xSouh

Burakkurōzu

20: Verdad

La puerta de la oficina del Hokage se estrelló contra la pared, irrumpiendo el silencio de la tranquila mañana, el sonido de las sandalias ninjas resonaron, advirtiéndole a todos que ese día Tsunade Senju no estaba de humor.

Uno de los ninjas de confianza ya le había informado lo que encontraría en su escritorio. Cuando vio el pergamino con el sello oficial supo que la situación no podría llegar más lejos.

―Pantera―llamó a uno de los ninjas ANBU en su nombre clave, el ninja no tardó ni tres segundos en aparecer al lado del escritorio. ―Manda llamar a todos los jefes de clan.

Rompió el sello, encontrándose lo que ya esperaba: Una orden oficial para la captura y detención de Sasuke Uchiha.

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La sensación de estar en una nebulosa invadió su cuerpo de nuevo. Se sentía tan liviano y a la vez con el mismo peso del plomo. No era consciente de su cuerpo, pero el dolor que sentía solo se podía comparar con un martillo atacando su cabeza y no tenía fin.

El primer estruendo no fue capaz de sacarlo de la inconsciencia a pesar de haber movido los cimientos de Konoha entera, pero algo estaba pasando y sus sentidos ninjas dispararon suficiente adrenalina a su cuerpo para que en la segunda explosión se sentara sobre la cama buscando saber que pasaba.

Las paredes blancas le resultaron familiares de otra época, el olor a antiséptico inundaba la habitación y la máquina que media su frecuencia cardiaca había aumentado el ritmo. Sasuke no sabía que estaba pasando, pero necesitaba salir de ahí. Sus últimos recuerdos vinieron a su mente, los que alguna vez fueron su equipo y... ella.

Pero no podía ser cierto. No. Sakura no podía estar en Konoha. Ella era un Akatsuki.

A menos que se hubiera enterado de la verdad y ella también quisiera vengar a Itachi... eso podía tener algo de lógica en cabeza. De cualquiera manera tenía que salir de Konoha. Jaló todos los cables conectados a su pecho y sintió una punzada cuando todas las mangueras conectadas a sus venas salieron.

Se quitó todo salvo la pulsera de restricción de Chakra, el maldito aparato no se podía quitar, además absorbía toda la energía que trataba de usar dejándolo como cualquier civil común y corriente.

Tuvo que utilizar los árboles para salir por la ventana del hospital, sea lo que sea que estuviera pasando tenía que ser grave para requerir a todos los ninjas de la aldea y dejarlo sin guardias que no dudada que le habían impuesto. Pudo ser más listo y aprovechar la oportunidad para escapar de la aldea, pero sus pies lo llevaban a cada paso hasta donde estaba todo el alboroto.

Nadie volteó dos veces a verlo a pesar de llevar un pijama de paciente de hospital y unas muñequeras restrictoras que cualquiera que sumara uno más uno podría ponerlo como alguien peligroso. Todos corrían en sentido contrario, un niño chocó contra él antes de que la madre lo jalara de brazo sin importarle mucho las gruesas lagrimas que brotaban de los ojos del pequeño.

Todo parecía venir desde la parte norte de la ciudad, cerca del muro perimetral, maldijo cuando se dio cuenta que no llevaba sandalias y las piedras se encajaban en sus pies pero ignoró el dolor y llegó hasta donde un hombre con capa negra y nubes rojas estaba.

―Vas a pagar, Madara. ―escuchó el grito inconfundible de Naruto, alertando a Sasuke. El pelinegro se mantuvo al margen, viendo al rubio sin heridas aparentes por su encuentro con él, también estaba el hombre que le había hablado de Itachi. Madara.

¿Qué hacía ahí?

―Hubiera pensado que ya estabas muerto, Jinchiriki. Que todos estaban muertos. ―rio el hombre, con una personalidad totalmente radical a como se mostraba como Tobi. ―Mandé a Sasuke primero para que los matara. Sinceramente esperaba más de ese niño.

―Deja de manipular a Sasuke, bastardo. ― Sasuke estaba a más de diez metros de distancia del rubio y aún así pudo escuchar los dientes de Naruto crujir, estaba por salir y decirles a todos que se callaran de una vez, que dejaran de hablar de él como si fuera una marioneta o alguien a quien manejar.

―Si tienes un problema con Konoha, arréglalo tú mismo, Madara. Deja de usar a otros para lograr tus fines. ―Ninguno se movió de su lugar cuando la mujer apareció frente a ellos sin quitar su vista de Madara, importándole poco que sus ojos se volvieran rojos.

La falta de sorpresa por parte de Naruto fue algo nuevo, sabía que el rubio conocía a Sakura, hace muchos años, y también la había visto cuando los guio con Itachi. Naruto sabía quien era ella. ¿por qué estaba tan cómodo de que una Ninja renegada estuviera en Konoha?

