CAPÍTULO 6

INJUSTICIA

DIA SIGUIENTE

RECINTO DE CAZADORES DE MAGOS

El guardia que ayuda a Lux estaba en su oficina pensando en la orden que le había dado la joven la noche anterior, si hacerla entrar a la celda de Sylas ya era muy arriesgado, ahora brindarle al hombre acceso a las necesidades normales de una persona seria peor, no podría poner a un soldado normal a realizar esa tarea porque se negarían, ninguno de los ahí presentes sentía empatía por el recluso.

La verdad es que no podía negarse, a pesar de los años de diferencia, la joven Crownguard tenía más poder que él, una sola palabra de ella y toda su carrera se vería arruinada, así que no tenia de otra que seguirle el juego y sus órdenes, no obstante, guarda mucha curiosidad por saber la "relación" que hay detrás de las visitas de la muchacha al prisionero, aunque al final su yo interno le decía que no debería de importarle, que solo tome el beneficio que ella le otorga y murió la flor como dicen.

Volviendo al tema importante, decidió que sería el encargado de hacerse con la responsabilidad del prisionero, ahí vería que excusa pondría, de todas formas, él es el jefe y sus subordinados no se opondrán a lo que él les ordene. Así que se levantó de su silla, tomó las llaves que abrían la celda y las cadenas del hombre.

Cuando llegó a la puerta le pareció extraño no ver a los guardias de turno, después se preocuparía por eso, entro y mientras más caminaba, comenzó a escuchar voces conocidas para él, seguido de burlas, gritos y golpes... Espera golpes, apresuró el paso y al llegar se encontró una escena inesperada.

- ¡Hey ustedes dos! ¿Qué están haciendo? – preguntó con autoridad.

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MINUTOS ANTES...

Sylas se encontraba acostado en su cama, había pasado toda la noche leyendo el libro que le había dejado Lux y se fue durmiendo alrededor de las 4 am, pero antes guardó muy bien el libro en un rincón del muro que le servía de reposo.

Estaba pensando en su compañía diaria, no habían pasado ni 12 horas desde que la vio por última vez y ya la extraña. Se había descubierto en muchas ocasiones vagando sobre ella, cuando esta no esta con él, ansiaba su presencia, se había vuelto dependiente a sus visitas. Habían compartido muchas lecciones de magia, conversaciones graciosas, profundas, reflexivas, personales.

No posee mucho conocimiento sobre ella, lo único que sabe es su nombre, que su familia es muy estricta y poderosa, que tiene un hermano mayor, pero un poco más joven que él, que trabaja con los iluminadores, le confeso que esta organización acepta personas con magia (esto impresiono al hombre).

Aún recuerda cuando ella le pregunto su edad y él se quedó pensando mucho tiempo, porque no sabía en que año estaban, había perdido la noción de este por estar tantos años en prisión. Ella le había dicho que estaban en el 996 B.N, teniendo ese dato le dijo que tiene 30 años, ella le bromeo diciéndole que es un viejo, ya que ella tiene 20.

Él solo de río de eso, aunque también le sorprendió saber su edad, porque pensaba que ella era más joven. En realidad, le calculaba 17 años. Pero dejando eso de lado, desde anoche no deja de pensar en ella más que antes.

Todavía tiene a flor de piel como su cuerpo se estremeció al recordar su vestimenta de la noche anterior, estaba acostumbrado a verla con su habitual ropa, pero la verdad lo agradeció internamente, aunque tenga 15 años de estar encerrado, tiene muy en claro su orientación sexual, no podía negar que la rubia era en extremo bella, casi podía compararla con una diosa. ¿Por qué con una diosa?, simple, por su rubia cabellera, hermosos ojos azules, con un cuerpo que cualquier hombre pudiera desear, delgado pero proporcionado eso pudo notarlo ayer, con unas hermosas piernas que a simple eran tersas y suaves, cuanto deseo tocarlas.

Le asustaba lo que empezaba a sentir, era lo único que podía pensar.

Un sonido desagradable lo saco de sus pensamientos mas profundos.

