CAPÍTULO 5
PRIMEROS ACERCAMIENTOS.
UN MES DESPUÉS.
Habían pasado aproximadamente un mes desde que Lux empezó a visitar casi a diario a Sylas, bueno a excepción de los días en que su tía estuvo en casa, esa semana no pudo venir para que el hombre le enseñará a controlar su magia. La joven por agradecimiento comenzó a llevarle comida y libros para que no estuviera más aburrido de lo que ya estaba. Mayormente le llevaba libros de aventuras e historias de Demacia en los últimos 12 años.
Al principio fue un poco difícil que lograrán llevar conversaciones decentes, ya que él era muy cínico para expresarse o bien no tenía tacto para decir algunas cosas, siempre se refería muy mal de la actual Demacia y los de sangre azul; término que utiliza mucho para referirse a la nobleza. Con lo cual siempre acababan discutiendo, pero al final se les olvidaba y seguían en lo suyo, se podía decir que eran un maestro y una alumna.
Claro al principio Lux lo veía como alguien que en cualquier momento podría lanzársele encima, la verdad es que la apariencia y mirada de Sylas intimidaba a cualquiera, hasta a ella misma, pero bueno no todos los días alguien de la clase de Lux mira a un hombre encarcelado, encadenado, desaliñado, cabello largo, grasiento, con una barba que parece ser de muchos meses y lo peor semidesnudo, particularmente ese hecho ponía un poco nerviosa a rubia, aunque siempre trataba de disimularlo para que Sylas no se diera cuenta.
El día de hoy también iría a visitarlo, pero aparte de eso quería sorprender a Sylas con dos cositas, una de ellas quizás no era tan impresionante, o eso es lo que pensaba ella y la otra era en beneficio al hombre. La maga siempre buscaba formas de agradecerle lo que hace por ella, aunque él le ha dicho que no lo haga.
Se puede ver a Lux entrando a la celda de Sylas, era muy noche, llevaba una gran capa negra, que ocultaba su ropa a la vista y el bolso que siempre cargaba.
Como siempre el guarda la ayuda entrar en completo silencio, el hombre resultó ser un buen aliado en sus visitas nocturnas.
- ¡Hola grandulón! – saludo la Crownguard, bajando la gorra su capa y en su mano derecha una antorcha misma que coloco en su lugar.
-Lux – nombro el encadenado sonriéndole a la joven.
- ¿terminaste de leer el libro que te había dado?, es que tengo que devolverlo – pregunto ella avergonzada.
-Si claro, aquí tienes, excelente elección me gustó mucho, este fue traicionado de muchas maneras y aun asi siempre tuvo su final feliz. – expreso mientras pasaba el libro entre los barrotes.
- ¡Me alegra!, pero espera... – el hombre no entendía la acción de ella.
La rubia camino un poco más a la derecha de donde se encontraban, hasta que su vista capto el brillo del candado que mantenía la celda cerrada. Él siguió el camino que ella emprendió y cuando la vio enfocar su mirada en el artefacto, cayó en la razón de lo que ella pretendía hacer, pero igual no le digo nada.
-Tú me has dicho que puedo enfocar mi luz en forma de rayo, de hecho, lo he practicado utilizando tiros al blanco y me ha ido muy bien – su otra mano se asomó debajo de su capa, al pelinegro le sorprendió que no estuviera enguantada.
-Entonces esto puede hacerse llamar una prueba, quiero abrir este candado – por el tiempo que tenia de hablar con ella, sabía que era un poco terca.
Lux cerro sus ojos y concentro su mana, visualizo en su mente lo que quería hacer, estaba recordando las palabras que le había dicho el hombre en lecciones anteriores, por más que estuviera nerviosa tenía que controlar sus emociones. Sylas la observaba en silencio, podía sentir la acumulación de magia en el interior de ella.
Un rayo salió del dedo índice de la joven y fue directo al agujero de la tranca y para sorpresa de ambos, se abrió.
- ¡Lo hice, lo hice! – expreso abriendo sus ojos y viendo la cerradura en el suelo y mientras abría la pequeña puerta, él se echó para tras.
