CAPÍTULO 7
PENSAMIENTOS IMPUROS
LAGO PLATEADO
CIUDAD ALTA
Se puede ver a una mujer de cabello rubio largo de ojos azules, alta y entallada con una armadura en color plata y oro, su sola presencia inspira respeto, subordinación y por qué no... Miedo, entre los soldados demacianos, pero, así como era la pesadilla de algunos, para las muchas mujeres ya sean aristócratas o plebeyas era un vivo ejemplo de la inclusión femenina en la política, estrategia militar. A pesar de ser un miembro de los Crownguards, esta mujer ha luchado por estar en su actual posición y espera que en el futuro más mujeres lo hagan.
La mujer se encontraba hablando con su sobrino, en la casa principal de los Crownguards, Garen había vuelto hacía unos días atrás de su misión con la vanguardia valerosa, había averiguado por boca de la propia Katarina que Noxus no planeaba nada contra Demacia, pero si le pregunto el por qué se habían avistado guerreros noxianos cerca de su nación, ella le había dicho que no estaban haciendo nada ilegal, ya que ellos se encontraban en tierra neutra, pero muy cerca al reino militar.
Pero ahora el tema de discusión era otro, hablaban de la menor de la familia, de la joven y maga Luxanna.
-Tía no podemos seguir fingiendo que no pasa nada, Lux no cambiaría nunca – habló Garen sentado en su escritorio con las manos cruzadas.
Garen le había confesado a su tía como había visto a su hermana manifestar magia de luz.
-Ella desprestigia la ley, algún día le dirá algo incorrecto a la persona equivocada o aún peor, hacer algo que ponga en duda nuestra lealtad a la corona por su naturaleza – explicó el gran guerrero -con el tiempo la luz de Demacia se mostrará cómo tal y no podré protegerla.
-Entonces asegúrate que no lo haga -expresó Tianna Crownguard con una mirada fría.
Ambos guardan silencio hasta que la mujer suspira fuertemente, pensando en la única solución factible y viable al problema de su sobrina.
-Pronto el rey Jarvan III le cederá su trono a su hijo, pero la condición para esto es que él debe de comprometerse con una noble y casarse con ella, solo así será rey – Tianna caminó hasta posarse en una de las grandes ventanas de la habitación.
Garen se levantó exaltado.
-Jarvan se casará, yo... no lo sabía.
-Garen querido la corona disfruta de su privacidad, yo sé esto de antemano por qué ser la mariscal– indicó la mujer volteando a ver a su sobrino – espero que guardes el secreto.
-Si Lux se casará con Jarvan, nadie podría acusarla de nada – dijo el hombre estando en frente de su tía. – pero ella no ha vuelto a exteriorizar su magia.
- Esperemos un poco querido, no apresuremos los hechos, pero piénsalo... es la manera más fácil y sencilla de proteger a Lux – la mujer lo tomó de sus hombros y lo abrazó, ella amaba a sus sobrinos, pero la verdad es que tenía una preferencia por Garen, era el orgullo de la familia.
-Está bien tía, de todas formas, no olvidaré esta conversación, si veo que Lux vuelve a manifestar sus poderes no dudaré en ir a hablar con Jarvan y dar su mano en compromiso – habló el líder de la vanguardia valerosa, devolviéndole el abrazo.
-Muchas gracias por tu sabio consejo tía Tianna – y con eso Garen salió de la oficina.
Mientras tanto la mujer se quedó pensando en todo lo que le había contado su sobrino, ella y Lux no se llevaban muy bien, la muchacha siempre le ha parecido rebelde y nunca acorde a las reglas de la familia. Siempre ha expresado su sueño de viajar y ayudar a su reino, así como también su desacuerdo en casarse y dedicarse a las labores del hogar.
-Defiendo el hecho de que la mujer tiene un propósito más especial que ser solo ama de casa, también podemos hacernos cargo de puestos masculinos, así como también brindarles soporte en el ejército.
