.3:16. A.m.

Las pesadillas y los sueños eran simplemente neutrales, una mezcla congénita entre si, pero para interrumpir un sueño pesado, estos siempre encontrarían la forma de salirse con la suya.

Con cierta pereza se sentó y mirando hacia un punto ciego sus ojos comenzó a hurgar, para luego seguido de un bostezo correr el cubrelecho a un lado.

Con la clara intención de salir de su cama deslizó sus pies por la cerámica fría de su habitación, mientras el sonido pegajoso de sus pies descalzos contra el suelo, dejaban una marca que iba desapareciendo contados los segundos, esta prosiguió a acercarse hacia la puerta sin hacer mucho ruido, cerrándola sin emitir sonido..

iba arrastrando su pijamon por todo el pasillo con la suerte de no tropezar con el y la marca de una mala costura, siguió caminando mientras se tambaleaba de lado a lado, como si estuviera borracha pero del sueño.

hacia el baño se dirigía, como un mal hábito a una hora no tan indicada, pero tampoco podía ignorar su vejiga, ya que los dolores pegaban muy fuerte mientras dormía, tal vez no debía culpar a sus sueños cuando era ella la que siempre olvidaba ir al baño antes de dormir.

mientras se levantaba su faldón y ponía la punta de la tela con encaje entre sus dientes, tomo sus bragas bajándolas centímetros antes de la rodilla, para sentarse a orinar.

Realmente adormilada no se percato que la puerta del baño estaba abierta, había olvidado cerrarla, pero decidió dejar pasar aquel detalle mientras pensaba que estaba a punto de terminar y de que nadie estaría a esa hora rondando por ahí para regañarle.

Su hermano que no se hizo notar, se encontraba justo en frente, apoyado en el umbral, observando a la chica mientras apreciaba el sonido hueco que provocaba el chorro contra el agua.

Esta reaccionó y soltando su pijamon subió rápidamente sus bragas dejando ir unas pequeña gota de orina por sus muslos mojando el encaje de su ropa interior.

Estaba realmente agitada, su presencia le provocó tal susto como para pegar un gritó, pero no lo hizo al notar Casi al instante que era su hermano.

no sabía si quería reclamarle por olvidar cerrar la puerta, o simplemente también pretendía usar el baño, quiso pasar a su costado con la clara intención de dejar el lugar, ya que el ambiente de alguna forma se había tornado grotesco y era extraño que la hubiera visto orinar y aún no dijera nada al respecto, ni siquiera un regaño o una amenaza de acusación..

pero al volver a fijarse, su hermano ya había cerrado la puerta.

Sin entender mucho lo que sucedía con su hermano, comenzó a Caminar torpemente de para atrás, resbalando contra la baldosa y cayendo en la tina llevándose consigo la cortina que había jalado hasta soltar su cuelgue, el golpe hueco de su cabeza al chocar contra la tina hizo eco y su falda por un momento se elevó por los aires.

completamente aprisionada por el mayor, comenzó a hundirse por la tina, deslizando sus dedos por la porcelana sintiendo como el flúor de sus labios se rompía.

Aquel chico que no recordaba desde cuándo había comenzado a asecharla, hacia todo tipo de cosas que no podía permitirse hablar con alguien más por el miedo que le causaba la idea de poder cometer un error al hacerlo, pero todo esto la dejaba tan desconcertada y asqueada.

Al principio solo eran besos, podría no ser algo tan horrible si no llegaba a más, pero ahora el rostro de su querido hermano mayor, estaba entre sus muslos, succionando su parte más privada.

sus labios separados formaron una melodía idecifrable para el oído común, su argolla que encajaba perfectamente con su lengua provocaba un inundamiento en sus lagrimales, no podía soportar el dolor y el miedo que le causaba la situación.

Su melena se había enredado contra una de las perillas de la regadera, sintiendo como varias hebras de cabello eran reventadas, soltó un codazo en toda la cabeza de este, observando como su hermano se quejaba y separaba su rostro mostrando un hilo de saliva y flujo entre su lengua contra su vagina, la cacheteo por su acción y apreto con fuerza uno de sus pezones.

La chica no paraba de gritar y patalear, pero simplemente era como si se ahogara en sus lágrimas y su dolor, como si nadie pudiera ayudarla.

una vez más, cerro sus ojos con fuerza y mordió su labio inferior hasta sangrar, era su primera vez hundiéndose en el agua, nunca pensó que podría tratarse de algo tan doloroso y triste, ahogándose en la Ansiedad y entre gotas pequeñas de sangre que se deslizaban por sus muslos.

Solo quería estar en un lugar seguro, en donde no tuviera que pasar más por estás penas..

- Despídete, Rebecca... - Ahora eso era ella, un recuerdo.