Descargo de responsabilidad: Ninguno de los personajes de Haikyuu me pertenece. Este fanfic está hecho solo para calmar mis anhelos.
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Amor en Escenarios Imposibles
Capítulo 2
Todo el mundo vitoreó la vuelta de Asahi en el campamento de verano. Por fortuna, el entrenador Ukai notó que bastaron un par de sets para que la estrella se acoplara al equipo, a pesar de los errores en común que estaban cometiendo. El ataque sincronizado, la nula colocación de Nishinoya y el fallido ataque de Hinata y Kageyama han sido algunos de los elementos que llamaron la atención de las demás escuelas y produjo que el equipo tuvo un momento de vergüenza colectiva, para después reavivar su espíritu de lucha .
Necesitarían mucha perseverancia en este campamento.
Sin embargo, había algo que también cambiaba el ambiente. El entrenador Ukai no supo inmediatamente qué era, hasta que el profesor Takeda le susurró una pista esclarecedora.
- Ukai-kun - la voz suave del profesor tomó su atención, cuando los jugadores estaban pagando el castigo colina arriba. Ukai se volteó y Takeda prosiguió - ¿No crees que Nishinoya está un poco callado hoy?
- Hmm… - el hombre se tomó la barbilla, en un gesto pensativo. - Considerando que falló esa colocación al principio, no me parecería tan extraño, pero sí, estoy de acuerdo.
- Sobre todo en las jugadas con Azumane - opinó el profesor. Ukai alzó una de sus cejas y miró al profesor, como si le pidiera una explicación. Takeda cruzó sus delgados brazos y se acomodó los lentes - No suelo inmiscuirme en los asuntos de los chicos, pero ellos solían celebrar sus puntos juntos…
- ¿Crees que estén peleados?
- No exactamente - se apresuró a decir el castaño. Ukai volvió a tener una expresión confusa y Takeda pareció pensativo - Cuando Nishinoya falló en la colocación, Azumane le dijo palabras de aliento, así que no creo que sea el caso…
Las palabras del profesor fueron mucho más significativas de lo que Ukai había pensado. En el siguiente partido, gran parte de su atención fue hacia la estrella y el líbero del equipo. Quizás el entrenador no parecía muy perceptivo cuando se refería a interacciones ajenas al juego. Sin embargo, lo que había aprendido Ukaidurante toda su trayectoria, era que el clima entre los jugadores guardaba estrecha relación con lo que ocurrió en la cancha.
Por tanto, luego de observar al par de estudiantes, Ukai tenía una conclusión clara. Después de veinte minutos de partido, cercanos a terminar el primer set con bastantes puntos en contra, Ukai pensaba que, fuera lo que fuera que hubiera sucedido entre Nishinoya y Azumane, estaba lejos de ser una pelea.
Más bien, lo contrario.
Eran señales casi imperceptibles, pero el entrenador advirtió varias expresiones que, antes de que Azumane fue suspendido, no se solían apreciar. La primera vez que se dio cuenta, fue cuando Asahi falló un servicio. En un escenario normal, Nishinoya le hubo dado una palmada fuerte en la espalda, diciéndole (o, más bien gritándole) que lo conseguiría la próxima vez. No obstante, el golpe quiebra espaldas fue sustituido por palmaditas suaves y una sonrisa entre ellos. Quizás duró unos segundos, pero fue suficiente para que Ukai alzara una ceja.
Lo segundo fue un poco más obvio. Nishinoya no había alcanzado un punto, por lo que el atacante lateral le ofreció su mano, para levantarlo del suelo. El alzamiento fue rápido y permaneció más cerca de lo normal. Azumane se había apartado rápidamente, balbuceando algo, mientras el líbero sonreía para sí y volvía a su posición.
¿Qué demonios…?
Claro, ambos jugadores no celebraban sus puntos juntos de manera abrumadora, la cual era propia del bajo chico. No obstante, los gritos y choques han sido reemplazados por sonrisas y toques suaves. Las miradas eran muy diferentes de igual forma. Antes demostraban la comprensión entre compañeros y el apoyo propio de las amistades de su edad, pero cuando Azumane miraba a Nishinoya y se sonreían mutuamente, la palabra para describirlos era completamente distinta.
Es como si toda su aura estaba de un maldito color rosado…
De hecho, cuando llegó el momento de estirar antes de almorzar, Nishinoya se sentado a un lado de Azumane. Ukai no era de esas personas que se instalaba a escuchar conversaciones ajenas, pero la teoría que estaba circulando en su cabeza debía ser confirmada no solo con esas pequeñas acciones, ya que podía ser perfectamente una mala interpretación. El entrenador se cruzó de brazos y, dejando a Takeda con Shimizu, se acercó un poco para recaudar mayores evidencias.
- Veo que no estás tan oxidado, as - le dijo el líbero a Azumane. Ambos estaban sentados y llevaban su frente al suelo, mientras tenían las piernas estiradas. Ukai notó que el estudiante de tercero sonrió levemente.
- Pareces sorprendido - le dijo. Nishinoya se irguió y lo miró.
