CAPÍTULO 10

RECONCILIACIÓN

CELDA DE SYLAS

Sylas escucho el sonido característico de la puerta de metal que sirve de entrada, seguro era Dave que venía para cumplir con su tarea diaria, de por si era el único que entraba a su celda desde hace un mes.

-Dave ya te habías tardado – dijo él, acostado en su cama.

-Te equivocas no soy Dave – mencionó la rubia al otro lado de los barrotes.

Esa voz, la voz que más deseaba escuchar, cómo la había extrañado. Se levantó rápidamente y se acercó a los barrotes para verla.

-Lucecita – su tono era un poco desesperado.

¡Hola Sylas!, no te preocupes no me quedaré mucho, solo vengo a que me devuelvas mi medallón por favor – ella sonaba muy nerviosa.

En ese momento recordó que él lo tenía, buscó la bolsa que le había dado ella para guardar sus cosas personales y lo sacó de ahí.

-Toma – se lo devolvió, ella lo tomó, sus manos en ese momento se tocaron y despertó un sentimiento indescriptible.

Ambas miradas azules chocaron, la de ella se veía temerosa y la de él buscaba expresar algo sin éxito alguno.

Sylas sostuvo su mano delicadamente y ella se dejó hacer, todo era silencio hasta que ambos lo rompieron.

- ¿Quieres hablar de lo que pasó? – dijeron los dos al mismo tiempo.

-Nada me haría más feliz que eso Sylas - Lux nunca pensó que él también quisiera hablar.

-Hablemos entonces - el pelinegro le hizo una señal de que podía pasar.

Después de unos minutos, entró a su celda y tomó haciendo en el muro, mientras que él lo hizo en el piso. Lux decidió quitarle las cadenas para darle un poco de libertad.

El hombre no sabía qué decirle, sólo podía verla, estaba tan hermosa, claro que había notado su vestimenta y su cabello, cuando se quitó su capa.

Ella decidió romper el silencio incómodo que se había formado.

-La última vez que vine pasaron cosas que todavía no las entiendo, aunque no me creas, mira Sylas no te dije mi apellido porque no pensé que fuera necesario, ser una maga y mi linaje es una carga que se me hace muy difícil, nunca te mentí y nunca lo haría, pero, enserio necesitó que me expliques por qué dices que mi familia es la culpable de que estés aquí por favor - Lux habló con una madurez y seriedad nunca antes vista.

-Lux admito que me cegué cuando me enteré de tu linaje, sabía que eras noble de alta cuna, Dave me lo había insinuado, pero nunca pensé que fueras una Crownguard - ella lo interrumpió.

-Ahí es donde quiero llegar, ¿Qué te hizo mi familia para que le tengas tanto odio? - preguntó un poco desesperada.

-Antes de contestarte, necesito que me contestes algo tú primero - él suspiro y me dijo - ¿Qué es Tianna tuyo?

-Es mi tía Sylas - contestó no muy gustosa.

-Ella es mi problema Lux, cuando caí en prisión, se supone que iba a morir a manos del verdugo, pero, tu tía convenció al rey que sería mejor que me condenarán a cadena perpetua y me pusieran estos grilletes, así serviría de ejemplos para otros - confesó el prisionero.

Lux abrió sus ojos enormemente, sabía que su tía amaba los métodos crueles para someter a otros, pero jamás pensó que ella estuviera incluida en el asunto de Sylas.

-Sylas enserio no sabía nada de esto, mi tía y yo no nos llevamos muy bien, ella siempre ha querido imponer objetivos en mi vida, los cuales no quiero, por eso siempre chocamos - explicó ella.

Lux continuó su relató.

