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xSouh
Burakkurozu
25: De Nuevo
La alarma de su reloj sonó una hora antes de lo que estaba acostumbrada, nunca fue una buena madrugadora, aunque ese día tenía una razón especial para hacerlo. Desde que ingresó a Akatsuki, nunca había puesto atención en el pasar de los días. Poco importaba que fuera lunes, jueves o sábado en su día a día, hacía lo mismo el martes que el domingo sin diferencia alguna. No había tiempo bueno o malo para entrenar o realizar misiones, pero al parecer eso cambiaba un poco ahora que aceptó la nueva misión de Tsunade.
No tenía entrenamiento ni clase los fines de semana con la nueva rama de ninjas médico. Además, había descubierto que les faltaba mucho trabajar en su resistencia, lo que la llevó a recordar la sonrisa malévola en su cara que les mostró el día anterior, después de todo aún no perdonaba completamente la forma en que buscaron tratarla el primer día.
―Mañana a las 05:30 los espero en entrada sur de la aldea. ―les dijo sin dar ninguna explicación. ―La asistencia es obligatoria, por supuesto. ―agregó cuando vio como alguien estaba a punto de quejarse u objetar algo.
Saltó por su ventana cuando el sol todavía ni salía y se dirigió a las puertas de la aldea en busca de sus estudiantes, llegó cinco minutos antes y aún faltaban un par por llegar.
―Es una bruja. ―afirmó uno, Yamaguchi, si Sakura recordaba bien.
―Es solo una Gennin que le gusta alardear, seguro solo es una cerebrito come libros. ― Tanaka, esta vez, estuvo segura la pelirosa.
―No lo sé, ustedes también sintieron su poder el primer día.
―Era solo un farol, Yamamoto. ―le aseguró Tanaka.
―Si piensan hablar mal de su instructor, al menos se deberían de asegurar que no esté presente cuando lo hagan, idiotas. ―La voz de Sakura no fue un regaño, incluso parecía divertida al notar como el grupo de ninjas volteaba a sus espaldas, ninguno se había dado cuenta en qué momento llegó, ni siquiera podían sentir su presencia.
―Sakura-sama ―la voz temblorosa de Yamamoto le pareció divertida, ese pequeño chunnin era de los más listos del grupo, una lastima que fuera tan inseguro y el resto lo opacara fácilmente.
―No te preocupes, Tanaka. ―le dijo, mirándolo directamente a los ojos. ―Hoy me puedes demostrar tus increíbles habilidades de Jounnin.
―Lo haré.
― Uno de los puntos clave para ser un Medininj de campo es la resistencia. ―habló, ganando la atención de todos. ―de nada les servirá ser muy buenos en ninjutsu o en procedimientos complicados si apenas tienen chakra para respirar. ―Aquellas palabras vinieron a ella como un extraño deja-vú, sin saber si las había escuchado o simplemente todo el entrenamiento que hizo años antes hizo que se grabaran con sangre en su memoria. ― Haremos una carrera rápida de sesenta kilómetros alrededor de la villa. Los que lleguen antes que yo tendrán el día libre mañana, los que lleguen después de mí, nos veremos aquí mañana, los que no lo logren, tendrán que correr durante toda la semana antes de asistir al hospital.
los murmullos antes del iniciar no se hicieron esperar, queriendo dar su opinión, la mayoría negativa, pero no fue algo que a la pelirosa le importara, les cumpliría su palabra.
―Pueden usar chakra para mejorar su velocidad, yo lo haré así que no se contengan.
A Sakura le hubiera gustado decir que todos sus alumnos habían terminado antes que ella, o al menos que solo unos pocos lo hicieron después de ella y que nadie abandonó la carrera antes de tiempo.
Los primeros cinco kilómetros habían sido fáciles para todos, incluso los poco acostumbrados a largas carreras a alta velocidad, se molestó en darles ventaja no usando chakra a pesar de las palabras que les había dicho.
A los diez kilómetros notó como alcanzó a poco menos de la mitad de los ninjas que se habían adelantado con una sonrisa bobalicona en el rostro. Poco a poco fue aumentado su velocidad, para los veinte kilómetros solo quedaban unos cuantos delante de ella y notó como sudaban a mares y la respiración se volvía cada vez más errática.
A los treinta y cuarenta kilómetros la mayoría de los chunnin quedaron atrás y solo un par de Jounnin seguían, luchando por aumentar el largo de sus pasos cuando sentían la firma de chakra de su instructora pisándole los talones, no podían perder después de la forma en que habían presumido que al día siguiente iban a dormir hasta tarde.