-Hay Lux me recuerdas a mi cuando era joven, yo nunca quise ser solo una mujer de hogar, quería demostrar al reino que las mujeres si podemos desempeñar cargos que solo hombres han realizado, tu visión de la vida es lo único en lo que podemos estar de acuerdo tu y yo – la mujer rubia tomó una copa del escritorio y bebió de ella.
Tianna podría verse ruda, pero en el fondo era una mujer sensible, que se preocupaba por su familia, está casada sí, pero lo hizo después de haber logrado insertarse en el ejército y aunque en un punto de su vida al tener muchos logros, puestos, objetivos y demás, soñó con ser madre, pero se topó con la terrible noticia que nunca podría serlo, así que ella y su marido decidieron dedicarse en cuerpo y alma a su reino. Por eso su preocupación hacia sus únicos sobrinos.
- Aun así, no dejaré que pongas el apellido de los Crownguards por debajo, así tenga que obligarte a que te cases con el príncipe y me odies por el resto de tu vida, algún día entenderás que es para protegerte.
Una lágrima se deslizó por la mejilla de Tianna, no podía soportar la idea de que su sobrina poseyera lo que por años el reino ha cazado con pasión. Seco la humedad con una de sus manos e hizo parecer que no pasaba nada.
Camino hasta la puerta y antes de salir dijo.
-Nunca, mientras yo esté viva Lux no será señalada como una abominación.
Y con eso salió de la oficina.
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EN LA NOCHE
PALACIO REAL
Jarvan IV se encontraba viendo toda Demacia, desde uno de los múltiples balcones de su hogar, la última visita a Shyvanna lo dejo con un amargo sabor, por más que le da vuelta a la situación no encontraba la forma de hacerla su legítima esposa, su reino era muy cerrado, bueno si se pone a pensar él alguna vez fue igual, pero pudo cambiar, ¿por qué los demás no lo hacen?
Sintió una mano en su hombro descubrió que era su padre, colocó su mano encima de la de su padre.
-Padre – saludo.
Ambos miran el vasto reino.
-Dentro de poco toda Demacia estará bajo tu mandato – Jarvan III un hombre ya entrado en los 60, pero aun así lograba verse apuesto.
-Te voy a hacer sincero padre es lo que más ansío, pero al mismo tiempo me atemoriza el no ser un buen rey – expresó el más joven.
-Hijo mío desde niño te has preparado para esto, harás un excelente trabajo – dijo el hombre mayor – hijo yo ya estoy cansado y quiero descansar, ya dejé mi legado es hora de que empieces a cosechar el tuyo.
-Aparte también quiero tener nietos pronto, me hace mucha emoción – su corazón se hinchaba de mucha emoción al imaginar pequeños niños corriendo en el castillo, desgraciadamente no pudo tener más hijos – Así que espero que pronto me cumplas ese deseo hijo.
- ¿Nietos? ¿Quieres que me case pronto? – preguntó Jarvan IV un poco desconcertado.
-Hijo mío hay algo que debes saber, antes de que te vuelvas rey, lo mínimo que espero es que estés comprometido con una buena mujer, es la condición que te doy para que te conviertas en rey – sabía que su retoño no estaría muy complacido con esa noticia.
- ¿Qué? ¿Casarme? No estoy listo para eso padre, aparte ya sabes que no es mi deseo casarme sin amor, yo quiero tener una hermosa historia como la tuya y la de mi difunta madre – expresó un poco alterado por la noticia.
-Y puedes tenerla, pero para eso tienes que conocer una hermosa mujer que te haga vivir ese sentimiento -indico el rey -pronto se celebrará tu cumpleaños 28 y espero que en ese baile encuentres una doncella noble que te agrade.
Y mencionó la palabra a la que más le tenía miedo Jarvan, "noble" él quería a Shyvanna, pero por lo visto su padre no aceptaría.
-Estoy jodido – pensó el príncipe de Demacia.
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Lux había llegado a su casa muy apresurada, subió a su habitación y se encerró en esta, todavía estaba muy impresionada por lo que pasó con Sylas, esa clase de sensaciones no eran normales en ella.
