Disclaimer: The story doesn't belong to us, the characters are property of S. Meyer and the plot belongs to iambeagle. We just translate with her permission.
Disclaimer: La historia no nos pertenece, los personajes son de S. Meyer y la trama de iambeagle, solo nos adjudicamos la traducción.
Here's To Now
Autora: iambeagle
Traducción: Yanina Barboza
Corrección: Melina Aragón
Capítulo cuatro
Cuando llego al Red Shed, lo hago media hora antes. Pido una cerveza pale ale para mí, agua para Edward, y encuentro un reservado vacío para poder repasar algunas cosas antes de que llegue.
Vigilo la entrada cuando se acercan las ocho. Ni siquiera un minuto después, veo a Edward entrar y observo mientras escanea el bar. Está usando una camiseta verde oscuro, una barba tupida, y cuando sus ojos se posan en mí, le hago señas para que se acerque.
—Llegas temprano —dice en lugar de saludar—. Y cambiaste tu cabello.
Sonrío mientras se sienta frente a mí en el reservado.
—Lo corté unos cinco centímetros desde la última vez que nos vimos. ¿Y cómo sabes que llegué temprano?
—Bueno, estás aquí. Y estás a media cerveza.
Asiento.
—Ya estaba en el vecindario.
Sus ojos se entrecierran casi en broma mientras busca en mi rostro.
—Has llegado temprano cada vez que nos hemos reunido.
—¿Incluso la primera vez? —pregunto.
Detrás de su barba, su rostro estalla en una sonrisa que se siente más íntima de lo que debería.
—Incluso entonces.
Recuerdo nuestra primera entrevista, hace casi dos años. Un amigo mío estaba trabajando como editor de fotos y me dejó participar en una sesión de la que Edward formaba parte. Estaba nerviosa, pero su comportamiento relajado era contagioso. Envié la entrevista a un blog patrocinado por Patagonia, uno que no paga ni un centavo. La crítica fue increíble y me abrió muchas puertas, eventualmente consiguiéndome trabajitos constantes escribiendo para la compañía. Así que, de alguna manera, Edward ayudó a impulsar mi carrera.
—Debes tener buena memoria —le digo después de unos segundos—. ¿También recuerdas lo nerviosa que estaba?
Piensa en esto, y puedo ver que realmente está considerando si es verdad. Es una de las cosas que más aprecio de él: se toma el tiempo para decir cosas que realmente quiere decir.
—Mi memoria está bien. Pero solo recuerdo las cosas importantes —dice finalmente. Luego—: Estuviste bien. No podría decir que estabas nerviosa.
Limpio la condensación de mi pinta y veo su enfoque gravitar hacia mi cerveza.
—Oh. Te pedí agua —le digo, sacando un cuaderno vacío y un bolígrafo—. Recuerdo que no bebes.
Él sonríe, inclinando la cabeza hacia un lado.
—Oh, sí bebo. Las dos veces que me entrevistaste fue antes de que escalara o hiciera surf. Así que no, no bebía en ese momento.
—Entonces, ¿qué será? Podría hacerte algunas preguntas muy personales —bromeo—. Puede que necesites algo que te ayude a relajarte.
—¿En serio? —Se ríe ligeramente, mirando hacia el bar—. El whisky suele hacer el truco. Te dejaré prepararte y luego podemos empezar.
—Suena bien.
Busco en mi bolso mi grabadora de voz y reviso mi lista de preguntas para Edward. Cuando regresa con dos vasos de whisky, le echo un vistazo.
—Para ti —sonríe, deslizando uno de los vasos hacia mí.
—Oh. Gracias. —Lo bebo lentamente, apreciando el ardor—. Entonces, ¿cómo estuvo la boda de tu amigo?
Rascándose la barbilla, dice:
—¿Esto es extraoficial?
Me encojo de hombros.
—Claro. No publicaré nada hasta que me des el visto bueno.
—Un amigo mío se cayó sobre un cactus.
—Mierda.
—Ah, está bien. El cactus era pequeño. Nada que un poco de whisky y pinzas no pudieran arreglar.
—¿Fue el novio?
—No. El novio se comportó excelente.
—Por supuesto que lo hizo... —Termino mi cerveza—. ¿Cómo fue el viaje desde El Paso?
Sonríe para sí mismo. Se inclina hacia adelante. Apoya los codos sobre la mesa.
—Conozco a las personas más fascinantes cuando pido aventón.
Apunto hacia la grabadora, mi forma de obtener su aprobación.
—Tengo la sensación de que estás a punto de contar una gran historia y voy a querer recordar todos los detalles.
Su risa es suave, tímida, pero me complace y me deja grabar. Me dice la verdad, que la historia del cactus era sobre él. Me muestra partes de su cuerpo, las que puede, que están pinchadas, rojas y en carne viva. Dice que no le dolió tanto, luego me dice que eso también es mentira, pero no para hacerlo sonar como un debilucho. O no tanto, al menos.