A los lejos escucho la puerta abrirse y sonido característico de las armaduras, supuso que eran los guardias, así que actuaría como siempre lo hacía; indiferente a ellos.

Uno de los soldados golpeó los barrotes haciendo un ruido molesto.

- ¿Cómo se ha encontrado nuestro prisionero estrella? ¿Cómo me lo trata la vida? – el tono de burla era claro en la pregunta.

El soldado se enojó mucho al ver que no recibía respuesta alguna.

-Hey asqueroso mago te estoy haciendo una pregunta – demandó con fuerza.

- ¿Qué es lo que quieren? – refutó Sylas volviéndose para verlos, aún acostado.

-Vaya vaya, pero si aún puede hablar, pensábamos que ya se te había olvidado, ya sabes después de tantos años encerrado – esta vez habló el acompañante, al igual con un tono de voz burlesco seguido de una carcajada.

Su compañero se unió en sus risas. Acción que molestó a Sylas, pero tenía que mantenerse tranquilo, por más que tuviera ganas de golpearlos.

-Y según tú ¿por qué se me olvidaría el cómo debo hablar?, lo que se aprende no se olvida -recito el hombre muy diplomático.

-Quizás porque eres una abominación, un ser que no debería ni siquiera existir, en fin, una mierda para nuestra sociedad -expuso cruelmente uno de ellos.

Sylas se sentó y fijó su vista en ellos para después decirles.

-Según ustedes soy una mierda para la sociedad por poseer dones que están más allá de su ignorante incomprensión.

-No quieras victimizarte rata asquerosa, tu mártir no causa ningún efecto en nosotros -dijo uno de los soldados.

-Venimos a dejarte tu comida semanal o quincenal, ya sabes siempre nos acordamos de ti – tiraron por los barrotes una bolsa de papel pequeña.

El pelinegro ya estaba acostumbrado a estos tratos, eran su pan de cada día desde hace 15 años, Así que se levantó y fue a recoger la bolsa en el suelo.

Uno de los guardias noto un detalle significante y se lo comento al otro. Había notado que el prisionero tenía el cabello y la barba muy bien cortados.

-Dinos una cosa mago, ¿Quién te ha cortado el cabello y afeitado? – indagó.

Sylas que todavía estaba de pie, les mantuvo la mirada, pero no contestó.

- ¡CONTESTA MIERDA! – expresó el otro golpeando fuertemente los barrotes para asustar al hombre.

Pero el mago primero no les tenía miedo y segundo mantendría el silencio, no delataría a Lux.

-Con que así quieres las cosas, oye Maiki qué te parece si le enseñamos a la rata asquerosa que es de muy mala educación no contestar cuando se le hace una pregunta – comentó el soldado que respondía al nombre de Jeffrey abriendo la celda del hombre.

Ambos soldados entraron, uno de ellos rápidamente lo inmovilizó tomándolo por detrás de los brazos y el otro por enfrente lo golpeó fuertemente en el abdomen sacándole al aire, acción que lo hizo inclinarse.

-Quizás con esto la memoria se te refresque un poco -expresó Jeffrey agarrando del cabello haciendo que lo vea a la cara, para seguidamente darle un gran golpe en la mejilla.

Y así estuvieron unos cuantos minutos golpeando al pobre prisionero que seguía sin darles una respuesta, cosa que los enfadaba aún más.

Y Sylas pues él no podía defenderse estaba en una clara desventaja.

Se detuvieron cuando escucharon una voz llamándolos.

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- ¡Hey ustedes dos!, ¿Qué están haciendo?

Ambos soldados soltaron al hombre que cayó al suelo como un muñeco, sin ganas de nada ni fuerzas.

-Se... señor, este hombre nos provocó, le preguntamos de buena manera quien le cortó el cabello y lo afeito y no nos quiso decir – Explicó Jeffrey un poco nervioso por haber sido captados en el acto.

-S... si es cierto señor y aun así sigue sin decirnos quién fue – apoyo Maiki a su compañero.

- Y según ustedes ¿por qué el prisionero tiene que darles esos detalles? – expuso el encargado del área.

