no podía postergar ni, aunque quisiera, algo le decía que tenía que reunirse con ella cuanto antes.

Ya se había puesto al día con los reportes de misión que habían llegado a sus manos, incluso aquellas que no eran oficiales, considero el de Hyuuga Neji y Nara Shikamaru como de máxima prioridad.

No fue difícil adivinar que las personas que estaban tras la madera ya la esperaban, la puerta estaba entre abierta, y podía sentir su presencia al otro lado, tocó un par de veces antes de pasar.

La única cama de la habitación estaba empotrada en la pared del frente, las paredes eran de un color azul desgastado y los pisos seguro tuvieron una mejor época, la lampara de noche era lo único que iluminaba el lugar, logrando que los rasgos de la persona que estaba en la cama no fueran tan definidos para un ojo humano común.

Tsunade perdió la cuenta de las veces que había entrado en el palacio del Fuego, con suelos alfombrados y pesadas cortinas. Ni siquiera el Damyö sentado en su silla se veía tan imponente como lo hacía la mujer en esa cama, con el ángel de la muerte a su lado.

Su mirada parecía perdida, pero la rubia no se podía quitar la sensación de ser estudiada en cada movimiento, algo curioso para alguien que estaba acostumbrado a estar del otro lado del escritorio.

Neji había hecho bastante hincapié en su edad, no es que no hubiera creído en sus palabras, pero verlo era diferente. La firma de la mujer era débil, pero sola la cercanía logró que su propio chakra eferveciera al reconocerlo, entonces se dio cuenta de la gran cantidad de energía ajena que circulaba por su sistema.

─Buenas tardes, Sakura-san ─ habló, insegura de si debía usar el honorífico.

─Buenas tardes, Tsunade-sama ─ La voz jovial de la mujer no le sorprendió, sus ojos se acostumbraron mejor a la poca luz y pudo distinguir mejor sus facciones.

El hombre sentado a su costado afianzó su posición cuando ella dio un paso al frente, haciendo notar que no confiaban en ella.

Akatsuki.

Recordó Tsunade, olvidando por un momento que una ninja desertora de alguna aldea había sido la única capaz de ayudarle. Y aun así eran tan parecida a Daiji que daba miedo.

─Dime, Sakura. ¿De qué aldea eres? ─Preguntó, sabiendo que la respuesta solo la iba a destruir al recordar a una vieja amiga que murió y ella ni siquiera lo supo.

─No pertenezco a ninguna aldea. ─La respuesta, en una voz monótona no la sorprendió, volteó a ver al hombre que se ocultaba en una capucha.

─Tal vez no perteneces a ninguna aldea, pero fue Konoha quien te vio nacer.

─Nacer en un lugar no significa que pertenezca a ese sitio.

─Nadie puede entender eso mejor que yo. ─La imagen de su hermano y Kato Dan vinieron a su mente. ─Pero el parecido con tu madre es algo que no se puede negar. Eres una Haruno, la hija de Daiji.

Sakura sintió como su corazón se aceleraba al escuchar el nombre de su madre, su cuerpo débil y su mente aun nublada por la inconciencia solo logró que perdiera el aliento, la mano de Itachi se apoyó en su espalda, dándole estabilidad, sus dedos afianzados en hombro, mostrando sus dedos blancos con uñas entintadas en negro.

La segunda parte del reporte volvió a su mente, no podía olvidar aquello.

─Mi madre murió hace bastantes años. ─respondió, ignorando todas las sensaciones que aún no podía sacar de ella.

─Hay algo que aprendí hace mucho tiempo, Sakura. ─una pequeña sonrisa llena de nostalgia llenó su cara, formando ligeras arrugas que apenas se notaban. ─Por mucho que quieras huir de Konoha, la voluntad del fuego siempre te traerá de regreso, sin importar lo mucho que quieras olvidar y jamás volver. Por eso estas aquí hoy, por eso volviste a pesar de no tener ninguna razón lógica. y no solo tú. Itachi Uchiha, tu no estas en una posición diferente. La voluntad del fuego no es un señor feudal, un hokage y mucho menos el concejal; asesinaste tu clan...

─Frente a mí, no vuelva a decir que Itachi asesinó a su clan como si fuera cualquier cosa.

─Tranquilízate Sakura, no vale la pena. ─le calmó el pelinegro, descubriendo su rostro con el movimiento.

─No Itachi. No tienes porque bajar la cabeza ante alguien, no cuando todo Konoha debe estar agradecido por lo que hiciste y sacrificaste esa noche.

─¿De qué estás hablando, Sakura?