- Bueno, se viene el torneo y es difícil sin ti, ¿sabes? - Ukai volvió a alzar una ceja. Quizás las palabras hayan estado encajado totalmente a la situación diferente, pero el tono y la mirada que compartieron decía algo completamente.
Ugh ... Adolescentes ...
- Consigan una habitación, por favor… - la voz de Tsukishima puso a ambos en alerta. Asahi y Yuu levantaron la vista y el entrenador pudo jurar que un sonrojo se presentó en sus propuestas rostros. Los demás jugadores abrieron sus ojos de par en par y Suga lanzó un resoplido, como si simulara una carcajada. Por otro lado, Tanaka, quien estaba tomando un trago de agua, tuvo que controlarrse para que no se le saliera por la nariz.
Bien, al menos algo no había cambiado y Tsukishima seguía teniendo en cuenta la delicadeza de una bola de demolición.
- ¡¿Qué demonios, Tsukishima, desgraciado ?! - le gritó Noya, inmediatamente. Tsuki se rio por lo bajo y continuó estirando, como si nada ocurrió. Por su parte, Asahi estaba rojo hasta las orejas.
- No entendí ¿por qué necesitan una habitación, están cansados? - la pregunta de Hinata provocó una sonora carcajada de Tanaka, quien no pudo resistirlo. Fue el turno de Noya para colocarse rojo. - ¡Noya-san, si quieres te puedo prestar una máscara para los ojos cuando duermas! Mamá me dijo que-
- Realmente tienes un cerebro digno de un niño de primaria - le dijo Tsukishima, mirándolo con reprobación. Fue el turno de Yamaguchi para reírse por lo bajo, mientras Hinata protestaba con decibeles que deberían estar prohibidos.
- Hey, Asahi, ya respira - dijo Suga, por otro lado. Este le dio pequeños toques en los costados a Azumane, quien seguía perplejo en su lugar. Daichi escenario la escena y suspiró sonoramente, para luego levantarse y dar palmadas para llamar la atención del equipo.
- ¡Ya, suficiente! Vamos a la cafetería, antes de que también nos ganen el almuerzo.
La afirmación grupal cambió totalmente el tema anterior. Sin embargo, rastros de la broma han dejado a Nishinoya y Asahi con un sonrojo en el rostro. El entrenador advirtió que evitaron mirarse cuando salieron del gimnasio. Todos comenzaron a moverse hacia la cafetería y el ruido característico de Karasuno abandonó esas cuatro paredes.
No obstante, en medio de toda la conmoción, un pensamiento era compartido por varios miembros del equipo…
Asahi y Nishinoya no negado la indirecta de Tsukishima.
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El día transcurrió con normalidad, siendo olvidado temporalmente el tema de Asahi y Nishinoya. Sin embargo, después de las prácticas individuales, Daichi tenía pensado preguntarle a Asahi cuál era su relación actual con el líbero. No era solo porque se tratase su amigo, sino porque, además, quería conocer el panorama total del equipo. Verdaderamente, sin la intervención de Hinata esa tarde, ese comentario de Tsukishima hubo desencadenado una situación muy incómoda entre todos.
De hecho, el capitán estaba seguro de que el profesor Takeda y el entrenador Ukai sospechaban algo, por cómo hablaban entre ellos y las miradas que dedicaban a ambos jugadores. Para su agrado, los adultos no observaban a los chicos con desprecio, sino más bien con curiosa atención. Sabía que pronto el entrenador lo llamaría para preguntarle sobre ellos, después de todo.
Por otro lado, Asahi y Nishinoya no tiene hablado del tema. Antes de partir al campamento, solo se envió mensajes de texto, por lo que no se vio otra vez desde que Nishinoya le había "agradecido" por defenderlo. Al recordar aquello, un leve rubor se presentó en las mejillas de Yuu, quien en esos instantes estaba practicando su toque de dedos para los pases, golpeando el balón contra la pared. Debía concentrarse en hacer colocaciones sencillas para los rematadores. Suga le había dado un par de consejos, y ahora los estaba ejecutando. Debía hacer un par de series más y podría practicar con Tanaka o Asahi.
Sin embargo, su nivel de concentración estaba bajando. Sobre todo, por el ridículo comentario del insolente Tsukishima, ese bastardo…
Pero es que ¡Ni él entendía muy bien qué había pasado o qué significaba el contacto físico que había compartido con Asahi! Sí, no era un idiota y sabía perfectamente que no era algo que se hiciera entre amigos, pero ninguno de los dos había hecho la pregunta correcta aún. Mucho menos se lo había contado a Ryuu, pues lo que menos quería era su mirada insistente en todas las malditas prácticas.
¿Fue por el calor del momento?
¿Podían volver a hacerlo?
Y si fueras así… ¿Cuándo era pertinente?
Porque, demonios , quería que se repitiera…
Entre pensamientos, Noya golpeó un poco fuerte el balón, por lo que el rebote le dio en pleno rostro. Escuchó una risa a sus espaldas, reconociéndola como la de su calvo amigo. Ese idiota. Noya se sobó el puente de la nariz, donde había recibido el impacto.