- Mi familia espera mucho de mí y yo... quiero un destino diferente al que ellos han tomado, por más que trato no puedo ser así, mi padre ha portado todos los cargos que se pueda imaginar en el ejército, actualmente debido a su edad es comandante de un gran batallón que cuida las costas de Vaskasia, mi madre se dedicó un tiempo a cuidarnos a nosotros pero hoy en día, es como la asistente de papá, siempre viajan juntos, mi hermano mayor es líder de la vanguardia valerosa, mi tía es mariscal- consejera del rey y mi tío Eldred es el líder de los cazadores de magos, ¿Puedes imaginar cómo me siento? Ellos esperan que me convierta en miembro de la guardia real y yo no quiero eso para mí vida - explicó la rubia triste.

Él se quedó pensando en todo lo que Lux acaba de confesarle, sentía un poco de pena por la posición en la que se encontraba, tenía que ser una carga muy pesada para ella.

-Sylas no quiero que pienses que estoy jugando contigo, porque no lo es, lo que te mostrado, es la verdadera yo, eres especial para mí, eres la primer persona física que me ha hecho saber y entender que mi maga no es cuestión para avergonzarme, me entiendes, me escuchas, eres igual que yo, hiciste que amara mi magia y mi don - ella solo esperará que él lo entendiera.

El pelinegro nunca esperó que la joven rubia, le tuviera tanto aprecio.

-Lux perdóname, no debí decirte todos esos insultos tan horribles, ni golpearte, tú... llegaste para iluminar mi espantosa vida, traes felicidad y color a este lúgubre lugar, te has portado tan bien conmigo y yo dudé de ti, aun sabiendo todos los riesgos que tomas para venir a este lugar - Sylas estaba avergonzado por su actuar pasado.

-No te preocupes, yo me disculpó por no haber sido más sincera desde el inicio, estoy tan acostumbrada que todos saben quién es mi familia, que lo pase por alto -la rubia de rasco su brazo un poco nerviosa.

-Me siento muy feliz de que hayamos podido aclarar este asunto - comentó él dándole una pequeña sonrisa.

- ¡Yo también! Es más, esto merece que lo celebremos - exclamó Lux muy contenta.

De su bolso de lado sacó frutas, pan, queso, todo perfectamente guardado en pequeñas tazas y finalmente una botella de vino.

Se puso de pie para poder abrir la botella, estaba tan contenta de que no vio que su medallón se había caído, Sylas que estaba en el suelo si lo notó. Dejó que ella terminará su misión, después de todo nunca ha abierto una botella de vino y no tenía idea de cómo hacerlo.

-Listo - ella volvió a tomar asiento, dejando la botella en el suelo

-Lux date la vuelta un momento por favor - pidió el hombre, sentándose a su lado.

Ella obedeció, le dio un poco la espalda, al instante sintió como sus manos pasaban por el frente y después por atrás, percibió el frío del metal en su pecho, él estaba poniéndole su medallón de vuelta.

Sylas no pudo evitar mirar su delicado cuello, sus ojos captaron un detalle, un pequeño lunar que estaba en el centro de su nuca, su boca deseaba por besarlo pero se aguantó, ella sin quererlo siempre lograba ponerlo muy nervioso y actuar como un chiquillo, a pesar de su edad.

Acercó su nariz al área y la olió, cerró sus ojos en el proceso, ella desprendía un olor delicioso, siempre usaba una fragancia distinta cada vez que venía.

-Sabes algo, lo del medallón fue una excusa para venir - confesó ella sintiendo su respiración en el lugar, también cerró sus ojos al percibir tan erótica caricia.

-Me alegro de no haberlo devuelto aquella vez, porque si no, no estuvieras aquí conmigo otra vez - el tono en que se lo dijo la hizo sonrojarse.

Ella volteó a verlo, Sylas le sostuvo la mirada con una intensidad, ya antes vista.

Su mano derecha se dirigió a la mejilla de Lux, ella instintivamente cerró sus ojos, aceptando el toque, acarició su pómulo tiernamente, Lux tomó su mano y la mantuvo ahí, mientras se inclinaba aún más en dirección a su caricia.

Las ganas de besarla volvían a aparecer, pero tenía miedo de que ella tomará aquella misma reacción y que en esta ocasión se fuera y no volviera más.