―Así que aquí fue donde te escondiste, pequeña bruja. ―se burló el Uchiha―Después de la muerte de Itachi a manos del idiota de Sasuke creí erróneamente que habías muerto al igual que Kisame, o mínimo que ahora que tu perro guardián ya no estaba te irías a morir sola a una cabaña olvidada. Después de todo Itachi y tú jamás le fueron fieles a Akatsuki.

―Yo jamás fui fiel a tus beneficios personales, Madara, pero eso no quiere decir que no pelearía por ellos. No por Akatsuki. Por Itachi, por Kisame e incluso el resto. Pero fue buena jugada manejarlos desde la máscara de Tobi, los llevaste a todos a los brazos de la muerte.

Sasuke aún no podía creer todo lo que estaba pasando, ni siquiera podía ocultar las emociones de su rostro, quería entender qué era lo que veía, saber si solo era otro sueño. Quizá murió durante su pelea con Naruto y todo esto era su imaginación. Pero Sakura estaba ahí, podía sentir su chakra, era ella. Era Naruto. Ni siquiera las alucinaciones podían llegar tan lejos.

―Dejar de manejar a Sasuke con medias historias y poesías baratas, Madara. ―

Para Sasuke fue una sorpresa que Sakura apareciera, pero en el fondo el esperaba que pasara. Pero que Itachi estuviera a menos de cincuenta metros de él era algo que nunca jamás pensó. Sus redes de chakra estaban bloqueadas, pero aún era capaz de sentir su firma, no podía ser de nadie más. ¿Cómo?

―¿Te sorprende que esté vivo, Madara? ― la voz burlesca de Sakura sacó de sus pensamientos al menor de los Uchiha, poniendo atención a la conversación. Sus niveles de chakra estaban tan atenuados que nadie se había dado cuenta que el estaba a unos pocos metros.

―¿Cómo? ―preguntó el mayor, sin salir del asombro.

―Akatsuki quería un ninja médico, el mejor. Y lo tuvo. ―volvió a hablar el Uchiha de coleta.

―Uchiha Itachi. ―murmuró Naruto Uzumaki sin apartar la vista del hermano mayor de su mejor amigo, el estaba tan sorprendido como Madara. No podía creer que estuviera vivo y justo en Konoha. Verlo era algo irreal, parado frente a uno de los hombres más peligrosos del mundo ninja sin temor. El resto de los escuadrones de jounnin y ANBU mantuvieron su distancia temerosos ante los dos ninjas renegados frente a ellos, cada uno con su propia leyenda en su espalda.

―¿Qué rayos esta pasando aquí? ―gritó la Godaime, llegando lo más rápido que pudo después de recibir el informe de sus ninjas e interrumpiendo la reunión con los jefes de clanes.

―Muchas piezas del tablero han cambiado, incluso otras volvieron de la muerte. ―habló Madara, ganándose la atención de todos. ― Mis planes también cambian. Nos volveremos a ver, aunque yo que ustedes no pensaría en que volveré a ver a Mitokado Homura.

―¿Qué quieres decir con eso?

―¿Creyeron que vendría solo a platicar? Después de todo ese hombre junto con Sarutobi Hiruzen orquestaron la matanza del clan. Aunque hay personas que olvidan muy pronto, ¿verdad, Itachi?

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―Si lo que dice Uchiha Madara es cierto, ya no tendremos que preocuparnos por la petición de esta mañana. ―habló un hombre con la cabellera castaña llena de canas.

―¿Cómo puedes hablar así, malnacido? ―gritó una mujer entrando en la habitación, lo suficientemente vieja como para que sus pasos fueran inseguros a pesar del entrenamiento ninja de su juventud. ―Mitokado Homura es parte del consejo de Konoha, un hombre de mucho respeto, así que exijo que cabeza de Uchiha Sasuke y Uchiha Madara por la muerte de dos miembros importantes del País del Fuego.

― Danzō Shimura, Homura Mitokado y Koharu Utatane, los tres son acusados por planear y llevar a cabo actos en contra de uno de los clanes de Konoha, además de ser los autores intelectuales del genocidio del Clan Uchiha, actuando a espaldas del Tercer Hokage, Sarutobi Hiruzen.

―¿Qué te hace pensar que actuábamos a espaldas del Hokage, niña? ―se burló la anciana antes de que fuera apresada por dos ninjas enmascarados y sacada de la sala, dejando los lideres de los clanes sin palabras ante lo último.

―¿Qué quiere decir con eso, Hokage-san? ―preguntó Hyuuga Hiashi, ocultando el nerviosismo en su voz. Si las personas que habían creído sus justos lideres le habían hecho a uno de los clanes más poderosos del País del Fuego, ninguno de los demás estuvo a salvo.