Se sentía completamente excitada, aún tenía en su mente la imagen del hombre desnudo bañándose y así como también la sensación de ser casi besada por él. Ella nunca había besado a un hombre, era virgen en todos los sentidos de la palabra.
Decidió que se daría un baño para bajar la alzada temperatura de su cuerpo.
Se quitó toda su vestimenta, reemplazándola con su bata de baño tejida, esperó unos minutos para que la tina se llenara, agregó las esencias de baño, se desvistió e ingresó a la tina lentamente. La rubia se recostó en la tina tratando de relajarse y que el frío del agua bajara la excitación presente, al cabo de unos minutos a su mente regresó Sylas, su femineidad se encendió.
Sus manos se dirigieron a sus pechos y los apretó mientras tocaba sus pezones suavemente, sacando jadeos muy bajos de su boca. Cuando se dio cuenta sus dos dedos estaban en su zona íntima, acariciando con fervor su clítoris, ahora gimiendo en voz alta, Sylas la había excitado soberanamente. No era la primera vez que se masturbaba, lo venía haciendo desde que tenía 15 años, pero en esta ocasión era muy diferente, la sensación era más concentrada y fluida.
Fantaseaba con el hecho que los dedos que la tocaban no eran los suyos, si no los del hombre que eran grandes y gruesos, podía imaginar al hombre encima de ella, tocándola, chupando sus pezones duros por sus mimos, se imaginaba a sí misma arqueada para él, recibiendo gustosa sus caricias, estaba un poco impresionada por sus pensamientos nada acordes a una virgen.
Su final estaba tan cerca que no podía evitar que sus dedos se movieran más rápido, que sus gemidos antes bajos ahora se escucharán con más fuerza, abrió tanto sus piernas que una de ellas se salió y quedó colgando de la tina, su vientre comenzó a contraerse y al llegar se arqueo con fuerza agarrándose con fuerza del borde de la tina y exhalo el nombre de Sylas mientras cabalgaba en la sensación de su orgasmo.
Fue la sensación más increíble que haya sentido en su vida.
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En unos de los campos de entrenamiento del ejército demaciano, muchos de los hombres ahí presentes se encontraban entrenando arduamente, cuando el príncipe heredero hizo su aparición, vistiendo ropa acorde a la actividad, muchos dejaron de hacer lo que hacían para mostrar señal de respeto al joven.
Garen al ver a su amigo fue a saludarlo e invitarlo a que entrara con él a una de las carpas para que pudieran ponerse al corriente.
-Alteza – dijo inclinándose.
-Garen amigo mío sabes que no estás en obligación de hacer eso – expresó el futuro rey de Demacia.
-No sería correcto ni educado – ambos se dieron un fuerte apretón de manos.
-Patrañas, somos amigos desde niños, la confianza que hay es distinta, pero dejando ese tema lado, hoy estoy aquí no como Jarvan IV, ni como príncipe, estoy aquí porque te necesito amigo – el tono de Jarvan era muy triste.
- ¿Qué sucede? – preguntó el castaño algo preocupado, haciéndole señas para que tomara asiento.
-Esto nadie lo sabe, pero confió demasiado en ti para contártelo, sabes de mi relación con Shyvanna y ahora mi padre me dice que para que pueda ser rey tengo que casarme o mínimo tener una prometida, yo... siempre he querido que ella sea mi esposa y por más que le he dado vueltas a mi cabeza que puedo hacer, no se me ocurre nada – todo esto ha tenido muy estresado al hombre desde que su padre se lo dijo.
-Yo...no sé qué decirte Jarvan – Garen tenía que hacerse el sorprendido.
-No tienes que decirme nada, yo solo quiero que alguien me escuche, tendré que renunciar a la mujer que realmente amo para atarme a una vida que no quiero, pero que debo tomar, ¿entiendes lo que eso se siente? – la voz de Jarvan sonaba tan lastimera que le hizo recordar al castaño su situación con Katarina, sabía que un posible futuro con la pelirroja era imposible.