El hombre ya suponía quién pudo haber sido, pero tampoco hablaría así que solo le quedó la opción de atribuirse el hecho.

-Muy sencillo señor, se supone que solo nosotros entramos aquí y según recordamos la última que vez que vinimos fue hace 6 meses – agregó uno de ellos

-Recuerden que, si a mí se me da la gana entrar aquí, lo hago – hablo con autoridad -segundo el prisionero no tiene que darles explicaciones a ustedes, tercero fui yo la persona que le cortó y afeito el cabello, tercero yo soy la persona encargada del prisionero así que no quiero volver a verlos entrar aquí, y menos que yo lo ordene y para finalizar háganme el favor y se van de aquí.

Los hombres salieron apresuradamente de la celda y pasaron al lado de su superior disculpándose.

-Otra cosa este comportamiento no lo dejaré pasar, va directo a sus expedientes – los soldados empalidecieron ante esa confesión, pero no hablarían más, simplemente se fueron.

Sylas todavía estaba en el suelo, escupiendo sangre, estaba adolorido, lo golpearon en muchas partes, abdomen, pecho, espalda y más que todo el rostro. Trató de levantarse, pero estaba muy débil y volvió a caer. Cuando sintió un par de brazos que lo ayudaron a incorporarse y sentarse en el muro, esta acción le extrañó mucho al pelinegro y más aún que lo defendiera de los soldados y se adjudicará lo que Lux había hecho. No es que no conociera al hombre, claro que si desde que entro a ese horrible lugar el hombre calvo ya trabajaba aquí.

No se dio cuenta en qué momento el hombre calvo había soltado las cadenas y el collar metálico que lo mantienen apresado al cristal de petricita en el techo, lo volvió ayudar a levantarse para llevarlo al baño. El guarda le dio un poco de espacio para que se lavara, aunque siempre mantenía un ojo en él. Mas al rato, limpio de la suciedad y de la sangre (a lo poco que alcanzó a lavarse) ambos hombres volvieron al lugar de antes, lo volvió a esposar, pero en esta ocasión no lo hizo de sus pies y cuello, más bien le quito el aro de metal que estos tenían.

Todas estos gestos dejaron a Sylas muy confundido, en sí el hombre nunca le había hecho la vida imposible, así que no tenía razones para odiarlo, ojalá pudiera decir lo mismo de los otros, odiaba cada vez que venía, porque solo era para molestarlo

- ¿por qué haces esto? ¿por qué me ayudas? - preguntó Sylas, un poco mejor.

-Para tu buena fortuna, lady Luxanna te tiene mucho afecto y sé que esto no le gustara para nada- contestó muy normal.

El pelinegro se exaltó y su corazón se calentó de una rara sensación entre miedo y otra más que no podía explicar.

- ¿Tu lo sabes? – pregunto Sylas.

-Pues claro, soy yo la persona que ayuda a la señorita Luxanna a entrar aquí, así que no tienes que negar nada, ni hacerte el loco – dijo el hombre serio.

Este hecho impresionó al encadenado, nunca pensó que Lux tuviera un cómplice en sus visitas al recinto de cazadores de magos. ¿acaso este hombre sabía que la rubia era una maga?

-La acción de los guardias no quedará impune, ellos no tenían derecho a golpearte y menos cuando tu no los provocaste – informó seriamente.

Pasaron algunos minutos en silencio, hasta que Sylas lo rompió.

-Supongo que tengo que agradecértelo - hablo el pelinegro desde el muro donde estaba sentado

-A quien tienes que agradecer es a la señorita Luxanna, ella se preocupa por ti, todavía no sé qué es lo que viene hacer aquí y la verdad tampoco debe de importarme, yo solo le soy leal a sus demandas, pero sí te diré algo Sylas, caminas en hielo frágil - confesó el hombre.

- ¿por qué me dices eso? no te entiendo - Sylas levantó la mirada hacia al hombre de pie frente a él y en el fondo aliviado de saber que el soldado no sabía nada de Lux.