- ¿Estás bien? - la voz grave de Asahi sonó un poco cerca, por lo que se volteó. Fue como si, en un pestañeo, el castaño chico había aparecido a su lado. Noya intentó sonreír, aunque le salió una mueca que intentaba omitir el leve dolor en su nariz.
- Sí, sí… No te preocupes, Asahi-san - le dijo el líbero. El as asintió, aunque su semblante seguía preocupado.
- Déjame ver… - El castaño tomó la mano de Noya entre la suya, apartándola de su cara. Pudo ser un gesto mínimo, pero Nishinoya casi tembló ante el súbito calor del as. Asahi, por su parte, estaba ajeno a ello, ya que se dedicó a observar la nariz de su compañero. - No, no pasó nada… Debes ser más cuidadoso, Nishinoya…
- All Right…
Cuando sintió la voz de Nishinoya más fuerte de lo normal, fue cuando Asahi estuvo consciente de la poca distancia entre ellos. El castaño casi entra en pánico, ya que no solo había tomado su mano, sino que también se había inclinado para examinarle la nariz. En ese instante, estaba a centímetros de su cara, lo cual no era realmente tan necesario ¿o sí?
¿Había actuado sin cuidado porque era Nishinoya?
- Bu… Bueno - Asahi se irguió, soltando la mano del líbero en el proceso. El cerebro de ambos protestó ante eso, sin darse cuenta de que era mutuo. El as de Karasuno tomó el balón que había dejado a su costado y dijo la cancha, intentando disimular su repentino nerviosismo - Voy a hacer unos saques… ¿Te veo en un rato?
- ¡Sí! Haré un par de series más - Nishinoya pudo jurar que Asahi estaba caminando extremadamente derecho, luego de que se volteara. Sin embargo, su concentración se fue al martilleo de su pecho, muy similar a la última vez que se he visto.
Demonios, si será así todos los días, me va a dar un ataque…
- Oi, Noya - el líbero se volteó ante la voz de Ryuu, quien al parecer estaba en descanso. Nishinoya lo miró, tomando el balón entre sus manos - ¿Todo bien con Asahi-san?
- Sí, todo perfecto - dijo él. El atacante lateral alzó una ceja. Obviamente la apresurada respuesta era siempre un indicio de que Noya estaba mintiendo. - No me mires así, todo está bien, en serio… Miel sobre hojuelas.
- ¿Acabas de usar un refrán ? Eso es todavía más sospechoso
- Sí, la verdad sonó muy raro - asumió Noya. Aquello hizo reír a ambos y el líbero suspiró sonoramente. No pasó desapercibido para Tanaka que los afilados ojos de su amigo fueron primero a la figura de Asahi y luego se fijaron en él - Pero en serio, no hay mucho que reportar…
- Entonces sí hay algo - quizás Ryuunosuke era un nefasto para las materias de la escuela, pero tenía un instinto bastante agudo. A veces demasiado.
- Bien, bien, como eres un calvo obstinado te lo contaré - Ryuu lo fulminó con la mirada y Noya apretó levemente el balón entre sus manos, intentando sonar tranquilo - El día en que casi me peleé con el tarado, Asahi-san me encaminó una casa ...
- ¿Eh? ¿De verdad? ¿Y por qué no me lo contaste?
- Ni siquiera he llegado a lo importante, Ryuu… - protestó el chico. Si Ennoshita y el resto de los de segundo hubiesen presenciado la escena, estarían riéndose. Ryuunosuke Tanaka no se caracterizaba por ser alguien paciente, en realidad. Era algo que tenían en común - Bueno, hablamos del tema, le conté cómo han pasado las cosas y Asahi-san también me dijo por qué se había peleado con el imbécil ese… - para sorpresa de Noya, Ryuu lo estaba escuchando con atención. Si hubo algún miembro del equipo que los estuviese mirando o escuchara la conversación, no se dieron por enterados. - Resulta que tenías razón y sí me defendió.
- Woah, ¿ves? ¡Te lo dije! - Noya recibió un golpe en el brazo por parte de Ryuu, quien le sonrió con entusiasmo. Se ganó un par de miradas de los demás, pero nadie le tomó importancia. Después de todo, aquella pareja de segundo era la más ruidosa del equipo. - ¿Y? ¿Entonces eso es lo que los tiene vomitando arcoíris a ambos?
- ¿Vomitando arcoíris? ¿Qué demonios, Ryuu?
- Noya, ¿Qué demonios ustedes? No hay que ser un genio para darse cuenta de que hay miraditas que antes ahí no estaban - dijo el chico. Nishinoya no pudo evitar que el color le subiera a la cara y resopló. Ryuu tuvo que aguantar una burla ante esto, ya que era muy inusual ver al genial líbero con una expresión como esa. - Entonces, ¿están saliendo o qué?
- ¡¿Qu- ?! ¡NO! - el grito del chico sonó más fuerte de lo que quiso. El capitán experimental al par con su aura de seriedad y Nishinoya pudo sentir un frío repentino.
