CAPÍTULO 2
UN ENCUENTRO DECENTE Y TRATOS SECRETOS
MANSIÓN CROWNGUARD
Por otro lado, Lux había llegado a su casa, pero ahora está el doble de aterrada.
-Él lo sabe... sabe que soy una maga, no sé cómo, pero lo sabe, él va a hablar, mi vida se arruinará. Pero que estoy pensando, es ridículo ¿Por qué debería preocuparme? Yo soy una Crownguard y Sylas es... él es un criminal.
Continúe mi camino hacia mi habitación, trate de ser muy silenciosa para no despertar a nadie, ya era muy de madrugada, calculaba que eran aproximadamente las 3 de la mañana, pero sorpresivamente la puerta de la habitación de Garen se abrió.
-Vaya que madrugadora Lux.
- ¡Garen! – exclamo.
-Si tengo trabajo acumulado de parte de los iluminadores, chicos afligidos- me excuse rápidamente de una forma muy convincente.
-Mmm que terrible vida les espera. Muy dura- dijo el castaño. Seguidamente volvió a ingresar a su habitación.
-Si y la mía también, si ese criminal revela mi secreto- pensé.
Lux llegó a su habitación, digna de una persona de su clase social, grande, alfombras aterciopeladas se podían ver en el suelo, cuadros adornaban las paredes. La morada tenía grandes ventanas cubiertas con cortinas gruesas hechas con telas de la mejor calidad que podría existir.
Pegada a una de la paredes laterales del área había una cama en la que podrían dormir tres personas, almohadas de muchos tamaños, un respaldar y mesita ambos acolchonados, esta última se encontraba al final de los pies de la cama y para darle un toque más sofisticado el lugar estaba rodeado de marquesinas transparentes del mismo color de la sabanas.
Los muebles que engalanaban el cuarto, era de esos que los plebeyos solo podrían soñar, mesas y sillas de la madera más fuerte del reino, pero quizás lo más bello que estaba a la vista era la cómoda personal de Lux, misma que poseía un espejo de un tamaño estándar y otro al lado de cuerpo entero. Encima del tocador había cofres que contenían su exquisita joyería de oro dorado y blanco, fragancias corporales, maquillaje y finalmente cepillos y ornamentos para el cabello.
El cuarto tenía otras dos puertas más, una de ellas era el lugar donde la ropa y calzados de la joven se guardaba y la otra puerta por lógica era el baño.
Ella tomó camino a la segunda puerta, y entro mostrando que este era de un tamaño medio, tenía un gran espejo rectangular, una pequeño mueble donde tenía objetos de uso higiénico, una canasta la cual servía para echar ropa sucia, un retrete. Y, por último, en un rincón había una tina en color blanco con los bordes en dorado, fue directamente donde se encontraba el grifo, lo abrió y espero que la tina se llenará.
Mientras que esperaba que su baño estuviera listo se quitó la vicha de su cabello, los guantes, la armadura y el traje entero, los reemplazo con una bata completamente tejida que apenas cubría lo necesario. Se sentó a la orilla de la tina y se puso a pensar en lo que hoy había acontecido.
Cuando la tina llego al punto deseado, hecho el jabón líquido y un poco de esencia de lavanda, la revolvió con una de sus manos para completar todo.
La rubia se quitó su bata, dejando a la vista su cuerpo desnudo y entro en la tina, se recostó y cerro sus hermosos ojos azules mientras trataba de relajarse, cuando de pronto se vio pensando en el hombre bajo las mazmorras, casi no pudo apreciar detalles físicos de él, no sabía si era joven o un hombre ya entrado en años.
Paso aproximadamente 15 minutos en la tina, cuando al fin termino de bañarse, tomo una de las toallas que estaban en el pequeño mueble, se secó y se puso su habitual bata de dormir.
Ya en la cama, sus pensamientos volvieron a recaer en Sylas y lo que pasaría si él cuenta lo que ella oculta. Llego a una conclusión la cual no la hacía sentirse muy orgullosa.
-Si habla será mi fin, no puedo quedarme así. Mañana regresaré y lo sobornare, todos tienen un precio y él no debe ser la excepción.
Y con esa idea en mente, finalmente se durmió.