-La familia de la señorita es tremendamente poderosa, si se llegan a enterar de las visitas de la joven aquí, no dudaran en arrancarte la cabeza, no digo que yo la delatare, ¡por supuesto que no lo haría!, tenemos un trato que nos beneficia a ambos - el hombre calvo no dudo en decirle todo.

Sylas se quedó en silencio no sabía qué contestar.

- ¿Enserio que no sabes el apellido de la señorita? La verdad no me extraña que no te lo haya dicho – dijo un poco incrédulo, después recordó que la tía de la joven es la esposa del líder de los cazadores de magos - pero no seré yo el que te lo diga, así que me retiro, por órdenes de la señorita vendré todos los días, dos veces al día para que te puedas bañar, así como también te dejaré tu comida diaria para evitar incidentes como el de hoy, pero como ya sabes esto es un secreto así que lo único que te pido es discreción.

El hombre salió de la celda, cerrándola en el proceso, cuando iba a darle la espalda a Sylas este le dijo.

-No te preocupes, como bien has dicho esto es un acto que en tu caso denota traición, en el lugar de Lux, ella se metería en problemas con su familia y en mi caso pues... no dudarán en mandarme con el verdugo.

-Bien que sea nuestro secreto muchacho.

El soldado se despidió con un ademán de su cabeza y se fue dejando nuevamente a Sylas en soledad.

Cuando al fin el encadenado se quedó solo, no pudo evitar pensar en lo que le dijo el hombre, por primera vez desde que conoce a Lux, le ha dado curiosidad por saber quién es su familia, sabía que Demacia tenía muchas familias nobles de alto renombre estaban: La familia real, Buvelle, Laurent y los Crownguard. Esta última familia es la responsable de su estado actual.

-Lux no me importa que pertenezcas a una familia noble, lo único que espero, es que no seas una Crownguard.

Y con ese pensamiento se durmió, la paliza que le dieron le estaba pasando factura.

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HORAS MÁS TARDE

Lux hacía su aparición diaria en el recinto de cazadores, en esta ocasión portaba un bonito vestido color salmón, encima de este su habitual capa oscura, estaba emocionada por ver a Sylas, quizás con un baño luciría más decente, aparte de eso le llevaba unos pequeños obsequios, ya deseaba mostrárselos y ver lo contento que se pondría.

-Lady Luxanna – llamó alguien.

-Buenas tardes buen hombre – saludó a su cómplice.

-Qué bueno que vino señorita, antes de que la lleve al lugar de siempre tengo que contarle algo – lucía un poco nervioso, porque sospechaba de la reacción de la muchacha.

-Dígame – dijo ella muy educada.

-Vamos a mi oficina, para esto es necesario tener privacidad – expresó él.

Él la guio hasta su oficina, ambos tomaron asiento, ella estaba deseando que hablara rápido, deseaba ver a Sylas.

-Hoy en la mañana dos soldado fueron a la celda de Sylas, y al ver el estado actual físico de él no dudaron en arremeter con preguntas, claro él nunca la delató señorita, pero digamos que a los guardias no les gusto el hecho que el guardara silencio así que... - de pronto el soldado guardó silencio cosa que estreso a Lux, temía por la seguridad del encadenado.

- ¿QUÉ? ¡NO SE CALLÉ! ¿QUÉ LE PASÓ A SYLAS? – grito la rubia golpeando el escritorio.

-Entraron a su celda y lo golpearon – soltó la bomba de una vez – Pero llegué a tiempo, pude ver todo porque me dirigía a cumplir la orden que usted me dio ayer.

Luxanna se levantó rápidamente, su cara estaba tan roja, reflejaba la furia que estaba conteniendo.

-Necesito verlo y saber cómo está.

-Por supuesto vamos.

Al llegar a la celda de Sylas, todo estaba a oscuras, así que el guarda encendió un par de antorchas y las colocó en lugares adecuados que iluminarán el área, si Lux estuviera sola, hubiera usado su magia, pero por obvias razones no podía hacerlo.

-Abra la celda -ordenó Lux.

Gracias a la iluminación del lugar, la rubia pudo ver rastros de sangre en el piso, se le encogió el corazón al ver esto.