-Increíble – pensó él, sabía que su magia podía moldearse de muchas formas, pero no pensó en esto.
Ella se adentró en la celda hasta que estuvo enfrente del hombre y con una sonrisa de lo más encantadora le pregunto.
- ¿a qué te deje sin palabras? –expreso la oji azul muy contenta por la reacción del pelinegro, estiro su mano para que él le diera el libro.
-Estoy impresionado la verdad es que si – contesto viéndola profundamente devolviéndole el libro– cuando te sugerí eso, jamás creí que pensaras en abrir un candado.
-Practico todos los días desde que comenzaste a enseñarme, mi magia no se ha vuelto a manifestar de la nada, a menos que yo lo quiera – explicaba ella mientras se quitaba su capa él la tomo y puso en un muro que estaba al fondo.
- ¿Ya no usas guantes? – indago observándola más de cerca.
Era más bonita de lo que se veía tras los barrotes, muy bajita y delgada, no llevaba su típica armadura, al contrario, portaba un bonito vestido celeste de mangas largas y hombros descubiertos, su cuello estaba adornado con un medallón de plata con un signo que no pudo ver bien, además llevaba su habitual bolso de lado.
-Siempre los uso, lo que pasa es que como puedes ver no ando mi ropa común y corriente – dijo señalando su vestido.
Ella por otra parte también lo observo mejor, tenía razón al decir que era alto bastante alto, le llevaba una cabeza quizás un poco más de diferencia. Su cabello y bello facial había crecido mucho en el tiempo que frecuentaba su celda, con un corte parejo y un buen recorte de barba y se vería más presentable.
-Parece un salvaje – se dijo a si misma riendo.
Sylas observo como ella se dirigía dónde estaba su capa, se sentaba, guardaba el libro en su bolso para después sacar algunos contenedores de comida, como le encantaba la comida que ella que le traía, pero aparte de eso saco unas tijeras, un peine y una navaja para afeitar.
-Bueno, ¿estas listo para un corte y una afeitada? ¿o quieres comer primero? – Lux se levantó del suelo y le mostro los objetos al hombre que abrió un poco los ojos sorprendido por partida doble
- ¿es enserio? – no cabía del asombro, aunque por fuera mostraba una pequeña sonrisa.
-Si es enserio, por qué crees que abrí ese candado, quería sorprenderte con este detalle – ella solo de encogió de hombros regalando otra bonita sonrisa. -Me lo agradecerás, estoy segura.
Pero antes de que lo comenzara a transformar, saco un espejo de mano e hizo que se viera. Sabía que se veía muy mal, pero no pensó que tanto, comenzó a sentir un poco de vergüenza por su apariencia, y más cuando volvió a verla tan limpia, bien vestida, calzada y lo peor (según él) oliendo muy bien.
-Es para que cuando termine, puedas ver el cambio – ella lo miro dulcemente sin notar nada de lo que él estaba pensando.
Mas al rato se podía ver a Sylas sentado en el muro de cemento que le servía de "cama" y a una Lux a sus espaldas para que le cortará el cabello.
Apenas comenzó a sentir los tijerazos, fue como sentir un peso menos encima, su cabello le llegaba hasta su pecho y a veces le molestaba porque en algunas ocasiones hacía mucho calor y además no podía ver bien.
El pelinegro estaba en completo silencio, mientras sentía una rara sensación en su estómago nunca nadie había tenido esas atenciones con él, no era que nadie le había cortado el cabello, pero que los soldado vengan dos veces cada año y solo pasen una navaja así al ras, sin considerar hacer un corte decente, no es un buen detalle.
-Ya casi termino, solo me falta recortar un poco adelante – decía la rubia haciéndolo dar la vuelta y verla de frente.
Ella tuvo que agacharse casi hincharse un poco para seguir con su tarea, quería que su cabello tuviera estuviera al mismo largo, o sea quería que quedara parejo no como antes que estaba todo desnivelado. Al final decidió que no cortaría más, pensó que el cabello largo le lucia al hombre, su cabello quedó un poco arriba de los hombros.