Todos estaban detrás de ella cuando marcaron los cincuenta y cinco kilómetros, muchos ya ni siquiera lucharon, Sakura los esperó en el punto donde marcaban los sesenta kilómetros, solo con una pequeña capa de sudor perlándole la piel que brillaba gracias a los primeros rayos del sol que se asomaban por las montañas del Este.
―Los espero a todos mañana aquí. Ya saben quiénes son los que deberán correr toda la semana. Ni siquiera intenten hacer trampa, lo sabré.
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―Me enteré de tu pequeña carrera ― Le dijo la Hokage una vez que entró tras las puertas.
―Vuelan rápido las noticias en esta aldea. ―se burló Sakura de nadie en específico, no es como su hubiera planeado mantener el entrenamiento en secreto.
―No serán rivales divertidos, no al menos en un par de meses.
La rubia se levantó de su asiento, caminando a pasos lentos pero seguros hasta uno de los estantes que adornaban una pared de la sala, abrió un cajón y sacó una botella de Sake que Sakura distinguió como de una marca de calidad a pesar de no ser conocedora del tema.
―Pero lo serán. ―
Senju sonrió, la confianza que tenía esa niña era increíble, ni siquiera sus mejores jounnin de esa edad la tenían, Neji era un inflexible y Shikamaru un perezoso. Era interesante la forma en que crecía un ninja que dejó su aldea. ¿O era solo ella?
¿a qué se debía?
Se preguntó, buscando una respuesta clara, sabiendo que quizá jamás la tendría.
―Bebe, Sakura. ― sirvió dos pequeños vasos de cristal transparente, llenándolos hasta medio centímetro bajo el borde superior y la observó de nuevo.
―Salud, supongo.
Rio, porque notó que la niña no era buena bebedora, no aún.
―Salud, por los inicios rápidos y los estudiantes estúpidos.
―Por los estudiantes estúpidos.
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El hombre volteó a ver a sus compañeros, habían estado juntos tanto tiempo que le sería raro separarse de ellos, la mirada que le regresaron fue un pequeño asentimiento.
―Listos para atacar. ―
―Formación tres. ―
―En cinco, cuatro, tres...
―¿Qué creen que están haciendo? ―preguntó el hombre que habían estado observando en el claro, gritó, mucho y muy fuerte de la pura sorpresa.
―¿Co-cómo? ―preguntó, viendo como un joven rubio que había estado asando un pescado en un claro del bosque desaparecía en una nube de humo.
―Les dije que esto era estúpido. ―se quejó alguien más, su voz malhumorada y más profunda que la del primer hombre dejó sin habla a los otros dos, a Hikari solo le tomó medio minuto acabar con ellos y otros cinco tenerlos amarrados.
―Es solo una misión, Sasuke, nuestra primera misión como equipo siete desde que volviste. ―lloriqueó Naruto, sin poder ocultar la alegría de hacer aquellos trabajos por muy absurdos que fueran.
―una misión que podía completar un gennin recién graduado de la academia.
―Kakashi se decepcionaría si nos viera haciendo estas misiones. ―aceptó la castaña. ―atrapar al gato de Sakemi-san fue más difícil.
―Veámoslo como dinero fácil. Vayamos a comprar dulces en la tienda que esta por la calle del parque.
Sasuke suspiró, derrotado. Pudo haber fingido que no iría, que regresaría a casa a entrenar o algo, pero no lo hizo, al final siguió al rubio a la torre del Hokage a entregar el informe de la misión y dejar a los delincuentes a la prisión de Konoha.
―Debemos pedirle a la hokage una misión rango B o A.
―Eso sería muy divertido, Hikari. Tu si tienes espíritu.
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―¿Uchiha Itachi? ―preguntó el ANBU después de tocar la puerta y que un pelinegro abriera la puerta.
El ninja era joven, no tenía suficientes años dentro de las filas de la elite como para conocer en persona al pelinegro, incluso cuando era pequeño no tuvo la oportunidad, aunque había escuchado mucho de él.
―¿Qué pasa? ―la duda en su pregunta fue sincera, hasta ese momento nadie había ido a buscarlo por ninguna razón, aprovechaba el tiempo entrenando con Sakura y Sasuke sin intención de pedirle a la quita que lo reasignara al cuerpo shinobi.
―Hokage-sama solicita su presencia, por favor sígueme.
Itachi conocía los callejones y rutas que ANBU frecuentaba, en su tiempo conoció la aldea como la palma de su mano, no fue difícil seguir al muchacho de mascara hasta la torre. El ninja se colocó al lado de su líder, flaqueando su lado derecho, el del lado izquierda era una chica, su silueta era más esbelta y una larga cola de caballo castaña caía por su espalda.