Cuando la celda estuvo abierta, no dudo en entrar e ir hacia el hombre que estaba acostado en el fondo, estaba profundamente dormido, pudo ver como su gran espalda musculosa presentaba algunos moretones, no quería imaginar cómo le habían dejado el rostro.

-Sylas despierta – llamó la maga, poniendo una mano en su espalda.

El hombre abrió lentamente sus ojos y percibió una calidad mano tocándolo, se volteó un poco adolorido y le dio vista a la mujer de su rostro amoratado y golpeado.

-Ohh Sylas ¿Qué te han hecho? – preguntó con voz muy lastimera.

-Estoy bien Lux – contestó él haciendo caras de dolor por doquier.

- ¡Cómo vas a decir que estas bien! Estas lleno de sangre y moretones – dijo ella muy triste viendo la gravedad de sus heridas.

-Mi lady ¿quiere que le consiga instrumentos médicos? -El hombre calvo estaba impresionado de ver la confianza que hay entre ambos.

-Si por favor – ella ni lo vio, su vista estaba enfocada en Sylas.

El soldado se retiró, dejándola sola con el hombre.

Lux se arrodilló para ver mejor a su amigo, tocó su rostro muy delicadamente.

-Sylas, ya se todo lo que paso, me siento muy mal – ella comenzó a llorar – si no te hubiera cortado el cabello, no tendrías que haber pasado por esto. ¡Perdóname por favor!

-No Lux, no tengo nada que perdonarte, lo que hiciste te lo agradezco, simplemente tope con mala y buena suerte al mismo tiempo, ese hombre llegó a tiempo y detuvo la golpiza, quizás a estas alturas estaría peor – expresó él tomando la mano que estaba en su mejilla y limpiando sus lágrimas -Solo mira cómo te dejaron esos desgraciados– ella sonaba en extremo afligida.

-Lux ¿por qué...

Sylas fue interrumpido por el guardia que volvió a aparecer.

-Aquí tiene señorita – el hombre le dejó un pequeño botiquín médico.

-Ayúdame a sentarlo y a recostarlo en la pared por favor – solicitó Lux, cuando su demanda fue realizada ella le dijo que se podía retirar.

-Aquí tiene las llaves señorita por si necesita algo más búsqueme – con eso dicho el hombre calvo se retiró, dejándole dos juegos de llaves, ella solo asintió con su cabeza.

Cuando se aseguró que estaba sola se quitó la capa tirándola por ahí y se sentó en el muro. Abrió el botiquín y sacó un frasco con alcohol y gasas para limpiar las heridas de él.

-Esto te dolerá un poco – tomo una gasa la mojo con alcohol y la paso en su ceja rota.

Así estuvo unos minutos limpiando la herida de su ceja, mejilla, borde de su boca y labios que estaban lastimados, lo único que emitía el hombre eran sonidos de dolor por el contacto con el líquido antiséptico.

Cuando ella terminó con su rostro vio que su pecho tenía una herida en forma diagonal, que atravesaba desde su pectoral izquierdo hasta el centro de su pecho. Ella dirigió su mano a esa parte en específico y cuando sus dedos lo tocaron él se exaltó, pero al mismo tiempo le gustó sentir la calidez de su tacto.

Lux por otra parte tenía sus ojos clavados en su pecho, le encantaba la sensación que le transmitía, era electrizante y caliente, podía sentir con mucha facilidad la dureza de su pectoral como así mismo el vello del área, por primera vez fue consciente de la evidente atracción física que sentía hacia él. Su vientre se contrajo al descubrir esto.

Sylas por otra parte no le quitaba la mirada de encima, desde que había comenzado a curarlo, Estaba tan concentrada que no se había percatado de la forma en que la miraba. Para él la rubia era como esas princesas de las que solo había leído en cuentos infantiles, cuando solo era un niño, hermosa, bondadosa, siempre dispuesta ayudar a otros cuando lo necesitarán, pero encerrada en un mundo cruel y déspota.

Su tacto era suave, y sin que ella lo supiera provocaba muchas sensaciones en el hombre que no eran desconocidas, porque ayer las había comenzado a sentir. Ese raro ambiente incomodo y caliente hacia su aparición.