-Ten, para cuando quieras peinarte y cuando tengas calor – Lux le tomo la mano y sobre su palma coloco una pequeña coleta negra junto con el peine que había usado.
Cuando sus manos entraron en contacto él sintió una extraña electricidad recorrer su mano, ahí pudo notar la diferencia de tamaños, las manos de ella eran pequeñas, suaves y sus uñas estaban pintadas de blanco. En cambio, las de él eran grandes, callosas y sucias.
Ella por otra parte también pudo percibir esa rara chispa, lo atribuía al hecho que casi siempre usaba guantes y nunca dejaba que nadie tuviera alguna clase de contacto físico, asi que decidió ignorarlo.
- Ahora te afeitare…. Pregunta, ¿quieres que te afeite toda la barba o solo que la recorte? – pregunto Lux, a este punto ella estaba hincada en el suelo.
- ¡Que haces!, levántate lo vas a ensuciar – exclamo el hombre saliendo de su letargo y ayudándola a incorporarse para después a sacudir su vestido, aun sentado en el muro.
-Que importa mi vestido, para eso se puede lavar – fue la simple contestación que le dio ella viéndolo.
-En los 15 años que llevo aquí nunca lo he visto limpiar los pisos, hay ratas sabias – explico el hombre poniendo de pie.
-Ra… tas, ¿enserio? – inquirió Lux con cara de miedo.
-Enserio, ¿no me digas que les tienes miedo? – se burló el encadenado.
- ¡Sí! Y no te burles de mí, no soy la única a la que le aterran las ratas – en un acto de confianza, ella lo golpeo en el brazo suavemente. Él solo continuaba dándole una sonrisa jocosa, que por alguna razón puso nerviosa a la rubia.
-Entonces como hare para afeitarte, si no quieres que mi vestido se ensucie – expreso Lux casi que, revoleando los ojos, olvidándose de la sensación anterior.
- ¿No puedes hacerlo asi? – señalo la postura en la que estaban.
-Por si no has visto no llego – ella hizo denotar la diferencia de estaturas.
Sylas chasqueo los dientes, es verdad lo que decía, pero después vio el muro donde antes ella le había cortado el cabello, no era muy alto, si ella se trepaba quedarían a la misma altura. La guio nuevamente a lugar de antes, tuvo algunos problemas por su vestido, ya que este es muy pegado al su cuerpo, asi que tuvo que darle una mano mientras ella levantaba un poco su prenda, dejando a la vista parte de sus piernas y pies, estos últimos estaban adornados con sandalias negras con muchas tiras que se amarraban un poco arriba de sus tobillos.
-Listo – dijo ella estando arriba del muro y a la misma altura que él – Olvide tomar la navaja y las tijeras.
-Espera aquí, yo iré por las cosas – el hombre busco con la mirada los objetos y los vio en el mismo muro a la par de ellos estaba el espejo, asi que se agacho un poco, los tomo y antes de incorporarse vio que los bordes y detalles de su vestido estaban hechos con cinta dorada.
-Definitivamente ella está infundada en riquezas, debe de pertenecer a una familia muy rica, he visto muchos nobles, pero nunca nadie como ella – no dejaba de ver los dibujos de su vestido, se notaba que la tela era muy fina.
-Aquí tienes – le dio las tijeras y la navaja.
-No respondiste mi pregunta, ¿si querías que te afeitara toda la barba o solo que la recortara? – reitero la interrogación de antes.
-Solo recórtala un poco – contesto.
Ella comenzó tomando las tijeras y corto el vello que sobresalía demasiado, cuando lo termino, le pidió que colocara las tijeras de nuevo en el muro. Ahora usaría la navaja tenía mucho cuidado no quería causarle ningún daño, asi que lo que hizo fue enmarcar toda la barba.