―Buenas tardes, Uchiha.
―Hokage-sama. ―los dos ninjas de élite contrajeron los músculos de la espalda de forma involuntaria ante el ligero asentimiento del pelinegro, sin quitarle la vista de encima.
―Sabes que no me gusta andar por las ramas, Itachi. Así que seré directa. ―le dijo, entrelazando sus dedos y poniéndolos debajo de su barbilla, los ojos miel fijos en cada reacción que el hombre pudiera tener, estudiándolo de pies a cabeza. ―¿Qué sabes de los laboratorios que tenía Orochimaru dentro de Konoha?
―Fueron destruidos. ―No hubo titubeos en su voz, ni siquiera una pisca de duda o mentira, nada. Solo un hecho simple.
―¿Estás seguro? ―preguntó la mujer, afilando los ojos, diciendole con la mirada que no creía aquello.
―Yo mismo estaba al lado del Sendaime cuando un escuadrón ANBU informó de su destrucción.
―¿Cuándo fue eso?
―No recuerdo con exactitud la fecha, pero un par de meses antes de la matanza del clan Uchiha.
―Y... ―tanteó el terreno la rubia. ―¿Por qué crees que alguien informaría eso al Sandaime cuando los laboratorios fueron encontrados hace un par de semanas, prácticamente intactos?
Hubo varias teorías en la cabeza de Itachi. No se atrevió a decir ninguna en voz alta.
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―Buenos días, Sakura-san, Neji-nii-san. ―Saludó Hinata Hyuuga cuando vio a su primo y la pelirosa entrar en uno de los campos de entrenamiento dentro de los terrenos del clan del Byakugan.
Hinata y Tenten se habían reunido cerca del mediodía para entrenar un poco y prepararse para ascender a Jounnin y poder alcanzar a Neji que las había dejado atrás desde los primeros exámenes chunnin.
―¡Sakura-san! ¡Neji! ― se unió la castaña de molotes altos, que al igual que la heredera Hyuuga, tenía la ropa llena de polvo y un par de cortes en los antebrazos después de horas de entrenamiento. ―de haber sabido que vendrían, los hubiéramos esperado para hacer el entrenamiento un poco más divertido.
―hmm...
―Hola, Hinata-san, Tenten-san. ―regresó el saludo la pelirosa, sin sentirse con la suficiente confianza como para contestar algo a la ligera.
―Comencemos, Haruno. ― Y eso era algo en lo que Sakura se desenvolvía mejor: un reto. Ni siquiera tuvo problemas en que usara solo su apellido sin ningún tipo de honorifico, sonrió de medio lado y tomó posición de defensa.
―No te dejaré ganar solo porque estamos en tu casa, Hyuuga. ―
―No esperaba que lo hicieras.
Ninguno de los dos era un principiante y eso lo dejaron claro desde el principio, utilizaron cinco segundos enteros para observarse, ver su defensa y buscar huecos por donde atacar solo para darse cuanta de lo obvio: no había.
Las dos mujeres se alejaron lo suficiente para no terminar en medio de aquel combate pero no tanto como para perderse los detalles, ninguna sabía más de la pelirosa que lo que se contaba por las calles y en los pasillos de la torre del hokage, todo era demasiado increíble, ya fuera bueno o malo.
Neji fue el primero en moverse, se tardó menos de medio parpadeó en llegar hasta ella con un puño por delante, no iba destinado a matar, ni siquiera a herir. Solo buscaba medir la velocidad de respuesta de su oponente y no lo decepcionó. El castaño se movió con suficiente rapidez para evitar un golpe en su antebrazo y otro más en su estómago.
Sakura era directa, notó. Sus pies apenas se habían despegado del suelo para evitarlo, dos, tres cuatro pasos y ya estaba a centímetros de él, buscando acertar un nuevo golpe por encima de su estómago, falló.
El intercambió sencillo de golpes continuó hasta que los puños de Sakura terminaron en el tronco de un árbol. Si hubiera sido un ninja normal se hubiera preocupado por una fractura de los dedos o la muñeca, pero fue el pedazo de madera quien se llevó lo peor. Un golpe seco se escuchó cuando el árbol cayó al suelo después de que el tronco se partió a la mitad limpiamente.
―Eso fue...
―Eso fue justo como Tsunade-sama. ―terminó la oración Tenten. ―Había escuchado que era su estudiante, pero de eso hace apenas máximo dos semanas. No pudo... ella...
―Me tendré que poner serio. ― la voz de Neji sobresalió en lo alto, no sonaba molesto o irritado, parecía divertido mientras activaba su dojutsu.
―Fue lo que te dije desde un principio.
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