Cuando la camarera se acerca y trae dos vasos más de whisky, Edward sugiere que vayamos afuera. Hace calor, con mucha humedad, pero en realidad no me importa. Hay menos gente aquí. Quizás porque no hay aire acondicionado. Quizás porque es martes.
Hay luces colocadas a nuestro alrededor, colgando de los árboles. Encontramos una mesa de picnic vacía, pero en lugar de sentarse frente a mí, Edward se mueve a mi lado. Levanto las piernas, las cruzo en el banco y enciendo la grabadora.
—¿Estás listo? —pregunto. Me da una aprobación con el pulgar hacia arriba.
Cuando entrevisto a alguien por primera vez, normalmente hago algunas preguntas para romper el hielo para que se relaje y se sienta cómodo. Edward y yo hemos hecho esto antes, muchas veces, y la conversación ingeniosa ya está ahí. Esa facilidad ya existe. Pero la oportunidad de indagar un poco y saber quién es realmente, es demasiado buena para dejarla pasar.
—Dame cinco palabras que usarías para describirte.
—Compasivo. Ecléctico. —Sus ojos viajan por encima de mi cabeza y se demoran un buen minuto antes de viajar hacia abajo, abajo, abajo, encontrando mis ojos nuevamente—. Apasionado.
Anoto eso. Sin ninguna buena razón.
»Creativo. Y... agradecido. —Siento sus ojos en mí mientras escribo las dos últimas—. ¿Qué cinco palabras te describen? —pregunta.
Pienso en esto, pero no puedo pensar en nada tan bueno como él. Él mira, espera. El cabello se me pega a la nuca, y saco la banda elástica de mi muñeca y giro los mechones en su lugar, sintiendo que se caen algunos más cortos.
—Esto no se trata de mí —digo finalmente, tratando de sonar burlona.
—Creo que sé cinco palabras que te describen.
—¿Sí?
Sus labios se curvan en una sonrisa.
—Pero esto no se trata de ti.
Niego con la cabeza, riendo mientras miro hacia abajo.
—¿Qué tal un día normal? Es decir, si alguna vez tienes un día normal.
—Trato de hacer algo al aire libre todos los días. Si estoy junto al océano, surfeo. Si no, escalo. Camino. Me despierto a las seis en punto todas las mañanas. A veces me subo a mi camioneta y conduzco porque tengo esa picazón.
—Espíritu viajero —murmuro.
—A veces se siente más que eso.
—¿Quieres dar más detalles?
—No por el momento.
Se inclina, más cerca, agachando la cabeza para mirar mi bloc de notas. Lo aparto, fuera de la vista.
—¿Qué? —Sonríe—. Voy a escuchar las preguntas tarde o temprano.
Mantengo el bloc de notas contra mi pecho, ignorándolo y alejando la sensación de que podría estar coqueteando.
—Escuché que acabas de comenzar a trabajar para Patagonia. Como fotógrafo.
—Es algo que todavía está en proceso. Nunca he sido bueno para quedarme el tiempo suficiente para tener un trabajo de verdad. Pero esto es bueno. Es algo que puedo hacer y no sentarme en una oficina. Puedo andar por ahí y darle a la lengua con mis amigos y esencialmente hacer lo que haría normalmente, pero tomar fotografías mientras lo hago.
—¿Qué hacías antes de esto? Para ganar dinero, quiero decir.
—Lo que fuera.
—Está bien, definitivamente voy a necesitar que des más detalles. Deja demasiado a la imaginación.
Sus ojos se agrandan, inocentes, pero esa sonrisa juega en sus labios.
—¿Como qué?
—No me hagas decirlo.
—¿Como si tuviera sexo por dinero? —Evalúa mi reacción, luego toma la grabadora y se la lleva a la boca—. Que quede constancia que nunca tuve sexo por dinero.
—Está bien, está bien —me río—. Jesús. Entonces, ¿qué hiciste?
—Trabajos ocasionales. Lavar platos. Cortar el césped. Uh... fui salvavidas un verano. Eso fue divertido.
—¿Tuviste que realizar RCP?
Sus ojos rebotan entre mis ojos y mis labios.
—Nah.
—Así que simplemente te quedas el tiempo suficiente para ganar algo de dinero y luego te vas.
—Me quedo el tiempo que sea necesario.
—¿Y luego te vas a la próxima aventura?
Su sonrisa es pequeña, calculadora.
—Y luego me voy.
¡Hola!
¿Nos cuentan qué les pareció el capítulo?
Muchas gracias por los comentarios en el capítulo anterior: Adriu, Lady Grigori, somas, Tata XOXO, Vianey Cullen, alejandra1987, Cinti77, tulgarita, saraipineda44, soledadcullen, Maryluna, Isis Janet, Jade HSos, Florchi C, Lauguilln, bbluelilas y mony17.
¡Hasta el próximo capítulo!