―No lo sé ―admitió derrotada y solo deseando tener una botella de Sake en las manos. ―A diferencia de los kages pasados, recuerda que yo recibí mi puesto de un muerto y estuve fuera de la aldea por muchos años, son ustedes los que más deben de saber sobre el tema.

Ninguno dijo otra palabra por un largo rato, repasando cada suceso que tuviera que ver con esos tres ninjas, esperando que ninguno de ellos hubiera puesto sus garras en su familia o clanes.

―En cuanto a Uchiha Sasuke...

―A Sasuke Uchiha se le acusa de deserción como ninja de Konoha y la muerte de Orochimaru y Danzou, dadas las nuevas noticias. Lo segundo incluso puede ser catalogado como servicios a la aldea, por lo que desde mi punto de vista y a petición de Uzumaki Naruto, puede volver a la aldea si el así lo desea.

―¿Cómo vamos a permitir que vuelva? ―gritó uno de los hombres, ganándose la mirada de varios en la sala.

―Entonces sometámoslo a votación ahora mismo. ―le silenció la Kage. ―quién este en contra del regreso de Uchiha Sasuke, levante la mano.

Solo tres personas en el grupo se atrevieron a votar en contra del pelinegro, siendo todos pertenecientes a clanes menores que en el pasado tuvieron enfrentamientos con los Uchiha.

―Eso es todo por hoy, señores. Se pueden retirar.

Para antes de que el sol llegara a lo más alto del cielo, de mayoría de los ninjas y civiles ya sabían que Uchiha Itachi estaba vivo y en Konoha. El hecho de que se hubiera enfrentado a Madara no calmaba las ansias de todos, sus lideres tenían horas en una reunión con su Kage y nade les informaba nada.

Sasuke estaba sentado en una silla en la oficina de la hokage. Si no hubiera tenido una pulsera que restringía su chakra ya habría destruido la oficina y salido a buscar a Itachi. Necesitaba saber que estaba pasando y nadie parecía querer cooperar en darle respuestas. Tampoco sabía que pasó con su equipo, si los habían apresado o lograron escapar.

―Uchiha. ―llamó la mujer líder de la aldea, parecía cansada y muchos años más vieja que cuando lo había curado.

―hmnp...

―Lo diré de forma rápida y sencilla, Uchiha. ―dijo, sin ocultar el enfado en su voz. ―Esta es tu ultima oportunidad, si en este momento dices que no, serás libre de irte de Konoha y jamás tendrás la oportunidad de regresar.

―¿Qué quieres decir con eso?

―Quiero decir que puedes redimirte y regresar a Konoha. El concejo de clanes te ha dado una oportunidad de decidir volver y ser parte del cuerpo ninja de Konoha.

―¿Aún después de la muerte de Danzou? ―preguntó, retando a la Godaime.

―Aún después de eso. Y por tus servicios te responderé tu duda. Uchiha Itachi si está en Konoha, pronto será ninja oficial junto a Haruno Sakura. Quiero tu respuesta ahora.

―Acepto. ―dijo, dándose cuenta que no dudó en su respuesta.

―Hay un ninja que te espera afuera. El te llevará a tu hogar.

―¿Qué hogar?

―Los terrenos Uchiha, por supuesto.

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―¡Teme! ―Nadie en toda la torre del Hokage se perdió del grito del rubio cuando por fin se abrió la puerta.

Lograr escuchar por el rellano de la puerta fue un esfuerzo infructuoso, si siquiera aumentando su audición con chakra lo logró, estaba terriblemente aburrido y ansioso porque Sasuke saliera de la oficina de la vieja kage y cuando la madera por fin se abrió sintió que navidad y su cumpleaños llegaron juntos.

―Llévalo a los terrenos Uchiha, Naruto. ―le ordenó la Hokage antes de cerrarles la puerta con un manotazo, ni siquiera le dio tiempo de agradecer o despedirse.

―Qué bueno que regresaste, Sasuke. ―empezó a parlotear Naruto, el pelinegro solo lo siguió en silencio mientras el hombre rubio no paraba de hablar de mil cosas que para Sasuke no eran interesantes. ― ...Entonces tenemos que ir a Ichiraku, te lo juro que el ramen esta mucho mejor que antes.

―hmnp...

―...Y también tienes que conocer la nueva tienda de libros, cuando estuve viajando con el viejo pervertido encontré cosas muy interesantes... Cierto... vamos a los terrenos de tu familia, he ido mucho ahí últimamente, que casualidad que justo cuando lo reconstruyen tu vuelves.

―¿A qué ibas tu a ese lugar?

―Porque ahí vive Sakura-chan. ―explicó como si fuera lo más obvio del mundo.

―¿Sakura vive ahí?

―¿Es que acaso estas idiota? Eso es lo que acabo de decir.