─¿No haz leído los reportes de tu propia aldea, Tsunade? ¿Eres ignorante de todo lo que se ha hecho en la oscuridad para que la voluntad del fuego pueda seguir encendida? ─preguntó, perdiendo por primera vez la calma, siseando las palabras con coraje. ─No puedes fingir ignorancia cuando incluso Orochimaru tenía pruebas físicas de ello.

─Basta Sakura. ─le regañó el Uchiha, siendo la primera vez desde que ella tenía memoria que eso pasaba.

La pelirosa no tenía nada en contra de Konoha, siendo parte de una organización como Akatsuki y aprendiendo a ver los colores grises en el mundo ninja, podía entender como funciona el mundo, pero no podía soportar que alguien que se benefició del sacrificio de su casi hermano hablara de forma tan fácil de él como un simple asesino.

─Perdón, Itachi. No se preocupe, Hokage. Saldremos de Konoha cuanto antes.

─Ninguno de los dos saldrá de esta habitación sin explicarme que rayos quisiste decir con eso, Sakura.

Sabiendo que las cartas ya habían caído sobre la mesa, tendrían que pelear contra toda Konoha para salir vivos, los números no estaban precisamente a su favor, Itachi se retiró por completo la capucha que lo cubría, sus cabellos enmarcando su rostro de piel clara y ojos oscuros. Tsunade contuvo el aliento, no era lo mismo haberse enterado de su muerte y después saber que no había muerto a tenerlo de frente.

─¿Cómo es que estas vivo? Sasuke Uchiha te mató.

─Ambos estamos parados por la misma causa. ─respondió, con una voz más aterciopelada de lo que la rubia esperaba, tampoco se perdió el detalle de la forma llena de cariño con la que veía y se refería a la pelirosa con esas palabras.

Las manos del Uchiha comenzaron a moverse en una serie rápida de sellos sobre un pergamino que Sakura jamás había visto en toda su vida, pero que Senju reconoció como una técnica secreta para almacenaje de documentos clasificados, misiones por encima del rango S, guardadas solo para ninjas que superaban la elite.

Un nuevo rollo de papel apareció frente a ellos, con dos de cera que la rubia identificó, el primera era negro, Raíz. El segundo de color rojo oscuro, ANBU.

Tsunade no sabía que esperar cuando tuvo el papel en sus manos, ambos sellos violados mientras sus manos temblorosas lo abrían. Sus ojos se pasearon por toda la hoja, leyendo rápidamente las palabras mientras su cerebro procesaba toda la información.

─Esto no puede ser real. ─ fueron las únicas palabras que pudieron salir de sus labios cuando terminó, pero las firmas estaban ahí. No podían ser falsas, no cuando tenía ambos sellos.

─Lo es ─

─Sí todo esto es verdad, no existe razón para que estés en el libro Bingo. Al menos no en el de Konoha, incluso podrías volver. ─ suspiró cansada Tsunade, tomando asiento en la única silla que había en la habitación.

─Mi intención no es regresar. No después de todo lo que he hecho. ─- dijo Itachi.

─En esta aldea todavía existe un idiota más grande y tiene personas que lo esperan con los brazos abiertos.

Sakura no podía creer aquellas palabras, ella no había vuelto a Konoha para quedarse, pero tal vez y solo tal vez Tsunade tuviera razón con todas las cosas que había dicho sobre la voluntad del fuego, porque no podía negar que algo en su pecho se encendió cuando escuchó esas palabras.

─Yo...

─Aún así las cosas no son tan fáciles como me gustaría que fueran. ─interrumpió Tsunade. ─ Si bien la mayoría de la población de Konoha es civil y están poco informados sobre los temas políticos y ninjas, tu nombre es una leyenda a voces, Itachi Uchiha. No todos se adaptan a lo nuevo de la misma forma. Si deciden quedarse tendrías que manejar un perfil bajo, al menos hasta que las cosas se enfríen un poco con la muerte de Danzou y el resto de la historia.

─No creo que...

─Solo lo diré una vez más Uchiha. ─Dijo Tsunade, regresando a la actitud mandataria a la que estaba tan acostumbrada ─Puedes quedarte en Konoha, gran parte de la aldea esta en reconstrucción, pueden tomar un departamento en el barrio civil, ni siquiera están obligados a ser parte del cuerpo ninja, aunque no dudo que serían de gran ayuda con los tiempos que se vienen.

Las miradas que se intercambiaron ambos no pasaron desapercibidos para la mujer, no les ocultó sus intenciones sobre unirlos a las fuerzas de Konoha. La guerra estaba cerca y no sabían contra que se enfrentaría, tenerlos de su lado era simplemente estrategia básica.