Sus dedos ahora estaban tocando sus hermosos y rellenos labios, tal cual como eran en sus sueños íntimos, siempre pintados con ese bonito brillo labial, que los hacía resaltar.

Ahora ella le sostenía la mirada con un deje de timidez, hizo un ademán con su cabeza, dándole permiso a continuar. Lux solo tenía una cosa en claro, deseaba un beso suyo, así que no huiría.

Sus rostros se fueron acercando poco a poco, aun manteniendo sus miradas, ella mordió sus labios inocentemente, acción que provocó aún más al hombre que no dudó en cortar esa maldita distancia, que lo estaba matando.

Sus labios entraron en contacto y fue como si tocaran el cielo, ambos suspiraron de emoción y felicidad. Lux llevó sus manos inmediatamente a su cuello y lo atrajo más hacia ella, sus movimientos eran lentos pero firme, su inexperiencia se notaba, pero no tenían ninguna prisa, la noche les esperaba para aprender.

Al cabo de unos minutos se separaron, juntaron sus frentes tiernamente y rieron suavemente, sus bocas ansiaban volver a tocarse.

-Bésame otra vez, por favor - suplicó ella tocando su masculino pecho.

Sylas la tomó de su cintura y la sentó en su regazo, ella era muy delgada, no requirió tanto esfuerzo hacerlo. Lux se impresionó un poco, pero se posicionó mejor, sus piernas estaban a ambos lados de sus caderas.

-Lux tengo que decirte algo - el pelinegro tenía su rostro pegado a su cuello.

-Yo también tengo algo que decir - ella podía sentir como olía su cuello, acción que le provocó escalofríos ya que su barba le hacía cosquillas, pero no divertidas, al contrario, la excitaban mucho.

-Lux me gustas y mucho - se lo dijo viéndola directamente a los ojos.

-También me gustas y no quiero que esté momento nunca acabé - tomó sus mejillas, volvió a morder sus labios sin darse cuenta de lo que provocaba en él.

Sylas arremetió de nuevo contra sus labios, la besó como siempre había deseado, como lo hacía en sus sueños, la abrazó de su estrecha cintura para acercarla más a él, Lux se dejaba hacer, mientras correspondía con la misma pasión y fervor que su amante.

El beso entre más duraba se volvía más apasionado, las manos del pelinegro ahora no estaban solo en su cintura, andaban por su espalda, sus piernas claro, todo encima de su vestido, no se atrevía a más.

Él buscaba la forma en que sus grilletes no la lastimarán, como desearía quitárselos, le estorbaban.

Ella por otra parte desde un inicio, dirigió sus palmas a su musculosa espalda, como admiraba esa parte del cuerpo del hombre, no había sensación más grandiosa que apretar y aruñar la dureza del área, sentirla bajo sus uñas.

Las puntas de sus dedos amaban la sensación de su barba, cuando tocaba su rostro.

Para ambos era como tocar el cielo con las manos y la boca. La típica magia del primer beso.

Su ansiado beso terminó, se separaron, aún estado en su regazo ella le dio un abrazo muy tierno, haciendo que él apoyará su cabeza en su pecho, mientras sus dedos acariciaban el negro cabello del hombre.

-No sé qué decir ahora - ella se echó a reír un poco nerviosa.

- ¿Te arrepientes? - preguntó él, con los ojos cerrados por sus caricias.

-No, claro que no - ella volvió a tomar asiento normalmente - ¿Y tú?

- No había deseado más cosa en mi vida que besarte Lux - él tomó una de sus manos suavemente y la besó.

Ella correspondió con un bonito beso en su frente.

Tiempo después ambos estaban comiendo un poco de lo que la rubia había traído, bebieron el vino por turnos, ya que no tenían un vaso, acción que les ocasionó risas.

Las horas pasaron y se hicieron aproximadamente las 3 am, él creyó que ella se iría, pero lo sorprendió diciéndole que se quedaría con él.