-Sé lo que se siente amigo, pero tienes que ver el lado positivo, lo haces por tu reino y es tu deber y derecho desde que naciste, estoy seguro de que ella lo entiende – ambos jóvenes se guardan el secreto mutuo de sus amores imposibles y prohibidos.
-Ella lo entiende perfectamente, pero no deja de dolerle, lo único que me pide es que su gente sea libre, que cuando sea rey cambie o reforme las políticas contra los magos y criaturas mágicas, yo se lo prometí Garen y tengo que cumplirle, si no que clase de rey sería – particularmente esta confesión le interesó al castaño.
Si Jarvan tenía pensado en ayudar a los magos eso era bueno para su hermana, aun así, no dejaba de pensar en lo que su tía le había dicho, pero aún no movería su carta escondida, dejaría que su amigo quizás eligiera quien sería su prometida.
Estaría muy atento a sus movimientos con relación a su futuro matrimonio, puede y solo puede que exista la posibilidad de que su hermana se convierta en la próxima reina de Demacia.
Después de eso ambos hablaron de la familia, su fiesta de cumpleaños. Jarvan le preguntó por Lux, esperaba verla pronto, habían pasado unos meses desde la última vez que la vio, quizás en su fiesta de cumpleaños podría compartir con ella.
Y, por último, a petición de Jarvan, le dijo que para distraer la mente entrenarán.
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Sylas se encontraba durmiendo plácidamente en su cama, bueno ya saben... en su muro de cemento, cuando de pronto sintió que una presencia se subía encima de él y comenzaba a moverse lentamente en su región pélvica, abrió sus ojos rápidamente encontrándose con la hermosa imagen de Lux en un camisón de dormir blanco, con un diseño algo parecido a sus vestidos anteriores, pero flojo.
Su vestimenta era tan blanca que él podía observar con facilidad sus pezones a través de la camisola, ella noto ese hecho y tomó una de sus manos llevando la a esa área, al sentir lo blando de su pecho y la dureza del pezón, no pudo evitar apretarlo suavemente, arrancando un quejido de su boca, mientras echaba su cabeza hacia atrás.
Su miembro ya estaba duro por su movimientos, como le encantaba esa mujer, tantos años en la oscuridad y ser tratado de esa manera por una joven tan bella como la maga, era muy bien recibido, era un hombre después de todo.
Fue increíblemente sorprendente y jodidamente erótico cuando agarro dos de sus dedos los paso por el borde de su labios que siempre estaban pintado de un tono rosa brillante, para después introducírselo y lamerlos como un dulce. Las pupilas de Sylas se dilataron al ver la tremenda escena, era demasiado.
Se irguió rápidamente y la abrazó de su fina cintura, y la beso, primero lento, era inexperto en el tema y tal parece que ella también, Lux envolvió sus brazos en su cuello, mientras se apretaba a él, aun besándose, no dejó de moverse. Más al rato su beso dejó de ser dulce, tierno e inexperto para convertirse en uno apasionado y deseado por ambos, ella gemía en su boca y él respiraba en la de ella, una de sus manos se tomó la libertad de rodar por su pierna, como lo había ansiado desde aquella noche, era tan suave como se veía.
Aun tocando su pierna, sus caricias bajaron a su suave, terso y blanco cuello, aspiró el delicioso aroma de su piel, beso y mordió esa área, su otra mano apretaba uno de sus medianos pechos, la rubia solo podía acariciarle el cabello guiándolo a los lugares donde quería que sus labios la tocaran, le brindaba el espacio que necesitará arqueándose hacia él, su barba se sentía jodidamente bien ahí, sus suspiros eran más fuerte que antes, Sylas estaba muy complacido con las respuestas que la joven le daba, eran señal que le gustaba.
Cuando su boca llegó a su escote, no ansiaba más que bajar la tela y brindarles a sus ojos la dicha de ver aquella zona tan blanda, la volvió a ver y ella asintió, esa era su respuesta, su luz verde para continuar. Y así lo hizo, sus ojos se encontraron con dos protuberancias adornadas con una aureola y pezón rosados como sus labios, no dudó en arremeter contra uno de ellos, besando, chupando como un bebe que se alimenta del pecho de su madre.