- ¡Oye, Tanaka! ¡Mueve tu trasero aquí, vamos a seguir practicando! - gritó Ennoshita, quien estaba en otro grupo. Tanaka lo miró y asintió, para luego alzar una mano hacia ellos. Daichi, Suga y Ennoshita estaban esperándolo, junto con Shimizu.
- ¡Voy! - gritó Ryuu. Luego, miró a Noya, señalándolo - ¡Y tú! Tenemos una conversación pendiente, pero procura no parecer un baboso durante la mayor parte del tiempo, ¿ok?
- ¡Ven aquí y repite eso, Dalai Lama! - Nishinoya le lanzó uno de sus balones, pero Ryuu logró esquivarlo. El líbero suspiró sonoramente, volteándose a la pared, para continuar con sus series. Debía mejorar en su toque de dedos, definitivamente. En eso debía concentrarse.
No obstante, fue más difícil de lo que creyó. En un momento de su práctica individual, Suga se le acercó para darle un par de observaciones. Luego, fue a practicar recepciones con los saques de Yamaguchi y Asahi y las personas se fueron retirando poco a poco. Cuando quedaba menos de una hora para la cena, Tadashi se retiró del gimnasio, mientras que Asahi y Nishinoya le dijeron que ellos cerrarían. El chico de primero asintió con la cabeza y se perdió en la oscuridad exterior, mientras el líbero miraba al rematador.
- ¿Veinte más? - preguntó Noya, secándose el sudor. Asahi tomó un sorbo de agua y asintió.
- Vamos - respondió el castaño. Nishinoya sonrió, yendo al otro lado de la red. Asahi representa la figura del líbero, preparándose para recibir.
- ¡Ven con todo, as! - Azumane sonrió ante eso y lanzó el primer saque. Por supuesto, Noya lo consiguió sin problemas.
Continuaron con la dinámica durante algunos minutos, cumpliendo con los veinte saques. Sin embargo, en el último, Asahi se preparó para servir y Nishinoya, por alguna extraña razón, se dio cuenta de que se acercaba el cierre del gimnasio.
Los dos estaban solos.
Quizás ahí podrían hablar o…
¿Lo del otro día?
Fue un breve segundo de distracción, donde nuevamente el líbero recordó el calor de Asahi contra su mejilla, o la tomada de manos de hace un par de horas atrás. No obstante, fue suficiente para reaccionar más lento de lo habitual, provocando que el saque con salto de Asahi Azumane le diera en todo el rostro. Al menos pudo voltear un poco la cara, para no golpearse la nariz.
Sin embargo, se tambaleó y cayó de espaldas por el impacto. El ruido sordo fue lo único que se escuchó en el gimnasio.
- ¡NISHINOYA!
Ah, y el grito del gigante amable, por el que se distrajo en primer lugar. Si. Al menos tenía que agradecer que no estaba sangrando, sino sería aún más dramático.
- ¡Noya! ¿Estás bien? - El castaño se colocó a un lado de Noya, preocupado. Nishinoya sonrió y lanzó una breve risa, aún tendido en el suelo del gimnasio.
- Ahí está, diminutivo de preocupación - dijo el chico. Asahi rodó los ojos y sonrió. Al menos estaba hablando. Noya se sobó un costado del rostro, donde había sido parte del impacto - Mierda, as… Me diste fuerte esta vez.
- ¡Lo siento! - se disculpó él. Noya se quedó acostado un rato. Sabía que levantarse de inmediato, luego de un golpe en la cabeza, era una pésima idea. Asahi se sentó a su lado, con esa expresión nerviosa que le había visto muchas veces - Es tu segundo golpe hoy, ¿seguro estás bien?
- Perfecta forma - respondió él. Asahi no cambió su expresión nerviosa, lo que hizo sonreír a Nishinoya. El líbero contó hasta diez y se incorporó. Solo se sentó, recibiendo una mirada preocupada por parte de su compañero - Dios, menos mal no pasó frente a Yamaguchi, eso hubiera sido vergonzoso…
- No te preocupes, tu estatus de senpai está a salvo - comentó Azumane. Nishinoya se rio entre dientes, mientras el castaño le observaba la cara - No te ves mal a simple vista, parece que lograste que no te diera de frente.
- Por supuesto, tengo que permanecer apuesto, ¿sabes? - este último comentario hizo sonreír a Asahi, mientras Noya se llevó una de sus manos al rostro, donde se había golpeado.
- ¿Duele? ¿Te traigo hielo?
- No, estoy bien, Asahi-san… No te preocupes - respondió él. Asahi lo miró y Nishinoya sonrió - Benditos buenos reflejos, si llegara a mi nariz, la historia quizás sería diferente…
- No querría estropearla - le dijo él. Aquello provocó que ambos se sonrieran mutuamente y un cosquilleo apareció (como ya era bastante seguido) en el estómago de Nishinoya. El chico bajó la mirada, contando los segundos para ponerse nuevamente de pie.