-Lux – la llamó.

-Perdón, ya casi termino – dijo ella un poco roja por lo de antes.

Limpio muy rápidamente la herida anterior, quería evitar la tentación en la que había caído antes.

- ¿Te sientes mejor? – preguntó ella tratando de ocultar su rubor

-Un poco adolorido, pero al menos mis heridas no se infectarán – contestó él, había notado la acción anterior de la rubia, no podía negarlo, porque él había sentido lo mismo.

-Yo mejor me voy, así te dejo descansar, volveré mañana, aparte de eso te traeré una buena comida y tus obsequios por supuesto – ella estaba por levantarse del muro para darle espacio.

-No tienes necesidad de que te vayas, puedes quedarte y así mientras me da sueño me muestras lo que me trajiste – dijo él interrumpiéndola y tomándola de su brazo muy suavemente.

-Está bien, me quedaré contigo – la rubia se sacó su típico bolso de lado, y lo puso en su regazo.

Ella sacó muchas cosas de el, específicamente, objetivos de higiene personal: cepillo de dientes, pasta dental, shampoo, jabón y demás cosas, Sylas al ver la pasta de olor lo tomó con sus manos e inmediatamente se lo llevó a su nariz.

-Tenía años de no ver una pasta de jabón, me gustaría darme un baño, pero tendré que esperar a mañana – exhalaba profundamente el olor a jazmín del pequeño objeto.

Lux al ver cómo el hombre tomaba la pasta y la olía, hizo que su estómago se revolviera de pesar, Sylas había tenido que pasar el infierno en la tierra.

-Si quieres hazlo - dijo mostrándole un juego de llaves - Creo que abren el dispositivo que las mantiene adheridas al cristal de petricita.

La rubia soltó las cadenas de sus grilletes, estos últimos no, pero al menos tendría un poco de comodidad.

-ohh también te traje un paño, ropa y una cobija, bueno... pantalones, tuve que calcular tu talla, espero que si le haya atinado – Lux sacó dos pantalones de su bolso muy parecidos a los que usa y una manta gruesa.

Ella observó cómo el hombre miraba las cosas con un brillo en sus ojos azules medianoche.

-Lux, ¿Por qué haces todo esto?, No me lo merezco – preguntó él viendo como ella guardaba todas las cosas en una pequeña bolsa plástica.

-Porque eres mi amigo y es mi forma de agradecerte lo que has hecho por mí. Y como dices que no te lo mereces, todos merecen amabilidad en la vida - expresó ella mirándolo a los ojos, él le sostuvo la mirada.

Otra vez esa sensación hacia presencia.

-Saldré un momento para que te bañes - interrumpió ella saliendo -Tomate el tiempo que necesites.

20 MINUTOS DESPUÉS

Lux estaba caminando de un lado a otro fuera de la celda, se sentía muy confundida por la sensaciones que ha estado sintiendo desde que conoce a Sylas, las miradas profundas, los toques inocentes, las mariposas en el estómago, la atracción que siente al verlo, como su físico le causa tentaciones, todo esto la aterra, porque nunca se ha sentido así en su vida.

En el fondo se escucha el sonido del agua y recuerda que el pelinegro está ahí, su mente ya comenzaba a imaginar el agua recorrer su fuerte cuerpo, ver su espalda contraerse por el movimiento, no podía evitar que la temperatura de su cuerpo aumentara.

Su lado oscuro le decía que echará un vistazo y así lo hizo.

Se asomo y pudo verlo de espaldas, completamente desnudo, era un visión de lo más erótica para Lux, había leído libros suficiente para conocer la anatomía de un hombre, pero esto era muy diferente, Sylas no se parecía en nada a las imágenes que su cabeza guardaba. En un momento determinado él se colocó de lado y le dio vista de su parte masculina, para sus ojos se veía muy atractiva a pesar de su dormido estado, en realidad todo en él era muy atrayente. Lux comenzó a hiperventilarse, los vellos de su cuerpo se erizaron, así como también su centro femenino palpitaba con fuerza, ya conocía esa sensación; estaba excitada.