La rubia gemía tan lascivamente que lo hizo gruñir como un animal en celo, todo de ella lo encendida de una manera indescriptible, no solo su tacto y olor era delicioso, también su sabor, ya era adicto a todo lo de ella, no quería imaginar lo que sería probar y hundirse en su cavidad femenina. Su boca se separó de su pecho y la besó suavemente.
-Lux, te deseo – sus palabras salieron por sí solas, solo buscaba expresar su sentir.
-Sylas quiero que me folles, hazme lo que todos estos años has tenido que reprimir, soy tuya esta noche y todas las que vengan – expresó la muchacha, levantándose de su regazo y quitándose su camisón, mostrando todo su cuerpo desnudo.
La forma tan vulgar y soez en que se lo dijo lo provocó aún más, claro que se la follaria, recorrería con su boca su hermoso cuerpo, lo marcaría como suyo, haría que nunca se olvidara de él, así como él no olvidaría a tan bella rubia de ojos azul como el cielo, que lo ha hecho sentir y confiar de nuevo. La tomó de su cintura e hizo que se sentara en su piernas de nuevo
Justo cuando pensaba volverla a besar.
Sylas abrió sus ojos de golpe asustado, estaba sudado, caliente y con una maldita erección dolorosa que se veía con extrema facilidad.
-Un sueño, todo fue un sueño – se dijo a sí mismo agitado.
Cuando vio su erección solo pudo decir "mierda", de verdad que a última vez que había visto a Lux, habían pasado cosas, hablando de eso ya ella tenía 5 días en que no se aparecía, sabía que se había pasado, la asustó, pero si algo sirve de consuelo para el hombre es que también estaba/está asustado, que los dioses bajarán y lo castigaran, pero las ganas de besarla ese día seguían presentes y ahora tiene estos sueños con ella.
Ya no era un adolescente, esto solo le pasaba antes de entrar a la cárcel, aún recuerda cuando le sucedió la primera vez y tuvo que decirle a su maestro, el finado le explico que eso era muy normal, que no tenía que asustarse, también le había dicho como desaparecer el "dolor" que sentía, tenía que masturbarse.
-Esto es muy vergonzoso – dijo mientras abría sus pantalones y liberaba su duro miembro.
Sería una mañana algo extraña y que cambiaría todo para el hombre que en todo momento no dejo de pensar en la rubia, el sueño seguía presente y le ayudó a resolver su problema. Al llegar no pudo evitar que el nombre de ella se le escapara de sus labios.
-Lucecita ¿Qué me has hecho? ¿Será que...? - no quiso terminar la frase.
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MANSIÓN CROWNGUARD
CAPITAL DE DEMACIA
Garen y Lux estaban cenando, habían pasado unos 4 días desde que su hermano regresó a casa, pero según sus palabras estuvo unos días en la casa principal, atendiendo unos asuntos con la tía Tianna, y después decidió que ya era tiempo de volver con su hermana, no le gustaba el hecho de dejarla tanto tiempo sola.
Ninguno había mencionado palabra alguna en esos días, ambos habían estado algo ocupados, así que Lux decidió romper el silencio
-Hermano ¿Cómo te fue en tu misión? -preguntó ella.
-Muy bien Lux, muchas gracias por preguntar - contesto.
-Qué bueno me alegro, no me gusta cuando te vas por tanto tiempo - comentó la rubia.
-Aunque fue bueno para mí, que te hayas ido un mes de casa- pensó Lux
-Pensaba quedarme unos días en lago plateado, pero tampoco me agrada la idea que estes sola en esta casa, algo podría pasarte, además se acerca el cumpleaños de Jarvan y siempre lo celebran con un fiesta en el palacio - agregó el hombre bebiendo de su copa.
- ¿Has visto a Jarvan? yo tengo tiempo que no lo veo - indago muy curiosidad.
-Si hace unos días en el entrenamiento - dijo Garen - pregunto por ti.
- ¡Enserio! - exclamó la rubia muy contenta, ellos se habían criado juntos, eran como hermanos.