No obstante, su conteo se interrumpió. La ráfaga que tanto había extrañado surcó otra vez en su pómulo izquierdo, donde había impactado el balón hace unos minutos. El ardor de aquello desapareció, siendo reemplazado por la suavidad de un contacto conocido. Tal como lo recordaba, fue un toque de no más de unos segundos, pero suficiente para que el cosquilleo en su estómago creciera desmesuradamente, llegando a distintos rincones de su ser. Nishinoya se giró a Asahi, quien se pasó la mano por el pelo, como si eso fue a disimular la expresión de total nerviosismo en su rostro.
Mierda, de verdad le iba a dar un ataque…
- Po… Por si te sientes mejor - dijo el rematador, luego de unos momentos de silencio. Nishinoya no pudo evitar pestañear un par de veces. Era como si tuviese que comprobar que lo que acaba de suceder había sido real o no. Asahi expresó su expresión y el color subió por sus mejillas - Di… Digo, si no te parece, lo siento, yo… - la frase fue cortada por la inclinación del líbero, quien aterrizó sus labios en una de las mejillas ardientes del castaño. Esta vez, fue el turno de Asahi para abrir sus marrones ojos.
Quizás el hecho de que estuvieran solos en el gimnasio ayudó o que la acción mutua había ocurrido no solo en esos momentos, sino anteriormente. Tal vez, por un segundo, Noya recordó que el motivo de todo aquello que había sido ese contacto, que tal como en el voleibol, se sintió como cuando tocas el balón. No quieres dejar que caiga al suelo, así que debes repetirlo las veces que sean necesarias. Es la única forma que siga el partido ¿no?
Pudo ser eso por lo que Noya no solo se quedó en la mejilla de Asahi, sino que fue explorando. Primero fue la otra mejilla, luego la nariz, la mandíbula… Entonces, entre uno de esos vaivenes, ocurrió el choque con el que muchas veces había fantaseado. No supo cómo hacerlo ni si el primero tenía que ser de esa manera, en la que hubo unas tres vueltas de ángulo, ojos muy cerrados y respiraciones entrecortadas.
Cuando el aire se sintió una necesidad, fue cuando se separó de Asahi, quien lucía una expresión que veía por primera vez. La intensidad de esos ojos marrones solo la había apreciado en la cancha, pero esto era muy diferente. La respiración jadeante, la mirada enfocada, pero a la vez no, como si estaba recién saliendo de un viaje en montaña rusa.
- ¿Aún te quieres disculpar? - susurró Nishinoya, muy cerca de él. Asahi sonrió y miró hacia abajo levemente, mientras Noya se reía entre dientes. La estrella de Karasuno estaba seguro de que era uno de los sonidos más lindos que había escuchado.
- Parece que ya te sientes mejor - respondió él, volviendo a mirarlo. El líbero nunca pensó que un susurro de Asahi, a esa distancia, le provocaría un escalofrío interno tan grande.
- No vendría mal un poco más, ¿sabes?
- No le veo el problema…
Entonces, en el choque de frentes no importó que hubiesen estado entrenando durante todo el día, ni que fácilmente una de las managers, al llamarlos para cenar, podría encontrarlos allí. Los demás cuervos se comerían sus porciones y poca sería la relevancia en ese instante, donde el mundo real se alejaba segundo a segundo. Los minutos restantes fueron un torbellino de aire. Las ráfagas han sido incluidas, hasta llegar a una elevación completa de ambos.
¿Dónde estaban? ¿En qué circunstancia?
La única respuesta que sabían era con quién .
- Noya… - susurró Asahi de pronto. La voz rasposa fue el aterrizaje del vuelo, donde el líbero ya se encontró en la luna. Nishinoya no supo identificar el uso de diminutivo, pero abrió los ojos, separándose brevemente del as, a quien ya tenía agarrado de la nuca con ambas manos. No supo cuándo le había soltado el pelo ni cómo. - Tú… ¿estás bien con esto?
- ¿Te parece que no? - preguntó él, con una voz que hasta ese minuto desconocía. Asahi lo miró con seriedad y Nishinoya sonrió, acomodándose en su lugar, mientras jugaba con el pelo castaño del chico. - En serio, ¿tan poco obvio he sido?
- No es eso… - dijo él. Era increíble cómo, en todos esos años que llevaban practicando juntos, Noya nunca había escuchado su voz en ese tono. Era jadeante y rasposo, un mundo nuevo para él.
- ¿Entonces? - Nishinoya vio cómo Asahi bajó la mirada nuevamente. El líbero alzó una ceja y se separó un poco del estudiante de tercero, teniendo un mayor panorama de su expresión facial. Reconoció el semblante de Asahi Azumane cuando estaba dudando si decir o no algo. - Asahi-san, ¿tú estás bien con esto?
- ¡Sí! - se apresuró un respondedor. Nishinoya abrió sus ojos un poco más de lo normal, ante su rapidez. Asahi suspiró y se llevó una mano a la nuca con nerviosismo - No lo dudes ni por un, es solo que… No tienes idea de cuánto pensé en… lo de la última vez.