Cuando vio que cerraba el grifo, ella inmediatamente salió de ahí, no quería que él se enterase de lo que había hecho. Al cabo de cinco minutos Sylas salió ya seco y vestido.

-Listo – dijo él.

Ella entro de vuelta a la celda, actuando como si nada hubiera pasado.

-Vaya que cambio, te ves mucho mejor – expreso ella, tratando de verse normal.

La verdad es que el hombre se veía muy diferente, más limpio, con fuerzas, si pudiera describirlo en dos palabras seria; rejuvenecido y guapo.

El hombre volvió a tomar asiento en el muro, mientras escondía en un rincón los regalos de Lux. Ella tomo asiento a su lado para ponerle nuevamente las cadenas en sus grilletes, esta acción no le hacía gracia a Lux, pero tenía que hacerlo y sabía que él entendía perfectamente.

-Muchas gracias Lux, no sé cómo agradecerte lo que haces, nunca nadie se ha preocupado tanto por mí, eres la lucecita que vino a iluminar mi miserable existencia y mi lúgubre celda – el hombre volvió a verla con esa mirada que la ponía en extremo nerviosa.

- ¿Lucecita?... me gusta cómo suena ese apodo – dijo ella bajando su mirada porque ya no soportaba su intensidad.

-A si te diré de hoy en adelante ¿te parece? – tomo su barbilla para hacerla levantar su mirada de nuevo.

-Sí – su voz sonó como un susurro, esta acción hizo estremecer al hombre.

Sylas no era ciego había notado su hermoso vestido de igual estilo que el de la noche anterior, siempre muy limpia, bien vestida y luciendo perfecta, sin querer volvió a tener el mismo efecto de antes.

Y sin que lo notaran ambos se fueron acercando poco a poco, ella poso su manos en sus fuertes brazos. Él por su parte acuno con su mano derecha su mejilla izquierda, Lux instintivamente cerro sus ojos, le estaba dando luz verde a que continuara.

Lux estaba nerviosa y temblorosa, tenía toda clase de sentimientos encontrados. Pero lo que ella no sabe es que Sylas también estaba nervioso, no sabía que hacer o cómo actuar, nunca había estado en una situación así, solo sabía que se moría por besar a la hermosa joven que estaba enfrente, ella lo atraía mucho, pareciera que la maga aparte de dominar la magia de luz era una bruja porque está seguro de que lo ha hechizado.

Sus labios casi se rozaban, podían percibir el olor, la piel y la respiración del otro, estaban a punto de besarse cuando ella despertó de su ensoñación y se apartó rápidamente de él, tomo su capa y bolso del suelo y salió corriendo como alma que lleva el diablo.

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¡Buenas tardes gente linda!

Yo aquí de nuevo con un nuevo capítulo de esta historia que me tiene como el meme de gato tocando las teclas de la computadora , he tenido arrebatos de inspiración, por eso les tengo una sorpresa, hoy no va haber un capítulo si no dos capítulos .

Me encanto escribir este capítulo y más que todo las escenas Sylux, ellos son tan cute, espero que ustedes perciban como lectores lo que yo trate de describir. Por otra parte, me dije a mi misma que ya era tiempo que pasara algo entre ellos, y sé que ustedes también lo estaban esperando y pensar que lo bueno todavía no viene todavía

No me odien por hacerle pasar un mal rato a nuestro viejo sabroso, pero es que siempre me he imaginado un escena así, y aparte lo necesitaba para enganchar más el Sylux. Sylas comienza a sospechar sobre los orígenes de Lux, lo único que puedo decirles es que dentro de muy poco saldrá la verdad a la luz

El capítulo en si iba hacer más largo, pero mejor lo corte, no sé si les gustan o les aburre los capítulo largos, si es asi, háganmelo saber por favor

Nos vemos dentro de un rato con el próximo capítulo.

No olviden dejar su voto y su humilde comentario.

Espero que el capítulo les guste.

Se despide cordialmente.

Dixiana98

Pd: Las imágenes no son de mi autoría, más la portada sí.