-Me dijo que esperaba verte en su fiesta de cumpleaños - el castaño estaba muy complacido con eso, esperaba que algo surgiera entre su hermana y su amigo, para así poder vincular un enlace formal entre ellos.
- ¡Qué emoción! un baile real, hace mucho que no había uno -Lux irradiaba de alegría.
En un momento determinado una de las sirvientas interrumpió la cena, diciéndoles que había llegado correspondencia para ellos, Lux le dijo que se acercara y se la diera, la joven después se retiró.
- ¿Qué es Lux? - curioseo Garen.
-Es la invitación de lo que justamente estábamos hablando - le mostró el pergamino pulcramente enrollado.
Lux abrió el pergamino y leyó en voz alta.
Familia Crownguard.
Se abrirán las puertas de mi castillo para recibirlos. Hemos de celebrar el aniversario del nacimiento de mi hijo Jarvan IV, acontecimiento que demanda celebración en todo el reino y que debe ser festejado por todo lo alto. ¡Los esperamos!
Día: tercer sábado del mes presente.
Hora: 7:00 PM
Era oficial estaban invitados a unos de los mejores eventos del año.
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UNA SEMANA DESPUÉS
CELDA DE SYLAS
Lux ingresaba al lugar que había estado evitando desde hace 7 días, su última visita estuvo plagada de muchas sensaciones y sentimientos encontrados.
Desde esa noche su mente no ha dejado de pensar en aquella escena y por ende siempre termina satisfaciéndose ella misma el calor que emana de su centro.
Pero hoy está aquí nuevamente y espera que nada de eso vuelva a suceder, pero la pregunta es ¿Es lo que realmente ella quiere?
Al llegar vio que Sylas estaba dormido, se veía mucho mejor que antes, estos días estuvo preocupada por sus heridas, pero tal parece que se recupera bien.
Golpeó suavemente uno de los barrotes para ver si así lograba despertarlo. Tuvo suerte porque inmediatamente abrió sus ojos y al verla se levantó rápidamente llegando hasta donde ella estaba.
-Lucecita - se podía oír casi un grito de felicidad al verla.
-¡Hola! - saludo ella, mostrándose muy normal, aunque por dentro se estaba muriendo de nervios.
-Qué bueno que viniste - expresó el hombre, sintiéndose igual de nervioso que ella, solo que en su rostro no se notaba
- ¿Creías que no volvería más? - preguntó ella.
-La verdad... Si - contestó.
-Para nada es que estos días estuve muy ocupada, con los iluminadores, haciendo unas labores en mi casa y después regresó mi hermano y bueno... el tiempo se me pasó rápido - explicó tratando de no hacer contacto visual con él - lo bueno es que te había dejado un libro para que te entretuvieras.
- Lux no tienes que darme explicaciones, y sí, por cierto, ya lo terminé - no era mentira lo había terminado días atrás.
- Te las doy porque no quiero que pienses que no volveré más, aparte te traje otros libros - la rubia caminó hasta donde estaba el candado de su celda.
Se quedó pensando unos minutos si debía o no entrar, ¿Y si volvía a caer en la tentación? ¿Esta vez correría o lo permitiría? Al final mandó todo al carajo y se dijo que mantendría la distancia.
Abrió el dispositivo y entró, el guarda le había dado un juego de llaves para que ella las usará.
- ¿Cómo han estado tus heridas? - según ella se veía muy bien.
-He estado bien, ya no me duelen solo quedarán cicatrices, todo gracias a ti - él noto el hecho que ella estaba muy lejana.
Ella hizo a un lado su capa, dejando ver su vestido color lila y su típico bolso, sacó dos libros más, él entendió el gesto, le devolvió el anterior y tomó los nuevos.
Todo a su sana distancia.
-No podré venir en estos días, tengo un compromiso familiar, estos libros te mantendrán ocupado hasta que yo regrese ¿Te parece? - ella se dio media vuelta dispuesta a irse.
- ¡Lux espera! ¿Por qué te vas tan pronto? - él la siguió rápidamente y la tomó del brazo.