- Oh… - expresó el líbero. Asahi sintió que la vergüenza habitual con la que enfrentaba temas había desaparecido un poco. No obstante, advirtió que Nishinoya se estaba tomando todo con demasiada calma. Creyó que la timidez que había mostrado el otro día le duraría un poco más, pero parecía que el líbero se estaba sintiendo cómodo con la situación, lo cual no le molestaba en realidad. A pesar de ello, las palabras que escuchó de su parte, no las esperó - Supongo que te refieres a cuando me encaminaste a casa y de paso, me di cuenta de que me gustas muchísimo más de lo que creí…
- ¿Cómo?
- Lo que escuchaste… - una de las manos de Nishinoya fue al castaño cabello de Asahi, donde colocó un mechón detrás de su oreja. Azumane se había sacudido ante el gesto, pero su atención estaba puesta en las palabras pronunciadas más que en las acciones del líbero. - Rayos, te quedaste de piedra… No sé si eso es bueno o malo…
- N… No, por supuesto que es bueno, pero… solo dame un segundo, estoy… procesándolo…
- Asahi-san, te acabo de comer la boca, ¿de verdad es tan difícil de procesar? - las palabras surtieron efecto, ya que Asahi se sonrojó tal como esa tarde con el comentario de Tsukishima. Ambos estaban sentados frente a frente, en medio del gimnasio, donde hace un par de minutos estaban practicando remates. Noya hacerlo el sonrojo del as de Karasuno y sonrió levemente - Y créeme, si me lo permites, no pararía de…
- Nishinoya, estoy intentando ordenar mis pensamientos y me estás ayudando muy poco… - respondió el castaño. El tono seguía un poco rasposo, pero Nishinoya identificó el tinte que Asahi utilizaba cuando quería un poco más de calma. El chico fija ampliamente y se acomodó, apoyando los codos en sus muslos, mientrasba sus afilados ojos en la estrella del equipo. Mirándolo un poco mejor, se fijó que tenía los labios un poco más rojos de lo normal. Demonios. De seguro eso lo había hecho él.
- Solo por saber… - comenzó Nishinoya. Asahi levantó la vista, encontrándose con la mirada dorada del líbero. - Yo te gusto, ¿verdad?
- Sí - respondió el castaño. Pudo jurar que los ojos de Noya se abrieron un poco y que un brillo desconocido se reflejó en ellos. Asahi respiró hondamente, como si necesitara prepararse para lo que diría - Mucho - La sensación cambió de nuevo, ya que, al acomodarse, inconscientemente el as quedó frente al líbero, en una distancia tan mínima como subversiva. - A veces, diría que demasiado ...
- ¿Es tanto así? - había sonado como una pregunta curiosa, propia de Nishinoya. Sin embargo, su voz susurrante y burlona brindaba un toque muy diferente a las palabras pronunciadas. Asahi sintió un remezón, pero por algún motivo, una punzada de valentía le albergó, cuando se acercó un poco más a Noya, provocando que sus narices se tocaran.
- ¿Crees tú?
- Responder con otra pregunta es trampa, Asahi-san - le dijo el líbero, sonriendo. A estas alturas, las palabras disminuían a susurros.
- Hay otras maneras ...
No supo si fue el espíritu de competencia lo que le dio la valentía necesaria, pero esta vez Noya parecía más sorprendido por las acciones de Asahi. El castaño tomó el rostro del líbero y lo besó con una intensidad que solo se había visto en el mejor de los partidos de voleibol. En esa tormenta de mordiscos, humedad y latidos fuertes del corazón, Nishinoya soltó sonidos que hasta él desconocía que podía emitir. Eran mínimos, diminutos, pero lograron llegar a la audición de Asahi, quien continue con la tarea de dejar la cobardía de lado y demostrarle al chico que no solo uno de ellos podía sonrojarse hasta las orejas.
Sin embargo, eso fue en lo que menos se fijó cuando, en su vista empañada por sensaciones escondidas, hubo suspiros mutuos, la pronunciación de su nombre de pila y susurros en su oído, entre otras cosas. En un abrir y cerrar de ojos, la estrella de Karasuno y su líbero estaban acostados en el suelo del gimnasio, pegados el uno al otro. El torbellino volvió a nacer y el viaje al cielo podría haber sido completado.
- Ejem…
El carraspeo hizo eco en las paredes del gimnasio, provocando la separación inmediata de los cuerpos en el suelo. La visión pudo compararse con una súbita quemadura o un toque de corriente, donde el propio instinto reacciona al peligro con distancia. Incluso, Asahi pudo jurar que Noya, por lo mismo, casi ejecuta una voltereta digna de su Rolling Thunder . Ambas miradas fueron a la entrada de la gran puerta del gimnasio, donde se encontró un chico alto y rubio. El as del equipo miró a Nishinoya rápidamente y su teoría se comprobó.
En definitiva, no solo él podía sonrojarse hasta las orejas.
- ¿Saben? Cuando dije que se consiguieron una habitación, no me refería al gimnasio… - el comentario de Tsukishima fue sarcástico como siempre. No hubo reacción de parte de los aludidos, por lo que el rubio se acomodó los lentes y suspiró, intentando no mirarlos demasiado. - Como terminé antes de comer, me mandaron a buscarlos…
- Tsukishima… - solo la voz de Nishinoya llegó a pronunciarse, pero el rubio levantó un brazo y apretó sus ojos claros, interrumpiendo cualquier palabra que el líbero quisiera expresar.
