Capítulo 6
Una semana trabajando como niñera en la residencia Poldark y Demelza ya tenía la suficiente confianza para considerarse una buena niñera. Está bien, no era Mary Poppins, ni Fran Drescher en "The Nanny", aunque sus métodos tampoco eran los convencionales. Pero en los pocos días que Demelza había pasado cuidando a los niños ya se había ganado el cariño de la pequeña Clowance, y Jeremy, bueno, había dejado de amenazarla con hacerla despedir. Lo que consideraba un gran avance. No era que el niño estuviera convencido de que ahora necesitaba una niñera, pero Demelza no lo había tomado personal. Se las agarró con ella de la misma forma en que se hubiera enfrentado con cualquier otra niñera que contrataran. Solo que ella lo había sorprendido al usar sus mismos métodos, o sea, Philip estaba seguro en un terrario que Demelza había comprado en su primer día mientras estaban en el colegio, pero eso no quitaba que no pudiera usarlo para que Jeremy no hiciera ninguna otra travesura o para instar a que hiciera su tarea todas las tardes. Además, Demelza se había ganado a su principal aliada, sorprendiéndolo con la rapidez con la que Clowance cambió de bando. No que ella quisiera que los hermanos se enfrentaran, pero prefería mantener el largo de su cabello. Y eventualmente Jeremy se convencería de que la podía ver como una amiga, que ella solo estaba allí para cuidar de ellos y ayudarlos en lo que podía. Lo que era verdad, por eso se había quedado. No es que le gustara la posibilidad de cruzarse con el hombre misterioso por mas buen sueldo que le pagaran. Todavía le dolía un poco que no la reconociera. Pero quizás era mejor así, o se moriría de vergüenza. No, se había quedado porque se dio cuenta que esos niños necesitaban una amiga. Quisieran cortarle el cabello o no. Y a decir verdad casi no veía a Ross Poldark, lo que significaba que los niños tampoco lo veían, pues ella pasaba con ellos todo el día. No lo entendía.
Lo que si entendía cada vez más era a los niños. Clowance, una vez que entró en confianza, era una excelente fuente de información, aunque ella no quería presionarla. De su madre no hablaba mucho, pero si de su abuela que al parecer los había criado y había estado con ellos hasta el año anterior, cuando había fallecido. Entonces los pequeños se habían quedado a vivir con su padre de forma permanente, aunque él trabaja mucho y siempre está ocupado – palabras de Clowance. Una tarde, así como quien no quiere la cosa, les había preguntado si no tenían amigos. Jeremy mencionó a niño llamado Paul que se sentaba junto a él en clase, pero Clowance solo había movido su cabecita de un lado a otro. Mas tarde, mientras la ayudaba a ponerse su pijama, Demelza le había susurrado a la pequeña que ahora ella podía ser su amiga. La sonrisa llena de felicidad de la pequeña le llenó el alma.
El primer fin de semana no quiso hacer planes, por las dudas que el Señor Poldark tuviera tiempo libre y quisiera pasarlo con sus hijos. Nadie le había dicho nada, pero era probable. Pero al mediodía Prudie les dijo que el Señor se había ido a pasar el fin de semana a la casa de campo de su prometida. ¡Judas! Definitivamente la primera impresión fue la correcta. Así que Demelza cumplió con su promesa de llevarlos a dar una vuelta – que terminaron siendo dos – en The Eye. A Jeremy le impresionó que no tuvieran que hacer la larga fila llena de turistas, Demelza había enviado un mensaje a su ex jefa para conseguir entradas vip, y tampoco se pudo resistir a las imponentes vistas de la ciudad. Los primeros días de verano eran despejados y tibios, por lo que podían ver hasta la línea del horizonte con total claridad. Tampoco se habían negado a sacarse fotos, lo que Demelza hacía con su celular. Cuando regresaran podrían muéstraselas a… Prudie. "O se las podemos enviar a papá." – agregó Clowie. Se las enviaría, si tuviera su número de teléfono.
"Puedes sacar una con mi teléfono, yo se la enviaré." – dijo Jeremy, sorprendiéndola. Nunca había visto que tenía un teléfono.
"Cla-aro."
Jeremy buscó el teléfono en un bolsillo interior de la mochilita de Clowance y se lo dio. Era mucho mejor que el suyo, y a Demelza le dio algo de temor que anduvieran con un teléfono tan caro, aunque por otro lado no era que lo usaran todo el tiempo.
"No sabía que tenías teléfono, Jeremy." Dijo mientras intentaba enfocar sus caritas sonrientes contra el paisaje de fondo.