Pasaron esas tres horas besándose de múltiples maneras, desde las más tiernas, hasta las más candentes, ella no había demostrado miedo en ningún momento, al contrario, se sentía muy cómoda, hecho que Sylas agradeció enormemente, no quería que Lux pensará que quería apresurar las cosas. Se conformaba con abrazarla, olerla, sentir su presencia.

Esa noche ambos durmieron de cucharita en el suelo, la felicidad irradiaba en sus ojos.

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CASTILLO REAL

Jarvan no había tenido tiempo de nada, en todo el último mes, lo único que ha hecho es descansar. Hace dos semanas había recibido una carta de Shyvanna, ella le preguntó por su salud, se había enterado del suceso, él le dijo que estaba bien que no se preocupara, que muy pronto la visitaría de nuevo.

Verla era lo que más ansiaba, el hogar de la peli morada lo hacía sentir muy cómodo, observarla prepararle comida hogareña era lo mejor, parecían una pareja normal, lástima que de normal no tenían nada y lo peor que no sabría cuándo podría ir con ella y aún más estresante no había opción alguna para que Shyvanna se convirtiera en su esposa, el tiempo se le agotaba.

Su padre se ha vuelto más estricto que antes, no quiere dejarlo salir, al menos no solo, acción que provoca mucho estrés en él, no está acostumbrado a estar encerrado.

Ha buscado la forma de hablar con Lux, pero cuando al fin le dieron razones de ella, le dijeron que su hermano se la había llevado de misión, ya que la rubia no se encontraba bien, por los hechos vividos en su fiesta de cumpleaños.

Hoy sería el día en que hablaría con ella, según sus fuentes, había regresado hace poco más de una semana, se apareciera en su casa para decirle como estaba la situación. Así que sin decirle nada a su padre, se alistó, tomó un corcel y fue dirección a la casa de los Crownguards.

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MANSIÓN CROWNGUARD

03:00 PM

Lux no podía ocultar su alegría, la servidumbre fue la primera en darse cuenta de ese detalle, sonreía como antes, ya recuperó su apetito, hasta suspiraba cuando creía que nadie la veía.

Garen fue el siguiente, ella el día de ayer antes de irse, ella le dio un gran abrazo y las gracias por haberla llevado de viaje, le deseaba la mejor de la suertes, le dio un beso en la mejilla y le dijo te amo hermano.

Bueno al menos ya volvía hacer la misma Lux de antes, podía irse en paz.

Esa mañana particularmente, hacía un día hermoso, nuestra rubia se había levantado, desayunado, se vistió para el día, bueno lo pasaría en casa, así que se puso un vestido muy sencillo en color verde menta.

Lux estaba en su biblioteca, pensaba en qué libro podría llevarle a Sylas, solo de pensar en él su corazón se acelera. Los recuerdos de aquella noche no salían de su mente, estos últimos días habían sido los mejores de su vida, ahora no solo compartían comida, charlas, si no largas sesiones de besos.

No tenía miedo a lo que pasaría, ella estaba lista para cualquier cosa, solo tiene una cosa en claro y es que está segura de que ama a Sylas, y está dispuesta hacer lo que esté a su disposición por él, ella desearía poder sacarlo de ese lugar, pero, era imposible.

Alguien tocó a su puerta, era una de las sirvientas.

-Señorita Luxanna, tiene una visita - dijo una morocha de cabello negro.

Esto extraño a la rubia, nadie la visitaba.

- ¿Enserio?, ¿Quién es? - preguntó amablemente.

-Señorita, es el príncipe Jarvan, pide verla - contestó la joven.

Lux abrió grandemente sus ojos y salió rápidamente de la biblioteca, cruzó los pasillos y bajó las escaleras hasta llegar al recibidor.

- ¡Jarvan! - exclamó ella, llegando donde él.

- ¡Lux! - ambos se dieron un abrazo.

-Jarvan me alegra tanto verte bien - Lux se separó un poco para verlo.

-También me engrandece saber que estás mejor - Jarvan le dio un beso en su mano.