- Deberían ir a la cafetería, el capitán está preguntando por ustedes - dijo él. Nishinoya asintió con la cabeza y miró a Asahi, quien estaba prácticamente mudo y paralizado, como si una estatua hubo tomado su lugar. El bloqueador central les lanzó una última mirada y resopló, ahogando una risa silenciosa. - Sin embargo, si quieren tener una cena tranquila, sería bueno que te peinaras, Azumane-san…
De esta manera, ambos contemplaron cómo Kei Tsukishima se iba tal como había llegado, sin siquiera agregar una palabra o generar una expresión facial que reflejara una reacción mayor. Por un segundo, Asahi se imaginó a Hinata en esa circunstancia y su mente repelió la idea rápidamente. De seguro, si el chico de cabello naranjo estaba en esa posición, provocaría que todo Karasuno llegara al gimnasio por los gritos de impresión. El castaño suspiró pesadamente y miró a Noya, quien no había pronunciado palabra desde que Tsukishima abandonó la escena. Sin embargo, su afilada y castaña mirada fue hacia Asahi, al sentir que lo observaba.
Fue en ese momento que ambos se dieron cuenta del estado en que se encontraban. Nishinoya tenía su ropa arrugada y las mejillas muy rojas, además de su cabello puntiagudo en algunos mechones de la frente y la nuca estaban perdiendo esa cualidad. Por otra parte, Asahi se encontró completamente despeinado. Su cinta para el pelo se fueron olvidada a unos metros de ellos, dejando que muchos cabellos salvajes se levantaran e incluso enredaran. Noya recordó, en esa milésima de segundo, que había sido él quien lo había provocado en primer lugar y algo se le movió dentro.
- De verdad estás despeinado - apuntó Nishinoya. Asahi se le quedó mirando.
- Y tú luces como si hubieras trapeado el gimnasio con tus Rolling Thunder … - respondió él, con un leve temblor en su voz. Nishinoya sonrió y encogió los hombros, mientras Asahi lanzó una risa nerviosa entre dientes. Aquel sonido hizo considerar a su compañero si ir a la cafetería o tirársele encima otra vez. Sin embargo, la evocación de Daichi con su mirada acusadora fue suficiente para borrar esa idea de su cabeza, al menos por ahora. - ¿Crees que Tsukishima…?
- ¿Diga algo? - completó Noya. Asahi asintió con suavidad, mientras se volvía a amarrar el pelo. El líbero decidió ignorar la operación, para ponerse de pie de un salto. Realmente tenía una debilidad por el cabello de Azumane y no tentaría a su suerte. - Nah, no tiene cara de ser chismoso…
- Al menos no fue Hinata…
- Oh, Shoyo… Sí, aunque ya sabe un poco, algo…
- ¿En serio?
- Me escuchó hablando con Ryuu y, bueno, las cosas se dieron así… - respondió. Asahi alzó una ceja y Nishinoya suspiró sonoramente - Aunque, espero que le esté yendo bien con Kageyama…
- ¿Kageyama? - esta vez, ambas cejas se alzaron de la impresión, a lo que Nishinoya asintió con energía - ¿Cómo? ¿De verdad?
- Ni yo lo sé muy bien… - respondió el líbero. Ambos comenzaron a moverse, mientras se ponían las chaquetas negras sobre la ropa. Era muy extraño sentir que podía tener una conversación normal después de estar prácticamente pegados hace unos minutos. Noya tomó su botella de agua y miró a Asahi, quien se estaba subiendo la cremallera de la - Asahi-san…
- ¿Hm?
- ¿Saldrías conmigo?
El líbero no apretó los ojos ni se mostró tímido esta vez. Asahi, en un movimiento más tranquilo del que habría esperado, cerró su chaqueta y se volteó, encontrándose con un semblante decidido, mientras los castaños ojos del líbero brillaban con voluntad. Era increíble. Yuu Nishinoya le había mostrado un abanico de expresiones, las cuales podían ser muy diferentes unas de otras, pero todas lo cautivaban en el escenario que fuera.
Sin embargo, lo que era más destacable, era que cada una de ellas le traía una sensación de calidez que era difícil de definir. Lo único que sabía era que solo le ocurría con Nishinoya, la persona que podía ser una ráfaga o un huracán. La mayoría de las veces, lo último.
Las palabras salieron solas, no tuvo que pensarlo demasiado. Hace mucho tiempo que lo quería.
- Sí - pronunció Asahi. Yuu apretó la boca, como si estaba ahogando un chillido de alegría, lo cual era bastante probable. - Por supuesto que sí, Nishinoya…
- ¿En serio? ¿Así sin más? - Asahi asintió y Nishinoya sonrió ampliamente. - ¡YAJUUUUUUUUUU! - con la exclamación del chico, llegó el salto. Azumane rio suavemente, ya que, de un momento a otro, tenía a Nishinoya en sus brazos, rodeándole el cuello con los brazos y abrazando su torso con las piernas. El calor fue instantáneo, al igual que la sensación en su estómago, que se volvía más agradable mientras avanzaba el tiempo. - ¡Demonios, Asahi-san! Por un momento creí que me rechazarías, ¿sabes?