"Es para emergencias." – dijo el niño.
"¡Oh! Entonces deberías agendar mi número. ¿Puedo?" – El niño levantó los hombros como diciendo "pues no me importa." Demelza entró a los contactos. Jud, Papá, Prudie, Tía Verity, y nadie más. Pues ahora Demelza sería la primera de la lista. Antes de devolverle el teléfono se envió un mensaje para agendar el número ella también.
"Toma. Ya puedes enviarle alguna foto a tu padre, están muy bonitas."
Mientras la vuelta al mundo seguía girando para bajar, los niños miraron las fotos y enviaron un par a su padre. Sin respuesta, por supuesto. Pero a ellos no pareció importarles. Ya estaban acostumbrados. A Demelza cada vez que ese hombre ignoraba a sus hijos le daba más rabia.
"¿Y ahora que hacemos? No quiero volver a casa todavía." – dijo Clowance una vez que salieron de la tienda de regalos, cada uno con una taza.
"Pues… los tickets venían con un paseo en barco incluido ¿quieren ir?"
El "¡Sí!" fue unánime.
Ross Poldark finalmente respondió al mensaje mientras estaban en el barco crucero navegando por Río Thames. Preguntó donde estaban, y les dijo que se divirtieran y que Elizabeth les mandaba saludos. Los dos niños cruzaron miradas cómplices al escuchar ese nombre. Luego, como iban a pasar frente al hotel, Clowance había querido llamar a Prudie, para que saliera a la terraza y los saludara. Considerándolo todo, había sido un muy bonito día. Ya sorprendería a Jeremy más adelante con una visita exclusiva al Museo de Ciencias Naturales.
De vuelta a Nampara, había conseguido sacar algo más de información a la pequeña. No tenía amigas en el colegio, pero sí había una niña que la molestaba.
"¿Te molesta? ¿Cómo?" Preguntó como si fuera algo sin importancia Demelza.
"Dice cosas feas."
"¿Sobre ti?" Clowie negó con la cabeza ante la atenta mirada de su hermano y de su niñera.
"Sobre mami."
Oh. Definitivamente esto lo tenía que hablar con Ross Poldark.
"Ya veo. Eso no está bien. La próxima vez que ocurra… díselo a la maestra."
"Pero sí se lo dijo, y su maestra no hizo nada." – Intervino Jeremy ofendido.
"Bien, si alguien te molesta otra vez, me lo dices a mí ¿está bien? Nada de andar empujando a otros niños, aunque no sean agradables."
Clowance asintió, y Jeremy pareció estar de acuerdo.
El siguiente encuentro con el padre de los niños, ocurrió el lunes por la tarde mientras se encontraban en su habitación. Jeremy estaba haciendo su tarea, pero Clowance ya había terminado y estaba jugando con Demelza a hacer gimnasia. Clowance hacía un movimiento y Demelza la imitaba. Tenía que darles las gracias a sus clases de yoga por su elasticidad, así que cuando Clowance apoyó las manos en el piso por la espalda y se tiró para atrás y comenzó a caminar en cuatro patas pero al revés, ella no se intimidó. La niña reía mientras ella demostraba su habilidad y daba unos pasos prácticamente de cabeza por la habitación. Hasta que hubo una exclamación a coro diciendo "¡Papá!" y Ross Poldark apareció de cabeza sobre ella.
Demelza intentó disimular que la espalda no le había dolido cuando perdió el equilibrio y cayó pesadamente al piso.
"¿Se encuentra bien Señorita Carne?"
"S-sí, sí. Claro." – Titubeó mientras se ponía de pie rápidamente y estiraba su remera que se había enrollado sobre su abdomen mientras estaba de cabeza.
"¿Cómo estuvo su día, niños? ¿Se divirtieron?" Jeremy y Clowance ya habían corrido junto a su padre y procedieron a contarle atropelladamente todo lo que habían hecho en el día. Demelza se sintió algo orgullosa de que la hubieran pasado tan bien, y también que lo compartieran con su padre. El hombre misterioso los escuchó atento y miró las fotos en su celular con genuino interés.
"¿Has ido alguna vez, papi?" preguntó Clowance.
"En realidad, no."
"La próxima vez tienes que venir con nosotros."
"¡Sí, papá!"
"Ya veremos… Señorita Carne, ¿tiene un momento?"
Demelza pareció sorprendida. "¿Mmmhh? Oh, sí. Por supuesto."