- ¿A qué debo está visita tan inusual? - preguntó Lux todavía muy extrañada, recibiendo su muestra de afecto.

- ¿Podríamos hablar en un lugar más privado? - la contrarrestó él.

Esto puso un poco nerviosa a Lux, Jarvan estaba muy serio, ella le dijo que fueran al estudio para poder hablar solos.

Al cabo de unos minutos ya estaban en el lugar, tomaron asiento y se dispusieron a seguir la conversación.

-Listo, podemos hablar - comentó ella.

-Primero lo primero, Lux quiero agradecerte por haberme salvado, de no ser por ti, estaría muerto, no tengo las palabras para expresar mi gratitud.

-No es nada, estoy segura de que tú lo harías por mí, por Garen o por algún soldado, eres un buen hombre Jarvan - le dijo la maga.

-Me enteré de que estuviste muy mal, si en algo te consuela, yo tampoco estuve bien, he pasado el último mes recuperándome - confesó.

-Que maleducada soy, no te pregunté por tu herida, qué vergüenza - Lux se veía muy avergonzada.

-No te preocupes, la verdad eso ya no me interesa, lo que tengo que decirte si y es por eso por lo que estoy aquí - hablo muy serio.

- ¿Qué pasa Jarvan?, Me asustas - Lux juraría que nunca ha visto a su amigo así.

-Lux, nuestros padres planean que nos casemos- soltó la bomba.

- ¿¡Qué!? -exclamó fuertemente ella.

El procedió a decirle todo lo que su padre le había dicho, como malinterpretaron nuestro actuar en la fiesta y ahora que ella lo había salvado, su padre no dejaba de insinuarle que ella era la mejor opción para un posible matrimonio, él no quiso decirle de su condición para poder convertirse en rey.

-Jarvan lo siento yo no quiero casarme - expresó ella incómoda

-No me malinterpretes Lux, yo tampoco.

Ninguno supo qué más decir, tenían sus mentes en blanco, Lux de la impresión y él por verla a ella así.

Al rato Jarvan se marchó.

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Jarvan cuando llegó a su morada, su padre lo estaba esperando muy molesto por no decirle a dónde iría y menos solo.

Pero mágicamente cambio de parecer cuando le dijo que estaba en la mansión Crownguard, hablando con Lux, su rostro se iluminó de alegría, trató de explicarle que no era nada de lo que él estaba pensando, pero, ya era muy tarde, el rey Jarvan III se retiró murmurando el hecho que pronto habría una boda, que ya podría ver los niños correr por el palacio.

En fin, una pesadilla para el príncipe.

-Maldita sea ¿por qué le dije que estaba con Lux? - pensó.

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TRES DÍAS DESPUÉS

08:00 PM

Lux no se encontraba en la mansión, acción que no extrañó para nada a la servidumbre, ella siempre cenaba, se iba y venía apareciendo a altas horas de la noche. Cosa que a ellos no les importaba, su única responsabilidad era mantener la casa en orden, lo que los patrones hicieran no les interesaba.

Suena el timbre de la casa y una de las muchachas se dirigió a la puerta y la abrió.

-Buenas noches mi lady - saludo la joven.

La mujer le devolvió el saludo con un ademán y con sus manos le hacía señales al cochero para que bajara su equipaje. Su porte intimidaba a cualquiera menos a la joven, ya la conocía así que evitaba hacerla enojar.

- ¿Se quedará mi lady? - pregunto.

-Si, prepárame una habitación por favor - solicitó.

- Como ordene mi señora - reverenció la morena y se fue.

Cuando iba subiendo las escaleras la voz de la mujer la interrumpió.

-Dime algo muchacha, ¿a alguien en la casa? - a la extraña visita le extrañaba ver la casa tan sola.

-Solo está la servidumbre mi lady -contestó.

- ¿Y Luxanna? - ya era muy tarde para que la rubia estuviera anduviera en la calle.

-Después de cenar ella se fue, siempre lo hace - dijo la chica.