Lo que ella no sabía es que le estaba dando al hombre una excelente vista de su delantera que con su vestido ajustado con corsé se hacían notar más, aparte de eso estaba tan cerca de la mujer que podía oler su perfume fino y ver su piel que a simple vista se veía muy suave y aterciopelada. Él estaba muy prendado con el paisaje que tenía en frente.
-Deja de verla así que va a pensar que eres un pervertido – reflexiono Sylas mientras trataba de no verla, pero es que era imposible, ella era muy bella.
- ¡Listo! ¡termine! – exclamo la rubia.
Él por su parte tomo las navaja y la volvió a poner en su lugar, para después erguirse y pasar su mano en su cara y cabello, tratando de imaginar cómo había quedado. Ella noto este hecho asi que le dijo que tomara el espejo y se viera. Él lo tomo y se vio a sí mismo, estuvo así apropiadamente dos minutos seguidos.
-Me gusta, muchas gracias por esto te lo agradezco – fue lo único que le dijo mientras colocaba el espejo en el mismo lugar.
-Qué bueno que te gustara, pasaste mucho tiempo viéndote pensé que no te había gustado – ella sonrió algo nerviosa.
-Es que el cambio fue bastante significante – el volteo a verla de nuevo.
- ¡La comida! Lo olvidada, cómela antes de que se enfrié – ella hizo el ademan de bajarse del muro, pero en su intento casi se cae, el vio esto y la agarro a tiempo, sus manos la tomaron de la cintura y ella se sostuvo de los antebrazos de él.
Ambos se vieron a los ojos, ella no había notado que su maestro era un hombre atractivo y muy a pesar de que estuviera encerrado, tenía un físico increíble, nunca había visto un hombre como él, la posición la ponía un poco incomoda, pero de buena manera.
Los brazos de ella trazaron un camino desde sus antebrazos hasta sus hombros acción que provoco un pequeño escalofrió en el hombre. No estaba acostumbrado al contacto con las personas, 15 años en las oscuridad te hacen duro.
-Tus ojos son azules como el cielo en la noche – indico la rubia todavía sosteniéndole la mirada.
-Y los tuyos son como el cielo en un día radiante – ella bajo la mirada avergonzada cuando le dijo eso, nadie había hecho una comparación tan hermosa respecto a sus ojos.
Él noto esa acción y pensó que se había pasado y antes de que dijera algo, ella se apartó y comenzó a merodear en su celda, un poco a la izquierda vio que había una puerta oculta se acercó y vio que era una especie de "baño" si se podía llamar de esa manera, pero lo que más le extraño fue el acceso a su propia ducha estuviera bloqueado, ya que se encontraba muy largo y las cadenas no le permitían llegar, esto no le agrado para nada a la rubia.
Ella regreso donde estaban sus cosas y pudo ver marcas de conteo en el piso, eran muchas para calcular el tiempo, ese detalle hizo que el corazón de ella se encogiera, no podía saber lo que era estar encerrada por tanto tiempo. Tiene que ser sofocante no ser libre y estar confinado en una celda.
Después se sentó, tomo su bolso, guardo las tijeras y la navaja, saco una botella de agua y se la extendió al hombre que había tomado en el suelo frente a ella, finalmente le paso los compartimientos de comida.
-En esta ocasión te traje bastantes cosas para que comas, espero las disfrutes – no era la primera vez que le traía comida, pero si era la primera vez en que compartían un gesto más cercano.
Él solo se dedicó a devorar las tazas de comida, una que otra vez ella lanzaba algún comentario o una pregunta.
-Oye Sylas, ¿Cuándo fue la última vez que tomaste un baño? – desde que vio el asunto del "baño", la lengua le picaba por preguntarle eso.
El pelinegro la miro arqueando una ceja por la incómoda pregunta.
- ¡No me mal entiendas, es que noté que la ducha está muy lejos y pude deducir que tus cadenas apenas y llegan hasta el retrete! ¡Y además te preguntaba por qué no puedes quedarte con todo ese cabello pegado a tu piel mucho tiempo! – Lux hablo tan rápido y movía sus manos de forma muy graciosa.
- Oye oye tranquila, no me molesto la pregunta, solo me impacto que te importe algo tan insignificante.