- Pensé que mi respuesta sería clara con… bueno, todo lo de recién… - comentó Asahi. Yuu notó que el chico estaba sonrojado y la sonrisa no abandonó su rostro. Poner a Asahi Azumane de ese color sería uno de sus más grandes pasatiempos, eso seguro. - ¿Pero estás seguro? ¿Estás bien conmigo?
- Es un chiste ¿verdad? - le dijo él. Asahi bajó la mirada por un segundo y Noya lo abrazó más fuerte. - Prácticamente estoy colgando de ti, as… No necesito a alguien más perfecto.
- Entiendo, así que esa es tu razón oculta, quieres que te lleve a todos lados… - Nishinoya se rio en su oído, y Asahi suspiró, sonriendo también. Se quedaron así unos momentos, hasta que el líbero aflojó su agarre.
- Te pediría que me llevaras a la cafetería, de hecho… Pero bueno… - Noya se bajó de Azumane y encogió los hombros. Asahi admiró un momento su semblante. Aún no le había soltado la mano y se quedaron así unos segundos más, hasta que una idea cruzó por la cabeza del líbero— ¡Mierda! Entonces… ¿se los contaremos a todos o qué?
- Hm… Creo que ocultarlo sería muy problemático - opinó el castaño, pensativo. Yuu hizo una mueca de desagrado ante la idea. Era cierto, hasta él podía darse cuenta de que la situación sería insostenible si intentaban esconderse. Además, estaba Tsukishima, quien ya los había visto en todo su esplendor.
- Entonces… ¿cómo lo hacemos? ¿Hablamos con Daichi-san primero, con Take-chan o…? - ante las atropelladas palabras de Nishinoya, Asahi pensó en reírse. Sin embargo, se veía que el chico estaba haciendo un gran esfuerzo por pensar un buen panorama. Lamentablemente, no era tan sencillo revelar la situación, sobre todo con el entrenador Ukai y el profesor Takeda, a quienes tenían mucho aprecio, pero no estaban seguros de lo que pensarían al respecto.
- Quizás hay una manera más sencilla - mencionó Asahi, sacando a Noya de sus cavilaciones. El líbero levantó la vista, curioso. El castaño sonrió y comenzó a caminar - No sé cómo resultará, pero no tendremos que decir ni una palabra… - ante la idea, esta vez el semblante de Nishinoya pareció brillar. Azumane sonrió y dijo la puerta del gimnasio con el dedo pulgar - ¿Vamos?
- Claro…
Ambos jugadores cerraron el gimnasio por fin. La cerradura de metal fue un eco en todo el pasillo nocturno, siendo la última clausura del primer día de campamento. Asahi y Nishinoya caminaron rumbo a la cafetería, donde aún se escuchaban voces. El ruido iba incrementando y los nervios de Azumane subían, afectando levemente su respiración. Se sintió muy parecido a cuando avanzaban a la cancha, para un nuevo partido. No obstante, esta vez no había reflectores ni un gran gimnasio, sino solo la cafetería con todos sus compañeros.
Entonces, antes de abrir las puertas del lugar, Nishinoya encontró su mirada con la suya. Ambos asintieron, y Asahi experimentó cómo sus pulmones se llenaban, buscando parte de la valentía del líbero.
Cuando abrieron las puertas, muchas fueron las miradas de sorpresas, incluso hubo una exclamación de parte de Hinata, la cual comunicaba sincera felicidad.
Si había preguntas por parte de Daichi o alguna sospecha del entrenador Ukai, ver a Asahi ya Nishinoya entrando a la cafetería de la mano, había dejado un claro mensaje.
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¡Muchas gracias por las lecturas y comentarios!
Quería contarles que me divertí mucho al escribir esta historia. Creo que sí, es un cliché inmenso que hayan atrapado a nuestros queridos Asahi y Nishinoya en medio del gimnasio, pero la presencia de Tsukishima en esa situación me pareció tan... No sé, tentadora, que no pude rechazarla jajajajaja
En fin, considero Asanoya totalmente adorable y mi OTP indiscutida de Haikyuu. Si tienen alguna recomendación en español o inglés de alguna historia, uf. Sería la más feliz.
¿Qué se viene respecto a esta pareha en este perfil? ¡Mucho! Estoy trabajando en un proyecto que implica muchos capítulos, pero quiero tenerlo bien formado para comenzar a publicar. En la Asanoya Week, pueden contar con las dos historias del perfil y, por supuesto, algunas que también escribiré jijiji
En corto plazo, debo decir, se viene la secuela de este fanfic, pero nuestro protagonista será Shoyo Hinata, y creo que ya saben la pareja que se formará (igual habrá momentos Asanoya porque... ¿Por qué no?)
¡Abrazos a quienes han leído y al comentario recibido de AACCBB!