-Ya veo, muchas gracias por tu cooperación, puedes retirarte -expresó.

-De nada Lady Tianna, si necesita algo más estoy a su servicio - dicho esto se retiró.

La mariscal se dirigió a la sala de estar, pensando en dónde podría estar su sobrina, no importa ya tendría tiempo para averiguarlo.

Su visita no iba a ser para nada corta.

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CELDA DE SYLAS.

Lux hacía su aparición diaria, no planeaba darle vuelta al asunto de Jarvan y menos contárselo a Sylas, confiaba en que él encontraría una forma de hacer cambiar de parecer a la rey.

Apenas llegó abrió la celda, soltó sus cadenas y le dio un gran abrazo al hombre, seguido de un gran beso.

-Tal parece que me extrañaste - dijo ella un poco juguetona.

-Como no te extrañaría, si eres la luz de mi vida - le contestó él, volviéndola a besar.

Era muy gracioso, porque él tenía que inclinarse mucho para alcanzar sus labios, aunque ella se parará de puntillas y lo abrazará fuertemente de su cuello para más firmeza.

-Ven quiero enseñarte el nuevo libro que te traje, me gustaría que lo leyeras - dijo ella tomando asiento.

-Es sobre una gran batalla jónica, la cuestión es que un soldado muy valiente decide enfrentar el ataque por sí solo, pero, lo que nadie espera es que es una mujer- resumió un poco para llamar su atención.

-Suena muy interesante, lo leeré después - tomó el libro y lo guardó en un rincón.

-En estos momentos tengo cosas más interesantes que hacer, como besarte, por ejemplo - Sylas la hizo sentarse en su regazo, ella envolvió su cuello con sus brazos.

- ¡Ah sí!, Pues déjeme decirle caballero que su acciones serán bien recibidas - le siguió la corriente, esto se había convertido en un pequeño juego para ellos.

Sus labios se encontraron, ya el pudor no existía en ellos, Lux se sentía muy segura con él, no tenía miedo a nada, ella estaba lista para lo que tuviera que pasar.

Para ambos compartir estas situaciones, solo hacía que sus deseos incrementarán, ya habían perdido la cuenta de cuántas veces se habían sastisfacido pensando en el otro.

En un momento dado, y llevada por la lujuria que sentía, Lux comenzó a menear sus caderas contra su área más sensible, sus besos se volvieron más candentes, obviamente él se encontraba en igualdad de condiciones y correspondía con igual intensidad.

La boca de él inició una descenso a su cuello, era la primera vez que se atrevía hacerlo, cuanto lo había deseado, palmas hambrientas se dirigieron a sus nalgas para atraerla a su erección. Un quejido salió de la boca de ella, ese hecho sólo logró endurecer lo más.

Por otro lado, Lux podría ser virgen, pero sabía que esperar y su dureza solo la emocionaba más, se sentía adorada y deseada, por primera vez en su vida se sintió una mujer completa y ¿por qué no? bonita, siempre había huido del contacto, pero ahora más que nunca lo ansiaba.

Otro gemido se escuchó salir por parte de ella, aparte de besar, morder y chupar su cuello, Sylas se aventuró a apretar uno de sus pechos encima de su vestido rosa, Lux sabía que su corsé no ayudaba mucho, así que llevo una de sus manos a su espalda y aflojó un poco las cuerdas.

Sylas noto esa acción por parte de ella, y lo puso un poco nervioso, ella parecía estar muy segura de sus acciones, pero él, él era un manojo de nervios.

Decidió mandar al carajo todo, se dejaría llevar y haría lo que su corazón dictará y su corazón le decía que tocará a la hermosa mujer que tenía en su regazo, llegaría hasta donde ella lo permitiera.

La rubia fue un poco más lanzada y colocó una de sus manos encima de su erección, el hombre no pudo evitar gruñir ante sus caricias y como recompensa su boca bajó a un más en dirección a su escote y de un tirón bajó el corpiño dejando libre su pecho derecho.