-Para mí no lo es Sylas, no me gustan las condiciones en las que estas "viviendo" -cuando dijo esa palabra la recalco entre comillas.
- ¿Acaso crees que aquí nos tratan como tratan a otros delincuentes no mágicos? ¿o que se preocupan por nuestros necesidades básicas, como bañarnos?, para Demacia no somos más que lo peor que puede existir, estamos en lo más bajo de la pirámide jerárquica, incluso los pobres tienen más oportunidades que nosotros lo magos.
Lux sabía que lo que decía era cierto, ella misma lo había notado en las múltiples visitas que ha hecho al recinto y lo que ha visto en Sylas lo confirma.
-Pero no me respondiste, y eso es lo que me interesa en este momento – reafirmo su deseo por saber.
Él suspiro fuertemente y contesto.
- Hace dos días, los guardias solo vienen cuando se acuerdan de que existo, pero he notado que vienen una vez cada dos semanas.
La oji azul se quedó impactada, ella lo mucho que había estado sin bañarse han sido dos días y eso es cuando se va de misión con los iluminadores, pero siempre obtiene su merecido baño. En cambio, él tenía que esperar mucho tiempo.
-Si son así con estos pequeños detalles, como serán con la comida – pensó Lux.
-Te preguntare otra cosa y quiero que seas honesto conmigo, ¿Cómo son los guardias respecto a la comida? ¿Almenos te dan de comer? – ella había notado anteriormente que siempre devoraba con mucho entusiasmo todo lo que ella le llevaba.
- ¿Tu qué crees que Luxanna?, para nada, he pasado hasta una semana entera sin comer – confeso el hombre.
- ¿Cómo has hecho para sobrevivir? – su tono de voz era de mucha incertidumbre.
-No creo que quieras saberlo, se hace lo que se debe para sobrevivir en este lugar Lux – el pelinegro señalo a un rincón de la celda y ella pudo ver huesos de animales entendió perfectamente la indirecta del hombre -Por eso disfruto mucho de las comida que traes.
La joven maga se quedó pensando, no podía imaginar todo lo que Sylas había tenido que pasar en estos 15 años, le parecía tan injusto, en su casa a veces se botaba la comida mientras que otros desearían poder llevarse algo a sus estómagos. Decidió que no lo agobiaría con ese tema, ya se encargaría de eso personalmente.
Mas al rato ambos estaban hablando de la época en la que él era cazador de magos.
-Espera… ¿Quiere decir que ellos en lugar de tomar medidas contra ti, te usaron a beneficio propio? - pregunto Lux algo dudosa.
-Si, al principio no todo era tan malo, me brindaron educación algo que muchos de los de abajo solo podemos soñar, se escribir y leer, estoy instruido en muchos temas pero mis tutores no me dejaban ser un adolescente normal, no podía relacionarme con nadie, según ellos para "protegerme", pero lo que realmente querían era mantenerme controlado, más al tiempo empecé a notar que la magia no estaba tan "erradicada" como han querido hacernos parecer, la verdad es que Demacia tiene más magia en si misma de lo que quieren hacernos creer, tú no eres la única noble que porta magia, la diferencia es que ustedes puedes resguardarse, pero los pobres no – volvió a denotar la clase noble como lo peor.
- ¿Qué paso con tus padres? ¿los volviste a ver? – indago.
-No, cuando ellos me entregaron a los cazadores nunca más lo volví a ver, quizás hasta ya estén muertos y si no pues quizás la "vergüenza" de su hijo sí – expreso un poco triste.
- ¿Los extrañas?
- No sabría qué contestarte, al principio los odiaba por haberme abandonado, pero después comencé a extrañarlos y cuando caí en prisión a ansié a un mas su presencia, pero con los años los olvides, hasta ahorita que los mencionaste – su respuesta fue algo confusa pero entendible.
-Se lo que se siente que tus padres te traicionen, que tu propia familia te desprecie por tu naturaleza – dijo ella – sé qué crees que mi vida es "perfecta" por ser noble, pero no lo es, la riqueza no lo es todo en la vida.