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Después de que la rubia abandonará la celda del pelinegro, este se había quedado muy pensativo; primero porque nunca recibía visitas y las veces que las recibía eran los guardias que entraban a dejarle "comida", bueno si a eso se le podía llamar de esa forma, ya que siempre lo que le daban es comida añeja y en ocasiones ni le daban, podía pasar días sin probar un bocado, había tenido que recurrir a comer ratas por la desesperación.
Segundo... ¿Qué hacía una maga aquí en el recinto?, acaso no sabrá que este no es el mejor lugar para aparecerse, mmm...algo le decía que esa muchacha busca algo con mucha desesperación, no cualquiera mago tiene el valor de adentrarse en este infierno.
-Tengo el presentimiento que ella volverá de nuevo, después de todo no todos los días se me aparece una mujer en mi celda. – se dijo a sí mismo el hombre encadenado.
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RECINTO DE LOS CAZADORES DE MAGOS
A la mañana siguiente Lux no se lo pensó mucho y regreso al recinto para volver a encontrarse con Sylas, iba con toda la intención de poder comprar su silencio de alguna manera.
En su camino se encontró con el mismo guardia de la noche anterior.
-Lady Crownguard, usted de nuevo por aquí- exclamo el hombre calvo.
-A mí también me da gusto volverlo a ver – dijo Lux algo seria.
- ¿Qué busca en este lugar mi lady? – indago este.
Lux lo guio a una zona apartada, para que los otros guardias no escucharan lo que le iba a decir.
-Vengo a ver nuevamente al prisionero de la prisión más aislada, ¿hay algún problema? – pregunto la chica.
-Mi lady, es muy peligroso, alguien de sus estatus no debería tomarse esas atribuciones... Solo quiero que entienda que ese tipo es muy peligroso- el soldado no comprendía la acción de la muchacha.
Lo que pensó que pasaría, el hombre pondría resistencia. Lux suspiro tendría que convencerlo de otra manera y ya tenía pensado como hacerlo.
-Como le dije el día de ayer, mi familia no sabe que estoy aquí y no lo sabrá, no tengo porque decirle que hago en este lugar, es asunto mío, pero si hay algo que le diré, recompensare muy bien su silencio y ayuda ¿Acepta? – propuso la rubia.
El hombre suspiro fuertemente, la verdad es que lo que ganaba como guardia no era suficiente para mantener a su familia y la verdad tampoco le interesaba lo que la chica pretendía hacer. Sabía que los Crownguards eran intocables y que aparte poseían mucho dinero.
-Acepto, mientras no me meta en problemas mi lady.
-No pretendo hacer eso buen hombre, tampoco manchar su historial, como le dije nadie tiene que darse cuenta de esto- afirmo Lux muy segura.
-Bien, aprovecharemos ahora que hay cambio de turno, para que no la vean- formuló el soldado.
Esta vez el hombre la llevo por un pasillo oculto a la vista de los demás, eso sorprendió a la chica.
Cuando llegaron a su destino, tomo una antorcha por aquello, no sabía si en el día el lugar sería igual de oscuro, y antes de pasar por la puerta, él guardia le dijo que el próximo cambio era en un hora que el vendría personalmente a recogerla y que tocaría la puerta para que supiera que era él. A Lux le pareció excelente la idea y finalmente entro.
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Lux iba caminando por el pasillo, pudo notar que se veía un poco iluminada, de algún lado se filtraban escasos rayos de sol, lo cual hacia la tranquilizó, el lugar dejo de verse un poco menos terrorífico. No tenía necesidad de usar la antorcha así que la apagó y la dejo puesta en una de las paredes.
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Sylas sonrió cuando a lo lejos escucho la cerradura de la puerta abrirse, sabía que era ella, por el sonido de sus zapatos de tacón. Así que se sentó en medio de su celda y espero que la muchacha estuviera en su rangos visual.
-Sabía que volvería- pensó el encadenado.
Y fue cuando la vio.
Anoche no había podido ver sus rasgos físicos, era una muchacha muy joven, quizás tendría unos 18 años, bastante pequeña, de cabello rubio tal cual el sol, no podía ver qué tan largo era este, pero si pudo observar que usaba una vincha. Sus ojos, azules que le recordaban al cielo el cual tenía más de 10 años de no ver, ella se veía algo delgada, pero no mucho, a pesar de llevar una pequeña armadura que cubría algunas partes de su cuerpo, Sylas podía ver fácilmente que si estaba muy bien formada muy acorde a su contextura. En fin, a él la comparo con esas hermosas muñecas de aparador.