Sus ojos se deleitaron con el paisaje que veía, era tal cual sus sueños, de un tamaño acordé a su cuerpo, su aureola y pezón eran de un tono rosa que hacía contraste con lo blanco de su piel, respiro encima del área y la escucho gemir.

La tomó con fuerza de las piernas, ella las enrollo en su cintura, él se levantó y la acostó muy suavemente en el muro, Sylas se mantuvo de rodillas observándola, su vestido se recogió dejándole ver sus piernas ni lento ni perezoso, se agachó para besarlas, eran tan suaves como se veían, las apretó, las beso y las lamió a su gusto, la escucho quejarse y retorcerse cuando mordió la parte blanda de ellas.

Lux estaba muy tranquila, recibía todas sus caricias de buena manera, ella amaba a ese hombre y sólo deseaba darle un poco de amor, cariño, calor y un sentimiento reconfortante, había pasado por situaciones muy difíciles, admiraba su fuerza de voluntad, merecía un bálsamo en su vida.

Tomó su mano y la llevó a su pecho descubierto haciendo que él la tocará.

-Sylas, toma de mí lo que quieras, solo quiero que percibas el amor y el cariño que siento por ti - dijo la rubia tomando su mejilla, para que la viera a su ojos.

-Lux, yo no sé qué decir - expresó, no tenía palabras, quería decirle que la amaba, pero las palabras no salían de su boca.

-No digas nada y solo déjate llevar - el tono de su voz era en extremo seductor.

Volvió a besarla, después de un unos minutos su corsé y zapatos ya estaba tirados en el suelo, y él frotando su dolorosa erección contra su sexo, mientras una de sus manos sostenía una de las piernas de Lux que estaba rodeando su cadera haciendo su fricción más íntima, la pequeñas manos de la rubia acariciaban su espalda dura y ejercitada.

Sus lenguas podían verse en medio de su desenfrenado beso.

La boca de él se encargó de besar y chupar sus pezones, su mayor recompensa era escucharla gemir y verla arquear su espalda de placer, mientras sus manos acariciaban su cabello, llevándolo a los lados donde deseaba que su boca la tocará.

Ella era tan apasionada como él, algo muy extraño para dos personas las cuales no han experimentado en otras manos el deseo de amar y sentirse amado.

La rubia estaba en el paraíso, uno de sus más íntimos sueños se hacía realidad, cuánto amaba sentirse tan pequeña y aplastada por ese hombre que la ponía tan caliente. Ella siendo más aventurada, lo apartó un poco, llevó sus manos al cinturón que mantenía su pantalón y abrió su hebilla, quería más, por los dioses del cielo y del infierno, ella quería y ansiaba más.

Finalmente abrió la cremallera del pantalón, metió su mano y liberó su erección dura como roca, su tamaño era normal, pero, era gruesa, tenía venas resaltadas en algunas partes y un poco de vello púbico, Lux no pudo evitar morder sus labios mientras su mirada estaba fija en ese lugar, era muy excitante ver la anatomía de un hombre por primera vez.

Él se encontraba de rodillas y ella se sentó para una mejor posición, estando así comenzó su vaivén de arriba hacia abajo tal cual había leído en libros de sexualidad.

Quería hacerlo llegar con sus manos.

Sylas al sentir la primer caricia en su miembro no pudo evitar alzar su vista al techo y gemir en voz baja, está mujer lo iba a volver loco, era hermosa, sensual y atrevida que más podía pedir, al echar un vistazo abajo la vio manteniendo su vista en él, mientras se mordía sus deliciosos labios, era demasiado para él, no aguantaría mucho verla asi, abierta de piernas, con sus pechos al aire y su faceta traviesa y para rematar era más rico ser masturbado por otras manos que no fueran las suyas.

- ¿Te gusta? - preguntó muy inocente.

-Si - susurró dedicándose a sentir sus suaves manos en su miembro.

Al cabo de unos minutos ya era demasiado para él, no podía aguantar más, ella lo estaba llevando al límite, intentó avisarle, pero ella estaba muy empeñada en seguir y tres movimientos más y liberó toda su semilla gruñendo en el proceso.