-Pero me dijiste que tu familia nos sabe nada de tus poderes – refuto el pelinegro.
- Solo lo sabe mi madre, es una historia larga y muyyy aburrida – ella coloco un mechón de su cabello suelto atrás de su oreja mientras le brindaba una sonrisa pequeña.
-Bueno aquí lo que sobra es tiempo, y nada de lo que provenga de ti es aburrido – ella se sonrojo cuando dijo eso, y él solo se medió rio.
-Ella es tan encantadora y hermosa – se dijo el hombre.
Y asi comenzó ella a contarle el incidente que provoco que sus poderes se manifestaran, el miedo tan profundo que sintió cuando vio a las bestias calcinadas por su culpa, lo alterada que paso los días siguientes al accidente, las noches en vela y sumida en una depresión tratando de controlar lo que le sucedía. Como el truco de inhalar y exhalar le ayudó mucho, pero con el tiempo su magia ha encontrado otras formas de manifestarse, ella le menciono como una vez corrió buscando la ayuda de su madre y esta solo le grito a los cielos quejándose el ¿por qué su hija había nacido afligida? No entendía el actuar de su progenitora, en lugar de darle consuelo le dijo que no trajera desgracia a la familia y que cuidara mucho lo que hacía.
-Es mucha carga para una niña de 13 años ¿no crees? – ella guardo un poco de silencio y respiro profundo, era un tema algo sensible.
Lux le relato como una vez en la escuela, sus poderes comenzaron a mostrarse y que la única forma que logro para que no la vieran fue huir de su clase, se rio cuando le comento que al llegar a su casa muchas horas después, casi de madrugada, su madre la esperaba muy enfadada, pero la niña se lo atribuyo a su arranque de magia.
-Mi madre me sugirió que un anulador de magia me viera y solucionara mi problema, por un momento acepte, para mi portar esto es una vergüenza, no solo por mi si no para mi apellido – hizo aparecer una bola de luz que a los segundos desapareció por voluntad de la joven.
- ¿Qué paso con el anulador? ¿siempre dejaste que viera tu magia? - Sylas pensó que ya tenían la confianza suficiente para hacerles preguntas de este tipo.
-No, primeramente, porque investigue un poco sobre esos anuladores, y me entere de los métodos que usan para "anular" la magia, y me afligió mucho el enterarme que mi propia madre sabia esto y aun así quisiera mandarme a sufrir esas torturas – el hombre también conocía los métodos de los anuladores.
-Y segundo pues alguien me hizo darme cuenta de que mi don no era una desgracia y rechace el "servicio", al poco tiempo mi madre me pidió perdón y me acordamos que sería nuestro secreto – la hermosa chica de ojos azules termino su relato un poco melancólica acordándose de los momentos que vivió con el coloso de preticita.
-Me pregunto ¿Quién será la persona que te hizo darte cuenta de que tu magia es única e invaluable? – agrego el pelinegro después de escuchar la historia de Lux.
-Es un secreto, quizás en el futuro te diga quien es – ambos se rieron de lo que ella dijo.
Unos minutos después ella noto que ya era muy tarde asi que se levanto recogió sus cosas y las metió en su bolso, tomo su capa se la puso, todo bajo atenta mirada del hombre, sabía que ella se iría.
-Sylas tengo que irme, ya es muy tarde, pero…. – antes de pasar por el portón de su celda le dio otro libro – para que continúes tu lectura, solo cuida que los guardias no lo vean.
Lux tomo el candado y volvió a ponerlo en su lugar, hacer esto no le gustaba, pero tenía que dejar todo como estaba, no quería causarle problemas a Sylas.
-Lux – la llamo.
-Dime Sylas – contesto detrás de los barrotes de la celda.
-Muchas gracias por lo de hoy, por todo – le dijo él un poco nervioso.
-De nada – expreso riendo - Otra cosita tu problema de la comida y el baño lo arreglare ya veraz.