-mmm por la forma en que salió corriendo, juraría que no querría volver por estos lados-inquirió el hombre dentro de la celda. Aunque en el fondo no pensaba eso.
-Si, supongo que entre pánico- dijo Lux mientras veía en detalle el lugar.
-Tal vez yo tengo un poco de culpa, tanto tiempo encerrado ha hecho que mis modales se atrofiarían.
A Lux le sorprendió eso, ya que parecía una disculpa.
-Pero, en fin, ¿Dime niña que es lo que buscas? – pregunto.
-Formo parte de los iluminadores, es mi deber esparcir la luz en todos los rincones de...
-Detente, no me vengas con esa tonta excusa, veo a una maga que esconde sus poderes e ingresa al peor lugar para los de nuestra clase. Yo diría que estás buscando algo desesperadamente - Sylas interrumpió a Lux y volvió a preguntar.
- ¿Qué es lo que quiere?
- ¿Cómo lo supiste? Ayer cuando puse un pie aquí, te enteraste de lo que soy. ¿Cómo? – la rubia soltó la pregunta que la carcomía desde anoche.
El hombre solamente se echó para atrás, hasta que su espalda tocará el suelo y dijo.
-Años en la oscuridad y de pronto entra la luz más brillante que he visto, en realidad no fue difícil avisparte, pero... Ahora que entramos en detalles, lo que en verdad te preocupa es a ¿Quién puedo decirle lo que sé? ¿No es así? – Sylas dijo esto un poco cínico y malicioso.
Esto era lo que tenía en extremo preocupada a Lux que este hombre la amenazara con decirle a alguien su secreto. Comenzó a hiperventilarse y ponerse nerviosa sus miedos se convirtieron en realidad.
-No por favor no lo hagas, te daré lo que quieras, ¿Qué es lo que quieres? – rogó Lux sonando muy desesperada.
- JA JA JA Como lo sospechaba eres de la nobleza, acostumbrados a comprar todo con su dinero, pero desgraciadamente no puede hacer desaparecer tu aflicción, así que buscas como controlarla para que mantener el nombre de tu familia en alto – expresó el pelinegro de formar muy burlesca.
Por otro lado, a Lux no le gusto para nada como le había sonado lo anterior, muy enojada olvidó su cara de frustración y nerviosismo que tenía para poner una de lo más seria y le dijo.
-Tú no sabes nada sobre mí y ya que como puedo notar tienes una percepción tan buena porque no la usas para ayudarte a reflexionar ¿por qué estás en esta celda?
-Buena pregunta, ¿Cómo acabe aquí? – le preguntó el encadenado a la chica.
- Eres un asesino- contestó la chica.
- ¿esa es la palabra que usan para referirse a mí? ¿La palabra que está en boca de todos esos señores y damas que te enseñan modales? No niña mi crimen fue haber nacido mago.
Sylas le relato a Lux la historia de su vida, como desde que era un niño nacido en una familia extremadamente pobre, tenia el don de ver la magia en otras personas, así que cuando sus padres se enteraron, por amor a su patria, lo entregaron a los cazadores de magos, su trabajo delatar a otros magos como él.
-Todo iba muy bien, hasta que empecé a sentirme muy mal por todas las visas que estaba arruinando, pero un día la encontré a ella, a la maga mas poderosa que he conocido, ungida con el poder del relámpago – Sylas se calló y volvió a recordar el maldito momento que arruino su vida.
- ¿Qué paso con ella? – curioseo Lux
- No tenia el valor de entregarla, me vi reflejado en ella, quizás tenia la misma edad que yo cuando fui dado a los cazadores, pero al final siempre la encontraron quise ayudarla, pero no se que paso, me forzaron a usar habilidades que no sabía que tenía. Todos murieron, los dos cazadores que estaban conmigo y la niña.
Lux en ese momento sintió tanta pena por el hombre frente a ella.
-Yo... era tan joven, y como cualquier humano tenia miedo, así que hui, pero al final siempre me encontraron, cuando fui capturado toda Demacia conocía mi nombre: Sylas de Dregbourne el mago mas peligroso de todo el territorio – el pelinegro termino de relatar su vivencia.
-No conocía esa historia – fue lo único que dijo Lux con cara de pena.
-Es porque Demacia no la cuenta, así que puedes seguir llamándome asesino y alégrate de que cuentas con tu privilegio para salvarte – dijo él de manera despreocupada.