Hizo una nota mental para buscar en las bibliotecas restringidas todo sobre lo que acababa de leer en ese pergamino, llegaría al fondo del asunto. Danzou ya estaba muerto, pero si descubría algo irregular en el asunto, se encargaría de que los culpables pagaran. Ella misma era una Senju, conocía la historia entre su familia y los Uchiha; y el Sendaime también. Le parecía imposible que se hubiera tomado la decisión de eliminar uno de los clanes nobles por completo sin antes llegar a negociar.

─Acepto. ─Respondió el pelinegro, grabando una sonrisa en la rubia. ─Para Sakura no debe de ser tan difícil, ella no esta inscrita a ninguna aldea, como Akatsuki su identidad tampoco fue muy conocida, no tendría problemas si quisiera unirse como Kunoichi.

─Me encargaré de que uno de los ANBU los lleve a un departamento donde puedan quedarse y estar cómodos.

─Me gustaría tomar posesión del Distrito Uchiha, el complejo se encuentra en las orillas de la aldea, sería lo mejor.

─Después de la invasión de Pein, muchas de las casas fueron demolidas, ya que no ha habitado nadie ahí desde... desde la matanza del clan, nadie ha entrado a restaurar.

─No es necesario que nadie entre a restaurar. ─pidió Itachi. ─ yo personalmente lo haré.

─Bueno, esas tierras han sido de tu familia desde que se fundó la aldea, no veo porque no debas tenerlas.

Cuando Tsunade dejó la habitación, Sakura aún no podía creer todo lo que había pasado, tenía ganas de salir corriendo para gritar feliz. La sonrisa de su cara no se pudo borrar a pesar del agotamiento que sentía por todas las emociones del día.

Itachi solo pudo observarla dormir, quitó un mechón rosa de su cara, viendo como sus labios aún se levantaban en sueños. Lanzó un suspiro antes de él también caer en los brazos de Morfeo, preparándose mentalmente para el día siguiente.

696969696959585858585858585

Neji Hyuuga apareció antes de que el sol se asomara entre las montañas, saludó con un pequeño asentimiento y los guio a las orillas de la aldea, no había muchas casas cerca, los Uchiha siempre se habían mantenido distantes del resto de la población, después de la matanza las cosas no cambiaron mucho, nadie quería vivir cerca del lugar donde todo un clan había sido asesinado a sangre fría.

El Uchiha tenía años que no pisaba el lugar, Neji se despidió cuando llegaron a las viejas puertas de madera. El tiempo no les había pasado en vanó, Sakura observó la pintura desvanecida y los emblemas de la familia que apenas podían notarse.

─Nos encargaremos después de la barda perimetral. ─le dijo Itachi, observando el lugar donde antes estaba la calle principal. Ahora solo quedaban escombros y vegetación baja.

─¿Cómo es que la barda esta intacta y dentro parece que pasó un tsunami? ─

─La barda está protegida con sangre y chakra de decenas de Uchiha, puede verse vieja y decaída, pero hace falta más que una invasión para acabar con ella.

─Deberíamos de poner muchos árboles aquí ─sugirió la pelirosa, pensando que un bosque sería más hogareño que un pueblo fantasma sacado de cine barato. ─Leí un jutsu que nos podría ayudar. ¿Qué casa quieres dejar para vivir?

Elegir la principal, que estaba en medio del complejo hubiera sido lo más fácil, pero lo último que quería era vivir en el lugar donde había matado a sus padres. Itachi eligió una al azar, lo suficientemente a la orilla para no recordar quién vivía ahí.

Era de dos plantas, con el tamaño adecuado para una familia completa, a Sakura le gustó en especial la terraza en el segundo piso y las rejillas que la rodeaban. El lugar era especial para sembrar muchos tipos de yerbas, no descartaba la idea de crear su propio invernadero para plantas medicinales.

Nunca había vivido en un lugar fijo como para pensar en remodelar a su gusto y con planes a futuro, la sola idea de hacerlo le emocionó mucho más e Itachi también lo notó.

─Podemos dejar las casas de la zona sur para almacenar todo, el resto será un hermoso bosque con lago incluido. ─ dijo emocionada sacando un sofá viejo para llevarlo a la hoguera donde quemarían lo que no necesitaban o era muy viejo para ser guardado.

─Sakura-chan...

─Naruto-kun, ¿Qué haces aquí? ─La masculina y a la vez infantil voz que había mantenido en su memoria por muchos años la sorprendió. Ahí estaba Naruto, parado frente a ella e igual de sorprendido por la presencia del otro.

─Cuando escuché que Ino habló sobre alguien con el cabello rosa solo pude pensar que eras tú. Fui con Tsunade-oba-san y me dijo que estabas en este lugar. ¿Qué haces aquí, Sakura-chan? ¿Por qué estas en la casa del Teme?