Leyenda Urbana del Distritro 3
"El Relojero" - Daniel Miranda
En la lejana nación de Panem, después de la Victoria de los rebeldes contra el capitolio, los habitantes han seguido en la restauración de la nación, día y noche y el único entretenimiento lo encuentran en esas viejas historias y rumores que aún son un misterio para el hombre. He aquí una historia que llega desde el magnífico distrito 3.
En el gran distrito 3, proveedor tecnológico del capitolio, existe una leyenda acerca de un joven enamorado, el decidió no estar en las fábricas del distrito, decidió crear sus propios inventos, era un relojero, este buscaba proteger a toda costa a su enamorada, este le regalaba a ella un reloj cada mes que pasaba, los reprogramaba con el fin de que estos se detuvieran justo cuando se cumpliera un mes. Su novia siempre agradecía a él por el detalle, ella era una científica, y con el joven compartía información sobre sus inventos e ideas.
El relojero siempre mostró algo de rebeldía hacia el capitolio y esta sería mucho más evidente la tarde de la cosecha anual, esa mañana el regalaría a su novia otro reloj, mucho más raro, un diseño representando un cazador degollando un lindo ciervo. El romance era perfecto, cada hora que ese reloj marcase, cada minuto, cada segundo significaba el tiempo que ellos se amaban, todo era tan sincronizado que el siempre llegó a tiempo para no dejar pasar un solo minuto, pero ese reloj no fue sincronizado y el le prometió sincronizar después de la cosecha. Su promesa se vió interrumpida cuando el nombre de Wiress fue seleccionado por su representante de distrito, tal fue su alteración que se tiró a la tarima, pero una bala detuvo su paso, detuvo su corazón y detuvo el reloj que le regaló en la mañana. Ella subió entre lágrimas al tren, un amigo que alcanzó a llegar a su casa captó lo extraño que era el detenimiento del tiempo en el reloj. El día de los juegos Wiress estuvo nerviosa, pero a distancia, a través de esa pantalla en el distrito 3 se dieron cuenta que tenía la mentalidad de el muchacho muerto en la cosecha, ella no lo notó, pero después de ganar y llegar al distrito nadie nunca se lo comentó, ella logró ver el reloj detenido y soltó una lágrima, al dar la espalda vió funcionando otra vez el reloj, supo que la presencia del chico, y la promesa de que el siempre estaría para ella, iba a estár presente por la eternidad.
Ella se acostumbró a este ritmo de vida, su alegría fue más cuando descubrió en la casa del chico todos los anteriores relojes en funcionamiento, llevó tantos a su casa que forró sus paredes con un TIC TAC incesante, ella vivió en un mundo de tiempo mientras fue una vencedora libre. El hecho definitivo llegó en la cosecha de los 75 juegos, ella volvió a ser elegida, Beetee quien se volvió su gran amigo durante todo ese tiempo notó su cara de despreocupación en la cosecha. Al salir en el tren, todos los relojes de su casa pararon. Todo en los juegos iba bien, y sólo un señor, quien presenció los primeros juegos de Wiress vió la misma energía presente en ella, al parecer el chico la volvería a proteger. Sin embargo, su entretenimiento, el único recuerdo de su novio fue usado al parecer sin intención por el capitolio, lo que para ella era un lindo recuerdo de que nunca estaba sola, fue cambiado a un terror que significaría la muerte. Cuando un tributo murió
electrocutado y una lluvia de sangre caía sobre ellos, descubrió extrañamente que la arena era un reloj. Lo que suponía el trauma que llevó durante su último momento, el tributo profesional la degolló como un ciervo tierno, pero donde hay muerte siempre habrá muerte, este tributo cayó junto a su compañera. Cuando Wiress terminó de respirar, los relojes en todo el distrito 3 se pararon un tiempo, quizá el chico que construyó un tiempo de amor hacia ella se llevó algo tan preciado para él que decidió no dejarlo a los humanos. El chico después de la muerte de Wiress caminó con ella de la mano, por varias zonas de Panem. Siendo tantas sus apariciones especialmente en el distrito 3, en el cual se oye un constante TIC TAC, seguido de un olor a flores y es el aviso de que ellos están cerca de las fábricas, por lo cual es necesario detener los relojes para que ellos puedan seguir en paz su camino y no quedarse cerca de las casas.
Cuando los hombres terminan las historias deciden volver a trabajar, cubiertos por un manto de estrellas, un manto que es el hogar de un amor infinito como el tiempo.