Justo lo que temía estaba pasando. Temía caer en la tentación.
Y sin tapujo alguno dijo las siguientes palabras
-Porque si me quedo no sé qué podría pasar, prefiero mantener mi distancia, espero que la respetes por favor - en ese momento sus ojos se encontraron, los de ella se veían muy fríos.
Se formó un silencio bastante incómodo entre ambos.
Sylas la soltó lentamente, entendió cada una de las palabras que salieron de su boca.
-Me disculpo por eso, lo entiendo y lo respetaré - dijo él viéndola salir de su celda.
-Hasta luego Sylas - la rubia se despidió sin mirarlo y se fue.
El hombre se pasó la mano por su cabello, sabía que la bonita relación que había construido con la rubia se fue al carajo, todo por actuar como un adolescente, bueno si se pone a pensar, él se quedó estancado en una edad emocional joven e inexperta, aunque su apariencia sea la de un hombre adulto.
No se le permitió experimentar las típicas sensaciones de un joven, nunca compartió con chicas, no tuvo la oportunidad de dar su primer beso, menos de tocar a una mujer.
Y ahora que por fin logró tener alguien que aprecia y que se preocupa por él, es su amiga, literal la caga. A veces se sentía como una mierda, piensa que es su culpa que ella esté así de arisca, aunque últimamente ha notado acciones en ella que le dieron que pensar, la forma en que lo ha tocado, las miradas profundas, ella y su jodida apariencia de muñeca lo ha provocado.
Está seguro de que ella siente lo mismo que él, lo percibe, esa vez que casi la besa ella cerró sus ojos, eso ha de significar algo ¿no?, la forma en que temblaba su cuerpo al acercarla al suyo.
-Maldición, las benditas ganas de besarla no desaparecen - se dijo a sí mismo - Aun así, respetare su decisión, prefiero olvidarme de todas estas emociones que perder su amistad.
Sylas iba a tomar asiento, pero sus ojos enfocaron algo brillante cerca de la puerta de su celda... esperen algo brillante, se agacho y lo vio de cerca, era un medallón en color plata, muy parecido al que Lux siempre lleva en su cuello, quizás se le cayó sin querer, para él era un señal del destino ella tendría que volver por el y así podría hablar tranquilamente y tratar de que todo fuera como antes.
Lo tomó y regresó a su lugar de descanso, se puso a verlo mejor, a leguas se veía que el objeto valía mucho dinero, pero no le extraña, ella misma ha confirmado que es una noble. Lo abrió y encontró una foto adentro, en ella se veían dos adultos, un hombre castaño y una Lux quizás unos años más joven; su familia.
Lo cerró y le dio la vuelta, sus ojos se abrieron exaltados al ver el símbolo que en él estaba junto al nombre de la rubia.
"LUXANNA CROWNGUARD"
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¡Hola de nuevo!
Ohh este capítulo estuvo plagado de suculencia, secretos, confesiones en fin de todo. El siguiente abarcara sobre la fiesta de Jarvan, puedo decir que de este capítulo en adelante, las cosas estarán super tensas.
Ya apareció Tianna Crownguard, por cierto, según mi perspectiva en la historia y personal también, es que ella se preocupa por sus sobrinos y solo quiere el bien para lux, agregue mi toque a la conversación Garen.
Ohh la hermosa amistad entre Garen y Jarvan, me pareció el momento indicado para mostrarla ¿Qué les pareció?
Sylas ya descubrió la cuna de Lux, les debo su reacción, prefiero dejarlo para después, solo les dijo que bonita no será. Y cuando se lo eche en cara tampoco. El destino de nuestra maga favorita cada vez está más cerca y no podrá evitarlo.
Nos vemos en el próximo capítulo.
No olviden dejar su voto y su humilde comentario.
Espero que el capítulo les guste.
Se despide cordialmente.
Dixiana98
Pd: Las imágenes no son de mi autoría, más la portada sí.
Pd2: Escena correspondiente al comic de Lux, créditos a Riot Games.
Pd3: Perdón por los errores ortográficos, a veces se me pueden pasar.