Se puso el gorro de su capa y se fue de ahí, dejando al hombre nuevamente en una soledad total y con una gran duda por lo último que dijo.
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Lux se encontraba saliendo del recinto junto al hombre calvo era el momento para hablar del tema que más la tenía indignada.
-Caballero de mañana en adelante a Sylas se le permitirá acceder a su higiene matutina y también derecho a recibir comida – ella hablo con una firmeza y autoridad que no se podía objetar.
-Pero mi lady…. – ella lo interrumpió.
-Es su problema, usted vera como hacer eso posible – ella siguió su camino dejando al hombre atrás – bien que disfrutan de burlarse de los presos y hacer sus vidas miserables, no dijo que tú lo hagas, pero tus hombres sí.
Antes de seguir su camino se voltio y le dijo.
-Si usted cumple con lo que le he dicho, recibirá un bono extra.
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Después de que la joven se fue Sylas se quedó reflexionando sobre todo lo que le ha pasado en ese último mes, cuando la rubia entro a su celda jamás pensó que llegaría a cambiar la miserable vida que había tenido en los últimos 15 años, ella era como su magia, es radiante e iluminada, minutos antes pensó que nunca había visto a una mujer como ella, bueno en realidad era la primera mujer que veía en sus años de cárcel, también la primera persona que había tenido un detalle significante para él.
La presencia de ella no le molestaba en absoluto, al contrario, había momentos en que deseaba que ella apareciera y le mostrara esa sonrisa tan refulgente que poseía, durante la semana en que su tía estuvo en casa ella no vino a verlo, según ella porque la mujer ve mal todo lo que ella hace, asi que quería evitarse molestias y la verdad es que la extraño mucho, había algo en ella que le traía paz, aparte de la magia mantenían conversaciones de todo tipo, eso la sorprendió al inicio.
La apreciaba en silencio y se reía internamente al verla tan concentrada cuando le enseñaba a controlar su magia, la acción de hoy le sorprendió en verdad. Para ser una noble no es una personas que se jacte de su posición, eso la hace humilde a sus ojos.
-Quisiera saber más sobre ella, pero supongo que eso se va dando con el tiempo – se dijo a si mismo el hombre que estaba acostado en su cama, estaba incomodo todo el cuerpo le picaba, esperaba pronto poder quitárselo.
No tenía sueño asi que tomo el libro que la joven le dejo, el titulo le había llamado la atención, era sobre leyendas demacianas, incluía a la dama del velo, la justa, el terror ancestral y otras más.
Aparte Lux siempre le dejaba una antorcha cerca de su celda para que tuviera algo de iluminación y calor por las noches, en conclusión, su presencia traía buenos sucesos. Tiene luz, lo alimenta, le saco todo el pelo, que le molestaba y puede tener conversaciones entretenidas con alguien.
-Ya no me siento solo, ella es como un… - el hombre buscaba una palabra correcta para describirla, pero la única que se le venía a la mente era una.
-Definitivamente ella es un ángel, un rayo de esperanza que me demuestra que todavía hay gente buena en este mundo.
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¡Buenas noches gente linda!
Espero que estén muy bien y que se estén cuidando.
He aquí con un nuevo capítulo de esta historia, me divertí mucho escribiendo este capítulo, por los momentos Sylux que hay en él. Ahí voy poco a tratando de incluir una química y ambiente romanticón
Traté de buscar un vestido que se asemejara al que lleva lux puesto pero no encontré ninguno, los que me aparecían eran muy ostentosos y yo lo quería más sencillo pero bueno.
El próximo capítulo tendrá un momento bastante injusto, voy a llorar cuando lo escriba y también aparecerá la Tía Tianna , veremos momentos tensos entre amabas durante la historia.
Siempre he imaginado a Lux cortándole el cabello y afeitando a Sylas y cuando vi la imagen me decidí la voy a incluir
No olviden dejar su voto y su humilde comentario.
Espero que el capítulo les guste.
Pd: Las imágenes no son de mi autoría, más la portada sí.
Se despide cordialmente.
Dixiana98