Demelza le indicó a Jeremy que volviera con sus deberes. Le pareció oportuno dar una imagen de autoridad, aunque por la mirada del niño a él no le causó ninguna gracia. Clowance sonrió cómplice.
Ross Poldark la guio por el largo pasillo hasta una elegante oficina y Demelza no pudo evitar sentirse algo cohibida. Ya le había quedado claro que él no la reconocía, pero estar con él aun la ponía nerviosa. Bueno, no "con él". En su presencia. Solo se habían cruzado un par de veces, y no podía evitar que su pulso se acelerara ligeramente o que le sudaran las palmas de las manos cada vez que lo veía. Tomó una gran bocanada de aire antes de entrar.
Concéntrate, Demelza. - Se dijo. Esta sería una buena oportunidad para mencionarle lo que la directora le había dicho, y lo que Clowie le había contado.
"¿Cómo le resultó la primera semana en su nuevo trabajo?" Ross se apoyó en el escritorio y cruzó los brazos sobre su pecho. Demelza se quedó cerca de la puerta, mirando la oficina. Era amplia y con un gran ventanal y esa gran vista que inundaba toda la residencia.
"Ocupada… pero los niños son encantadores."
"¿Encantadores? Es la primera vez que alguien los llama así." Ross sonrió y Demelza se dio cuenta cuanto se parecía a su hija cuando lo hacía.
"Bueno, lo son."
"¿No intentaron alguna travesura cuando llegó?"
"¡Oh, sí! Pero me críe con seis hermanos menores, he visto cosas mucho peores, créame."
"Me alegra escuchar que no les tiene miedo. Quizás dure mas que la ultima niñera. Tres semanas." El hombre misterioso - ¡Judas! Tenía que dejar de llamarlo así – dijo lo último en voz baja y levantando tres dedos.
"Espero quedarme durante todo el verano. Y quería aprovechar la oportunidad, Señor Poldark…"
"Los niños se divirtieron hoy. Es una persona proactiva, se nota. No es fácil ganarse la confianza de esos dos diablillos…"
"No fue tan difícil, en realidad. Solo necesitaban…"
"No quiero que se ponga en gastos. Ya le solicité a mi secretaria de que emita una tarjeta corporativa a su nombre, así cuando salga con los niños podrá cubrir los gastos con la cuenta de la empresa."
"No gastamos demasiado, en realidad. No creo que sea necesario…"
"Ya está hecho. Prudie le dará la tarjeta cuando esté lista, ahora si me disculpa…"
"¿De verdad? ¡¿Para esto me llamó?!" Exclamó sin pensar y en un tono un poco mas alto de lo que debería. Ross Poldark frunció el ceño, y pareció sorprendido por su exabrupto. – "Lo siento, no quise… es que – aquí iba – Señor Poldark, he querido hablar con usted desde mi primer día. La directora del colegio de lo niños me comentó sobre un problema que Clowance tiene con una compañerita. Al parecer, Clowance… la empujó en un par de ocasiones. Y los padres de la niña se quejaron con el colegio y la directora desea hablar con usted, y los padres de la niña también quieren hacerlo. Y respecto a Jeremy, bueno, al parecer no está alcanzando las metas que la escuela establece…"
Ross la miraba como si no entendiera una palabra de lo que decía. La verdad había perdido el hilo en la mitad de su discurso.
"Señorita Carne… entiendo que se sienta entusiasmada por su nuevo empleo, pero no se preocupe. Con la cuota que cobra el colegio estoy seguro que la directora encontrará la forma de solucionar el problema. Si la directora habla con usted de nuevo, recuérdeselo. Ahora, si eso era todo…"
"No, no era todo. ¿Es que usted no pasa ni un momento con ellos?" ¡Judas! Eso sonó muy mal. Es que ese hombre parecía sacarla de quicio, aun con lo poco que lo veía. Por lo poco que lo veía. Porque eso significaba que los niños tampoco lo hacían.
"¿Cómo dice?"
"¡Usted!... Usted es su padre. Y casi no los ve… Y lo niños necesitan a su padre, especialmente a su edad… Estoy segura de que no tendrían problemas en el colegio si usted…"
"¿Qué esta diciendo? ¿Cómo se atreve? ¿Solo unos días en esta casa y me acusa de ser un mal padre? Usted no sabe nada de mí, no sabe nada de mis hijos…"
"Se que lo quieren y que usted no está nunca con ellos…"
"Ok, esto ya fue suficiente. Retírese."
"Si tan solo dedicara unos momentos al día para pasar con ellos…"
"¡Retírese!"
NA: ¡Gracias por leer! El siguiente capítulo ya está publicado...