Esa frase dejo a Lux algo dudosa pareciera que él no diría nada, de todas formas, no le preguntaría, el ambiente estaba muy tenso. Ella lo miro y mientras se quitaba uno de sus guantes le dijo.
-Yo lamento enserio lo que te paso, pero no tienes idea de lo que implica ser yo, vivir con miedo todos los días, pasar cada segundo tratando de esconder lo que en verdad soy.
De los dedos de Lux se veía como salía una luz muy brillante, esto dejo muy impresionado a Sylas, nunca en su corta instancia como cazador de magos había visto una magia como la de ella, tan poderosa, pero al mismo tiempo esta se encontraba muy inquieta, clara señal que ella no la controla.
Lux se volvió a poner su guante, mientras le daba la espalda al hombre, pretendía irse cuando la voz de él resonó en sus oídos.
-Un momento niña, tal vez pueda ayudarte – exclamo Sylas.
La rubia se da la vuelta y le pregunta.
- ¿Cómo podrías ayudarme?
-Vuelve, y te enseñare a controlarla.
La Crownguard se quedó un momento pensativa, no sabia si este hombre de verdad podía ayudarla de verdad, pero no tenía nada que perder así que acepto.
-Esta bien, tratare de venir mañana. Yo... Yo realmente espero que no le digas a nadie sobre esto... por favor es lo único que te pido – suplico la muchacha mientras se mordía uno de sus labios.
-Lo que te dije antes... sobre a quién podía decirle, era mentira, solo estaba jugando contigo, pero lo que dije con respecto a la nobleza eso si fue muy enserio y nadie me va a hacer cambiar de parecer – el pelinegro considero que si ella seria su "alumna" tendría que llevar una relación cordial con ella.
La maga abrió sus ojos impactada por la confesión del hombre, en el fondo se sentía aliviada no tendría otra persona más que sobornar, ya se sentía muy mal por lo del guardia, como para agregar otra carga.
Ella se acercó una vez mas a los barrotes de su celda y le dijo.
-Muchas gracias de verdad, yo tratare de venir en estos días, no sé cuál ni a qué hora, pero lo intentare.
-No te preocupes niña, como puedes ver tampoco es que me vaya a mover de aquí, puedes venir a cualquier día y hora – el hombre sonó en extremo sarcástico cuando dijo eso.
-Luxanna
- ¿Cómo? – reitero
-Mi nombre es Luxanna, para que no me digas niña – fue la respuesta que le dio ella mientras le regala una sonrisa muy suave.
- ¡Hasta entonces Sylas! Ya debo irme – la chica se despidió y se marchó.
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Cuando Lux llego a la puerta, espero solo uno cuantos segundos y escucho el toque, ese era su llamado, así que abrió lentamente la puerta y vio al soldado calvo, este solo le hizo una seña con su cabeza para que le siguiera, pasaron por el mismo pasillo de antes y cuando llegaron a la entrada del recinto ella le dio una bolsa con monedas, el rápidamente se lo guardo en el bolsillo.
-Estaré aquí muy seguido, así que nuestro trato sigue en pie – dijo Lux seria.
-Muy bien mi lady. Yo estaré aquí para ayudarle en lo que necesite – expreso el guerrero muy cortes. En el fondo no le venia el trato con la muchacha, tendría su total lealtad.
-Me agrada que nos estemos entendiendo, usted gana y yo también – a este punto a Lux ya no le importaba lo que el hombre pensara de ella.
- Como usted diga mi lady, cuando regrese búsqueme, estoy a sus servicios – se despidió.
-Hasta luego soldado.
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¡Buenas noches gente linda!
Aquí les vengo a dejar el segundo capitulo de esta historia, seque hay algunas escenas del segundo comic de Lux, recuerden que yo había dicho que los dos primeros capis, las tendrían, de igual también hay escenas de mi completa autoría.
Espero que le guste tanto como me gusto a mí, ya del siguiente capitulo en adelante nada se parecerá al comic y si en dado casi decido hacerlo, lo estaría indicando.
No olviden dejar su voto y si quieren su comentario.
Se despide cordialmente.
SteisyCordero.
PD: La imagen no es de mi autoría, crédito a quien corresponda.
PD2: escenas correspondientes al comic de Lux, toda la autoría la tiene Riot Games.