Al recuperarse le dio un gran beso y le sonrió a la rubia, que recibió muy gustosa su muestra de agradecimiento.

Tenía que recompensar su labor.

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MANSIÓN CROWNGUARD

02:00 AM

Lux se encontraba arribando a su casa, caminaba lentamente tratando de no hacer ruido, cuando de pronto una luz se enciende.

- ¿Que son estas horas de llegar Lux? - preguntó Tianna, sentada en un sillón.

- ¡Tía! - exclamó muy sorprendida en realidad.

-Te he hecho una pregunta ¡responde! - ordenó la mujer.

-Estaba realizando unas encomiendas, ya sabes trabajo de los iluminadores, se me paso el tiempo volando que no note la hora - se explicó cómo si tuviera ese comando memorizado en su mente.

Tiana se quedó pensando por un momento mientras la analizaba con la mirada, no parecía mentir.

-Mm está bien, pero trata de que no se te haga costumbre, es muy peligroso y no es correcto tampoco, que andes muy de madrugada afuera - dijo mientras se levantaba.

-Trataré de no hacerlo a menudo tía - comentó Lux.

-Y si lo haces, solicita un acompañante, algo podría pasarte - dicho eso de fue.

Lux sudo frío, no esperaba que su tía estuviera en casa, deseaba se fuera pronto no le agradaba la idea de tenerla de visita.

Después de eso se dirigió a su habitación, se bañó y se alistó para acostarse a dormir.

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DÍAS DESPUÉS

A Lux no le cayó en gracia el hecho que su tía se quedará en casa y menos que la descubriera llegando tan tarde a su casa.

Días después y su tía no parecía irse, esto tampoco le agradó a Lux, sus sentidos de alerta estaban encendidos, algo ocultaba la extensa visita de Tianna. Por su culpa había tenido que cambiar sus horas de visita, ahora lo hacía en las tardes, no quería levantar sospechas.

Y para empeorar el asunto su hermano regresó y planeaba quedarse un buen tiempo también, según Garen necesitaba descanso.

A pesar de la presencia de su tía y hermano, sus visitas no han cambiado, solo que ahora no va de noche, si no en las tardes, para Lux desde que arreglaron sus problemas han sido los días más felices y candentes de su vida.

Desde aquella noche en la que compartieron muchos besos y caricias pasadas de tono, no han dejado de hacerlo. Incluso él ha sido más lanzado, su boca la ha besado y saboreado más íntimamente, al igual que sus dedos.

Lux no se arrepiente de nada, por primera vez en su vida es feliz, bendita sea la hora en que ingresó al recinto de los cazadores de magos y conoció a Sylas, gracias a él conoció el cariño y el soporte de una persona ajena a su familia, alguien que la comprende, ahora entiende por qué amar es cometer locuras, ella lo puedo decir en carne propia.

Nadie romperá ese lazo especial que tiene con Sylas, ni siquiera su familia.

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¡Buenas noches gente linda!

Aquí una vez más con un capítulo de esta gran historia, ¡Al fin la reconciliación de nuestro ship y su ansiado beso! La pasión que demuestran es algo indescriptible, mi intención es mostrar el sentimiento que alguna vez hemos experimentado con algún amor de adolescencia o adultez.

Me esforcé mucho, para crear un ambiente romántico y sexual, aprecien mi obra de arte por fis.

Jarvan le soltó la bomba a Lux y no le ha caído en gracia, al igual que la visita de Tianna, ya pueden ir imaginando por que la tía esta en casa de la rubia y ella no lo sospecha, aunque sus alarmas están encendidas.

Finalmente, no sé para cuándo tendré el próximo capítulo porque no he escrito nada, tengo la idea sí, así que les toca esperar.

Espero que les haya gustado.

No olviden dejar su voto y su humilde comentario.

Se despide cordialmente.

Dixiana98

PD: Créditos de la portada a quien corresponda.